Picasso es el español más conocido de la historia. Un gran pintor que inventó un nuevo lenguaje con la frescura malagueña.

Pero también fue el mayor juerguista de los burdeles de París, un depravado convencido de la modernidad de la degradación francesa y colaborador de la leyenda negra española. Haciendo cuadro cuando bombardeaban Guernica pero no cuando los rusos bombardeaban Cabra.

Historiadores respetados como Pío Moa, desmontan en su programa, una hora con la historia, la propaganda comunista que buscaba la resistencia de las ciudades a la liberación nacional.

Básicamente, escritores como uno que vivía en un hotel en Tánger afirmando estar en una plaza de Badajoz, donde cristianos y nobles disfrutaban de una matanza republicana falsa.

Inventaban historias y engrosaban cifras para aumentar el miedo y la sangría en ciudades como Madrid, mientras que en Barcelona la llegada de Franco fue un paseo.

Mostrando que con una pluma, se pueden cometer crímenes de guerra.