Involucrar a todo el equipo en la toma de decisiones en una empresa en el día a día puede parecer una buena idea. Pero, en la práctica, puede ser muy peligroso para la organización. Sin embargo, existe una manera de equilibrar la participación y la velocidad en la toma de decisiones.

 

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¿Cuál es la importancia del consenso en la toma de decisiones en una empresa?

Una decisión por consenso indica que todos en el grupo creen que una elección particular es la mejor posible para ese momento. Si una persona no está de acuerdo o simplemente piensa que hay una mejor alternativa, entonces ya no puede hablarse de consenso.

Este mecanismo puede ser efectivo, ya que produce decisiones con las que todos están de acuerdo, pero no es eficiente. Entre los principales inconvenientes que pueden verse en la práctica destacan los siguientes:

• Es necesaria una inversión importante en energía y tiempo en el proceso.
• Es conveniente introducir la figura de un facilitador.
• Si se cuenta con un facilitador disponible todo el tiempo, inevitablemente, las personas que mejor puedan articular sus argumentos serán más tenidas en cuenta y aquellos que tienen algún tipo de poder institucional (un gerente, por ejemplo) tendrán más influencia en las decisiones. Razones que llevan a pensar que no es una opción interesante, si se busca la equivalencia y la representatividad.

No obstante, sí que es necesario plantearse la forma de hacer partícipe a todo el equipo de la toma de decisiones en una empresa. Pero escuchar lo que piensan es diferente de tratar de integrar todas las perspectivas en cada decisión y llegar a un consenso.

¿Cómo puede lograrse la participación en la toma de decisiones en una empresa sin consenso?

Las organizaciones que practican el gobierno dinámico (como la Holacracia) separan el trabajo en dos tipos: gobierno y operaciones. En cada tipo de decisión puede ser necesario un nivel de participación diferente:

• Las decisiones acerca de la estructura de gobierno (roles, responsabilidades y acuerdos) afectan en gran medida a todos los miembros del equipo.
• Las decisiones sobre los productos y servicios de la empresa pueden beneficiarse de la perspectiva más amplia que da la integración de nuevos puntos de vista. En último término, correspondería al responsable tomar la decisión tras escuchar al equipo, pero sin necesariamente integrar todas las perspectivas.
• Las decisiones operativas requieren de rapidez y efectividad. La velocidad es tan importante como el conocimiento especializado del campo y, por eso, puede convenir tomarlas de manera autocrática.

La mayoría de las decisiones diarias, que son operativas, son fácilmente reversibles en caso de desastres mayores. En esta condición, decidir individualmente es la estrategia más productiva (eficiente y efectiva). Además, las decisiones individuales otorgan autonomía y libertad a la persona que desempeña el rol de responsable, que tiene espacio para tomar riesgos, cometer errores y aprender.

Escuchar lo que piensan las personas que forman la organización es diferente de tratar de integrar todas las perspectivas en la toma de decisiones en una empresa de manera sistemática y llegar a un consenso.

No obstante, usar un proceso basado en propuestas para determinados ámbitos de decisión puede resultar integrador y, al mismo tiempo, ágil, al eliminarse la necesidad de mantener ciertas reuniones. Con roles claros, las personas pueden enfocarse en el trabajo y tomar buenas decisiones que favorezcan a toda la organización y les ayuden a crecer individualmente.

Publicado el 12 marzo 2019 y actualizado el 25 febrero 2019