La mantis de las flores y su mimetismo agresivo

Los insectos de emboscada son una especie que se camufla para atacar a los que se acercan a las flores. Entre ellos, destaca la mantis de las flores, ejemplo de mimetismo agresivo, que usa para atraer a sus presas. Su máximo exponente: la mantis orquídea.

Rocío Snyder

La coloración de la mantis de las flores es un ejemplo de mimetismo agresivo.
La coloración de la mantis de las flores es un ejemplo de mimetismo agresivo.

La naturaleza presenta muchos ejemplos de organismos que evolucionan para imitar a otras criaturas. Por ejemplo, muchas especies de mariposas imitan a la mariposa monarca tóxica, presumiblemente para disuadir a los depredadores de comerlas.

Asimismo, existe una gran variedad de animales que se hace pasar por plantas, como el insecto palo, que se asemeja a una ramita; otros se tiñen como flores, como las arañas cangrejo de las flores, y los insectos de emboscada, que se camuflan cuando atacan a los que se acercan a las flores.

Animales, como el insecto palo, se hacen pasar por plantas.
Animales, como el insecto palo, se hacen pasar por plantas. Foto: IStock.

Su comportamientos varía, pero suele consistir en trepar por una planta y quedarse quieta hasta que un insecto se pone a su alcance, un comportamiento que se denomina depredación por emboscada

En este último grupo se encuentra la mantis de las flores, cuya mayoría de las especies pertenece a la familia Hymenopodidae. Su comportamientos varía, pero suele consistir en trepar por una planta y quedarse quieta hasta que un insecto se pone a su alcance, un comportamiento que se denomina depredación por emboscada.

Un ejemplo muy conocido de este tipo de insectos es la mantis orquídea (Hymenopus coronatus), del sudeste asiático, que imita una flor de orquídea. Permanece inmóvil sobre la planta hasta que llega la presa, mientras que el mismo camuflaje la protege también de los depredadores.

Es tal su habilidad que, según señala Livescience, es incluso mejor para atraer insectos que algunas flores reales; no solo estas mantis parecen flores, sino que también superan en belleza a éstas.

La mantis orquídea tiene un disfraz lleno de flores, con patas en forma de pétalos, que es lo suficientemente convincente como para que los científicos sugieran que este cazador no solo usa la mascarada para esconderse de la presa, sino también para atraer víctimas

La mantis orquídea tiene un disfraz lleno de flores, con patas en forma de pétalos, que es lo suficientemente convincente como para que los científicos sugieran que este cazador no solo usa la mascarada para esconderse de la presa, sino también para atraer víctimas. Ya se han visto ejemplos de este tipo de mimetismo agresivo en la naturaleza; por ejemplo, se sabe que una especie de araña bolas atrae polillas machos imitando las feromonas sexuales de las polillas hembras.

La mantis orquídea (Hymenopus coronatus) es originaria del sudeste asiático.
La mantis orquídea (Hymenopus coronatus) es originaria del sudeste asiático.

Los científicos han defendido la idea de la mantis orquídea como una imitación agresiva desde el siglo XIX; en particular, fue sugerido por primera vez por el naturalista Alfred Russel Wallace, quien, independientemente de Darwin, también concibió la teoría de la evolución a través de la selección natural.

Sin embargo, esta noción nunca se había confirmado, debido en gran parte a lo esquiva que es la mantis orquídea, dado lo extremadamente rara que es incluso dentro de su hábitat nativo, las selvas tropicales del sudeste asiático.

"La idea de que la mantis orquídea imita una flor surgió por primera vez hace más de un siglo, pero era solo una idea: nadie había hecho los experimentos para probar si realmente era así"

"La idea de que la mantis orquídea imita una flor surgió por primera vez hace más de un siglo, pero era solo una idea: nadie había hecho los experimentos para probar si realmente era así", dijo el autor principal de un estudio al respecto, James O'Hanlon, un biólogo evolutivo de la Universidad Macquarie en Sydney, Australia. "Ahora, más de un siglo después, tenemos libros de texto y artículos científicos que afirman que las mantis imitan a las flores como si fuera un hecho establecido. Sentí que era mi trabajo dejar las cosas claras y ver si este fenómeno era posible".

Características de la mantis orquídea

"La parte más difícil de este tipo de investigación fue que se está realizando sobre un animal que nadie ha estudiado antes", dijo O'Hanlon. "No sabíamos casi nada sobre ellos y tuvimos que empezar desde cero".

El color de la mantis orquídea era indistinguible de trece especies de flores silvestres en las áreas donde vivía el depredador

Los investigadores primero confirmaron que el color de la mantis orquídea era indistinguible de trece especies de flores silvestres en las áreas donde vivía el depredador. Probaron los colores bajo las longitudes de onda de la luz visibles para los insectos voladores y polinizadores con más probabilidades de visitar las flores, como las abejas y las mariposas.

Mantis orquidea esperando la llegada de un insecto.
Mantis orquidea camuflada, esperando la llegada de un insecto.

También observaron cómo se comportaban los polinizadores silvestres alrededor de las mantis orquídeas vivas en el bosque. Vieron más de una docena de casos de insectos voladores, acercándose lo suficiente a las mantis de orquídeas, para que los cazadores pudieran arrebatar la presa desprevenida en el aire.

Se alimentan de moscas, mariposas y otros tipos de insectos voladores, siempre que no sean venenosos

"Ahora sabemos que no solo es posible que las mantis atraigan a los polinizadores, sino que sabemos que son increíblemente buenos en eso. Pueden atraer a más polinizadores que algunas flores”.

Estas mantis son muy parecidas tanto físicamente como en el comportamiento a las mantis religiosas. Se alimentan de moscas, mariposas y otros tipos de insectos voladores, siempre que no sean venenosos. Para completar la dieta y conseguir vitaminas, en ocasiones comen frutos. Su preferido es el plátano, del que, además de vitaminas, obtienen nutrientes como el potasio.

Adaptación cripsis

Para parecerse a una planta, lo primero que ha necesitado hacer la mantis es modificar sus extremidades. Estos insectos tienen dos tipos de patas. Las dos más cercanas a la boca, que son tan características de estas especies (y las que les dan el nombre de religiosas, o rezadoras, "praying", en inglés) y que les sirven para cazar y llevarse la comida a la boca, no podían modificarlas sin que perdiesen su función. Las otras cuatro patas, llamadas patas marchadoras, se han ido modificando para parecerse a pétalos de orquídea.

Las mantis de las flores han tenido que adaptar sus colores a los de las flores.
Las mantis de las flores han tenido que adaptar sus colores a los de las flores.

Para completar el camuflaje han tenido que adaptar sus colores a los de las flores. Y aquí encontraron algo realmente sorprendente: el patrón de colores que adoptan los insectos depende de las flores en las que viven.

Este tipo de adaptaciones se conoce como cripsis. Consiste en adoptar la apariencia del entorno para pasar desapercibidos, y de esta manera evitar a los depredadores o engañar a las presas, o incluso ambas cosas. Los fásmidos, conocidos como bichos-palo, son quizá el mejor ejemplo de este tipo de estrategias. A lo largo de su evolución han ido pareciéndose cada vez más a una pequeña rama o palo, de tal manera que es muy difícil distinguirlos de su entorno.

El raro insecto Parantica cleona, una mariposa de Indonesia, contempla su próxima comida. Foto: Livescience.

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