El Santo Sudario de Turín: testigo de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor

Publicado el 05/03/2022

A lo largo de las investigaciones, una pregunta rondaba constantemente en la mente de los científicos ¿Cómo se formó la imagen en la que este misterioso proceso se dio?

El Santo Sudario es una sábana de lino con las dimensiones de 4,36m x 1,10m cuyo entramado presenta en un tenue color amarillo, las marcas dejadas por el Cuerpo Santísimo de Nuestro Señor Crucificado.

Nuestro Señor murió alrededor de las 3:00pm y como ya era víspera del sábado, a partir del poner del sol no se podía realizar ningún tipo de trabajo, ni siquiera sepultar un muerto. Por esto, no hubo tiempo para llevar a cabo todos los ritos fúnebres de los hebreos

El Cuerpo Sacratísimo fue cuidadosamente envuelto en una gran tela y colocado en un sepulcro, propiedad de José de Arimatea y sellado con una enorme piedra.

Al amanecer del día domingo, las santas mujeres fueron al sepulcro para ungir el Cuerpo del Señor. ¿Cuál no habrá sido su sorpresa al encontrar el sepulcro abierto y vacío? Inmediatamente fueron a avisarle a los apóstoles que Jesucristo había resucitado. Tan pronto San Pedro tomó conocimiento de lo sucedido, se dirigió para el sepulcro con San Juan. Éste llegó primero y al asomarse, vio dentro del sepulcro el Santo Sudario, exactamente en el mismo lugar donde habían depositado al Señor. La disposición de la sábana dejó patente a los discípulos que el Cuerpo no había sido removido por nadie, pues los tejidos estaban intactos. Dice el Evangelio que de esto concluyeron que Jesús había resucitado con su cuerpo glorioso. (Cf. Jn. 20, 3-8).

Es evidente que los primeros cristianos guardaron con veneración las Sagradas Reliquias de la Pasión del Señor. El primer indicio histórico que encontramos del Santo Sudario es en la Iglesia de Nuestra Señora de Blaquerna en Constantinopla (actual Estambul en Turquía), donde fue venerado durante muchos siglos.

Sin embargo no se sabe exactamente cuando fue llevado allí. El dato indicativo más exponencial que se conoce es una antiquísima moneda del Emperador Justiniano II (685-695), en la que está acuñada una efigie de Nuestro Señor –costumbre mantenida por varios emperadores bizantinos– con las mismas características del Sagrado Rostro estampado en el Sudario de Turín.

Los especialistas enumeran cerca de veinte trazos de la Santa Faz estampada en el Sudario, que pueden ser encontrados en innumerables retratos de Jesucristo en el arte bizantino desde el siglo V. Por lo tanto, el Santo Sudario era buen conocido y considerado como el modelo más precioso, seguro y sugestivo para los artistas de aquel tiempo.

Después de la cuarta cruzada en 1204, que terminó con la toma de Constantinopla, el Santo Sudario desapareció. Solo fue en 1357 que se tuvo noticia exacta de su paradero: estaba siendo venerado en Lirey, Francia, en una iglesia construida para este fin por una familia de la nobleza, la cual donó posteriormente el Sudario para la casa de los Duques de Saboya.

Éstos recibieron la preciosa reliquia en 1453 y en 1578 fue transportada para Turín, donde permanece hasta hoy.

En 1898 el Santo Sudario fue fotografiado por primera vez por un importante abogado, sacando dos negativos y quiso personalmente revelarlos en su laboratorio.

¡Al revelar las fotos, apareció en los negativos el majestuoso semblante de Nuestro Señor! En realidad lo que se veía en el Santo Sudario era una imagen negativa, que en el negativo de la fotografía se convertía en retrato positivo, en el cual se pueden notar reproducidas con la mayor perfección y en los mínimos detalles, las marcas de los sufrimientos padecidos por Nuestro Señor durante su Pasión.

Lo que más impresiona en esta imagen del Santo Sudario es la sublime majestad y serenidad de la Santa Faz del Salvador. ¿Qué artista habría sido capaz de pintar en negativo una imagen que, una vez revelada, mostraba tal riqueza, tanto en los detalles como en la expresión?

Científicos de renombre pudieron analizar la preciosa reliquia con todo rigor. Con ayuda de equipos altamente precisos, después de tres años de investigaciones, envolviendo disciplinas como la óptica, matemáticas, física, química, biología y medicina, estos estudiosos llegaron a las siguientes conclusiones:

  • Expertos de la NASA en 1977, utilizando un ordenador descubrieron que la imagen tiene propiedades tridimensionales, que no pertenecen ni a las pinturas ni a las fotografías.

  • En 1978 la Iglesia permitió a un equipo internacional de mas de dos docenas de eminentes científicos investigar el Lienzo. Los análisis fueron extensos, envolviendo diversos métodos desde rayos X, microscopía hasta análisis químicos. He aquí algunos de los resultados mas sorprendentes:

  • Los estudios del tejido sitúa su procedencia en el área sirio-palestina en el siglo I.

  • En 1978, el biólogo y criminólogo suizo Max Frei Sulzer del Centro Internacional de Sindonología, tomó muestras del polvo del Sábana. y pudo comprobar la existencia de polen de flores de Palestina. También se ha encontrado áloe y mirra como la que utilizaban en el medio oriente los judíos para preparar los cadáveres. El falsificador medieval hubiera tenido que adelantarse a la invención del microscopio para añadir elementos invisibles al ojo humano: polen, tierra, suero, aromas para la sepultura…

  • Sobre los ojos hay huellas de monedas acuñadas en el año 29 D.C. bajo Poncio Pilato. Esto corresponde a la costumbre de la época de Jesús de poner las monedas para mantener los párpados cerrados. Fueron descubiertas en 1954 y en 1978 reconocidas en mayor detalle.

  • Los análisis de las huellas de sangre, hechos en el 1978 por Pierluigi Baima Bollone y otros, han indicado la presencia de sangre humana, del tipo AB. Estudios del grupo STURP uso espectroscopia , florescencia de rayos x y rayos ultravioletas, termografía y radiografía y otros mecanismos sofisticados para comprobar la presencia de la sangre.

  • “La sangre es sangre de un hombre que padeció una muerte traumática” asegura el químico Alan Adler quien además asegura que tanto los análisis químicos como la florescencia amarillo-verdosa visible bajo luz fluorescente, indican la presencia de flujos de sangre. Esta sustancia era desconocida hasta el siglo XX, por lo que no puede ser la obra de un artista medieval. Adler piensa que la imagen fue producida por algún proceso de radiación.

  • La Imagen: No existen indicios del uso de brochas en la imagen. No se utilizó ninguno de los métodos artísticos conocidos para hacer la imagen. La imagen tiene solo una fibra de profundidad.

  • El mismo grupo de científicos de STURP, comprobaron la absoluta ausencia de pigmentos, tintas u otros medios de pintura en la Sábana Santa. No hay imagen del cuerpo bajo las manchas de sangre. Por lo tanto, la imagen se formó después de las manchas de sangre. La imagen del cuerpo del Hombre de la Sábana no está hecha manualmente: no es una pintura, ni una quemadura (las quemaduras existentes no son parte de la imagen sino que fueron causadas por un incendio en 1532). El origen de la misma es un enigma científico que todavía no se ha resuelto. No se conocen los mecanismos físico-químicos que han producido esta oxidación y deshidratación de las fibras más superficiales del tejido. Sobre la Sábana no hay huellas de pigmentos colorantes. La imagen es el resultado de deshidratación y oxidación de la celulosa contenida en las fibras en la superficie de la tela. Pero como se formó es aun un misterio.

  • Desde el campo de la medicina: La imagen que aparece en negativo permite un minucioso estudio anatómico y de las diferentes heridas que aparecen en le cuerpo. El primer cirujano que comprobó la absoluta exactitud anatómica de esas heridas fue el profesor de Anatomía Comparada de la Sorbona, Yves Delage, de la Academia de Ciencias de París. Este profesor era agnóstico, sin embargo no le quedó la menor duda de que solo un hombre que hubiera padecido los tormentos físicos de Jesús podría haber dejado tales huellas.

  • Una multitud de médicos han podido confirmar los hallazgos del Doctor Delage. Pierre Barbet (cirujano del Hospital de S. José de París), Giovanni Judica Cordiglia (profesor de Medicina Legal de la universidad de Milán), Dr. Roberto Bucklin (medico forense, patólogo del Hospital de los Angeles, California), el Dr. Rudolf W: Hynek (de la Academia de medicina de Praga)… todos coinciden en afirmar que la representación de las heridas es anatómicamente perfecta y con detalles desconocidos en la Edad Media. Por ejemplo, el halo de suero alrededor de las manchas de sangre -no visible a simple vista; salpicaduras y sinuosidades de los regueros sanguíneos, la hinchazón del abdomen -típico de la asfixia- etc…

  • La Sábana Santa revela datos desconocidos en tiempos medievales. En el siglo XIV, la iconografía tenía un ínfimo desarrollo del realismo anatómico. Además todas las imágenes de la época demuestran que se desconocían los elementos históricos y arqueológicos sobre la flagelación y la crucifixión según se hacía en el siglo I. Sin embargo se ha podido demostrar que el Sábana Santa no sigue la iconografía medieval sino que muestra estos elementos con suma precisión tal como corresponden al tiempo de Cristo.

  • Por ejemplo, que Cristo no cargó con toda la cruz, sino sólo con el madero horizontal («patibulum») y que no lo clavaron por las palmas y sino por las muñecas. Estudios han demostrado que un cuerpo colgado por las palmas se desgarraría mientras que uno clavado por las muñecas se sostiene. Mientras que en tiempos medievales representaban la corona de espinas en forma de aro horizontal sobre la frente, la Sábana Santa revela que las espinas fueron impuestas en forma de casco.

  • Para lograr una semblanza perfecta, como la impresa en el lienzo, en caso de que la Sábana Santa fuera medieval, se requeriría que se martirizara a una víctima, la sometiera en vida a setecientas heridas y que una vez muerta, le traspasaran el corazón con una lanza.

  • Pero además se requeriría que la víctima tuviera un rostro perfectamente afín con las decenas de iconos de Cristo difundidos en el arte bizantino desde el siglo VI. La afinidad del rostro de la Sábana Santa y los antiguos iconos ha sido documentada por Giovanni Tamburelli en el año 1989, quien encontró muchos puntos de congruencia de tal manera que habría que pensar que la faz del lienzo fue el prototipo para la iconografía cristiana primitiva (en cuanto a las características del rostro. Ya hemos visto que no pudieron copiar los detalles anatómicos).

  • El tejido del lienzo, envolvió un auténtico cadáver durante un período de 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes calcadas sobre el lino por contacto. Exámenes minuciosos conducidos por médicos han asegurado además que se trata de una perfecta imagen de un cuerpo humano, torturado por la corona de espinas, azotes, la cruz, traspasado por la lanza… Los efectos naturales de esos tormentos sobre un cuerpo humano están claramente manifiestos de tal forma que sería imposible de imitar y menos sin las técnicas modernas.

  • Está científicamente reconocido por todos los expertos de todas las tendencias que, independientemente de que la Sábana haya sido o no utilizada para envolver el cuerpo de Cristo en el siglo I, se trata de un caso arqueológico único en el mundo. Hoy día el lienzo es estudiado por treinta disciplinas diferentes.

A lo largo de las investigaciones, una pregunta rondaba constantemente en la mente de los científicos ¿Cómo se formó la imagen en la que este misterioso proceso se dio? Después de todos estos análisis tuvieron que reconoces que no era posible dar una respuesta científica.

Pero lo que la ciencia no consiguió esclarecer, solamente la fe puede hacerlo: Nuestro Señor Jesucristo resucitó. “Él resucitó verdaderamente tal como lo había dicho. Aleluya (Regina Coeli).

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