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Czeslaw Milosz

Abecedario

Ttulo original: Milosz's Abc's


Czeslaw Milosz, 1997
Traduccin: Katarzyna Olszewska & Sergio Trign
Editor digital: German25
ePub base r1.2

[A]

A pesar de todo, he viajado bastante. En ocasiones lo hice por voluntad


propia, aunque las ms de las veces fueron las circunstancias las que me
empujaron a recorrer el mundo. Ellas me forzaron a viajar cuando slo era un
estudiante de bachillerato, en Vilna, y llegaban a la ciudad, procedentes de Rusia,
ecos de guerra y revolucin; entonces sent, por primera vez, que ms all de la
realidad que me rodeaba se abra un futuro lleno de posibilidades infinitas.
Cuntas emociones, negativas y positivas, experiment en mi continuo peregrinaje
por Francia, Italia, Suiza, Blgica, Holanda, Dinamarca, Suecia Ni siquiera soy
capaz de enumerar todos los pases europeos en los que he estado, y an tendra
que aadir los americanos! Se puede decir que colm con creces los sueos viajeros
de mi padre, aunque no consegu cumplir con el papel de coleccionista de lugares
y pases que mis deseos romnticos me auguraban, pues las urgencias de la vida
me lo han impedido. Adems, en estos tiempos de movilidad creciente, aquello que
todava se consideraba extico a principios del siglo XX se ha convertido con el
paso de los aos en algo comn.
Mis antepasados cruzaban slo en contadas ocasiones las fronteras de su
distrito de Kiejdany para visitar alguna de nuestras ciudades principales, Vilna o
Riga. Mi padre fue el primero en romper con la tradicin. Antes de viajar a la
regin de Krasnoiarsk ya se haba adentrado ms all de las aguas del Bltico, un
periplo del que regres con algunas muestras de la Europa del ao 1910. Me
gustaba hojear el lbum con fotografas de Holanda, en especial de los canales de
Amsterdam, y tambin la instantnea tomada en 1913 en la que se lo poda ver en
la cubierta del Nansen, fondeado en la desembocadura del ro Yenisei.
En mi niez las fotografas escaseaban, y haba que imaginar cmo eran los
pases lejanos con la ayuda del dibujo o la xilografa, por ejemplo con las
ilustraciones de los libros de Julio Verne y Mayne Reid. Y eso que el cine ya daba
sus primeros pasos.
Aunque he vivido en numerosas ciudades y en muchos pases, carezco de
costumbres cosmopolitas, y poseo, por el contrario, la timidez de un provinciano.
Cuando me instalaba en una ciudad, no me gustaba nunca alejarme de mi barrio,
lo que me condenaba a contemplar las mismas imgenes todos los das. Este
comportamiento expresa mi miedo a perderme en detalles nimios, mi temor a

quedarme sin centro o sin residencia espiritual. O dicho de otra forma: aunque no
dejamos de construir mitologas a lo largo de nuestra vida, las que acuamos en
sus fases ms tempranas perduran con mayor fuerza. Por eso, cuanto ms lejos en
el espacio me empujaba mi destino (y supongo que California est lo
suficientemente lejos de mi lugar de nacimiento) con ms persistencia buscaba
lazos con mi yo antiguo, aquel que se qued en Szetejnie y Vilna. Creo que esto
explica mi apego a la lengua polaca. Parece algo hermoso, patritico, pero en
realidad responde al deseo de encerrarme en mi torre de marfil y aislarme del
mundanal ruido. No soy inmune a la necesidad de reconocimiento, nadie lo es en
realidad, pero en mi caso la tentacin no ha sido lo suficientemente fuerte como
para inducirme a abandonar mi solitaria fortaleza y persuadirme de que escriba en
ingls. Mi vocacin me ha conducido por otros derroteros.
Con la vuelta a mi lugar de nacimiento y a la ciudad de Vilna, tras ms de
medio siglo de ausencia, sent que se cerraba el crculo. Me di cuenta enseguida de
la importancia de este reencuentro inslito con el pasado que me haba tocado
vivir, aunque la fuerza y la complejidad de esta experiencia me resulta todava
inefable. Quizs enmudec a causa de la sobredosis emocional que me produjo este
reencuentro, y por eso opt por expresarme de forma indirecta; es decir, en vez de
hablar de m mismo empec a confeccionar una suerte de registro de vidas y
acontecimientos ajenos.
Abramowicz, Ludwik. Vilna fue siempre una ciudad como de cuento de
hadas, aunque cuando viva all apenas era consciente de su magia. Saba, por
supuesto, que haban existido en el pasado sociedades secretas de lo ms
variopinto, como la Asociacin de Granujas (o Societas Szubraviensis), algunas
logias masnicas o el grupo de los Filmatas, sociedades cuya existencia era, por
cierto, del dominio pblico. Pero en mis aos estudiantiles, y a pesar de los
precedentes mencionados, nunca fui capaz de encontrarle el lado pintoresco a mi
circunstancia presente. Slo despus de algunos aos, y tras caer en la cuenta de
ciertos detalles, pude empezar a reconstruir aquellos aos bajo otro prisma.
Ludwik Abramowicz era el editor de la Revista de Vilna, una publicacin que
existi desde antes de la Primera Guerra Mundial hasta los aos treinta y que
sufragaba de su propio bolsillo. La Revista de Vilna tuvo una importancia mucho
mayor que la que pudieran dar a entender su aspecto humilde y su ms que
discreta tirada. Un selecto grupo de ilustrados, tal y como hacan los crculos
elitistas en el Siglo de las Luces, se servan de las pginas de esta revista para
publicar sus opiniones. Abramowicz, un masn convencido, se mostraba fiel a las

tradiciones de una ciudad que, como la nuestra, se permita el lujo de favorecer, en


pleno siglo XX, la formacin de grupos elitistas, en nombre de los ms nobles
ideales.
En 1822, fecha en la que se declara proscrita la masonera en todo el Gran
Ducado de Lituania, haba registradas en Vilna diez logias, adems de un buen
nmero de sociedades masnicas juveniles. La prohibicin no fue obstculo para
que algunas familias entre otros, los Romer, los Puttkamer, los Wereszczaka y los
Chreptowicz conservaran las tradiciones masnicas. No obstante, el
renacimiento de la Societas Szubraviensis no se produjo hasta el ao 1900.
Celebraban sus reuniones semanales en la llamada Casa del Perrero, un piso con
vistas a la estatua de Muraviov el Verdugo. No se trataba de una logia, sino, como
mucho, de un grupo de discusin creado por el abogado Tadeusz Wrblewski, una
figura legendaria de Vilna, fundador de la biblioteca que lleva su nombre.
Carezco de informacin de primera mano sobre las logias que surgen a
partir de ese momento, pero puedo contar lo que sobre ellas o y le. Pues bien, a
partir del ao 1905 se fundan las logias Lituania (en la que participaba activamente
Wrblewski) y Tomasz Zan, y al parecer tambin se restaur por aquel entonces la
logia El afanoso lituano. Estas logias, a las que pertenecan numerosos profesores
universitarios, se mantuvieron activas durante todo el perodo de entreguerras,
segn me cont Stanisaw Swianiewicz, un antiguo profesor mo que, a pesar de
ser un ferviente catlico, tena amigos masones. Sin este peculiar ambiente, en el
que resultaba difcil diferenciar los vnculos personales de los organizativos, el
alma de Vilna sera mucho ms pobre.
Ludwik Abramowicz representaba una ideologa que combinaba el
pensamiento democrtico, el universalismo y, tambin, el localismo. Antes de la
Primera Guerra Mundial la logia Lituania no estaba compuesta slo por polacos,
sino tambin por lituanos y bielorrusos. Despus de la guerra se produjo en la
misma una divisin por grupos tnicos, aunque los localistas se enfrentaron al
partido Democracia Nacional y criticaron la discriminacin de otras lenguas en
favor del polaco. Entre los masones localistas (en Vilna estos conceptos eran casi
intercambiables) ms conocidos se encontraban Michal Romer, el abogado
Bronisaw Krzyzanowski y Jan Pisudzki (el hermano del Mariscal). Adems de
entre los masones, el localismo tena tambin numerosos adeptos en las
asociaciones semisecretas como el Club de los Vagabundos Seniores. La Revista de
Vilna se publicaba en polaco, pero se opona a la incorporacin de la ciudad a
Polonia. En cambio, estaba a favor de la recuperacin del Gran Ducado de Lituania

con capital en Vilna, habitado por diversas nacionalidades, y criticaba al mariscal


Jzef Pisudzki por haber renunciado a la idea de formar un Estado federal.
Se trataba de un programa utpico por completo, rechazado tanto por la
mayora de los polacos como por los lituanos y bielorrusos. El ms estrecho
colaborador de Abramowicz, Michal Romer, que se uni en Cracovia en 1914 a los
Legiones, cort el nudo gordiano a su manera, rompiendo con Pisudzki a causa de
Vilna. Se mud a la ciudad de Kaunas, donde se convirti en profesor de Derecho,
desempeando adems en un par de ocasiones el cargo de rector de la universidad.
A su muerte dej un diario, compuesto por varios volmenes y escrito en polaco.
Yo sola leer la Revista de Vilna y creo que influy en m de alguna manera.
No puedo dejar de imaginarme a Abramowicz como el personaje del sacerdote
Sarastro de La flauta mgica de Mozart, es decir, como un reformador noble pero un
poco ingenuo, que crea en el fondo razonable de la humanidad.
Abrasza. Lo conoc en Pars cuando yo viva en el Barrio Latino, poco tiempo
despus de romper con el gobierno de Varsovia, as que eso debi de ser en el ao
1952. Abrasza era un judo polaco que se apellidaba Zemsz. Estudiaba en la
Sorbona; para ser ms exactos, era uno de esos estudiantes eternos que mantienen
el estilo de vida de los estudiantes como una coartada para evitar la carga de una
carrera profesional, de la preocupacin por el sueldo, etc. Me cont algo de su
pasado. Haba estado en el Ejrcito polaco en Inglaterra, donde, segn deca,
algunos antisemitas le haban hecho la vida imposible. Despus haba luchado en
Palestina contra los ingleses. En Pars se alojaba en una oscura buhardilla y llevaba
una vida msera. En aquel tiempo, Jeanne Hersch y yo intentamos ayudarlo en un
par de ocasiones, pero ya no me acuerdo de ms. Volv a verlo de nuevo, creo que
fue en el ao 1970, por lo tanto nuestro reencuentro se produjo despus de la
revuelta estudiantil de 1968. l particip de forma activa en todo ese alboroto.
Cuando le pregunt por sus motivos, me respondi: Por nada, slo por el jaleo.
El ao 1968 se vivi de forma distinta en Berkeley y en Pars; las causas del
descontento eran distintas en cada caso y las movilizaciones tomaron tambin un
curso diferente. Es verdad que los estudiantes de Berkeley intentaron quemar los
libros, pero no derribaron los rboles como sus colegas franceses, que talaron
pltanos en el bulevar de Saint Michel para hacer con ellos barricadas. Conoca de
cerca a los lderes de Berkeley, unos demagogos, as que no sent la ms mnima
tentacin de unirme a ellos; en cambio, pude entender que Kot Jeleski apoyase la
rebelin parisina, ms radicalmente liberadora, una autntica revolucin y

copulacin universales. Por desgracia, el juicio que nos merecen aquellos


acontecimientos vara mucho segn la edad de quien los juzga. Yo tena entonces
57 aos, y es muy posible que sintiese envidia de los estudiantes.
S que Abrasza se suicid, pero ignoro la fecha y las circunstancias de su
muerte.
Academy of Arts and Letters, American. Se inspir en la Acadmie
Franaise, que cumpli tambin desde el principio un papel normativo, extirpando
con pasin las palabras que consideraba demasiado apegadas a una regin o a una
actividad (a la agricultura, a la pesca, a la caza), y ello en aras de un francs
clsico, unificado. Cuando en 1918 Polonia recuper la independencia, se abri
un acalorado debate sobre si se deba crear una Academia de las Letras Polacas,
unas discusiones que slo cesaron cuando, finalmente, se fund la polmica
institucin. La recin fundada academia decidi crear un galardn para premiar a
jvenes talentos, y cuando en 1938 se lo concedieron a Stanisaw Pitak, Bolesaw
Miciski, que por entonces estaba en Francia, escribi una carta a su madre en el
irreproducible ruso que utilizaba cuando quera hacerse el gracioso para decirle
que habra sido mucho mejor que se lo hubieran dado a Miosz.
Yo mismo termin convirtindome en acadmico. Los Estados Unidos tienen
dos academias. La primera, The Academy of Arts and Sciences, tiene su sede en
Cambridge, Massachusetts, y agrupa a cientficos de diferentes disciplinas y a
estudiosos de la literatura, la msica y las bellas artes. Me eligieron miembro de
esa academia debido, al parecer, a mi condicin de profesor.
La segunda academia est en Nueva York, y durante un tiempo bastante
prolongado llev una doble vida con dos nombres distintos: The Institute of Arts
and Letters y The Academy of Arts mid Letters. Entr a formar parte del Instituto
en 1982, y unos cuantos aos ms tarde votamos a favor de unirnos en una nica
academia. Los creadores ms conocidos de los Estados Unidos en disciplinas tan
diferentes como la literatura, la msica, la arquitectura, la escultura y la pintura
pertenecen a la academia. Cada ao esta institucin entrega numerosos premios
que no financian con las donaciones de personas privadas. En su hermosa sede se
organizan parties y comidas con el nico propsito de que los miembros de la elite
puedan rendirse homenajes mutuos. Como yo viva en la Costa Oeste slo pude
participar una o dos veces en estas celebraciones. Despus de tomar unas cuantas
copas en el jardn, a la luz de una clara tarde de mayo, tuve la ocasin de hablar por
ltima vez con Dwight Macdonald, que muri poco despus. El viejo verde estaba

fascinado por mi compaera, que luca un vestido realmente hermoso y brillaba


por su belleza.
La academia no se compone slo de nobles vejestorios y seguro que en su
nmina hay nombres que perdurarn. No obstante, sobre la eleccin de un
candidato decide la fama, medida por el peso de los chismes y cotilleos de la buena
sociedad neoyorquina, lo que significa que un valor duradero y una fama
momentnea obtienen el mismo reconocimiento. Esto resulta claramente visible en
la lista de miembros honorarios extranjeros de la academia. De nuestros
septentriones del este estaban Bella Achmadulina, Vaclav Havel, Zbigniew Herbert,
Milan Kundera, Alexandr Solzhenitsyn, Andreij Wozniesienski y Yevgeni
Yevtushenko. Cuando eligieron a este ltimo, Joseph Brodsky se dio de baja en la
academia en seal de protesta.
Adamic, Louis. Estoy seguro de que mis contemporneos polacos no se
habrn interesado por este hombre, del que, probablemente, ni siquiera habrn
odo hablar. Sin embargo, mi siglo XX no es slo polaco, sino tambin americano, y
por eso Adamic debe figurar aqu. Fue uno de los escritores estadounidenses ms
conocidos de la era Roosevelt. Era originario de Eslovenia y emigr a los Estados
Unidos cuando tena 13 aos, as que su dominio de la lengua inglesa y el
entusiasmo por la democracia los adquiri en la escuela. Adamic era un
observador minucioso de la realidad y desde joven destac como escritor, como
autor de libros fronterizos entre la novela y el reportaje, en los que predominaba el
componente periodstico. En el melting pot americano es decir, en ese crisol de
razas supo encontrar un elemento del que no se haban percatado los escritores
que ignoraban las lenguas de la Europa continental: la gran aportacin de las
masas de emigrantes de los pases eslavos, los eslovenos, eslovacos, polacos,
checos, croatas, serbios, ucranianos. La vida de los emigrantes, casi siempre muy
dura, es el tema de los libros de Adamic, que sabe como nadie defender sus puntos
de vista y erigirse en su representante. Sus libros captaban la realidad de la
Norteamrica proletaria, que sufra discriminaciones ms o menos veladas. La
entrada en vigor en la dcada de 1920 de una ley que limitaba el nmero de
visados para los pases considerados peores, es decir, los pases del Este y Sur de
Europa, era una prueba palpable de ese clima de discriminacin. Dcadas ms
tarde, la literatura americana se iba a enriquecer con obras en ingls, en verso y
prosa, sobre diferentes grupos tnicos: negros, judos, chinos, japoneses. Adamic
fue, en este sentido, un pionero, aunque por ahora no ha tenido seguidores entre
los suyos. Si tenemos en cuenta el alto porcentaje de personas que llegaron a
Amrica procedentes de pases eslavos, su pequea participacin en la alta cultura

es sorprendente. Al parecer, esto se explica sobre todo por la baja posicin social de
las familias de estos emigrantes: los nios deban ganar dinero y cuando se
permitan el lujo de estudiar, entonces casi nunca elegan carreras de letras.
Adems, estos negros blancos aprovechaban a menudo el color de su piel para
cambiarse los apellidos por otros que sonaran anglosajones y ahora resulta ya
difcil reconocer su origen.
Adamic es una voz importante de la poca del New Deal progresista y liberal.
La invitacin que recibi a finales de la guerra para asistir a una cena que Roosevelt
ofreci a Churchill en la Casa Blanca atestigua su fama. En la prensa se escribi
mucho sobre su muerte repentina en 1948: nunca qued claro si se trat de un
suicidio o de un crimen poltico. Adamic jams dej de interesarse por su pas natal
y tom partido por la Yugoslavia de Tito, lo que le granje muchos enemigos entre
los emigrantes yugoslavos, divididos en nacionalidades que se odiaban entre s.
Hoy nadie se acuerda de Adamic. Su figura ha quedado sepultada por un
olvido elocuente o que prueba, cuando menos, que con el final de la Segunda
Guerra Mundial naci una nueva Amrica. No obstante, cuando yo llegu por
primera vez a los Estados Unidos, justo despus de la guerra, me encontr con los
libros de Adamic y entend bien su mensaje; tambin gracias a ellos mi experiencia
americana adquiri sentimientos de compasin y de remordimientos de
conciencia.
No fui vctima en los Estados Unidos de ningn tipo de discriminacin; al
contrario, me convert enseguida en parte de la elite blanca. La primera vez, gracias
a mis credenciales diplomticas; durante mi segunda estancia, en mi condicin de
residente en un campus universitario y ciudadano con plenos derechos. Se cumpla
una vez ms mi destino, el de un hombre privilegiado por la clase pero a quien, no
obstante, le pesaban sus privilegios. Quiz los otros becarios polacos en el Pars de
la dcada de 1930 no pensaban en las masas de sus compatriotas que se
encontraban en el desempleo, pero yo s. De la misma manera que aos ms tarde
era plenamente consciente de que a la hora de opinar sobre Amrica deba tener
presente que nunca fui uno de aquellos emigrantes que no tienen nada que vender
aparte de la fuerza de sus msculos.
Cuando los trabajadores de Detroit supieron que un polaco haba ganado el
Premio Nobel dijeron algo que resume su amarga experiencia: Eso significa que l
es dos veces mejor que los otros. Ellos saben por su trato con los capataces de las
fbricas que slo un doble esfuerzo y un mayor trabajo pueden limpiar la mancha

de su origen.
La Amrica de la posguerra, la de las movilizaciones masivas de jvenes
contra el racismo y la guerra, era, en cierto sentido, menos popular y proletaria que
aquella de Adamic. Los estudiantes de las familias bien y con educacin no tenan
mucha simpata por los currantes (los red necks) y sus valores anticuados. Lo
polticamente correcto, surgido a raz de estos movimientos, no se concibi para
los miembros de las minoras tnicas (los ethnics): estos movimientos
reivindicativos no estigmatizaron el odio a quienes no eran blancos y anglosajones.
Ethnic es la palabra que sirve para designar a todos aquellos sobre los que
escriba Adamic, y tambin a los griegos, italianos, portugueses, a todos los
colectivos que no estn organizados como un grupo de presin. El Ethnic Millions
Political Action Committee (EMPAC) pretenda, segn su fundador, Michael
Novak, sustituir la accin de los respectivos grupos tnicos por una actuacin
coordinada. Creo que fui miembro de esta organizacin sobre todo porque me
acordaba de Adamic.
Adamitas. Que todos vayan desnudos! ste fue el vago sueo ertico de mi
niez. Pero se trata tambin de un sueo casi universal, un sueo que ha dado alas
a las sectas de los adamitas, que a lo largo de los siglos han aparecido,
desaparecido y vuelto a resurgir. Una vez le que los husitas haban tenido
bastantes problemas en Bohemia porque los adamitas les quitaban adeptos. Y ello a
pesar de que, a decir verdad, la vuelta al Paraso, es decir, a la desnudez e
ingenuidad primigenias, tuvo que ser bastante dura en un clima como el del norte
europeo. Siento curiosidad por saber cmo se las arreglaban para no morirse de
fro. Eso fue a principios del siglo XV, y algn poso de aquella aventura debi de
quedar cuando aos ms tarde, en Holanda, Hieronymus Bosch, El Bosco,
bebiendo de fuentes locales, por no decir directamente herticas, pint El jardn de
las delicias, una especie de sueo altamente sensual sobre un pas en el que reina la
desnudez universal (aunque no se sabe a ciencia cierta si lo plasm as como un
elogio o como una advertencia).
En algn sitio Stanisaw Jerzy Lec habl de la tortura que puede suponer la
compaa de mujeres, que estuvieron desnudas ante nuestros ojos masculinos,
vestidas hasta el cuello. En las cenas de la Varsovia en guerra, cuando bebamos
hasta despus del toque de queda, descubr asombrado que la parte femenina de la
compaa tena la necesidad de quitarse de encima todo; quiz se trataba de una
necesidad que est siempre presente, aunque eso s, que slo el alcohol es capaz de

liberar.
Adn y Eva. La mayor virtud del relato bblico sobre nuestros primeros
padres es que resulta incomprensible, y quiz sea sa la razn por la que nos
convence con mayor fuerza que cualquier explicacin racional. Abundando en esta
idea, Lev Shestov afirma que es inconcebible que unos pastores iletrados se
inventasen un mito enigmtico sobre el cual se han estrujado el cerebro los
pensadores de varios milenios.
El paraso un lugar donde no existen la enfermedad ni la muerte y donde
dos personas viven una felicidad completa. A la imaginacin popular siempre le ha
gustado suponer que el acto de comer el fruto prohibido del rbol del
conocimiento del bien y del mal entraaba algn goce sexual. En El paraso perdido
John Milton sigue otra lnea de interpretacin y describe con nfasis el amor de
Adn y Eva como un ingrediente ms de su condicin paradisaca:
As habl nuestra madre universal,
y con ojos de cndido atractivo
conyugal y de modesto abandono,
medio abrazada se inclin hacia nuestro
Primer padre; parte del pecho trgido
y desnudo se encuentra junto al de l,
oculto bajo la cascada de oro
de su suelto cabello.
Qu significado tiene el rbol del conocimiento del bien y del mal? Hay
mltiples interpretaciones. Algunos estudiosos judos de la Biblia encuentran un
sentido oculto en las letras hebreas que sirven para nombrar este rbol. Quienes se
dedican a bucear en los misterios de nuestra civilizacin y en los callejones sin
salida a los que nos ha conducido la razn, ven en la voz de la serpiente la
tentacin del racionalismo. Otros, por el contrario, sostienen que la historia de la
humanidad comienza en el instante en que Adn y Eva comen la fruta prohibida,
ya que antes de hacerlo nuestros primeros padres vivan de forma inconsciente,

animal; por lo tanto, Satans tena razn cuando, encarnado en la serpiente, afirm
que se les abriran los ojos. De todos modos, el Creador tambin estaba en lo cierto,
porque les avis de que moriran si probaban la fruta. No obstante, muchos
intrpretes subrayan la fidelidad amistosa y plena que mostraron a Dios antes de
romper la prohibicin. El problema surgi cuando lo hicieron descender al nivel de
los seres creados y lo acusaron de envidia, as que, desde este punto de vista, el
primer pecado de la humanidad fue en realidad un acto de soberbia.
Por qu tuvieron que comer el fruto prohibido para descubrir que estaban
desnudos, y por qu sintieron vergenza de su desnudez? Parece importante, pero
incomprensible por completo.
Se le puede dar vueltas sin cesar a esta cuestin. Entraron en el camino de la
historia, de la civilizacin, y en qu sentido la desnudez es la negacin de todo
eso? Fue sa la razn por la que Dios confeccion para ellos unas tnicas de piel?
Y por qu ese acto de desobediencia tuvo consecuencias tan decisivas, hasta el
extremo de entraar no slo la muerte sino un cambio completo en la naturaleza
humana, que hasta ese momento haba sido inmortal? Y por si fuera poco, a esos
castigos se aada el del pecado original, que hace culpable a todos los hombres y
mujeres, generacin tras generacin. Por fortuna, la teologa catlica considera el
pecado original un dogma de fe y no pretende explicar cmo es posible que lo
heredemos de nuestros padres.
Segn nuestra conviccin ms profunda, la que toca la esencia de nuestro
ser, deberamos vivir eternamente. La muerte y la fugacidad de la vida atentan
contra nuestro ser. Slo el paraso es verdadero; el mundo, con su temporalidad, no
lo es. Por eso la historia sobre la cada en el pecado nos emociona tanto, es como si
evocara alguna vieja verdad que se encontrase dormida en nuestra memoria.
Admiracin. He admirado a muchas personas. Me he considerado siempre
un rbol torcido, por eso los rboles rectos se han ganado siempre mi respeto. A
decir verdad, conviene recordar lo que ocurre antes de las fiestas navideas,
cuando vamos a comprar un rbol de Navidad. Vemos filas de rboles hermosos
que de lejos parecen estupendos, pero que vistos de cerca no responden a las
exigencias que tenemos sobre un rbol ideal. Uno es demasiado fino, el otro est
torcido, alguno ms es demasiado bajo, y as sucesivamente. Lo mismo ocurre con
la gente: quizs algunas personas me parecan imponentes porque no las conoca
de cerca, mientras que yo era consciente de mis propias miserias.

No slo las mas sino tambin las de mis crculos de poetas y pintores. El
establecimiento de un vnculo entre el arte y un defecto gentico, una mutilacin,
una anomala o enfermedad, supone casi un axioma. Las biografas de escritores y
artistas sacan a la luz esta relacin, una idea que yo pude confirmar con mis
propios ojos en las vidas de mis amigos y conocidos. Sin embargo, se puede
sospechar que esta supuesta relacin viene provocada por un error de perspectiva.
Si sometisemos a un examen igual de serio a los mortales podra resultar que la
normalidad es entre ellos igual de infrecuente que en las personas famosas en el
campo de la literatura y el arte. La nica diferencia es que las vidas de las personas
famosas estn ms a la vista.
Era un consuelo que no impidi, sin embargo, que continuase buscando
individuos superiores a m, hombres que no se hubiesen torcido. Al final, me
equivoque o no, considero que mi rapacidad para admirar a los dems es una
ventaja y no una desventaja.
Alchimowicz, Czesaw. l y yo fuimos compaeros de clase durante ocho
aos en el instituto Rey Segismundo Augusto de Vilna. En algn momento empec
a odiarlo. En este caso el odio, que tambin senta hacia los gemelos Kampf, debi
de nacer de la envidia. Puede que el chico rechoncho que yo era envidiase las
piernas largas, la tez morena y la habilidad de Alchimowicz para jugar al
baloncesto. El caso es que llegamos a las manos o mejor dicho, a los puos
rodeados por acalorados partidarios de su victoria o de la ma. Con el tiempo
ambos aprobamos el examen de revlida, y lo perd de vista. Creo que estudi en la
Escuela Comercial de Varsovia, y que luego se emple en un banco de Vilna. Ms
tarde se alist en el clandestino Ejrcito Nacional y acab encarcelado en Rusia.
Cuando lo dejaron en libertad, consigui un trabajo de funcionario en Varsovia.
Fue uno de mis antiguos compaeros del Segismundo Augusto que estampaba su
firma en las postales de aniversario de nuestra graduacin que recibamos Sta
Kownacki y yo en California. Muri hace mucho tiempo, Sta tambin se ha ido.
Alcohol. As pues, despus de la cena nos entregbamos con disciplina a la
bebida en la casa del seor Rudomina. Cada viva lo acompaamos de una copa
vaciada de un solo trago, a la que seguan los sonidos de un cuerno de caza y las
voces de muchachas que coreaban alegres:
Se lo bebi todo, se lo bebi todo! No dej ni una gota!
Ju! Ja! No dej ni una gota!

Que Dios lo bendiga!


Ju! Ja! Que lo bendiga!.
(Ignacy Chodko, Imgenes lituanas, Vilna 1843).

En esta ocasin yo tambin he sentido el peso de la tradicin, la de una


nacin que lleva siglos azotada por la borrachera. Empec a beber ms bien tarde.
Me emborrach por primera vez en el restaurante Zacisze, durante la fiesta que se
celebra despus del examen de revlida. Despus, siendo ya un estudiante
universitario, no me asoci a ninguna hermandad ni tampoco llev la gorra de
ningn grupo estudiantil, de hecho quienes pertenecan a nuestro Club de los
Vagabundos ni siquiera tomaban cerveza. Pero cuando nos quedaba algo en los
bolsillos visitbamos, casi siempre con Draugas, alguno de los pequeos
restaurantes judos situados en los estrechos callejones prximos a la calle de
Niemiecka para tomarnos un trago de vodka fro y alguna de las especialidades de
la cocina juda.
Las verdaderas borracheras empezaron en Varsovia durante la ocupacin,
junto con Jerzy Andrzejewski y mi futura esposa Janka. Con el tiempo,
Andrzejewski se convirti, poco a poco, en un alcohlico y sufri una cirrosis de
hgado, que termin acabando con su vida. En mi caso, el hecho de que haya
llegado a una edad avanzada con el hgado intacto es un triunfo bastante modesto,
ya que no es un mrito atribuible a mis actos sino a mis genes. He sido un gran
bebedor, aunque he sabido separar con cuidado el tiempo de trabajo de los
momentos de relax. Me inici con el vodka; despus, en Francia, beb vino; y, en los
Estados Unidos, bourbon.
Lo peor del alcohol es que nos convierte en payasos. Luego nuestro ojo
sobrio se encarga de proyectar en nuestro interior esas imgenes de nuestra
embriaguez, que destruyen el alto concepto que tenamos de nosotros mismos. Sin
embargo, se puede aprender de esa vergenza, ya que nos recuerda que podemos
poner en peligro nuestros logros de la forma ms estpida. Nos ensea, por tanto,
que es mejor no pavonearse. Cuando recuerdo las cosas que he hecho bajo los
efectos del alcohol siento vergenza y tambin miedo; todava me produce espanto
recordar cmo provocbamos a los alemanes durante la guerra.
La repulsin que despierta el abandono de los borrachos, su dejadez, est

justificada. Entre los escritores, he tenido la ocasin de comprobarlo en el caso de


Wadysaw Broniewski y tambin en el de Marek Hasko. Oskar Miosz me habl
de las exhibiciones de borracho de Esenin en Pars. Ejemplos ms que suficientes
para persuadirme de que optara por la abstinencia, pero, por desgracia,
demasiadas generaciones de mis antepasados haban bebido, as que resultaba
difcil que yo quedase libre de esa propensin a la copa. Por el contrario, no puedo
imaginarme a Gombrowicz borracho. No se permitira a s mismo aparecer en
publico sin su armadura.
Es posible que los polacos se gusten tan poco, en lo ms profundo de sus
corazones, porque se acuerdan de ellos mismos en estado de embriaguez? Es slo
una hiptesis.
Alik, Protasewicz. Signific mi primer encuentro con la crueldad de Dios, el
descubrimiento de que los motivos que guan los designios divinos pueden ser
muy variados, pero que ninguno de ellos tiene que ver con la compasin, al menos
como la entendemos nosotros, los humanos. Aleksander, o Alik, era un ruso,
compaero mo de escuela. En Vilna quedaban pocos rusos, apenas una
reminiscencia de los tiempos del imperio zarista. Ms tarde, en la universidad,
estudi Derecho con su hermana. En nuestra clase nadie consideraba a Alik un
extrao por el hecho de ser ruso. Participaba en todos nuestros juegos y travesuras,
tambin en las excursiones (me acuerdo de una caminata hasta Troki). Cuando
estbamos cansados sola decir que tocaba prival (derrumbarse, en ruso) y nos
echbamos en una cuneta a descansar.
Alik se puso enfermo cuando tena unos 15 aos y ya no volvi a la escuela.
Se haba quedado paraltico, probablemente a causa de la polio, aunque entonces
no se la llamaba as. Me caa bien, y sola visitarlo en su casa. Tras largos aos de
invalidez, aprendi poco a poco a dar unos tmidos pasos ayudado por unas
muletas. Ms tarde, conoc a otras personas que gracias a su fuerza de voluntad
haban conseguido aprender a vivir a pesar de sus limitaciones. En cambio, Alik,
vigoroso y robusto, soportaba su desvalimiento con dificultad, hundido en una
profunda depresin. En su habitacin casi se poda or la pregunta: Por qu yo?.
Alquimia. Yo mismo, a lo largo de mi vida, he presenciado cmo ha
cambiado el prestigio de esta palabra. Primero, se consideraba que la alquimia era
una qumica precientfica y, en este sentido, una disciplina propia de tiempos en los
que la frontera entre la magia y la ciencia era borrosa. Ms tarde, los cientficos que
investigaban el siglo de la alquimia, el siglo XVII, se plantearon la siguiente

pregunta: Qu significado tena la esperanza de encontrar la piedra filosofal y de


extraer oro en aquellos tiempos?. Al responderla los estudiosos descubrieron la
dimensin espiritual de las operaciones de alquimia y su relacin con toda la
tradicin hermtica. A partir de entonces empieza la era del respeto hacia los
smbolos y arquetipos, un respeto al que contribuy, en no poca medida, Carl Jung
y tambin despus, entre muchos otros, Mircea Eliade. As pues, el laboratorio de
un alquimista dej de ser una simple habitacin que albergaba extraas retortas,
alambiques y fuelles para avivar el fuego, para convertirse en el lugar de la
transmutacin (la palabra favorita de los alquimistas, que significa la transformacin
de una partcula en otra) de orden superior. En definitiva, se produjo una
reivindicacin del trmino alquimia espiritual, un concepto muy en boga en los
crculos hermticos del siglo XVII.
Mi experiencia vital se puede explicar del siguiente modo: cuando era un
provinciano escasamente maduro y educado se me concedi el inmerecido derecho
de entrar en el laboratorio de un alquimista. Durante largos aos permanec
sentado en un rincn, agachado, observndolo todo y pensando. Cuando me
decid a salir de all al gran mundo, result que haba aprendido bastante.
Amalrik, Andrei. Quizs el acontecimiento ms difcil de entender de todo
el siglo XX haya sido la desaparicin de un pas que se llamaba a s mismo URSS, y
que era conocido en los mbitos diplomticos como Soviet Union o LUnion
Sovietique. Gast astronmicas sumas de dinero para financiar la polica poltica
ms numerosa del mundo y se convirti en una potencia que dispona de millones
de delatores y una red de campos de trabajo esclavo en los confines del continente
euroasitico. De una forma igual de generosa se financiaba la actividad
propagandstica y de espionaje en el exterior, que tena la finalidad de evitar que
los extranjeros conocieran la verdad del sistema. La costosa mquina de terror,
camuflada con ayuda de consignas humanitarias, pareca garantizar la solidez del
imperio, pero adems la victoria de la Unin Sovitica en los campos de batalla de
la Segunda Guerra Mundial y su participacin en el reparto de Europa mostraban
su fortaleza interna y anulaban la voluntad de la poblacin de los pases recin
conquistados. A decir verdad, con el paso del tiempo comenzaron a dibujarse unas
grietas en su edificio monoltico. Sin embargo, aquellos que dejndose llevar por su
optimismo ponan de manifiesto esas pruebas de descomposicin podan ser
acusados de confundir sus deseos con la realidad.
Yo fui uno de esos moderados optimistas, es decir, esperaba cambios y no
me pareca posible un dominio permanente de Mosc sobre nuestros pases. Los

cambios se produciran, sin duda, aunque pensaba que yo no los llegara a ver. Me
pareca que la perspectiva de Jerzy Giedroyc, al predecir el final de los imperios
francs y britnico sin indicar una fecha concreta, era la ms sensata tambin en
este caso. Conoc slo dos personas que insistan en que el imperio sovitico caera,
y no en un futuro incierto, sino en diez o quince aos a lo sumo.
Uno de ellos fue Andrei Amalrik, que naci en Mosc en el ao 1932. Hijo de
un historiador, Amalrik era ruso y ciudadano de la Unin Sovitica, pero tena
presente el origen francs de su familia. Le gustaba hacer referencias a su apellido
visigodo, Amalrik, que haba pertenecido a dos reyes que combatieron en las
cruzadas en el siglo XII y tambin a un legado pontificio que se hizo famoso por
gritar, despus de conquistar la ciudad de Bziers en la cruzada contra los
albigenses: Asesinadlos a todos, y Dios se encargar de clasificarlos. Un caballero
medieval llamado Amalric de Bne fue un hereje y un mrtir de su fe. El primer
antepasado directo de Amalrik lleg a Rusia procedente de Avin en el siglo XIX.
Interesado en el pasado, Andrei estudi historia y escribi su tesina de licenciatura
sobre la Rus de Kiev. No obstante, cuando le ordenaron que cambiase el contenido
de la misma, para hacerlo coincidir con la doctrina oficial, que afirmaba que los
gobernantes originarios no eran escandinavos sino eslavos, se neg a hacerlo y se
qued sin el diploma. Amalrik sigui su propio camino, haciendo trabajos
ocasionales, todo con tal de no renunciar a su libertad interior. Nunca se enfrent al
Estado, pero tampoco reconoci su autoridad. No lea la prensa, porque slo
contena mentiras; tampoco poda publicar su obra, que inclua cinco piezas
dramticas de corte satrico, en la lnea del teatro del absurdo. Su tctica de retirada
programtica recuerda a la de Joseph Brodsky. A Amalrik tambin lo acusaron de
un delito similar cuando lo detuvieron en 1965: parasitismo (por ayudar a
pintores famosos a enviar sus obras al extranjero). Lo sentenciaron a dos aos y
medio de destierro en Siberia, donde deba trabajar en un koljs [1]. Cont su
experiencia en un libro, Viaje involuntario a Siberia, y envi el manuscrito al
extranjero. Se public en Nueva York en 1970. Lo le, y sus cuidadosas
descripciones de la vida cotidiana en la Rusia rural me ayudaron a entender mejor
su ensayo Existir la Unin Sovitica en el ao 1984? De acuerdo con su estrategia de
expandir la libertad, pero sin violar la ley, hablaba en pblico abiertamente,
utilizando su propio nombre y facilitando su direccin. Ese librito, un pequeo
ensayo, se public en Amsterdam en 1969, y despus en varios idiomas incluyendo
una edicin en polaco en la revista Kultura de Pars.
A Amalrik se le permiti regresar del destierro en 1966, pero fue arrestado
de nuevo en 1970, y sentenciado a tres aos en un campo de trabajo, una pena que

cumpli en Kolym. Sobrevivi, y entonces lo castigaron a tres aos ms de


cautiverio. Una protesta internacional, encabezada por Andrei Sajarov, le permiti
cambiar el internamiento en el campo por la pena de destierro, del cual regres a
Mosc en 1975; un ao ms tarde se march a Occidente. La Universidad
holandesa de Utrecht, la Universidad de Harvard y el Instituto Hoover se turnaron
para darle cobijo.
La prediccin de Amalrik se cumpli, aunque se equivocara en algunos
aos. Hoy vemos sus tesis con una ptica muy diferente a la de aquellos das, en
los que, razonablemente, se poda acusar de locura irresponsable al autor de tales
ideas. Por su condicin de adelantado a su tiempo se lo ha comparado con Piotr
Yakovlevich Chaadayev, a quien por orden del zar Nicols I se lo declar
oficialmente loco. A pesar de su extremismo, las opiniones de Amalrik resultaron,
por fin, ser sensatas.
Como historiador haba escrito sobre los orgenes de la Rus de Kiev y en sus
nuevos ensayos, segn l mismo deca, estaba escribiendo sobre el final de ese
mismo imperio. A diferencia del modo en el que los sovietlogos estudiaban el
marxismo, una doctrina importada de Occidente, l argumentaba que el imperio
haba extendido su fuerza gracias al marxismo del mismo modo en que Roma, al
aceptar el cristianismo, haba conseguido sobrevivir algunos siglos ms. Nunca
prob esta tesis, pero en coherencia con ella se dedic a estudiar la idiosincrasia de
su pas, una tarea en la que haba tenido muchos precursores, incluido el propio
Chaadayev. Sola comparar el Estado de los zares y el de sus sucesores con una
masa de pan, que crece y se hincha por naturaleza. Detect sntomas del colapso
que se avecinaba y de la prdida de los territorios conquistados (vaticin que las
dos Alemanias se uniran y que los pases del Este recobraran su independencia),
y todo debido a la esclerosis mental de la clase media y de la burocracia soviticas,
incapaces de tomar medidas inteligentes y audaces. Predijo que muchas de esas
decisiones se adoptaran por miedo a la prdida de poder. Al leer su trabajo resulta
fcilmente reconocible el conjunto de causas que precipitaron el desmoronamiento
del imperio sovitico, sobre las cuales se ha discutido sin fin desde que los hechos
acaecieran, pero que l tuvo la visin de reconocer de antemano. Entre ellas
incluy tambin la mentalidad de un pueblo que desconoca las nociones de
dignidad y derechos del individuo, que identificaba libertad con anarqua y para el
que la justicia consista en que su prjimo viviese igual de mal que l, pues si viva
mejor eso significaba, automticamente, que la situacin era injusta. Este sentido de
la justicia explicaba, a su juicio, la existencia de contrastes entre los avances de la
ciencia y las viejas realidades. Los cohetes soviticos han llegado a Venus, pero en

el campo donde vivo la gente recoge las patatas con sus propias manos. Esta
comparacin no debera sorprender a nadie; es una grieta que se hace cada vez
ms grande y que se est convirtiendo en un abismo. Y el problema en este caso no
es el mtodo de recoleccin de la patata, sino que la capacidad de pensamiento de
la mayora de las personas no supera ese nivel manual. Amalrik se merece nuestra
admiracin por ser un hombre libre a pesar de las circunstancias que le toc vivir,
aunque no pretendo convertirlo en un profeta. Tambin predeca una guerra entre
Rusia y China, que sera a su juicio la causa principal de la hecatombe sovitica (al
final lo fue otra guerra, la de Afganistn).
Sus predicciones sobre el final del imperio eran apocalpticas: imaginaba a
las masas desatando sus apetitos mortferos, algo que no se lleg a cumplir. Pienso
que detrs de los intentos de racionalizar sus presentimientos se esconda la
experiencia de un koljs de Siberia, la sensacin de terror ante una vida que era tan
miserable y brutal que exiga algn tipo de revancha histrica. Tampoco logr
explicar del todo las causas de un derrumbamiento que todava hoy nos resulta
inverosmil.
Conoc a Amalrik en Palo Alto, California. Tambin a su bella esposa,
Giuzel, una pintora con la que se haba casado en Siberia. Giuzel, de origen trtaro,
me cont que haba nacido en Mosc y que su padre, al parecer como la mayora
de los trtaros de la capital, trabajaba de portero: En el pasado dominamos Rusia,
as que ahora se vengan de nosotros convirtindonos en sus guardas.
Giuzel comparti siempre el destino de Andrei, primero en Siberia y
tambin despus cuando lo liberaron, y por esa razn no la admitan en la
Asociacin de Artistas Plsticos, lo que implicaba a su vez la imposibilidad de
exponer su obra. No tuve ocasin de ver sus cuadros en Amrica, as que no puedo
pronunciarme sobre la calidad de su pintura. Eso s, me qued prendado de su
belleza y de su encanto personal.
Amalrik no lleg a ver cmo se cumplan sus profecas. Muri en el ao
1980, en un accidente de coche cuando se diriga a un congreso en Espaa. Desde
entonces siempre he intentado imaginarme a qu se ha dedicado Giuzel despus
de perderlo, qu ha sido de su vida.
El segundo hombre que sostena que la Unin Sovitica iba a desmoronarse
era un politlogo lituano llamado Aleksander Sztromas, que haba salido no hace
mucho de su pas y trabajaba de profesor en una universidad americana. A decir

verdad, tampoco nuestro amigo comn Toms Venclova predeca una larga vida a
ese pas, despus de cumplir el servicio militar en el Ejrcito sovitico y conocer de
cerca el caos y la corrupcin que reinaban en l. Sin embargo, Sztromas aseguraba
que la Unin Sovitica sobrevivira apenas unos cuantos aos, y no dcadas como
vaticinaba Venclova.
Ambicin. Se deja notar cuando se siente herida, y como es bastante fcil
herirla estamos condenados a tratar con ella antes o despus. El gran teatro del
mundo de las relaciones sociales gira en torno de la ambicin, y ella es la fuerza
que mueve los hilos de nuestra tragicomedia.
De m puedo decir que he estado tanto arriba como abajo. Cuando se est
arriba la ambicin se comporta de una forma un poco ms benvola, sta es una de
las ventajas del xito. En cambio, cuando se est abajo, hay que alimentarla, a falta
de algo mejor, con pequeos logros. Ms de un artista sin xito ha tenido que
reconfortar su alma con los elogios que brotan de los labios de su annima amada;
un triunfo parecido al del pequeo funcionario de provincias que se siente
orgulloso de su coleccin de sellos.
Sin embargo, la ambicin es como la voluntad schopenhaueriana, una fuerza
que equivale a los miedos e impulsos biolgicos. No obstante, la voluntad no lo es
todo, ni siquiera en actividades como las deportivas, en las que un entrenamiento
diario y tenaz es tan importante. Para que el cuerpo trabaje con armona hay que
abrirse al espacio, dejarse llevar, sentirse a gusto en ese no presentar resistencia.
Tanto ms en poesa, donde de nada sirve esforzarse, pues se obtiene la
recompensa se haya hecho o no mritos suficientes. Existe una contradiccin entre
el ansia de reconocimiento y de fama, por un lado, y la creacin de obras que nos
pueden hacer merecedores de ellos.
Durante largos aos he estado abajo, ejerciendo de profesor en un msero
departamento de unas lenguas cuya existencia ni siquiera era conocida por la
inmensa mayora. Me hace recordar con humor los pequeos consuelos con los que
apaciguaba un poco los lamentos de mi ambicin.
Ancewicz, Franciszek o Anceviius Pranas. Natural de Samogitia. Ateo,
marxista, socialista, anticomunista, internacionalista. Era un hombre grande, de
melena del color del camo, con gafas de concha. Ocurri en el curso 1929-1930,
en la clase de Introduccin a la Teora del Derecho que imparta la profesora
adjunta Ejnik. El profesor Lande, partidario de la teora de Petraycki, acababa de

abandonar la universidad y la seorita Ejnik era la nica del departamento que


segua sus doctrinas. Pranas apareci en la clase y tom la palabra, aunque ms
bien se limit a tartamudear, colorado como un tomate, porque apenas hablaba
polaco. Acababa de llegar de Viena, de la Marxhaus, donde los marxistas
austracos lo haban cobijado. A partir de 1926, despus de participar en el intento
de golpe de Estado socialista, todo el mundo en Kaunas conoca sus inclinaciones
polticas y comenz a llevar la vida de un exiliado interior. Mi larga amistad con l
fue parte de mi educacin no provinciana.
Pranas termin los estudios de Derecho y se doctor en Vilna; ingres
despus en la seccin de Sovietologa del Instituto de Estudios de Europa del Este.
Se hizo amigo all de Teodor Bujnicki, por aquel entonces secretario del Instituto,
as como de Stanisaw Baczyski, que imparta conferencias en l y era padre del
poeta Krzysztof Baczyski. Cuando a finales de los aos treinta el gobernador
Bociaski puso en marcha una poltica antilituana y antibielorrusa, Baczyski
propuso a Pranas mudarse a Varsovia donde le consigui, si recuerdo bien, un
trabajo de bibliotecario. En 1939, cuando estalla la guerra, Pranas vuelve de nuevo a
Vilna, desde donde viaja a Alemania para trabajar como corresponsal de uno de los
peridicos de la Lituania neutral. Es all donde lo sorprende la ocupacin sovitica
de Vilna. Nos vimos en el otoo de 1940 en Varsovia, donde haba llegado desde
Berln para liquidar su piso. Intent convencerme para que lo visitara en Berln.
Cuando le pregunt cmo poda hacerlo, me respondi: Es fcil, nuestro
consulado, aunque est cerrado, tiene todos los sellos necesarios. Te enviar un
salvoconducto. Pregunt a mi jefe en la organizacin socialista Libertad, Zbigniew
Mitzner, si deba aceptar la invitacin. l me respondi: Acepta, necesitamos que
alguien viaje a Berln para llevar unos microfilmes. De esta forma me convert en
el poseedor de un documento de viaje lituano, que quiz me protegera de las
redadas aunque ni siquiera eso era seguro, ya que no estaba registrado por los
alemanes. Mientras tanto la oficina de correos de los socialistas en la embajada
sueca en Berln haba sido descubierta.
Cuando termin la ocupacin alemana de Vilna, Pranas volvi y comenz a
ejercer la abogaca en la ciudad de Szawle. Enseguida se inici su xodo, en
compaa de su mujer y sus hijos, a travs de Prusia hacia el oeste. Despus de
unos cuantos aos emigraron a Canad, donde, a pesar de que los dos eran
doctores, tuvieron que trabajar en una fbrica. Pranas militaba en el sindicato y la
gente senta cario y aprecio por l. Tambin fue candidato al Parlamento, pero no
result elegido. En su casa tena una gran biblioteca de poltica y politologa.

Habra intentado averiguar las causas de su suicidio si no me hubiera


acordado de sus largos perodos depresivos que, ya en la poca en la que vivamos
juntos en la residencia estudiantil en Vilna, lo dejaban ms abatido que una
dolencia fsica. Aunque era fuerte como un oso sufri durante toda su vida de esa
recurrente enfermedad del alma.
Antologas. Gombrowicz se mofaba de m en Vence: Te imaginas a
Nietzsche preparando antologas?. Yo, sin embargo, lo haca, algo que puede
interpretarse como el afn propio de una persona que se siente demasiado
insegura, o demasiado orgullosa para colocarse en el pedestal. La primera fue la
Antologa de poesa social, que prepar junto con Zbigniew Folejewski en Vilna en
1933, y que fue el resultado de una obsesin revolucionaria; la segunda, El canto
independiente, apareci en la clandestinidad, en Varsovia, en 1942; la tercera, una
antologa de poesa inglesa y norteamericana, que prepar en Cracovia en 1942, no
lleg a publicarse; la cuarta, Postwar Polish Poetry, se public en Nueva York en
1968; la quinta, Extractos de libros provechosos, apareci en Cracovia en 1994; la sexta
fue la versin inglesa de la anterior, que se public con el ttulo de A Book of
Luminous Things, Nueva York 1996. Siempre queda algo cuando se arrojan semillas
al viento.
La antologa puede considerarse un gnero literario independiente, como los
extractos de pensamientos de diferentes autores, es decir, las recopilaciones de
citas. Ante la creciente cantidad de obras, las antologas ayudan a que las voces
independientes se puedan or por encima del ruido colectivo.
Anus Mundi, el ano del mundo. En 1942 un alemn propuso definir as a
Polonia. se fue el pas en el que viv yo los aos de la guerra. Ms tarde, durante
mucho tiempo, intent entender el significado de esta experiencia. Es bien
conocido que Adorno dijo que despus de Auschwitz escribir poesa sera un acto
abominable, y el filsofo Emmanuel Levinas fech en el ao 1941 el momento en el
que Dios abandon el mundo. En cambio yo escrib poemas dominados por el
sosiego, como El mundo y unos cuantos ms, justo en medio de lo que estaba
sucediendo en el anus mundi, y no lo hice porque ignorara lo que me rodeaba.
Merezco ser condenado por ello? Es posible, creo que hay tantas razones para
acusarme como para exculparme.
En el mundo de los seres vivos el horror existe, a pesar de que la civilizacin
se dedique a enmascararlo. La literatura y el arte mitigan el dolor y embellecen las
cosas, pero si en vez de hacerlo tuvieran que ensear la cruda realidad, tal y como

cada hombre sospecha que es, nadie lo soportara. Europa Occidental puede ser
acusada de hipocresa por su afn civilizador. Durante la Revolucin Industrial
ofreca sacrificios humanos al Baal del progreso, ms tarde llev a cabo una guerra
de trincheras. Hace ya algn tiempo le el diario manuscrito de un tal seor Ulrich,
que en el pasado haba luchado en Verdn como soldado raso de la infantera
alemana. Estas personas sufrieron un cautiverio similar al de los prisioneros de
Auschwitz, pero su sufrimiento y muerte quedaron sepultados por montaas de
olvido. Las costumbres propias de una civilizacin poseen cierta solidez, as pues
los alemanes en la parte de Europa Occidental ocupada se mostraban
desconcertados y no desvelaban sus verdaderos objetivos, mientras que en Polonia
actuaban abiertamente.
Es por completo humano y comprensible que la gente se niegue a aceptar los
crmenes y que griten eso es imposible! y, sin embargo, resulta que fue posible.
No obstante, aquel que sostiene que Dios nos abandon en 1941 se comporta como
una persona educada en una civilizacin dedicada a colocar paos calientes. Qu
sucede con la historia de la humanidad, con los milenios de matanzas mutuas? Y
eso sin mencionar las catstrofes naturales, como por ejemplo la peste, que
despobl Europa en el siglo XIV. Y ello sin hablar de esos aspectos de la vida
humana que no necesitan una gran plaza pblica para mostrar su dependencia de
las leyes terrenales.
A la vida no le gusta la muerte. El cuerpo, mientras puede, se enfrenta a ella
con los latidos del corazn y el calor de la sangre circulando por el cuerpo. Los
poemas que buscan el sosiego en medio del horror se inclinan por la vida, son una
rebelin del cuerpo contra la destruccin. Son como carmina, es decir, como
conjuros pronunciados para que el horror desaparezca por un momento y para que
reine en su lugar el orden de la civilizacin o, lo que es lo mismo, un orden como el
de la habitacin de un nio. Poemas como sos logran producir consuelo porque
dan a entender que todo aquello que sucede en el anus mundi es temporal y que lo
que perdura es el orden, algo que nadie puede asegurar con certeza.
Aosta. Que sean bendecidos los monarcas por su aficin a la caza!
Escogieron el valle de Aosta, en las faldas sureas de los Alpes, como coto de caza
real, y prohibieron talar all los bosques y ahuyentar a los animales. Gracias a ello
el valle de Aosta es hoy un parque nacional. Las ms raras especies de animales
como, por ejemplo, la cabra monts, consiguieron sobrevivir en ese lugar. Cuando
vivamos en Francia, en la dcada de 1950, no pudimos ver el valle, ya que ramos
demasiado pobres para permitirnos un coche. Despus nos llev all Mac

Goodman, en su gran automvil americano. El acceso al valle es bastante difcil,


lleno de curvas cerradas que serpentean pendientes empinadas, pero ms tarde
aparece un encantador pueblo de montaa y nos sorprende el verdor intenso de las
praderas de los Alpes, con esa multitud de arroyos y pequeos torrentes que se
esconden bajo la hierba.
Apercepcin. La palabra polaca uwano aparece ya en Mikoaj Kej. Por lo
tanto es la ms adecuada para traducir la inglesa mindfulness, apercepcin, palabra
que, segn los budistas, expresa todas las enseanzas de Buda. Apercepcin
significa una actitud de atencin amable hacia la naturaleza y el hombre de modo
que en cada detalle observemos aquello que est sucediendo a nuestro alrededor,
en vez de omitirlo despistados. Cuando leo las antologas de poesa budista que se
editan en California, observo que la actitud de atencin prospera en la poesa de las
ltimas dcadas y no slo en la que escriben personas que se consideran budistas.
Una actitud totalmente opuesta a las costumbres de la civilizacin tcnica, con las
prisas y los instantneos flashes de la televisin; seguramente tambin contribuya a
aumentar el inters por la proteccin de la naturaleza, porque la mente se dirige
hacia aquello que hay aqu y ahora.
La poesa contemplativa sirve de inesperado contrapeso a los procesos de
desintegracin en los que viven inmersos la poesa y el arte, a saber, acta en
contra de la sensacin de prdida del sentido de la vida. Se podra decir que se
trata de una lucha de resistencia de la espiritualidad contra el mundo
unidimensional. A veces su inspiracin es cristiana, sin embargo la mayora de las
veces su fuente espiritual es el budismo, aunque tambin hay poetas que beben de
ambas religiones.
Aunque adopta una gran cantidad de formas, desde una simple frase o un
haiku hasta los poemas largos y la prosa potica, la poesa de la apercepcin
tiene algunas caractersticas comunes, ya que el objetivo de aquellos que la cultivan
no es slo esttico. Su finalidad es la misma que la de los grandes libros religiosos
de la humanidad, pues ante todo quieren responder a la pregunta qu es el hombre
y cmo debe vivir. La poesa de la apercepcin es afn a algunos libros de la
Biblia, a los llamados libros sapienciales como el Libro de los Proverbios, el
Eclesiasts y algunos salmos. Al mismo tiempo, a diferencia de la literatura
cristiana devocional, que por lo general es ajena a los cambios en la alta cultura,
forma parte de aquello que se define como la poesa contempornea.
Como ejemplo de una atenta contemplacin del mundo escojo el poema en

prosa o, si se prefiere, el pequeo tratado que sali de la pluma de Thich Nhat


Hanh (la colonia vietnamita en los Estados Unidos es numerosa). El autor titula su
texto Interbeing e intenta convencer al lector de que el verbo inter-be (ser-entre)
debera figurar en el diccionario de la lengua inglesa. Sin embargo, el polaco s
tiene un verbo como inter-be: wspistnie. El texto es muy sencillo y nos invita a
interrogamos por los principios, porque puede haber algo ms sencillo que mirar
una hoja de papel blanco? Pero, en su lugar podemos reflexionar sobre lo que hay
detrs de ella, pues presentimos que es importante.
INTERBEING (SIENDO-ENTRE)

Si eres un poeta vers con claridad que en esta hoja de papel hay una nube
flotando. Sin nube no habra lluvia; sin la lluvia, los rboles no podran crecer; y sin
los rboles no se podra hacer el papel. La nube es necesaria para que el papel
pueda existir. Si la nube no existiera tampoco existira esta hoja de papel. As que
podemos afirmar que la nube y el papel son-entre.
Si nos fijamos en esta hoja de papel todava con ms atencin veremos en
ella la luz del sol. Sin la luz del sol el bosque no podra crecer: de hecho, nada
podra crecer. Ni siquiera nosotros podemos crecer sin el sol. Por lo tanto sabemos
que tambin la luz del sol est en esta hoja de papel. El papel y el sol son-entre. Y si
seguimos mirando veremos al leador que cort el rbol y lo llev a la fbrica para
que lo transformaran en papel. Y vemos el trigo. Sabemos que el leador no puede
vivir sin el pan de cada da y por eso el trigo del que est hecho el pan tambin est
en la hoja de papel. Y tambin el padre y la madre del leador. Cuando miramos
de esta manera vemos que sin todas esas cosas esta hoja de papel no podra existir.
Mirando ms profundamente todava podemos ver que tambin nosotros
estamos en ella. No es difcil verlo ya que, cuando miramos la hoja de papel, esta
hoja de papel es parte de nuestra percepcin. Tu mente est aqu, y tambin la ma.
As que podemos decir que todo est aqu, en esta hoja de papel. No puedes
sealar ni una sola cosa que no est aqu tiempo, espacio, tierra, lluvia,
minerales, sol, nube, ro, calor. Todo es-entre en ruta hoja de papel. Por eso creo
que la palabra ser-entre debera estar en el diccionario. Existir significa ser-entre.
No puedes existir por ti solo. Tienes que ser-entre con el resto de las cosas. Esta
hoja de papel existe porque existe todo lo dems.

Sin embargo, no hay que viajar tan lejos, a Vietnam o a California, para
encontrar ejemplos de poesa aperceptiva. He aqu el poema de Janusz Szuber que
extraigo del libro de poesa Mariquita en la nieve, publicado en Sanok, una pequea
ciudad de Polonia, en una edicin muy limitada. Se trata de la descripcin de una
fruta, una ciruela, por fuera y por dentro y tambin de una descripcin de las
sensaciones que produce comerla.
El canto de los gallos
El canto de los gallos ante el cambio del tiempo:
Bajo una nube azul oscura los oscuros testculos de las ciruelas
Con su manto gris y su grieta pegajosa
Sus dulces costras de mbar sucio.
La lengua intenta limar las asperezas del hueso
Y los aos pasan. Y l sigue hiriendo el paladar
Prometiendo llegar a la esencia -al fondo de aquel da
En el que los gallos cantaban ante el cambio del tiempo.
Arcata. Una pequea ciudad en el norte de California, en la costa del
Pacfico, cerca de la frontera con Oregon. El cielo siempre estaba gris a causa de la
neblina del mar. Estuve all un par de veces, y nunca vi el sol. Vivir all? Quiz
como un castigo. Sin embargo, hay personas que se ven obligadas por las
circunstancias a vivir en Arcata. La mayora encuentra trabajo como leadores en
los bosques de redwoods, es decir, de secuoyas, aunque se ven sometidos a la
amenaza constante del desempleo. Y, por supuesto, odian a los ecologistas que
pretenden privarlos de su medio de vida. En contra de los amantes sentimentales
de los bosques, los leadores coreaban con agrado el lema de Reagan, el
gobernador de California, que ms tarde se convertira en presidente de los
Estados Unidos: Quien ha visto un redwood, los ha visto todos.
Los bosques de secuoyas son especialmente sombros. Crecen en zonas de
niebla permanente, ya que necesitan una humedad constante. Columnas
gigantescas que han tardado miles de aos en alzarse, separadas por franjas de

niebla, y bajo cuyas copas se cierne una oscuridad completa y una ausencia
completa de vegetacin. Cuando uno de estos gigantes se cae, de su cuerpo brotan
enseguida nuevos retoos que se abren camino hacia arriba. Un solo rbol
suministra una gran cantidad de madera de construccin de primera calidad, por
eso se producen interminables guerras entre los ecologistas y quienes estn a favor
del desmonte.
Aron, Pirmas. Un personaje ficticio que Teodor Bujnicki y yo creamos en
broma. Bujnicki se acordaba de Kozma Prutkow, un poeta inventado por un grupo
de escritores rusos. Pirmas significa en lituano primero, as que el nombre
significa Aron el Primero. Aron Pirmas publicaba sus poemas en la revista literaria
agary. Reconoc el poema Mi viaje por Chequia, que sali de mi pluma a pesar
de que aparece en un volumen de poemas de Bujnicki. Pirmas se define a s mismo
en este poema como una mezcla de judo y lituano. Tambin hubo otros autores
que escriban bajo este apellido. Ms tarde (cundo?) Pirmas cambi el nombre de
Aron por el de Ariel y creo que todava algunas personas ms llegaron a publicar
sus frutos literarios con este seudnimo en el peridico El Correo de Vilna.
Asco. Fue Jzef Czapski quien me cont esta escena de la Revolucin Rusa.
En el bar de una estacin ferroviaria haba un hombre comiendo, que se
diferenciaba del resto por su vestimenta y sus modales, un ejemplo tpico de la
intelligentsia de antes de la guerra. Unos gamberros sentados en el restaurante se
fijaron en l. Se sentaron a su mesa y empezaron a burlarse de l y a escupir en su
plato. El hombre no se defenda, tampoco intent ahuyentar a sus asaltantes.
Estuvieron as bastante tiempo. De repente el hombre sac un revlver, se lo meti
en la boca y apret el gatillo. Parece como si este ltimo suceso hubiese sido la gota
que colmara el vaso, rebosante ya de torturas y obscenidades sin freno. Sin duda, el
hombre tena una piel delicada, adems seguramente lo haban educado en un
ambiente benigno, que lo protega bastante bien de la realidad brutal, la misma
realidad que las clases bajas consideraban normal. La brutalidad y la vulgaridad
salieron a la superficie con la revolucin y se convirtieron en atributos de la vida
sovitica.
En el ao 1939, la poblacin de Vilna y de Lww descubri de repente la
monotona y la fealdad de la vida sovitica. Me atrevo a afirmar que Stanisaw
Ignacy Witkiewicz se suicid no por miedo sino ms bien por asco hacia aquello
que, como bien saba, iba a imponerse, algo que, dicho sea de paso, describi en los
ltimos captulos de Adis al otoo. George Orwell, que como se sabe no ley a
Witkiewicz, describi de la misma manera en su novela 1984 la vida cotidiana bajo

la autoridad del nuevo sistema: monotona, suciedad, aburrimiento, olor a


comedor barato. Que califiquemos esta sensibilidad de esttica no nos ayuda en
exceso a comprenderla. Resulta ms til reflexionar sobre qu es lo que convierte la
existencia humana en insoportable y qu hace que estas cualidades insoportables
se concentren en ciertas condiciones. Podemos sacar la conclusin de que hay que
proteger al hombre, aunque sea envolvindolo en el interior de un capullo de
ilusiones.
Hermn Melville, en su relato Bartleby the Scrivener (es decir, El escribiente), se
ocup del caso de un hombre que rechaza participar en la vida y decide retirarse
de ella. Bartleby es un funcionario, un copista (por entonces no haba mquinas de
escribir) encerrado en una lgubre oficina neoyorquina, y que se comporta como
un insecto paralizado ante el peligro. Le resulta desagradable reclamar sus
derechos y se podra decir que siente una repugnancia absoluta hacia la existencia
entendida como una lucha. En vez de tomar parte en la vida, prefiere morir.
Askenazy, Janina. La hija nica del profesor Askenazy, el famoso
historiador. En las cartas de Jerzy Stempowski se reproduce una conversacin con
Askenazy, all por el ao 1930. Produce espanto. El profesor era plenamente
consciente del desastre, inevitable, de la doble amenaza que se cerna sobre el
Estado polaco. Para su suerte muri antes de la guerra.
Su hija era como una flor de invernadero, criada en un estrecho ambiente
intelectual. Era un ser totalmente indefenso. Era grandota, nada atractiva, morena,
tmida, psquicamente desequilibrada, con una buena dosis de esquizofrenia. Lea
poesa y filosofa. Durante la ocupacin alemana perteneci a la organizacin
Libertad, en la que yo tambin militaba. Zbigniew Mintzel fue el mximo dirigente
de Libertad hasta que, al final de la guerra, lo sustituy Wacaw Zagrski; la
organizacin la componan periodistas, escritores y actores, entre ellos muchos
judos que vivan fuera del gueto. La seorita Askenazy circulaba por la ciudad con
una gran bolsa repleta de escritos clandestinos. Nos visitaba en lo que era entonces
el final de la avenida de Niepodlegoci. No pareca plenamente consciente de sus
actos. En alguna ocasin nos cont que a veces perda el sentido del espacio y del
tiempo. Una vez le dio por dar vueltas y ms vueltas en un tranva que recorra un
trayecto circular, hasta que llam la atencin de la polica azul, el cuerpo de
seguridad polaco que vigilaba el orden pblico en la Polonia ocupada. La
arrestaron, pero consigui deshacerse del contenido de su bolsa en un retrete y por
alguna razn la liberaron. Quin sabe, quiz confes ser la hija del famoso profesor
o los policas no queran ocuparse de una persona enferma. Parece que en la

Varsovia ocupada la seorita Askenazy era una persona solitaria. Es probable que
nadie cuidara de ella. No s cmo muri.
Se me viene a la mente otro profesor pesimista, Marian Zdziechowski, quien
poco antes del estallido de la guerra public el libro Ante el final, y que, al igual que
Askenazy, muri, para fortuna suya, antes de ver cmo se cumplan sus profecas.
Sin embargo, cuando pienso en su hijo, tambin indefenso, siento un dolor
parecido al que me produce el recuerdo de la seorita Askenazy. Cay en las redes
de las grandes deportaciones que se produjeron en Vilna en junio de 1941 y fue a
parar a un campo de trabajo sovitico, donde la gente como l eran los primeros en
morir.
Para esos inocentes, muchos de ellos enfermos psquicos o en la frontera de
la enfermedad mental, el sufrimiento era como un embudo, un pozo sin fondo, un
abismo que la enfermedad no hace sino aumentar. Estos pensamientos me visitan
una y otra vez.
Atila. Un muchacho hngaro, que con slo 13 aos luch en la sublevacin
de 1956 y que, tras la derrota, huy a Austria. Mac y Sheba Goodman, que por
entonces vivan en Pars, cuidaron de l por simple bondad. Consiguieron llevarlo
a los Estados Unidos y le dieron una educacin. Atila sigue siendo para m un
difcil problema moral. Cuando los Estados Unidos se metieron en la guerra de
Vietnam, Atila, como era de esperar, se present voluntario, ya que tena bastante
claro que haba que luchar contra los comunistas all donde fuera. Nos conoca
como amigos de los Goodman y por lo tanto nos visit en Berkeley cuando se
diriga al Lejano Oriente. En ese momento el ambiente en Berkeley era muy hostil
al Ejrcito. Pero, al margen del clima de opinin contrario a la guerra, qu poda
decirle yo a una persona que buscaba un apoyo moral a una decisin como sa? En
Francia haba tenido la oportunidad de seguir la derrota de los franceses en
Vietnam, cmo es que los generales norteamericanos pensaban que iban a ganar?
Cmo poda explicarle a Atila que los vietnamitas luchaban en una guerra
nacional contra unos extraos, y que los extraos no pueden ganar una guerra as?
Debera haberle contagiado mi pesimismo? Haberlo desanimado cuando ya
haba tomado una decisin? Me senta fatal. Lo nico que pude hacer era mascullar
que la opinin norteamericana no era unnime y que todo ese asunto de la
confrontacin entre los dos bloques no era tan fcil como a l le pareca. Pobre
valiente y honrado Atila! Sin embargo, no muri en esa guerra. Sirvi en las
Fuerzas Areas y regres a casa con un ttulo de tcnico electricista.

Autenticidad. Mi mayor miedo: descubrirme fingiendo ser quien no soy.


Pero era consciente de que estaba fingiendo y tambin de que no tena otra
alternativa. Mi existencia individual era infeliz. Si iba a dedicarme nicamente a
mirarme el ombligo entonces mis escritos se contagiaran de mis quejas y
lamentaciones. En cambio, logr siempre mantener la distancia respecto de mis
interioridades -como un gusano de seda que forma un capullo a partir de un hilo o
como el molusco que hace su concha con una masa de cal, un distanciamiento
que me ayud desde el punto de vista artstico.
Senta la tentacin de descubrir mi juego y confesar que, a decir verdad,
nada me interesaba tanto como mi dolor de muelas. Sin embargo, nunca podra
estar seguro de que mi dolor de muelas fuera autntico, y que no fuese el resultado
de mi necesidad de creer en su existencia, amenaza que siempre existe cuando
alguien concentra demasiado la atencin en s mismo.
Mis lectores crean que mi estilo literario estaba muy unido a mi persona. Es
lo que pens incluso un lector tan meticuloso como Konstanty Jeleski, para quien
mi vida y mi poesa formaban una unidad. Quiz lo indujo a pensar as el xtasis
dionisaco que me caracteriza, pero que no es sino un barniz para ocultar el dolor.
La autenticidad en literatura conlleva la exigencia de escribir lo menos
posible pensando en un pblico determinado. Sin embargo, uno no vive en el
desierto y ya slo la lengua, con toda su tradicin, lo condiciona; adems, hay que
tener en cuenta la presin a la que nos someten las personas que hablan nuestro
mismo idioma. Ocurri que escrib para mis colegas marxistas en mi juventud
temprana, tambin pensando en la Varsovia patritica de la ocupacin alemana.
Quizs el camino del exilio fuera para m una salvacin ya que durante los largos
aos que pas en Francia y los Estados Unidos no escrib pensando en el pblico
occidental, sino ms bien en su contra. Por esa razn mi xito me resulta tan
valioso, pues le toc a una persona inexpugnable, que subraya, una y otra vez, que
no es uno de ellos. En cambio, antes de romper con el gobierno de Varsovia haba
empezado ya a escribir segn los dictados del realismo socialista.
No puedo tener una actitud favorable hacia los escritores polacos que
despus de la cada del comunismo en 1989 empezaron a escribir pensando en el
mercado editorial de Occidente. Lo mismo ocurre con los jvenes poetas, que
imitan la poesa americana, mientras que la escuela polaca, incluido yo, iba a su
aire, porque nunca olvidamos que nuestras experiencias histricas eran diferentes a
las de los estadounidenses.

Dependemos del modo en que nos servimos de la lengua. Podra mencionar


ejemplos de poetas para los que el estilo result ser un cors demasiado estrecho,
pues no fueron capaces de sobrepasar la barrera del idioma para alcanzar ideas
ambiciosas.
Automvil. Seguro que el coche lo inventaron para rerse de aquellos
pesimistas que afirmaban que el nmero de caballos iba a crecer de forma tan
vertiginosa que las ciudades se ahogaran en los malolientes excrementos de estos
animales. El destino me catapult del distrito de Kiejdany, donde haba slo un
coche (el del conde de Zabieo), hasta California, un lugar en el cual el coche es lo
mismo que la electricidad y el bao. No echaba de menos los buenos viejos
tiempos. Viva entre la suciedad y la peste sin darme cuenta de ello. Y eso que
perteneca a las llamadas clases altas de la sociedad. En la Vilna de mis aos
escolares se empedraban las carreteras con cantos rodados, las aceras eran de
madera y slo un par de barrios disponan de alcantarillado. Es fcil imaginar las
montaas de basura y estircol que haba en la Vilna de la poca del
Romanticismo. Merecera la pena describir a las lectoras de La Nouvelle Hlose no
desde arriba sino desde abajo, empezando por sus orinales (dnde los vaciaban?),
sus bragas (que no llevaban) y los esfuerzos de equilibrista que hacan durante sus
abluciones.
A decir verdad, en nuestro piso haba una baera de hojalata, pero calentar
agua con lea implicaba una compleja operacin. As pues, hoy, que no puedo
imaginarme una maana sin ducha, tengo que confesar con humildad que soy la
misma persona que antes se baaba, como mucho, una vez a la semana, a menudo
en uno de esos baos municipales. Y algo as era de lo ms normal. Incluso hace
poco Ignacy wicicki me record que en la casa de su familia, en la calle de
Makowa (donde juntos disparbamos a las cornejas con una escopeta), se acarreaba
el agua en cubos desde un pozo en el patio. Entonces no me daba cuenta de ello, ya
que era lo normal.
Es curioso que a pesar de nuestra atrasada civilizacin sucumb temprano a
los impulsos conservadores y (no se utilizaba entonces esta palabra) ecologistas, lo
que, ms o menos, significaba lo mismo. Mis herbarios, atlas ornitolgicos,
acuarios, jaulas con pjaros, as como la revista El cazador polaco, a la que estaba
suscrito mi padre, son responsables de ello. Tambin el libro de Zofia
Rodziewiczwna El verano de la gente del bosque, que acababa de leer por aquel
entonces. Todo esto bast para que, a la edad de 13 aos, me comenzase a
preocupar por la proteccin de la naturaleza y para que trazase las fronteras de mi

pas ideal, en el que no haba ni campos vallados ni carreteras y en el que el nico


medio de comunicacin permitido eran las canoas en los ros y canales.
Consideraba el coche como una amenaza debido al ruido. Hoy resulta difcil
entenderlo, pero los coches de entonces llenaban el paisaje del estrpito y el fuerte
ruido de sus motores, as que parecan inservibles para mis fines, ya que rompan
el silencio de la naturaleza para hacer patente la presencia humana. Ms tarde,
durante nuestras excursiones a pie con el Club de los Vagabundos, tampoco
mirbamos los coches con simpata y me acuerdo muy bien de un automvil que
nos adelant aullando y despus se par de repente, y Robespierre y yo coreamos:
El coche arrogante se averi.
Mi Estado ideal tena una Constitucin en virtud de la cual las fronteras
estaban cerradas para la mayora de los mortales y nicamente permanecan
abiertas para los amantes de la naturaleza. Es decir, para aquellos adultos que
haban preservado el entusiasmo. Me prometa que iba a ser uno de ellos, un
naturalista. Pero las cosas dieron un giro.
El hombre que estaba fuera del coche se convirti en uno sentado detrs de
un volante, alguien que se sienta a cantar las alabanzas de ese vehculo, pues
gracias a l conoci la Costa Oeste de los Estados Unidos, desde la frontera
mexicana hasta las Montaas Rocosas de Canad; gracias a l durmi en una
tienda al lado de los lagos de las Sierras y se tost al calor del desierto que llaman
el Valle de la Muerte.

[B]

Baal. En el verano de 1862 Dostoievski hizo un viaje por Francia e Inglaterra


que luego plasm en una pequea obra, Apuntes invernales sobre unas
experiencias veraniegas. Al captulo quinto, dedicado a Londres, lo titul Baal,
porque le pareci que en aquella ciudad se hacan sacrificios humanos en honor de
ese dios de Siria y Canan, cuyo nombre significa simplemente Seor. Nadie, ni
siquiera Dickens en sus pginas ms lbregas, escribi cosas tan terribles sobre la
gran urbe del capitalismo decimonnico como las que salieron de la pluma de
Dostoievski. Seguro que, como buen ruso que era, tena motivos para sentir
rechazo por Occidente; sin embargo, la indignacin moral que expresa es tan fuerte
y las descripciones tan realistas que resulta difcil creer que se est dejando llevar
por sus prejuicios. La miseria, el agotamiento por el extenuante trabajo realizado,
las borracheras, las hordas de prostitutas, muchas de ellas menores de edad, eran la
prueba palpable de que las clases altas de Inglaterra ofrecan sacrificios al Baal del
dinero. No es extrao que Karl Marx concibiese su profeca cargada de
revanchismo en ese mismo Londres. Porque dejar que reine la ley del ms fuerte
debera considerarse un atentado contra la dignidad humana. Mis fuertes instintos
socialistas surgieron al pensar en los millones de vidas humanas que quedaron
sepultadas en el fango. A decir verdad, cabe preguntarse hasta qu punto les
servira de consuelo a estos perdedores saber que millones de personas moriran en
los campos de trabajo soviticos.
Otro ruso, Mximo Gorki, estuvo en Nueva York recin comenzado el siglo
XX y escribi un reportaje que titul La ciudad del diablo amarillo (es decir, del
dlar). Cuando lo le por primera vez pens que exageraba; sin embargo, su
descripcin se ajusta a la realidad de lo que la ciudad era para los que estaban
abajo, realidad que en muchos sentidos pervive an en nuestros das. Ms tarde
Gorki visit Solovki y simul con amabilidad que no se haba dado cuenta de que
estaba en un gulag[2].
Baczyski, Krzysztof. Cuando en la dcada de 1930 me encontr en Vilna
con el famoso crtico Stanisaw Baczyski no saba que ms tarde iba a conocer a su
hijo y que ste se convertira en un poeta famoso. Stanisaw Baczyski viajaba
desde Varsovia a Vilna para dar conferencias en el Instituto de Estudios de Europa
del Este. Tena buena planta, caminaba siempre erguido, con un aire muy
castrense, lo que coincida con lo que se contaba sobre su participacin en las

legiones polacas, en el regimiento de los ulanos, o sobre sus hazaas durante la


sublevacin de Silesia. Desde el punto de vista poltico se lo situaba con la
izquierda de Pisudzki, que haba dado origen al Partido Socialista Polaco, el PPS.
A juzgar por los artculos que publicaba se puede afirmar que era marxista. Este
conjunto de caractersticas me resultaba sorprendente, y lo cierto es que no volv a
encontrarme con personas como l.
Durante la ocupacin alemana sola visitar a Krzysztof Baczyski en su piso
de Varsovia, es decir, en el suyo y de su madre, ya que el padre haba muerto. Me
entreg algunos poemas para mi antologa. Lo recuerdo siempre tumbado, ya que
desde haca tiempo sufra de asma. Su delicadeza y su timidez me traan a la mente
la imagen de Marcel Proust en su habitacin empapelada de corcho. No se
relacionaba con el grupo Arte y Nacin, formado por intelectuales de su
generacin, ni tampoco con el grupo antagonista, liderado por Tadeusz Borowski.
Baczyski prefera editar su propia pequea publicacin El camino. No me daba
cuenta por entonces de la evolucin que este chico haba experimentado a lo largo
de sus aos escolares. Durante un tiempo se consideraba a s mismo marxista
trotskista. Su amigo del Instituto Rey Batory, Konstanty Jeleski, describi una
pelea que surgi a raz de las burlas de las que era objeto Rysiek Bychowski, un
judo: ramos slo cinco contra ms de treinta, pero Krzysztof Baczyski se puso
de nuestra parte. Por cierto que Bychowski, siendo piloto en Inglaterra durante la
Segunda Guerra Mundial, le envi una carta a su padre, que viva en Nueva York,
en la que le comentaba el antisemitismo incorregible de los polacos y su decisin, si
consegua salir sano y salvo de la guerra, de no volver a Polonia. Poco despus
derribaron su avin cuando sobrevolaba Colonia y muri.
La transformacin de Baczyski de un enfermo de asma, protegido por la
madre, en un soldado es un asombroso triunfo de la voluntad: Mi amante se
llama voluntad, sola decir. Es probable que el ejemplo de su padre, que haba
luchado con las Legiones en la batalla de Stochd, le sirviese de aliento. Algunos
crticos literarios han sealado esta transformacin, rindiendo as homenaje al
heroico poeta-soldado. Sin embargo, hay otro conflicto que se omite y contra el
cual su voluntad tuvo que luchar. Su madre, de soltera Zieleczyk, proceda de una
famosa familia juda asimilada. Jadwiga Zieleczykwna, prima hermana de
Krzysztof y compaera ma de estudios en la Facultad de Derecho de Vilna, se
gan cierto renombre al ganar un concurso de retrica. (A Jadwiga la ejecutaron los
alemanes en 1943). As que Krzysztof era judo por parte de madre y al parecer,
aunque no lo s con detalle, tambin su padre se haba cambiado el apellido. El
caso es que l era plenamente consciente de que su lugar estaba junto a los suyos

en el gueto, lo que implicaba un problema de solidaridad imposible de resolver.


Tambin tena que ser consciente de que detrs de la camaradera con sus
compaeros de armas del Ejrcito Nacional se esconda un reto similar al de
aquella pelea escolar: cinco contra treinta y tantos, y entre estos cinco slo un par
de no judos.
Como heredero de la poesa romntica polaca, sobre todo de Juliusz
Sowacki, sacrific su vida a la patria de forma consciente, sabiendo al mismo
tiempo que esta patria no lo quera. Todava ms, senta que su pueblo, aquel con el
cual estaba unido no slo por lazos de sangre sino tambin por una historia
milenaria, era el pueblo judo que se encontraba en el gueto. Algunos poemas
suyos lo corroboran con claridad, aunque podran haber sido ms reveladores sin
todas esas complejidades existencialistas. El tono romntico cubra con un barniz
oscuro los destellos de su propio yo.
Baladas y romances. El invariable encanto de Mickiewicz, su
incomprensible magia. De dnde procede el encanto de sus textos? El contenido
de sus poemas no es nada refinado (a excepcin de su Tukaj), y la forma es una
mera imitacin. Al fin y al cabo, tambin otros poetas escribieron baladas sobre
temas similares y en verso, siguiendo los gustos de la poca. Intent racionalizar
este encanto de alguna forma. Mickiewicz se haba formado en el clasicismo, lo que
le dotaba, entre otras cosas, de modelos femeninos y masculinos cuajados de
agilidad y de gracia (por ejemplo las slfides en El robo del bucle de Alexander
Pope). Las baladas son obra de un clasicista, es decir, de un autor que huye de los
fantasmas y de las apariciones. Incluso cuando Karusia sostiene en
Romanticismo que ve a su amante muerto, se nos da a entender que es la fuerza
creativa del corazn, y no su creencia, la que hace aparecer a Jasieko. As pues,
Mickiewicz se mueve en sus baladas en un mundo en el que reina el como si, un
mundo fronterizo entre la creencia y el escepticismo sobre los fenmenos
paranormales. De todos modos, predomina la nota humorstica y resulta de gran
ayuda que el autor disfrute con lo que escribe. Algo similar ocurre con la
Metamorfosis de Ovidio. Acaso cree el autor en las transformaciones mitolgicas
que describe, como por ejemplo la de esa mujer que se convierte en un ruiseor?
Puede que lo creyera al menos en parte, o que simplemente se dejase llevar por la
propia naturaleza de la materia tratada. Todo eso est muy bien pero Mickiewicz,
el atrasado provinciano, estaba dispuesto a creer a pies juntillas las leyendas
populares, y adems era supersticioso, tal y como puede comprobarse en su libro
La vigilia de los antepasados. Acaso yo mismo, como el puchero que le dijo a la
sartn aprtate de m que me tiznas, no me cre palabra por palabra la historia

del ama de llaves del cura de witobro a quien despus de muerta tuvieron que
sacarla de su tumba (que todava hoy en da existe en el cementerio de esa
localidad) y empalarla con una estaca de lamo para que dejara de gritar?
Las explicaciones racionales no ayudan mucho. El encanto de las baladas es
igual que el de las palabras mgicas. Son carmina, y el trmino carmen significaba
originariamente hechiceras de brujo o, como se dira hoy, de un chamn. Aunque
ms tarde el verbo carminare signific componer poemas. Las frmulas adecuadas
para el ritual o el sortilegio deben ser concisas, fciles de pronunciar. Igual que
stas:
Mira, Maryla, donde se termina la arboleda.
O: Quienquiera que est en los alrededores
de Nowogrdek.
O: Krysiu, Krysiu, grita;
y el eco le responde: Krysiu.
O: Yo no muero, no lloro,
Vosotros aliviad vuestro dolor.
De acuerdo, para formular carmina en el espacio de una cueva sacra o en una
librera moderna, est bien tener una formacin clsica. Mickiewicz la tena. Los
poetas actuales haran bien si consideraran la ayuda que les puede suponer la
composicin de las slabas en un poema mtrico.
Siempre le estar agradecido a Mickiewicz, aunque no comprendo mucho su
vida; de dnde le viene su fuerza potica? Aunque para ser agradecido, no hace
falta entenderlo todo.
Balzac, Honor de. Nuestro tro Janka, Jerzy Andrzejewski y yo mismo
se dedicaba a leer su obra en la Varsovia ocupada por los alemanes. Un escritor
brutal, yo dira que muy apropiado para aquel tiempo. Nuestro tro puede
permanecer unido en estas lneas, como entonces, antes de que nuestros caminos se
separaran. La lectura de Balzac coincidi con la edicin en la casa en la que
vivamos Janka y yo de nuestro primer libro en la ciudad ocupada, una

recopilacin de mis poemas publicada con el seudnimo de Jan Syru, el apellido


de mi bisabuelo. Antoni Bohdziewicz consigui el papel y la multicopista, Janka
cosa los ejemplares con la ayuda de Jerzy. Justo despus nos entr la pasin por
Balzac. Como forma de rechazo a Conrad. Era la poca en la que Jerzy diriga una
publicacin literaria para los crculos de lectores, de la que yo era el principal
colaborador. Andrzejewski colocaba all sus cuentos, que posean una gran
intensidad dramtica y trataban de cuestiones trascendentales. La mente de Janka
era muy sobria y se inclinaba por la irona, as que el lirismo a lo Conrad (segn la
traduccin de Aniela Zagrska) que encontraba en los trabajos de Jerzy no le
gustaba, algo que confesaba abiertamente durante nuestras sesiones de vodka en el
bar El gallo. En la prosa de Balzac no haba nada de lirismo romntico y, en opinin
de Janka, la lectura de este autor (en las traducciones de Boy-eleski) apoyaba sus
puntos de vista.
Mis queridas sombras, no puedo invitaros a conversar conmigo porque
detrs de nosotros hay una vida entera y slo nosotros sabemos cunta tragedia
hay en ella. Nuestra conversacin se hubiera convertido en un lamento a tres voces.
Barroco. Sus vidas eran duras y montonas. Iban detrs del arado,
sembraban, empuaban la hoz y despus segaban con la azada, as una y otra vez,
de sol a sol. Slo los domingos, cuando iban a misa, todo cambiaba de repente.
Dejaban atrs la monotona para sumergirse en la blancura y el oro de los capiteles
de columnas onduladas, en el dorado marco de los cuadros, del ciborio en el centro
del altar. Y todava ms oro y blancura arriba, bajo la cpula, mezclndose con la
luz y el azul de cielo. Miraban alrededor y la msica de los rganos los haca
levitar.
El barroco de los palacios y de las torres de las iglesias no es el ms
importante, sino el de los interiores de los templos. Qu hallazgo tan maravilloso!
No es extrao que el barroco jesuta se extendiera al este de Europa, hasta las
ciudades de Poock y Witebsk, que conquistara Amrica Central y del Sur. La lnea
ondulada en lugar de la recta, la forma caprichosa y abundante de colocar los
ropajes en las estatuas, los ngeles rollizos que vuelan y que invitan al oro, al
esplendor dorado dispuesto de la manera ms generosa.
Quizs el barroco surgi para rivalizar con el cofre o la colmena dorados
que son los interiores de muchas iglesias ortodoxas, donde el canto, el olor al
incienso y las palabras de la liturgia sustituyen a la teologa y a la propagacin de
la buena nueva? Slo s que unos caballeros de Kiev, en el siglo X, se encontraron

de pronto en Hagia Sophia, la iglesia ms grande de Bizancio, y una vez en el


interior del templo ya no saban si estaban en la Tierra o en el Cielo. Segn la
leyenda este hecho motiv que el prncipe de la Rus de Kiev eligiera para su pas la
religin cristiana. De todos modos, el barroco catlico rivaliz de forma eficaz con
la iglesia ortodoxa, fren la marcha de la Reforma, quiz porque las paredes
desnudas de una iglesia protestante no podan anunciar el Reino de los Cielos.
Baudelaire, Charles. Una vida infeliz, una gran inteligencia, un poeta
importante. Quizs hubiera poetas de su misma talla en otros pases, pero
Baudelaire era francs en el momento en el que Pars pasaba por ser la capital
cultural del mundo. Y fue ese Pars, smbolo de la gran ciudad en la era de la
Revolucin Industrial y tcnica, la ciudad infernal, la cit infernale, la que fue objeto
de su poesa y de sus magnficas disertaciones sobre la pintura.
Desde el punto de vista teolgico es un personaje interesante, en la frontera
entre la falta de fe y la creencia, rasgo que lo diferencia de sus sucesores Stphane
Mallarm y Paul Valry, que eran ateos. Estaba imbuido por completo del ambiente
del catolicismo romano, lastrado por una fuerte impronta maniquea y sensible en
especial a las fuerzas de los infiernos, tanto los del mundo terrestre (urbano) como
los ultraterrenos. Contribuy, y no en menor medida que Balzac, a crear la imagen
mitolgica de las grandes urbes. Tierra balda de T. S. Eliot y Ulises de Joyce beben
de esa misma fuente.
En la versificacin de sus poemas, Baudelaire fue fiel a los principios de la
mtrica francesa. Aleksander Wat me mostr un poema de Baudelaire y un soneto
del siglo XVI sin mencionar ni el autor ni la poca. Era difcil averiguar cul era el
de Baudelaire. Ese continuismo en la versificacin explica el cambio vanguardista
en Francia, determinado, en primer lugar, por el deseo de liberarse de la tirana de
los alejandrinos. Eso es lo que en una ocasin me quiso mostrar St. John Perse,
cuando me habl con desdn de quienes imitaban la modernidad en otros idiomas,
ya que lo hacan sin poseer los motivos de los franceses.
Las traducciones de Baudelaire al polaco son malas. Por qu? Si alguien
pretende escribir un ensayo sobre este tema tendra que comparar los versos
originales y los polacos palabra por palabra y sacar conclusiones sobre la desigual
evolucin de ambas lenguas.
En el ao 1936 trabaj durante mucho tiempo en un poema de Baudelaire
titulado Balcn. Creo que es una de mis mejores traducciones.

Sus ensayos sobre la pintura, Saln 1846 entre otros, muestran la puntera de
antes. El ms importante, en mi opinin, es Constantin Gys, peintre de la vie
moderne. Este pintor de vida moderna fue en realidad un reportero que utilizaba
una cmara de fotos en vez de un cuaderno de dibujo y un lpiz. Le este tratado,
que se edita por regla general como un librito aparte, en Varsovia (poco antes de la
guerra), y su lectura tuvo para m un significado revelador. Capt de pronto la
artificiosidad de la civilizacin, su carcter teatral, en el que la mujer ejerce de
suma sacerdotisa del erotismo. Me gust tanto este pequeo libro que lo traduje al
polaco. Pero el manuscrito se perdi en algn sitio entre las ruinas de mi piso de
Varsovia. Ms tarde lo tradujo de nuevo Joanna Guze.
Beauvoir, Simone de. Nunca tuve contacto personal con ella, pero mi
antipata no ha disminuido ahora que ya est muerta y que su nombre desciende
con rapidez hasta el reino de las pequeas notas al pie. Se dira que esta antipata
hacia una dama que simbolizaba el gran mundo era algo inevitable para alguien
que, como yo, procede de una provincia lejana. Alguien podra pensar que es el
comportamiento propio de un palurdo ante una civilizacin refinada. Beauvoir se
encerr tanto en el capullo de la cultura francesa que ni siquiera pudo imaginarse
cmo se la vea desde fuera. De las tres compaeras de clase de la cole Normale
Suprieure que se llamaban Simone adems de ella, Simone Weil y Simone
Petrment la Beauvoir estaba convencida de que era la ms liberada,
representando mejor que nadie el discreto encanto de la burguesa francesa.
Jams pude perdonarle su vileza y la de Sartre en la cacera que emprendieron
contra Camus. Fue como el argumento de un cuento moral: un hombre recto,
noble, veraz y un gran escritor a quien una pareja de supuestos intelectuales
escupieron en nombre de lo polticamente correcto. Qu ceguera doctrinaria la
suya al escribir una novela entera, Les mandarins, para intentar desacreditar a
Camus, relacionando sus ideas con chismes sobre su vida personal.
Y ella, que se erigi en la voz ms audible de las feministas. Eso no dice
mucho a favor de las feministas. Siento respeto, e incluso debilidad, por aquellas
mujeres que defienden a otras mujeres movidas por la compasin. En el caso de
Beauvoir no era ms que una moda intelectual. Una ta tonta.
Bend. Unos pinos enormes, el cielo azul, aguas cristalinas que descienden de
las montaas, de algn lugar en la cumbre, en las nieves de la cadena de Cascades;
siempre se me vienen a la mente estas imgenes cuando pienso en esa pequea
ciudad en el corazn de los bosques del estado de Oregon. Aunque en realidad se
encuentra en la frontera entre estos bosques que se extienden en direccin al

ocano, mientras que hacia el este empieza una enorme extensin de terreno seco y,
a veces, desrtico.
Para ir al norte, hacia el estado de Washington y las Montaas Rocosas
canadienses, o tambin hacia lugares ms cercanos como la reserva india prxima
a Hot Springs, hay que toparse con Bend. En el lugar hay unas fuentes de las que
mana agua realmente caliente. Como siempre, el hombre blanco dej a la tribu
india un terreno baldo de pequeas cimas donde la nica vegetacin est formada
por arbustos de mesquite. Sin embargo, ocurri que un mdico de una ciudad
cercana les aconsej a los indios cmo utilizar las fuentes de agua caliente que se
encontraban dentro de sus propiedades. Construyeron un hotel, acondicionaron
unas piscinas, plantaron unos rboles; un oasis precioso en medio de un desierto,
trabajo y ganancias para toda la tribu.
Bend (incluido el pequeo centro indio de Kaneetah) me recuerda tambin
instantes de felicidad, aquellos que no apreciamos en su momento ya que gravitan
en torno de alguna preocupacin. Ms tarde, cuando separamos los buenos
momentos de los malos descubrimos que fueron felices.
Berkeley. Cuando estuve en San Francisco en 1948 no poda imaginarme que
al otro lado de la baha se encontraba la ciudad que el destino haba escogido como
mi residencia ms prolongada, hasta el punto de que ni siquiera la Vilna de los
aos escolares y universitarios podra rivalizar con ella. Me sent muy
entusiasmado con mi visita a San Francisco en la dcada de 1940, aunque me lo
tom ms como un viaje a otro planeta que como una visita a un posible lugar de
residencia. A pesar de esta visita, no fui capaz de hacerme una imagen fiel de
Berkeley cuando en 1960 acept una invitacin para convertirme en lector de
polaco en su Universidad. Pensaba que la ciudad estaba situada en la baha, pero
qu va!, no es ms que un montn de hormign sobre una montaa de basura,
tierra arrebatada al mar, terrenos hmedos y baldos, cerca de barrios repletos de
fbricas y almacenes y rodeada abajo por el gueto negro. Pens que habra playas y
lugares para darse un chapuzn. Qu va! Ni un grano de arena; en cuanto al agua,
est demasiado sucia y fra a causa de una corriente de bajas temperaturas que
pasa justo por este lugar de la costa del Pacfico. Las vistas desde la parte alta de
Berkeley a la baha, a los lagos y los rascacielos de la ciudad son impresionantes,
aunque se parecen a un paisaje lunar. La quintaesencia de los grandes espacios
americanos y de la alienacin del hombre. Pero haba ido all para aguantar y no
para que me gustasen las cosas. Recib al mismo tiempo dos propuestas; una de
Berkeley y la otra de la University of Indiana en Bloomington. Quiz si hubiera

elegido Indiana habra encontrado mayor armona con la naturaleza. No obstante,


los paisajes de California se fueron fusionando, sin yo pretenderlo, con los de
Lituania.
Biografas. Por supuesto que todas las biografas son falsas, sin exceptuar la
que un lector se tome la molestia de entresacar de este Abecedario. Son falsas porque
los respectivos captulos estn unidos por una idea preconcebida cuando realmente
poseen otra unidad literaria que nadie adivina. De todos modos, esta misma
falsedad contagia tambin a las autobiografas ya que la persona que escribe sobre
su vida debera tener la vista de Dios para entender las relaciones entre los hechos
aislados de su vida.
Las biografas son como conchas: a partir de ellas poco puede saberse del
molusco que las habitaba. Incluso en cuanto a mi biografa se refiere, unida a mi
obra literaria, siento como si dejara tras de m slo una cscara vaca.
Por lo tanto, el valor de la biografa consiste slo en reconstruir la poca con
la que coincidi una vida determinada.
Biologa. La ms demonaca de las ciencias ya que socava nuestra creencia
en la superioridad del destino humano. Cualquiera dira que los maniqueos, que
crean que un demiurgo malvado cre el mundo, inventaron esta ciencia, aunque, a
decir verdad, la biologa apareci mucho ms tarde. Se dedica, tal y como indica su
nombre, a la vida, as que, en primer lugar, debe estudiar la alimentacin de los
organismos, sobre la base de que unos sirven de alimentos a los otros. La
naturaleza se divide entre los depredados y los depredadores, natura devorans y
natura devorata. La idea principal es la lucha, as como la supervivencia de los
fuertes y la desaparicin de los dbiles. El ingrediente ms diablico de los
descubrimientos biolgicos consiste en colocar en un pedestal a la fuerza y ni
siquiera hace falta recurrir a la filosofa para extraer conclusiones pesimistas de
estos datos cientficos.
La supervivencia de los ms adaptados se llama seleccin natural y explica
la aparicin y desaparicin de especies. De este modo se abre el abismo de los
tiempos; es decir, la antigedad de la Tierra, que segn la Biblia no sobrepasa los
6000 aos, se remonta ahora a millones y millones de aos de existencia de
organismos vivos, que nacen y mueren sin necesidad de poseer eso de lo que tan
orgullosos estamos, la conciencia. Pero nuestra especie tambin es un eslabn en la
cadena de la evolucin y la conciencia humana se diferencia apenas en un grado de

la inteligencia de los mamferos ms prximos a nosotros en dicha cadena.


Darwin, que en su juventud haba estudiado teologa en Oxford, posea una
dimensin religiosa. Al publicar en 1859 Sobre el origen de las especies, dijo, con pena,
que su obra daba lugar a una teologa diablica. Esa afirmacin slo poda
significar que tambin a l su teora le pareca repugnante, tanto como a las Iglesias
que lucharon contra ella. Y, sin embargo, deba rendirse a la evidencia.
Fue Darwin quien derrib el muro que separaba al hombre del animal. El ser
humano, dotado graciosamente de un alma inmortal, estaba destinado a dominar
hasta el fin de los tiempos sobre todas las criaturas vivas. El Creador dice en el
Gnesis: Hagamos al hombre a nuestra imagen, segn nuestra propia semejanza.
Domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre
las fieras campestres y sobre los reptiles de la tierra. Sin embargo, nuestra
condicin de reyes de la Creacin qued en entredicho desde el momento en que
desapareci la frontera que nos separaba del resto de los seres vivos, desde el
momento en el que descubrimos que la conciencia haba surgido mediante un
proceso evolutivo. La creencia en un alma inmortal se convirti a partir de entonces
en una suerte de usurpacin.
Ninguna ciencia se adentra tanto en nuestra percepcin del mundo como la
biologa. Durante el siglo XX la biologa consigui un poder absoluto, gracias sobre
todo a las obras de divulgacin que simplificaron y vulgarizaron sus teoras. Segn
Jerzy Nowosielski, un pensador cuya ortodoxia no adolece de los tpicos prejuicios
catlicos, han sido los alemanes, la nacin de los filsofos, quienes se han
encargado en el siglo XX de una tarea realmente excepcional: demostrar en la vida
real que esa imagen de los seres humanos como animales guiados por relaciones
de fuerza ha de tener sus consecuencias. Lo hicieron construyendo Owicim
(Auschwitz).
Blasfemia. Es la palabra injuriosa proferida contra lo que se considera
sagrado. Debera llamarse sacrilegium, pero la lengua polaca carece de una palabra
que derive de sta. Por su parte, la palabra que se usa en polaco, witokradztwo,
est estrechamente emparentada con el sustantivo robo, y sin embargo es posible
profanar el espacio sagrado sin necesidad de robar los objetos litrgicos.
La maledicencia hacia Dios, utilizando para ello los peores insultos, se ha
ganado bastantes adeptos e incluso hay personas que sostienen que se trata de una
nueva manera de mostrar respeto a la divinidad. No obstante, yo tuve contacto con

otro tipo de blasfemia, y tuve la ocasin de blasfemar en otro sentido, en el poltico.


En el siglo XX las masas se mostraron muy vulnerables a las consignas, que
para nada se les presentaban como propaganda sino como verdades absolutas que
slo un loco se atrevera a poner en duda. Un alemn que cuestionase el carcter
providencial del Fhrer mereca automticamente la consideracin de demente.
Algo similar suceda con un disidente ruso; no slo las autoridades sino tambin la
voz de las masas lo metan en el manicomio.
En Polonia experiment la fuerza de las convicciones colectivas, tan slidas
que no eran ni siquiera objeto de discusin, que se convertan en algo tan normal
como el aire que respiramos. La Repblica Popular de Polonia acert a crear una
mezcla peculiar de cosas seguras (axiomas) adaptadas a las condiciones locales. En
primer lugar, la tesis sobre la solidez, determinada geopolticamente, del estado de
cosas existente. Esta tesis implicaba que el verdadero centro del poder resida, y
siempre residira, en Mosc. A todo eso se aada una fuerte dosis de patriotismo:
la industrializacin, la proteccin frente a las pretensiones de Alemania Occidental,
el Estado como promotor de la cultura nacional. La privilegiada comunidad de
escritores y artistas a la que yo perteneca consigui crear su propio subproducto
de esta ideologa y se enorgulleca de conquistar libertades y utilizarlas para el bien
del pas.
La participacin a diario en las actividades comunitarias, as como cierto
calor colectivo, ayudaba a la hora de mantener e interiorizar la fe dominante. Como
yo viva en el extranjero pude observar estas costumbres desde fuera y darme
cuenta de cosas distintas a lo que perciban los que vivan en el pas. Sin embargo,
cuando romp con Varsovia y me entregu a la escritura de El pensamiento cautivo,
senta con fuerza que estaba haciendo algo incorrecto, que estaba violando las
reglas del juego aceptadas por todos, incluso ms, que me estaba adentrando en el
espacio sagrado para blasfemar. Las plumas de mis amigos de Varsovia que me
sealaban como enemigo no slo servan a su miedo, como en el caso de Sonimski
y Iwaszkiewicz, sino tambin, en algunos casos, expresaban una indignacin
sincera.
Juro por mi madre y por Varsovia que su accin todava me duele, escribi
Gaczyski en Poema para un traidor, mientras que Kazimierz Brandys en el
relato Que quede olvidado cre un personaje, una especie de leproso moral, pues
en su opinin slo una persona enferma era capaz de romper con el campo del
progreso.

Ya que el todo Pars intelectual crea en una pronta victoria del


autodefinido como sistema socialista, as como en la sabidura de Stalin, la voz de
un personaje como yo slo poda entenderse como la voz de alguien que se
autodefine como el enemigo de la razn, ya que nadie en su sano juicio hara algo
similar. Por desgracia, no tena a mi favor una sensacin de superioridad moral, ya
que al blasfemador no le gusta ser excluido de la comunidad.
Ms tarde, en Berkeley, supe bastante sobre el modo colectivo de
pensamiento de la izquierda y sobre la adquisicin de pautas en forma de political
correctness (correccin poltica). Pero todava en la Varsovia del ao 1990 decir que
el comunismo ruso haba sido un sistema igual de criminal que el nazismo
provocaba un impulso de tal furia que era fcil adivinar la existencia de
yacimientos enteros de adictos al viejo dolo.
Bocca di Magra. Significa literalmente desembocadura del ro Magra. Al
norte de Carrara. Creo que fue en el verano de 1963. Nicola Chiaromonte y yo
estbamos sentados en la terraza de un restaurante, bebamos vino y charlbamos
sobre teatro. En ese momento llegaron Mary McCarthy y Jorge Semprn, un
escritor espaol exiliado en Francia. Mi hijo Tony correteaba con los hijos de
Semprn. Tambin estaban Miriam, la mujer de Nicola, una chica inglesa de cuyo
nombre no me acuerdo, y mi mujer Janka. Todo el grupo se meta de vez en cuando
en una lancha con motor en el puerto pesquero y se diriga a una baha inaccesible
por tierra, que estaba rodeada por rocas de mrmol blanco. El agua estaba lisa, y
era verdosa y transparente, poda verse con nitidez el blanco de las rocas en el
fondo; nadar, tumbarse en las placas de mrmol y zambullirse de nuevo resultaba
un goce para los sentidos. Pero qu es lo que pensaba en esos momentos? Durante
mi estancia tuve la sensacin de que todo el tiempo debera ser igual, como en
aquellos momentos de felicidad en la pequea baha y, al mismo tiempo, senta
pena de que no fueran as porque la afliccin, mi vieja amiga, me atormentaba por
dentro. Si fuera un escritor de novelas, con seguridad, todos estos personajes,
incluido yo mismo, me hubieran suministrado un material interesante sobre el cual
escribir. La paz sea con ellos. Y conmigo.
Bogomilos. Una secta maniquea de la Bulgaria de la Edad Media, que surgi
en estas tierras porque Bizancio, en cuyas provincias orientales de Asia se
propagaba la religin hertica del profeta Mani, intent deshacerse de los
maniqueos expulsndolos hacia el sur. Los bogomilos se refugiaron en los
monasterios. La tendencia de las sectas rusas a presentar el mundo material como
un dominio del diablo, cuando no directamente como una creacin suya, podra

ser una herencia blgara, tal y como ya lo es el dialecto eslavo eclesistico. Los
bogomilos de Bulgaria tambin emprendieron su marcha hacia el oeste,
asentndose en Bosnia y dirigindose a lo largo del Adritico hacia el norte de
Italia, y desde all a Provenza, donde se convirtieron en los ctaros o albigenses.
Utilic las peripecias de esta secta como pretexto para dar un curso sobre el
maniquesmo en el marco del Departamento de Lenguas Eslavas de Berkeley,
aludiendo al supuesto origen eslavo de esa creencia. Por supuesto, los historiadores
han estudiado a los ctaros porque la Inquisicin, tan importante en la historia de
la Iglesia, se cre, en primer lugar, para combatirlos; as pues la persecucin de los
ctaros supone una contribucin nada modesta a la construccin del Infierno en la
Tierra.
Fue Simone Weil la que fij la atencin del siglo XX en los albigenses, y en
los maniqueos en general, como problema religioso. No tanto para resucitar la
creencia maniquea, sino para sealar que, en la actualidad, muchas personas
consideran que el Yahv del Viejo Testamento es slo un demiurgo menor,
responsable del mundo de maldad. Al desaparecer la frontera entre los animales y
el hombre, a raz de la teora de la evolucin, comenz una mayor sensibilidad
hacia los sufrimientos de todos los seres vivos, no slo del hombre. Dios, en cuanto
creador de este mundo, es el responsable del dolor universal. Se ha rechazado el
mito sobre la cada, es decir, sobre el ser creado bueno que hered el pecado de
Adn. Al contrario, se sostiene que el hombre acta movido por los mismos
impulsos que los animales, sometido a la misma ley de lucha.
Simone Weil sigue siendo un personaje controvertido. Fue condenada por
los judos por su supuesto antisemitismo (el rechazo ctaro al Viejo Testamento).
Como partidaria de un determinismo fuerte en la naturaleza y en el hombre
valoraba el cristianismo por su aspecto sobrenatural, mientras que las palabras de
la oracin Que venga a nosotros su reino las interpretaba como la formulacin
del deseo del fin del mundo.
Para los ctaros el mundo haba sido creado malo y sin remedio, e incluso la
procreacin era considerada un mal ya que prolongaba su existencia. A pesar de
toda su aoranza por la inexistencia, Simone Weil admiraba del mundo su belleza
(tambin matemtica) y su pensamiento nos obliga a reconocer la contradiccin
entre la alabanza del mundo y el rechazo que nos produce, contradiccin que los
ctaros desconocen.
Bobot, Jan. En los primeros cursos del colegio nos dividamos entre una

muchedumbre de niatos y unos cuantos nios mayores, que iban atrasados en los
estudios a causa de la Primera Guerra Mundial. Uno de ellos se llamaba Jan Bobot.
Al parecer, lo de estudiar no era lo suyo porque no volv a verlo en los cursos
superiores. Muchos aos ms tarde, le en algn sitio algo sobre la resistencia
militar contra la invasin sovitica de 1939 que protagoniz el destacamento del
Cuerpo de Proteccin de las Fronteras y sobre un heroico teniente, Jan Bobot, que
haba muerto con ellos.
Borejsza, Jerzy. Un apellido tan pintoresco como inventado. Tambin
retocaba su vida y se haca pasar por un noble, sa era su mscara. Fue el ms
internacional de los comunistas polacos. Quiz su modelo era Willi Mnzenberg,
que en la Alemania de Weimar haba fundado un imperio periodstico y, tras su
huida de la Alemania de Hitler, un centro de propaganda comunista en Pars. A
partir de 1945, Borejsza, apoyado por la viuda de nuestro Henryk Dbiski, una
mujer delgada y rubia (su hermana era monja), construy de la nada un autntico
emporio gracias a la edicin de publicaciones peridicas y de libros. En Czytelnik,
as como en otras editoriales, peridicos y revistas semanales, todo lo decida l: los
ascensos, los libros que se publicaran, los honorarios. Pertenec a su cuadra, todos
estuvimos all. l se invent el Movimiento en Defensa de la Paz, y si no lo hizo
solo, al menos fue suya la idea inicial. El congreso celebrado en Wrocaw en 1948,
al cual asisti el mismsimo Picasso, tambin fue obra suya. El congreso result ser
el comienzo de su decadencia, porque los rusos comenzaron a retirarle su favor.
Poco despus se produjo un misterioso accidente de coche. Le sobre la ascensin y
la posterior cada de Mnzenberg, de modo que ahora no puedo dejar de comparar
su carrera con la de Borejsza. Mnzenberg dirigi la accin internacional
antifascista durante la Guerra Civil espaola, se expuso a las iras de Stalin y
cuando ste lo llam a Mosc (para darle muerte) no acudi. Desde entonces vivi
en Pars en peligro constante y su muerte (lo ahorcaron en un bosque) mientras
escapaba hacia el sur, tras la entrada de los alemanes en Pars, parece ser la
ejecucin de una vieja condena. Quizs el caso de Borejsza no fue tan trgico pero,
teniendo en cuenta sus mritos, el largo silencio en la prensa del partido despus
de su muerte me da que pensar. Fue un personaje destacado, que merece que se
escriba sobre l.
Borowik, Anielka. Era la hija de un hombre rico de Varsovia llamado
Geppner. Su padre tuvo la oportunidad de huir del pas en 1939 pero se qued por
un sentimiento bsico de solidaridad, y despus muri en el gueto. Antes de la
guerra Anielka estudi en la Academia de Bellas Artes. Su amistad con Janka se
remonta a aquella poca y se prolong tambin despus de la guerra; por esta

razn la casa de los Borowik en Manhattan siempre nos sirvi de acogedor refugio.
El marido de Anielka, Lucjan, tena una empresa de exportacin-importacin e
inverta con xito en propiedades inmobiliarias. Estos crculos de la burguesa de
Varsovia (mdicos, abogados, comerciantes), transplantados a Nueva York poco
antes de la guerra o en los primeros meses de la contienda, se adaptaron a las
nuevas condiciones con facilidad. Liberales, tolerantes, mantenan lo mejor de la
tradicin de las Noticias literarias de la Polonia preblica. Slo en estos crculos
polacos no se me tildaba de traidor por trabajar en la embajada del gobierno de
Varsovia. Les estoy agradecido, y en particular a los Borowik. Gracias a Anielka
conoc al doctor Berlstein, un encantador ratn de biblioteca que trabajaba en The
New York Public Library como responsable de la seccin eslavstica. Una vez,
cuando estaba en esta biblioteca leyendo algunas revistas, se me acerc y me
pregunt al odo si saba quin era el seor que se sentaba a mi lado. Era Kerensky,
el primer ministro del primer gobierno ruso despus de la cada del zarismo.
El doctor Berlstein, los Borowik, el socilogo Aleksander Hertz, Jzef Wittlin,
Aleksander Janta-Poczyski, ste es el Nueva York que yo conoc entre los aos
1946 y 1950.
Borowski, Edward. ramos coetneos y compaeros del Grupo B (en el
Grupo A se imparta francs, en el Grupo B alemn). Su recuerdo ha seguido vivo
en m todos estos aos como un personaje importante, pero muy diferente a m y al
ambiente en el que yo me mova. Perteneciente a una familia noble y acaudalada,
cultivaba la fidelidad a las viejas tradiciones nacionales y ejerca de esnob de buena
cuna con sus ideas conservadoras y provocativamente reaccionarias. Mantena
amistad con otro chico, igual de celoso de sus opiniones elitistas, llamado Janek
Meysztowicz, que era, si no me equivoco, sobrino (o el joven primo hermano) del
archiconocido cura local Walerian Meysztowicz, que haba sido primero ulano,
despus profesor de teologa y, por ltimo, diplomtico en el Vaticano.
Me pregunto por qu yo, que era miembro de la nobleza, no me senta
cmodo en mi propio pellejo. Puede que sea simplemente la vergenza que senta
por mi origen lo que determin mis numerosas aventuras intelectuales. De dnde
procedan mis inclinaciones democrticas y socialistas? Podra haberme dicho a m
mismo: soy un seorito que vive en una mansin y que debe tener ideas polticas
acordes con mi clase. Con ms razn todava, ya que el conservadurismo de los
bisontes de Vilna, es decir, de los terratenientes locales, en especial sus opiniones
patriarcales (ellos financiaban el diario de Stanisaw Mackiewicz La palabra), no se
asociaban indisolublemente al catolicismo, a diferencia de los nacionalistas, que

utilizaban la religin con fines nacionalistas. Por supuesto, eran clasistas, el


baluarte del orden, no sin cierta dosis de volterianismo.
Intento imaginarme a m mismo en el papel de un joven conservador. Mi
vida hubiera tomado otro rumbo. Aunque, todo hay que decirlo, en los crculos
literarios de entonces no haba sitio para nadie as y tendra que haber sido muy
erudito o disponer del don de la elocuencia para defender su posicin. A decir
verdad, Ksawery Pruszyski (casado con la hermana de Janek Meysztowicz) se
defina como conservador. Sin embargo, l no era un intelectual.
Parece que las cosas tenan que ser as, que estaba condenado a tragarme mis
errores, obsesiones, tonteras e iras, para, a cambio, ver cosas que otros no vean.
Brocliande, Fort de la. Tena ganas de visitar este bosque e insist mucho a
Janka para que lo hiciramos durante nuestras breves vacaciones en Bretaa a
finales de la dcada de 1960. Un telegrama enviado por Artur Mandel desde
Berkeley para informarnos sobre el accidente de coche de nuestro hijo Tony
interrumpi las vacaciones. Logr atravesar en coche este bosque aunque no
experiment emociones que lo hicieran inolvidable, no encontr lugares en los que
pudiera imaginarme a la ninfa Viviana y a su amante, el mago Merln. De todos
modos, no es seguro que el bosque de Brocliande estuviese en Bretaa, sino ms
bien, atenindonos a las pruebas existentes, al otro lado del canal. Carecemos de
fuentes escritas para documentar la existencia de Merln, de Viviana, del rey
Arturo y de los Caballeros de la Mesa Redonda. Aconteci cerca del ao 500 de
nuestra era, y por desgracia la leyenda cambia las formas a su antojo como las
nubes que se transforman caprichosas en el cielo de Vilna. El nombre Brocliande
parece francs, es probable que proceda del celta bro, tierra, terreno, y llan, templo;
por tanto, significara algo as como la tierra del templo.
Bronowski, Wacaw. En el colegio nos sentbamos a menudo en el mismo
banco. Durante el primer ao de los estudios de Derecho alquilamos juntos una
habitacin en la calle de Nadbrzena con vistas a la central elctrica que haba al
otro lado del ro Wilia. Intelectualmente no tenamos nada en comn y ahora
pienso que todas esas habitaciones que he compartido con compaeros que en
realidad me resultaban extraos dicen algo, por ejemplo, sobre mi facilidad para
una convivencia superficial, para esconder mi verdadera intimidad. Aunque esto
tampoco quiere decir que me maneje con facilidad en situaciones que exigen un
entendimiento mutuo de verdad.

Wacaw me diverta por su pedantera y por sus manas. Los dos ramos
fumadores. Por entonces se compraba tabaco y un papel de fumar ya liado para
hacer luego cigarrillos en casa. Las cajitas de papelillos liados tenan colores y
dibujos diferentes. Waca las coleccionaba y se entretena colocndolas una encima
de otra. Por cierto que este papel de fumar liado result ser una tecnologa de corta
vida pues desapareci durante la guerra. En las calles de Varsovia se venda
entonces tabaco casero, bien mezclado, que se expona en las aceras. El papel se
compraba aparte y uno poda adquirir bastante agilidad a la hora de liar la ruina,
como llamaban al tabaco en Lituania. Si me acuerdo bien, los cigarrillos que los
Kroski liaban para venderlos despus no tenan filtro.
La pedantera de Waca tena algo que ver con su falta de jovialidad. Era un
hombre rubio, de rostro anguloso y facciones marcadas, que se mova de forma
majestuosa y rtmica, y todo eso lo haca parecer mayor de lo que era. Sin embargo,
destacaba por su gran sentido del humor. Era el hijo nico de una mujer que posea
tierras. Dicho sea de paso, la mayora de mis compaeros del instituto Rey
Segismundo Augusto procedan de familias de terratenientes, algo que ahora se ha
convertido en objeto de mis actuales reflexiones sobre la lnea divisoria entre la
nobleza y el pueblo en nuestra regin.
En mi caso la decisin de estudiar Derecho en lugar de humanidades no fue
afortunada. En cambio, Waca pareca que haba nacido para el derecho y tena una
mente jurdica. l encontraba placer en la cadena de argumentos y en las frmulas
del derecho romano, que debamos aprendernos de memoria. Lo perd de vista
pronto, aunque creo que despus de recibir el diploma estuvo haciendo prcticas,
probablemente como pasante. En el ao 1939 ya deba de ser ayudante de fiscal o
juez y, por tanto, un candidato ideal para la deportacin. A la gente de la regin de
Vilna se la llevaron a un complejo de gulags en Vorkut. Slo s que lo deportaron
y que muri en un campo, es probable que en el que acabo de mencionar.
Budismo. Creo que hoy suscribira la opinin de Oskar Miosz, quien
aconsejaba que uno se dedicara a profundizar en nuestra propia tradicin
mediterrnea, y que hara caso a la advertencia de Carl Jung, que mostraba cierto
escepticismo en cuanto a la posibilidad de que una mente occidental entendiese las
religiones de Oriente. Sin embargo, la presencia del budismo ahora, en
comparacin con su implantacin a principios del siglo, es considerablemente ms
importante y en la actualidad esta creencia religiosa coexiste con el cristianismo, el
judaismo y el islam. Mi simpata hacia las enseanzas de Buda es fcil de entender
si se tiene en cuenta que aquello que me ha atormentado durante toda mi vida, a

saber, el sufrimiento de los seres vivos, es el centro de la compasin,


omnicomprensiva, del prncipe Sidharta. El budismo es beneficioso ya que ofrece la
experiencia de lo sagrado a muchas personas que no son capaces de reconciliarse
con las religiones bblicas, es decir, con la idea de un Dios personal. El budismo no
es ni testa ni atesta; se limita a no pronunciarse sobre el principio del mundo y
sobre la primera causa, y de este modo no tiene que enfrentarse con la cuestin de
si el Creador es, al mismo tiempo, el principio del Bien y del Mal.
En los Estados Unidos no me interes demasiado por el budismo de los
emigrantes de Japn, China y Vietnam. Era una parte de su herencia cultural y
disponan de templos en todas las grandes ciudades. En cambio, experiment de
forma muy activa el budismo norteamericano, en el que no hay templos pero s
centros de meditacin. El budismo no contradice otras creencias, no excluye la
prctica al mismo tiempo del catolicismo, el protestantismo o el judaismo, lo cual
tambin resulta fructfero desde el punto de vista ecumnico, ya que favorece el
dilogo religioso, en especial entre los budistas y los cristianos.
Bulsiewicz, Tadeusz. T, afortunado Bulsiewicz, el ms guapo de los
alumnos del Estudio de Teatro de Irena Byrska en Vilna. Tu belleza, tan masculina,
resida en la armona de tu cuerpo musculoso. No eras demasiado alto, pero dabas
la sensacin de perfecto equilibrio entre fuerza y agilidad. Sufriste mucho cuando
te deportaron al gulag, pero el vigor de tu organismo te ayud y conseguiste
sobrevivir. Despus lleg la euforia del viaje que te permitira dejar atrs la casa en
la que estabas sometido a la esclavitud; atravesando el mar Caspio, conociste los
pintorescos mercadillos del Este, el color de los uniformes y las armas, las tiendas
militares. Supiste apreciar el sabor de la aventura, un privilegio que slo se le
concede a unos pocos y del que despus se puede dejar constancia; t, que en otro
tiempo aprendiste de memoria los fragmentos del Poema a las Legiones Polacas.
Y luego estuviste en Italia, en el ejrcito, en las legiones, participaste en batallas que
resultaron siempre victoriosas. Y en el transcurso de una de ellas, librada en la
ladera de una montaa, en ese momento del ataque en el que los pechos inhalan
aire profundamente antes de dar el salto hacia delante y en el que el corazn late
con vigor jovial, te alcanz una bala.
Este relato resultara coherente con el espritu romntico de la literatura. La
realidad fue un poco diferente. Deportaron a Bulsiewicz, y luego luch en Italia,
aunque su cuerpo no descansa en Monte Cassino. El sargento Bulsiewicz,
suboficial de educacin, era el favorito de la brigada: Lo haba odo hablar muchas
veces, pero hoy dio un verdadero concierto de humor e ingenio. Todo el auditorio

daba gritos de alegra, a m se me caan las lgrimas de risa escribe en su diario


un camarada de armas. Debe de ser una persona de gran talento. Se encarg de
escribir y dirigir un espectculo maravilloso para el da de la fiesta de Ghazala.
Ms adelante, en el mismo diario: Se tom tan a pecho las prdidas de hombres
que haba sufrido nuestra divisin en Monte Cassino que se present ante sus
superiores con la peticin de que le asignaran a un batalln de infantera para
luchar en primera lnea. De nada sirvieron los intentos de sus superiores, amigos y
compaeros que quisieron persuadirlo de lo contrario. Se empe. Bulsiewicz era
periodista de profesin. Antes de la guerra trabajaba como locutor en la delegacin
de Vilna de Radio Polonia. Adems, no era lo suficientemente joven para soportar
la dureza del servicio en primera lnea sin resultar herido. Llevaba tiempo sin tener
ningn tipo de contacto con el servicio activo.
Durante una patrulla en el ro Chienti se separ de sus compaeros y
decidi atacar las posiciones alemanas en solitario por la retaguardia armado con
una granada. Lo hirieron de gravedad en la boca con un proyectil de mortero, y
logr sobrevivir aunque mutilado. Apenas poda hablar. Ms tarde lo evacuaron a
Inglaterra donde lo iba a operar un cirujano especialista. Algunas noticias cuentan
que la intervencin no tuvo xito y que muri poco despus. Otros sostienen que
no pudo aceptar su gran mutilacin, que se hundi psicolgicamente y se suicid.
Byrski, Tadeusz e Irena. Maravillosos. Sabios, honestos, nobles. Los adoraba,
fueron mis amigos ntimos y considero su amistad como un gran privilegio. Asocio
con los Byrski el tiempo que trabaj en la radio en Vilna. Se los llevaron juntos de
all. Es curioso que Byrski considerase Varsovia, de donde era originario, como una
ciudad de provincias despus de la exuberante vida cultural que haba llevado en
Vilna.
Durante la guerra los visitbamos en Bielany. Se hicieron famosos entre sus
vecinos gracias a su hijo Krzy de cinco aos. El chico estaba jugando a la guerra
con otros nios y llevaba un casco que se haba fabricado con un orinal que
encontr en la basura. Otro chico le dio un golpe con una pala en la cabeza de tal
forma que el orinal se le hundi hasta el cuello. Hubo que envolver su cabeza en
papel y llevarlo as en un tranva. Ms tarde lleg a ser embajador de Polonia en la
India y profesor de estudios indios en la Universidad de Varsovia.
Cuando tuvo que esconderse, Tadeusz vivi un par de semanas con nosotros
en la calle de Niepodlegoci, aunque nuestro piso no era seguro ya que el portero
se encargaba de que nadie ayudase a los judos. Tadeusz, de pelo moreno, tena

aspecto de judo.
Tadeusz nos visit en Francia durante uno de sus viajes a Occidente. Ms
tarde, en el verano de 1981, despus de lo de mi Premio Nobel, nos dimos los dos
una vuelta en coche por Varsovia.

[C]

Calaveras[3]. Lo que nos parece genuino, espontneo o natural resulta ser,


por regla general, una imitacin de ciertas formas de cultura. Vestimentas
populares que se inspiran en los uniformes de los hsares polacos, grabados sobre
cristal que imitan el barroco de las iglesias, baladas que parecen populares pero
que tienen un origen literario como la cancin que se cantaba durante mi niez en
el distrito de Kiejdany sobre el espritu de un cementerio que por la noche se
llevaba a caballo a su amada.
Lo mismo ocurre con lugares que slo a veces son geogrficos, pero a los que
se atribuye alguna cualidad nacida de la imaginacin literaria. Big Foot, una
especie de yeti, un antropopiteco de enormes pies y que al parecer dej sus huellas
en la montaa de Shasta y en la cordillera de Trinity, en California, quiz naci al
calor de las conversaciones de los buscadores de oro alrededor del fuego del
campamento, aunque yo sospecho que en esta leyenda hay cierto inters de los
periodistas de las ciudades de los alrededores, que no tenan nada que ofrecer a los
turistas aparte del estremecimiento por la proximidad de la presencia de este
hombre salvaje.
Todos los aos se celebra en mayo en Calaveras un campeonato de saltos de
ranas. Nadie conocera hoy el condado de Calaveras si Mark Twain no lo hubiese
inmortalizado en su relato The Celebrated Jumping Frog of Calaveras County, es
decir, La famosa rana saltadora del condado de Calaveras. El evento transcurre
en un claro de bosque cerca de una ciudad pequea, Angels Camp, al sudeste de
Sacramento, en una regin situada al pie de Sierra Nevada. Cuando Mark Twain
escribi su relato slo haba en la zona campos de buscadores de oro y el escritor
convirti una de las historias odas all en un relato breve. Ahora, se organiza en
este lugar una especie de feria local que no es muy conocida aunque los peridicos
informan cuando una rana logra batir un nuevo rcord. Hay muchos coches y
bastantes avionetas aparcadas ya que los criadores (en gran parte chicos en una
edad escolar) llegan incluso de los estados vecinos de Oregon y Arizona. Cmo se
puede convencer a una rana para que salte? Es necesario asustarlas dando una
fuerte patada en el suelo. No saba que las ranas tuvieran tanta capacidad. Una
buena competidora puede saltar incluso diecinueve pies, es decir, cerca de seis
metros; luego, entre las mejores la competicin se decide por pulgadas. A
mediados de la dcada de 1970 llevamos a Wikta Winnicka, prima hermana de

Jzef Wittlin, a la competicin. Lo pas fenomenal. Ms tarde las enfermedades


acabaron con los viajes en nuestro Volvo. Solamos ir al norte de California, y
todava ms al norte, a travs de Oregon, Washington, hasta Canad, con vivaques
en las Montaas Rocosas de Canad.
Literatura y lugares. Para algunos habitantes de Varsovia la novela de
Bolesaw Prus Mueca (1890) estaba tan viva que en los aos de entreguerras
colocaron una placa en uno de los edificios de la calle de Krakowskie Przedmiescie:
Aqu vivi el personaje de la novela Mueca Stanisaw Wokulski.
Camus, Albert. Fui testigo de cmo lo trataron en Pars cuando public su
libro Lhomme rvolt, es decir, El hombre rebelde. Escribi como un hombre libre pero
result que eso no le estaba permitido porque estaba obligado a seguir la lnea
antiimperialista, deba escribir en contra de los Estados Unidos y a favor de la
Unin Sovitica. Mi ruptura con Varsovia en 1951 coincidi con una asquerosa
campaa en Les Temps Modernes de Sartre, en la que Sartre y Francis Jeanson eran
los principales atacantes. Poco despus se les uni Simone de Beauvoir. Fue
entonces cuando Sartre escribi sobre Camus: Si no te gusta el comunismo ni
tampoco el capitalismo entonces veo slo un sitio para ti: las Islas Galpagos.
Camus me obsequi con su amistad y tener un aliado semejante en una
empresa como Gallimard, donde l trabajaba, era importante. A Camus le gust mi
manuscrito de El valle de Issa, traducido por Jeanne Hersch. Mi novela le recordaba,
segn me dijo, a la prosa que Tolstoi haba escrito sobre su niez.
Mis relaciones con la empresa Gallimard no eran buenas. Gracias a la
concesin del Prix Littraire Europen publicaron El poder cambia de manos y poco
despus El pensamiento cautivo, aunque este ltimo libro no poda encontrarse en
ninguna librera y todo parece indicar que el personal que se dedicaba a la
distribucin de los libros me boicoteaba por razones polticas. Por consejo de
Camus publicaron El valle de Issa aunque las ventas, segn su contabilidad, haban
sido mnimas. Es curioso porque alguien me trajo de frica un ejemplar de la
cuarta edicin del libro. Con la muerte de Camus perd tambin a mi protector en
la editorial. De acuerdo con una opcin de mi contrato con ellos les present el
manuscrito de Rodzinna Europa, Otra Europa, traducido por Sdir. El responsable
del departamento de libros extranjeros era entonces Dionys Mascolo, un
comunista, que entreg el manuscrito a Jerzy Lisowski, un miembro del partido
que entonces estaba en Pars, para que lo juzgara. Mascolo crea que Lisowski iba a
rechazar el libro, del mismo modo que en el siglo XIX se peda a la embajada

zarista la opinin sobre los exiliados polticos rusos. Sin embargo, Lisowski escribi
una buena crtica. Me publicaron el libro. Despus prefer no tener nada que ver
con Gallimard.
Me acuerdo de una conversacin con Camus. Me pregunt si consideraba
apropiado que l, un ateo, permitiera que sus hijos hicieran la primera comunin.
Esto ocurri poco despus de mi visita a Karl Jaspers, en Basilea, al que pregunt
por la educacin catlica de los hijos. Me respondi que como protestante su
opinin sobre el catolicismo no era muy favorable, pero que a los nios hay que
educarlos en la religin propia para permitirles el acceso a la tradicin bblica,
luego ser suya la eleccin. Eso es ms o menos lo que le respond a Camus.
Capitalismo, el fin del. Por supuesto que cre en ello. En los aos treinta del
siglo pasado el mundo comenz a volverse demasiado absurdo como para
soportarlo sin buscar alternativas. En esa situacin tenamos que convencemos de
que la sinrazn era un fenmeno pasajero y de que, tras cambiar el sistema,
reinara la razn. De un lado, en los pases ms desarrollados millones de
desempleados hacan cola para conseguir una sopa, los dictadores voceaban desde
sus tribunas y se hacan con el poder, y la produccin de armamento era el nico
modo de dar trabajo a la poblacin, es decir, de poner en marcha la maquinaria;
de otro, China, Africa y, poco despus, Espaa se suman en una sucesin
interminable de guerras. Los intelectuales de Europa Occidental se dedicaban a
burlarse de la democracia, mientras que la Polonia de los polvorientos caminos
vecinales vegetaba en el umbral de la pobreza. As pues, la culpa de todo era del
sistema, y la razn, que no se dejaba contagiar de la necedad circundante, espera
su hora. ste era mi estado mental en aquel tiempo, y por eso yo, que era un amigo
de la razn, quera transformar la realidad polaca.
Y acaso la nueva era de la humanidad no se encontraba muy cerca de
nosotros, justo detrs de nuestra frontera oriental? As era. Los polacos que se
convertan al comunismo actuaban de forma bastante lgica, si bien tenan que
asumir que pertenecan a la nacin contrarrevolucionaria, a cuyos ciudadanos se
los exterminaba sin piedad. Haba en todo ello, y en la poltica nacional y en el
terror que reinaba en la Unin Sovitica, un fuerte germen irracional que empuj a
la mesinica Rusia a incorporarse en un modelo general de intoxicacin colectiva
que algunos intentaban explicar mediante artes adivinatorias.
A medida que se aproximaba el final de la guerra ms me convenca de que
el capitalismo jams volvera a ser el sistema dominante, ni en Polonia ni en Europa

Occidental. Esos crmenes tan terribles tenan que servir para algo. El sistema al
menos explicaba algo como resultado de causas y efectos.
Adems hay que tener en cuenta que toda la literatura del siglo XIX
encerraba un mensaje oculto: las almas nobles se encontraban con la resistencia del
materialismo ms grosero, con la existencia de la burguesa perezosa, de los
filisteos. Es eso suficiente para explicar el apoyo al comunismo en Polonia? S y no.
Escribo de ello porque quiero dejar constancia de la gran necesidad de racionalidad
que sentamos, aunque al final a ella le tocase perder la partida para servir de
escarnio a las siguientes generaciones.
Carmel.

Cuando vayas a buscar este lugar despus de un puado de vidas,


quiz queden un par de rboles del bosque que plant.
Robinson Jeffers

Los rboles no sobrevivieron muy bien porque el terreno que estaba justo al
lado del ocano es demasiado caro para que los herederos pudieran resistirse a la
tentacin de vender las parcelas a empresas constructoras. Sin embargo, la torre
que levant con sus propias manos permanece en pie al igual que la casa que
bautiz con el nombre de Tor House. El edificio es incluso la sede de la Tor House
Foundation.
Me convert en defensor de la poesa de Jeffers argumentando con cierta
dificultad aquello que hoy recibe un nombre abreviado: inhumanismo. Me refiero a
que Jeffers de forma consciente se opuso a la modernidad cuando todava nadie
hablaba de posmodernidad. Porque su rechazo a la compresin del poema, que
haba empezado con el simbolismo de Mallarm, y la decisin de exponer sus ideas
filosficas, hablando sin rodeos, no es otra cosa que posmodernismo. Era una
apuesta arriesgada. Carmel me hace sentir nostalgia debido tanto a los rboles que
plant all como a lo efmero de la fama. En la dcada de 1920 Jeffers era
considerado el poeta ms grande de los Estados Unidos y Dwight Macdonald, por
ejemplo, lo consideraba mejor poeta que T. S. Eliot. Hoy por hoy, a pesar de que

tiene sus seguidores, es como una amante aficionada, segn la frmula de Marek
Hasko, una mujer fea y apta slo para poco exigentes.
Es demasiado temprano para un veredicto final, su obra tendr que ser
colocada una vez ms en la balanza aunque quiz desde el punto de vista
lingstico ser igual de difcil defender sus largos poemas tragedias como los
dramas de Wyspiaski. Pero incluso en la derrota de este hombre que escribi
contra todos hay nobleza.
Al menos tuvo un discpulo fiel, William Everson, que fue durante algn
tiempo monje secular en la orden de los dominicos en Okland y que escriba
entonces con el seudnimo de Brother Antoninus. Lo visit en el monasterio de
Chabot Road y traduje un par de poemas suyos al polaco. Es el autor de varios
volmenes de poemas y de un ensayo sobre la filosofa de Jeffers, en el cual barre
quiz demasiado para casa. As pues dos ingredientes de la poesa de Jeffers
quedan un tanto eclipsados la concepcin cientfica del mundo y Nietzsche
mientras que su religiosidad pantesta cobra mayor protagonismo.
Cartas annimas. Usted no les gusta, seor Miosz. Un autor annimo
aadi estas palabras a la copia de un artculo asqueroso sobre mi persona que
apareci en la prensa del exilio polaco. Y era cierto, porque a excepcin de un
reducido grupo de personas nunca he cado bien a la gente. No hay razn para
pensar que uno est en lo cierto. Mis enemigos, que a menudo escriban cartas
annimas o me atacaban desde la trinchera, tambin tenan sus razones. En primer
lugar, mis numerosos defectos hacan que todos mis intentos de colocarme sobre
un pedestal, y de satisfacer as una obvia necesidad social, resultaran intiles. En
segundo lugar, mi innato carcter sanguinario se manifestaba a menudo en
opiniones desdeosas hacia otras personas, comportamiento que ahora considero
descorts. En tercer lugar, desde los comienzos de mi carrera literaria fui acusado
de arrogancia por las personas que yo desdeaba y rechazaba, y cuya presencia
supona para m un problema moral. No hay que olvidar que cada da una
multitud de personas entran en liza a travs de la escritura, la pintura o la
escultura. El sentido de la jerarqua le prohibe a uno alabar aquellas obras que, en
su opinin, no merecen ser alabadas, pero a menudo resulta difcil pensar, por
ejemplo, en un poeta que envi su nuevo poema, lleno de orgullo y con la
esperanza de leer de mi pluma algunas palabras de reconocimiento. En situaciones
as yo era capaz de escribirle que el poema era malo o no contestarle siquiera. No se
trata aqu de un ejemplo inventado ya que de esta forma her a Aleksander Janta, y
as se acab nuestra amistad.

Centro y periferia. Acaso todo con lo que se alimenta la civilizacin, la


Biblia, Homero, Platn, Aristteles, naci en los centros de poder? No siempre.
Haba capitales ms poderosas que Jerusaln, mientras que la pequea Atenas no
se puede comparar con Egipto. Es cierto que la Roma imperial nos dio a Virgilio,
Horacio y Ovidio; la monarqua francesa, la tragedia clsica; el reino de Inglaterra a
Shakespeare. En China nacieron las obras maestras de la poesa en el perodo que
recibi el nombre de la dinasta Tang. Aunque tambin se puede considerar como
centro la pennsula que forma Europa occidental, dividida en numerosos Estados,
grandes y pequeos. Dante, Cervantes, la msica barroca, la pintura holandesa.
Los viajes del impulso creativo de un pas a otro son altamente misteriosos y
ante la ausencia de motivos claros solemos atribuirlo a eso que llamamos Zeitgeist.
El asunto se hace ms contundente cuando uno puede comprobarlo en su propia
piel ya que la divisin de Europa entre el Occidente creativo y el Este reproductivo
es bien conocida. Los monumentos arquitectnicos polacos imitan los estilos
importados y, dicho sea de paso, casi siempre son obra de los constructores de
Flandes, Alemania e Italia. La pintura de las iglesias es, en gran parte, de origen
italiano. As pues un parisino puede preguntar: por qu debo contemplar la obra
de los impresionistas polacos si conozco las obras que ellos imitan?
Vamos a complicar las cosas un poco ms. Un viajero ingls-irlands que
describa Mosc en el ao 1813 apunt que las personas con educacin utilizan la
lengua francesa para leer y escribir como algo natural, ya que ninguna literatura
poda nacer en un idioma y alfabeto brbaro. Ese mismo viajero, que en su camino
a Varsovia pas por Nowogrdek, escribi que esos paisajes montonos, feos y
hostiles jams daran a luz genios como Steme o Burke. (En la calle pudo haberse
encontrado con el joven Mickiewicz).
Pero las clases altas rusas no slo aprendieron pronto a escribir en su idioma
sino que crearon una gran literatura, aunque, a decir verdad, empezaron imitando
a los escritores franceses. Y he aqu el mejor argumento para aquellos que
relacionan el valor de la actividad intelectual con los centros de poder; la literatura
rusa naci en Petersburgo, en la capital del imperio.
Numerosas teoras han intentado explicar, hasta ahora sin xito, la capacidad
creativa, relacionndola con el paisaje, la raza, el abstruso espritu nacional, la
estructura social, etc. De todos modos el estereotipo de centro y periferia cultural
est muy fuertemente arraigado en las mentes de los habitantes de Europa
Occidental y no es inocuo desde el punto de vista moral, ni tampoco inocente. Los

alemanes, convencidos de la inferioridad cultural de los eslavos, los exterminaban


en masa como hombres inferiores. Mientras que el antiamericanismo francs
esconde su desdn hacia unos cowboys primitivos, actitud que hoy por hoy resulta
difcil de defender ya que el centro de las ciencias y artes se ha desplazado de
Europa a los Estados Unidos.
Nos movemos en el campo de los estereotipos que se hacen fuertes y caen
derrotados en cuestin de poco tiempo. Aunque hay que reconocer algo: la
juventud y la mayora de edad de las culturas, es decir, su ms prolongado o breve
cultivo, por ejemplo, del idioma. Trabajando con el idioma soy consciente de que
no es posible saltarse ciertas etapas de su desarrollo y si pretendo participar en la
literatura mundial estoy limitado por las contribuciones de mis antecesores, si es
que acaso yo he sido capaz de contribuir en algo.
Chiaromonte, Nicola. Siempre asocio este apellido al concepto de la
grandeza. He conocido a muchas personas famosas pero distingo con cuidado la
fama y la grandeza. Nicola no fue famoso y su apellido significaba mucho slo
para un grupo de sus amigos. Incluso su correspondencia y sus artculos,
esparcidos en diferentes revistas, como mucho, sorprenden por su enigmtico
modo de pensar. Pero su pensamiento, heredero de los pensadores de Grecia,
siempre se preocupaba por la esfera pblica y pretenda establecer las obligaciones
de un humanista frente a la polis. Su vida es un ejemplo de la lucha contra la
poltica en el catico siglo XX, una poca que caa una y otra vez en la crcel de las
ideologas. Chiaromonte tena una sensibilidad especial para la historia y la
historicidad, aunque rechazaba la mayora de las ideologas. Tom parte en la
Guerra Civil espaola del lado republicano como piloto de la escuadrilla de
Malraux, aunque no estaba a favor de los comunistas. En sus aos americanos,
considerado por la izquierda no comunista del grupo de Dwight Macdonald como
maestro y profesor, publicaba en The Partisan Review y en Politics. Despus de
volver a Francia y, finalmente, a Italia en 1953 se encarg de editar junto con
Ignazio Silone la publicacin Tempo Presente, que asumi la responsabilidad de
oponerse a una opinin pblica dominada por los comunistas y sus simpatizantes.
Ignazio Silone, que en otra poca haba sido comunista y delegado del
Komintern, elevado por un ascensor poltico a las cumbres de la fama por su
novela Fontamara, rompi con el comunismo por razones morales, consciente por
completo de lo que eso implicaba; su apellido, que no contaba en la Italia fascista,
dej tambin de existir en la prensa antifascista. Ms tarde, despus de la cada del
fascismo, cuando se encargaba junto con Chiaromonte de la revista Tempo Presente,

era un desconocido para la mayora del pblico. Nicola y Silone representaban


para m la intransigente rectitud de los principios. Son los ms grandes italianos
que jams he conocido.
Ciudad. He reflexionado mucho sobre el fenmeno de la ciudad, aunque no
en el sentido del divertido eslogan de la vanguardia polaca Miasto, masa, maszyna
(metrpoli, masa, mquina). Tuve la oportunidad de vivir en grandes metrpolis
como Pars o Nueva York, aunque la primera ciudad de mi vida fue una capital de
provincia, no tan distinta del medio rural pero lo suficiente como para
diferenciarse del pueblo, y fue ella la que aliment mi imaginacin. Pude
imaginarme Vilna en sus distintas fases, pero no fui capaz de hacer lo mismo en
otros lugares. Tomemos por ejemplo la Vilna de la poca de la Ilustracin o del
Romanticismo. Los montones de residuos malolientes, las aguas negras que corren
por el centro de la ciudad, las calles llenas de polvo y de fango. Pero los hombres y
las mujeres de las clases altas no se quedaban a vivir en el centro de la ciudad
(acaso no soy la ltima persona que pudo escuchar la expresin su seora en
una conversacin diaria?) sino en las mansiones en Antokol (Antakalnis), porque
all se sentan como en su casa y estaban cerca de la iglesia para poder or misa a
diario. Y las campanas de las cuarenta iglesias de la ciudad tocaban mientras las
mujeres de los numerosos prostbulos reciban en sus salones a militares y
estudiantes, es decir, todo coexista, lo alto y lo bajo, y no como ocurre en algunos
relatos que embellecen la realidad. Seguramente, despus de que soldados
franceses acamparan en la plaza de la Catedral una multitud de hombres
vestidos de la forma ms extraa con tal de protegerse del fro, envueltos en capas
y casullas y despus de la gran epidemia que sembr el paisaje de hospitales de
campaa y de miles de cadveres sin enterrar, cierto orden volvi a la ciudad y los
profesores pudieron asistir a los encuentros de la logia en la casa de los Romer, en
la calle de Bakszta, y dedicarse a preparar el siguiente nmero de Noticias de la calle.
Justo al lado de la torre de San Juan, las estrechas calles del barrio judo tenan sus
propias preocupaciones: la lucha del gran Gan contra los hasdicos del sur, que
menospreciaban la palabra de la Tor; el recuerdo del hombre justo, Walenty
Potocki, que se convirti al judaismo en Amsterdam y acab muerto en la hoguera
en Vilna; pero tambin conversaciones que giraban en torno del oficial Grad, a
quien lo escondi una piadosa familia juda y que una vez recuperado de las
heridas sufridas decidi convertirse al judaismo, dej que lo circuncidaran y quera
casarse con la hija del dueo de la casa. Se trataba del antepasado del poeta en
yiddish Chaim Grade, miembro del crculo literario Jung Vilne, un grupo
vinculado a nuestro agary.

As pues, para m la ciudad de hoy, de ayer y de anteayer se superponen en


mi imaginacin, y no hay nada que yo pueda hacer para evitarlo. Tambin cuando
en el ao 1655 en los stanos de la iglesia de los dominicos se encontr una gran
cantidad de cadveres con las vestimentas de raso tpicas de la nobleza polaca,
testimonio de una masacre que llev a cabo el Ejrcito ruso cuando ocup, aquella
vez por poco tiempo, la ciudad de Vilna. Me pertenece igualmente la ciudad del
ao 1992, cuando me encontr con ella despus de 52 aos de ausencia y escrib un
poema sobre el paseo por una ciudad repleta de espritus.
Al igual que las ciudades de Silesia, Vilna se ha inclinado a lo largo de su
historia por una u otra cultura. Primero fue un asentamiento de comerciantes
rusos, procedentes quiz de Novogorod, que llenaron la ciudad de iglesias
ortodoxas de madera, de las que no queda ni rastro, desaparecidas quizs a causa
de las llamas. Vilna es un nombre antiguo y se deriva del nombre del ro Vilna, que
durante mi niez se llamaba Wilenka, incluso Wilejka. Cuando Gedymias traslad
a Vilna la capital desde Troki, la ciudad, debido a que la poblacin del Gran
Ducado estaba compuesta mayoritariamente por eslavos del este de religin
ortodoxa, se orientaliz, y aun lo hizo en mayor medida cuando el antiguo
bielorruso se convirti en el idioma oficial de la Administracin y de los Estatutos
lituanos. Pero desde que los gobernantes decidieron bautizarse, la religin en Vilna
fue la catlica romana; las primeras iglesias se construyeron en estilo gtico,
despus lleg el barroco. Aqu entraba en juego el influjo de la cultura polaca. La
polonizacin de Vilna y de sus alrededores se produjo a lo largo del siglo XVIII
mientras que en el XIX se enfrent al proceso de rusificacin. Despus, tras la
Primera Guerra Mundial la poblacin de los pueblos cercanos a Vilna pas poco a
poco del lituano al polaco, aunque es probable que hubiese hablado ruso si
Lituania se hubiera convertido entonces en una repblica sovitica. Creo que no
debo ocultar mi miedo al Este, que en mi mente tiene la forma de un embudo sin
fondo o de un abismo pantanoso. En este aspecto concreto creo que soy el ejemplo
de un tpico polaco de Lituania. Los historiadores zaristas haban trabajado con
denuedo para publicar documentos que certificasen el origen si no ruso al menos
eslavo de Vilna; sin embargo, el renacimiento de la cultura lituana y del
nacionalismo lituano estropearon sus planes. Tanto el dialecto local, llamado
habla sencilla, como el bielorruso y el polaco sucumbieron a la rusificacin por
ser idiomas eslavos; sin embargo, el lituano, al no pertenecer al grupo de las
lenguas eslavas, ofreci una resistencia eficaz.
Congrs pour la Libert de la Culture. Podra escribir un libro entero sobre
ello pero no tengo ganas. De todos modos, ya hay libros sobre lo que se dio en

llamar la conspiracin liberal. Un episodio importante de la Guerra Fra. El


asunto es que la Nueva York de antes de la guerra era fuertemente marxista y los
trotskistas luchaban all con los estalinistas. Cuando estall la guerra el servicio
secreto americano, es decir, el OSS (Office of Strategic Services), emple a bastantes
izquierdistas de Nueva York, procedentes de la NCL, la Non-Communist-Left.
Ellos entendan bien la importancia que tenan las ideologas, en especial en
Europa. Recin terminada la guerra, nadie aparte de ellos se preocup por la
posible conquista de la intelectualidad europea por el comunismo. Fue entonces
cuando los empleados del OSS se transformaron en los agentes de la CIA, la
institucin haba cambiado de nombre y haba recibido medios de actuacin. Sin
embargo, la iniciativa de organizar en el ao 1950 en Berln Occidental un congreso
anticomunista fue de Arthur Koestler, que en los aos treinta haba sido militante
comunista de la cuadra del famoso Willi Mnzenberg. Koestler haba trabajado
para el centro de Mnzenberg. Ahora, despus de romper con el partido, sugiri la
idea de crear en Pars un centro similar pero de ideologa liberal. Lo ayud Melvin
Lasky y tambin otras personas de Nueva York. Despus del congreso en Berln se
opt por Pars como sede del centro y por un nombre francs. As pues, le Congrs
fue obra de mentes que pasaron por el comunismo, por el revisionismo, por el
trotskismo, porque slo ellos podan entender el horror del sistema estalinista y, en
Occidente, slo ellos tenan ganas de hacer un seguimiento de lo que estaba
ocurriendo. En resumen, el Congreso lo organizaron en gran parte los intelectuales
judos de Nueva York. Jzef Czapski y Jerzy Giedroyc participaron en el Congreso
fundacional de Berln, de all mi temprana familiaridad con l.
Nadie saba entonces quin financiaba el Congreso. Se hablaba de grandes
hombres de negocios, un rumor que se vea confirmado por su presencia en las
sesiones. Despus, en el ao 1966, cuando se supo la verdad, es decir, que lo
financiaba la CIA, result que las empresas funcionaban como tapaderas. El
Congreso se organizaba de tal forma que se ola de lejos el hedor del dinero, y los
franceses, cegados totalmente por su tradicional antiamericanismo, lo boicoteaban
con eficacia.
Desde la perspectiva actual hay que decir que la conspiracin liberal tena
razn de ser, que era necesaria. Fue el nico contrapeso a las ingentes sumas de
dinero que los soviticos se gastaban en propaganda. El Congreso editaba revistas
de mucha calidad, en los principales idiomas de Europa: Preuves en Pars bajo la
direccin de Franois Bondy (Suiza), Encounter en Londres y Quadrant en Australia,
Tempo Presente bajo la direccin de Ignazio Silone y Nicola Chiaromonte en Roma,
Der Monat en alemn, Quadernos en espaol. Tambin pretendan abarcar con su

red a la revista Kultura, lo que probablemente les hubiese ayudado a salir de los
problemas financieros, pero Giedroyc rechaz la propuesta.
Me senta demasiado asediado, dolorido, desconfiado y, ante todo, pobre
para estar a gusto en esa compaa. La pobreza le da a uno suficiente agudeza de
visin para descubrir la capa de grasa con que se protegen los ricos, y por aquel
entonces los americanos con buenos salarios en Pars eran hombres ricos. Quizs
hoy puedo ser ms justo con Michael Josselson, que estaba a cargo de todo. No me
gustaban su seguridad en s mismo y sus cigarros. No se daban cuenta de los
errores que cometan. Uno de ellos fue abrir unas esplndidas oficinas en el barrio
ms caro de Pars, en la Avenue Montaigne. Para explicar mis contactos
accidentales con el Congreso hace falta aadir que se me negaba el visado de
entrada a los Estados Unidos. El Congreso no fue responsable de ello, pero no
obstante
No hay motivos para afirmar que Josselson no fuera un hombre de
convicciones profundas; al contrario, dedic su vida al trabajo de administrador
del Congreso. Fue un tipo primitivo. Haba nacido en Tallinn y era el hijo de un
comerciante de madera ruso-hablante. Despus de la Primera Guerra Mundial su
familia huy a Alemania, el gran centro de la emigracin rusa, y l estudi all.
Ms tarde, durante unos cuantos aos se dedic a hacer con xito negocios en
Pars, despus de lo cual emigr a los Estados Unidos, consigui la nacionalidad
norteamericana y durante la guerra sirvi en el Ejrcito. Hablaba con soltura cuatro
idiomas; al parecer, tambin saba polaco aunque l no lo reconoca. Como supe
ms tarde sufra mucho por tener que fingir ser otra persona de la que era en
realidad. Por el Congreso pasaron doctos y escritores de Europa y los Estados
Unidos sin saber quin lo financiaba y Josselson no poda revelar nada. Trabaj en
un libro histrico sobre un jefe militar de las guerras napolenicas, Bagration, lo
que indica que Rusia era objeto de su inters y que se identificaba con un personaje
que haba sido injustamente tratado. Estaba enfermo del corazn. Despus de
abandonar el Congreso se estableci en Ginebra, donde muri.
Connecticut, as se llaman el valle y el ro que lo atraviesa. Me fascin por
primera vez en el ao 1947 cuando visit el Smith College en Northampton para
dar una conferencia. Manfred Kridl, un profesor de Vilna, ejerci all de catedrtico
durante algn tiempo. Las zonas rurales de los alrededores estaban pobladas por
polacos, que haban llegado a esas tierras para sustituir a los irlandeses que haban
emigrado a las grandes ciudades. Visit ese lugar por segunda vez cuando
enseaba all mi amiga Jane Zielonko. Luego, aos ms tarde, impart clases en el

Mt. Holyoke College durante un semestre y viv en la casa de Joseph Brodsky. Me


sorprenda el permanente esplendor del otoo, esa policroma de hojas imposible
de describir; por eso este valle permanece entre mis recuerdos como un paraso,
con su fro vigoroso y diferentes variedades de oro. Y adems la fugacidad de la
vida. Kridl, Jane, Joseph, todos ellos estn en el pas de las sombras. Tambin se
encuentra all Tola Bugucka, de la que estuve enamorado una vez en Krasnogruda
y a la que encontr en Northampton convertida en mdica psiquiatra.
Conocimiento. S por experiencia lo que es estar abajo y arriba. En un
tiempo tembl ante los exmenes convencido de que, en realidad, no saba nada, y
ms tarde fui yo quien vio a los estudiantes temblando de miedo, consciente de mi
poder de profesor. De esta doble experiencia me qued un escepticismo en cuanto
a los yacimientos del conocimiento que guardamos. Acaso cuando nos
examinamos siendo estudiantes no avanzamos como funambulistas sobre un
alambre que atraviesa campos de nuestra ignorancia? Acaso cuando examinamos
a otros no evitamos con cautela preguntas a las que ni siquiera nosotros, los que
supuestamente conocemos bien la materia, sabramos responder? Hasta que, como
me ocurri a m, nos sentimos cmodos con nuestras carencias, y eso resulta
provechoso ya que para qu cargar nuestra memoria con algo que nos resulta
inservible? Mi antiguo profesor de Filosofa del Derecho en Vilna, al que encontr
aos ms tarde en California, recordaba qu filsofos del siglo XVIII citaba yo en
mi examen. Tuve que decirle que ya no recordaba ninguno de esos apellidos.
Sin duda mi profesor de Derecho Civil era un sabio. Sostena que era
imposible saber algo de Derecho Civil y que quiz slo Dios se merecera un
sobresaliente. El mismo slo obtendra un aprobado, por lo tanto qu poda exigir
a los estudiantes? A continuacin nos entregaba una lista de preguntas y
respuestas: Estudiadlo, ste ser el examen.
Sin embargo, fingir conocimientos supone un importante ritual social y es
razonable pensar que la solucin que nos ofreca nuestro especialista en Derecho
Civil no sera aceptada socialmente. A un lado de la barrera est el estudiante, que
finge que sabe y recibe una buena nota si lo hace con habilidad; en otras palabras,
lo que se premia es ms la destreza a la hora de ejecutar esta operacin que el
conocimiento en s. De otro lado, el profesor, que se envuelve en el manto
esplendoroso de la autoridad como quien se pone una toga, y se preocupa por
guardar las apariencias aunque a veces dude del sentido de sus enseanzas y le
entren ganas de reconocer ante la clase: Yo mismo no s de lo que estoy
hablando.

En el caso de los exmenes escritos de asignaturas humansticas lo decisivo


es la habilidad para utilizar el lenguaje apropiado, a saber, aquel que sintoniza con
el ismo del examinador. Las cambiantes modas y sus respectivos ismos forman
un vocabulario, una jerga propia, y pobre de aquel estudiante que no muestra
aptitudes para adaptarse a ella! As que cuando un alumno escribe algo tiene que
tomar en consideracin las opiniones de aquella persona que lo va a leer y al
menos no importunarlo con herejas. La astucia y el conformismo son valiosos
como parte del ritual.
Queridos nios, debis hacer uso de vuestras cualidades personales. Yo
mismo cortar la rama en la que estoy sentado para confesar que no siempre he
sido objetivo evaluando a la gente: pona buenas notas a las estudiantes guapas.
Crueldad. Quiz la tendencia a los chistes macabros y al humor negro sea
una constante de la inteligencia polaca a lo largo de este siglo XX, una caracterstica
que podra explicarse por los acontecimientos histricos que le ha tocado vivir a
este pas de Europa. Antes de la ltima guerra, el humor de revistas como Szpilki
[Alfileres] y de numerosos cabars era muy cruel, y en l destacaban poetas como
Janusz Minkiewicz y wiatopek Karpiski. Los aos de la guerra, el contacto
diario con las redadas y ejecuciones, supusieron un abaratamiento de la vida
humana e intensificaron de forma considerable esta tendencia al humor negro. No
estoy seguro de si algunas historias contadas a los extranjeros como cmicas no
tropezaron con su falta de entendimiento y no les dejaron un mal sabor en la boca.
De todos modos, tambin conviene apuntar los progresos considerables del
sadismo en la literatura y el cine occidentales, algo que tiene que ver con el uso de
la provocacin para fines comerciales. Poco antes de la guerra una de las pelculas
de Sachy Guitry empezaba con la imagen de un entierro; gente que lleva una
decena de atades, detrs de ellos camina un chico solitario, el nico que se salv
de toda la familia. Todos ellos haban cenado setas venenosas, excepto el chico, a
quien haban castigado sin comerlas por comportarse mal. Sin embargo, cuando el
director yugoslavo Makavejev introdujo en su pelcula surrealista y cmica
fotografas verdaderas de los cadveres de Katy se pas de la raya.
Cuando el pblico en una de las primeras representaciones de Esperando a
Godot en Pars se desternillaba de risa viendo cmo Pozzo atormentaba a Lucky, un
esclavo, el filsofo Lucien Goldmann, que estaba sentado a mi lado, me dijo
indignado: De qu se ren? De un campo de concentracin?.
Dnde est la frontera entre la viveza de una descripcin que resulta de la

empatia y la viveza que responde a una especie de revancha contra el mundo por
su crueldad? Acaso esta revancha no es la fuente de inspiracin de las novelas del
marqus de Sade? Creo que yo mismo, en gran parte, estaba contagiado por esta
percepcin frvola de las cosas espantosas, propia de los polacos. Pienso que se
trata de una enfermedad de la que hay que curarse.
En el ambiente estudiantil y literario de Vilna haba un joven gigante, muy
apuesto, de una familia rica de terratenientes originaria del norte, de la regin de
Bracaw. Lleg incluso a costearse la publicacin de un drama, editado de forma
muy suntuosa. Ocurri que justo despus de la entrada del Ejrcito sovitico en
Vilna, es decir, despus de la desaparicin de la Lituania neutral, estbamos
sentados los tres, l, su bella mujer y yo, deliberando sobre si deberamos irnos o
no. Marcharse implicaba un gran riesgo; quedarse supona, en cambio, asumir el
destino de un ciudadano sovitico. Yo logr superar el miedo y cruzar la frontera
de forma ilegal, porque Janka me estaba esperando en Varsovia. Ellos se quedaron.
Janusz Minkiewicz, que por aquel tiempo malviva en Vilna como
responsable del cabar Jantipa, escribi, de regreso a la Varsovia ocupada, una
historia macabra, que sola leer entre risas en los encuentros literarios que
mantenamos en la clandestinidad. Nadie que no haya vivido de verdad bajo la
autoridad sovitica conoce el enorme miedo que tenamos entonces; por
consiguiente, la decisin de Leszek B. de impartir clases de marxismo y leninismo
en cursos para trabajadores, con el fin de salvarse de la deportacin, quiz pueda
parecer slo graciosa, especialmente si se tiene en cuenta que l no tena ni idea de
marxismo. Leszek aparece en la novela de Jzef Mackiewicz Camino a ninguna parte
como ejemplo de cmo las personas se adaptaban entonces a las nuevas
condiciones. Janusz Minkiewicz lleva la historia ms lejos. Los alemanes ocupan la
ciudad. Leszek se hace pasar por un bielorruso (no se sabe si ocurri as realmente)
y recupera sus posesiones, despus se pasea con su ltigo y amenaza a los
campesinos: Ahora os ensear comunismo del bueno! (una vez ms ignoramos
si pas as). Al final lo matan de un disparo que atraviesa su ventana mientras
estaba cenando. Quin lo hizo? Basndonos en esta historia, los campesinos, pero
en aquella regin actuaban fuertes grupos de partisanos soviticos y por lo tanto
resulta ms acertado sospechar que Leszek B. colaboraba con la administracin
bielorrusa, contra la cual luchaban los partisanos.
La compasin por las personas que, en contra de su voluntad, quedan
atrapadas por sistemas extraos a ellos y que intentaban salvarse como podan no
debera dejarnos sacrificar la verdad para hacer un chiste. Me arrepiento de haber

reproducido en algn sitio la historia de Minkiewicz. Escribo estas lneas como


descargo.
Curiosidad. En la niez todos hemos jugado a reflejar con un espejo la luz
del sol, pero slo a unos pocos se nos ha ocurrido pensar en un pequeo detalle. El
reflejo de la luz se mueve dentro de un campo determinado y, cuando se sale de l,
desaparece. Eso significa que el espejo tiene que mantener cierto grado de
inclinacin hacia el sol. Este hallazgo puede suponer que la mente del joven
cientfico est predispuesta para el razonamiento deductivo, aunque no siempre.
Tambin es posible que exprese el asombro por el hecho de que el mundo est
ordenado de esta forma. A decir verdad, se mire por donde se mire, por todas
partes hay sorpresas similares y el mundo aparece como un recipiente que encierra
la infinidad de detalles que merecen ser anotados.
El mundo est organizado de modo que es infinitamente interesante, para
que se descubran sin cesar nuevas capas o estratos. Es como un viaje por un
edificio-laberinto que palpita, cambia y crece. Cada uno de nosotros hace su viaje
en solitario pero participa tambin en una empresa de toda la humanidad, con sus
mitos, religiones, filosofas, arte y perfeccionamiento de las ciencias. La curiosidad
que nos empuja en este viaje no es insaciable y si con el paso del tiempo no
disminuye ste es un argumento suficiente para no morir. Aunque a decir verdad,
muchos de nosotros entramos en la antesala de la muerte con mucha curiosidad,
esperando ver cmo son las cosas all, en el otro lado.
El lado opuesto de la curiosidad es el aburrimiento, pero todas aquellas
opiniones que sostienen que ya no queda nada por descubrir, porque no hay nada
nuevo bajo el sol, son falsas, y tienen su origen en el aburrimiento, a saber, en la
enfermedad.
Puede usted asegurarme que cuando uno se hace mayor se le abren cada
vez nuevos paisajes, como ocurre despus de cada curva en un viaje? S, puedo.
Todo parece igual, pero es diferente. Sin duda nos hacemos viejos, por lo tanto
poco a poco nos abandonan los sentidos, el odo pierde agudeza, la vista se
debilita. Sin embargo, la mente encuentra maneras para equilibrar estas faltas, con
la experiencia de la que carecen los jvenes. La vejez derrotada merece tanta o ms
compasin cuando la mente, siguiendo el camino de los sentidos, se sumerge en el
sueo.
Siento respeto y simpata por los pensadores y poetas que prolongan la sed

de conocimientos ms all de las fronteras de la muerte. El cielo de Swedenborg


consiste en conquistar continuamente conocimientos y en su transformacin en
beneficios (usus), porque de qu otro modo poda imaginrselo un asesor
diligente del Real Consejo Minero? Cuando William Blake, a los setenta y tantos
aos, se mora, cantaba himnos, convencido con fuerza, incluso sabiendo que iba a
un pas de caceras intelectuales eternas a las que se podra dedicar con una
energa ilimitada.
La curiosidad tiene que ser una pasin poderosa si tantas personas a lo largo
de miles de aos intentaron descubrir, tocar, nombrar y entender una realidad que
se escapa, una realidad de n dimensiones. Tena razn aquel que dijo una vez
que somos como unos hombrecitos dibujados en un papel de dos dimensiones a
los que resulta difcil de explicar algo que sucede un centmetro por encima del
papel, en la tercera dimensin, y mucho menos lo que ocurre en otras dimensiones.

[D]

Dbrowska, Mara. Durante la guerra nos veamos a menudo en su casa de


la calle de Polna o en la de Zygmunt y Futa Poniatowski, en el nmero 16 de la calle
de Kielecka, durante las reuniones de nuestro grupo de discusin. (Por cierto, en la
casa de los Poniatowski pasamos las dos primeras semanas del levantamiento de
Varsovia, que nos sorprendi cerca de su casa; despus caminamos juntos a campo
traviesa hasta el distrito de Okcie). Soy culpable de una terrible metedura de pata
con Dbrowska y, a pesar de que sus alusiones sobre mi persona fueron siempre
fras, tengo que reconocer que logr salir bien parado de aquel trance si se tiene en
cuenta la gravedad de mi delito. As pues, siempre me diriga a la seora
Dbrowska con el debido respeto, pero nunca se me pas por la cabeza que se la
poda mirar como a una mujer. Ese enano un poco bizco, con un flequillo cortado al
estilo paje, era la ltima persona en la que yo concentrara mis pasiones erticas. De
todos modos, por aquel entonces yo ignoraba su lado llammoslo lujurioso, un
aspecto de su personalidad sobre el que ms tarde los lectores de sus diarios
recibieron cumplida cuenta. En su diario, Dbrowska apunta que yo no era del
agrado de su compaero, el seor Stanisaw Stempowski, aunque no me lo creo del
todo, ya que ste siempre me trat con amabilidad, incluso envi a travs de m
una carta a un destacado masn de Washington.
Al parecer Dbrowska se enfad ms tarde conmigo porque la compar en
algn sitio con Orzeszkowa. En realidad se trataba de un cumplido, pero ella, en
cambio, se consideraba una escritora mucho ms grande que Orzeszkowa, algo de
lo que yo no estaba ni estoy seguro.
DAstre, Anka. Su apellido, es decir, el de su marido, era Rawicz; pero no
me acuerdo de su apellido de soltera. Su familia era originaria de la pequea
ciudad de Druja, donde estaban las propiedades de la familia Miosz y antes las de
los Sapieha, as que tenamos un tema de conversacin en comn. De todos modos
tampoco estbamos tan unidos, y nuestra relacin se limitaba a algunas tardes en
las que ella acuda a las conferencias que se organizaban en el centro de los padres
Pallottinos de la calle de Surcouf. Se expresaba en un polaco excelente; haba
terminado los estudios de bachillerato en un instituto polaco. Admiraba su
valenta. Bajo el apellido adoptivo DAstre diriga en Pars su propia productora
cinematogrfica, especializada sobre todo en publicidad, y se las arreglaba bastante
bien. Un peinado impecable, un buen maquillaje, hermosos vestidos, es decir, las

armas de una mujer de negocios en la lucha diaria por el dinero. Era capaz de
cualquier cosa con tal de enmascarar los dramas personales. Su relacin con Piotr
Rawicz se caracterizaba por un amor y un entendimiento mutuos y profundos. A
ambos los unan muchas cosas: los estudios en la Sorbona, multitud de intereses
compartidos y el pasado comn a dos judos polacos que han logrado sobrevivir a
la Sho. Piotr Rawicz perteneca a una rica familia de Galitzia, al parecer oriundos
de Lww, y haba adquirido en su casa una cultura elevada y el conocimiento de
idiomas. Haba estado en campos de concentracin alemanes, una experiencia que
lo haba marcado para el resto de su vida y que haba dado origen a su novela Le
sang du ciel, publicada por Gallimard. Era una figura conocida en Pars y escriba en
Le Monde.
Era amigo de Kot Jeleski. Su matrimonio con Anka pas por un buen
nmero de discusiones, de separaciones y reconciliaciones. Al final se separaron de
forma definitiva.
Durante una de mis estancias en Pars, debi de ser en los aos setenta, Anka
me invit al nuevo piso que haba comprado en la parte alta del Boulevard de
Saint-Michel, por lo tanto en un barrio muy caro. El piso era precioso de verdad y
estaba muy bien decorado, con esculturas y muebles modernos. Qu crueldades
del destino hacen posible que alguien arregle su piso con tanto detalle y despus se
muera enseguida? Deban de estar muy unidos Piotr y Anka, pues l se mat de un
disparo poco despus de la muerte de ella. Es imposible no caer en la cuenta.
Tampoco puede dejarse a un lado el hecho de que no es posible sobrevivir a la Sho
sin que te quede una herida psicolgica. Las historias de estas dos personas
inspiraran un guin desgarrador, un guin que nadie escribir jams.
Dembiska, Zofia. S, era una fantica. Sin embargo, si no hubiera tenido fe
ciega en la causa no habra podido trabajar tanto como lo hizo, organizando junto
con Borejsza la editorial Czytelnik y todo un imperio periodstico. Su hermana
tambin tena una fe fuerte aunque en sentido contrario, porque era catlica y
monja.
El denominado Grupo de Vilna desempe un papel bastante importante en
la Polonia de los primeros aos despus de la guerra. Las grandes personalidades
del partido surgieron del Grupo. Citar algunos nombres: Stefan Jdrychowski;
Jerzy Sztachelski y su mujer, Dziewicka-Sztachelska; Muta Dziewicka; Jerzy
Putrament; Druto o Drutas, un lituano que fue embajador de Polonia en Pars, y su
mujer, Guga Sawicka; Kazimierz Petrusewicz; y, finalmente, Zofia Westwalewicz,

cuyo apellido de casada era Dembiska. El ms fuerte de todos ellos era Henryk
Dembiski, al que los alemanes mataron en Hancewicze, en la regin de Polesie,
adonde lo haban enviado las autoridades soviticas para que se hiciese cargo de la
direccin de un Instituto de Bachillerato bielorruso. Puesto que la gente del Grupo
de Vilna protega a los suyos y era muy solidario, alrededor de l gravitaban
tambin otras personas de Vilna que no militaban en el partido, como por ejemplo
Wadysaw Ryca, los poetas del grupo agary Czesaw Miosz, Jerzy Zagrski y
Aleksander Rymkiewicz; en pocas palabras, familiares y conocidos del Conejo.
Sin duda, los historiadores se ocuparn en el futuro del Grupo de Vilna. Por
aquel entonces casi todos los comunistas destacados eran judos. Los miembros de
este grupo eran una excepcin, pues tenan origen cristiano y procedan de la
nobleza o de la burguesa. En ocasiones se trataba de familias de fuerte tradicin
catlica, se era el caso de Zofia y tambin de su fallecido esposo, que provena de
la organizacin catlica Renacimiento; as pues, marido y mujer haban recorrido
juntos el camino hacia el marxismo. Por consiguiente, un rasgo particular de este
grupo era la tensin entre la religin, la educacin recibida en el hogar paterno y la
revolucin. Algo similar suceda con los judos marxistas, excepto que en ellos la
nueva fe pugnaba con el judaismo, y a veces tambin con el sionismo.
La figura de Dembiski evocaba la de un ardiente reformador social y
revolucionario de otra poca: la Primavera de los Pueblos de 1848. En los aos
previos al estallido de la guerra estaba entusiasmado con Schiller y cuando hablaba
utilizaba bastante retrica romntica. Sus quejas sobre la injusticia humana
existente en el sistema capitalista, sobre la direccin que Polonia estaba tomando
hacia el fascismo y sobre la ceguera poltica existente frente a la amenaza alemana
no podan ser ms certeras, aunque su fervor sublime me hacan desconfiar de l.
En las ruinas de Varsovia la calle de Wiejska era como una isla en medio de
un mar de escombros. All, en la editorial Czytelnik, trabajaban Borejsza y Zofia.
Cuando Tuwim volvi de Amrica, Borejsza le cedi un piso al otro lado de la calle,
enfrente de Czytelnik (he visto algunas cartas de Tuwim a Borejsza escritas en
Nueva York).
Por su trabajo que por lo visto le ocupaba 14 horas al da, dedicadas a
escribir interminables memorandos Zofia pareca un personaje decimonnico,
como los de las novelas de Stefan eromski; en cualquier caso, se era el modelo de
conducta de los activistas sociales y de las mujeres fuertes que exista en Polonia.
S por experiencia, pues pertenec como autor a su cuadra y a la de Borejsza, que el

afn de cambio que exista en los inicios de la Polonia Popular no era slo un puro
juego poltico. Los comunistas como Zofia y Borejsza aspiraban a ejercer un control
intelectual a travs de la prensa y las editoriales, pero al mismo tiempo estaban
orgullosos del papel del Estado como mecenas de las artes. Una larga lista de
clsicos de la literatura mundial, editados con esmero y con el dinero del Estado,
son un argumento suficiente contra la condena sin excepciones por su traicin de
los escritores polacos que colaboraron con las autoridades comunistas. A pesar de
todo, ellos tradujeron y prepararon las ediciones de innumerables libros, entre ellos
los de autores occidentales coetneos, hasta el punto de que en Mosc o en
Leningrado haba gente que estudiaba polaco para poder leer obras prohibidas en
Rusia. Zofia Dembiska contribuy en no escasa medida al desarrollo de la labor
editorial que se produjo ms tarde.
Desgracia. Uno no puede ignorar la desgracia, consolndose por ejemplo
con la idea de que no existe, pues es evidente que existe. Pero puesto que estamos
condenados a vivir con ella, podemos servirnos de alguna tctica para hacerla ms
soportable. Al parecer, cuando un cuerpo extrao entra en una colmena, las abejas
lo recubren de cera hasta que queda sepultado. Por desgracia, hay que realizar este
trabajo de recubrimiento una y otra vez, sin cesar, de lo contrario la desgracia se
apoderar de todos nuestros pensamientos y sentimientos.
Infinidad de personas, los que nos precedieron en este mundo o nuestros
contemporneos, que comparten el mundo con nosotros, conocieron y conocern la
desgracia, aunque este pensamiento sea slo un pequeo consuelo. La vigencia del
Libro de Job se debe a esta universalidad. Su primera reaccin consiste en
reconocer en la desgracia un castigo, y los amigos de Job intentan convencerlo de
que lo es. Y si no fuera por la dimensin teolgica de esta disputa dira que tienen
razn; la desgracia cae sobre nosotros como una revancha, como un castigo, y al
acordamos de los pecados cometidos todo adquiere sentido. Job se defiende
alegando su inocencia; esto debera sorprendernos: cmo est tan seguro de su
virtud? Pero aquella parte que se podra considerar el segundo acto del Libro de
Job es la defensa de un Dios que no se dedica a repartir premios y castigos. La
inocencia de Job significa que Dios nos enva desgracias porque as lo dispone. Por
lo tanto no podemos aplicarle a El nuestro concepto de lo justo y de lo injusto.
Las desgracias personales y las desgracias de las naciones indican que la
acusacin dirigida contra Dios, y que puede resumirse en un porqu gritado al
cielo, permanecer siempre vigente. Sera lgica una Providencia que velase por las
personas y por la historia, como la de los sermones de Bossuet, que premiase y

reprendiese segn el caso. Extendiendo esta idea a las dimensiones del Universo
nuestra demanda de bondad podra ser cumplida por un Dios misericordioso que
no hubiera expuesto al dolor y a la muerte a miles de millones de seres vivos. Crear
un universo como el que tenemos no se puede considerar un acto de honradez.
Por qu debo ser honrado?, pregunta Dios. De dnde sacis ideas tan
extraas?.
La desgracia existe. Es as de sencillo. Cuando la cubres de cera no te queda
la conciencia tranquila, porque quiz deberas dedicarle todas tus fuerzas y tu
atencin. En tu defensa slo puedes alegar: Quiero vivir.
Dinero. Mis antepasados tenan dinero porque unos campesinos trabajaban
para ellos. Sin embargo, ya mi abuela paterna se vio obligada a vender Serbiny, y
despus el resto, la mansin de Uzumiszki, al tiempo que mi padre reciba una
educacin que le permitira ganarse la vida, finalizando sus estudios en la
Politcnica. La familia de mi madre era propietaria de Szetejnie, unas posesiones
no muy extensas pero, en cambio, en unas tierras muy frtiles de Lituania. Como
resultado de las divisiones familiares que siguieron a la reforma agraria, a mi
madre le toc Podkomorzynek, una finca conocida como la Granja. La
administraba haciendo viajes desde Vilna; el problema es que la finca estaba en el
extranjero y por lo tanto era difcil beneficiarse de ella plenamente. De todos
modos, la tela de nuestro lino serva para mis camisas, las ovejas daban lana para la
ropa y pieles para los abrigos que se curtan en Kiejdany.
A mi padre las cosas no le iban del todo bien y cuando iba a la escuela, en
Vilna, estaba ms cerca de la pobreza que de la opulencia, algo que, dicho sea de
paso, armonizaba con el estado de una ciudad inmersa en el colapso econmico. La
familia me ayud tambin durante mis estudios universitarios, pero cuando
aceptaba su ayuda lo haca siempre con remordimientos de conciencia, de ah
vienen mis perodos de vacas flacas, pequeos sueldos gracias a trabajos literarios
menores y becas. Despus de licenciarme en Derecho intent emplearme de
pasante en un bufete de abogados. De alguna forma aqul no era mi destino y mi
currculo, ms bien tpico de alguien de la intelligentsia, me ofreca otra variante: la
carrera de funcionario. Y as fue en cierto modo ya que mi trabajo en las oficinas de
Radio Polonia entre los aos 1935 y 1939 me mantena alejado del micrfono.
Ascend rpidamente y por fin comenc a ganar mucho dinero, una cifra similar a
la de un salario medio de los de entonces.
Me extraa mi suerte, pues siempre he tenido ms vidas que un gato. Hasta

en el perodo de la ocupacin alemana de Varsovia, cuando las posibilidades para


ganar dinero casi no existan. Me ayudaba la teora del ltimo zoty de Jerzy
Andrzejewski, que deca que cuando ya no queda nada en los bolsillos siempre
sucede algo. Y ocurra. Puedo poner estos aos como ejemplo de mi indiferencia
por los bienes materiales. S, me produca indiferencia, a pesar de que el destino
me converta, una y otra vez, en un hombre privilegiado.
La vergenza que me produca el hecho de proceder de una familia que
haba vivido durante generaciones del trabajo del pueblo (y que haba
desempeado el papel de agente polonizador de las clases populares) me empuj
hacia la izquierda y as, en el ao 1945, en gran parte por mi color si no rojo, al
menos rosa me encontr entre la nueva elite que emerga entonces. A decir
verdad, la profesin de escritor, independientemente de las ideas, lo protega a uno
del trabajo fsico, incluso de estar sentado detrs de la mesa de alguna oficina. Sin
embargo, volv a la carrera de funcionario, interrumpida por el estallido de la
guerra, y en los aos 1946-1950 trabaj primero en el consulado polaco de Nueva
York, y despus en la embajada. No obstante, aunque por mi trabajo me encontraba
apartado de la Amrica profunda, aquella que est sujeta a las necesidades de la
lucha diaria por el dlar, no por ello me sumerg en un mundo ilusorio con tal de
apaciguar mis contradicciones. No me gustaba este sistema pero tampoco el
comunismo. De todos modos, por qu nos tienen que gustar los sistemas que se
basan en el miedo; miedo ante la pobreza o miedo ante la polica poltica? En
ambos casos se me puede acusar de misericordia y compasin por el Adn que fue
expulsado del paraso y, de un modo u otro, atormentado.
Sin embargo, abandon los Estados Unidos, y una vez ms puse fin a mi
carrera de funcionario y a un salario fijo a primeros de mes. Los aos 1950-1960
fueron, en cierto sentido, ms duros que la ocupacin alemana, ya que entonces al
menos estaba entre los mos; ahora, me vea obligado a confirmar la teora del
ltimo zoty, en este caso, del ltimo franco. Y la confirm porque sobreviv,
adems, manteniendo a mi familia. Cmo ocurri y dnde, en una Francia difcil
y sin ningn empleo? Al pensar en ello siento miedo incluso cuando ya ha pasado
lo malo. Por supuesto, la revista del exilio, Kultura, tambin era pobre, y poda
permitirse slo unos honorarios modestos. Adems, entre los exiliados fui quizs el
nico que rechaz escribir para Radio Europa Libre, ya que no me gustaban sus
redobles patriticos y su lluvia de agua bendita.
Despus lleg mi segunda Amrica. Tampoco sta tena nada que ver con la
de los emigrantes, con las ratas polacas, que al llegar slo disponen de sus dos

manos y de nada ms. Pas muchos aos en una isla, es decir, en un campus,
donde descubr mi nueva vocacin de profesor. Tambin los honores y premios
que, en mi opinin, no los habra recibido si me hubiera quedado en Europa.
Dostoievski, Fiodor. He impartido algunos cursos sobre Dostoievski. En
ocasiones me han preguntado por qu no escribo un libro sobre l. Suelo responder
que se ha escrito una biblioteca entera en diferentes idiomas sobre este autor y que
no soy un investigador de la literatura, sino como mucho un seudoinvestigador. Sin
embargo, a decir verdad, el motivo es bien distinto.
Sera un libro basado en la desconfianza, y por lo tanto completamente
prescindible. Si exceptuamos a Nietzsche, ningn otro escritor tuvo tanta influencia
entre sus coetneos como l la tuvo, y adems tanto en el pensamiento europeo
como en el americano. Ni Balzac, ni Dickens, ni Flaubert, ni Stendhal son apellidos
universalmente conocidos ahora, a finales del siglo XX. Dostoievski utiliz las
posibilidades formales de la novela como nadie antes (ni despus) ha logrado
hacerlo aunque George Sand lo intent para ofrecernos el diagnstico de un
fenmeno enorme que l mismo haba vivido desde dentro y que lo tena
subyugado: la decadencia de la fe religiosa. Su diagnstico result ser correcto.
Prevea que esta decadencia iba a cambiar drsticamente la mentalidad de la
intelligentsia rusa. La Revolucin Rusa fue la confirmacin de Los posedos (como lo
reconoci de forma abierta Lunczarski) y de la Leyenda sobre el gran inquisidor.
Sin duda fue un profeta. Pero tambin un profesor peligroso. En su libro
sobre la potica de Dostoievski, Bajtin impuso a todo el mundo la hiptesis de que
la novela coral la haba inventado el autor de Crimen y castigo. La polifona
convierte a Dostoievski en un escritor moderno, un escritor que escucha voces, una
gran cantidad de voces en el aire chocando unas contra otras y formulando ideas
contradictorias. Acaso no estamos expuestos todos a este ruido, a este chocar de
voces, en la fase actual de nuestra civilizacin?
Sin embargo, su polifona tiene lmites. Detrs de ella se esconde un creyente
fervoroso, un devoto del milenarismo y del mesianismo rusos. Es difcil encontrar
algo menos polifnico que la escena de los polacos que aparece en Los hermanos
Karamazov, una burda stira que no encaja con la seriedad de la obra. La forma en
la que trata a Ivn Karamazov produce un efecto emotivo mucho ms fuerte que el
permitido por la polifona.
A menudo se diferencia entre el Dostoievski idelogo y el escritor para

salvaguardar la grandeza de su obra, contaminada por los juicios desafortunados


que emita el autor; una diferencia que encuentra bastante apoyo en las tesis de
Bajtin. Sin embargo, en realidad se puede afirmar que sin su mesianismo ruso y su
ardiente preocupacin por Rusia nunca se hubiese convertido en un escritor
universal. No fue slo la preocupacin por Rusia la que le dio fuerzas, sino tambin
el temor que senta ante el futuro de su pas, lo que lo obligaba a escribir para
advertir del peligro.
Era cristiano? La respuesta no est clara. Quiz quiso serlo porque aparte
del cristianismo no vea otra salvacin para Rusia? Aunque el final de Los hermanos
Karamazov deja la puerta entreabierta a la existencia de contrapesos eficaces a las
fuerzas destructivas que l observaba. Acaso el joven y puro Aliosha y sus doce
discpulos, lo ms parecido a un grupo de boy scouts, iban a formar las huestes que
salvaran a la Rusia cristiana de la revolucin? Demasiado dulce y cursi.
Pero l hua de la cursilera, buscaba personajes con carcter. Por eso, llen
sus primeras novelas de pecadores, rebeldes, pervertidos, locos de la literatura
mundial. Da la impresin de que antes de salvarse sus personajes deben descender
al abismo del pecado y la vergenza, aunque tambin cre a otros, como
Swidrygailow y Stawrogin, que se condenaban irremediablemente. Pese a que puso
algo suyo en todos sus personajes, uno de ellos representa, en mayor medida, su
forma de pensar: Ivn Karamazov. Lev Shestov sospecha, y al parecer con razn,
que Ivn expresa la incapacidad ltima de Dostoievski para tener fe, que es la
anttesis de personajes positivos como el viejo Zosima y Aliosha. Pero qu es lo
que opina Ivn? La lgrima de un nio le basta para devolver al Creador el
billete y luego cuenta una leyenda, inventada por l mismo, sobre el Gran
Inquisidor, cuyo significado se resume en que si no se puede hacer a la gente feliz
con la ayuda de Cristo hay que hacerlo con la del Diablo. Berdiayev escribi que
Ivn se caracteriza por una falsa hipersensibilidad y que sin duda el mismo
juicio es aplicable a Dostoievski.
En una carta a la seora Fonvizin, Dostoievski escribi que si lo obligaban a
elegir entre la verdad y Cristo, elegira a Cristo. Quiz son ms honrados aquellos
que eligen la verdad incluso si sta contradice en apariencia a Cristo (eso es lo que
sostena Simone Weil). Al menos no dependen de su imaginacin y no crean un
dolo a su semejanza.
Hay un argumento que hara que me inclinara por un juicio ms suave, a
saber, el hecho de que Lev Shestov encontr en Dostoievski, ante todo, una

inspiracin para su filosofa trgica. Shestov es para m muy importante. Gracias a


su lectura pude entenderme intelectualmente con Joseph Brodsky.
Drema, Vladas. Los pintores han hecho siempre ms por la ciudad de Vilna
que los escritores. Drema fue compaero mo de la universidad, estudiante de la
Academia de Bellas Artes. Esta facultad preservaba las importantes tradiciones de
la universidad de principios del siglo XIX. Drema fue uno de los cofundadores en
1937 del Grupo de Vilna al que pertenecan pintores polacos, judos y lituanos.
Entre los artistas de fama internacional que se haban formado anteriormente en
Vilna destacaron Chaim Soutine, los escultores Antokolski y Lipschitz, y los an
ms famosos Ferdynand Ruszczyc, Ludomir lendziski y Vytautas Kairuktis,
aunque tambin con emocin veo las reproducciones de cuadros y dibujos, a veces
muy buenos, de muchos otros productivos y refinados artistas.
Drema se qued en mi memoria ms como una presencia fsica que como un
rostro. Tena cierta simpata por el comunismo, al igual que su amigo
Adamoviius, un poeta lituano que escriba bajo el seudnimo de Kektas, lo que
explica las relaciones de Drema con la revista agary en la que incluso lleg a
publicar, si no recuerdo mal, algn artculo.
Cuando volv a Vilna en 1992, despus de 52 aos, no encontr a ninguna de
las personas que antes recorran sus calles. O los haban matado o deportado o
haban emigrado. Sin embargo, me enter de que Drema an viva en la ciudad y
decid visitarlo. Me dieron una direccin en el Callejn Literario. Se trataba del
mismo lugar en el que resida hace tantos aos, lo nico que cambiaba era la puerta
ya que la antigua, que tena incrustados unos gordos clavos de metal, haba
desaparecido (la haban robado?). La escalera derecha? All es, precisamente,
donde alquil yo en 1936 una habitacin a una dama anciana, en un piso
abarrotado de estanteras y figuritas. Result que ms tarde Drema haba vivido
durante muchos aos en el mismo piso en el que yo me haba instalado entonces.
Al final me dieron su direccin nueva.
Estaba tumbado, paralizado de la cintura para abajo, y su mujer y sus dos
hijos lo cuidaban con cario. Parece que viva apartado de todo, y no slo a causa
de la enfermedad. No reconocan sus mritos como historiador del arte de Vilna,
como el autor que era de la monografa definitiva sobre el pintor Kanut Rusiecki
(que perteneca al grupo de artistas que residan en Roma en la dcada de 1820), ni
tampoco de las numerosas disertaciones y artculos que haba publicado. Pero
sobre todo, Drema es el autor de una obra monumental que me caus tanta

emocin que quisiera que la gente se acordara para siempre de su autor. Vilna tiene
una cualidad asombrosa, difcil de explicar de forma racional, una magia que hace
que la gente se enamore de la ciudad como si fuera un ser vivo. Durante ms de
dos siglos numerosos pintores y artistas grficos escogieron como tema de sus
trabajos la arquitectura y los paisajes de Vilna. Drema recogi todas esas obras
nacidas del pincel y del buril en un lbum que inmortaliza el pasado de la ciudad y
que lleva por ttulo Dinges Vilnius, es decir, La Vilna desaparecida, publicado en 1991
y del que se tiraron 40 000 ejemplares. El libro, que consta de 400 pginas, es una
historia de la arquitectura de Vilna a travs de su reflejo en la pintura, ilustrada con
mapas antiguos, tan bella cromticamente que no recuerda en nada a las
innumerables monografas de ciudades que se imprimen en papel cuch. A Vilna
la pintaron y dibujaron polacos, lituanos, judos y rusos aunque, entre ellos,
quienes ms han amado la ciudad han sido los rusos, como Trutniev en la segunda
mitad del siglo XIX. Que no cayesen en el olvido, reunirlos a todos de tal manera
que al apreciarlos unos al lado de otros pueda observarse el principio que los
une Cunto trabajo y cunto esmero hacan falta para llevar a cabo esta empresa!
Slo un gran amor era capaz de crear una obra semejante y lo escribo para rendir
homenaje a Drema. Entonces, en la Vilna de nuestra juventud, no pensaba que l
sera el nico que emergera entre las sombras y que se convertira en una figura
clara, que nos ilumina con su ejemplo.
Cuando regres a Vilna por segunda vez, Drema ya no viva.
Druyno, Ana y Dorcia. La seorita Ana era bajita, casi una enana, con una
cabeza demasiado grande y una cara muy fea, de la que destacaba una verruga
enorme en la nariz. Ejerca de profesora con severidad y orgullo, una profesin que
en su juventud se consideraba una actividad patritica ya que enseaba un idioma
el polaco mal visto por el zarismo y porque propagaba conocimientos sobre
los poetas romnticos polacos. Numerosas mansiones en Lituania y Samogitia
empleaban este tipo de profesoras y el respeto a la seorita Ana en nuestra familia
vena del hecho de que haba sido en su tiempo la profesora de mi padre. Cuando
en el ao 1918 se cre una Lituania independiente, la seorita Ana ocup durante
algn tiempo el cargo de directora de un instituto polaco en la localidad de
Poniewiez. Sin embargo ms tarde, es decir en mis aos de estudiante, viva con su
hermana en Vilna, mantenindose a duras penas gracias a algunos ahorros que
haba conseguido reunir.
La seorita Ana perteneca a la pequea nobleza de una remota aldea, no
haba encontrado marido y se haba hecho profesora porque en aquellos tiempos

las mujeres solteras tenan pocas posibilidades de ganarse la vida. La soltera de la


seorita Ana aadi cierto tono spero a los rasgos de su carcter, la firmeza se
convirti en ademanes dictatoriales y se irritaba con facilidad. Sin embargo, no
tena a nadie con quien descargar sus iras aparte de su hermana Dorcia. Esta mujer,
que seguramente deseaba casarse, tambin se qued solterona y no tena a nadie
en el mundo aparte de Ana, a la que obedeca en todo, y nunca se atrevi a tener su
propia opinin. Era tonta, casi retrasada, se dedicaba a trabajar afanosamente al
son que le tocaba su hermana, haca las compras, cocinaba, limpiaba.
Tenan alquilada una habitacin en la calle de Nadbrzena y yo iba all a
visitarlas sin saber muy bien por qu lo haca. (Creo que lo haca como una
extensin de las obligaciones familiares, como si visitase a la familia). Estas visitas
no estaban exentas de sentimientos contrapuestos: las hermanas eran de una poca
pasada, eran viejas, pobres e indefensas; mi pertenencia al siglo XX, mi juventud y
mi educacin me daban ventaja, de ah la misericordia y la compasin que me
despertaban, unidas a un cierto sentimiento de lstima hacia el destino de los seres
humanos en general. Nunca dej de ver a estas dos mujeres viejas, indefensas
frente al tiempo histrico o, simplemente, frente al tiempo. Ya nadie, aparte de m,
se acuerda de sus apellidos.

[E]

Economa. No entiendo ni una palabra de esta disciplina. Es de sentido


comn que un hombre cultive la tierra y cre animales, y que obtenga alimentos de
esta actividad. Pero que la gente de un pas viva de venderse y comprarse
mercancas los unos a los otros, eso ya es demasiado; hay incluso una rama de esta
disciplina que se encarga del estudio de las leyes de la oferta y la demanda. Quien
se dedique a esta ciencia puede incluso obtener el Premio Nobel, como les sucedi
a dos compaeros mos de la Universidad de California en Berkeley, Debreu y
Harsanyi (uno de ellos de origen francs y el otro hngaro).
Bueno, se supone que debera entender algo de economa, ya que aprob el
examen de esta asignatura en Vilna. Las clases nos las daba el profesor Zawadzki,
que era ms pragmtico que terico, y que en el pasado haba ocupado el cargo de
ministro de Finanzas. Tena la costumbre de mirarse la lengua en un pequeo
espejo de bolsillo para saber si se le haba puesto blanca tras su ltima juerga
nocturna. Era bastante corpulento, de ojos oscuros y pelo moreno, como todos los
miembros de la familia Zawadzki, descendientes de un librero de Vilna que haba
publicado en su da los primeros volmenes de poesa de Mickiewicz. La gente
deca que eran judos. Un compaero de clase, Jurek Zawadzki, tambin guardaba
cierto parecido fsico por su pelo moreno y por la tendencia al sobrepeso. Sus
bellas hermanas eran iguales. Si no me acuerdo mal su padre ocupaba el puesto de
director de un banco; en cualquier caso, su casa era acomodada, los parqus
brillaban y yo no me senta a gusto all con mis trajes hechos de tela tejida en casa.
Los Zawadzki vivan en la ciudad pero posean una hacienda con algo de tierra, lo
que apunto aqu porque esta combinacin se repeta desde antiguo en los crculos
ms altos de la intelligentsia urbana, una conclusin que tambin se puede extraer
de la lectura de varias obras literarias, por ejemplo del Invierno en la ciudad de
Mickiewicz.
Despus del examen de revlida Jurek estudi en la Universidad Politcnica
de Varsovia. Pens que haba hecho el servicio militar en caballera e incluso llegu
a or que haba muerto en septiembre de 1939. Pero segn me ha contado
recientemente nuestro amigo comn Tadeusz Kasprzycki, Zawadzki no estuvo en
el Ejrcito. Como ingeniero se encarg de las fortificaciones y con este fin lo
mandaron a la frontera oriental, donde, despus de la invasin sovitica, se uni a
uno de los destacamentos que se formaron en los bosques para intentar resistir. Las

circunstancias de su muerte no se han aclarado todava.


Exagero mi ignorancia de la economa porque pude aprender bastante
pronto de ese lado tan poco terico que consiste en carecer de dinero. Y ya a la
edad de 20 aos descubr su fuerza maligna, la fuerza de esa Fatalidad que
gobierna los destinos de las personas en contra de sus deseos y de su voluntad. La
gran crisis americana de 1929 ech de las minas y fbricas a las calles de Francia a
los trabajadores inmigrantes polacos, as que durante mi primera visita all me tuve
que abrir paso entre la multitud que formaban estos parados. En Alemania, la crisis
que dej a millones de personas sin trabajo las predispuso a votar por Hitler. La
fragilidad del cuerpo social y su sensibilidad a las alteraciones la empec a
descubrir en los Estados Unidos, donde, al menos desde el crack del mercado en
1929, la gente vive como en California con los terremotos: en cualquier momento
puede producirse uno. No hay ninguna seguridad de que los planes y las
intenciones para el ao siguiente no se crucen de repente. Por lo tanto, no hay nada
de extrao en que la ciencia (o el arte?) de la economa, que consiste en gran parte
en los intentos de prever las catstrofes, est muy cotizada y que uno pueda ser
recompensado con el Premio Nobel por su estudio.
Estados Unidos, los. Qu esplendor! Qu miseria! Qu humanidad! Qu
inhumanidad! Qu amabilidad mutua! Qu aislamiento! Qu apego a los ideales!
Qu hipocresa! Qu triunfo de la conciencia! Qu perfidia! Este cmulo de
contradicciones puede, aunque no tiene por qu, descubrirse ante los emigrantes
que han triunfado. Aquellos que no han tenido xito ven slo su crueldad. Yo tuve
suerte, aunque siempre he procurado recordar que se lo deba a mi buena estrella y
no a mi propio esfuerzo, y tampoco me he olvidado de que al lado de mi casa haba
barrios enteros en los que viva gente desgraciada. Es ms, pensar en la dureza del
trabajo y en las incumplidas esperanzas de los ms desgraciados, as como en el
gigantesco sistema penitenciario que sirve para retener a los innecesarios, me haca
mirar con escepticismo el decorado, aquellas casitas pulcras de los suburbios
rodeadas de espacios verdes.
Mis primeros contactos con los Estados Unidos se remontan a los aos
escolares y tienen sabor al pan blanco y al cacao en taza de la accin alimenticia de
Hoover, incluso me acuerdo de las camisetas a rayas azules que nos enviaban, y un
poco despus de las pelculas de Mary Pickford y Chaplin. Cuando aos ms tarde
me qued prendado de la actriz Sylvia Sidney, me habra parecido increble si me
hubiesen dicho que algn da mi fotografa estara junto a la suya en las pginas de
la American Biography. El cine supuso el comienzo de la expansin de los Estados

Unidos, una expansin que comenzaba a hacerse palpable en calles como la de


Niemiecka en Vilna, o tambin en la calle de la ciudad de Drohobycz que Bruno
Schulz describi como la calle de los Cocodrilos. Ms tarde pude apreciar el
parecido existente entre aquellas calles de Europa y algunos pobres rincones del
este de Manhattan.
A lo largo del siglo XX la bestia que surgi de las aguas derrib a sus
sucesivos contrincantes y rivales. El ms difcil de todos fue la Rusia sovitica, ya
que para librar ese combate no bastaba con la fuerza militar, sino que tambin
haba que poseer una concepcin del hombre. El intento de crear un hombre
nuevo, de acuerdo con principios utpicos, fue una tarea gigantesca, y aquellos
que, a posteriori, la despachan con ligereza parecen no entender lo que estaba en
juego. El hombre viejo sali victorioso, y ahora, con la ayuda de los medios de
comunicacin, impone su modelo a todo el planeta. Visto en perspectiva, las causas
de la derrota sovitica se encuentran ante todo en la cultura. Rusia, que se gastaba
cantidades astronmicas de dinero en propaganda, no pudo convencer de su
modelo ni siquiera a la poblacin de los pases a los que someta a su poder en
Europa, que reciban sus esfuerzos con mofa, como los intentos de unos brbaros
por parecer civilizados.
La Guerra Fra, con su dicotoma entre una Amrica democrtica y un
sombro totalitarismo del Este, priv a muchas personas de libertad de juicio, e
incluso les impidi ver con claridad. La falta de entusiasmo por los Estados Unidos
poda interpretarse, en ese contexto, como predileccin por el bando comunista.
El siglo XX hizo que los Estados Unidos entraran en una dimensin nueva,
que no haba conocido hasta entonces. A principios de siglo los artistas y escritores
huan hacia los viejos centros culturales de Pars y Londres, abandonando un pas
que consideraban torpe, materialista y absorbido por el dinero. A finales de ese
mismo siglo los artistas y escritores de todo el mundo viajan a los Estados Unidos,
a un pas que ofrece enormes posibilidades. La capital mundial de la pintura no es
ahora Pars, sino Nueva York. En Europa Occidental la poesa goza del mismo
prestigio que la numismtica, mientras que en los Estados Unidos ha encontrado
un pblico en los campus universitarios, a su estudio se dedican ctedras e
instituciones, y se distingue a los poetas con premios. Soy consciente de que si me
hubiera quedado en Francia no habra recibido el Premio Neustadt en 1978,
conocido como el pequeo Nobel, y tampoco aos ms tarde el mismsimo
Premio Nobel.

Hoy ya resulta difcil imaginarse qu lejos estaba Europa de Amrica a


principios del siglo XX. El ocano separaba los dos continentes y las imgenes de
barcos naufragando, que durante todo el siglo XIX se publicaban en las revistas
ilustradas, acompaaban a cada viajante en su periplo. Mi primer viaje desde
Inglaterra a los Estados Unidos en el invierno de 1945-1946 dur, si la memoria no
me falla, casi doce das. El pequeo barco ascenda trabajosamente hasta la cima de
una montaa de mar para precipitarse enseguida al vaco, y vuelta a empezar.
Despus los viajes en avin a travs del Atlntico se convirtieron en algo comn.
Una vez vol incluso en el Concorde francs, y ni siquiera llegu a los quesos:
despus de un desayuno con vino estaba ya en Pars.
La gente sola viajar a Amrica, pero slo en contadas ocasiones regresaba a
su lugar de origen. Aunque me consta que ocurra. En la aldea de Peiksva, cerca de
la rica y slida mansin donde nac, se alzaba la casa del americano. Despus
ocurri con ella lo que en resumidas cuentas le sucedi a Lituania despus de su
incorporacin a la Unin Sovitica: fue colectivizada. La aldea, que se situaba en un
claro de una enorme extensin forestal, haba prestado ayuda a unos partisanos
llamados los hermanos del bosque. Asesinaron a la familia que viva en la casa
del americano, quemaron la vivienda, arrasaron el pueblo y se llevaron a la
poblacin de la aldea a la taiga siberiana.
Tambin el padre de Janka, mi primera mujer, volvi de Amrica. Ludwik
Dluski haba trabajado durante unos cuantos aos en fbricas siderrgicas de la
Costa Este estadounidense antes de la Primera Guerra Mundial. Pensaba en l
cuando miraba los oxidados esqueletos de las fbricas abandonadas al norte de
Nueva York, a lo largo del ro Hudson. En estas viejas fbricas el seor Dluski
comparti el destino de los desheredados de la Tierra, que trabajaban duramente
desde la maana hasta la noche, sin los derechos y privilegios que ms tarde
lograron los sindicatos para los trabajadores. A su vuelta a Varsovia, quiz llevaba
una vida dura, pero ya no tena que soportar un trabajo extenuante (trabajaba de
conserje en los juzgados) o al menos no estaba condenado a la soledad.

[F]

Fama. Soar con la fama, una ms de las locuras humanas, nos movera a la
piedad y a la compasin si pudiramos observar este fenmeno desde las alturas,
excluyndonos a nosotros mismos del resto de los mortales. No obstante, como
nadie est libre de esta predisposicin a querer la fama, no nos extraa.
Antiguamente alguien poda destacar, como mucho, entre sus vecinos del mismo
pueblo o regin. No haba peridicos, ni existan la radio y la televisin para
propagar las noticias sobre la superioridad de alguien. Aunque a veces la fama de
los atletas, de las personas excntricas y de las mujeres muy hermosas se extenda
fuera de la provincia, como, por ejemplo, Bitowt, que se hizo famoso en toda
Lituania por su glotonera y excentricidad. Un poco menos famoso fue otro noble
llamado Paszkiewicz o Poszka, que escriba poemas en lituano y se enorgulleca de
un roble que creca en sus propiedades al que haba puesto por nombre Baublis. De
todos modos, la fama del roble sobrevivi ya que Mickiewicz lo eterniz en Pan
Tadeusz. Las canciones han servido desde siempre para eternizar los nombres de
los elegidos, incluso de los reyes de los ms pequeos e insignificantes Estados
griegos como en la Ilada. Casi siempre se trataba de hroes que haban triunfado
en la guerra, aunque gracias a Homero tambin nos acordamos de los nombres de
Helena y Casandra.
Mucho han cambiado las cosas desde que un hombre ha pasado a ser una
parte de una masa de millones de personas como l, igual de annimas. Ese mismo
hombre annimo se topa con las caras de las estrellas de cine y deportistas en los
peridicos, los ve en las pantallas mientras que su propio anonimato se hace cada
vez ms molesto. El deseo de manifestar su existencia particular se convierte en l
en una pasin y adquiere formas diferentes. ste soy yo!, grita a travs de un
librito de poesa de escasa tirada; o escribe una novela que piensa que lo
catapultar a la fama; tambin se puede sospechar que algunos comportamientos
excntricos, incluidos los crmenes, tienen a menudo como motivo el deseo de
llamar la atencin.
Sin embargo, el juego no es tanto entre el hombre y la multitud como entre el
hombre y sus crculos ms cercanos, su familia, sus amigos de clase, el grupo
profesional al que pertenece. Aqu recurro a mis propias experiencias, a la escuela
en Vilna y a mis comienzos en la literatura. Al parecer en la escuela sola
pronunciar conferencias inteligentes aunque no me acuerdo de ello, adems desde

muy joven me interesaba por la biologa. Tambin gan algn concurso literario, tal
vez por un soneto, tampoco me acuerdo muy bien de esto. Ms tarde lleg la
universidad, la Seccin de Escritura Creativa y el grupo agary en los que me
esforc por conseguir los elogios de mis compaeros, que es lo que me importaba
ya que la imprenta me originaba ms bien dificultades: para qu necesito un gran
pblico que no tiene ni idea de poesa!, quiero la confirmacin de mi aptitud por
parte de aquellos que son capaces de juzgar mi trabajo! Entregu el ttulo de
expertos a unos cuantos compaeros mos.
El deseo de reconocimiento es tan bsico que se podra investigar en
sociedades diferentes, investigando las formas en las que satisfacen esta ambicin:
con ttulos, condecoraciones, con cesiones de tierras, dinero? Acaso los actos de
valenta audaz de los soldados durante las guerras de unos contra otros no se
hacen para demostrar que se es mejor o al menos no peor que el resto de los
compaeros del destacamento?
Otro rasgo de la fama es su carcter ilusorio porque para qu le sirve a uno
un nombre conocido si aquellas personas que lo pronuncian no saben muy bien
por qu es famoso? De todos modos, ste es el destino de la mayora de los
monumentos en una gran ciudad, convertidos en smbolos de los que el contenido
se evapor hace tiempo. Cuanta ms gente haya, tanto ms se especializar la fama,
lo que quiere decir que un astrofsico se har famoso entre los astrofsicos, un
conquistador de montaas entre los alpinistas de elite, un jugador de ajedrez entre
los jugadores de ajedrez. Una civilizacin plural favorece las divisiones en grupos,
clubes, asociaciones, logias, lectores de poesa o, todava estrechando ms el
crculo, entre los aficionados al haiku o al limerick, los fotgrafos o los regatistas.
Con seguridad, el Premio Nobel da cierta fama, sin embargo, no se puede olvidar
que las personas que saben por qu uno recibe este premio son slo unas pocas ya
que el porcentaje de los lectores de poesa es muy pequeo, quizs un poco mayor
o menor dependiendo del pas.
Fedorowicz, Zygmunt. Gordo, rechoncho. Fedorowicz militaba en el Partido
Nacionalista, que fue especialmente activo durante la guerra, en la clandestinidad.
Haba sido el director del Instituto Pblico Rey Segismundo Augusto de Vilna, un
centro slo masculino. La escuela tena un perfil humanista, y se imparta latn. En
el mismo nivel acadmico estaba el instituto que llevaba el nombre de la escritora
Eliza Orzeszkowa, tambin especializado en humanidades pero femenino, y
tambin un instituto masculino, el Lelewel, en el que ya no haba latn. Casi igual
de exclusivas eran las escuelas de las rdenes religiosas: los jesutas para los chicos

y las nazarenas para las chicas. Un estatus inferior tenan las escuelas que llevaban
el nombre de Mickiewicz, Slowacki, Epstein, as como otras en las que la lengua de
enseanza no era el polaco, sino el yiddish o el ruso; adems haba un instituto
lituano y otro bielorruso, este ltimo lo cerraban una y otra vez por ser un vivero
comunista.
La Vilna de entonces no es para m slo una ciudad de recuerdos sino
tambin un problema poltico todava vigente. Los boy scouts educaban entonces en
el espritu nacionalista. Haba dos famosos grupos de exploradores: los Trece
Negros y el Uno Azul. Yo aprob con entusiasmo el examen de ingreso en el Uno
Azul, y consegu la insignia dorada de explorador. En los primeros cursos de la
escuela primaria yo me senta inclinado a convertirme en un buen ciudadano, algo
que no deja de sorprenderme cuando me acuerdo de la Vilna de aquel tiempo. Era
una ciudad catlica y patritica, que dio la bienvenida con redoble de campanas a
los ulanos polacos que en 1919 la liberaron de los bolcheviques, que mostr su
agradecimiento a Pisudzki y que lo celebr cuando Lituania Central se adhiri a
Polonia (los judos y lituanos no participaron en el referndum). Fedorowicz, un
nacionalista moderado, no destacaba por sus ideas, aunque los seguidores de
Pisudzki eran ms numerosos, como se poda comprobar por la importancia de
sus peridicos: el conservador Sowo [La Palabra] y el liberal Kurier Wileski [El
Correo de Vilna], Dziennik Wileski [El Diario de Vilna] de los nacionalistas tena
una tirada menor.
Esta ciudad adquiri una atmsfera de fortaleza asediada, en la que la
fidelidad y la entrega heroica son las cualidades ms apreciadas. Ciertamente la
educacin patritica y la influencia de los boy scouts fructific en un movimiento
clandestino que result inquebrantable durante la ocupacin alemana y que tras la
entrada del ejrcito sovitico fue desmantelado mediante arrestos masivos y
ejecuciones de prisioneros en Ponary. Parte de esta psicologa de fortaleza asediada
consiste en pensar sin cesar en el enemigo y en adivinar intentos de traicin por
todos los lados. Los enemigos eran, aunque con diferentes grados de intensidad,
los rusos, los alemanes, los lituanos y los judos (estos ltimos por su apoyo a Rusia
en 1919).
El clandestino Ejrcito Nacional (AK) se convirti en el brazo armado de la
ciudad y defenda la integridad del territorio de Polonia, con las fronteras del ao
1939; por esa misma razn se encontr en una situacin desesperada cuando ya
nadie, incluidos los aliados, reconoca las fronteras del pas de antes de la guerra.

Durante el perodo entre las dos guerras mundiales los localistas se


expusieron a la acusacin de traicin porque se atrevieron a recordar el carcter
multitnico de los territorios del Gran Ducado, empaando la imagen de la
eternamente polaca ciudad de Vilna.
El juicio en 1936 a un grupo prximo a la publicacin Po prostu [Al grano]
que haba nacido en el grupo de agary dividi en dos la opinin de la ciudad.
La mayora derechista los conden como agentes del Komintern (a decir verdad, el
Partido Comunista Polaco manejaba sutilmente los hilos de Al grano).
Cuando las autoridades lituanas tomaron el control de la ciudad, las
acusaciones de colaboracin con el ocupante cayeron, en esta ocasin, sobre Gazeta
Codzienna [Crnica diaria], que diriga Jzef Mackiewicz, fiel a la ideologa de los
localistas. Las posteriores imputaciones de este escritor, como acusarlo de
colaboracionismo con los alemanes, en mi opinin, carecan de fundamento y
fueron el resultado de la primera acusacin por traicin que los nacionalistas,
Fedorowicz y Ochocki, mantenan en la clandestinidad con especial fervor.
Crnica diaria no fue el nico peridico que se publicaba en polaco durante el
gobierno lituano. Tambin se publicaba El Correo de Vilna, que se consideraba a s
mismo el rgano de la opinin pblica polaca. Cuando su editor, el liberal
Kazimierz Okulicz (miembro de la logia Tomasz Zan), se fue a Londres un
compaero mo del Rey Segismundo Augusto, mayor que yo, Jzef wicicki,
llamado Plumbum, se hizo cargo de la redaccin. Se lo llevaron a un gulag en
Vorkut y all muri. Antes de Fedorowicz, elski, que al parecer tena opiniones
polticas similares, haba sido el director de nuestro instituto. Muchos graduados
del Segismundo Augusto se haran famosos ms tarde. Enumero a algunos:
Czesaw Zgorzelski, profesor de literatura polaca en la Universidad Catlica de
Lublin (KUL); Stanisaw Stomma, publicista catlico y profesor de Derecho; Tolo
Goubiew, escritor; Jan Meysztowicz, autor de libros sobre la historia del siglo XX;
Tadeusz Konwicki, escritor, y el abajo firmante, el autor de este abecedario.
Feuer, Kathryn. Especialista en ruso, compaera ma en Berkeley, sola
impartir cursos sobre Tolstoi. Era muy sabia, bondadosa, honrada y buena
compaera. Qu motiv a una chica de familia canadiense francfona, y por lo
tanto catlica, para que se interesase por Rusia? Primero, se rebel contra toda su
familia y contra su parroquia escogiendo el marxismo y mirando con aoranza la
aurora del Este. No s con exactitud cundo se dio cuenta de las cosas: a raz de
los juicios de Mosc o por el pacto Stalin-Hitler? Pero ya era tarde, porque haba

elegido una determinada direccin: estudiar la cultura rusa, escribir una tesina de
licenciatura sobre ella, el dominio del idioma ruso, y tambin, por el camino, un
marido marxista, Louis Feuer, que pronto iba a inculcar en su mujer el odio al
marxismo. Ms tarde ambos se doctoraron y consiguieron puestos en Berkeley, l
como profesor de Sociologa. En realidad era una pareja de pobres rebeldes, un par
de gitanos que vivieron una aventura maravillosa: ser profesores en Berkeley. La
estabilidad de la vida burguesa era para ellos algo desconocido. Cuando yo los
visitaba, lo comprobaba en la forma tan despiadada en que Louis trataba a esa
institucin que es la chimenea. En mi opinin esta institucin exige conocimientos
sobre el tipo de artilugios ms apropiados para encenderla y sobre el tipo de lea
con la que se debe alimentar el fuego. Louis quemaba peridicos en la chimenea.
Kathryn saba todo sobre el sistema sovitico y compadeca a los esclavos de
esta tirana terrible. Ella y Louis leyeron mi ensayo El pensamiento cautivo en ingls
y entendieron el libro a la perfeccin, ya que lo que se dice en l se les podra
aplicar a ellos. Ignoro qu pensaron otros profesores compaeros mos sobre el
libro, en el caso de que lo leyeran. Gleb Piotrowicz Struwe, hijo de un activista
poltico ruso que se haba exiliado en Pars, nunca tuvo un contacto directo con la
realidad sovitica, aunque al ser el editor de Mandelstam esa problemtica le era
conocida. No se poda decir lo mismo de otros rusos. Tan solo s que cuando se
sopesaba el asunto de mi tenure, la principal objecin que present alguien de la
universidad fue justo El pensamiento cautivo, un libro que supuestamente haba
escrito para justificar a la izquierda.
La idea de invitar a Aleksander Wat a Berkeley la tuvo, si no me equivoco,
Struwe, quien se haba quedado fascinado con un seminario que Wat haba
impartido en Oxford. Sin embargo, Struwe no fue el nico responsable. En mi
opinin, fue Kathryn, que senta predileccin por Wat, la que luch por l, y yo me
limit a echar un cable. Le costaba viajar, debido a las muchas dolencias fsicas y
psquicas que padeca. La invitacin formal la realiz The Center for Slavic and
East European Studies, y su presidente de entonces, Gregory Grossman, lo colm
de atenciones. La idea de grabar las conversaciones fue suya.
Kathryn y Louis tuvieron que irse de Berkeley durante la revolucin de
1968. A Louis lo trataban con desdn en su departamento por sus ideas
antimarxistas. Ambos encontraron trabajo en otras universidades y al final se
establecieron en la Universidad de Virginia. All es donde yo los visitaba.
Kathryn est muerta, pero pienso en ella a menudo como alguien que supo

combinar inteligencia y bondad, qu ms se puede pedir a un ser humano? Estoy


seguro de que hay que pagar un alto precio por poseer a la vez bondad e
inteligencia, porque la recuerdo como un ser infeliz. No suelo enviar postales de
felicitacin, as que no puedo dejar de mencionar sus fuertes borracheras (en las
que a menudo yo la acompaaba) que al final de su vida derivaron en alcoholismo.
Francs, idioma. Puedo hablar en primera persona, ya que ha sucedido en el
transcurso de unas cuantas dcadas de mi vida. Al principio, las personas de clase
alta hablaban un poco de francs, al menos lo suficiente para poder comunicarse en
presencia del servicio sin que ste fuera capaz de entender lo que decan. Durante
el perodo entre las dos guerras mundiales los institutos daban a los alumnos la
posibilidad de elegir entre el francs y el alemn. Para m la eleccin del francs
resultaba evidente. En literatura, Francia domin el perodo de entreguerras,
aunque la difusin de la lengua francesa entre las generaciones ms jvenes era
escasa, y el acceso a libros en esta lengua era bastante limitado. En realidad, el
imperio editorial francs, esas novelas encuadernadas con tapas amarillas que se
vendan a lo largo del Volga, el Danubio y el Vstula, se acab en 1914.
La posicin de Pars como capital cultural del mundo era incuestionable y se
mantuvo hasta la dcada de 1930. All dirigieron sus pasos, en primer lugar, los
expatriates norteamericanos. Otro tanto hacan los artistas y escritores polacos. La
lista de los miembros de la Asociacin de Artistas Polacos de Pars podra pasar
por el registro de una academia posible aunque inexistente. Alguien debera
investigar cunto debe el caf El globito verde a los cabars parisinos. Los temas que
Len Schiller y Teofil Trzciski cantaban al piano a nuestro grupo durante la
ocupacin alemana haban importado sus melodas de Francia, incluida quiz
tambin esta famosa:
El viento se re detrs de los cristales,
Maldita sea, la vida es tan dura.
No, no voy a beber ms,
Maana empezar otra vida!

Las traducciones de Boy son el punto culminante de la influencia francesa.


En la poesa del perodo de entreguerras se respetaba a Guillaume Apollinaire, en

la traduccin de Adam Wayk, y sus poemas favorecieron el nacimiento de poetas


como Czechowicz, wirszczyska, Miosz, que se oponan a la vanguardia de
Cracovia.
No aprend mucho francs en la escuela, aunque el manual despertaba mi
curiosidad y me dej cierta impronta. Encontr all un poema de Joachim du Bellay
(del siglo XVI) que me gust tanto que empec a escribir poemas tomndolo como
modelo, y no, como se podra sospechar, inspirndome en los poemas de Leopold
Staff.
Aprend a fondo el idioma ms tarde, en la primavera de 1935, en Pars,
atravesando todas las maanas los Jardines de Luxemburgo en direccin a la
Alliance Franaise, en el Boulevard Raspail. Se trataba de un instituto
especializado, muy estricto, sobre todo con los alumnos que, como yo, hacan el
cours suprieur. Lecciones de gramtica, dictados, conferencias de literatura.
Despus de unos cuantos meses haba que hacer un examen escrito bastante difcil
con el que, si se aprobaba, se obtena un diploma de nombre demasiado
rimbombante, que daba derecho a ensear el idioma francs en las escuelas. Al
final me result muy til que me exprimiesen tan a fondo, y con el tiempo
descubrira que era uno de los pocos escritores de mi generacin que tena un nivel
aceptable de francs. Me serv de l para mis lecturas. Era el nico lector que tena
en Polonia la revista Les Cahiers du Sud, es decir, la crme de la crme, y tena acceso a
las ltimas novedades literarias. Sin embargo, de lo que saqu ms provecho fue de
los filsofos religiosos franceses como Louis Lavelle, as como de los telogos. Su
prosa mantiene ese equilibrio y claridad clsicos que alababan mis profesores de la
Alliance. No obstante, pronto el francs acadmico y el de las obras filosficas
sufri un asombroso y brusco cambio, como si tambin se pudiera corroborar en
ellos la prdida del lugar privilegiado que haba ocupado esta lengua en Europa. El
francs se hizo confuso, complejo, se llen de vocablos supuestamente tcnicos, a
saber, se convirti en un balbuceo prestigioso.
El Instituto Francs de Varsovia, que se ubicaba en el palacio de Staszic,
termin destruido por una bomba alemana y nos encargaron a m y a Stanisaw
Dygat sacar los libros de los escombros, lo que me permiti atesorar una gran
cantidad de nuevas lecturas. Quizs esta forma ma de leer en francs es
responsable de lo que Gombrowicz dijo en Vence cuando, como de costumbre,
desvi la conversacin hacia la filosofa: Es curioso, cuando hablamos en francs
eres ms preciso, cuando pasamos al polaco te haces confuso.

Sealara el ao 1938 como la fecha en la que todo el mundo empez a


estudiar ingls en Varsovia. La era del francs, como antao la del latn, llegaba a
su fin en Europa, despus de una vacilacin temporal o un interregno que haba
comenzado en 1914. Resulta ms fcil explicar este cambio como un capricho del
Zeitgeist que como una muestra de la superioridad militar de los anglosajones, que
estaba a punto de empezar.
Francia. El amor a Francia, aunque no correspondido, fue una de las
caractersticas de la cultura en la que crec. Probablemente ocultbamos un poco la
desproporcin entre nuestro amor y su ignorancia. Tuve que descubrir poco a poco
que la parte de Europa a la que yo pertenezco era como un agujero negro en la
conciencia de los franceses, algo que Alfred Jarry constat al situar la accin de Rey
Ubu en Polonia, es decir, en ninguna parte.
En la escuela se nos alimentaba con la leyenda de Napolen y con el
romanticismo de los peregrinos. A decir verdad, ignorbamos por entonces hasta
qu punto estos desgraciados peregrinos procedentes de un pas agrcola vivan
aislados en la Francia urbana. Al igual que sus sucesores, los terratenientes
mantenan vivos en sus espritus los mitos mesinicos, pero sus cuerpos viajaban a
la Riviera o a Montecarlo. Francia atraa de forma magntica el esnobismo de la
intelligentsia, porque ella y no Alemania, Italia o Inglaterra equivala a la
cultura de Occidente. Por eso, la derrota de Francia en 1940 deprimi tanto a la
Varsovia ocupada. La gente lo interpret como el final de Europa. Y acaso no fue
su final? Europa tuvo que ser reconstruida por potencias externas.
Me avergenzo de mi esnobismo occidental, pero es una herencia de mi
educacin. Dos viajes a Pars bastaron para nublar esa imagen de Francia como
meca de la literatura y el arte, en cambio fortalecieron otra, la de un pas donde se
mira hasta el ltimo cntimo y cuya verdad la conocen slo los emigrantes polacos
que trabajaban all en condiciones muy duras. Escrib un poema sobre los
barracones para los desempleados en Levallois-Perret. Pero independientemente de
las condiciones de vida en Francia lo cierto es que los conocimientos de francs que
adquir determinaron en buena medida mis lecturas de finales de los aos treinta y
de la guerra. En los ambientes literarios los libros de Jacques Maritain tenan cierta
influencia. Sus admiradores polacos me enviaron el texto mecanografiado de su
libro travers le dsastre, que haba escrito ya en los Estados Unidos; creo que fue
Marynia Czapska, que viva en Laski. Previamente alguien haba pasado de
contrabando el original desde Holanda. El libro se diriga contra los
colaboracionistas franceses y a favor de De Gaulle y de la Francia Libre. Se public

clandestinamente en 1942, traducido por m, en forma de libro en miniatura. Slo


por lo que escrib en la introduccin debera haber recibido la Legin de Honor: me
emple a fondo para defender el honor de Francia, que haba sido injuriado por
Alemania. Nuestra edicin resulta an ms heroica si se tiene en cuenta que la
edicin clandestina del original que realiz ditions de Minuit en Pars apareci un
ao y medio o dos ms tarde que la edicin de Varsovia.
Dejo constancia para suavizar la impresin de mi actitud antifrancesa. No
escondo que se trata de algo traumtico y que tiene su origen en los aos despus
de la guerra, de mi existencia all como un emigrante poltico. De nada me sirve
que los intelectuales franceses reconocieran ms tarde su error poltico. Las
dimensiones de este error son tan grandes que dej de creer en otros ismos si son
de origen parisino.
Debera estar de acuerdo con la opinin (expresada por un francs) de que
Francia sera un pas estupendo si no fuera por los franceses? Con el trauma del
rechazo, con el agradecimiento por aquello que recib de la cultura francesa y
tambin con agradecimiento a unas cuantas personas y con el apego a algunas
calles parisinas y a algunos paisajes franceses mantengo una actitud ambivalente
hacia ese pas.
Frost, Robert. Escribo sobre este autor, considerado como el mayor poeta
norteamericano del siglo XX, no por admiracin, sino ms bien por el asombro que
me produce el personaje. Resulta difcil entender que un nico pas pudiera dar a
luz a tres poetas tan diferentes entre s como Walt Whitman, Emily Dickinson y
Robert Frost.
Nacido en 1874, coetneo, ms o menos, de Paul Valry (1871), de Leopold
Staff (1878) y de Bolesaw Lemian (1878), era un hombre intelectualmente formado
cuando empez el siglo XX. En aquel momento los Estados Unidos estaban lejos de
Europa, cuya capital cultural era Pars. Puedo pensar en Frost de forma
comparativa, pues conozco la obra de poetas muy diferentes, franceses y polacos.
No eran slo los europeos los que opinaban que los Estados Unidos eran un pas
entregado al ms vulgar materialismo sino tambin sus propios ciudadanos, que
sentan aprecio por los bienes culturales y dirigan sus miradas llenas de aoranza
hacia el otro lado del Atlntico. Tambin Frost pas de joven unos cuantos aos en
Inglaterra, donde public un volumen de poesa, Al norte de Boston (1914), que le
concedi cierto reconocimiento como poeta tambin en los Estados Unidos. Pero
toda su inslita carrera la hizo tras su regreso al pas del Becerro de Oro. Que

cmo lo consigui?
Se disfraz y se puso una mscara. Se hizo pasar por un campesino, por un
granjero de Nueva Inglaterra dedicado a describir el paisaje y la gente que lo
rodeaban en un idioma sencillo, lleno de coloquialismos. Un norteamericano
genuino, que hunde sus races en la tierra y que huye de las grandes ciudades! Un
talento innato, un sabio del pueblo en contacto permanente con la naturaleza y con
las estaciones del ao! Cuidaba esta imagen con esmero, representando con xito el
papel de un vulgar filsofo rural, para lo que se serva de la ayuda de su talento de
actor y recitador. Sus lecturas atraan multitudes. Vi a este bardo con mis propios
ojos, cuando ya era un hombre viejo: de ojos azules, con un flequillo rubio, robusto;
por su carcter sencillo y abierto mereca simpata y confianza.
En verdad fue alguien muy diferente. Pas la niez en San Francisco y no en
un pueblo cerca de Boston. Entre las numerosas formas que tuvo de ganarse la vida
haba estado un par de aos trabajando en una granja en Nueva Inglaterra, por lo
tanto, en la parte del continente norteamericano que los blancos colonizaron en
primer lugar. Senta los paisajes de all, la gente, el idioma, tambin conoca los
trabajos de segador, cavador y leador, ya que l mismo los haba realizado con sus
propias manos. Sin embargo, los lectores lo apreciaban por el tono amable de sus
versos, que era pura apariencia. Esa apariencia idlica ocultaba una visin sombra
y sin esperanza del destino del hombre.
Un hombre muy versado en filosofa, dotado de una mente poderosa y una
inteligencia fuera de lo comn, pero tambin un gran fraude, ya que haba sido
capaz de esconder su escepticismo tras la mscara de una ambigedad continua,
as que sus poemas embaucaban por su supuesta afabilidad sapiencial. Me divierte
pensar en algn francs, por ejemplo en Paul Valry, leyendo a Frost. Con
seguridad resoplara con desdn ante esas pequeas historias teatrales suyas,
sacadas de la vida y escritas por la pluma, ya se sabe, de un cowboy palurdo.
Conviene recordar que tanto Valry como Frost comenzaron a escribir cuando el
francs comenzaba a declinar y el ingls americano empezaba a cobrar auge.
Frost luchaba contra la concepcin cientfica del mundo del siglo XIX y lea
con devocin a Darwin, que dicho sea de paso, no fue slo un cientfico sino
tambin un pensador consciente de la influencia de sus propios descubrimientos
en sus contemporneos. En el caso de Frost la aceptacin del evolucionismo supuso
la ruptura con Emerson, con la creencia norteamericana en la bondad de la
naturaleza, y la aceptacin de que la existencia individual careca de fundamento,

pues su nico origen era la casualidad. En definitiva, supo reflexionar sobre la


evolucin y sacar provecho de la lectura de la Evolucin creativa de Bergson, pero no
pienso adentrarme en su filosofa. Tan slo dir que la poesa de Lesmian tiene una
base similar de escepticismo y que, como en el caso de Frost, lo nico que tiene de
balada es la apariencia. Sus dioses y sus otros mundos son una descripcin
consciente del velo budista de maya. A Paul Valry, que tambin comparte la
misma concepcin escptica del mundo, le gustaba levantar construcciones con su
mente creadora, una mente que se haba creado a s misma y que disfrutaba
admirando sus propias obras. Sin embargo, la naturaleza, que en Lesmian adquira
formas de cuento, poblada por unas criaturas fantsticas y por un Paraso Celeste
que se asemeja al cristiano, se abre en el caso de Valry al universo de la
imaginacin y se redime por obra de su propia belleza. Construido de cristal, el
edificio autnomo que es el intelecto para Valry tambin obtiene en ltima
instancia cierta perfeccin en el poema mtrico, y confieso que algunos versos de
Le cimetire marin me han acompaado siempre. Y por qu entonces, me pregunto,
Frost me inquieta y me deprime tanto?
Creo que no por esos fingimientos suyos. Decidi ser un gran poeta, y si bien
es cierto que destruy sin piedad a sus rivales, tambin saba que era imposible
alcanzar la grandeza artstica en contra de la propia naturaleza filosfica de uno
mismo. Simplemente supo vislumbrar su punto fuerte: la Nueva Inglaterra
campesina y su odo prodigioso para registrar las variedades del ingls cotidiano.
Tena que limitarse a aquello que conoca a la perfeccin y adherirse a su supuesto
provincialismo. Su poesa no es lrica, sino ms bien trgica, ya que sus poemas
sobre las relaciones personales son tragedias en miniatura; tambin es descriptiva o
ms bien sentenciosa. A m me resulta fra.
Reflexionar sobre esta poesa y al mismo tiempo sobre la biografa que
esconde es como adentrarse en un pozo sin fondo. Nadie leer nada en los poemas
de Frost sobre sus propias heridas y tragedias, sobre eso no abre la boca. Ni una
palabra sobre una serie de tragedias terribles, numerosas muertes en la familia,
locura, suicidios, un silencio que es como la prueba de su herencia puritana, que
obliga a esconder lo privado detrs de una fachada estoica. Lo peor de todo es que
cuando uno estudia a Frost siente que su existencia particular se encuentra
amenazada. Y si las fronteras de la personalidad humana fueran de verdad tan
difusas que no se supiera quines somos, ya que al igual que haca Frost, nos
ponemos un disfraz tras otro? Y si no fuese posible saber quin fue en realidad, si
slo pudiramos saber de l que persegua un fin a toda costa, que deseaba
alcanzar la fama para vengarse de las derrotas que le haba propinado la vida?

Lo reconozco: no me gusta su poesa, y cuando afirmo que es un gran poeta


me limito a repetir lo que otros, entre ellos Joseph Brodsky, escriben de l. Creo que
Brodsky apreciaba de l su dominio de la mtrica. Frost deca que el verso libre era
como jugar al tenis sin red. En cambio, tambin en esto, yo soy partidario de Walt
Whitman.
En defensa de Frost cabe alegar que no disimulaba la verdad cruel sobre la
vida humana tal y como se le revel a l, y si sus lectores y oyentes no entendan
muy bien esa verdad, mejor para ellos. Por ejemplo, hay un poema suyo sobre cun
solo est el hombre, que desea una seal, frente a la indiferente naturaleza. El
hombre no se encuentra solo nicamente ante la naturaleza sino que cada yo est
aislado de los otros yo, como si fuera un soberano individual del universo y
buscara en vano el amor. Aquello que el hombre interpreta como una respuesta en
la inmensidad de su universo es slo el eco de su propia esperanza. De todos
modos cito aqu un poema que desvela los modos alegricos y sentenciosos de
Frost.
Lo ms prximo.
Pens que a solas poda captar el universo entero;
Pero la nica voz que obtuvo por respuesta
Fue el falso eco de s mismo
Que proceda del precipicio,
al otro lado del lago.
Una maana, desde una roca de la playa,
Clam que lo que l quera en la vida
No era una mera copia hablada de su propio amor
Sino un amor correspondido, y con voz propia.
Y la nica respuesta encarnada
Capaz de dar respuesta a su queja matinal

Comenz a descender, en la otra orilla,


por el talud del acantilado hasta el lago
para zambullirse despus en las distantes aguas.
Pero cuando tras nadar un buen trecho se aproxim a su orilla
En lugar de poseer forma humana
Y de ser quien l tanto haba anhelado
Result ser un gran macho cabro, que apareca poderoso
apartando las encrespadas aguas con su enorme pecho.
Y al llegar a tierra
Desprendiendo agua como una cascada,
Comenz a tambalearse a travs de las rocas con su cornamenta,
Hasta que se perdi en la maleza y eso fue todo.

[G]

Grade, Chaim. La concesin del Premio Nobel a Isaac Bashevis Singer


provoc fuertes controversias entre los judos neoyorquinos que an hablaban
yiddish. Para empezar el origen de Grade era mejor que el de Singer: en los Estados
Unidos lo mejor es ser originario de Vilna, lo peor de Varsovia, y lo peor de lo peor
haber nacido en Galitzia. En segundo y ms importante lugar, la mayora de los
participantes en la disputa opinaba que Grade era mejor escritor que Singer,
aunque su obra se haba traducido poco al ingls. La falta de traducciones haba
pesado sobre los miembros de la Academia Sueca, que no haban tenido acceso a
sus obras y s a las de Singer. Segn la opinin mayoritaria entre los judos
neoyorquinos, Singer haba conseguido la fama por medios poco honrados. Estaba
obsesionado con el sexo y haba creado un mundo cultural judeopolaco que en
nada se pareca a la realidad. El universo creado por Singer era ertico, fantstico,
poblado por fantasmas, espritus y dybbuk, y el autor quera hacer creer a todo el
mundo que as era la vida de las ciudades judas en Polonia. Por el contrario, Grade
buscaba la autenticidad y la fidelidad a la realidad, y era l quien se mereca el
Premio Nobel.
Vilna era un importante centro de la cultura juda y no slo a escala regional
sino mundial. La comunidad juda hablaba mayoritariamente en yiddish, de modo
que, aparte de Nueva York, sta fue la ciudad baluarte de la literatura en este
idioma, y as lo atestigua la gran cantidad de peridicos y libros que se editaban
all en yiddish. La ciudad era ms prspera antes de la Primera Guerra Mundial
que cuando perteneca a Rusia, ya que se beneficiaba de su situacin clave como
nudo ferroviario y centro comercial. Todo cambi cuando la ciudad pas a formar
parte de Polonia, un pas ms pequeo, aunque desde el punto de vista cultural el
perodo entre las dos guerras mundiales fue floreciente. Tambin perdur algo del
impulso de los aos anteriores, en especial del perodo 1905-1914. Funcionaban los
partidos polticos fundados todava en la Rusia zarista y para los cuales la
revolucin socialista y de los trabajadores ocupaba el primer lugar. Entre ellos
destacaba antes que nada el Bund, es decir, un partido socialista y judo autnomo
que pretenda ser un movimiento de los trabajadores que hablaban yiddish. Se
trataba de un equivalente del PPS (Partido Socialista Polaco), que al ser
considerado polaco tena pocos seguidores en la ciudad. No sera del todo correcto
unir la creacin del Instituto de Historia Juda al Bund, aunque este partido s

haba hecho suya la intencin de preservar la herencia cultural de las ciudades y


pequeas localidades que hablaban yiddish cotidianamente. Los comunistas
rivalizaban con el Bund y se hacan cada vez ms fuertes; creo que en 1939 ya eran
mayoritarios. Ambos partidos libraban una guerra contra los sionistas y los
ortodoxos religiosos.
La Vilna juda senta una fuerte atraccin por la cultura rusa, aunque la
ciudad se encontraba separada de Rusia por la frontera sovitica. Esa frontera
estaba muy cerca, y esa cercana fomentaba un fenmeno caracterstico de la
ciudad: muchos jvenes que soaban con tomar parte en la construccin del
socialismo cruzaban la frontera oriental de forma ilegal, despus de haberse
despedido pletricos de entusiasmo de sus familiares y conocidos a quienes haban
prometido escribir desde la Unin Sovitica. Pero luego no haba noticias de ellos.
Los mandaban directamente a algn gulag.
Chaim Grade perteneca al grupo de jvenes poetas Jung Wilne [Joven
Vilna]. Aparte de l y de Abraham Sutzkewer recuerdo que tambin Kaczergiski
era uno de ellos. La actitud de este grupo frente a la generacin mayor se pareca a
la que mantena agary, lo que favoreci cierta alianza entre nosotros. Tenamos
exactamente la misma edad y los de Joven Vilna asistan a las lecturas de nuestros
textos.
El poeta Grade descenda de un oficial del ejrcito de Napolen, que result
herido y a quien una familia juda se encarg de cuidar en Vilna; despus se
emparent con ella por va matrimonial y se convirti al judaismo. La madre de
Chaim, una vendedora callejera, era muy pobre y toda su fortuna caba en una
cesta. Grade dedic muchas pginas emocionantes de su obra a esta mujer piadosa,
buena y gran trabajadora. La figura de su madre aparece sobre el fondo de un
ambiente de profunda religiosidad y extrema pobreza.
Chaim tambin tuvo que enfrentarse a conflictos polticos y personales en la
Vilna de su juventud. Su padre, el rabino Szlomo Mordechaj, conocido hebrasta y
sionista, de fuertes convicciones personales y poco dispuesto a las medias tintas,
libraba encarnizadas disputas contra los rabinos conservadores. Sin embargo,
educ a su hijo como un judo piadoso. Con los aos Chaim demostr que siempre
haba permanecido fiel al judaismo, a diferencia de Singer, que no dejaba de ser un
judo emancipado. Como poeta, Chaim consigui pronto el reconocimiento y la
fama de los ambientes literarios locales, aunque, a diferencia del resto de los
jvenes, l no se entreg a la lectura de Marx y a las canciones revolucionarias. Los

comunistas no consiguieron que Grade ingresara en sus filas y el autor se convirti


en objeto de violentos ataques. Por si fuera poco, se enamor de Frumme-Liebe,
hija de padres sionistas religiosos que haban emigrado a Palestina; sus amigos
comunistas intentaron interponerse en vano en sus planes de matrimonio.
Estos detalles se pueden encontrar en las 400 pginas de una novela
autobiogrfica, titulada, en traduccin inglesa, My Mothers Sabbaths Days. En ese
libro, Grade cuenta con detalle sus aventuras durante la guerra, empezando por la
entrada en la ciudad del Ejrcito sovitico. El entusiasmo de sus compaeros
contrastaba con la tristeza sepulcral de la multitud en la catedral de Vilna, adonde
se dirigi por curiosidad. El caos durante la invasin alemana en junio de 1941 lo
separ de su querida esposa. Iban a encontrarse en el espacio de un par de das,
pero ya no volvi a verla. Muri, al igual que su madre, en el gueto de Vilna. La ola
de refugiados lo empuj hacia el Este. Despus de muchas peripecias (en una
ocasin quisieron matarlo de un disparo acusado de ser un espa alemn) lleg a
Tashkent. Despus de la guerra emigr a Nueva York. Siempre escriba sobre los
rusos con amor y respeto. Siempre deca que nunca haba encontrado en Rusia
signos de antisemitismo.
Sus compaeros del grupo Joven Vilna, Sutzkewer y Kaczergiski,
estuvieron en el gueto, y despus con los partisanos soviticos. Al final, Sutzkewer
acab en Israel donde editaba Di Goldene Keyt [La cadena de oro], la nica revista
trimestral dedicada a la poesa en ese idioma en vas de extincin que era el
yiddish.
En los Estados Unidos Chaim Grade pas de poeta a prosista y al igual que
Singer, que intent reconstruir el mundo perdido de las ciudades judas de Polonia,
l tambin se embarc en la tarea de recuperar el pasado escribiendo sobre las
pequeas ciudades judas de Lituania y Bielorrusia. Singer se dejaba llevar por su
fantasa, lo que indign a numerosos lectores; Grade cuidaba la exactitud de cada
detalle, algo por lo que se lo compara con Balzac o Dickens. El tema principal de su
obra es quiz la vida de las comunidades religiosas, una vida que l conoca
bastante bien, los problemas de aquellas familias donde la mujer trabaja para
ganarse la vida mientras que el marido se pasaba el da sentado ante los Libros
Sagrados. Incluso una coleccin de novelas cortas lleva el ttulo de Rabbis and Wives
[Los rabinos y sus esposas].
Me interes por Grade gracias al contacto con su segunda esposa, su viuda.
Despus de su muerte en 1982 (tena entonces 72 aos) empez a actuar de forma

enrgica propagando la obra de su marido y colaborando con sus traductores al


ingls.

[H]

Hook, Sidney. Naci en Brooklyn y en su niez vivi en la pobreza. En los


aos treinta se convenci, al igual que toda Nueva York, de que el final del
capitalismo y la victoria mundial del comunismo estaban prximos. Filsofo de
formacin, primero fue marxista, luego se convirti al pragmatismo de Dewey.
Rompi con los comunistas bastante pronto y la prensa controlada por sus
antiguos correligionarios lo tild entonces de reptil contrarrevolucionario. A
pesar de que no era trotskista, despus de los juicios de Mosc organiz junto con
Dewey un comit para investigar los supuestos crmenes de Trotski con el fin de
limpiar su nombre.
Lo conoc durante mi primera estancia en Pars despus de la guerra. Luego
le segu la pista durante dcadas hasta que me encontr con l de nuevo en Palo
Alto, adonde se haba trasladado despus de jubilarse de la universidad. Me llam
la atencin por su inteligencia seca e inflexible. Desde la perspectiva que nos
concede el paso del tiempo, considero que merece un homenaje por su carcter
obstinado. Fue un fantico defensor de la inteligencia frente a la mentira, por eso
toda su vida fue una lucha incesante contra los admiradores y simpatizantes de la
Rusia sovitica. A principios del ao 1950, cre en Nueva York el Comit para la
Libertad de la Cultura, por lo tanto antes del congreso de junio en Berln y antes de
la creacin del Congreso para la Libertad de Cultura de Pars. Las relaciones entre
el Comit de Nueva York, el Comit parisino y l forman parte de la historia de los
cambios de tctica frente a la ideologa procedente de Europa Oriental. Los
impulsores del Congreso parisino formaban parte de la NCL, Non-CommunistLeft, y mantenan una actitud crtica frente a numerosos aspectos de la poltica de
los Estados Unidos. Puede decirse que sus crticas al sistema norteamericano (el
racismo, el proceso a los Rosenberg, el macartismo, la guerra de Vietnam), tan
comn por otra parte a Europa, no tenan que soportar el lastre de la complicidad
con los comunistas. Hook y sus colegas de Nueva York intentaban hacer frente a la
propaganda norteamericana, que estaba bien organizada, e investigar aisladamente
cada una de las crticas al sistema de forma ecunime. En cuanto a la revolucin
de los aos sesenta se refiere, y a la politizacin de las universidades, mantuvieron
una posicin sensata y defendieron a los profesores que se haban hecho

impopulares por oponerse a las movilizaciones. Cuando el Congreso se disolvi en


el ao 1968, despus de saberse que haba sido financiado con fondos de la CIA, y
se convirti en la Association pour la Libert de la Culture, con Pierre Emmanuel y
Kot Jeleski como sus grandes personalidades, Hook ya no tena nada en comn
con ella. La nica persona de la nueva Association que por entonces comparta con
l su carcter intransigente era Leopold Labd, redactor de la publicacin
londinense Survey.
Su ensayo ms famoso, Heresy Yes, Conspiracy No, es decir, Hereja s,
conspiracin no, define su actitud como defensor de la democracia.
Hopper, Edward (1882-1962). Un clsico de la pintura norteamericana, tan
inquietante a mis ojos que intent escribir sobre l en verso y en prosa. Al
contemplar sus cuadros resulta imposible sustraerse de la pregunta sobre lo que el
cuadro nos comunica acerca del pas y de la poca en la que fue pintado. Es una
pregunta difcil, casi imposible de responder. Por ejemplo, la luz en Vermeer, y en
general en los pintores holandeses, nos transmite en apariencia armona religiosa y
tranquilidad interior, cuando sabemos que en aquel momento la riqueza de
Holanda provena en buena medida de esa especie de campos de concentracin
flotantes que eran los barcos para el transporte de esclavos. Otro caso similar es el
de los impresionistas franceses, qu tienen que ver sus lienzos con la Francia
burguesa de su tiempo? Sin embargo, la relacin existe, a pesar de que se escapa a
las palabras.
Hopper pint sus cuadros durante la primera mitad del siglo XX. Se
diferenciaba de sus coetneos por ser poco susceptible a las modas de Pars. De
todos modos, estuvo all un par de veces antes de la Primera Guerra Mundial y
admiraba la pintura francesa, aunque se rebel contra ella. Sostena que cada
pulgada de esa pintura estaba impregnada de Francia ya llevamos treinta aos
aprendiendo de ellos, por ahora basta, afirm y consider que un pintor
americano debera alzar la cabeza con orgullo ante su propia realidad. Segn l, la
vuelta a la deformidad y a la abstraccin significaba el triunfo de los medios sobre
los fines, lo que supona una huida hacia los aspectos decorativos y un
empobrecimiento del arte. Hopper conceba la pintura, que defina de diferentes
formas, como el intento de ser fiel a la experiencia, a la vida, al contenido, a la
verdad interior y a la naturaleza. Los movimientos del pincel y los aspectos
formales los consideraba meros medios. Algunas de sus declaraciones sobre la
fidelidad a la naturaleza me parecen idnticas a las que le o a Jzef Czapski, si
bien este ltimo, un observador de cafs y de trenes nocturnos suburbanos, no

pretenda captar panormicas mientras que Hopper buscaba conscientemente


ofrecer un retrato de los Estados Unidos.
Para l, los Estados Unidos son, ante todo, Nueva York y la costa atlntica.
Muestra con fidelidad la arquitectura de la gran ciudad y las casas de madera de la
costa, los puentes, las carreteras, las gasolineras, de vez en cuando aparecen en
escena un par de personas, aunque a menudo la protagonista de sus cuadros es
una mujer solitaria, rubia, desnuda, de unos 40 aos de edad, que mira absorta el
vaco o que contempla, a travs de la ventana, el muro de un edificio de casas de
alquiler. El vaco es un motivo recurrente, como en su cuadro Domingo, donde
vemos una hilera de casas idnticas tpicas de la lower middle class y a un hombre
ocioso que, al parecer, no sabe qu hacer con el tiempo. O el vaco de una gran
ciudad de madrugada. En Los azores nocturnos representa a una pareja sentada a la
mesa de un pequeo restaurante, un proxeneta y una prostituta vieja, los dos de
lejos mantienen una impecable compostura, pero de cerca se pueden ver sus caras
destrozadas y fantasmales.
Al contemplar los cuadros de Hopper se siente la tentacin de afirmar: S,
as son los Estados Unidos, y tambin la necesidad de reconocer que no podan
haberse pintado en otro pas. Tienen algo que oprime el corazn y podran servir
para ilustrar algunos textos sobre los desoladores parajes neoyorquinos que
salieron de la pluma de Henry Miller. Es Hopper un satrico que ejerce la crtica
social, quizs al modo marxista? No, de ninguna manera, el pintor slo pretende
mostrar su propia experiencia, que no abarca la vida americana en su totalidad; por
ejemplo, l no muestra la terrible existencia en los guetos negros o la vida nmada
de los jornaleros negros del campo. Por lo tanto, la suya es una Amrica blanca,
aunque ni siquiera en su conjunto, ya que slo aborda parcialmente la miseria de
las zonas rurales habitadas por los pobres blancos. No, Hopper no tiene la
intencin de hacer un anlisis social, de ninguna manera, el contenido que
pretende captar se escapa a las palabras y su principal componente es la
compasin. Que yo sepa los marxistas no se sirvieron de los lienzos de Hopper en
su propaganda antiamericana. No es extrao, ya que los marxistas slo podran
utilizarlos como motivo de escarnio: esto es lo que pretendis, el bienestar, la
soledad de personas que parecen de plstico. No obstante, el contenido y la verdad
de Hopper, difciles de definir, tienen algo que ver con el concepto de alienacin, el
preferido por los marxistas. El autor pinta la alienacin evitando cualquier tipo de
programa, intentando hacer uso, lo ms honrado posible, de la tela y del pincel;
ser, en definitiva, un retratista de la realidad.

Hulewicz, Witold. Para los lectores de hoy es un apellido ms, sin la mayor
trascendencia, algo que me parece injusto. Sin embargo, detrs de este nombre hay
para m tambin un rostro y la imagen de un hombre grande, un poco pesado,
moreno, nada flaco, ms bien ancho de espaldas y de nariz prominente y tez
cetrina. Lo veo en la emisora de Radio Polonia o inclinado sobre el manillar de su
moto pesada con una bella mujer en la parte de atrs (entonces se deca siempre la
misma frase: agtese antes de usar). Fue un personaje conocido en Vilna, aunque
se lo consideraba un forastero, lo que me hace pensar ahora cmo se sentan los
forasteros entre nosotros. Haba una profunda divisin entre propios y extraos; a
estos ltimos se los conoca como los de Galitzia, incluso aunque no fuesen
originarios de esa regin. En mi escuela slo Adolf Roek, el profesor de Latn,
perteneca claramente a los de Galitzia. Pero ya en la universidad el claustro se
divida a la mitad entre locales y forneos y destacaban los herederos de la
educacin vienesa como mi profesor de Derecho Romano, Bossowski, que siempre
estaba tieso como si se hubiese tragado un palo y vesta camisas de cuellos
almidonados, y que, segn se deca, haba sido oficial de los hsares.
Hulewicz era originario de la regin de Pozna. Durante la Primera Guerra
Mundial luch con el Ejrcito alemn en el frente occidental. Despus de la guerra,
editaba en Pozna, junto con su hermano Jerzy, la publicacin Zdrj [Fuente].
Escriba y publicaba libros de poesa. A pesar de que perteneca a la misma
generacin que el grupo Skamander, la fama, que visit a algunos de sus
coetneos, no se fij en l. Quiz porque la revista Fuente no ech races. Al
contrario que los escritores de Skamander, Hulewicz se qued, desde el punto de
vista formal, a medio camino entre la esttica del grupo Polonia Joven y los nuevos
tiempos.
Para la ciudad de Vilna, donde ejerci de activista cultural en los aos veinte
y treinta, result ser una adquisicin valiosa. Fue l quien fund la Asociacin de
Escritores Polacos, quien invent una institucin humorstica llamada Smorgonia
-cuyo nombre aluda a una academia para el adiestramiento de osos, as como el
Consejo de Asociaciones Artsticas de Vilna (CAAV); tambin trabajaba en el
laboratorio teatral del seor Osterwa, que se llamaba Reduta [el Reducto], en
calidad de director literario, ms tarde fue director de la delegacin en Vilna de
Radio Polonia. Consigui emplear all a Tadeusz Byrski, que perteneca tambin a
Reduta.
Pero, si su contribucin resultaba valiosa, por qu se llev a cabo una feroz
campaa contra l, una campaa orquestada principalmente por la publicacin

Sowo [La Palabra] que diriga Mackiewicz? Qu haba detrs de toda esa
operacin de desprestigio? Hoy ya nadie se acuerda. La gente escriba sobre l
folletines mordaces mientras que el dibujante de La Palabra y asiduo de las
cafeteras, Feliks Dangel, se burlaba de l en sus caricaturas (poco despus de
septiembre de 1939 Dangel se pase por Vilna vestido de uniforme de oficial
alemn). Hulewicz debera haber despachado esos ataques con el gesto de
encogerse de hombros e interpretarlos como una demostracin de esa envidia local
que propiciaba la divisin entre nosotros, los del Gran Ducado de Lituania, y
ellos, los de fuera. Sin embargo, se sinti tan molesto por las ofensas de sus
adversarios que se bati en duelo a sable con Mackiewicz. El escndalo fue
maysculo, y al final se resolvi con su destitucin en 1934 como director de Radio
Polonia en Vilna y su nombramiento como jefe del Departamento Literario en
Varsovia.
Hulewicz haba traducido a Rilke, algo que para m es importante. Adems,
a raz de un encuentro que mantuvieron en el extranjero en los aos veinte, haba
surgido cierta relacin personal entre ellos. En la biografa de Rilke el apellido de
Hulewicz es, tal vez, el nico nombre polaco que tiene una connotacin personal.
No pretendo comparar la calidad de sus traducciones con otras, en especial con las
de Mieczysaw Jastrun, que son ms recientes. Sera interesante investigar, y quizs
habr estudiosos de la lengua y cultura polacas que lo harn, por qu Rilke apenas
influy a los poetas polacos del perodo de entreguerras. Aqu puedo, por
desgracia, referirme a m mismo, y eso que haba ledo su prosa, Los diarios de Malte
Laurids Brigge (en una traduccin, precisamente, de Hulewicz). Si buscramos los
motivos de esta falta de influencia de Rilke tendramos que enfrentarnos a un
sinfn de problemas filolgicos y de sociologa de literatura; por ejemplo, el espritu
de Wiadomoci Literckie [Noticias literarias] no era proclive a este tipo de poesa.
Hulewicz, al igual que muchos otros forasteros, sucumbi a los encantos de
Vilna, lo que prueba uno de sus libros de poesa, La ciudad bajo las nubes (1931), en
el que elogiaba la arquitectura barroca y extraamente elevada de Vilna.
Durante el primer ao de la ocupacin alemana Hulewicz, tan activo como
siempre, se ocup de organizar la prensa clandestina. Lo arrestaron en agosto de
1940 y estuvo en prisin hasta el 12 de junio de 1941. A Hulewicz, el amante de la
poesa y la msica alemana, autor de un libro sobre Beethoven, lo ejecutaron aquel
da en Palmiry.

[I]

Iglesias. Vamos a la iglesia porque somos seres divididos. Queremos


encontrarnos, aunque sea por un momento, en una realidad diferente de la que nos
rodea y que se considera como la nica verdadera. La realidad cotidiana es dura,
brutal y cruel, difcil de llevar. El yo humano es blando por dentro y siente que
su adaptacin al mundo puede fallar en cualquier momento.
La religin catlica nos ensea que el mundo que nos rodea es pasajero y
que el Hijo de Dios neg sus leyes cuando se someti a ellas. El Prncipe de este
Mundo triunf y por eso perdi. Participando en la Misa, una vez ms, negamos
que el mundo carezca de sentido y compasin, entramos en una dimensin donde
cuentan la bondad, el amor y el perdn.
Si para participar en la Misa se nos exigiera una fe fuerte y la certeza de que
en la vida nos comportamos tal y como exige nuestra religin, todos los fieles que
van a la iglesia mereceran el nombre de hipcritas y fariseos. Sin embargo, una fe
de verdad slida es un regalo raro, mientras que, en cuanto a los actos se refiere, la
liturgia nos recuerda que todos somos pecadores. Por lo tanto, el acto de acudir a la
iglesia no es para los elegidos.
Son las necesidades del ser humano las que determinan que uno vaya a la
iglesia, mientras que el conocimiento del catequismo o incluso la familiaridad con
las llamadas verdades de fe no es lo ms importante, aunque s sea aconsejable.
Imbrody. Por mucho que tiro del hilo de la memoria, no consigo sacar ms
de aquellas historias que me cont la abuela Miosz.
Imbrody era el lugar preferido de su niez, por lo tanto la propiedad de los
Mohl, o Von Mohl. En la regin de Inflanty haba familias polonizadas que
descendan de los Caballeros Teutnicos, como los Mohl, los Plater, los
Weyssenhoff; tambin otras como los Romer o los Puttkamer, que se mudaron
desde all al sur, al interior de Lituania, o las que se rusificaron, como los Budberg,
y muchas otras que hicieron carrera en la administracin zarista. Tambin hay
algunas familias, como la de los Todtleben, a las que no s dnde situar.
Imbrody est en algn sitio en direccin a Dyneburg, en lo que hoy se llama

Letonia. No muy lejos de all, pero ya en Bielorrusia, est ukomla, con las tumbas
de los Miosz de la rama de Druja. Guardo fragmentos de algn difuso relato sobre
una supersticiosa sirvienta con la que bromeaban unos jvenes sobre la cubierta de
un bacik que surcaba el lago (bacik quin utiliza hoy en Polonia este nombre para
referirse a un velero?), sobre los viajes en carroza a travs de bosques poblados
llenos de bandoleros, pero tambin sobre las veladas poticas o las
representaciones teatrales. El patriotismo, el respeto a Emilia Plater, porque era una
herona y adems familiar nuestra. Tambin me acuerdo de las ancdotas que
circularon durante largo tiempo en la buena sociedad, como por ejemplo aqulla
sobre una seora tan miope que crey que la chorrera de su camisa era una seta de
la sopa que se le haba cado encima mientras coma:
Y pensando que se trataba de una seta seca,
Se apresur a echarla en el borsch blanco.

Me emociona aquella dama por el simple hecho de que existi, aunque de


ella slo haya quedado esta historia.
S, confieso que una vez, hace mucho tiempo, hoje el lbum de juventud de
mi abuela. Dibujaba flores y frutas, apuntaba poemas, no s si eran propios o
ajenos. En sus historias aparecan tambin las tardes en la ciudad, es decir en Riga,
ya que es all donde viva; Imbrody era el lugar de vacaciones. Las
representaciones de pera, un cisne que flotaba en la escena como si fuera de
verdad, las actuaciones de la famosa cantante Adelina Patti y tambin la
adaptacin de Los hijos del capitn Grant de Julio Verne, representada por la
compaa del Teatro Polaco. Y Majorenhof, una localidad cercana a Riga, donde la
gente iba para darse un chapuzn en el mar.
La Riga hansetica, una ciudad floreciente gracias al comercio alemn y en la
que abunda el gtico ptreo, era la capital de la regin. Mi bisabuela Von Mohl se
cas con el mdico opaciski, que viva all. El doctor opaciski estudi al
parecer en Dorpat (Tartu), la universidad ms vieja en estas latitudes despus de la
de Vilna, ya que esta ltima fue clausurada despus de la sublevacin de
noviembre de 1830. Mi padre naci ya en Riga, ms tarde eligi la Politcnica de
Riga en vez de la universidad de Dorpat.
Ignoro si mi bisabuelo opaciski tena propiedades o slo la profesin de

mdico. De las historias que contaba mi abuela, puede deducirse que era bueno,
cuidaba a los pobres sin cobrarles y tambin haca bromas de todo tipo, era una
bromista. Me abruma la oscuridad que rodea a las existencias que resultan
imposibles de imaginar: intento imaginar al mdico y a su mujer, es decir, a mi
bisabuela, y slo consigo ver a mi abuela, no alcanzo ms lejos. Tambin todo lo
relacionado con la regin de Inflanty y con la casa de Imbrody se sumi en la
oscuridad. Me intriga saber en qu idioma hablaban all los campesinos.
Probablemente en letn.
Ingls, idioma. La Primera Guerra Mundial cierra probablemente la poca
de predominio de la cultura francesa en Europa, el perodo en el que el dominio
del francs equivala a la pertenencia a la clase alta. No obstante, el francs
sobrevivi, ms o menos, durante el perodo de entreguerras y fue slo en su final
cuando la gente empez a estudiar ingls. Estudi algo en manuales para
autodidactas y pude aprender las ventajas de los libros bilinges con historias
fciles, como por ejemplo las de Kipling. Sin embargo, comenc a estudiar en serio
ingls durante la guerra. Un amigo de Janka, Tu Toeplitz, que perteneca a la
asociacin Start y que ms tarde imparti clases en la escuela de cine de Ld, fue
nuestro profesor particular. Se paseaba por Varsovia como si nada, para impartir
sus clases, y ni siquiera se permita pensar que al ser judo se expona
continuamente al peligro. Estaba tan convencido de que no le pasara nada que
lograba tambin convencernos de ello a nosotros. De todos modos, dispona por si
acaso de documentacin italiana. Ms tarde comenz a darnos clase Mary
Skryalin. Una inglesa, cuquera, que haba llegado a Polonia despus de la
Primera Guerra Mundial con una organizacin caritativa cuquera y se haba
casado con un emigrante ruso. Tuvo dos hijos, el chico se consideraba ruso, la hija
inglesa. El drama de Mary empez con el estallido de la guerra germano-sovitica,
ya que su hijo se alist en una de las unidades rusas del Ejrcito alemn para
luchar contra los bolcheviques. La madre ya no tuvo ms noticias de l. Mary
Skryalin fue una persona buena y amable. Muri, probablemente, durante el
levantamiento de Varsovia.
Como mi ingls mejoraba, me anim a traducir Como gustis de Shakespeare
por encargo de Edmund Wierciski, que estaba en el Consejo Teatral clandestino.
A decir verdad, me ayud de traducciones francesas y polacas. Lo que me sali
mejor de todo fueron las canciones. Mis amigos y yo disfrutamos mucho
cantndolas. Durante la primera mitad del ao 1944 traduje Tierra balda de Eliot.
Cuando viva en los Estados Unidos tuve que enfrentarme a la complejidad

de la traduccin. Est claro que las traducciones contribuyen en gran parte a la


literatura y el lxico de un pas. As ocurri en Polonia con el latn y el francs. El
contacto inevitable con la civilizacin tcnica y sus trminos ingleses nos obliga a
pensar en qu palabras hay que mantener y cules hay que polonizar. Por ejemplo,
mass media se debera traducir literalmente como medios de masas? Me temo
que fui yo quien poloniz este trmino en mis traducciones de los ensayos
incluidos en la coleccin Cultura de masas, que public Kultura en Pars.
En la Universidad de Berkeley diriga un seminario sobre traduccin de
poesa, en el que utilizaba los conocimientos adquiridos en el Instituto de Vilna, en
las clases de latn de Adolf Roek. Se trataba de un mtodo democrtico de
traduccin colectiva. Estos trabajos de traduccin conjunta con los estudiantes
dieron como resultado una antologa de poetas polacos de despus de la guerra.
Siempre prefer traducir a otros que a m mismo, ya que lo ltimo es ms difcil.
Durante mucho tiempo algunos crculos culturales me conocan como el autor de
El pensamiento cautivo, otros, en cambio, me consideraban traductor de poetas,
sobre todo de Zbigniew Herbert. Hasta finales de los aos setenta no se comenz a
valorar mi obra potica.
Inverness (California). Para m es un ejemplo de estos lugares a los que
llegamos por casualidad y con cierto desgano, pero que, poco a poco, se instalan en
nosotros para adquirir con el tiempo un significado. Estuve all en una infinidad de
ocasiones en compaa de personas ms o menos cercanas a m, y cuando estoy all
ahora me resulta inevitable pensar en ellos. Sin embargo, por culpa de Tamales Bay,
Inverness me produjo rechazo desde que la visit por primera vez. En Tamales Bay
hay una nica calle recta, que transcurre entre la baha y una pared casi vertical,
detrs de la cual hay una ladera tapizada de matorral verde. La baha es plana,
quiz se trate de una ilusin ptica, pero parece demasiado plana para nadar en
sus aguas. De todos modos, el viento apenas logra levantar unas pequeas olas, lo
que es propio de las aguas poco profundas. Unos cuantos cteres anclados en el
embarcadero parecen desafiar a la apacible naturaleza del lugar, aunque desde all
pueden salir mar adentro, al Pacfico. Quiz la pena o la incomodidad que me
suscita este lugar tienen algo que ver con el otro lado de la costa, desnuda por
completo de cultivos y de rboles, sin tan siquiera un poco de vegetacin. Para ser
ms exactos, Inverness no est situada en la baha sino en un bosque bajo, formado
por rboles frondosos, por laureles y madrones, de modo que resulta difcil
imaginarse que tras su espesura se escondan unas callejuelas serpenteantes y unas
casas de madera, usadas sobre todo como residencias de verano, tan metidas entre
la vegetacin exuberante que parecen casi paradisacas. La experiencia de vivir en

una de ellas, como yo mismo pude comprobar, implica estar en contacto diario con
pjaros y otros animales. Tambin los alrededores de Inverness pueden tentar a un
viejo ornitlogo como yo. En Olema empieza un camino de varios kilmetros a
travs de los redwood en direccin al mar, que cogimos ms de una vez toda la
familia y los amigos. Antes, all donde empezaba el camino haba slo praderas,
robles y caballos que pastaban, ahora hay un enorme aparcamiento y un centro de
informacin para los amantes de la naturaleza. En alguna medida, Inverness (y
Olema) forman parte de m, pero principalmente debido a las personas con las que
estuve all. Mientras que considerada aisladamente, en abstracto, me produce un
rechazo que no alcanzo a comprender.

[K]

Kektas, Juozas, o ms bien, Juozas Adomaviius. Un joven poeta lituano


que mantena relaciones con el grupo agary en la Vilna de mi juventud. Nuestro
grupo tena mejores relaciones con los poetas que escriban en otros idiomas que la
generacin anterior. Entre los bielorrusos tenamos contacto con Jauhieni Skurko,
que era de la regin del lago Narocz, y que publicaba sus poemas revolucionarios
con el seudnimo de Maksym Tank. Entre los judos el grupo Jung Vilne [Vilna
Joven], del cual sobrevivieron a la guerra Abram Sutzkewer (estuvo primero en el
gueto y ms tarde en un grupo de partisanos), Chaim Grade (en Tashkent) y
Kaczergiski.
Kektas era muy de izquierdas, aunque ignoro si estaba vinculado al partido
y, de estarlo, cul era su grado de compromiso. Antes de la guerra pas algn
tiempo en prisin, adems en la misma celda que Maksym Tank. Cuando Vilna se
convirti en la capital de la Repblica Sovitica de Lituania empez a actuar de
forma, al parecer, lo bastante ingenua como para que se lo acusara de
desviacionismo y para que, acto seguido, se lo llevaran a un gulag. Liberado
gracias a la amnista que se concedi a los ciudadanos polacos, ingres en las filas
del Ejrcito del general Anders y con l se traslad a Oriente Prximo. Luego tom
parte en la campaa italiana. Fue herido de gravedad, parece ser que en Monte
Cassino, y pas mucho tiempo en un hospital pero cuando los aliados ocuparon
Roma, ya sano, se sumergi entusiasmado en la belleza de la Ciudad Eterna, segn
me cont el embajador lituano en el Vaticano, ozorajtis, que se encontr con l por
aquel entonces. Ciertamente, para un ciudadano de una provincia europea rural no
es una aventura cualquiera sobrevivir a un gulag sovitico y entrar en Roma
vistiendo el uniforme del Ejrcito victorioso. No se sabe cules fueron los motivos
que hicieron que Kektas, en vez de establecerse en Inglaterra, se decidiese por
emigrar a la Argentina. All vivi durante muchos aos, trabajando, al parecer, en
gran parte, en la construccin de carreteras.
En la Argentina escriba y traduca al lituano. Una amplia coleccin de mis
poemas, traducidos por l y seleccionados de mis libros Tres inviernos (1936),
Salvacin (1945) y La luz diurna (1953) debe considerarse como un acto de fidelidad
a la ciudad de Vilna y de amor a la poesa. La antologa resultante, titulada Epochos
Samoningumo Poezija [Poesa de la poca de la autoconciencia], se public en
Buenos Aires en 1955 con una tirada de trescientos ejemplares. Un famoso crtico

literario y poeta lituano, Alfonsas Nyka-Nyliunas, escribi el eplogo, lo que


demuestra que el libro vio la luz del da gracias a la colonia de los escritoresemigrantes lituanos, modesta en cuanto al nmero y dispersa en varios
continentes. La revista Kultura de Pars mantena contacto con ellos.
La enfermedad de Kektas (una parlisis a raz de las heridas sufridas en el
frente?) lo oblig a abandonar la Argentina. Lo ayud Jerzy Putrament, quien
parece que se dej llevar por la solidaridad hacia su paisano de Vilna y le consigui
una plaza en una casa para veteranos-invlidos de guerra en Varsovia. All es
donde Kektas vivi hasta su muerte, escribiendo y publicando en Vilna de forma
ocasional.
Kisielewski, Stefan. Antes de la guerra nada haca presagiar la posterior
fama que adquirira Kisiel como articulista. Entonces era un joven y vanguardista
compositor, y crtico musical. Lo conoca ya por aquel tiempo, aunque nuestro
contacto se limitaba a la coincidencia en algunos acontecimientos sociales. Nuestra
amistad empez durante la ocupacin alemana y desde entonces fue para m el
querido mono pelirrojo. Me dijo que estaba escribiendo una novela y le ped el
texto mecanografiado de su obra. Zbigniew Mitzner comenz a comprar
manuscritos con el dinero de su familia, que se haba enriquecido haciendo
negocios en el mercado negro; en aquel tiempo yo era uno de sus autores. Ms
tarde, mi amigo Wadyslaw Ryca tambin se introdujo en el negocio y yo me pas
a sus filas y comenc a trabajar de agente suyo. Fue entonces cuando Kisiel me
entreg su novela Conspiracin. Me sorprendi, no esperaba de l tantas
complejidades psicolgicas. Era fcil adivinar las personas que se escondan detrs
de los personajes (por ejemplo, Panufnik). La lectura de las dos primeras partes
resultaba un poco ardua, pero se resolva bien en la parte tercera, que versaba
sobre la campaa militar de septiembre de 1939. Firmamos un contrato. Ryca se
compr una casa en Piastw y guard en ella los manuscritos que haba adquirido:
la novela se salv. Despus de la guerra fund, tal y como planeaba, la editorial
Panten y en ella public Conspiracin, pero poco despus las autoridades acabaron
con las empresas privadas. El contenido escandaloso de la novela no me result
nada chocante, a pesar de que Kisiel ya haba tenido muchos problemas a causa de
su crudeza cuando escriba en la revista Tygodnik Powszechny [Semanario universal].
De todos modos, la idea era genial: el protagonista, que sufra de impotencia, se
curaba de su dolencia gracias a la misma guerra que haba acabado con la
normalidad y con Polonia. Cuntos significados simblicos!
Me sola encontrar con Kisiel en el comedor para escritores de la calle de

Foksal, tambin bebamos juntos en mi casa de la avenida de Niepodlegoci. Me


parece que fue en febrero de 1945, despus de la epopeya del levantamiento de la
ciudad, cuando Kisiel se reuni con nosotros en Cracovia.
Por entonces Jerzy Turowicz estaba montando su Semanario universal y le
recomend que, si quera contratar una buena pluma, contase con Kisiel. As fue
como empez la largusima carrera periodstica de este guasn, capaz de dar
autnticas piruetas en sus artculos con tal de introducir de forma subrepticia
algn mensaje contra las autoridades. No en vano, el Semanario universal era la
nica publicacin (parcialmente) independiente que quedaba.
Nuestra amistad dur aos y nos llev a numerosos encuentros que ni
siquiera soy capaz de enumerar: Copenhague, Londres, Pars, San Francisco,
Varsovia, y eso sin contar las conversaciones telefnicas y mis artculos sobre sus
libros. Lo convenc de que escribiera una novela negra, El crimen en el Barrio Norte.
Tambin alab mucho su novela firmada con el seudnimo de Teodor Klon, Tuve
una vida, que trata sobre la Varsovia durante la ocupacin vista por un hombre
ebrio. Aunque la novela poltica nunca me ha atrado demasiado acert a adivinar
que era l quien se esconda bajo el seudnimo Staliski, autor de una novela en la
que los miembros del partido eran como unos cangrejos pequeos, que se
enzarzaban en luchas constantes.
Kisiel y yo nos enfadbamos mucho el uno con el otro con bastante
frecuencia. Por ejemplo cuando se le despert una ambicin poltica tan grande que
pens en convertirse en diputado del Parlamento. Sus artculos en el Semanario
universal eran lo mejor de su obra, porque en ellos su voz se haca eco del sentido
comn, que se rebelaba ante el absurdo. Para una persona que quiere a su pas, y
Kisiel era un patriota, lo que sucedi en Polonia despus de 1945 slo poda
calificarse de devastacin y despilfarro.
Por supuesto, no poda profundizar, no poda contar la verdad de esa
pequea satrapa gobernada desde fuera, deba conformarse con los detalles.
Pienso que si hubiera tenido contacto con Kisiel en una situacin de libertad
(a decir verdad vaciamos juntos una botella en Varsovia en 1991, justo antes de su
muerte), nuestras opiniones se hubieran distanciado mucho con el paso del tiempo.
Al fin y al cabo, Kisiel escondi siempre, bajo ese disfraz de bufn y de arlequn
suyo, al intelectual lleno de prejuicios polaco-centristas que era en realidad. Me
aconsej en diversas ocasiones la lectura de Pensamientos de un polaco moderno de

Dmowski. Tampoco entenda en absoluto lo que pasaba con nuestros vecinos del
Este y en eso se diferenciaba de Jerzy Giedroyc, con el cual discuta a menudo.
Consideraba mis sentimientos lituanos como una excentricidad y me acusaba de
querer hacerme pasar por un balto. Es probable que si durante la guerra hubiera
estado en Londres con la gente del gobierno en el exilio habra compartido con
ellos sus sueos imperiales. Seguro que, en ese caso, tampoco habra querido or ni
una palabra sobre los lituanos, bielorrusos y ucranianos, y se habra mostrado a
favor de establecer un protectorado polaco sobre Lituania.
A pesar de que viajaba y lea mucho no creo que se diferenciara demasiado
de la mayora de los exiliados en sus juicios sobre Occidente. Es en este punto
donde yo centro mi crtica severa, porque significa que Kisiel siempre estuvo al
margen de la vida de los pases occidentales sin intentar ahondar en sus problemas
especficos.
Lo critico, pero tambin lo admiro. Haba una nica publicacin
independiente entre el Elba y Vladivostok y en ella reinaba la voz libre, la garanta
de libertad del triste de Kisiel, a quien le gustaba disfrazarse de bufn.
Kisielewski (Diarios, 1968-1980). Ofendi a muchos, a tantos que yo soy de
los pocos que no puede quejarse. Kisiel fue un mrtir de la verdad: la mentira le
haca perder el juicio y como vivi mucho y tena buena memoria, en un pas, la
Polonia comunista, que era una gran empresa de falsificar y de borrar la historia,
estaba condenado a vivir en un estado de irritacin permanente. Segn l, la
mentira era la esencia del comunismo, aunque en este aspecto la prensa comunista
era todava peor que el sistema econmico.
Era un patriota, y con la misma desesperacin con la que vivi el poeta
Knianin la divisin de Polonia, se enfrent l al destino de Polonia, que haba sido
entregada en Yalta al dominio de Mosc. El pas lo gobernaban pequeos caciques
del partido con el consentimiento de Mosc y era obligatorio usar todo el tiempo
un tono servil, lleno de alabanzas y halagos hacia todo lo ruso. Kisiel no albergaba
ilusiones, la divisin de Europa era permanente y se mofaba del prncipe de
Maisons-Laffitte (Jerzy Giedroyc, editor de la revista de exiliados Kultura), que
sostena que el Imperio iba a desmoronarse pronto por dentro. La Polonia nueva
era como Bohemia despus del episodio de Montaa Blanca, pues se haba
quedado sin la intelligentsia de origen aristocrtico debido a la emigracin, a Katy,
al levantamiento de Varsovia, a las carniceras perpetradas por la Polica de
Seguridad. Kisiel se inclua entre los supervivientes, y miraba con inquietud a las

nuevas generaciones, que carecan de memoria histrica, y para las cuales la


realidad de la Polonia comunista era algo completamente normal.
Su gran inteligencia le haca ver que, desde el punto de vista personal, era un
error ocuparse todo el tiempo, obsesivamente, del comunismo. El problema es que
no saba comportarse de otra manera, que se senta obligado a hacer lo que haca. A
ratos encontraba en la msica una va de escape, pero cuando escriba sus
folletines, los tachones de la censura le recordaban la falta de libertad, por lo tanto
sus libros editados en el extranjero con el seudnimo de Tomasz Staliski estaban
al servicio de su obsesin por la poltica; quiz tambin por esta razn resultaban
pesados.
Los diarios de Kiesel contienen un catlogo de actitudes polacas frente a
Occidente, es decir, una enumeracin de invectivas dirigidas contra sus habitantes:
estpidos, idiotas, cnicos, cobardes y traviesos (este ltimo epteto se lo dedicaba
slo a los franceses). Como en la Guerra Fra estaba en juego el planeta, Kisiel se
permita clasificar todo lo occidental en funcin de las necesidades blicas. Aquello
que debilitaba a los occidentales -los jvenes melenudos, los drogadictos, los
maostas, los anarquistas era malo; en cambio, deba considerarse positivo todo
aquello que favoreciese la mano dura contra Mosc. Consideraba que no slo
Polonia estaba perdida sino que pronto Occidente tambin lo estara por culpa de
esa ingenuidad y esa actitud egosta suya de encerrarse en sus propios problemas.
Los ataques contra Jerzy Turowicz (editor del Semanario universal) tienen que ver,
sobre todo, con el Concilio Vaticano II, que haba contribuido a hacer del
catolicismo una religin ms liberal y flexible. Por qu Turowicz estaba a favor de
un concilio que se concentraba en los problemas de Occidente, que era irrelevante
para los polacos, cuya Iglesia tena otras preocupaciones?
A pesar de los ejemplos extremos que he expuesto, los diarios de Kiesel dan
una imagen fiel de las esperanzas y decepciones polacas que se sucedieron en el
tiempo, tambin explican por qu el presidente norteamericano ms popular en
Polonia ha sido Reagan, con su poltica de dureza contra el imperio del mal.
Con todas nuestras diferencias, Stefan y yo pertenecamos a la misma
generacin, y nuestros impulsos se parecan en ms de un aspecto. No obstante, mi
actitud mental era muy diferente a la suya. Antes que nada, supe resistirme a la
politizacin. Como viva en Occidente mi deber era concienciar a la gente, contarles
aquello que no saban del comunismo y que tampoco queran saber. Pagu esta
servidumbre con un par de libros, pero enseguida me dije: basta ya, ni un paso ms

en esta direccin. El ejemplo de Leopold Tyrmand, un amigo de Kisielewski, sirve


para ilustrar qu hubiese sido de m si no me hubiera contenido tanto. Tyrmand
escupa en los Estados Unidos toda la verdad sobre el comunismo pero pareca que
su voz hablase de un espacio abstracto y no de una sociedad real, con sus
divisiones y sus banderas. Por lo tanto lo escuchaban, sobre todo, los
conservadores, los ms extremistas, y l mismo se convirti en el redactor de una
publicacin de extrema derecha. Al final sus amistades le impidieron influir en una
opinin ms amplia.
Es verdad que mi decisin de no concentrarme en la poltica era tctica, ya
que una alianza con los sectores ms conservadores me pareca ineficaz, pero
tambin era el resultado de mi propia vocacin. Si me hubiera convertido en un
escritor poltico habra limitado y empobrecido mis horizontes.
Por suerte, Kisiel se equivoc en sus pronsticos pesimistas sobre el futuro
del mundo, y no slo l. Pero su amor por la verdad es maravilloso, y es capaz de
expresar opiniones sobre Polonia y sobre los polacos que ningn otro se haba
atrevido a pronunciar antes.
Koestler, Arthur. Poco despus de la Segunda Guerra Mundial una novela
corta de Koestler, cuyo ttulo en ingls era Darkness at Noon y en francs Le zro et
linfini, se convirti en un best seller mundial. Como ocurre a menudo en estos casos
de fama repentina el sensacionalismo del tema del libro contribuy en gran
medida a su fama. Hay que recordar que el comunismo estaba entonces de moda y
que los acontecimientos de la historia se interpretaban como la lucha de las fuerzas
del progreso contra el fascismo. De un lado estaban Hitler, Mussolini, el general
Franco, mientras que del otro, la Espaa democrtica, la Unin Sovitica, y pronto
las democracias occidentales. La novela de Koestler espant a la gente porque
rompi con un tab, ya que hasta la fecha no se poda hablar del sistema socialista,
con Rusia como su mximo exponente, de una manera que no fuera positiva. Los
polacos que pasaron por las prisiones soviticas y por el gulag lo comprobaron en
sus propias carnes cuando intentaron sin xito explicar en Occidente su propia
experiencia. Aquel socialismo ruso estaba protegido por un pacto social tcito, es
decir, si alguien tena alguna reserva frente al sistema cometa con ello un acto de
injusticia. Los millones de soldados soviticos cados y las victorias de Stalin, as
como los partidos comunistas occidentales, los nicos que se haban atribuido los
mritos de la resistencia contra el nazismo, hacan que el comunismo fuera
incuestionable y que nadie se atreviese a ponerlo en duda. Antisovitico significaba
fascista, as pues el peridico del partido en Francia, LHumanit, escriba sobre la

incomprensible tolerancia del gobierno francs frente al ejrcito fascista de Anders,


que tena una clula en el Hotel Lambert, dirigida por un nazi, el comandante Jzef
Czapski.
Y he aqu un libro, El cero y el infinito, que habla sobre el terror del gobierno
de Stalin y que se ocupa (a decir verdad, tarde) del misterio de los juicios de Mosc
en los aos treinta. Enseguida se cre alrededor del libro un ambiente de horror, de
traicin, de olor a azufre infernal, esto es, los ingredientes que ms ayudan a la
hora de vender.
Ms tarde Koestler escribi muchos libros, tambin una autobiografa
extensa, por lo tanto puedo remitir al lector a ellos. Perteneci a una generacin
que en el perodo de entreguerras accedi al mundo a travs de la cultura alemana,
una generacin que consideraba Viena como su capital y que, por lo tanto, se
sentan herederos de las tradiciones de la monarqua de los Habsburgo. Al igual
que Kafka en Praga, como mi amiga, Hannah Benzion, nacida en la localidad checa
de Liberec, o como Artur Mandel de Bielsk o Gyrgy Lukcs de Budapest, todos
ellos escriban en alemn. Koestler naci en Budapest pero estudi en Viena y de
all parti para recorrer mundo. Se puede decir de l que debido a su espritu
absorbente y penetrante se dej llevar por todas las modas intelectuales y
tendencias del siglo. Primero fue sionista y viaj a Palestina para trabajar all como
halutz (pionero), despus se apasion por la ciencia y se emple en la redaccin de
la seccin de ciencia en un gran peridico berlins y, enseguida, en la Alemania de
Weimar, le lleg el turno del comunismo. En el perodo que va desde 1933 a 1939 le
dio tiempo a trabajar en la central de la propaganda comunista de Mnzenberg en
Pars, hacer de corresponsal durante la Guerra Civil espaola, estar en una crcel
franquista y todava, al final, romper con el partido. Su posterior compromiso
sentimental incluye la propagacin del anticomunismo entre los intelectuales (el
Congreso para la Libertad de la Cultura), la campaa contra la pena de muerte en
Inglaterra y, por ltimo, la vuelta a sus pasiones de juventud, a la historia de la
ciencia, con algunas desviaciones del camino, como los misterios de la mente
creativa y el origen khazar de los judos de Europa del Este.
Le Darkness at Noon en ingls unos cuantos aos antes de conocer a su autor.
El libro habla de una investigacin en la prisin de Lubianka. Un verdadero nuevo
hombre sovitico, un cabezota llamado Gletkin, recibe el encargo de interrogar a
un viejo bolchevique, Rubashov, para que reconozca unos crmenes que no haba
cometido, y ello porque el juicio, que se celebrara en breve, iba a condenarlo a la
pena de muerte. Por lo tanto el libro intenta responder a la pregunta que algunas

personas formulaban en los aos treinta, a saber, por qu los viejos bolcheviques
reconocan su culpa y se arrepentan en pblico? Tenan que ser realmente
culpables y Stalin tena razn al matarlos, si no cmo se podan explicar de otra
manera sus confesiones? En la novela, Rubashov sucumbe ante los argumentos de
Gletkin, como comunista debe anteponer el inters del partido, antes que todas las
consideraciones posibles como su buen nombre o el deseo de salvar a los
compaeros. El partido le exige que reconozca su culpa en pblico y que culpe
tambin a sus amigos porque es justo lo que necesita en la etapa en la que se
encuentra. El recuerdo de su sacrificio permanecer guardado en los archivos y,
despus de su muerte, cuando el momento sea oportuno, la verdad de que era
inocente ser revelada.
As pues, la explicacin era ideolgica, como es normal entre los
intelectuales. Para muchas personas resultaba demasiado rebuscada y ms tarde se
afirm que a las vctimas las haban doblegado mediante torturas, aplicadas en los
momentos previos a sus respectivos juicios. En cambio Aleksander Wat cita una
conversacin suya con un viejo bolchevique, Stieklow, poco antes de su muerte en
la prisin de Saratov. Stieklow afirmaba que a los bolcheviques les repugnaba
recordar su pasado, cada uno de ellos tena tantos crmenes en su conciencia que
no les costaba mucho degradarse una vez ms, ni siquiera haca falta recurrir a las
torturas.
Sin duda, tanto Koestler como sus crticos fueron capaces de captar una
parte de la verdad. Escribo sobre l porque supone un vnculo con la Guerra Civil
espaola. Las personas que viajaron para participar en ella lo hacan por los ms
puros motivos ideolgicos y murieron all en el frente o sentenciados por los
agentes de Stalin. Espaa se convirti en el centro de la propaganda antifascista
difundida a escala internacional por la oficina con la que Koestler colaboraba en
Pars. En muchos pases hacan uso de los llamados tontos tiles, es decir,
personas ingenuas que queran el bien. No se sabe hasta qu punto el responsable
de la oficina, Mnzenberg, se daba cuenta del doble juego de Stalin. Los que lo
averiguaron en Espaa fueron Koestler, Dos Passos y George Orwell.
Conoc a Koestler en Pars, creo que en el ao 1951. Su fsico explicaba
mucho de su personalidad. Era un hombre guapo, de constitucin armoniosa pero
muy bajo, casi enano, lo que quizs explicaba sus aires napolenicos y el carcter
belicoso, que le impedan el trabajo en equipo. La idea de influir en los crculos
intelectuales de la Europa occidental con el fin de curarlos del marxismo fue una
idea suya, tambin hay que atribuirle a l la autora del Congreso de Defensores de

la Libertad de la Cultura en Berln en el ao 1950, que ms tarde dio origen al


proyecto norteamericano del Congreso de la Libertad de la Cultura en Pars,
aunque en ese momento Koestler ya estaba fuera de juego. Ms tarde, cuando viva
en Inglaterra, limit su inters por el totalitarismo del Este a la creacin de una
fundacin de ayuda a los escritores exiliados. Destin parte de sus derechos de
autor a este fin.
Mis contactos con l tuvieron como mucho un carcter meramente social y
por lo tanto superficial. Nunca llegamos a mantener una conversacin seria. En los
aos sesenta viajaba por los Estados Unidos con una amiga, quizs era su mujer,
mucho ms joven que l. Nos visit en Berkeley. Como ya haba sucedido en
situaciones similares, me encontraba en una posicin incmoda. Para l yo era el
autor de El pensamiento cautivo, un libro que haba ledo y que apreciaba, mientras
que yo me consideraba poeta, autor de poemas que l desconoca por completo. Sin
embargo, no atribuyo mi mal comportamiento durante su visita a nuestra
divergencia de pareceres. Sencillamente yo, el anfitrin, me emborrach y me
dorm, lo que reconozco con vergenza, y creo que, muy a mi pesar, le caus un
disgusto a mi invitado. Si no fuera por su baja estatura, que le impona unas
ambiciones excesivas, quizs hubiera sido capaz de ver esta ancdota bajo una luz
positiva.
Koestler fue, ante todo, un hombre del positivismo del siglo XIX, cuyas dos
ramas, la nacionalista y la socialista, dejaron huella en l durante algn tiempo. Sus
fuertes convicciones humanitarias hicieron que en Inglaterra luchase contra la pena
de muerte por ahorcamiento y que ms tarde exigiera una ley a favor de la
eutanasia. Demostr en la prctica su compromiso con la muerte voluntaria. Los
encontraron muertos, a l y a su joven esposa, sentados en sus respectivos sillones,
uno al lado del otro.
Korzeniewski, Bohdan. l y yo nos ponamos el guardapolvo y nos
sentbamos en el suelo metlico del almacn bibliotecario a clasificar libros.
Hacamos nuestro trabajo en la Biblioteca Universitaria de Varsovia y a veces en la
Biblioteca Krasiski. Solamos hacer descansos que aprovechbamos para charlar
pero, a pesar de las precauciones que tombamos, Pulikowski, que se acercaba
sigiloso con sus zapatos de suela de goma, nos pillaba in fraganti a menudo. l se
encargaba de supervisar el trabajo y no Witte, un eslavista de pequeo tamao
originario de la ciudad de Breslau, que se pasaba las horas encerrado en su
despacho. Witte (al parecer fue Pulikowski quien le sugiri la idea) se invent un
gigantesco plan para dividir los fondos de las bibliotecas de Varsovia por temas y

trasladar cada divisin a un edificio diferente; en un lugar la literatura en polaco,


en otro los que estaban en idiomas extranjeros, y todava un tercer emplazamiento
para los libros sobre teatro. Una locura total en medio de la guerra, pero una locura
necesaria para evitar que enviasen al frente al creador del plan. En esa tarea lo
ayudaba Pulikowski, un musiclogo, un Reichsdeutsch, que estaba casado con una
alemana.
No slo me una a Korzeniewski el trabajo, gracias al cual obtenamos un
plato de sopa al medioda y un Ausweis, sino que ambos compartamos tambin
las tertulias sobre teatro con Edmund Wierciski, Len Schiller, y a veces tambin
con Jaracz. Korzeniewski se encargaba de los asuntos prcticos del Consejo Teatral
clandestino para el que yo, incitado por Wierciski, escrib algunas piezas. Acaso
Pulikowski se acercaba a nosotros sin hacer ruido con la esperanza de or algunos
susurros conspiradores o, simplemente, vigilaba para que sus trabajadores no
holgazanearan? Jams sabremos quin se esconda detrs de esa fachada de
empleado diligente. Es posible que en las bibliotecas se guardasen con su permiso
no slo las publicaciones clandestinas sino incluso armamento. Tambin ayud a
salvar a Korzeniewski. Se lo llevaron a Auschwitz en 1940 porque, cuando en una
gran redada los alemanes cercaron su casa en Zoliborz, obedeci la orden y baj a
la calle. En el campo de concentracin le tatuaron la piel con un pequeo nmero.
Los esfuerzos por sacarlo de all duraron varios meses y creo que, si al final
tuvieron xito, la contribucin de Pulikowski, que lo alababa como trabajador, tuvo
su importancia. As pues, en la Varsovia ocupada, Korzeniewski perteneca al
grupo de personas que haban conocido los campos, al igual que Schiller y Jaracz, a
los que tambin se logr sacar de all con gran esfuerzo. Sin embargo, eso no fren
su actividad clandestina posterior. En cuanto a Pulikowski, muri en el
levantamiento de Varsovia, no se sabe en qu circunstancias.
La extraa personalidad de Korzeniewski impidi que nuestras relaciones
llegaran a convertirse en una amistad ms estrecha. Ni siquiera nos tutebamos.
Era custico, un poco seco, tena don de mando y lo respetaban. Sus estancias en
Francia antes de la guerra, motivadas por el teatro, lo influyeron mucho.
Korzeniewski era un racionalista del siglo XVIII, lo que llevado a su siglo lo
converta en un socialista del PPS (Partido Socialista Polaco). En todas las
discusiones sobre el teatro en Polonia despus de la guerra, en las que se hablaba
de liberar a los directores y actores de los intereses comerciales, l haca or su voz
enrgica e intransigente.
Korzeniewski pertenece a la historia del teatro en Polonia como productor y

director de escena. Pero en la actualidad su nombre slo lo conocen los


profesionales, algo que ya no va a variar en el futuro. En cambio yo escribo sobre l
con el fuerte convencimiento de que dentro de algn tiempo este hombre de teatro
ser considerado grande por otra faceta suya. Al final de su vida escribi sus
peripecias como prisionero de Auschwitz, luego como salvador de la Biblioteca
Universitaria de Varsovia tras la entrada del Ejrcito sovitico y, al final, como
delegado y detective en busca de los libros sacados del pas por los alemanes. Este
informe, publicado bajo el modesto ttulo de Libros y personas, apareci por primera
vez en el ao 1989, y despus se reedit en 1992. Toda la formacin racionalista de
este amante de los escritores del siglo XVIII dio como fruto una prosa
extraordinaria, concisa y austera en recursos. La realidad excede los lmites de lo
posible, y sus historias, que la reproducen con fidelidad, se pueden interpretar
como inventos de un surrealista, por ejemplo un nio pequeo vestido con un
uniforme de la Hitlerjugend, hijo del comandante de Auschwitz, que ensea la
instruccin sin armas a su hermano pequeo, o los vanos intentos de avisar a los
pobres soldados soviticos que rompieron los botes que contenan especmenes
guardados en formol, se bebieron el lquido y, al da siguiente, hubo que
enterrarlos. O un tren cargado con un botn de guerra que slo contena relojes,
haciendo tictac, cada uno a un ritmo diferente. Nadie hubiera sido capaz de
inventar algo similar y la prosa de Korzeniewski capta detalles irrepetibles de la
gran historia. La veracidad de su escritura supera incluso las descripciones de
Tadeusz Borowski ya que carece del deleite sadomasoquista de este ltimo. El
nombre de este autor quedar registrado en los manuales y permanecer en los
anales de la literatura polaca.
En verano de 1949, en Obory, durante una sesin de discusin dedicada al
teatro, la gente atac a Korzeniewski por la utilizacin de un vestuario no realista
en la obra de Suchovo-Kobylin La muerte de Tarielkin. Un miembro del partido
llamado Jerzy Paski fue uno de los que ms gritaba. Tom la palabra y pens que
defenda al director, pero mi defensa fue para l ms incmoda que un ataque. Ms
tarde le dijo a Magorzata Szejner que el peor ataque que recibi fue el mo. Lo
lamento mucho. Consigui defenderse ante quienes lo acusaron de mal gusto
mostrando algunas ilustraciones de la poca del zar Nicols I. As eran los
uniformes y sombreros de la polica zarista de entonces.
Kotarbiski, Mieczysaw. Al fin y al cabo, mi libro no puede convertirse en
una lista de bendiciones. Si se tiene en cuenta que las personas actan, en gran
parte, motivadas por su inters particular, la ayuda desinteresada que a veces recib
debera extraar a ms de uno. Pero Mieczysaw, el hermano pequeo del profesor

de filosofa Tadeusz, pintor y responsable del taller de la Academia de Bellas Artes,


fue una persona brillante y cualquier cosa que l hizo, estoy convencido, la hizo en
beneficio del Bien, si todava podemos situar en este lado el servicio fiel al Arte. No
siento hacia l agradecimiento sino ternura. Gracias a l conoc a Stanisaw
Michalski (un personaje inslito en los trabajos clandestinos de antes de la
independencia), director del Fondo de Cultura Nacional. Una beca de este fondo
me permiti la estancia en Pars en los aos 1934 y 1935. Sin embargo, pocos saben
que despus de volver de Pars me convert en una persona poderosa pues me
nombraron consejero del Fondo, y ello a pesar de las convicciones ms bien
derechistas por las que Michalski se haba hecho famoso.
Recuerdo que tena los dedos negros de nicotina, era un apasionado del arte
y pareca avergonzarse de sus exaltaciones. Mieczysaw quera ayudar al prjimo,
tambin a los judos. A causa de su entrega a los dems, lo encarcelaron en la
prisin de Pawiak y lo ejecutaron en 1943.
Kownacki, Stanisaw (Sta). Sera difcil imaginar un personaje ms peculiar
que Sta. Pude conocerlo bien ya que estuvimos juntos en la misma clase durante
todo el bachillerato en el instituto Rey Segismundo Augusto. Era originario de
Ucrania. Hijo de un polaco y una rusa, hablaba bien el ruso y el ucraniano. En
Vilna lo cuidaba su primo hermano, Piotr Kownacki, redactor del Diario de Vilna.
En este punto me permitir una digresin. Este peridico, uno de los tres que haba
en lengua polaca en la ciudad, representaba al Partido Nacionalista. El Correo de
Vilna, bajo la direccin de Kazimierz Okulicz segn se deca, un masn, estaba
en la lnea de Pisudzki, y era de tendencia democrtica; despus estaba La Palabra
de Stanisaw Mackiewicz, que pasaba por ser el rgano de los conservadores, los
bisontes, es decir, los grandes terratenientes. Diario de Vilna, patritico y piadoso,
era el blanco de chistes diversos debido al local que ocupaba la primera planta del
edificio en el que se encontraba la redaccin: una casa de trato muy conocida en
toda la ciudad, es decir, un burdel. En Vilna, los seguidores del Partido
Nacionalista odiaban a muerte a los seguidores de Pisudzki, a la llamada Sanacja.
Y no sin razn. Recordar slo la paliza que recibi uno de sus militantes, el
profesor adjunto Stanisaw Cywiski (el mismo que me introdujo en los misterios
de la poesa de Cyprian Norwid), por parte de unos oficiales del Ejrcito
simplemente porque en alguno de sus artculos se dirigi de forma poco elogiosa
hacia la figura de Pisudzki. La derrota de 1939 no puso fin a estas hostilidades, al
contrario, supuso una oportunidad para ajustar cuentas. Piotr Kownacki escribi
entonces un panfleto en el que expres toda su rabia y responsabiliz de la derrota
a Sanacja. El otro autor del folleto fue, por sorpresa, Jzef Mackiewicz, colaborador

de La Palabra, que antes de la guerra no tena ningn contacto con el nacionalista


Kownacki. Los uni la rabia y la desesperacin frente a la desgracia del pas. Pero
esta forma de ensaarse con la derrotada Polonia del perodo de entreguerras no
fue bien recibida en Vilna. Creo que fue a partir de este momento, y de este folleto
en concreto, cuando apareci toda una serie de acusaciones de traicin a Jzef
Mackiewicz, que tenan como objeto su persecucin.
Durante la ocupacin sovitica Piotr Kownacki consigui de alguna forma
evitar la deportacin (a Stanisaw Cywiski lo deportaron a un gulag donde
muri). Durante la ocupacin alemana estuvo activo en la clandestinidad, fue
arrestado y torturado hasta la muerte en Auschwitz. Cuando cuento estos casos a
los estadounidenses no pueden entender que los alemanes matasen a los idelogos
antisemitas. Pero lo hicieron.
En la escuela Sta no mostraba ningn inters por la poltica. Estaba
entregado por completo a una nica pasin, la construccin de aparatos emisores y
receptores de onda corta, as como a las conversaciones y correspondencia con una
multitud de radioaficionados de todo el mundo. Su habitacin pareca un
laboratorio. Dedicaba el tiempo mnimo a estudiar en la escuela, sacaba buenas
notas aunque no extraordinarias. Tambin participaba en nuestros juegos
deportivos. Durante el invierno, como la ciudad est situada entre unas montaas
con bastante pendiente y hay mucha nieve, solamos bajar en trineo a toda
velocidad. Una vez el trineo choc contra un rbol y tuvieron que llevarse a Sta a
un hospital donde le diagnosticaron aplastamiento del bazo. Tuvieron que
extirprselo. En contra de los pronsticos de los mdicos Sta sopl las velas ao
tras ao, hasta cumplir ms de 80.
Despus de la escuela, Sta estudi electricidad en la Universidad Politcnica
de Varsovia y despus de diplomarse pas un ao en Inglaterra. Lo logr gracias a
una argucia ma. Despus de mi beca de un ao de duracin en Pars, financiada
por el Fondo de Cultura Nacional, me convert en el consejero de dicho fondo para
asuntos literarios. Para apoyar la solicitud de Sta utilic la siguiente estratagema:
por qu -pregunt hay tanto desequilibrio, por qu las becas las reciben los
humanistas mientras que los jvenes ingenieros tienen que irse con las manos
vacas? El argumento funcion y Sta se fue a Cambridge, lo que tuvo
consecuencias en sus posteriores aventuras.
Despus de la derrota de 1939 Sta huy a Bucarest donde, gracias a su
conocimiento del ingls, consigui un empleo en la embajada britnica, reclutando

y enviando a Inglaterra pilotos polacos. Despus tambin l emprendi ese camino


y entr en las filas de la Royal Air Force britnica. Tom parte en la campaa
italiana volando como radiooperador en aviones biplaza de reconocimiento. Y fue
entonces, mientras estaba estacionado en Argel, cuando se enamor de los rabes.
Wanda, la mujer con la que se cas antes de la guerra, se qued en Varsovia.
Trabajaba como administrativa en una fbrica metalrgica del barrio de Praga. A
ella le debo mi Ausweis que me acreditaba como trabajador de esa fbrica, y que me
consigui cuando me qued sin ningn documento despus de deshacerme de mi
pasaporte en Vilna. Quizs este Ausweis serva de poca proteccin, pero era mejor
que nada. Poco despus de que terminaran las maniobras militares, Wanda
consigui pasarse a Alemania, y de all a Inglaterra, donde ya juntos probaron todo
tipo de actividades para poder sobrevivir, por ejemplo durante un tiempo viajaban
con un tenderete mvil, de un campamento polaco a otro, vendiendo salchichas.
Despus de esto emigraron a los Estados Unidos y all empez la extraa carrera de
Sta en la universidad. En ms de una. Fue un buen profesor pero no se quedaba
ms de un ao en ningn sitio y as, mudndose sin cesar, dio la vuelta a todo el
continente americano. Porque Sta tena un particular sentido del humor. Con un
semblante impasible emita opiniones que volvan locos a sus interlocutores; al
mismo tiempo, uno nunca saba si lo deca en serio o si se estaba burlando. As, por
ejemplo, era capaz de contar a sus compaeros judos cmo los judos sacaban la
sangre de los nios cristianos para hacer el mas. De todos modos, si esta historia
en concreto deca algo sobre su predisposicin a los chistes crueles, otras
actuaciones suyas, abiertamente antisemitas, daban idea, en cierto modo, sobre sus
verdaderas opiniones. Siempre tomaba parte por los rabes y criticaba al Estado de
Israel. Tambin su antisemitismo se haca cada vez ms acentuado. La provocacin
continua, sin pensar en las posibles consecuencias, haca que, pasados unos
cuantos meses, sus compaeros profesores estuviesen hartos de l.
Aparte de su antisemitismo, Sta tambin se dedicaba trabajosamente a
provocaciones que implicaban pleitos, como lo demuestra la demanda que le puso
al gobierno federal cuando, despus de trabajar como profesor, se emple como
ingeniero en la empresa de Lockheed. Por tratarse de una industria militar se exiga
un clearance de nivel alto para trabajar en algunos departamentos, es decir, un
documento que daba acceso a secretos de Estado. Al principio, Sta tena el
clearance de nivel alto, despus se lo rebajaron un nivel porque, segn deca en su
ficha, estaba suscrito a la revista Kultura, la publicacin de los exiliados polacos en
Pars. Pero si era una publicacin anticomunista! Mas nadie se preocup de este
detalle, bast que estuviese escrita en el idioma de uno de los pases de detrs del

teln de acero para condenarlo. Ocurri que al poco tiempo de que le retiraran la
autorizacin, Sta particip en una conferencia gubernamental para la que se exiga
un clearance del ms alto nivel. Entonces puso un pleito al gobierno por permitir a
una persona sin la debida autorizacin participar en la conferencia.
Sus bromas y payasadas, tambin hacia sus amigos, hacan que nunca se
pudiera saber lo que este hombre pensaba en realidad. A no ser que considere las
numerosas cartas al director publicadas en los peridicos, que demostraban su
mana contra Israel, como una muestra de su pensamiento.
Esta mana suya de ensear la lengua y de hacer burla, perdiendo as un
puesto de trabajo tras otro, hizo pasar penurias a su familia. Sin embargo, cuando
en algn momento se sinti de verdad muy mal, Sta supo aprovechar su
conocimiento de los trminos tcnicos en cinco idiomas (ingls, polaco, francs,
ruso y ucraniano) y acept encargos para traducir trabajos cientficos. As logr al
final sobrevivir. Compr una casa en Los Gatos y dio educacin a sus dos hijas.
Vacaciones de 1962: los dos, Sta y yo, estamos en el lago Eagle, en las
montaas de Sierra Nevada. Una tienda de campaa, utensilios de cocina, una
canoa plegable, por la maana un paseo por la senda cruzando la pradera para
darnos un bao y nadar entre los juncos, a pesar de que el agua no estaba muy
caliente. Slo nos faltaban Ignacy y Bohdan Kope para sentirnos como en el
bosque salvaje de Rudnicka, despus del examen de revlida. Pero Kope estaba en
Polonia e Ignacy wicicki en el otro extremo de Amrica.
Krasnogruda, o Krasnohruda. No se trataba de una heredad de los Kunat
sino de una casa comprada por mi familia en el siglo XIX. Mi bisabuelo, Teofil
Kunat, tena dos hijos, Bronisaw y Zygmunt. El primero de ellos se convirti en el
heredero de Krasnogruda, el segundo estudi Agronoma en la Escuela Superior
de Varsovia, emigr al norte, a Lituania, y all se cas con Jzefa Syruciwna y se
convirti en mi abuelo. Su fotografa cuando era un nio pequeo sigue
asombrndome. Qu exponente de la alegra de vivir y, al mismo tiempo, del
humor y del intelecto. Fue un muchacho muy agradable, que tena que gustar a
todo el mundo, algo que se confirm cuando se hizo mayor.
Cerca de Krasnogruda, en Sejny, est la tumba de Bronisaw Kunat, mientras
que Zygmunt est enterrado en el distrito de Kiejdany, en wigtobro. Cuando
viajaba a Kaunas, capital de la Lituania independiente, para arreglar algunos
asuntos en las oficinas, su apellido le serva de ayuda por ser, supuestamente, tan

genuino: kuna en lituano significa cuerpo, fuerza. Sin embargo, en realidad poda
indicar que las tribus de los Jadwing hablaban un dialecto del balto, una mezcla
de la lengua prusiana y la lituana, ya que segn la leyenda familiar, los Kunat eran
descendientes de los Jatwie. Por lo tanto sus races se hunden en el lugar donde se
encuentran los hallazgos arqueolgicos que prueban la existencia de los Jadwing,
es decir, en la regin de Suwaki. Ignoro, sin embargo, qu ocurri para que los
expulsaran en la Edad Media. No superaron el nivel de organizacin de las tribus
indias, por lo tanto no se unificaron para crear un Estado. Acaso es cierto que
bast una gran batalla, que termin en una carnicera, para poner fin a su
existencia? Y que el hijo menor del jefe, hecho prisionero, fue aceptado en el clan
del Hacha y educado como un polaco? Todo eso huele un poco a la fantasa de los
historiadores de la poca del Romanticismo.
Durante un par de siglos, entre las posesiones de la orden de los Caballeros
Teutnicos y Lituania, se extenda una selva virgen inhabitada. Comenz a
poblarse tarde, con polacos procedentes del sur y lituanos del norte. Dnde vivan
los ennoblecidos Kunat? En Krasnogruda estaba la biblioteca de Stanisaw Kunat,
un economista que, despus de la sublevacin de 1830, se exili en Francia y se
convirti en profesor de la cole de Batignolles. Haba nacido cerca de
Krasnogruda, en Maliszki, en la regin de Marianpol.
En el cementerio catlico de Sopot descansan las herederas de Krasnogruda,
hijas de Bronisaw, mis primas Ela y Nina, as como el marido de Ela, Wadysaw
Lipski, y tambin, de forma simblica, su hijo Zygmunt que muri en un campo de
concentracin alemn. Tambin se encuentra all Weronika, hija de Zygmunt, y mi
madre. En cambio, su hermana Mara est enterrada en Olsztyn. Hasta aqu los
hechos desnudos que llevamos con nosotros a todas partes, aunque la civilizacin
parece favorecer cada vez menos la memoria sobre los vagos asuntos tribales.
Kridl, Manfred. En Vilna fui, aunque por poco tiempo, estudiante de
filologa polaca, ms conocida como la agencia matrimonial, ya que a esta carrera
acudan, casi en exclusiva, chicas. De todos modos, sera interesante investigar
cmo influye en los alumnos el hecho de que en las escuelas las que ensean
literatura polaca sean casi siempre mujeres. Cuando estudiaba derecho pertenec a
la Seccin de Escritura Creativa de la Asociacin de Fillogos de la Lengua Polaca,
de all viene mi trato con el patrono de la asociacin, el profesor Kridl.
La peculiaridad de la filologa polaca como disciplina acadmica consiste en
que en el transcurso del siglo XIX se convirti en un campo propicio para el

adoctrinamiento patritico, con la ayuda en buena medida de la poesa romntica.


Su modus operandi consista en masticar y digerir a los bardos nacionales, algo, por
otro lado, comprensible en un pas gobernado por extranjeros que se haban
repartido su territorio. Ya la misma divisin entre la Nacin (propia) y el Estado
(extrao) implica, de forma potencial, cierta ideologa. La Europa de las tribus que
hablaban diferentes idiomas fue hasta el siglo XVIII bastante cosmopolita. El
cambio se produjo con la divulgacin de la cultura escrita, ya que hasta ese
momento dominaba la cultura oral o popular. Eso es lo que sostena Ernest Gellner
en su tesis sobre los inicios del nacionalismo y es probable que tuviera razn. Los
primeros en realzar este cambio fueron los primeros miembros de la intelligentsia,
es decir, la generacin de los estudiantes-literatos y los Filmatas de Vilna, que
corroboran esta tesis a la perfeccin.
Es lo mismo adoctrinar a los alumnos en el patriotismo que adoctrinarlos en
el nacionalismo? No del todo. Pero para profesores como Ignacy Chrzanowski
significaba lo mismo. Si la literatura polaca resulta difcil de entender en los pases
que se han desarrollado de forma ms armoniosa, al menos sin la experiencia de
una divisin de su territorio, eso se debe al hecho de que en su centro estaba la
nocin absoluta de la Nacin, casi una divinidad. En esa tarea contribuyeron los
mesinicos, y tambin sus sucesores, profesores que cultivaban la pasin
mesinica. De ah a un programa poltico hay slo un paso. En realidad, el Partido
Nacionalista de Romn Dmowski era compatible con la mentalidad polaca de la
forma ms natural y lgica. Dmowski era un hombre muy inteligente y su
programa pareca ser difcil de rechazar. Por desgracia estudi biologa y, al
intentar bajar a la tierra sus ideas mesinicas demasiado elevadas, acudi al
darwinismo, aunque en vez de los individuos que luchan entre s por sobrevivir
introdujo naciones. Su mente careca de una caracterstica que en ingls se llama
generosity, la generosidad. Es probable que esta mancha decidiera tambin que
fuese un grafmano y escribiera malas novelas.
Esta digresin tiene tambin relacin con Kridl, ya que en el perodo de
entreguerras se produce en la filologa polaca un cambio para renovar los estudios
literarios, cambio al cual contribuy de forma decisiva, aunque tambin tuvo sus
predecesores. Kridl, que naci en Lww en 1882 y estudi filologa polaca en esa
ciudad, se interes por el rigor del pensamiento de ciertos filsofos que l mismo se
encarg de enumerar: Twardowski, ukasiewicz, Kotarbiski, Husserl. Ms tarde
estudi en Friburgo y en Pars. Despus de la Primera Guerra Mundial ense en la
Universidad Libre de Varsovia y en la Universidad de Bruselas. En el ao 1932 se
convirti en profesor de mi universidad, en sustitucin de Stanisaw Pigo, y ah

fue donde cre su propio crculo de investigacin en el que a menudo se tomaba


como referencia las obras de los formalistas rusos. Era consciente de que, junto con
sus estudiantes, haba protagonizado una autntica revolucin acadmica, que ms
tarde describi en Luchas de Vilna y Varsovia por la nueva ciencia de la literatura.
El estructuralismo occidental deriva, de forma indirecta, del formalismo
ruso. Aunque eso sucedi ms tarde. Al grupo de Kridl se lo puede llamar
preestructuralista. No pertenec a l pero s Jerzy Putrament, uno de los pocos
nombres masculinos de la filologa polaca. No obstante, Kridl, patrono de la
Asociacin de Fillogos de la Lengua Polaca, recibi con agrado mi Antologa de la
poesa social, que seleccionamos con el fillogo Zbyszek Folejewski (hijo del
presidente de Vilna, ms tarde profesor en Suecia, los Estados Unidos y Canad).
Kridl escribi un prefacio para nuestra antologa y en lo tocante a nuestro
extremismo izquierdista nos trat con simpata, aunque no sin cierta sonrisa
escptica. De todos modos, era una persona abierta a ideas nuevas y, desde el
punto de vista poltico, se contaba entre los demcratas librepensadores, no, como
por ejemplo, el profesor Konrad Grski, mesinico y nacionalista, con el cual estaba
en un conflicto permanente.
Mi excursin a Troki con Irena Sawiska y la familia de Kridl ilustra la
familiaridad con la que nos trataba el profesor. Recuerdo que nos apretujamos en
un bote, que estaba pintado de colores vivos como era costumbre all. Yo estaba
sentado a los remos y no paraba de moverlos muy deprisa hasta que pasamos las
islas y salimos a las aguas abiertas del lago.
Kridl y su familia consiguieron abandonar Lituania al principio de la guerra
y, a travs de Suecia, llegaron a Bruselas donde el profesor tena viejos amigos.
Desde all viajaron a Amrica. Me encontr a Kridl en los Estados Unidos despus
de la guerra. Durante algn tiempo Kridl ense en una prestigiosa institucin
acadmica, el Smith College, en Massachusetts, pero en general las cosas no le iban
bien, y ello a pesar de que los eslavistas conocan sus conferencias y libros y a pesar
de que lo apoyaba el mismsimo Romn Jakobson.
Es aqu cuando empieza un gran alboroto, que yo no inici aunque s
particip en l en gran medida. Desempeaba yo el cargo de agregado en la
embajada de Polonia cuando el profesor Simmons, chairman del Departamento de
Estudios Eslavos en la Universidad de Columbia en Nueva York, me pidi una cita.
Quera presentarme una propuesta de su universidad: crearan una ctedra de la
literatura polaca, que llevara el nombre de Adam Mickiewicz, si nosotros

aportbamos el dinero, 10 000 dlares anuales. Se trataba de una suma


considerable para aquella poca. A mi pregunta de quin sera el profesor,
Simmons respondi con timidez que el candidato de la universidad era el profesor
Kridl. Respond que lo conoca y lo apreciaba, y que hara lo posible.
Una rica universidad norteamericana no se avergenza de pedir una
subvencin a un pobre pas comunista! Jams haba existido en los Estados Unidos
una ctedra de literatura polaca y aqu yo, un traidor, un colaboracionista, tena la
oportunidad de crearla para escarnio de todo el exilio polaco que slo saba recitar
con patriotismo, pero que nunca se haba atrevido a algo similar. Por supuesto, mi
conciencia intranquila de colaboracionista me daba ms energa. Los fines que
persegua Simmons se descubrieron slo ms tarde. Quiz sea cierto que el
comunismo lo atrajera. Pero antes que nada quera deshacerse de Coleman. Este
americano de origen irlands le haba tomado el gusto a la cultura polaca y
enseaba algo de ella en el departamento, sin embargo no tena formacin
suficiente para convertirse en un profesor a tiempo completo. Simmons razonaba,
con lgica, que podra tener en su lugar a un serio estudioso polaco que estaba sin
trabajo.
La cartera del Ministerio de Asuntos Exteriores la ocupaba entonces
Zygmunt Modzelewski, un viejo comunista que haba pasado muchos aos en el
exilio en Francia, de donde se fue, cuando lo llamaron, a Mosc (es decir,
directamente al gulag). Fue un hombre lcido y enseguida entendi los beneficios,
tambin polticos, de esta propuesta, que permitiran que una Polonia roja
apareciera aqu como protectora de la cultura polaca. Se concedi la subvencin y
la ctedra Mickiewicz, ocupada por Kridl, se cre en el 150 aniversario del
nacimiento del poeta, es decir, en el ao 1948.
Entonces empez una infernal campaa en la prensa del exilio polaco en
Norteamrica Kridl el bolchevique, enchufado en Columbia, una campaa que
Coleman incitaba sin cesar. El pobre haba presentado su dimisin en seal de
protesta por la creacin de la ctedra y, ante su asombro, se le acept. De eso se
trataba. Eisenhower era entonces el rector de Columbia y ante su casa se
organizaron manifestaciones en contra de la infiltracin comunista en la
universidad.
Montaas de recortes de prensa enviados a Varsovia sirvieron bien a mi
reputacin. Sin embargo, estar orgulloso de la creacin de la primera ctedra de
literatura polaca en los Estados Unidos no sera del todo apropiado porque todo

ese alboroto ocultaba algo indecente. El buenazo de Coleman y su mujer, Marion,


intentaron traducir a Mickiewicz pero les falt nivel. Sus amigos polacos eran un
populacho que no tena ni idea de lo que representaba la figura de Kridl. El exilio
polaco estaba compuesto por personas que trabajaban duramente, que en muchos
casos llegaron directamente de sus pueblos a los Estados Unidos siendo
analfabetos. A ellos no se les pas por la cabeza la existencia de universidades y la
influencia que en ellas se concentra. Y he aqu que nos encontrbamos ante una
conspiracin de los ilustrados contra el populacho. Y que pintaba Mickiewicz en
todo esto? Sembr bastante cizaa armando a la clase educada con el mesianismo,
una doctrina que los separaba del populacho. La masa se encarg de desarmar a
los sublevados en 1863 y de entregarlos a los rusos, ms tarde emigr a las minas y
fbricas de Amrica. En estas condiciones la ctedra de literatura polaca adquira
un matiz clasista: Nosotros, la intelligentsia, sabemos mejor lo que es bueno para
vosotros.
Trabaj con Kridl y Jzef Wittlin en un libro sobre Mickiewicz en ingls.
Varios autores participaron en l; Kridl se encarg de la edicin y la embajada lo
financi, pero no apareci en el ao del aniversario, 1948, sino, con retraso, en 1951.
No pude seguir el desarrollo de los siguientes aos de la ctedra porque me
fui de los Estados Unidos. Dej de existir despus de la muerte del profesor, ya que
la universidad no consider oportuno invertir su propio dinero en este proyecto.
Kridl no fue slo un cientfico serio. Todos los que lo conocieron lo
recuerdan como un hombre ntegro y bueno, quiz demasiado confiado y noble
para un siglo que no fue benvolo con los humanistas.

[L]

Lecturas edificantes. En la seleccin de lecturas edificantes fui un digno


nieto de mi abuela Kunat, y poco importa que su alcance intelectual fuera muy
estrecho y que el mo sea un poco ms amplio. Ahora debo hacer una
puntualizacin: he ledo libros por miles de razones pero las lecturas que llamo
edificantes las hice persiguiendo un fin claro, a saber, quera hacerme ms fuerte.
La mayora de la literatura actual no sirve para fortalecerse y, por lo tanto, no
valdra para mis fines. Por esa misma razn mi actitud hacia la novela no era muy
benvola y, en general, lo que se conoce como bellas letras no me ayudaba mucho.
Nos fortalece todo aquello que hace ms grande al hombre, lo que muestra
su condicin de ser que vive en varias dimensiones. Para las personitas dibujadas
en un papel, que viven en dos dimensiones, el mismo hecho de imaginarse que
algo se puede levantar por encima de esta superficie plana reviste dificultad. Del
mismo modo nos resulta difcil pensar que el hombre no es slo la carne, sino que
tambin vive en esa esfera de lo sobrenatural que slo alcanza a travs de sus rezos.
As pues, escoga tratados de religiones diferentes, cristianas y no cristianas, las
escrituras de San Agustn y de Emanuel Swedenborg, del Zohar y de fragmentos
de la cabala, as como de las vidas de personas piadosas. Tambin la filosofa, si era
lo suficientemente religiosa. En esta tarea mi conocimiento de la lengua francesa
me fue de gran ayuda. Antes de la guerra mi autor favorito fue un filsofo
religioso, Louis Lavalle. Y despus de la guerra algunos telogos franceses como
Gastn Fessard. En lengua inglesa descubr, poco despus de la guerra, el libro The
Cloud of the Unknowing [La nube de lo desconocido], un manual de contemplacin
del siglo XIV.
Cuando viva fuera del pas tena la costumbre de leer el peridico catlico
Znak [Signo], que se editaba en Cracovia. Encontraba en l bastantes materiales
para mis reflexiones y respetaba mucho a los redactores de esta publicacin, que a
mi juicio ignoraban hasta qu punto eran influyentes.
Se podra detectar en lo que digo una actitud muy pragmtica hacia la
verdad, ya que textos muy diferentes, a veces contradictorios, alimentaban mi
imaginacin. No lo niego, Variedades de la experiencia religiosa, de William James,
precisamente un pragmatista, que le en la Vilna de mis aos escolares, me produjo
una profunda impresin. No obstante, debo aadir a continuacin que la tolerancia

propia de los pragmatistas no tiene necesariamente que conducir a ninguna mezcla


sincrtica de creencias y religiones, tal y como ocurri con el movimiento New Age.
Parece que supe protegerme de esa tentacin.
Entre las lecturas edificantes tambin incluyo a algunos filsofos amargos
que, no obstante, dan fortaleza: Schopenhauer y algunos escritos de Nietzsche y de
Chejov.
Lena. Ocurri en el otoo de 1917, en la hacienda de Yermolovka, a orillas
del ro Volga. Yo tena entonces seis aos y era un refugiado. Cada da un carruaje,
con un cochero sentado en el pescante, se acercaba al palacio de los Yermolov, y
Lena, de 12 aos de edad, se suba a l para ir a la escuela que estaba en Rzhev, un
pueblo situado a un kilmetro ms o menos. Miraba su cuello. Esta escena se
aparece con claridad en mi vejez, enriquecida con el conocimiento del que entonces
carecamos tanto ella como yo. Porque en apenas un par de das lleg el final de los
carruajes, de los cocheros y de los palacios, y a Lena le iba a tocar crecer en una
Rusia diferente, que sus padres y las babushki (abuelitas) no se podan ni imaginar.
Pero este chiquillo que mira el cuello de Lena, y que piensa despus en el
destino de ese cuello, supone un punto altamente ertico. La primera de mis
fascinaciones. Despus hubo un atad destrozado, que perteneca a una princesa,
con sus cintas, sus zapatitos de raso, que haban sacado de una tumba al lado del
camino de Kaunas, cerca de Poginie. Y los acontecimientos de 1922, cuando la bella
Barbarka se le apareca a la gente en Swigtobrosc despus de muerta. O yo,
mientras asista a la representacin de la obra de Pirandello en Pars cuando
Ludmila Pitoff, la actriz ms famosa de entonces, pasaba en apenas un par de
minutos de muchacha a viejecita y unas Parcas, o diosas del destino, le echaban
cenizas en su pelo y le dibujaban arrugas en su rostro. Siempre lo mismo: la mujer
y el tiempo que lo destruye todo. Deseada, quiz por ser tan frgil, y mortal. Se me
vienen a la cabeza unos versos de Yeats:
Quin alimentar nuestra imaginacin,
una mujer conquistada o una perdida?
Parece que la perdida.
Levertov, Denise. Me acuerdo de una cena en un restaurante italiano en el
Greenwich Village, es decir, en la parte baja de Manhattan. Particip en ella un
grupo de poetas internacionales. Fue a finales de la dcada de 1960. Denise era

guapa y adems famosa. Todo el tiempo la acompaaba Guillevic, un autor francs


cuyos poemas ella traduca al ingls. Guillevic, un bretn con barba, de estatura
baja, musculoso y cuadrado pareca un stiro o directamente Prapo. Perteneca al
Partido Comunista Francs pero sus poemas no tenan carcter poltico, o quiz s
desde el punto de vista terico, ya que se podra considerar su poesa el resultado
de una filosofa materialista. Al principio, lo miraba un poco de reojo pero ms
tarde, en Rotterdam, donde participamos en un festival internacional de poesa,
nos hicimos amigos. Guillevic tena un maravilloso sentido del humor al igual que
Vasko Popa, de Belgrado, cuya poesa era similar a la suya y que tambin se
convirti en nuestro compaero en Rotterdam. De todos modos, Popa, que
perteneca al partido, se pona muy derecho cuando Guillevic, deslenguado por
completo, se rea de su partido.
Pero vuelvo a esa cena. La compaa de Guillevic resultaba perfecta para
Denise, ya que su fama, independientemente de su talento, se vea apoyada por el
ascensor de las convicciones izquierdistas y por la participacin en acciones
pacifistas. Me gustaba mucho su fsico, menos su concepcin del mundo, pero
todos bebamos bastante tinto y los manteles de cuadros rojos, el olor a comida, el
humo y las risas dejaron un recuerdo alegre. No esperaba que aos ms tarde, en
condiciones muy diferentes, trabase amistad con Denise.
Era una persona inslita, diferente del resto de los poetas norteamericanos
debido a que haba recibido una educacin muy elevada en su casa, detalle que no
se le escap al promotor californiano de poetas Kenneth Rexroth. Naci en
Inglaterra de una pareja algo inslita. El padre de Denise, descendiente de un
famoso hasdico, era originario, como deca ella, del norte de Bielorrusia y haba
sido rabino. Antes de la Primera Guerra Mundial decidi estudiar en una
universidad alemana y con este fin se fue a Krlewiec. Cambi la religin de su
padre por la cristiana y a partir de ese momento dedic toda su vida a conciliar el
cristianismo con el judaismo, escribiendo y traduciendo del hebreo y al hebreo. Se
hizo sacerdote anglicano. Su madre, galesa, descenda en lnea directa de Jones, el
ngel de Mold, un sastre y mstico de una ciudad pequea. Su casa en Inglaterra
estaba llena de libros, fue un lugar de continuas discusiones sobre religin, filosofa
y literatura. Los padres no enviaron a su hija al colegio y Denise estudi en casa.
Denise naci en 1923 y se estren como poeta en Inglaterra, pero poco
despus de casarse con un soldado norteamericano se mud a los Estados Unidos.
All cambio su forma de escribir, Denise opt por el verso libre, medido slo por la
respiracin como el de William Carlos Williams. De todos modos, experimentaba

sin cesar en cada nuevo libro de poemas.


Siempre, a pesar de su agnosticismo, permaneci fiel a sus padres cultivando
cierto misticismo. Denise tropez con un problema difcil, el de conciliar un estilo
personal, a menudo demasiado metafrico, con su compromiso con la Revolucin.
Su corazn ardiente no pudo soportar aquello que se viva en los Estados Unidos y
fuera de sus fronteras: discriminacin racial, armamento nuclear, prisiones y el
terror de las juntas militares en Amrica Latina o la guerra de Vietnam. Se uni a la
generacin ms joven convirtindose en una abanderada del movimiento de los
aos sesenta, participando en las manifestaciones, viajando a Vietnam del Norte o a
cualquier otro lugar del planeta donde se necesitase una voz de protesta. Quizs el
nico sitio donde no haca falta su presencia era los pases del bloque sovitico.
Sus lectores ms atentos no estaban sorprendidos por los numerosos
cambios que sufri su poesa a lo largo de los aos. Al fin y al cabo siempre
mantuvo el mismo estilo personal incluso cuando a medida que envejeca se
dedicaba cada vez ms a la contemplacin de la naturaleza y a escribir en su
defensa. Traduje los poemas de esta fase suya y los introduje en mi antologa
Extractos de libros provechosos, es decir, en la versin americana de A Book of
Luminous Things.
Sin embargo, creo que nadie podra prever que la revolucionaria Denise
Levertov iba a ocupar un lugar destacado en la poesa mundial como autora, en su
momento quiz la nica, de poemas religiosos y ortodoxos sobre Cristo, la
Encarnacin, la Crucifixin y la Resurreccin. Y no se trataba aqu de una
conversin repentina sino, todo lo contrario, de un proceso gradual, de un par de
dcadas de conversin a la fe de sus padres y, al final, a la aceptacin del
catolicismo romano. Denise reuni sus poemas religiosos en un libro aparte, The
Stream and the Sapphire (1997). Su carcter excepcional consista en utilizar medios
poticos modernos tal y como lo haca en su pintura religiosa Rouault.
En los ltimos aos una larga enfermedad no le permiti moverse fuera de
Seattle, donde viva. A veces hablbamos por telfono. Cuando traduje unos
cuantos de sus poemas cristianos para enviarlos al Semanario universal le escrib
pidindole permiso. Su carta escrita en el hospital, la ltima que fue capaz de
escribir, lleg casi al mismo tiempo que la noticia de su muerte.
Los ngeles. En realidad este conglomerado de ciudades, barrios y
suburbios no debera llamarse ciudad. Ni siquiera debera existir como tal, ya que

las ciudades no se fundan en entornos secos como un palo, donde todo depende
del agua canalizada desde lejos. Tampoco haba razones para que se convirtiera en
la capital de los Estados Unidos o, quin sabe, del mundo entero.
Los ngeles me aterroriza. En nuestra imaginacin el dinero sigue todava
asocindose con el acero y la produccin de fbricas, resulta difcil acostumbrarse
al gran cambio, a esa completa inversin de los valores, cuando las actividades
humanas marginales, el entretenimiento, adquieren un lugar central como fuente
de ingresos, es decir, como centro del poder.
Quin lo hubiera esperado! Cuando en Vilna iba a ver pelculas, todava
mudas, con Mary Pickford, Chaplin, o ms tarde con Greta Garbo y Sylvia Sidney,
ignoraba que estaba participando en el futuro. El acto de ir al cine significaba slo
una diversin, pero mientras paseo por Los ngeles, donde se hicieron esas
pelculas, me detengo a reflexionar sobre el desarrollo de esta curiosidad tcnica,
de esta minucia, de esta forma de pasar el tiempo libre: cmo consigui
convertirse en una de las principales industrias del mundo?
Le en un peridico que los representantes de las tres religiones monotestas
iban a viajar a China para recoger materiales sobre la discriminacin a la que eran
sometidos los budistas en el Tbet. Todo eso porque, segn contaba el peridico, se
hicieron dos pelculas sobre el Tbet y la opinin pblica exiga algn tipo de
actuacin a favor de los tibetanos. Entonces todo lo que se deca y escriba en
pblico hasta ese momento no vala? Haca falta Hollywood para que estos asuntos
llegaran a la conciencia y a la imaginacin populares. Se me aparecen escenas de la
tragedia europea de hace medio siglo, que nunca llegaron a la conciencia de los
americanos. Unos espacios de silencio como la prueba que desaparece todo lo que
no se tradujo al idioma de las imgenes mviles.
Quiz ya no hay otra realidad que la inventada? Inventada y ordenada de
alguna forma, pero de manera diferente de como lo hace una mente libre que no
tiene por qu reducir el mundo a unas acciones que mantienen la atencin del
espectador. De esa sumisin a una realidad virtual surge la inseguridad sobre la
existencia de una verdad que no sea la cinematogrfica. En Los ngeles sent el
pulso, eso es, de una capital feroz, donde cada uno apuesta muy fuerte y todos
participan en un espejismo gigantesco que excede su conciencia y su voluntad.
Lourie, Richard y Jody. Lourie fue uno de los treinta alumnos de la primera
clase que impart en Berkeley, en el otoo de 1960. Con su pelo desmelenado y su

aspecto desaliado presagiaba el cambio en las costumbres que se iba a producir


ms tarde, por lo tanto se merece el ttulo de uno de los primeros hippies. En el
examen escribi alguna tontera y en vez de ponerle una nota mala lo invit a
charlar y a explicarle en qu se equivocaba. As empez nuestra amistad. Me cont
su temprana carrera. En los aos cuando iba al instituto en Boston ganaba mucho
dinero haciendo de chfer de un famoso gngster local, trabajo que lo expona a ser
agujereado por alguna banda rival pero tambin le ofreca la posicin de un
pequeo rey de la vida.
En Berkeley, Richard se inici pronto en la cultura de la hierba y el LSD.
Encajaba bien en este campus multicolor sobre el cual un perplejo y asustado
profesor de blgaro dijo: Esto es un carnaval incesante. El caso de Jody, una
escultora con la que se cas y que tambin segua las costumbres de la gente de
Berkeley, es similar. Los abuelos de Richard abandonaron su pequea ciudad juda
en Lituania, mientras que Jody todava mantena contactos con su familia catlica
de Italia.
Richard evolucion de forma diferente de la que se podra sospechar. Era
trabajador y sistemtico, aprobaba los exmenes con buenas notas, se sac la
carrera y ms tarde se doctor en literatura rusa. Tambin aprendi polaco. Su caso
muestra que las influencias desintegrantes del entorno sobre un hombre que posea
una especie de brjula interior son limitadas. Adems Richard, en vez de escoger la
enseanza como medio de vida, opt por vivir de su pluma convirtindose en
autor de prosa pero, ante todo, en traductor. Durante muchos aos observ con mi
mayor admiracin cmo lo consegua. Se convirti en uno de los principales
traductores de polaco en los Estados Unidos (entre otros, tradujo mis libros y Mi
siglo de Aleksander Wat). A veces traduca tambin del ruso. Ya que las
traducciones no estn bien pagadas hace falta de verdad una disciplina feroz y
mucha habilidad para vivir de ellas. Jody lo igualaba en fuerza de voluntad, y
ahora sus esculturas de cermica se cotizan al alza. En un par de libros, que
mezclaban el reportaje con la ficcin, Richard utiliz sus conocimientos sobre Rusia
y los numerosos viajes que haba realizado a ese pas.
Ahora los dos estn casi prximos a la edad de jubilacin. Nos unen dcadas
enteras de una amistad que nada consigui enturbiar. Ni siquiera algunos
episodios cmicos como por ejemplo cuando recib el doctorado honorfico por la
Brandeis University y los invit a los dos a la recepcin. Se exigan trajes de noche y
Richard, con sus costumbres bohemias, no estaba muy puesto en ello: apareci
ciertamente en un esmoquin pero, eso s, con unos zapatos amarillos.

Ense a un buen traductor. Otro de mis alumnos fue Louis Iribarne, que
tradujo Insaciabilidad de Witkiewicz, y tambin Catherine Leach, traductora de los
Diarios de Pasek. Tambin podra reconocer en parte como mi alumna a Bogdana
Carpenter. Madeline Levine estudi en Harvard con el profesor Weintraub. A los
traductores de polaco se los divida en dos categoras: los de Weintraub y los de
Miosz.

[M]

Mansiones. Existen pocas reflexiones sobre la esencia de la mansin, sobre


todo si se tiene en cuenta que se trata de un elemento central en la cultura de la
nobleza. Aunque habra que hacer algunas distinciones. Creo que las mansiones de
Lituania eran diferentes porque los campesinos vivan all mejor que en Polonia y
adems los seores eran menos seoriales. Baste recordar cmo se indignaba Jakub
Gieysztor en sus diarios con algunos seores ricos (el prncipe Ogiski, Czapski),
lo que, sin embargo, no significaba que fueran unas excepciones. Se sabe que, al
contrario que en Polonia, los campesinos apoyaron en Lituania la sublevacin de
1863, entregando comida y ayuda de todo tipo a los rebeldes que se ocultaban en
los bosques, y ello a pesar de que la llamaron la sublevacin polaca. En el mismo
centro de Lituania, en mi distrito de Kiejdany, los campesinos participaron
activamente en la sublevacin. A decir verdad, creo que el cura Mackiewicz, un
estupendo predicador en ambos idiomas, consigui atraer a sus filas ante todo a la
pequea nobleza de Lauda, aunque lo siguieron tambin los campesinos. No hay
que exagerar hablando de convivencia idlica entre campesinado y nobleza, pero
merece la pena aadir que en el siglo XX la mansin se extingui en aquellas
regiones sin que se registrasen actos de crueldad.
Pero la mansin perteneca al pasado y todo lo que provena de su mundo se
haba quedado anticuado. Slo algunos seoritos degenerados, como Gombrowicz,
Jeleski y Miosz, supieron sacar algo provechoso del choque entre la mansin y la
modernidad urbana que proceda de Occidente. Esto los haca ser diferentes de,
por ejemplo, Melchior Wakowicz, el anticuado e ingenuo contador de historias.
De todos modos, en la literatura de mansiones cabra incluir no slo las novelas de
Eliza Orzeszkowa y Rodziewiczwna sino tambin las de Mara Dbrowska,
Iwaszkiewicz y muchos otros.
Para personas como yo lo ms difcil de asumir era la falta de fundamentos.
Los barrios polacos de Vilna, una ciudad que contaba con decenas de sinagogas y
cuarenta iglesias, eran la prolongacin de la cultura de las mansiones, con una
poblacin que se expresaba en la nada ortodoxa habla sencilla. La rebelin contra
esta realidad no poda contener las notas de la cultura de una gran ciudad, como la
de James Joyce contra Dubln. En cambio, la Vilna juda se reflejaba en las grandes
ciudades a las que exportaba talentos: San Petersburgo, Pars y Nueva York.

La honrada, la anticuada novela de mansiones, haba trazado con nitidez la


frontera entre el bien y el mal. El bien estaba aqu, en la tierra nativa; el mal afuera,
en los pases que contaban con grandes ciudades. La virtud estaba representada
por el propietario de la mansin, un buen amo, que a pesar de los obstculos
consegua el dinero y evitaba as desprenderse de la tierra. El mal lo encarnaban
los miembros de la familia que despilfarraban el dinero en el extranjero, los
derrochadores y los que estaban esclavizados por costumbres extraas (incluso,
ejem!, los adictos a la morfina que aparecan en Sobre las orillas del Niemen, de Eliza
Orzeszkowa).
La ms divertida y, al parecer, la ms tarda versin de este gnero es la
novela Una mansin en Haliniszki (1903), de Emma Dmochowska de soltera,
Jeleska. En este caso el extranjero era la Roma de las iglesias y de los curas en
donde estaba la duea de la mansin de Haliniszki con su hija. La hija tena
visiones religiosas y estaba convencida de que haba recibido el mandato divino de
fundar una orden religiosa nueva. La madre la ayudaba en sus esfuerzos por
conseguir un permiso de la jerarqua eclesistica (aunque no por motivos del todo
nobles). Le haca falta dinero. Para nada el dueo de Haliniszki intentaba
convencer a las mujeres de que se poda trabajar para Dios en el pas. Por lo tanto el
objeto de la stira no era quedarse en Pars o en la Costa Azul y despilfarrar el
dinero en Montecarlo sino la devocin de una seorita que es por completo
inconsciente de que, al rezar y cumplir supuestamente la voluntad de la Madre de
Dios, hace mal.
Si se trasladan las preocupaciones de la mansin de Haliniszki unas cuantas
dcadas ms tarde a la poca que media entre las dos guerras mundiales,
encontramos un escenario muy diferente. La accin de la novela El forro de Dios de
Teresa Lubkiewicz-Urbanowicz transcurre en los alrededores de Ejszyszki. Se trata
de una novela psicolgica y la mansin, de forma intencionada, es slo un fondo,
quizs en contra de las intenciones de la autora, porque ese fondo es lo ms
interesante, ya que entra por primera vez en una observacin y descripcin
modernas. En Haliniszki las parejas, como mucho, se manoseaban. Aqu tenemos
la vida sexual de una comunidad pequea, los revolcones de los campesinos e
incluso, por primera vez en la literatura polaca, la descripcin de una mujer
masturbndose. Adems la guerra est presente, aunque de forma oblicua, en esta
provincia lejana y boscosa. Al leer este libro, bien escrito y en absoluto ingenuo, me
preguntaba si sera la ltima pieza de la larga serie de novelas sobre mansiones
grandes y pequeas.

Margolin, Juliusz. Lo conoc en Alsacia, en Mittelbergheim, en el otoo de


1951; l acababa de regresar de Israel, donde haba participado en un modesto
congreso.
Margolin era originario de la ciudad de Pinsk. Como perteneca a la
intelligentsia local, su lengua materna era el ruso y no el yiddish. Siendo joven se
hizo sionista y se uni a los halutzim, ms tarde emigr a Palestina. En el verano de
1939 volvi a Pinsk para visitar a su familia y all lo sorprendi la guerra. A pesar
de todo el empeo que puso en regresar a su nuevo hogar, y de que posea
documentacin que acreditaba que era ciudadano de Palestina, no lo consigui. Lo
arrestaron y lo deportaron a los gulags de Vorkut donde pas unos cuantos aos.
Al final lo liberaron y volvi a Palestina donde escribi, en ruso, un libro
estremecedor, que se tradujo tambin al francs. Las imgenes de su primer da en
el Estado de los gulags siguen tan vivas en mi memoria como la primera vez que
las le en 1951, cuando me regal su libro con una dedicatoria.
El encuentro fue corto y muy amistoso. Muchos aos despus conoc en San
Francisco a su hijo, un famoso abogado que estudi primero en Israel y despus en
los Estados Unidos, donde se estableci definitivamente. Por aquel entonces Juliusz
Margolin ya haba muerto.
Maritain, Jacques. Cog uno de los 15 volmenes de la obra de Jacques y
Raissa Maritain. Para m Maritain es uno de los grandes, pero para cuntas
personas ms de las que todava andan por la Tierra?
Antes de la Primera Guerra Mundial Jacques estudi Filosofa en la Sorbona,
donde asisti a las clases de Bergson, hecho que result decisivo para su vida.
Jacques era protestante. Su conversin al catolicismo coincidi con su inters por la
filosofa medieval y con su propsito de situar al tomismo, al pensamiento de
Santo Toms de Aquino, en un lugar central en el siglo XX.
Su matrimonio con Raissa, una juda rusa que tambin se convirti al
catolicismo, dio como resultado una pareja de pensadores dedicada a servir a la
Iglesia durante toda su vida. Quizs incluso se los llegue a canonizar algn da.
No pretendo renovar ahora mi contacto con la obra de Maritain, aunque
quiz tuvo xito en su intento de resucitar el tomismo. Jacques, y tambin Raissa,
escribieron mucho sobre poesa y se los lea mucho en los crculos artsticos del
perodo de entre-guerras. Tambin entra aqu la poltica. Santo Toms de Aquino

era el filsofo favorito de los totalitarios catlicos, es decir, de aquellos que oponan
un Estado corporativo (Mussolini, Salazar) a los manejos repugnantes de la
democracia liberal y el bolchevismo. En Polonia los artculos que alababan la
violencia en la poltica se servan a menudo del nombre de Santo Toms. Maritain
no entraba en las disputas polticas (dicho sea de paso, igual que el tambin
neotomista e historiador de la Edad Media tienne Gilson) pero sus tratados, que
adaptaban la obra del Aquinate a las realidades del siglo XX, no abogaban en
absoluto por el uso de la violencia. Tambin se pronunci con claridad en contra de
la colaboracin con Hitler en el libro travers le dsastre.
Un pequeo grupo de catlicos polacos reunidos alrededor de la publicacin
Verbum y de un centro para nios ciegos en Laski aluda a Maritain para oponerse a
la mayora del clero, que era nacionalista y gastaba muchas energas en la
propaganda antisemita. Maritain visit Varsovia invitado por Verbum, aunque no
s si hizo este viaje solo o con Raissa. En Polonia su influencia sobre el pensamiento
de una persona en concreto iba a tener consecuencias duraderas. Me refiero a Jerzy
Turowicz, que con el tiempo iba a redactar el Semanario universal conservando el
espritu de los escritos de Maritain.
Tambin otros crculos lean a Maritain en Polonia. Habra que incluir aqu a
algunos jvenes escritores, entre ellos por ejemplo a Ludwik Fryde, el ms dotado
de todos, que muri durante la guerra. Yo, personalmente, le debo en buena
medida a Maritain (al igual que a Oskar Miosz) mi desconfianza hacia la poesa
pura. En aras de una supuesta modernidad se obligaba a eliminar de la poesa
todo aquello que perteneca a la prosa, dejando as puro el extracto lrico. La
forma pura de Witkacy fue el equivalente a la vanguardia en la pintura. Maritain
cit en algn lugar de su obra a Boccaccio, que en un comentario a Dante haba
dicho: La poesa es teologa. El caso de Maritain quiz sea ms bien ontologa, o
ciencia sobre el Ser. Sea como fuere, no puede sustituir a la religin y convertirse en
la materia de un oficio idlatra. Aquellas lecturas religiosas mas no me servan de
mucha ayuda a la hora de entenderme a m mismo aunque el reconocimiento del
lugar modesto del poeta frente al sacerdocio del arte (lo que la vanguardia haca
suyo bajo otro nombre) debe incluirse entre sus efectos beneficiosos.
Ha triunfado Maritain como renovador del pensamiento de Santo Toms?
La perspectiva del tiempo resulta demasiado corta como para poder responder a
esta pregunta. Hoy por hoy, incluso los seminarios eclesisticos han entrado en la
rbita de Nietzsche y Heidegger. Resulta difcil leer el sutil distinguo de este
hombre sabio de la Edad Media, incluso a travs del filtro de su alumno

aventajado. No s cunto hay de tomismo en la obra de mi amigo, ya muerto,


Thomas Merton (Maritain lleg a visitarlo en el monasterio de Gethsemane, en
Kentucky). Maritain sola manifestar su apego por otro filsofo medieval, Duns
Scoto.
Martinica y Guadalupe. En estas islas uno puede aprender mucho sobre el
color claro y negro de la piel. La aristocracia, unos pocos llamados colons, es decir,
los descendientes de los colonizadores, es blanca. Por debajo de ella en la jerarqua
est la clase media, a saber, los abogados, mdicos, funcionarios, comerciantes,
gente de piel caf con leche, es decir, mulatos. El lugar ms bajo en la escala social
lo ocupa la poblacin rural, que son negros. Las islas forman parte de Francia y se
benefician de numerosos subsidios, por lo tanto no se ven en ellas los barrios
mseros tpicos de las grandes ciudades. La vida de su burguesa se parece mucho
a la vida de provincias francesa, mientras que el destino de las clases populares es
quiz mejor que el de los negros norteamericanos. Van a la escuela y hablan francs
sin acento, lo que los diferencia de los negros de los Estados Unidos, a los que es
posible reconocer por la pronunciacin apenas abren la boca. Me pareci gente
amistosa, sin esa deprimente hostilidad hacia los blancos que es frecuente en
Amrica. La poblacin de las islas habla entre s criollo, y aqu surge el problema
de todo el movimiento. Debera ser el criollo la lengua de enseanza? O quiz
debera convertirse en la lengua oficial de una Martinica independiente? Deberan
traducirse al criollo, idioma que hablan ocho millones de habitantes de diferentes
islas, las obras maestras de la literatura mundial? Los padres, que envan a sus hijos
a las escuelas francesas, son ms bien reacios a un programa educativo basado en
su propia lengua, porque de qu les servira el criollo fuera de su isla?
En una de las islas vecinas, Guadalupe, reflexion sobre el poeta St. John
Perse, o Alexis Lger, ganador del Premio Nobel, a quien conoc en Washington.
Naci en esta isla, en una familia de colons blancos, y en ella pas su niez. Dedic
su primer libro, loges, publicado en 1911, a cantar las alabanzas de la naturaleza
tropical y de sus ayas negras. Personalmente, colocara loges en el lugar ms alto
de toda su obra.
Su padre era un alto funcionario de la Administracin, as que se trataba de
una familia, burguesa, con un numeroso servicio. Despus de estudiar en Pars,
Alexis Lger hizo carrera en la diplomacia llegando hasta el cargo de secretario del
Ministerio de Asuntos Exteriores, una posicin que lo oblig a buscar refugio en
Washington despus de que los alemanes ocuparan Francia. A pesar de que una
vez terminada la guerra sola viajar a menudo desde el continente americano a

Francia, a veces sobrevolando su isla, nunca volvi a ella, un hecho que ha


intrigado a estudiosos de su literatura. En loges, Lger mitific su casa natal,
convirtindola en una hacienda rural rodeada de vegetacin tropical, aunque en
realidad se encontraba en una calle de la capital de la isla. Sospecho que en su
negativa a regresar quera evitar una confrontacin consigo mismo y con los
periodistas.
Miedo. Merece la pena sealar que sobre el principal habitante de Europa en
el siglo XX, el miedo, no existen estudios extensos. Quiz porque nadie quera
volver a sentir experiencias humillantes y el miedo, ciertamente, lo es. De todos
modos, hay muchos tipos de miedo y cada uno de ellos debera ser tratado por
separado.
Superar el miedo durante la guerra es, simplemente, una cuestin de
herosmo. Todos los soldados sienten miedo, pero los mejores lo vencen con su
fuerza de voluntad. Nuestra especie humana es prdiga: sin cesar engendra nios
que ocupan el lugar de los cados en las guerras; no obstante, uno puede
preguntarse si no se pierde algo cuando se entierra a demasiados hombres
valientes. Los campos de batalla donde yacen los hroes cados en luchas contra
sus semejantes, igual de valientes que ellos alemanes, franceses, ingleses,
polacos, ucranianos, rusos, millones de ellos, no hacen que nos preguntemos
qu influencia tiene en los supervivientes la cada de los mejores genes? Jerzy
Stempowski cay en la cuenta al afirmar que la Europa de despus de la Primera
Guerra Mundial habra sido diferente si los lderes potenciales de Francia,
Alemania e Inglaterra no hubieran muerto en la gran masacre.
El miedo que se instal en la vida cotidiana de un pas bajo la autoridad
estalinista o hitleriana era diferente. En la Vilna de 1940 apenas lo prob, pero tuve
lo suficiente como para reconstruir, mediante conversaciones e historias que o, el
terror que se senta a la espera de que ellos aparecieran antes del alba. Deportaron a
los gulags en Rusia a categoras enteras de personas, siguiendo unas listas
elaboradas con la colaboracin de chivatos locales, o de delatores individuales, que
haban sido arrestados y condenados. Si no hubiera huido de Vilna en julio de
1940 creo que no me hubiera atrevido a negarme a escribir en La verdad de Vilna, lo
que, ms o menos, era obligatorio, porque mis compaeros de agary lo hicieron.
Cmo se los puede juzgar si la gente tema ms a la deportacin que a la muerte?
Ese mismo miedo, slo que trasladado a Lww, lo describi Aleksander Wat, que
trabaj en el peridico Bandera roja, el equivalente a La verdad de Vilna. La
pertenencia a una elite obediente disminua, un poco, el miedo ante una redada

colectiva, sin embargo no mitigaba el miedo a una pena por haber cometido el ms
pequeo error o por pensar de forma diferente a la oficial. Leopold Tyrmand, que
publicaba en La verdad de Vilna, fue condenado a 15 aos pero no lo deportaron ya
que los ferroviarios desengancharon la locomotora y tambin porque coincidi con
el da de la invasin alemana, y as es como se salv.
El miedo paraliza y quiz tambin impida actuar. Mi expedicin de Vilna a
Varsovia, cruzando ilegalmente cuatro fronteras, fue muy peligrosa y quiz no
habra sido capaz de llevarla a cabo si hubiese tenido miedo. Practiqu en m
mismo una operacin peculiar (contraria a la cordura) que sigo sin entender y que
consista en poner el miedo entre parntesis. El miedo estaba all, pero tena
prohibida la entrada. Zofia Rogowiczowa, con la que hice el viaje, hizo ms tarde
un relato muy halagador sobre mi valenta y desenvoltura. A m me result
incmodo porque saba que, aunque en aquel apuro me merec su halago, en
realidad no soy ni valiente ni desenvuelto.
En cambio, el miedo en Varsovia bajo la ocupacin alemana tena fases y
tensiones diferentes. La etapa de relativa normalidad termin con la primera
redada para Auschwitz, en septiembre de 1940, cuando entendimos que ramos
unos animales no protegidos. Durante cuatro aos llev el miedo en el cuerpo,
como quien lleva una bala en su interior, y aplicaba estrategias diferentes contra l,
por ejemplo intentaba racionalizarlo: que este u otro documento me protega (pero
en realidad no tena ninguno que me protegiese). O quiz procuraba no llamar la
atencin de los delatores (los comentarios a la clandestina Cancin independiente
fueron escritos de tal manera que nadie pudiera saber su autora). Sin embargo, a
menudo me ayudaba pensar en una alianza secreta con una misteriosa Fuerza que
me protegera si cumpla ciertas condiciones. Tambin supona que si todava no
haba realizado la tarea que me estaba predestinada en la vida, entonces vivira.
Si hubiera pensado todo el tiempo en aquella bala ardiendo en mi estmago
no habra sido capaz de escribir y lo cierto es que, a pesar de todo, mi obra del
perodo de la guerra es abundante, tanto en prosa como en verso. Result que en
algunas circunstancias mereca la pena ser un jorobado. Mi joroba fue mi mala
adaptacin a la vida y el remedio mi naturaleza de mdium, es decir, el hecho de
que todo el tiempo oa palabras y ritmos, y que me dejaba llevar por ellos. Eso
significa que pisaba la tierra como si no estuviera sobre ella. Me fabricaba entonces
un capullo y me convenca al mismo tiempo de que aquella Varsovia terrible
constitua, de alguna manera, una experiencia necesaria para mi formacin.

La decencia exige que, por haberme salvado de pruebas que estaban por
encima de mis fuerzas, crea en Dios. En agradecimiento.
Milagro. Ser un hombre y vivir entre hombres ya es un milagro, incluso si
conocemos las vilezas y crmenes de los que somos capaces. Cada da construimos
un enorme panal con millones de celdas en las que guardamos la miel de nuestros
pensamientos, descubrimientos, inventos, obras y vidas. Incluso esta comparacin
es poco acertada, demasiado esttica para referirnos a nuestra obra colectiva, pues
eso que llamamos sociedad, civilizacin o, en griego, polis, cambia sin cesar y
adquiere todos los colores posibles, sometido al tiempo, a la historia. De nuevo, la
definicin es insuficiente, ya que omite el aspecto ms importante, el hecho de que
esa obra colectiva se alimente del ms primitivo y secreto combustible de las
aspiraciones y decisiones individuales. Lo extrao de la vocacin excepcional del
hombre probablemente consiste en gran parte en que siempre permanece como un
ser ridculo, inmaduro, de tal manera que un grupo de nios que pasa de la risa al
llanto muestran su falta de seriedad. Pasan unos cuantos aos y de repente se
convierten en mayores, discuten y supuestamente estn preparados para dar sus
opiniones sobre asuntos pblicos, incluso, quin lo hubiera pensado!, son capaces
de asumir los papeles de padre y madre, aunque la verdad es que necesitaran una
vida entera para prepararse para esta tarea.
Y son justo ellos los que ponen al mal tiempo buena cara, los que caen
prisioneros de la sospecha de que su vecino sabe algo, mientras que ellos slo
fingen que lo saben; esos seres vacilantes y torcidos son los portadores de la gracia
del carcter y el talento, ellos mantienen la cadena de las generaciones.
Si se tratara slo de una especie de animales que viven, mueren y
desaparecen sin dejar huella. En ese caso sera posible repetir las palabras del
Eclesiasts: Vanidad de vanidades, y todo es vanidad. Pero alguien dijo: En la
inteligencia del hombre hay algo sobrenatural, o, dicho de otro modo, la
divinidad es inherente al hombre. Acaso el arquetipo de hombre, el Adam
Kadmon de los cabalistas, no reside en el mismo seno de la Eternidad? Y acaso el
Evangelio de Juan cuando se refiere a la encarnacin del Logos al principio fue
Dios, todo ocurri en l nos da una respuesta satisfactoria a la pregunta de para
qu fue creada esta especie?
Una tribu asquerosa de monos que se entretienen con estpidas
gesticulaciones, que copulan, vociferan y se matan unos a otros. Cmo se puede
alabar esta tribu despus de la enorme cantidad de muertes humanas a manos de

otros hombres? Sus actos no coinciden con la imagen de unos nios inocentes que
repasan la clase, ni con esa otra capacidad humana para alcanzar los logros ms
altos del espritu. Aunque al parecer la contradiccin es una parte inseparable de la
misma condicin humana, y eso ya es suficiente para que de ella surja un milagro.
Miller, Henry. La literatura norteamericana del siglo XX es hermtica, pero
fue en gran medida una literatura de protesta contra la carrera de ratas de hacer
dinero y de gastarlo. Miller, hijo de un alemn que haba emigrado a Nueva York,
se ganaba la vida trabajando duramente, lea a Nietzsche y soaba con su
liberacin. Esta liberacin era posible slo a travs de una ruptura con la autoridad
de una ley universalmente aceptada, segn la cual aquel que no trabaja (en una
oficina, en una tienda o en una fbrica) no come. Su huida a Pars significaba la
transicin a otra ley, la de un grupo de artistas, la de una bohemia que se renovaba
todo el tiempo. Se convirti en uno de los expatriates como Ezra Pound, Gertrude
Stein, Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, aunque su escritura no se pareca a la de
ninguno de ellos. En vez de escribir novelas y relatos cortos opt, como Walt
Whitman, por el canto sobre s mismo, slo que en prosa y liberndose de todas
las prohibiciones sociales en cuanto al vocabulario y las escenas de sexo. Esta
narracin en primera persona sobre sus aventuras, lo mismo da que sean
verdaderas o inventadas, result ser precursora. Creo que lo influenci Blaise
Cendrars con sus historias autobiogrficas pero Miller, ante todo, avanz un poco
ms en la osada whitmaniana a la hora de hablar del yo, a lo que, al parecer,
contribuy su narcisismo. El yo ya no se identificaba con los Estados Unidos,
celebraba la libertad de un rebelde y en Miller ya aparece toda la poesa del beat de
los aos cincuenta. Si Miller no hubiera existido, es probable que tampoco existiese
Ginsberg.
En los Estados Unidos los libros de Miller estuvieron prohibidos debido a su
carcter obsceno. A pesar de que el autor volvi a su pas huyendo de la guerra que
se acercaba, sus libros se siguieron publicando en Pars y es all donde yo los
compr y donde me suscitaron una reflexin sobre la gran desproporcin existente
entre distintos idiomas. En ese momento hubiese sido imposible traducirlos al
polaco, sencillamente porque faltaba el vocabulario adecuado. Tambin
introducan la imagen de un gran desierto urbano de calles neoyorquinas, que
nunca antes haba aparecido con tanta fuerza. La generacin joven iba a repetir la
huida de Miller, pero a su manera, como un acto de desafo contra toda la
maquinaria social y en contra de sus padres infelices y apresados en su carrera de
ratas.

A su regreso, Miller escribi The Air Conditioned Nightmare [La pesadilla del
aire acondicionado], un libro de viajes por los Estados Unidos. Se instal en una
casa de campo, en California, en el Gran Sur, con vistas a la costa del Pacfico,
porque resultaba ms barato. Su voluntad de evitar trabajar desde primera hora de
la maana hasta la tarde en alguna oficina o en la redaccin de alguna editorial
supuso un paso importante en la lucha por la independencia de los artistas
norteamericanos. Cuando algunos escritores se quedaban sin dinero enviaban a
trabajar a sus mujeres (as lo hizo por ejemplo el poeta californiano Kenneth
Rexroth). El grupo de artistas del Gran Sur, y otra gente que renunciaba al estilo de
vida dominante, no trabaj en vano, ya que el pas reconoci al final el valor de
estos escritores y artistas y los incorpor a sus campus universitarios. Ginsberg
termin sus das como profesor.
El gran cambio social que se produjo ms tarde fue el resultado de la
rebelin de los jvenes de los aos sesenta, pero escritores como Miller y los
miembros de la generacin beat prepararon el terreno. A ello contribuy tambin
la desaparicin de prohibiciones legales que haban protegido durante aos a la
esfera pblica de obscenidades. Ya en los aos 1934-1935 se produjo un juicio
crucial contra el editor de Ulises de Joyce, que tuvo como resultado una
diferenciacin entre inmoralidad y juicio del gusto. A partir de este momento se
poda argumentar que una obra de arte determinada estaba sujeta slo al juicio del
gusto. Sin embargo, hubo que esperar hasta despus de la guerra para ver cmo
iban desapareciendo las restricciones legales contra los editores. En el ao 1957 un
juez retir la prohibicin de publicacin del libro de Allen Ginsberg Howl. En los
aos sesenta los libros de Miller se podan comprar por todas partes en ediciones
baratas.
Los partidarios de la libertad absoluta de expresin se consideraban
progresistas que luchaban contra la hipocresa de los ms trasnochados de la
sociedad. Ahora, cuando todo est permitido, la libertad total est ofreciendo
aspectos inesperadamente negativos. Quizs en las condiciones del mercado libre y
masivo esta libertad era inevitable, pero si es as entonces los escritores y artistas,
sin darse cuenta, han ejercido de agentes propagadores de la cultura de masas. En
efecto, la cultura de masas se ha servido de la apertura que los artistas
consiguieron con su lucha, pero para sus propios fines, tales como comerciar con
las emociones, en especial en el cine, o aprovechndose del acceso a otros medios
de expresin, que hasta hace poco les estaban prohibidos.

[N]

Nadia, Chodasiewicz-Grabowska. Cuando en el ao 1934 me mud a la


pensin de la seora Valmorin, en la ru Valette, justo al lado del Panten, me
encontr all con Nadia Chodasiewicz, que utilizaba tambin el apellido de su
exmarido, Grabowski, un pintor polaco con el cual estuvo casada durante poco
tiempo. Nadia, una rusa de ojos azules y pmulos prominentes, perteneca a una
familia de exiliados, que despus de la Revolucin se haban establecido en
Polonia. Estudi en la Academia de Bellas Artes de Varsovia.
La pensin parisina aparece tan a menudo en la literatura francesa que
merece la pena que se comenten aqu algunas cosas sobre ella. Las pensiones
estaban reservadas para personas con presupuestos bajos, para estudiantes y
pequeos funcionarios, y desprendan cierta aurora de pobreza y mezquindad. Los
inquilinos tenan derecho a una habitacin y a una cena, que solan disfrutar todos
juntos en un comedor comn, en el que, a modo de ritual, se servan uno tras otro
los tres platos previstos, eso s, de porciones minsculas y medidas con cuidado. A
menudo comamos soupe de lentilles, es decir, sopa de lentejas. La duea, la seora
Valmorin, era una mulata originaria de Martinica. Mis compaeros de pensin eran
un par de estudiantes, unos cuantos funcionarios de Correos, Nadia y el seor
Antoni Potocki.
Potocki (que no perteneca a la aristocrtica familia de los Potocki) haba
ejercido anteriormente de crtico literario, bastante conocido en su da, y era autor
de una historia de la literatura de la Polonia joven, un libro un tanto extrao, que
qued olvidado ya en la dcada de 1920. De alguna forma se qued anclado en
Pars, ejerciendo como periodista, y en esta ciudad envejeci solo, sin familia,
ganndose la vida con algunos trabajos espordicos para la embajada polaca.
Nadia cuid de este viejo solitario, hurao y de bigote muy poblado, de forma por
completo desinteresada y lo trat siempre con mucho afecto. A pesar de que
hablaba bien el polaco, tras su separacin de Grabowski ya no volvi a tener
contacto con Polonia y s en cambio con Rusia, pues a menudo hablaba de sus tres
hermanos que se haban quedado all. Me enseaba sus cartas y me deca con
entusiasmo que estaba a favor del Estado socialista.
Como pintora intentaba seguir lo que consideraba el gran y maravilloso
ejemplo de la modernidad, que no era ni Picasso ni Braque, sino Fernand Lger. Al

parecer todas esas tuberas, calderas y los proletarios mecanizados que aparecan
en sus cuadros respondan a las visiones que Nadia tena del comunismo. Su
amigo, un joven pintor francs, con el cual a menudo trabajaba y que a veces se
quedaba a cenar, estaba bajo la total influencia de Nadia y pintaba de la misma
manera que ella.
En mis pensamientos Nadia ha quedado grabada como persona de fuerte
personalidad, sin embargo no esperaba que su biografa fuese a tener una
continuacin. Un da conoci a su dolo, Fernand Lger, lo conquist, se cas con l
y se convirti en la directora de su museo en Provenza, as como en la heredera de
su fortuna.
Nakowska, Zofia. No me gustaban sus novelas. Su nombre est asociado al
de otros miembros de la Academia de Literatura y a su papel de confidente de la
alta sociedad de Varsovia, detalles que no despertaban mi curiosidad por
conocerla. Al contrario que otros de mis coetneos, como Breza, Rudnicki,
Gombrowicz y Zawieyski, yo no perteneca a su grupo. La conoc en Cracovia,
justo despus de la guerra, rodeada de dirigentes del partido comunista, pero creo
que por entonces ya estaba sorda del todo. Su novela, Lazos de vida, me produjo
indiferencia.
Le el cuarto volumen de sus Diarios, correspondiente a los aos de la guerra,
y me estremec. En l la autora se descubre ante el lector con una honestidad
absoluta y con una enorme crueldad hacia su propia persona; a partir de este
momento se tiene la sensacin de estar ante un ser humano que merece la mayor
admiracin. Nalkowska aparece tal y como es, con su ridicula naturaleza de
hembra que mira a su alrededor sin cesar para captar las miradas de los hombres y
conseguir sus cumplidos, con la lista de sus exmaridos y antiguos amantes, con su
terrible amor hacia la madre, tan duradero que resisti incluso al fallecimiento de
sta, con una piedad autntica y desgarradora y una compasin por la gente que
demostraba una imperiosa necesidad de aferrarse a ellos, tambin en la Varsovia
del gueto, del exterminio y de las ejecuciones. Una escritora que revel su grandeza
de forma inesperada incluso para ella misma, pues siempre consider que las notas
de sus Diarios eran simples apuntes en lugar de literatura; otro tanto el trabajo en
la tienda, una pesadilla y una necesidad, que result ser providencial para su obra,
para sus Diarios. Si no fuera por la tienda, seguro que se hubiera sumergido en una
novela. Merece la pena apuntar aqu que este libro de dolor, desgracia,
desesperacin y fuerza de voluntad destila atesmo y nihilismo. Al igual que la
poesa de Rewicz. Por lo tanto, es una obra muy caracterstica de una etapa de la

historia de la literatura polaca. Es precisamente esta conviccin suya de que con la


muerte termina todo para el ser humano lo que confiere a los Diarios un tono
desgarrador.
Naturaleza. Fascinacin, amor. Por los rboles, por los ros y pjaros.
Seguramente en la niez no somos conscientes de que ese sentimiento se llama
amor. Tilos, robles, fresnos simplemente existan para m, un chico de siete aos.
Ahora s que es posible que algn da no existan y que su destino est unido
irremediablemente al de los hombres. Mi bisabuelo Syru los plant all por el ao
1830 y algunos de ellos consiguieron sobrevivir, en cambio nada queda de la
biblioteca que reuni a lo largo de los aos, ni tampoco de la de su amigo Jakub
Gieysztor (el autor de los diarios), aunque, a decir verdad, la suya era ms
importante. Gieysztor se gastaba grandes sumas de dinero en libros que le
suministraban los anticuarios judos de Vilna.
La fascinacin a una edad temprana es como un sacramento, una experiencia
cuya memoria influye a lo largo de toda nuestra vida. Cuando me hirieron debera
haberme convertido en un pesimista total; mis elogios extticos al Ser se explican
por el regalo que recib a travs de mis cinco sentidos a una edad temprana.
Me acuerdo de mi encuentro con diferentes pjaros. Por ejemplo la
oropndola me pareca un verdadero milagro, su colorido y su canto como de
flauta. Creo que fueron los pjaros los que me condujeron a los libros sobre
naturaleza apenas supe leer, libros que pronto iban a convertirse para m en objetos
de culto.
A principios del siglo XX las coloridas lminas de pjaros las pintaban a
mano; por supuesto, vi algunos de estos libros, pero no conoc los esplndidos
lbumes de ornitlogos americanos como Audubon o Wilson. Me gustaban las
novelas de Mayne Reid sobre las aventuras de jvenes cazadores y naturalistas en
Amrica, donde, al lado del nombre de cada animal y pjaro, apareca su
equivalente latino. Con su clasificacin Linneo impuso su criterio a los naturalistas.
Le Nuestro bosque y sus habitantes de Dyakowski, y poco despus la novela para
jvenes de Wodziemierz Korsak Sobre la pista de la naturaleza, as como su lbum El
ao de un cazador. Adoraba a este autor. De all pas a los libros cientficos de
ornitologa. Decid aprenderme los nombres latinos de todos los pjaros polacos, y
lo consegu.
La lectura de Verano de la gente del bosque de Zofia Rodziewiczwna era como

una etapa obligada, que en mi caso coincidi con sueos sobre una reserva de
naturaleza virgen. Durante las clases no escuchaba lo que tronaba el profesor, y me
dedicaba a pintar en cuadernos mapas de mi Estado ideal, en el que haba slo
bosques y, en vez de caminos, haba canales para desplazarse en botes. Se trataba
de sueos aristocrticos, ya que la entrada a este pas slo estaba permitida a un
entusiasta grupo de elegidos, a quienes hoy se llamara ecologistas. Hay que
reconocer que la proteccin de la naturaleza es aristocrtica, independientemente
de cmo se defina a los elegidos. Hubo entre ellos monarcas, prncipes y
dignatarios de partidos totalitarios.
Cuando me estaba preparando para el examen de revlida haba superado
ya mi perodo naturalista y, en vez de estudiar matemticas y ciencias naturales,
pronto iba a sumergirme en libros sobre derecho romano, aprendindome de
memoria sus frmulas en latn. Qu cada.
Pero estaba destinado a la escritura, actividad que no se diferenciaba mucho
de mis intentos infantiles de captar un pjaro aprendindome su nombre y los
datos sobre su aspecto y su comportamiento. Me fascinaban palabras como
Podicepts cristatus y Emberiza citrinnella, que eran capaces de evocar el ave en
cuestin con slo pronunciarlas. Tambin me hacan recordar el momento del
encuentro, de la primera epifana. No obstante, pienso que siempre, y no slo de
mayor, de alguna forma saba que las palabras son dbiles comparadas con la cosa
a la cual definen.
Seguramente viv la influencia de imgenes sentimentales y romnticas
sobre la naturaleza. Despus, nada qued de ello. Al contrario, permaneci en m
como una herida abierta. Pero la naturaleza es bella, qu se le va a hacer.
Necedad occidental. Reconozco que he sufrido de este complejo polaco pero
como he vivido durante muchos aos en Francia y los Estados Unidos a menudo
me rechinaban los dientes y tuve que aprender a controlarme.
Es posible realizar una valoracin objetiva de este fenmeno, es decir, se
puede uno meter en la piel de un hombre occidental y mirar las cosas a travs de
sus ojos. Entonces comprobamos que lo que llamamos necedad es el resultado de
experiencias e intereses diferentes a los nuestros. Inglaterra crey en 1938 que al
entregar Checoslovaquia a los nazis para que la devoraran se garantizaba una paz
duradera, y quizs esta ingenuidad fuera incomprensible si no se recuerda al
mismo tiempo a los hermanos e hijos muertos en las trincheras de la Primera

Guerra Mundial. Lo mismo ocurre con ese monumento que hay en cada ciudad
francesa, incluso la ms pequea, con la lista de los cados entre 1914 y 1918, a
menudo la mayora de la poblacin masculina de la localidad, lo que explica el
comportamiento de los franceses durante la Segunda Guerra Mundial y sus
vacilaciones a la hora de tomar decisiones polticas. Incluso cuando Europa
observaba pasiva las masacres de Bosnia y el fuego de los disparos diarios en
Sarajevo, mi poema de protesta provoc en Francia unas cartas furiosas. Me
acusaban de exhortar a la guerra y declaraban que ellos no queran morir como sus
abuelos.
Sin embargo, la necedad occidental no es un invento nuestro, de los peores
europeos, aunque su nombre debera ser diferente: imaginacin estrecha. Porque
los occidentales hacen que su imaginacin sea ms estrecha cuando dibujan una
lnea a travs del centro de Europa, cuando dicen que no les interesa ocuparse de
esos desconocidos que viven en el Este del continente. Haba motivos para Yalta
(haba que pagar a un aliado), pero mediante este acuerdo se decidi algo ms, se
determin qu pases eran estriles y carecan de importancia para el desarrollo de
Europa. Medio siglo ms tarde no fue slo Europa Occidental la que no hizo nada
para prevenir las atrocidades de la guerra y la limpieza tnica en Bosnia. Lo mismo
ocurri con los Estados Unidos durante cuatro aos, cuando se encontraban en la
cima de su podero: consideraron los pases que formaban Yugoslavia fuera de la
zona de sus intereses y no hicieron nada, aunque hubiera bastado amenazar con
una intervencin militar para salvar a miles de existencias humanas.
La imaginacin estrecha se explica si se reconoce que el mundo es un
sistema de vasos comunicantes y tampoco sabe salirse de aquello que conoce.
Cuando me encontr en los Estados Unidos, recin acabada la guerra, no pude
contarle a nadie qu haba ocurrido en Polonia en los aos 1939-1945. No me
crean. Pensaban que, como es natural, la prensa escribe durante las guerras cosas
terribles del enemigo, pero cuando los tambores de guerra se acallan todas aquellas
brutalidades resultan ser slo propaganda. El Mal en estado puro? De verdad
quiere usted que creamos en la existencia del diablo?
Nemo, capitn. El protagonista de las novelas de Julio Verne Veinte mil leguas
de viaje submarino y La isla misteriosa es un luchador por la libertad, desencantado,
melanclico, romntico (y de qu manera). Un revolucionario que luchaba por la
independencia de su pas. Verne quiso que fuera indio y de una familia
aristocrtica. Despus de su derrota, Nemo, que tambin era un cientfico genial,
utiliz su invento para alejarse de la humanidad surcando los ocanos de nuestro

planeta en su submarino Nautilus. Adopt el nombre de Nemo, lo que significa en


latn Nadie. Una especie de misntropo amargo, sin ilusiones acerca del gnero
humano, que poco a poco comenz a dejarse llevar por la piedad y la compasin,
como demostr cuando socorri a unos nufragos en La isla misteriosa.
Mi generacin lea en su niez a Verne y a su Capitn Nemo, que se pareca
a los personajes de la literatura polaca de la poca del Romanticismo. Sin duda fue
nuestro hroe preferido. Eso tambin explica de dnde surge este nombre en la
Polonia del perodo de la guerra.
All por el ao 1960 recib una carta procedente de Cracovia firmada por un
poeta de nombre todava desconocido, Stanisaw Czycz. En ella me contaba la
siguiente historia. Durante la ocupacin alemana, cuando tena unos 15 aos, slo
se interesaba por las materias tcnicas, y no le gustaba la literatura. Sola visitar a
un amigo suyo que viva en Krzeszowice y que tena sus mismas aficiones. En el
desvn de su amigo trabajaban ambos en el montaje de una motocicleta, con la que
pensaban disfrutar de lo lindo despus de la guerra. En el desvn les llam la
atencin una maleta. Result que el padre de su amigo, un ferroviario, se la haba
encontrado en un tren vaco, en Cracovia. Los alemanes, en una de las tpicas
redadas, haban arrestado a todos los viajeros y los haban enviado a Auschwitz.
Los chicos abrieron la maleta. En ella haba un abrigo negro, un sombrero de copa
y los artilugios propios de un mago, as como un cartel que anunciaba la actuacin
del Capitn Nemo. Tambin haba un rollo de papel con poemas que se titulaba
Voces de gente pobre.
No saba lo que era la poesa, resumo lo que Czycz me cont en la carta,
pero estos poemas me conmovieron tanto que empec a escribir. Las maniobras
militares terminaron pronto y la Asociacin de Escritores reanud su actividad.
Entonces Czycz present el manuscrito con sus poemas para que los juzgasen,
aunque los mezcl con los de Voces de gente pobre con el fin, segn explic ms
tarde, de aumentar su efecto dramtico. Lo llamaron y lo regaaron. Tambin le
preguntaron cmo haba conseguido estos poemas, que eran de Miosz. Sin
embargo, l no haba odo antes ese apellido. As que soy responsable de que Czycz
se convirtiese en poeta; cualquiera sabe si para bien o para mal.
Y el Capitn Nemo? Quin fue y en qu crculos se mova? Es probable
que viviese en Varsovia, porque es all donde circulaban las copias de mi libro
Voces de gente pobre, una obra tarda, escrita en el ao 1943. El submarino tena un
parentesco extrao con el sombrero de copa y con la capa negra de mago

ambulante. En cambio resultaba estremecedor el paralelismo con el personaje de


Verne; primero la lucha de un hroe romntico por la independencia de las
naciones, despus su decepcin y, al final, segn pens durante aos, la muerte en
Auschwitz. Y es que al principio no pude encontrar ninguna huella, ninguna
noticia del mago que se haca llamar Capitn Nemo, as que pens que lo ms
probable es que hubiera muerto all de forma annima.
Pero no, no muri y algunas personas se acuerdan de sus actuaciones de
despus de la guerra.
Nmero. Cuando uno piensa cuntos somos y cmo aumenta la poblacin
de nuestro planeta, es fcil verse preso de un miedo apocalptico. Su lado malo
consiste en idealizar los siglos pasados con la conviccin de que antao la gente
viva mejor, algo que es, por supuesto, falso.
No obstante, los nmeros grandes entraan enormes dificultades para
nuestra imaginacin. Como si estuviramos contemplando la humanidad de forma
que no est permitida al hombre sino, quiz, slo a los dioses. En una pelcula la
imagen de una metrpoli fotografiada desde arriba corresponde a la circulacin de
miles de puntos claros y pequeos, es decir, a los coches. Uno sabe que en cada uno
de estos coches hay personas sentadas del tamao de microbios. Esta disminucin
de las vidas humanas simplemente porque son muchas tiene que ser la diversin
favorita de lderes y tiranos, escriba yo en el ao 1939. En otras palabras, pueden
pensar en categora de masa. Un milln de personas ms o menos, qu diferencia
hay?
Desde una gran distancia y altura las diferencias entre las partculas
humanas se borran, pero un observador normal, incluso cuando se coloca en algn
sitio elevado no puede dejar de transportarse mentalmente all, donde est el resto
de las personas. Entonces tiene que reconocer que es parte de ellos. Es un golpe
para su identidad, para el principio de individuacin, el principium individuationis.
En realidad slo la certeza de que nuestra existencia es irrepetible, de que nuestro
destino nos corresponde exclusivamente a nosotros, sostiene la fe en la
inmortalidad del alma. Los grandes nmeros no slo son responsables de que cada
vez nos apretujemos ms, porque en todos los sitios, en las montaas, en los
bosques, sobre las aguas, hay gente, sino porque tambin nos aniquila, nos impone
la conviccin de que no somos ms que hormigas que se esfuerzan en vano y de las
que con el tiempo no quedar ni rastro.

Seguro que se trata de una ilusin de nuestra perspectiva porque basta con
invertir el anteojo y aumentar en vez de disminuir para darse cuenta de que no hay
dos individuos iguales. Entonces lo general pierde y lo particular gana. Las huellas
dactilares no se repiten, tampoco los rasgos del estilo individual, aunque eso
resulta ms difcil de comprobar. Pero al movernos entre un gran nmero,
tendemos a olvidarnos de ello.

[O]

Obligaciones. Me daban pena, aunque s que ellos interpretaban mi


distanciamiento como una expresin de desprecio. Desperdigados entre extraos,
sufran a diario a causa de su complejo de inferioridad. Se supone que podan
alegar a su favor la importancia de la cultura polaca, pero esta cultura noble,
junto con el romanticismo y el herosmo de las sublevaciones patriticas, era tan
incomprensible para los dems como su idioma.
Czesaw Straszewicz, en su novela escrita en el exilio Turistas de los nidos de
cigeas, escoge por protagonista al marinero Kostek, que viaja por todas partes
con su constitucin o libro de cocina polaca. Al encontrarse en Latinoamrica se
siente superior a los indgenas, ya que ellos no conocen los platos polacos: Los
indios estn atrasados. En la misma novela se considera a Sienkiewicz como el
baluarte de la cultura noble. Un oficial de la UB (polica secreta) de Gdynia
interroga todos los das a su mujer en la cama para saber si conoce suficientemente
la Triloga de Sienkiewicz.
El libro de cocina, los recortes de papel, el baile popular tpico de Cracovia
(el krakowiak) resultan un conjunto insignificante. Lo nico de lo que podran
sentirse orgullosos de verdad son los villancicos polacos. Pensemos en la dificultad
de mi situacin. Al ser consciente del carcter elitista de la cultura polaca, de la
enorme distancia existente entre la cultura popular y la alta cultura, perteneca a
una pequea comunidad de elegidos dedicada a la celebracin de pequeos
rituales privados. Pero lo peor es que era el ltimo descendiente de esa gran casa y
para m las actuaciones del demonio de los cafs, Gombrowicz, que intentaba
contagiar a sus compaeros judos de su pasin por los escudos y la genealoga,
eran simblicos e ilustraban hasta qu punto la cultura literaria de los cafs haba
devorado los restos de la cultura de la mansin.
Qu hacer entonces? Cmo conseguir esplendor? La msica popular
polaca es, a mi juicio, pobre, los bailes tpicos el krakowiak y el oberek me causan
risa, Chopin me molesta porque se recurre a l en cualquier situacin y tambin
porque en msica me inclino por el clasicismo. Todo ello sera suficiente para
negarme en redondo a participar en determinadas celebraciones nacionales. Pero
siempre serv fielmente a la lengua polaca, con lo que esto supuso para el futuro. Y
es as como se me asign el papel (que otros ya haban cumplido): si no puedes

estar junto a ellos, al menos puedes estar a su favor. Es triste, pero incluso Pisudzki
lo expres en los mismos trminos al final de sus das. Respeto a todas aquellas
personas que escogieron trabajar dentro de la dispora polaca, auque se no era mi
lugar. En mi caso deba demostrar que era posible mantenerse fiel a uno mismo,
que no haca falta rendirle pleitesa a Occidente para ganar la partida. Como estaba
condenado a llegar al pblico mediante traducciones al ingls, era consciente de las
obligaciones que asuma de cara a la cultura polaca, aunque no respecto de la
cultura mutilada o aquella que se divida entre la sofisticacin y la vulgaridad.
Odio. La historia de mi vida es una de las ms inslitas que he tenido
ocasin de conocer. Es cierto que le falta el componente de moralidad, como en el
caso de Joseph Brodsky, que fue obligado a arrojar estircol con una horquilla en
algn koljs cerca de Arkhangelsk y, unos aos ms tarde, se haca acreedor de
todos los honores posibles, incluido el Premio Nobel. Sin embargo, mi vida se
parece bastante a la fbula polaca sobre el tonto Jas ya que haca falta bastante
estupidez para actuar de forma diferente a la de mis compaeros de los crculos
literarios y huir a un Occidente que consideraba decadente. Los peligros de una
huida as los describe bien una cita de Shakespeare, que puede aplicarse a la
Guerra Fra:
Pobres de aquellos seres secundarios
que se interpongan entre los floretes
de dos buenos espadachines.
Experimentar a lo largo de una sola vida el xito y el fracaso, saber aguantar
hasta el momento en el que mis enemigos, que haban escrito sobre m todo tipo de
obscenidades, hicieron el ridculo ms maysculo. En todo ello lo que ms me
interesa es la diferencia entre la imagen que tenemos de nosotros mismos y la
imagen que otros tienen de nosotros. Es evidente, nos dedicamos a embellecernos,
mientras nuestros enemigos buscan nuestros puntos dbiles, aunque sean
imaginarios, para asestar el golpe. Reflexiono sobre el retrato que de m han
trazado mediante canciones de odio, escritas en prosa o verso. Un hombre
afortunado. Uno al que le sale todo bien. Muy astuto. Cmodo. Adora el dinero. Ni
un pice de patriotismo. Indiferente con su patria a la que ha sustituido por una
maleta. Un esteta al que slo le interesa el arte, no las personas. Venal. Apoltico,
porque escribi El pensamiento cautivo. Amoral en la vida personal, porque explota
a las mujeres. Vanidoso. Arrogante. Etctera.

Mis rasgos caractersticos se vean a menudo apoyados por la lista de mis


actos infames. Me sorprenda en gran parte debido a que esta descripcin ofreca la
imagen de un hombre duro y astuto, mientras que yo conoca mis debilidades y me
inclinaba ms bien por considerarme un manojo de nervios, es decir, un nio
borracho perdido en la niebla. Tambin estara dispuesto a darles la razn a mis
enemigos cuando perseguan mi arrogancia de inconformista, porque en mi
interior habitan un buen chico y un explorador y, al final, me inclino a condenar los
alborotos que organic en la escuela. Incluso en cada actuacin en contra de las
reglas de la comunidad veo la aficin a sembrar cizaa y una especie de
desequilibrio psquico.
Mi tendencia a buscar tres pies al gato y a la delectatio morosa, expresin con
la que se describa en los monjes el placer masoquista que sacaban al recordar sus
pecados, habla en contra de mi supuesta fuerza. Por lo tanto, no es slo una
cuestin de soberbia, y ya se sabe que la arrogancia enmascara a menudo timidez.
Me considero afortunado por no caer nunca en las manos de la polica
poltica. Un gil oficial e interrogador descubrira enseguida mi sentimiento de
culpa y, valindose de l, podra obligarme a reconocer todos los crmenes que l
quisiera, humildemente. Cuntos pobres desgraciados fueron quebrantados de esta
forma. Me dan mucha pena.
Oro. Las primeras noticias sobre la mtica isla de California, poblada y
gobernada por unas mujeres guerreras bajo el liderazgo de la reina Calaa, se
publicaron en Espaa. En esta isla todos los objetos y muebles eran de oro, pues
este material era de lo ms abundante. La leyenda de El Dorado seduca a los
aventureros del otro lado del ocano, que conquistaron a los aztecas e incas
pensando en despojarlos de sus tesoros para terminar sus vidas en el civilizado
Madrid, algo que slo unos pocos consiguieron. La mayora mora en las batallas o
a causa de enfermedades o, simplemente, no lograba regresar.
Despus se supo que California no era una isla. Sin embargo, s tena oro. El
descubrimiento se remonta a enero de 1848, cuando un tal Sutter encontr unas
pepitas de oro mientras construa un molino en sus propiedades. Johann August
Sutter, de origen suizo, fund el campamento Nueva Helvetia y una fortaleza
defensiva cerca de lo que ms tarde iba a ser la ciudad de Sacramento. Fue el
hombre ms rico y poderoso al oeste de las montaas de Sierra Nevada. El
descubrimiento de oro, imposible de mantener en secreto, acab arruinndolo. Ni
la construccin del molino, ni el trabajo de otras empresas suyas, ni el cultivo de los

campos fueron ya posibles. Quien tena un poco de aliento se lanzaba a excavar y a


buscar oro en los ros. Las hordas de personas que llegaban no se preocupaban por
las lindes de las propiedades y mataban a los indios sin contemplaciones. Pronto
comenzaron a llegar en tropel muchedumbres de yanquis y de europeos. El viaje
en velero hasta el Cabo de Hornos duraba muchos meses, as que los barcos
llevaban a los pasajeros al istmo de Panam y ellos tenan que llegar a California
por sus propios medios. As es como creci la ciudad de San Francisco, aunque su
puerto pronto se llen de barcos varados, pues las tripulaciones enteras de los
buques se escapaban para buscar oro.
La fiebre del oro alcanz su punto ms alto en el ao 1849. Yo asocio esta
fecha con el final de la Primavera de los Pueblos. Todava se publicaba La Tribuna de
los pueblos de Mickiewicz, aunque ya estaba agonizando. Me acuerdo de las
descripciones de Aleksander Herzen sobre el marasmo y la apata que se apoder
de Europa despus de la derrota de los grandes ideales revolucionarios. Quizs a
los hambrientos europeos slo les quedaba el sueo de alcanzar una riqueza
inesperada.
Todos estos blancos que pululaban en las minas y riachuelos a los pies de las
sierras eran una coleccin de todo tipo de profesiones, nacionalidades y niveles de
educacin. Es posible que slo estuvieran de acuerdo en una cosa, en la conviccin
de que los ladrones de caballos, es decir, los indios, no merecan piedad. El trabajo
forzado, esa autoesclavitud, slo brind a algunos, a unos pocos, unas pepitas de
oro, pero incluso ellos derrocharon el dinero en alcohol, mesas de juego y mujeres.
De forma sensata se comportaron los emprendedores, los dueos de bares y
comerciantes que suministraban a los buscadores de oro los alimentos y
herramientas, as como las muy solicitadas vendedoras de sus encantos, que hacan
las delicias de la poblacin, en gran parte, masculina. Algunas de ellas llegaron a
hacer verdaderas fortunas en San Francisco. Tambin prosperaban los mdicos, en
especial, de enfermedades venreas. Uno de ellos, residente en San Francisco, era
polaco, Flix Wierzbicki (1815-1860) que, dicho sea de paso, emigr a Amrica muy
temprano, ya en 1834. Es el autor del primer libro publicado en California, titulado
California as It Is, and as It May Be [California cmo es y cmo puede llegar a ser].
El Salvaje Oeste es, ms bien, un producto del folclore cinematogrfico.
Parece como una cosa del pasado, pero una gran parte de mi vida transcurri en
este Salvaje Oeste y resulta difcil no pensar en personas que antao andaban por
estas tierras. Sobre la trgica vida de Johann August Sutter, sobre aquellos que
dieron la vuelta al continente para despus morir a cuchillo, o por una bala o una

enfermedad, y que yacen en numerosos cementerios pequeos cerca de los


antiguos lugares en los que se buscaba oro. En cuanto a los indios, los blancos
destruyeron sus terrenos de caza y ms tarde se encargaron de matarlos porque se
abastecan de carne robndoles caballos y mulos.
De todas las riquezas ganadas y perdidas, de los momentos de triunfo y de
drama, lo ms perdurable result ser una cancin, cantada hasta hoy da y
utilizada en pelculas, sobre un buscador de oro de 1849 y sobre su hija
Clementina. Para ahorrar al lector el trabajo de buscar el texto, cito la primera
estrofa de la cancin y el estribillo en su idioma original:
In a cavern, in a canyon,
Excavating for a mine,
Lived a miner, forty-niner,
And his daughter, Clementine.

Estribillo:
Oh my darlin, oh my darlin,
Oh my darlin Clementine,
You are lost and gone forever,
Dreadful sorry, Clementine.

No se trata de una cancin sentimental, sino ms bien humorstica. Porque


cuando alguien muere al caer en las aguas de un ro impetuoso, es acaso lo ms
apropiado decir lo siento mucho, Clementina? Tampoco la descripcin de su
belleza resulta muy halagadora, ya que segn la cancin se pareca a un elfo y
calzaba botas del nmero 9, es decir, era una giganta. Y cuando se estaba ahogando
y sus labios rosas soltaban burbujas (bubbles soft and fine) el hombre que la recuerda
confiesa:

Pero no saba nadar


Y perd a mi Clementina.
Mi querida, mi querida,
Mi querida Clementina.

[P]

Piasecki, Stanisaw. Perteneca a la clase de hombres que tienen un plan y lo


llevan a la prctica de forma sistemtica. En cierto modo, se lo puede considerar el
sucesor de todos los reformistas polacos, empezando por los de finales del siglo
XVIII, que pensaban que haca falta empezar por la cabeza, a saber, influyendo en
la elite. Segn Piasecki, la elite polaca pensaba de forma incorrecta y la culpa de
eso la tena la prensa que lean. Piasecki era nacionalista y enemigo de los
demoliberales, un nombre un tanto vago que abarcaba a aquellas personas que
votaron por el primer presidente de Polonia, Gabriel Narutowicz. Para Piasecki el
rgano que expresaba las opiniones de este grupo era Wiadomoci Literacki [Noticias
literarias], por eso su objetivo consista en crear una publicacin que fuera capaz de
rivalizar con Noticias y fundar as un equipo que se hiciera con el gobierno de las
almas, al menos en Varsovia. Movido por este fin fund Prosto z mostu [Sin
rodeos].
En la Europa de entonces, los sistemas autoritarios derechistas parecan
tener futuro. As por ejemplo en Portugal gobernaba Salazar, en Italia Mussolini, y
en Alemania pronto aparecera Hitler. En diferentes pases se fundaban
movimientos juveniles que marchaban por las calles, vestidos con uniformes, con
sus lderes al frente, que no escondan sus aspiraciones de hacerse con el poder, y
no a travs de elecciones sino recurriendo a golpes de Estado. En Rumania estaba la
Guardia de Hierro de Codreanu, cuyos lderes desaparecieron en 1938, aunque
ms tarde sus compaeros se hicieron con el poder, aunque por poco tiempo y con
la ayuda de Alemania. Movimientos similares existan en Hungra y Croacia. En
Polonia el ONR (Partido Nacional Radical) de Bolesaw Piasecki tena como escudo
unas pequeas espadas de la poca del rey Bolesaw Chrobry y su rgano de
prensa se llamaba Falange. El intento de golpe de Estado y de hacerse con el poder
en 1937 fall porque les falt el apoyo del Ejrcito.
La creacin en Polonia de OZON (Grupo de Unificacin Nacional) en 1937
fue un intento de plegarse a las exigencias de los grupos de extrema derecha y
apropiarse a un tiempo de parte de sus consignas. Horthy en Hungra tena una
estrategia similar, al igual que el gobierno de Carlos II en Rumania. En este clima
poltico la revista Sin rodeos ganaba cada vez ms adeptos. Pronto su edicin dobl
la de las Noticias literarias, y segua creciendo. El programa catlico-nacional de la
publicacin promova la idea de un Estado habitado exclusivamente por polacos

catlicos. Las minoras religiosas y lingsticas deberan ser polonizadas, y a los


judos se los obligara a emigrar. El catolicismo de la revista estaba impregnado de
las ideas de Santo Toms de Aquino, al que se citaba a menudo. A pesar de que la
revista no estaba destinada a un pblico amplio, lo cierto es que esas mismas
consignas las propagaba la prensa de distribucin masiva, en primer lugar El
pequeo diario y El caballero de la Inmaculada, ambos editados en Niepokalanw por
el padre Maksymilian Kolbe.
A finales de los aos treinta el proyecto alemn de rodearse por el este de
pases de ideologa similar a la suya pareca estar prximo a cumplirse. Con ciertas
dificultades los alemanes podan contar con Rumania, Hungra, Croacia y, despus
de la divisin de Checoslovaquia, tambin con Eslovaquia, mientras que la
Chequia ocupada se converta en una gran fbrica de armamento. Stanisaw
Piasecki y sus compaeros, as como el cercano ONR, proponan ms o menos el
mismo programa que pronto iba a llevarse a cabo en la Croacia de Pavelic, un
Estado satlite de la Alemania nazi; por lo tanto una alianza con Hitler sera lgica
y, con seguridad, tambin un ataque conjunto contra Rusia. Sin embargo, la historia
de Polonia no est sujeta a las leyes de la lgica.
Conoca a Piasecki a travs de mis amigos Jerzy Andrzejewski y Bolesaw
Miciski, que colaboraban en su revista antes de romper con l. Piasecki tena una
poltica frente a los jvenes mucho ms elstica que el redactor de Noticias
literarias, Grydzewski. Consigui atraer a Gaczyski, que escriba para l poemas
a mayor gloria del ONR y anunciaba la noche de los cuchillos largos que
ajustara cuentas con la sociedad demcrata liberal de los cafs de Varsovia. Tengo
que reconocer que Piasecki consigui crear un equipo de personas para sustituir a
los demcratas liberales, es decir, tena ya especialistas de su cuerda para la crtica
literaria, teatral, musical, ciencias polticas, etctera.
Era un hombre de baja estatura, delgado, con gafas, con el aspecto tpico de
un intelectual que en nada recordaba a su homnimo Bolesaw, un rudo dirigente
de masas y una bestia rubia. Tena los labios estrechos caractersticos del fantico y
todo indica que era capaz de inmolarse al servicio ferviente de su idea patritica.
Segn se comentaba era medio judo, lo que no era infrecuente entre los
antisemitas polacos. Odiaba a todos aquellos a los que consideraba enemigos de
Polonia, los interiores y los exteriores, y nadie sera capaz de convencerlo de que al
oponerse a la democracia haca lo mismo que la Alemania nazi, a la que
consideraba el enemigo mortal del pas. Poco despus de que Varsovia fuera
ocupada por los alemanes, abri un caf que fue al mismo tiempo un centro de

conspiracin en el que se editaba una revista clandestina. Lo arrestaron pronto y lo


ejecutaron en Palmiry.
Poesa estadounidense. Al principio la poesa de los Estados Unidos estaba
escrita en prosa y no en verso. Autores como Thomas Mayne Reid, Karl May o
Fenimore Cooper en la versin abreviada para jvenes, en la que todo el ciclo sobre
el Trampero se resuma en un solo libro (gracias a ello mejor). El poema de Edgar
Allan Poe Las campanas, que se cita en cierto manual de estilo como ejemplo de
onomatopeya. Mucho ms tarde supe que los poetas americanos consideran que
estas imitaciones de sonidos son horribles y que en realidad la lengua inglesa no
tolera bien este tipo de juegos rtmicos. Pero para los franceses y los rusos Poe fue
un gran poeta, pues para ellos la poesa es ante todo la magia del sonido. Yo
mismo estoy dispuesto a perdonarlo aunque slo sea por un poema, Ulalume,
que es un conjuro realmente mgico, y ello a pesar de que resulta ms fcil
traducirlo al ruso por su ritmo ymbico que al polaco.
Las influencias que recib y los prstamos que tom de otros poetas hubiesen
sido ms o menos los mismos de haber sido yo un poeta hngaro, checo, serbio o
croata, ya que nuestros pases, aunque nos cueste admitirlo, son igual de proclives
a la imitacin. El modernismo tuvo para todos nosotros un origen francs y
tambin en parte alemn. La obra de Walt Whitman comenz a difundirse en
Europa poco antes de la Primera Guerra Mundial, pero slo en un pas caus este
autor autntico furor, lo que a la postre tendra consecuencias funestas. Los jvenes
revolucionarios de Belgrado lo lean como si se tratara de una lectura poltica, lo
consideraban un defensor de la democracia, de la multitud en masse, y un enemigo
de los monarcas. Uno de aquellos jvenes lectores de Whitman, Gawrylo Princip,
mat de un disparo al prncipe Fernando, y fue as como un poeta americano
provoc el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Le un poco a Whitman en Polonia, un par de poemas suyos traducidos por
Alfred Tom que me dejaron una importante huella. Sin embargo, la poesa
estadounidense era, en general, una desconocida antes de la guerra. El inicio de la
moda de aprender ingls coincide en Varsovia con el final de la dcada de 1930. El
ltimo espectculo que vi en Varsovia en 1939 fue Nuestra ciudad de Thornton
Wilder, un drama potico de contenido puramente americano. Ms tarde, ya en los
Estados Unidos, llegu a trabar amistad con Wilder.
En la primavera de 1945 trabaj en Cracovia en una antologa de poesa
inglesa y americana, que recoga traducciones dispersas de diferentes autores. Por

supuesto, al igual que toda la intelligentsia polaca, yo era un esnob partidario de la


cultura occidental, unas simpatas que ni siquiera mis inclinaciones izquierdistas
lograron cambiar. A mi prooccidentalismo se uni en esta ocasin un objetivo
framente calculado: si consegua editar la antologa, podra servirme de antdoto
contra la grisura sovitica. Sin embargo, la poltica editorial no tard en hacerse
poco tolerante y la antologa no lleg a publicarse.
Ms tarde traduje a bastantes poetas americanos, tambin pensando en
procurarme esa especie de antdoto. A partir del ao 1956 todo cambi, ya que a
partir de esa fecha se permiti traducir en Polonia a poetas occidentales. Poco a
poco la poesa estadounidense se fue haciendo un hueco en los gustos de los
lectores, hasta que se inici un autntico aluvin de traducciones. As pues, ya no
sent la necesidad de hacer aquello que podan hacer otros, mxime cuando no me
consideraba un traductor tan gil como Stanisaw Baraczak.
Entre los poetas norteamericanos siento una gran afinidad con Walt
Whitman. Posee esa grandeza de la que habl Oskar Miosz, ya que exige a su obra
que sea como un ro que arrastra a su paso no slo pepitas de oro, sino tambin un
limo fecundo y restos de rboles cados. Por esta razn, los lectores de su poesa no
deben sentirse molestos por la longitud de sus poemas o por las abundantes
reiteraciones, que incluyen catlogos enteros de objetos. Whitman es la anttesis de
la poesa pura. Adems, a los versos de Whitman les ocurre lo que a los lienzos
de los maestros de la pintura; si uno mira con detenimiento, encontrar multitud
de fascinantes detalles y matices.
A pesar de todo, los poetas estadounidenses contemporneos me inspiraban
desconfianza. Es cierto que mi Tratado potico est inspirado por un poema
juvenil de Karl Shapiro, Essay on Rhyme, pero, por asombroso que pueda
parecer, supe sustraerme del influjo de la poesa norteamericana a causa de mi
inmersin en la lengua polaca y de mi provincialismo, que me encargaba de
cultivar a rajatabla.
El milagro de la poesa de los Estados Unidos. Surgi de una herida y del
espritu de protesta (no nos dejemos llevar por el superficial democratismo de
Whitman), de la huida a Europa (Pound, Eliot, Frost), de la anarqua de los beatniks
que le escupan a Moloc en la cara, pero al final el propio Moloc iba a apropiarse de
toda esa rebelda y la utilizara en los cinco continentes a mayor gloria de su poder.
Polaco, idioma. No se puede racionalizar el amor por el idioma como no se

puede racionalizar el amor por la madre. De todos modos, seguramente son una
misma cosa, porque no en balde existe la expresin lengua materna. La mayor
parte de mi vida transcurri fuera de Polonia, basta con hacer cuentas: los aos de
niez en Rusia, despus Francia y los Estados Unidos. Al contrario que aquellas
personas cuyo polaco comienza a hacerse vacilante despus de diez, de quince
aos de vivir fuera del pas, yo no tuve nunca dudas. Siempre me he sentido
seguro en mi idioma, y creo que sta es la razn por la que escrib slo en l,
poemas y prosa, tambin por orgullo, y porque en mi odo slo resuenan los ritmos
del polaco y sin ellos no tendra la seguridad de que lo que hago es bueno.
Los recuerdos de mis primeros intentos de aprender a leer son vagos.
Seguramente fue mi madre quien me ense en Szetejnie, en la primavera de 1918.
En cambio, me acuerdo de una mesa de jardn (redonda?) en un emparrado
sombro de lilas y spireas, donde, bajo la mirada de mi madre, pona mis primeros
garabatos. Le costaba mucho esfuerzo atraparme en el jardn, porque no soportaba
aprender a escribir: me escabulla, lloraba y gritaba que no quera estudiar. Qu
hubiera ocurrido si alguien me hubiera dicho entonces que iba a ser un escritor
profesional? No saba que algo as fuese posible.
El idioma es mi madre, de forma literal y metafrica. Con seguridad es
tambin mi casa, con la que vago por todo el mundo. Es extrao, porque excepto
durante perodos cortos, no he estado inmerso en el ambiente polaco-hablante. En
Szetejnie el polaco era el idioma de las aldeas de la pequea nobleza, que se
condimentaba con palabras lituanas, ya que el campo de alrededor era lituano.
Despus lleg el turno de Rusia y de mi bilingismo. Finalmente Vilna, donde se
hablaba polaco, al menos en mi familia, en los ambientes de la intelligentsia y en la
escuela; sin embargo, la gente del pueblo hablaba un dialecto denominado habla
sencilla, que aada al polaco el yiddish de las masas judas y el ruso de la
intelligentsia juda.
Por supuesto tambin hay que contar con mi presencia en la Varsovia de
antes de la guerra y de los aos de la ocupacin. Sin embargo, enseguida o hablar
a mi alrededor los idiomas ingls y francs. En mi rechazo a imponerme al cambio,
es decir, a pasarme a escribir en otro idioma, veo el miedo a perder la identidad
porque seguramente el cambio de idioma implica un cambio de personalidad.
Fui el habitante de un pas ideal, que exista ms en el tiempo que en el
espacio. Lo formaban las viejas traducciones de la Biblia, las canciones de la iglesia,
Jan Kochanowski, Adam Mickiewicz, la poesa contempornea. Qu relacin

exista entre ese pas y el real, con el complejo doloroso de ser polaco y tener que
soportar como si fueran mas cantidades de muecas caricaturescas de una masa
humana, cuyas caractersticas son en su mayora deprimentes? No puedo
responder a esta pregunta con claridad. Colocaba mis hroes del idioma frente a
este complejo. En la juventud no lo tena tan claro, aunque Pan Tadeusz s fue una
base y una referencia. Hoy los puedo enumerar: un monje annimo que en el siglo
XV tradujo el llamado Salterio Puawski; el cura Leopolita, el traductor de la Biblia
en 1561; el cura Jakub Wujek; Daniel Mikoajewski, el traductor de la Biblia
protestante de Gdask, 1632; Mikoaj Sep Szarzyski; Piotr Kochanowski, traductor
de Torquato Tasso. Despus vienen los clsicos del siglo XVIII, poetas y
traductores; ellos normalizaron la lengua que sirvi a Mickiewicz y Slowacki.
Cuanto ms me acerco a mis tiempos tantos ms traductores hay, especialmente
desde el momento en que me di cuenta de que la traduccin tiene una importancia
enorme en el desarrollo y evolucin de un idioma. Tengo que enumerar tambin a
Boy-eleski y a Edward Porbowicz. Incluso este ltimo, a pesar de que su Divina
comedia est plagada de errores gramaticales provenientes del lenguaje de la
Polonia Joven, si bien sus traducciones de baladas provenzales, celtas e inglesas son
importantes. Entre mis coetneos hay muchos traductores ante los cuales me
gustara inclinarme. Tambin sta es la razn por la que mis opiniones sobre la
Polonia Popular son ms benignas, ya que hubo muchos buenos traductores que
realizaron un trabajo imponente. Gracias a ellos la gente estudiaba polaco en
Leningrado y Mosc para poder leer la literatura occidental en traducciones
polacas.
Escribir en polaco, independientemente del lugar donde se viva, supone
participar dentro de una obra colectiva que crece a lo largo de las generaciones.
Tampoco es posible sustraerse de la historia de este pas, tan horrorosa. Aleksander
Wat sola decir que Polonia careca de una literatura a la medida de su historia
trgica, que en vez de obras serias tena una literatura de ambientes sociales.
Cuando durante los aos que pas en el extranjero comparaba mentalmente el
conocimiento histrico de mis coetneos que escriban en ingls y francs con el
mo, tena que reconocer que el mo era muy amplio, tan amplio que resultaba
deprimente e impona la pregunta de qu hacer con l. Acaso mi libro Mi Europa
no es tambin un manual para el pblico occidental, un intento de combatir esa
tendencia suya a meter todo el Este en el mismo saco?
La historia de los pases europeos est plagada de desgracias y no tengo ni la
ms mnima intencin de iniciar aqu una especie de subasta de horrores. No
obstante, hay complicaciones difciles de entender, por ejemplo las que existan en

el territorio de la antigua Repblica con las distintas naciones que la habitaban.


Para comprobarlo basta con aludir a las acusaciones mutuas que surgen en las
conversaciones polaco-judas o acusaciones polaco-ucranianas.
Y cuando llegue la primavera, que pueda ver la primavera y no Polonia,
este lamento de Jan Lecho del ao 1918 resume hasta hoy da el problema de
todos aquellos que escriben en polaco. Parece fcil escoger y escribir
exclusivamente sobre una vida individual, entregarse a los problemas humanos y
universales como el paso del tiempo, el amor y la muerte, pero en el fondo somos
conscientes o inconscientes de otra cosa, de ese algo que acecha y que en realidad,
hasta ahora, no ha recibido un nombre, slo uno indirecto, y que significa estar en
la frontera. Me di cuenta de ello cuando estaba traduciendo al ingls poemas mos
y de otros poetas polacos, o cuando estaba reuniendo las crticas de mi antologa A
Book of Luminous Things, que apareci primero en polaco como Extractos de libros
provechosos. Y ahora ya sin historia, la contemplacin de las cosas visibles, la
distancia, la medicina para el mundo de la voluntad o del sufrimiento, en el
sentido de las recetas que nos dej Schopenhauer. Pero surge la pregunta: cul es
el nexo de unin de este libro?
Ponary. El ms romntico de los nombres, el lugar de las excursiones al
campo de los Filmatas y, luego, durante los aos escolares, tambin de las
nuestras y de las del Club de los Vagabundos. El nombre viene de los bosques de
roble que crecen sobre las colinas prximas a Vilna, a lo largo del ro. El ro Wilja
en lituano se llama Nerys, por eso Po (a lo largo) + nerai (Nerys), o Ponary.
Pero la historia de la crueldad humana es la nica culpable de que ahora este
nombre nos haga sentir repugnancia hasta ocultar por completo su viejo encanto.
Los alemanes escogieron Ponary como lugar de ejecuciones masivas, murieron all
cerca de 120 000 personas, en gran parte judos, aunque no exclusivamente. La
participacin en las ejecuciones de los destacamentos especiales lituanos supone
un cadver en el armario de la conciencia nacional lituana. Una descripcin exacta
de lo que all ocurri la podemos encontrar en el libro de Jzef Mackiewicz, una
novela-reportaje, No hace falta hablar en voz alta. Ms tarde las autoridades soviticas
ejecutaron all a los miembros de la resistencia polaca. Cmo es posible, entonces,
dibujar o filmar las escenas idlicas de aquellos juegos adolescentes bajo los robles?
Para m Ponary sigue siendo lo mismo que durante nuestra juventud, aunque me
cuesta mucho conservar esta imagen debido a lo que significa este lugar para las
nuevas generaciones.

Prejuicios. Para poder pensar sobre el mundo de forma relativamente


correcta hay que evitar a toda costa los prejuicios, es decir, las convicciones
formadas de antemano sobre personas o situaciones. Por ejemplo, que las mujeres
pelirrojas son infieles, que lavarse es malo para la salud o que beber leche despus
de ciertas comidas provoca que se te retuerzan los intestinos. Quiz los prejuicios
estn relacionados con las prohibiciones supersticiosas que se instalan en las
creencias tpicas de los hombres. De mi niez en Lituania s que est prohibido
escupir en el fuego, poner una barra de pan boca arriba, tirar el pan al cubo de la
basura y andar hacia atrs, ya que esto ltimo equivale a medir la tumba de la
madre.
Sin embargo, los prejuicios pueden ser necesarios y tiles porque nos
ahorran energas. No se puede estar todo el da con la lengua fuera, confirmando la
incalculable cantidad de informaciones que nos rodean. Los prejuicios permiten
omitir algunas de ellas. No pretendo esconder que siempre he sido bastante
prejuicioso hasta el punto de llegar al fanatismo. As pues, tena prejuicios contra
los polacos del Reino de Polonia por no ser personas serias, contra la Democracia
Nacional por sus obsesiones, contra Noticias literarias por sus modales distinguidos,
que contrastaban con mi falta de experiencia mundana, contra el poeta Jan Lecho
por su esnobismo, contra el poeta Julian Przybo por sus opiniones siempre
progresistas. Y as sucesivamente. Stefan Kisielewski intent convencerme en vano
para que leyera los escritos de Romn Dmowski, personaje contra el que tena
fuertes prejuicios. Rechazaba cierta literatura, no la lea. As ocurri, por ejemplo,
con el famoso best seller del ao 1954 en Francia, donde viva por entonces, Bonjour
tristesse, escrito por la entonces joven escritora Franoise Sagan (lo le aos despus
con sentimientos encontrados). Lo mismo ocurri cuando todo el mundo a mi
alrededor lea El pjaro pintado, de Jerzy Kosiski. Nos encontramos en Palo Alto y
Kosiski me pregunt qu pensaba de El pjaro pintado. Cuando le respond:
Tengo la ventaja de no haberlo ledo, me pareci que se quedaba estupefacto.
Sera mejor si no me hubiese hecho merecedor de la etiqueta de hombre de
obsesiones y prejuicios, pero seguramente me la merezco.
Primavera[4]. Una comunidad cristiana fundada por los hutteros en los
bosques de Paraguay a finales de la Segunda Guerra Mundial. Hubo un momento
en que quise unirme a ellos. Trabajaba entonces en la embajada de Polonia en
Washington y senta rechazo tanto por el capitalismo como por el comunismo,
hasta el punto de que esta comunidad cristiana me pareca la nica salida posible.

Un tal Hutter un hereje al que quemaron en la hoguera, en Tirol, en el


siglo XVI fund esta secta que proclamaba la vuelta a la comunidad cristiana
original y a una vida que estuviese acorde con las enseanzas del Evangelio. En
Moravia las comunidades de hutteros eran tan prsperas que los arrianos polacos
pronto tuvieron noticias de ellas y se decidieron a enviar una delegacin para
investigar su forma de vida. No son comunistas, sino economistas, concluy la
delegacin en su informe, en el cual se describan las salas comunes donde vivan
familias enteras separadas slo por unas sbanas, con pisos y cocinas privadas para
los mayores. El informe mencionaba tambin la vigilancia continua: pequeos
ventanucos en las paredes, que se abran de forma inesperada y en las que de
pronto asomaba una oreja. Tambin los hutteros dejaron su propio testimonio de
esta visita. No les gustaron esos seores que vestan abrigos de pieles, que
montaban caballos ensillados, que deseaban iniciar en todo momento una disputa
teolgica y que citaban la Biblia en latn, griego y hebreo.
Los hutteros, despus de numerosos xodos y persecuciones, consiguieron
mantener sus comunidades como sociedades cerradas en Canad y Dakota del
Norte, donde provocaron las iras de los granjeros de los alrededores por su
habilidad para atesorar dinero para la colectividad. No tienen nada en comn con
la secta moderna, fundada en Wroclaw en la dcada de 1920, y que mantuvo sus
comunidades en algunas ciudades de la Alemania de la Repblica de Weimar.
Hitler los persigui y los hutteros de Wroclaw se refugiaron en Liechtenstein y
despus en Inglaterra, donde los internaron durante la guerra como ciudadanos
alemanes que eran. Algunos de ellos emigraron a Paraguay y fundaron all
Primavera, otros se quedaron en Inglaterra.
Tuve un encuentro con unos emisarios de Primavera en Washington y estuve
a punto de aceptar la idea de trabajar con un hacha y una pala en los bosques de
Paraguay, lo que da idea de mi desesperacin. Afortunadamente, Janka, mi esposa,
estaba lo bastante sobria como para quitarme la idea de la cabeza.
Ms tarde, un periodista de Basilea, Ernst von Schenk, que durante algn
tiempo vivi con ellos, me habl sobre la vida de esta comunidad en Alemania.
Todos los hombres hacan algn tipo de trabajo fsico, mientras que el trabajo en la
cocina y el cuidado de los nios recaa sobre los hombros de las mujeres, que se
pasaban todo el tiempo embarazadas y se sentan agobiadas por el trabajo e
infelices.
Primer amor. All donde yo nac, el ro Niewiaa divide por la mitad una

meseta en la que a ambos lados, en la ladera, se podan ver, con algunos kilmetros
de distancia entre s, los verdes jardines de las mansiones. No lejos de Szetejnie,
cruzando el ro y justo al lado de la localidad de Kanobera, estaba la mansin de
Suryszki, nombre parecido a Syrutyszki y que, al parecer, fue antao propiedad de
la familia de Syru, aunque las propiedades de los Syru estn ms cerca de
Kiejdany. Se podra pensar que debido a las pequeas dimensiones de este
minsculo pas, no superior a la cuarta parte de una provincia, todos conocan bien
los alrededores. Ningn viaje en coche dura all ms de diez minutos. Sin embargo,
es slo una ilusin alimentada por nuestras costumbres. Los caminos pantanosos,
la falta de caballos, que se destinaban a las tareas agrcolas, la inexistencia del
telfono para concertar citas, todo eso junto hizo que las relaciones con los vecinos
no fueran muy estrechas.
Mis abuelos me llevaron de visita a Suryszki. La mansin perteneca a los
Kudrewicz. Se trataba de una vieja familia noble, al parecer de origen lituano
porque la palabra kudra significa en este idioma un estanque pequeo. Creo que
tena entonces ocho aos. Los mayores se quedaron hablando y dijeron a una nia
que me enseara el parque. Me acuerdo bien, andbamos por unas sendas,
atravesamos unos puentes pequeos que tenan unas barandillas fabricadas con
listones de abedul. Fue entonces cuando ocurri lo que tena que ocurrir. Mir sus
delgados hombros desnudos, la estrechez de sus brazos por encima del codo y una
emocin, desconocida hasta entonces, una ternura y una excitacin indescriptible
me atenazaron la garganta. No tena ni idea de que esto se llamara amor. Creo que
ella intentaba explicarme algo pero yo permaneca mudo, paralizado por lo que
acababa de suceder.
Tena nombre, claro, pero no consigo acordarme. Es probable que la
deportaran en 1940 a Siberia junto con el resto de su familia. Qu habr sido de su
vida? Creo que su hermano, Jan Kudrewicz, consigui salir del gulag y alistarse en
el Ejrcito polaco. Pero muri y su tumba est en Monte Cassino. En el ao 1992,
estando en Kiejdany, me comentaron que un Kudrewicz perteneciente a esta
familia, que viva en Inglaterra, quera ocuparse de las tierras de su familia aunque
haba puesto una condicin; necesitaba una extensin de tierra suficiente para
convertir la granja en una explotacin viable desde el punto de vista econmico.
Prozor, Maurycy, conde. Los Prozor tenan posesiones en el valle de
Niewiaa. Su genealoga es tan compleja que me pierdo en ella. Un miembro de la
familia, Jzef Prozor (1723-1788), estaba casado con la hija de los Syru, e hizo
carrera gracias a un antepasado mo, Syru, cortesano del rey Leszczyski, que

tena siempre cerca a su sobrino Prozor. Al parecer la familia haba perdido sus
posesiones a causa de la sublevacin de 1863. Maurycy, nacido en Vilna en 1848, se
cri y estudi en Francia. Escriba en francs y tradujo a este idioma las obras de
Ibsen. A l su pasado, que ahora estaba en manos del gran imperio ruso, no le
interesaba. Era ya mayor cuando cay el zarismo. Fue entonces cuando Prozor oy,
sbitamente, la llamada de su patria. Para su familia la patria se haba llamado
siempre Lituania; de ah que, en cuanto oy la noticia de la creacin de una
Lituania independiente, la apoyase con entusiasmo escribiendo encendidos
artculos.
Sin embargo, result que su patriotismo, que podra parecer tan natural a
muchos, enfad a numerosas personas. Los amigos polacos de Prozor le intentaban
explicar que no era lituano sino polaco y que una Lituania separada de Polonia no
tena razn de ser, que nunca sera otra cosa sino la provincia rebelde de Kaunas.
Lituania nunca tuvo suerte con sus clases altas, es decir, con los
terratenientes y con la intelligentsia de origen noble. Se polonizaron de forma tan
profunda que esos pocos que pensaban de otra forma recibieron el nombre de
lituano manacos. En el ao 1918 haba slo un puado de lituanos activos,
intelectuales de origen campesino y curas. El nuevo y pequeo Estado tena
enormes dificultades para cubrir los cargos clave de la Administracin, mientras
que careca por completo de personas capaces de defender sus intereses en la arena
internacional.
Maurycy Prozor, que viva en el sur de Francia, en Cimiez, descubri en
Pars a otro hombre, Oskar Miosz, que al igual que l reconoca sus races lituanas.
As surgi una amistad entre ambos, en dos caminos paralelos, el poltico y el
literario. Prozor, como lector, entenda los difciles y hermticos escritos de su
amigo, y comprenda adems el sentido de su actividad diplomtica.
El obstculo principal para que los aliados reconocieran una Lituania
independiente fue la increble poltica polaca, a saber, la actitud de la delegacin
polaca en la Conferencia de Paz de Versalles. Oskar Miosz, como encargado de
negocios de la representacin lituana en Pars, consigui que Francia reconociera a
Lituania de facto en 1920, y que en 1923 lo hiciera de iure. Tambin consigui que
Memel (o Klaipeda) perteneciese a Lituania, pero el hecho de que Polonia usurpase
los derechos sobre la ciudad de Vilna lo sinti como una derrota personal, ya que
buscaba soluciones de compromiso que permitiesen una colaboracin polacolituana. Las intrigas infantiles y destructoras de nuestros enemigos [polacos], que

parecen no entender que en el futuro, entre una Alemania y una Rusia hostiles,
tienen que ser aliados de una Lituania independiente, escribi en una carta a
Prozor el 25 de mayo de 1920.
Prozor, reclutado para la diplomacia por su amigo, comparta con l los
problemas que surgan de la nueva concepcin de la nacionalidad. Al definirse
como lituanos no incluan la lengua, ya que no hablaban lituano. No s cul es el
idioma en que hablaban entre s (Oskar hablaba polaco de forma irreprochable)
aunque eso s, s que se escriban en francs. Cuando trabajaban por la causa de
Lituania tropezaron con la desconfianza de los autnticos lituanos. No quieren
ni or hablar de nosotros, le escribe en algn momento Oskar a Prozor. Tambin
por esta razn Oskar acept, de forma voluntaria, slo un puesto de segunda
categora en la embajada de Lituania en Pars, aunque reconocieron sus mritos y
recibi la Condecoracin de Giedyminas.
En los aos veinte Prozor visit la ciudad de Kaunas y el valle de Niewiaa.
Durante algunos aos ejerci de embajador de Lituania en Roma. Muri en 1928.
Su hija, Greta Currat-Prozor, decidi vivir en Suiza.
Muy pocos seores y nobles se pronunciaron a favor de una Lituania
lituano-hablante. Entre ellos, y creo que no olvido ninguno, Oskar Miosz,
Maurycy Prozor, Stanisaw Narutowicz (el hermano del presidente polaco Gabriel
Narutowicz), Alfred Tyszkiewicz de Poga y, finalmente, Michal Romer, profesor y
rector en varias ocasiones de la Universidad Witold el Grande de Kaunas. Cuando
se publiquen los doce volmenes de los diarios de Romer, escritos en polaco, sern
una mina de temas para el historiador que sea capaz de entender los conflictos que
produce la lealtad, unos conflictos que son a la vez emocionantes, trgicos y
grotescos.

[Q]

Quinn, Arthur. Era de California y haba estudiado en un instituto que los


jesutas tienen en San Rafael, en la baha de San Francisco. Haba tenido como
compaeros de clase a Robert Hass, traductor de mi obra y Poeta Laureado de los
Estados Unidos (1996), y a Louis Iribarne, especialista en lengua y cultura polacas,
alumno mo en Berkeley y traductor de Insaciabilidad de Stanisaw Ignacy
Witkiewicz, que ms tarde se convirti en profesor de la Universidad de Toronto.
En los aos escolares Arthur se haba hecho famoso por su capacidad para los
deportes y mucha gente le auguraba una carrera esplndida como jugador
profesional de bisbol. Sin embargo, l renunci al deporte para dedicarse de lleno
a la filosofa.
Arthur estudi historia de la ciencia en la Universidad de Princeton con el
famoso creador de la teora de las revoluciones cientficas, Thomas Kuhn, aunque
sus intereses eran de lo ms variado y la capacidad de asimilacin y de erudicin
que demostraba era enorme. As que de regreso a California se refugi en Berkeley,
en el departamento idneo para aquellos que no se dejan encorsetar dentro de
unos parmetros preestablecidos: en el departamento de retrica. Pero la manera
en que combinaba diferentes disciplinas cientficas se consideraba incluso all
exagerada y suscitaba crticas constantes por su presunta falta de rigor cientfico.
No obstante, Arthur demostr ms tarde a todo el mundo que exista un plan
detrs de su aparente falta de sistema.
Cuando yo imparta cursos sobre Dostoievski en Berkeley, siendo ya un
hombre maduro, Arthur, por entonces un joven ayudante de ctedra, sola asistir a
mis clases. Como catlico practicante, Arthur encontraba elementos aprovechables
en los problemas de ndole religiosa que planteaba el escritor ruso. Adems es
posible que algn miembro de la comunidad universitaria necesitara algn tipo de
contrapeso a las locuras maostas de la revolucin de Berkeley, y eso es lo que mis
clases ofrecan. As es como surgi nuestra amistad.
Arthur dedic su primer libro, Confidence of British Philosophers (1977), a la
crtica de la filosofa del positivismo lgico, aunque yo personalmente en lugar de
confidencia hubiese utilizado en este caso la palabra soberbia. Se trata de un
anlisis riguroso, objetivo, en el que el autor apenas deja traslucir un poco de
irona. En general, Quinn no es de esos escritores a los que les gusta desvelar muy

rpido sus intenciones. No en vano es autor (junto con N. Bradbury) de una


antologa de textos de pocas e idiomas diferentes, en la que se pona de manifiesto
cmo la intencin del autor condiciona la forma y el estilo. Durante algunos aos
su atencin se centr en el estudio de la lengua literaria y su libro Figures of Speech
(1982) se puede considerar como un manual de estilstica que rezuma sentido del
humor. Nadie habra dicho que el mismo autor de ese libro fuese capaz de
enzarzarse en una disputa con especialistas en la Biblia, y, sin embargo, Arthur (en
colaboracin con I. Kikawada) public un estudio sobre el Gnesis, Before Abraham
Was [Antes de Abraham, 1985], donde, en contra de la opinin mayoritaria entre
los estudiosos del tema, defiende la unidad del texto. En su opinin el Gnesis es
un libro que posee formalmente un alto nivel de sofisticacin y que fue escrito para
poner en cuestin los mitos mesopotmicos.
Quizs estos variopintos trabajos de Arthur se pueden considerar
meramente preparatorios, ya que se senta cada vez ms atrado por otro campo
del saber, la historia. Le apasionaba el pasado de su California natal y de todo el
continente americano. A m me impresion de forma particular su libro Broken
Shore [Costa rota, 1981], la monografa dedicada a la provincia de Marin, cerca de la
baha de San Francisco, donde l haba nacido. A travs del estudio de un territorio
pequeo, muestra los cambios que sufri California en apenas un par de dcadas.
Por ejemplo, un viejo indio que recordase los rituales tribales de su niez, un
superviviente por tanto, se encontrara en un mundo dominado por
norteamericanos blancos y por su capitalismo. Y en ese corto espacio de tiempo
habra sido testigo de la fundacin y posterior decadencia de las misiones, entre las
cuales la misin de Sonoma era la que estaba ms al norte de esa regin. Ese indio
habra sido primero sbdito del rey de Espaa, ms tarde ciudadano de Mxico y,
al final, de los Estados Unidos. Quiz, tras la independencia de Mxico, ese indio
trabajase como pen en algn latifundio fundado por los espaoles blancos con
tierras arrebatadas a la misin.
Su libro sobre los polticos de California a mediados del siglo XIX, The Rivals
[Rivales, 1994], es como la continuacin de la historia de su provincia. Sin embargo,
en el mismo ao se public otra obra suya de quinientas pginas, The New World:
an Epic of Colonial America from the Founding of Jamestown to the Fall of Quebec [El
Nuevo Mundo: epopeya de la Amrica colonial desde la fundacin de Jamestown
hasta la cada de Quebec]. De repente, en contra de lo que esperaban sus colegas,
que consideraban el pensamiento y la escritura de Arthur ms bien excntricos, y
tambin en contra de sus propias expectativas, se hizo famoso. Su obra recibi el
aplauso unnime de la crtica y la mejor prueba de su xito fue que le compraron

los derechos cinematogrficos de la misma. Para Arthur, al que hasta entonces slo
conocan un grupo pequeo de lectores, la fama tuvo un sabor dulce. Haba visto
cmo sus heterodoxas ideas se hacan finalmente con la victoria. Nunca pretendi
halagar a la opinin pblica. A su alrededor, y en especial en Berkeley, se exiga
radicalismo o, como mnimo, correccin poltica, una pose que a l no le
preocupaba lo ms mnimo. Para l la historia de Amrica no era una oposicin
entre indios nobles, que lo fuesen por el mero hecho de ser oprimidos y
exterminados, y blancos malvados. Movido por su concepcin pesimista de la
historia, se senta ms inclinado a investigar los mecanismos que subyacan a los
acontecimientos que a las personas que quedaban atrapadas en la tela de araa de
los hechos. En sus guerras tribales, los indios se aliaban con ingleses y franceses,
adoptando as decisiones que condicionaran su propia desaparicin como pueblo.
La espantosa crueldad de sus costumbres, por ejemplo en el caso de los hurones,
les otorgaba poco derecho moral frente a los jesutas, los principales
conquistadores de Canad, que no dudaban en utilizar cualquier medio para
combatirlos.
Quiero creer que hice alguna contribucin a la manera trgica en que Arthur
conceba la historia, a travs de mis clases sobre Dostoievski y sobre la historia de
Rusia y tambin a travs de nuestras conversaciones, en las cuales el pensamiento
de Simone Weil ocupaba siempre un lugar preferente. En cambio, Arthur me
ayud mucho a la hora de revisar mi traduccin al ingls de dos tratados
metafsicos de Oskar Miosz. Adems, junto con el poeta Leonard Nathan,
compaero suyo en el departamento de Retrica, escribi un libro sobre mi obra,
The Poets Work: An Introduction to Czesaw Miosz, que se public en 1991 con un
prefacio de Stanisaw Baraczak. Los autores se dividieron el trabajo de forma que
Nathan escribi sobre mi poesa mientras que Arthur se dedicaba a mi obra
ensaystica. Mi maniquesmo qued patente.
Hell with the Fire Out: a History of the Modoc War (1997) es el ltimo libro de
Arthur. Le dio tiempo a escribir un prefacio en el que comenta su enfermedad; sin
embargo, el libro se public unos cuantos meses despus de su muerte. Su vida
haba sido como un drama moral. Arthur estaba felizmente casado, tena cuatro
hijos mayores y slo le faltaba el reconocimiento del pblico. Apenas se lo aclam
como el principal historiador estadounidense enferm y se le diagnostic un tumor
cerebral. La enfermedad avanz rpido. Vivi 55 aos.
Su ltima obra une sus principales pasiones intelectuales y sentimentales:
California, su pasado, la piedad y la compasin por las desgracias de los

mortales algo as como el testamento filosfico de un investigador. El libro trata


de la guerra que una pequea nacin india, los modoc, libraron contra el Ejrcito
estadounidense entre los aos 1869 y 1873. Los modoc saban que lo que estaba en
juego era ni ms ni menos que la existencia o la desaparicin de su idioma y
costumbres. Los acontecimientos se sucedieron uno tras otro inexorablemente, a
pesar de que por ambas partes hubo intentos de encontrar una solucin de
compromiso al conflicto. El jefe de los modoc, apodado Capitn Jack, propici
personalmente esos intentos, pero al final perdi, lo capturaron y lo colgaron. La
nacin modoc dej de existir sin dejar otra huella que la memoria de un historiador
que, ms de cien aos ms tarde, reflexion sobre su destino sin caer en
generalizaciones y concediendo a las decisiones de los individuos la importancia
que merecen.
Los europeos tienden a reprochar a los estadounidenses cierta ingenuidad
histrica. Sin embargo, el exterminio de los indios y la Guerra de Secesin, la ms
sangrienta de las guerras del siglo XIX (con mayor nmero de muertos que las
guerras napolenicas), estn siempre presentes en la memoria colectiva, a pesar de
que slo unos pocos tengan valor suficiente para adentrarse en ese abismo. Arthur
Quinn tuvo el valor de hacerlo, seguramente porque su erudicin era para l una
mscara que cubra las necesidades de un corazn ardiente que amaba a Dios y
odiaba al Mal.

[R]

Rajnfeld, Jzio. Creo que de joven vi algunos de sus dibujos, quizs en la


revista Skamander, aunque entonces no lo conoca personalmente. Ahora s que
naci en Varsovia en 1906, en el seno de una familia juda. Su padre era el
encargado de una sastrera. Jzio estudi en la Facultad de Arquitectura de la
Universidad Politcnica de Varsovia, pero despus se decant por la pintura.
Iwaszkiewicz hablaba a menudo de su buen amigo el pintor Jzio. Despus de
marcharse de Varsovia, vivi en la miseria en Pars, y ms tarde en Italia.
Mi recuerdo de Rajnfeld est asociado a mi primer viaje a Italia, a San
Gimignano. Hice este viaje, decisivo para mi educacin, en la primavera de 1937, en
el perodo en el que me echaron de la delegacin de Radio Polonia en Vilna y antes
de empezar a trabajar en Radio Polonia en Varsovia. Cuando viva en Vilna mis
conocimientos de pintura eran muy escasos; lo destaco como una caracterstica de
la primera mitad del siglo XX, que cambi en la segunda mitad gracias al
perfeccionamiento de las tcnicas de reproduccin y de la cultura de iconografa,
que difundieron las obras ms importantes de la pintura mundial por todo el
mundo.
Gracias a una beca del Fondo de Cultura Nacional pude pasar el ao
acadmico 1934-1935 en Pars, donde visit con asiduidad el Louvre. A veces lo
visitaba con el grupo que guiaba Jzef Pankiewiecz, que se paraba delante de los
cuadros y comentaba la tcnica del autor. En este grupo estaban Jzef Czapski
(que, por cierto, escribi un libro sobre Pankiewiecz), Kazimierz y Fel Kranc y, a
veces, el compositor Roman Maciejewski; es posible que tambin estuviese el
violinista Niemczyk y otros que no recuerdo. As consegu una introduccin a un
campo que, presenta, era importante para la formacin de un poeta. Sin embargo,
en aquel momento careca del dinero necesario para viajar a Italia, de modo que
tuve que posponer mi viaje hasta 1937, ao en el que dispuse de un mes libre.
Por supuesto, viaj en tren. Pero el ferrocarril no llegaba a todos los lugares.
Fue Iwaszkiewicz quien me convenci de que viajase a San Gimignano y visitase a
Rajnfeld, que viva all. La ciudad estaba situada a unos cuantos kilmetros de la
estacin, y haba que hacer el trayecto en fiacre. San Gimignano, famosa por el gran
nmero de torres que hay en la ciudad, por las calles empedradas con cantos
rodados, pareca una ciudad abandonada por sus habitantes, ya que se vean muy

pocas personas paseando por las calles. No haba turistas. Encontr a Rajnfeld sin
dificultad, a pesar de que no tena su direccin, porque la ciudad, aprisionada
entre muros, es muy pequea. Viva en pensione, detrs de las murallas, con un
ingls rubio que, si no recuerdo mal, tambin era pintor.
Debo aclarar algo antes de continuar. Vilna se diferenciaba de Varsovia por
carecer de ambiente gay, que s exista en la capital y que se identificaba casi en
exclusiva con los crculos literarios y artsticos. Yo era un chico guapo y cuando me
introduje en el ambiente artstico, la gente, debido al proselitismo existente en esos
crculos, opinaba que yo era homosexual, slo que no era consciente y no quera
reconocer mis inclinaciones. Claro que quin no tiene esas inclinaciones. Sin
embargo, yo me senta especialmente humillado cuando en el caf Ziemiaska me
tomaban por el chico de Iwaszkiewicz. Eso no quiere decir que tuviera algo en
contra de mis colegas gays, aunque, a decir verdad, a veces me irritaban ciertas
cosas que vea, por ejemplo cuando provocaron el suicidio de un joven obrero de
Powile, que se encontr de pronto en un ambiente demasiado elevado para l. Por
desgracia, en estos crculos se respira un ambiente a menudo un poco louches, o
moralmente ambiguo.
Me acuerdo de aquella tarde que me encontr con Rajnfeld y con su amigo
en el jardn de su pensione. Bebimos cerveza mirando la oscuridad plagada de
lucirnagas que volaban sobre el barranco y los viedos. Rajnfeld, de pelo moreno
y cara redonda, me pareci cautivador y alegre. Fue su alegra y su extraordinaria
energa vital lo que se qued grabado en mi memoria y, ms tarde, durante la
guerra, intent imaginarme qu habra sido de l. Me acuerdo vagamente que sola
pensar que Rajnfeld se haba quedado en Italia y que eso era lo mejor para l.
Durante mi viaje a San Gimignano visit Orvieto, es decir, la catedral
prxima a la ciudad que se alza en medio de una pradera de hierba, tan abundante
y frondosa en aquellas fechas que ocultaba incluso los escalones de mrmol. El
fresco de Signorelli La llegada del Anticristo sintonizaba a la perfeccin con aquellos
tiempos e iba a dejar en m una huella perdurable.
Si Rajnfeld se hubiera quedado en Italia seguramente se habra salvado.
Ignoro por qu se fue a Francia en 1940. Despus de la derrota de Francia, intent
cruzar la frontera con Espaa y se suicid en algn lugar de los Pirineos. En sus
Cuadernos literarios Zagaczyk escribe que los cuadros de Rajnfeld estn en los
stanos del Museo Nacional de Varsovia.

Rexroth, Kenneth. Durante mucho tiempo se consider a Robinson Jeffers el


principal poeta californiano; despus, en 1929, lleg a San Francisco Kenneth
Rexroth, que era originario de Chicago. Pronto se convirti en el patriarca y en el
protector de los poetas ms jvenes. Siempre estaba vido de nuevas noticias, todo
lo contrario que el solitario Jeffers a quien, dicho sea de paso, Rexroth fustigaba sin
piedad en sus artculos.
Un poeta europeo no reunira jams tantas contradicciones como Rexroth.
Fue militante revolucionario, comunista, anarquista, pacifista, mstico, miembro
piadoso de la iglesia anglicana, convertido en su lecho de muerte al catolicismo
romano, aunque, en realidad, la religin que profes durante toda su vida fue el
budismo.
Era un profesional de la poesa (algo que es casi imposible en los Estados
Unidos y quizs imposible del todo en el resto del mundo), entre otras cosas
porque ni siquiera haba terminado el bachiller, y tampoco gozaba de una fama tan
grande como para que el claustro de alguna universidad quisiera contar con su
persona. Slo de mayor, cuando se hizo famoso, vivi en la opulencia y disfrut de
cierta tranquilidad como profesor de la Universidad de California en Santa
Brbara.
Yo lo trat y l me ayud bastante. No creo que contribuyera mi apellido,
aunque Rexroth haba publicado un libro de poesa de Oskar Miosz traducido por
l bastante tiempo atrs, en 1955. Ser amable con otros poetas era algo propio de su
naturaleza. Prefiero no concentrarme en los detalles de su vida; se lo dejo a sus
bigrafos, que no suelen hacer un retrato halagador de este personaje y que, por
regla general, se dedican a enumerar sus contradicciones: se jactaba, menta,
estafaba, rezaba, practicaba poligamia, engaaba a sus cuatro mujeres, crea en el
carcter sagrado del matrimonio, se comportaba como un paranoico con sus
amigos. Sin embargo, para m fue, ante todo, un poeta esplndido y un maravilloso
traductor de poesa china y japonesa.
Le mostr el manuscrito de mi primer libro de poesa publicado en ingls,
que yo mismo haba traducido en gran parte. Lo alab. Cuando le pregunt por
qu le gustaban mis traducciones a pesar de que mi ingls no era muy bueno,
respondi: Quien tiene odo para un idioma lo tiene para todos. No s si es
verdad. Mi libro Selected Poems se public en 1973 con un prefacio suyo. Un par de
das despus de recibir el Premio Nobel me llam a Santa Brbara y me felicit. Le
expres mi agradecimiento eterno por el apoyo que me haba mostrado cuando

comenzaba a abrirme camino en los Estados Unidos.


Rimbaud, Jean Arthur (1854-1891). Fue la eterna preocupacin de su madre
y de toda su familia. Hua de casa, vagabundeaba, beba, golfeaba, casi se mora de
hambre, escriba poemas-manifiesto contra la sociedad, la religin, la moral y la
literatura. A la edad de 19 aos decidi terminar con todo. A partir de ese
momento los literatos parisinos, que queran encontrarlo para prestarle ayuda, le
perdieron la pista. Despus de recorrer Europa, donde prob todo tipo de
empresas, se fue a frica. Se dedic al comercio de armas, de oro y de marfil en
Abisinia, condujo caravanas por los rincones ms inexpugnables del Continente
Negro. Se hizo rico y se construy un palacio en Harare, tambin particip en las
intrigas polticas locales. Por lo tanto llevaba la vida de uno de esos aventureros
blancos en frica que Joseph Conrad describi en El corazn de las tinieblas, una
existencia como la de Kurtz, el agente de una empresa comercial belga.
Muri a los treinta y tantos aos de edad (debido a una pierna gangrenada),
ignorante de que, gracias a la publicacin de Una temporada en el infierno y de otros
manuscritos que haba dejado en casa, su fama estaba creciendo en Pars. Al final
se reconoci su genio y se convirti en el principal mito literario del siglo XX.
En las primeras dcadas del siglo XX haba tres personajes que rivalizaban
entre s por las atenciones especiales de los crculos artsticos y literarios de
Europa. Se trataba de Walt Whitman, el viejo gigante, poco conocido an pero
accesible ya a travs de algunas traducciones; Oscar Wilde, Antinoo tocado con
una boina de terciopelo, el modelo de esteta y homosexual; y, finalmente, Arthur
Rimbaud, el personaje que simbolizaba todo lo salvaje, desmelenado, rebelde y, por
lo visto tambin, lo animal. Rimbaud era ya un viejo conocido del grupo Polonia
Joven; de hecho, Miriam-Przesmycki haba publicado en su revista Chimera una
traduccin de su poema El barco ebrio. La buena sociedad contaba chismes en
los cafs sobre las excentricidades del poeta francs que, al parecer, descubri que
cada vocal tiene su propio color. El refinado Jzef Weyssenhoff (el autor de
Podfilipski) se burlaba de lo moderne en un poema que debe de ser del ao 1911, y en
el que hablaba de una isla donde un gorila se enteraba de que se poda percibir el
color en el sonido y el olor en la palabra; cito de memoria las exclamaciones del
simio:
Al escuchar las palabras de Rimbaud
siento escalofros en mis patas traseras.

Pero el inters por la poesa de Rimbaud se agot con la generacin de los


poetas de Skamander. En el ao 1916 Jarosaw Iwaszkiewicz y Mieczysaw Rytard
tradujeron en Kiev sus Iluminaciones. Iwaszkiewicz adopt la nueva forma del
poema en prosa en su Kassidas. Su Oracin a Arthur Rimbaud supone casi una
sesin espiritista, una invocacin a su espritu. Pronto se unen a la nmina de
traductores de Rimbaud Julin Tuwim y Antoni Sonimski. Se podra decir que el
joven Tuwim pas del influjo de Whitman al de Rimbaud.
La energa de la palabra, la sensualidad del idioma y la exuberancia del color
son los signos del cambio que se produce en la lengua polaca despus de la
impotencia lingstica de lo moderne. La poesa polaca, y tambin la poesa en otras
lenguas, le debe mucho a Rimbaud. En este aspecto su influencia ha sido ms
duradera que la de Whitman o, sin duda, que la de Wilde.
No obstante, no es su contribucin a la innovacin artstica lo que alimenta la
leyenda de Rimbaud sino, sobre todo, su rebelin contra las formas establecidas de
conducta, contra su propia familia burguesa y no slo contra ella, sino tambin
contra la sociedad en general. Vivi como un pionero que form un modelo que se
repetira durante dcadas despus de su muerte. Acaso la rebelin de la juventud
estadounidense en los aos sesenta no es como una multiplicacin de rebeliones
individuales similares a las de Baudelaire y Rimbaud? Y similares son tambin las
aventuras posteriores de esta generacin. El mismo Rimbaud consider sus
inquietudes juveniles y sus desesperaciones como propias de un adolescente y se
inclin despus por cosas serias, es decir, por el dinero y la poltica. La eleccin que
hizo la generacin de los yuppies fue similar.
A Rimbaud lo elogiaron primero unos cuantos literatos franceses que
empezaron a hablar y a escribir sobre su persona, hasta que la fama de su apellido
lleg a las bohemias artsticas de otros pases y ms tarde a un pblico ms amplio.
Ms o menos lo que les ocurri a sus coetneos, Czanne y Van Gogh, que en la
pintura significan lo mismo que Rimbaud en la poesa. No obstante, estos ltimos
son mundialmente conocidos, ya que sus pinturas se venden por millones de
dlares en el mercado internacional.
Para que alrededor de un nombre se forje una leyenda hace falta que se
cumplan varias condiciones. Cualquier cosa que ocurra en Francia atraa la
atencin del mundo entero, y en toda Europa se solan leer revistas y libros
franceses. Tras el declinar del latn, el francs se convirti en el idioma que era
necesario conocer. Con toda seguridad, en muchos otros pases aparecan poetas

desmelenados y rebeldes que, sin embargo, consiguieron una fama local. Tambin
haba que esperar a que llegase el momento adecuado, que en este caso fue la
poca en la que aumentaron las desgracias del capitalismo y se propagaron los
sueos revolucionarios. No se sabe si Rimbaud luch en las barricadas de la
Comuna de Pars, pero el hecho de que se comente que fue as resulta significativo.
Quiz las sociedades humanas necesiten nombres-abreviatura, nombrespoca. En Polonia fueron los poetas romnticos los que suministraron este tipo de
nombres; as, por ejemplo, Mickiewicz, el juicio de los Filmatas, la vigilia de los
antepasados crecieron en una unidad mtica. Es imposible evitar la pregunta sobre
qu va a suceder con los nombres-abreviatura en la cultura de las imgenes en
movimiento, que se aprovecha como un parsito de todos los logros humanos (el
arte pop, el posmodernismo). Es probable que crezca su utilidad como signos,
mientras que se van a quedar vacos de contenido. La biografa de Rimbaud, un
poeta que quera alcanzar lo inexpresable, aunque fuera mediante un relajamiento
de todos los sentidos, que enmudeci y se hizo un comerciante aventurero, ser el
tema favorito de futuros guiones de televisin.
Roditi, Eduardo. Ocurri durante las primeras horas de una maana otoal
del ao 1934. Sal del Colegio Mayor en el que nos alojbamos los becarios polacos,
en la rue Lammand, cerca del Boulevard des Batignolles, y cog el metro Clichy
hasta la plaza de Malesherbes. All haba un edificio con un rtulo en el que se lea:
Lgation de Lithuanie. All me dio la bienvenida Oskar Miosz y me anunci que
bamos a desayunar con un joven poeta griego de Constantinopla, que en realidad
escriba en francs y tambin en ingls. Todo un fenmeno lingstico. El joven
apareci y me acuerdo que fuimos los tres a comer juntos, aunque no me acuerdo
del restaurante, quizs era un italiano, el Poccardi, cerca de Opera, donde Oskar
sola invitar a sus amigos.
Roditi se convertira mucho ms tarde en un habitual de los mismos crculos
literarios en los que yo me mova, pero por aquel entonces yo lo ignoraba. El
momento de aquel encuentro me sirve para reflexionar sobre lo inmensamente
grande que era mi provincialismo, y no slo el mo, un fenmeno que hoy nadie
comprendera. Quiz la gente que vena de Varsovia finga con eficacia que no eran
provincianos, pero a nosotros, a los que venamos de Vilna, de nada nos serva
fingir. Roditi fue el primer cosmopolita, en el sentido pleno de la palabra, que
conoc en mi vida, y eso que Levant, el lugar de donde era originario, no
significaba nada para m, ni siquiera haba odo todava la palabra Cavafy ni
tena idea de los problemas que haba all con el griego y con otros idiomas. En

realidad, Roditi era original de Salnica y era un judo sefard, es decir, su lengua
materna era el ladino. Su ingls, como todo lo ingls y lo americano, me result
extico. Tampoco poda entender cmo se poda escribir al mismo tiempo en varios
idiomas.
En los ambientes literarios parisinos Roditi era considerado un poeta francs,
despus se mud a Amrica y all se uni a la hermandad vanguardista de poetas y
pintores. Fue una de las pocas personas que conocan en los Estados Unidos la
poesa de Oskar Miosz y se mantuvo fiel a su vieja amistad con mi to, traduciendo
sus poemas al ingls. Nos vimos un par de veces en Berkeley y hablamos de
Natalie Clifford Barney. Roditi era gay y como todas las personas de su misma
orientacin mantena vivo el mito de esa lesbiana que durante varias dcadas,
desde poco antes del estallido de la guerra de 1914, haba dirigido un famoso saln
literario en Pars. La seorita Barney pertenece a la historia y al Pars literario, y
tambin a la literatura estadounidense. Ms tarde descubr, al leer la
correspondencia de Oskar Miosz (que se public poco a poco), que mi to haba
sido uno de los habitus de su saln. No slo eso, tambin haba sido amigo ntimo
y platnico, as como confidente de Barney.
En cuanto mi memoria se sumerge en el laberinto de Pars y de los Estados
Unidos de entreguerras, la imagen de Roditi sale a mi encuentro para guiarme por
su interior. Christian Gauss, un famoso profesor de Princeton y amigo asimismo de
mi to Oskar y Jean de Boschre, que fue un escritor de ambos continentes, tambin
me sirven de guas.
Hace algn tiempo sent envidia por el polglota Roditi, pues en mi
provincianismo me aferr a mi lengua. Este comportamiento mo no era razonable
desde el punto de vista estratgico, pero result ser ms bien beneficioso para m.
Rudnicka, bosques vrgenes de. Todava me asombra la fuerte atraccin que
sobre m, y probablemente sobre muchas otras personas de Vilna, ejerca el sur, y
en especial los bosques vrgenes de Rudnicka. Se trataba de un extenso complejo de
bosques con cinagas de difcil acceso en su interior, el hbitat por excelencia del
urogallo y del alce. El bosque empezaba detrs del lago Popis, donde sola ir yo a
cazar patos con mi padre para las fiestas de San Pedro y San Pablo. Los jvenes
judos de la localidad de Popiszki acostumbraban a mirar desde el acantilado a los
cazadores, que surcaban las aguas con dificultad en sus canoas. A veces viaj con
mi padre al pueblo de egaryno, que estaba en el corazn del bosque. Nuestra base
de operaciones era Raudonka, una casita de madera y unas cuantas hectreas de

terreno que mi padre compr, precisamente, por su cercana a los bosques de


Rudnicka, en el kilmetro 16 del camino que va de Vilna a Jaszuny. El pueblo ms
cercano del lado lituano es Mariampol, y del lado bielorruso, Czernica; un poco
ms adelante est Halina, que tiene poblacin bielorrusa y polaca. A menudo nos
dirigamos a la estacin de Jaszuny en un carro tirado por un solo caballo, por una
carretera con bosque a ambos lados; a mano izquierda segn se iba atravesbamos
los bosques oscuros de las posesiones de Kiejdzie, donde, al parecer, todava haba
osos, pero la duea no permita a nadie cazarlos. Por lo general, la plaza frente a la
estacin de Jaszuny estaba llena de troncos de pino apilados unos encima de otros,
listos para ser usados en el aserradero. Por lo tanto, si uno mira el mapa (yo lo
tengo grabado en mi memoria) encontrar Jaszuny al sur de Raudonka; al oeste
hay hileras de rboles, unos cuantos pueblos y despus las vas frreas, y detrs de
ellas los bosques vrgenes de Rudnicka; al este comienza un peculiar paisaje de
colinas y pequeos bosques que se extienden hacia la pequea ciudad de Turgiele.
Muy cerca de all, a un kilmetro a pie, vivan los hermanos Maruszewski; un poco
ms lejos, en su mansin, un hermano de ellos, Jzef. Las escenas de caza que hay
en mi libro El valle de Issa no corresponden a la regin de Kiejdany, sino a los
lugares donde veranebamos en Raudonka, que seguramente se llamaba as por el
color herrumbroso de sus aguas (raudonas significa en lituano rojo). Detrs del
ro, en las cinagas, vivan serpientes que poblaban la regin por todas partes.
Recin acabado el examen de revlida, Sta Kownacki, Ignacy wicicki,
Bohdan Kope y yo nos fuimos de excursin a los bosques vrgenes de Rudnicka.
En las proximidades de Rudniki la duea de la mansin nos acogi con
amabilidad, nos ofreci sitio para dormir en el cobertizo y nos invit a desayunar
al da siguiente, aunque nosotros nos escapamos sin despedirnos al amanecer,
quiz de manera un poco descorts. Nos baamos en el ro Mereczanka, nos
picaron los mosquitos por todo el cuerpo y llegamos a la mansin de Jaszuny,
donde los sirvientes, en ausencia de los dueos (los Sotan), nos recibieron con
leche agria y patatas. Lo nico que recuerdo de esta visita es el nombre romntico
del lugar, relacionado con los Sniadecki y el poeta Juliusz Sowacki. Fue hace poco,
durante uno de mis viajes a Vilna, cuando visit el parque, que todava se conserva
en su estado natural.
Durante la guerra los bosques vrgenes de Rudnicka y los terrenos que se
encuentran ms al sur de ellos sirvieron de refugio a los destacamentos del AK (el
clandestino Ejrcito Nacional) y tambin a los grupos de partisanos soviticos que
en esta zona se componan, en gran parte, de personas que se haban fugado del
gueto de Vilna. Habl sobre este tema con Abba Kovner, un poeta israel, durante

una visita suya a Berkeley. Cuando estall la guerra, Kovner, que era estudiante de
la Facultad de Bellas Artes de nuestra universidad, llev durante un tiempo un
hbito de monja; gracias a esta argucia unas monjas polacas lograron esconder en
su monasterio a l y a unas cuantas personas ms. Despus decidi volver al gueto
y se convirti en el responsable de una organizacin militar. Cuando la situacin ya
era insostenible se escap con los partisanos de los bosques. Me cont: El AK era
un ejrcito de verdad y actuaba como tal, llevando a cabo sus acciones, batallas, etc.
Nosotros tenamos una tctica diferente, propia de partisanos. Pretendamos
causar impacto, dar la sensacin de que ramos muchos, as que cuando
pasbamos por un pueblo hacamos tanto ruido como podamos, como si furamos
un regimiento entero, lo hacamos as en todas nuestras operaciones.
En las mentes de los habitantes de Vilna los bosques vrgenes significaban
un refugio. En la novela de Jzef Mackiewicz Camino a ninguna parte, el
protagonista, cuando ya no ve para s ninguna salida durante la ocupacin
sovitica, sienta a su mujer en un carro y huye hacia el sur, en las proximidades del
lago Kiernowo, para refugiarse en el bosque. Creo que la descripcin del milagro
de Popiszki que se encuentra en este libro corresponde en realidad a otro pueblo,
y no al que se encuentra a orillas del lago Popi.
A final de la guerra se libraban en los bosques de Rudnicka combates entre
los destacamentos del KGB y los restos del AK. Ms tarde, el Ejrcito sovitico
escogi estos bosques como base de operaciones para la regin y caus tanta
devastacin a lo largo de dcadas que no s qu es lo que ha quedado de ellos.
Ruso, idioma. Nac en el imperio ruso, es decir, all donde a los nios se les
prohiba hablar en otro idioma que no fuera el ruso. Incluso las clases de religin
catlica romana en el instituto se impartan obligatoriamente en ruso, aunque,
segn me cont mi padre, el catequista de Vilna no obedeca esta directriz y les dijo
a los nios que se aprendieran de memoria en ruso una historia de la Biblia por si
hacan una inspeccin. Entonces el alumno de turno se levantaba y recitaba
siempre lo mismo: Abraham estaba sentado en su tienda.
Es difcil deshacerse de la pertenencia a Rusia. Segn las leyes de la Unin
Sovitica eran ciudadanos suyos todas las personas que hubieran nacido dentro de
las fronteras de la Rusia zarista. Quizs era un formalismo innecesario, pues al fin y
al cabo los que llegaron con el Ejrcito Rojo en 1944 para imponer su ley eran
ciudadanos soviticos.

En mi niez el ruso penetraba en m por osmosis durante nuestros viajes por


Rusia en la Primera Guerra Mundial y, ms tarde, en Vilna, cuando entre los nios
de las pandillas del patio de la calle Podgrna 5 estaban Jashka y Sonka, que
hablaban en ruso. Creo que la rusificacin hizo progresos considerables tanto en
Vilna como en los alrededores, en especial a partir de 1863.
Nunca estudi ruso de manera sistemtica aunque este idioma estaba bien
arraigado en m. Me arriesgara a avanzar la tesis de que las personas originarias,
por ejemplo, de Galitzia tenan un odo un poco diferente, es decir, que sentan su
polaco de forma un poco distinta, algo que poda reflejarse tambin en la poesa.
En el caso de Lesmian, que naci en Varsovia pero estudi en Kiev, detecto el eco
ymbico del ruso; no en vano este poeta empez escribiendo poemas en ruso. Yo
mismo sent una fuerte atraccin por el encantamiento del ruso en la poesa. As
por ejemplo Pushkin impone tanta fuerza y cohesin a sus versos que se quedan en
nuestra memoria como si los hubieran grabado para siempre. Sin embargo, creo
que me di cuenta temprano de que se trataba de un registro diferente al de la
poesa polaca y que al intentar imitar a los rusos corra cierto peligro. De hecho,
apenas traduje nada del ruso. Ni siquiera mi amistad con Joseph Brodsky, que
tradujo algunos poemas mos al ruso, me hizo cambiar de idea. Slo traduje un
poema suyo, y eso que escrib bastante sobre su poesa tanto en polaco como en
ingls.
La traduccin de Eugenio Onieguin que Julin Tuwim public en 1952 suscit
un debate en torno de las diferencias entre el ruso y el polaco. Adam Wayk, el
autor de una traduccin rival, atac la versin de Tuwim. Como se sabe el polaco es
un idioma con acento dbil en la penltima slaba de la palabra, mientras que el
ruso tiene un acento mvil, con predileccin por los pies ymbicos. Para imitar el
yambo de Pushkin en polaco haca falta hacer rimas con monoslabos polacos;
Tuwim lo logr, aunque el resultado era algo montono. En cambio, Wazyk se
neg a hacer este tipo de rimas y el resultado fue una traduccin mucho ms gil,
ms acorde con el espritu de la lengua polaca. La falta de paralelismos entre
ambas lenguas se puede apreciar cuando se juzgan las opiniones que los rusos
tienen sobre la poesa polaca. Por lo general, les gusta aquella que est fuertemente
modulada con ritmo y rima, es decir, aquella que les recuerda a su propia poesa.
La lengua polaca se deshizo del cors de la mtrica y de la rima sin grandes
problemas. No se sabe qu suceder en el caso del ruso. Joseph Brodsky segua
siendo un poeta mtrico.

Antes de 1914, Rusia haba participado ms en la civilizacin europea que


Polonia, menguada como estaba por culpa de las particiones. De hecho, la
intelligentsia rusa era cosmopolita. Por el contrario, la cultura polaca comienza a
importar modelos de las capitales de las potencias invasoras: Przybyszewski desde
Berln, Jarosaw Iwaszkiewicz desde Kiev, aunque ms bien desde San Petersburgo,
debido a las innovaciones que se haban operado en la poesa rusa. En el perodo
de entreguerras los compaeros de Iwaszkiewicz en Skamander parecan unos
provincianos comparados con l.
En la generacin de mis padres, Rusia apareca como prostor (un pas de
inmensos espacios abiertos) y no en balde el primer puesto de ingeniero que
consigui mi padre fue en Siberia. Quienes despus de la Revolucin tuvieron que
abandonar estos vastos territorios y mudarse cerca del Vstula sintieron que los
estaban encerrando en un gallinero. Hay ejemplos elocuentes que hablan sobre la
difcil adaptacin a las pequeeces, a las acusaciones mutuas y a la guerra de todos
contra todos. Len Petraycki, que se hizo famoso en la Universidad de San
Petersburgo y a cuyas clases acudan multitudes, se suicid en Polonia, lo mismo
que Aleksander Lednicki.
Todava me queda por aadir que debido a mis conocimientos de ruso
queran ejecutarme de un disparo en 1945: Cmo sabes ruso? Eres un espa!.

[S]

Schopenhauer, Arthur. No podra omitir aqu a un pensador al que debo


tanto. Sus libros estn en mi biblioteca, y me gusta leer fragmentos suyos de vez en
cuando. No es extrao, pues las obras de este filsofo han acompaado a muchos
poetas y artistas. Sus libros tienen la virtud de alumbrar pensamientos distintos en
cada lector. Pasaba por ser un pesimista extremo. Sigue sindolo para nosotros
ahora, a la luz de las experiencias del siglo XX? Si hubiramos escuchado sus
advertencias Schopenhauer cumpla sus obligaciones de filsofo a rajatabla.
Desconfiaba del conocimiento abstracto. En su opinin, los conceptos guardaban la
misma relacin con los datos observados que el papel moneda con el oro. La
humanidad comete las aberraciones y los crmenes ms terribles al hacer juegos
malabares con los conceptos, sin someterlos a una comprobacin directa. El lado
trgico del error y del prejuicio reside en la prctica, el lado cmico le est
reservado a la teora. Por ejemplo, si fuese posible convencer del todo a slo tres
personas de que el sol no es el responsable de la luz del da, entonces cabra la
esperanza de que esta afirmacin se convirtiera pronto en una creencia general. En
Alemania fue posible proclamar a Hegel, un charlatn asqueroso, una persona
insensible y un escritorzuelo, autor de disparates inauditos, el filsofo ms grande
de todos los tiempos. Varios miles de personas lo creyeron de forma firme e
inquebrantable durante veinte aos. Por desgracia, durante bastante ms que
veinte aos! El error en el pensamiento tiene sus consecuencias y Schopenhauer,
que luchaba contra la filosofa alemana de su poca, era consciente de ello.
Pero antes o despus todo error causa un dao, y ese dao es tan grande
como el error que lo produce. Quien contribuye a propagar un error en concreto
debe expiar su culpa, y a menudo lo paga muy caro. Lo mismo puede aplicarse a
una escala ms amplia en relacin con los errores de toda una nacin. Por eso, no
se repite lo suficiente que cuando nos cruzamos con un error debemos perseguirlo
y erradicarlo como a un enemigo que es de la humanidad, y no debe haber siquiera
errores privilegiados o aceptados. El pensador tiene el deber de combatir el error,
incluso cuando la humanidad, como ese enfermo a quien el mdico interviene una
lcera, grite desesperadamente.
Y pensar que soy yo quien lo cita, el mismo que antao se dejaba llevar por
el pensamiento de Stanisaw Brzozowski que era un entusiasta seguidor de
Hegel o, ms tarde, por el de Tadeusz Juliusz Kroski. No obstante, mi falta de

coherencia se convirti en mi fuerza y sali victoriosa frente al segundo polo de mi


mente, el pesimista.
Schopenhauer les debi parecer un estrafalario a esos visionarios que
interpretaban las sacudidas de la Revolucin Francesa y de las guerras
napolenicas como el anuncio de una nueva y maravillosa poca del Espritu, y
tambin a los socialistas utpicos de todo tipo. Pero su pensamiento chocaba
tambin con la moralidad victoriana por su forma abierta de escribir sobre los
impulsos animales del gnero humano. La gente se acostumbrara con el tiempo a
la teora de la evolucin, pero l ya deca lo mismo antes que Darwin. Estudiosos
de la figura de Darwin me han contado que el naturalista britnico lea a
Schopenhauer y es probable que se apropiara de algunas de sus ideas.
Schopenhauer considera que las leyes que rigen la seleccin natural y la
supervivencia de los ms aptos son casos particulares del concepto de voluntad
universal. Esa voluntad, la cosa en s, se expresa en los seres vivos en el deseo de
existir y de prolongar la especie al precio que sea, por eso se manifiesta con
especial fuerza en el instinto reproductor. La voluntad es la esencia del mundo,
acta de forma ciega, sin preocuparse de las muertes incontables de miles de
millones de criaturas. El hombre, al igual que el resto de los animales, es objeto del
poder de esa voluntad universal y es ella quien regula e inspira su fisiologa y su
psicologa.
En otras palabras, se trata simplemente de una imagen del mundo que
debemos a la biologa. Poco reconfortante, es verdad, pero a veces resulta indicado
ingerir pcimas amargas. Pero si Schopenhauer fuera slo un reduccionista y
desenmascarador del siglo XIX, uno ms, no atraera a las almas sensibles y
doloridas, a los artistas y a quienes suspiran por hallar la verdad en la religin. El
mundo como voluntad es para Schopenhauer un mundo de dolor y de muerte, un
mundo que nosotros, los humanos, no podemos pensar sin que se despierte en
nosotros una empatia constante, sin un sentimiento de sufrimiento compasivo.
Porque el hombre en su conjunto no es slo esclavo de la voluntad, tambin es
mente aislada, aunque a menudo la mente slo es un mero instrumento de la
voluntad. No obstante, la mente es capaz de liberarse de la presin de los deseos
que exigen ser saciados y observar todo desde una distancia, y entonces la vida
aparece como un crculo infernal de deseos y miedos, que son ilusiones y
fantasmas creados por la voluntad.
Yo mismo tuve la tentacin de interpretar la historia, fui uno ms, pues en
mi siglo la gente se dedic enfebrecidamente a esta tarea, generando ideas e

ideologas sin trmino. Sin embargo, mi inters por la naturaleza se haba


despertado antes, tambin mi desesperacin juvenil al observar las leyes
implacables de la madre Naturaleza, su indiferencia frente al sufrimiento y el
exterminio de sus hijos. De ah que sintiese predileccin por los filsofos
pesimistas. Marian Zdziechowski era rector de la universidad cuando yo ingres en
ella, quizs el nico cristiano pesimista y radical, capaz de negar que el mundo
tuviera un sentido y de percibir las crueldades con todo su corazn. Los otros dos
pensadores que han influido en mi vida son Simone Weil, que casi se convirti a la
hereja de los ctaros y a su maniquesmo, y Lev Shestov, que se revel contra la
necesidad, contra el dos por dos son cuatro, contra la ley de causa-efecto. No sabra
decir cundo empec a leer a Schopenhauer. El caso es que me ha acompaado en
diferentes etapas de mi vida.
Su bsqueda de la libertad implica una actitud desdeosa hacia la mayora
de los mortales, que persiguen la satisfaccin de sus deseos como esos galgos que
corren sin freno tras un conejo mecnico. En su opinin, el rasgo distintivo de los
seres humanos es la necesidad metafsica, una necesidad de la que se aprovechan
las religiones, entre ellas la filosofa, que era la religin verdadera y a la que l
quera entregarse. En su opinin la filosofa se mova por una va paralela a otras
religiones. Apreciaba aquellas religiones que contemplaban el mundo sin ilusin,
como el valle de lgrimas que es. En cambio, no le gustaba el paganismo, porque
por regla general es optimista. El Antiguo Testamento le atraa slo por la narracin
de la cada de nuestros primeros padres y el pecado original. El cristianismo
recogi este relato, de modo que su misma esencia es la conciencia de nuestra
contaminacin por la materia. Con seguridad, no le hubieran gustado los flirteos
de los cristianos con el mundo pagano que se han producido en el siglo XX, as
como todas esas promesas de que jams volveran a olvidarse de la materia. En el
budismo es todava ms fuerte la conciencia de que el ser es sufrimiento, as como
la compasin por todo lo vivo, y no slo para los tormentos humanos.
Schopenhauer se sinti atrado por esta religin, aunque, segn dijo, la descubri
demasiado tarde, cuando su sistema ya estaba terminado.
Pienso que su mayor influencia ha sido proclamar que el arte es la nica
liberacin posible. Adems se interes por el problema del genio artstico, que se
rebela contra el sometimiento a las rdenes de la voluntad:
De acuerdo con la descripcin que hemos hecho de la verdadera naturaleza
del genio podemos decir que contradice a la naturaleza, pues siendo intelecto, y
teniendo ste como destino el servicio a la voluntad, se ha emancipado a s mismo

de ese servicio para actuar por su propia cuenta. En consecuencia, el genio es un


intelecto que ha traicionado su destino.
Eso es lo que convierte a los nios en seres geniales:
Al igual que el cerebro y el intelecto son la misma cosa, el sistema
reproductor forma una unidad con nuestros ms vehementes deseos. Por eso lo
considero el centro de la voluntad. Precisamente porque este sistema permanece
inactivo, mientras que el cerebro se encuentra plenamente vigoroso, la infancia es
el tiempo de la inocencia y la felicidad, el paraso de la vida, el Edn perdido al que
miraremos con nostalgia durante el resto de nuestra vida.
Sin embargo, lo que ms contribuye a que los artistas se sientan atrados por
Schopenhauer es su afirmacin de que la mente, al liberarse de los lazos de la
voluntad, puede alcanzar una contemplacin objetiva. La distancia es el alma de la
belleza, dice Simone Weil. En el fondo es el mismo pensamiento. Schopenhauer
pona de ejemplo a la pintura holandesa del siglo XVII. Y Pan Tadeusz? Mickiewicz
se trasladaba a esa dimensin en la que las ambiciones, las pasiones y los miedos
dejaban de provocar sufrimientos, porque se convertan en pasado y, una vez all, le
bastaba una sonrisa para reconciliarse con el mundo de Soplicowo, tanto ms real
cuanto menos existente.
Sexualidad angelical. Cundo aparece la mujer de nuestra vida? Beatriz no
era ni la esposa ni tan siquiera la novia de Dante, sino slo una joven que el autor
vea a lo lejos. Y, sin embargo, en la Divina comedia ella se encuentra con l y lo gua
cuando Virgilio conduce al poeta hacia el crculo ms alto del Purgatorio. Este ideal
medieval de una feminidad lejana y adorada aparece continuamente en la poesa
de los trovadores de Languedoc. La mujer adquiere el estatus de una persona que
tiene la misin de iniciar al hombre en el amore sacro, algo que es, en cierto modo, el
reflejo del culto a Mara.
Ms tarde, la cultura cristiana sucumbe ante la influencia de la poesa
pagana latina, lo que no favorece el ideal de un amor sublime, aunque se alaba la
belleza de las damas en innumerables poemas. Despus el siglo XVIII, el Siglo de la
Razn, destaca por el relajamiento en las costumbres sexuales, un fenmeno en el
que Italia consigue el liderazgo, de ah que los diarios de Casanova no deban
considerarse slo como el reflejo de sus aventuras.
La mujer nica, que est predestinada a unirse a un solo hombre, es una idea

propia del Romanticismo, y Werther lleva esta idea hasta sus ltimas
consecuencias al suicidarse por no poder obtenerla. Esta causa de suicidio sera
absolutamente incomprensible para los estoicos y los epicreos, as como para los
poetas seguidores de la filosofa clsica. Pero las personas de finales del siglo XVIII
y principios del XIX, entre ellos los romnticos polacos, tuvieron otro tipo de
lecturas, de las que pudieron aprender un poco sobre el enlace de dos almas. Por
ejemplo las obras de Swedenborg, que alimentaron la imaginacin de Slowacki y
de Balzac cuando todava eran unos nios. Dicho sea de paso, merece la pena
observar que ms o menos por la misma poca, a principios de 1830, aparece la
Hora del pensamiento de Sowacki y dos novelas de Balzac, Sraphita y Louis Lambert,
inspiradas las tres por Swedenborg. La figura de Ludwika niadecka es para
Sowacki un amor imposible, mientras que la seorita Haska ocupa con verdadera
fuerza la vida del gordinfln y sentimental escritor francs. Tanto es as que Balzac
tuvo en cuenta al escribir su Sraphita los escrpulos catlicos de su amante e hizo
todo lo posible para que todo acabara en matrimonio.
Ningn sistema teosfico concede un lugar tan central al amor entre dos
personas como el edificio que construy la imaginacin de Swedenborg. Ya que el
mundo sensual y espiritual estn unidos en su obra por los hilos de una
correspondencia perfecta, todo lo que ocurre en la Tierra tiene su prolongacin
en el Cielo. El amor terrenal, segn Swedenborg, no tiene que adquirir la forma del
ascetismo medieval o de una idealizacin platnica. Al contrario, debe ser un amor
consumado en el seno del matrimonio, carnal, pero al mismo tiempo fuertemente
monogmico. Un amor as es un anuncio del cielo, porque en el cielo todos los
ngeles eran previamente personas y mantienen la fuerza y belleza de su juventud,
y tambin el sexo, femenino o masculino, que posean en la Tierra. Tambin se
sienten atrados por su pareja y siempre tienen una fuerte potencia sexual. Los
matrimonios felices durante su vida terrestre se encuentran de nuevo en el Cielo,
rejuvenecidos. Mientras que aquellos que permanecieron solitarios encuentran a su
pareja celestial.
Por lo tanto, la sexualidad angelical que se puede observar en Swedenborg
no est exenta de pasin carnal, ni es una huida hacia regiones etreas, ni un
anhelo o un sueo continuo. Es una sexualidad fsica, sobrenaturalmente terrenal,
y su nica y radical diferencia con la sexualidad depravada estriba en el hecho de
que su deseo se dirige a una nica persona. El objetivo de todos los seres terrestres
es lograr una armona total de dos almas y cuerpos, y si no lo consiguen en vida,
entonces lo lograrn cuando sean seres celestiales, con la ventaja adems de que
como seres celestiales no se cansarn ni aburrirn el uno del otro.

En su Sraphita, Balzac introduce la idea de la androginia, es decir, que la


unin de las almas masculina y femenina forman un todo hermafrodita; una idea
tomada quiz de Swedenborg, para quien las mentes de los cnyuges se funden en
el Cielo como si fuesen un todo, hasta el punto de que ya no se refiere a ellos como
a dos ngeles sino como a uno.
Todo indica que ni su Sraphita ni las cartas en las que Balzac intent
convencer a la seora Haska de que compartiera las ideas de Swedenborg
consiguieron cambiar la opinin de la destinataria; como mucho consiguieron, a
travs de la crtica de las creencias cristianas que contenan, que ella aadiese a su
catolicismo ciertas dosis de volterianismo.
Que cmo lo s? No soy un estudioso de Balzac, pero mis conocimientos de
la lengua francesa me han permitido consultar los abundantes comentarios y
estudios existentes en Francia sobre el particular. La comedia humana de Balzac
esconde tras de s una estructura filosfica compleja, que por lo general no aprecian
aquellas personas que vieron en el escritor slo a un gran realista. La novela Louis
Lambert, que Balzac reescribi en varias ocasiones, y cuyo personaje principal es un
pensador genial, nos permite acercarnos a las dos corrientes que se entrelazan en
su obra, la cientfica y la mstica. Entre sus fuentes msticas, Swedenborg ocupa
un lugar prominente. Por cierto que Balzac conoca la obra de Swedenborg, y
tambin la de Sowacki, gracias sobre todo a literatura secundaria.
Las imgenes de los (numerosos) cielos y tambin de los (numerosos)
infiernos que pueblan la obra de Swedenborg han fascinado a muchos hombres de
letras, quizs en primer lugar porque la tradicional imagen cristiana del infierno y
de la condenacin eterna no encajaba bien con la idea de un Dios bueno. Es ms
fcil imaginarse una especie de atraccin mutua entre semejantes, que se elevan a
los cielos o caen en los infiernos por la fuerza de la atraccin que sienten el uno por
el otro, que pensar que el ascenso o la cada sean el resultado de un juicio. Muchos
poetas han tomado prestadas referencias de Swedenborg; no son pocos los que,
como Baudelaire, se apropiaron del paralelismo que l hizo entre el mundo sensual
y el espiritual, y les dieron el nombre de smbolos.
Sierraville. Pocas personas visitan este lugar, que en realidad nada ofrece al
visitante. Incluso el nombre de esta pequea ciudad es demasiado ostentoso para
lo que es: una decena de casas de madera en una meseta plana, al pie de las
cumbres de la Sierra Nevada norteamericana. Una vez pregunt a un hombre que
estaba atareado arreglando la valla de su casa de dnde vena el nombre del

pueblo. Me contest que sus padres ya vivan en este lugar. Pero de dnde?,
insist. Seal al este, a la montaa. De all, me contest.
Los hippies descubrieron este villorrio; supongo que eso explica la clase de
libros que se vendan en la pequea librera local, en la que compr uno sobre la
secta de los Inmortales, un vestigio de los aos sesenta. Segn las doctrinas de esta
secta, la ciencia liberar al hombre del miedo a la muerte, procurndole la
inmortalidad. As desaparecern tanto la religin como el arte, que son producto
de ese miedo. De momento, hasta que la ciencia se perfeccione, congelan los
cuerpos de los seguidores de la secta que han fallecido para que, en este estado, se
conserven hasta ser resucitados por aquellos que dispongan en su da de los
conocimientos cientficos necesarios. Esa idea me hizo recordar a un amante de la
ciencia, el ruso Fedorov, que en el siglo XIX proclam la pronta victoria de la
ciencia sobre la muerte. Entonces el hombre tendra la responsabilidad de resucitar
a todos sus ancestros y quizs, ante la falta de espacio suficiente, necesitara
colonizar el universo entero.
En Sierraville nos ocurri, a Carol[5] y a m, una pequea aventura. Dio la
casualidad de que justo all se nos estrope el coche y que no sabamos muy bien
cmo salir del atolladero. Entonces, un hombre que encontramos en la tienda del
pueblo, que a juzgar por su aspecto era sin duda un hippy, nos invit con mucha
amabilidad a su comuna, que estaba a unos cuantos kilmetros del pueblo. Si
conseguamos llegar hasta all con el motor estropeado, ellos nos arreglaran el
coche.
De pronto, nos encontramos en el reino de la bondad. En aquel lugar nadie
tena prisa, ni hablaba en voz alta. Vivan en medio del bosque, en una ladera de la
montaa en la que abundaban las fuentes de aguas termales, que ellos hacan
llegar mediante conductos hasta unos recipientes y baeras de piedra. Los hombres
y las mujeres se baaban all juntos, totalmente desnudos, pero tambin cuando
andaban por la casa o se sentaban a la mesa casi todos estaban desnudos o se
tapaban apenas con un trapito. De todos modos, nadie impona nada a nadie y
cuando nos fuimos a baar mientras nos arreglaban el coche consideraron normal
que no nos desnudsemos. En la forma en la que se trataban los unos con los otros
y en la que se dirigan a nosotros se notaba una tolerancia absoluta y un
relajamiento total. Era difcil saber cmo se las apaaran en el futuro, lo cierto es
que esta pequea comunidad en la que nadie, hombre o mujer, intentaba imponerse
al otro mediante poses o reverencias (una contraposicin perfecta al teatro de
Gombrowicz) nos pareca loable.

Nos arreglaron el coche. No quisieron cobrarnos nada por la reparacin.


Sawiska, Irena. Originaria de Vilna, Slawiska fue compaera ma en la
Universidad Stefan Batory de su ciudad natal, aunque no en la misma facultad, ya
que ella estudi filologa polaca y romnica y yo derecho. Pero los dos
pertenecamos al Club de Escritura Creativa (quizs en otras universidades no
exista algo parecido) y ramos los favoritos del responsable acadmico del club,
Kridl, el profesor Manfred Kridl. Por entonces ignoraba que el destino de Kridl iba
a entrelazarse en algn momento con el mo, lejos de Vilna, nada menos que en
Amrica. Hoy encuentro razones objetivas para fundamentar mi decisin de
abandonar los estudios de filologa polaca al cabo de unas cuantas semanas, ya que
aparte de Kridl no haba en la facultad profesores interesantes.
Irena y yo tenamos una relacin amistosa, aunque nuestra amistad tampoco
era muy estrecha, por ejemplo nunca discutimos en Vilna de asuntos serios.
Conoca mejor a otras jvenes Orzeszkowa. Si recuerdo bien Irena era una de
ellas, pues haba asistido al Instituto Pblico Eliza Orzeszkowa.
Cuando hoy pienso en la joven Sawiska, aparece sobre el fondo de otras
caras de nuestra clase, corroborando una cierta uniformidad propia de aquellos
tiempos. Quizs en otras universidades los estudiantes procediesen sobre todo de
familias de funcionarios, pero en el caso de Vilna venan sobre todo de las
mansiones pequeas o grandes, de aldeas pobladas por la pequea nobleza (de
primera o segunda generacin) con un porcentaje bajo de otros orgenes, que en
el caso del campesinado se aproximaba a cero. Los estudiantes judos eran, sin
embargo, una excepcin, ya que provenan de familias de comerciantes que a
menudo eran muy pobres. Nosotros compartamos tambin unas relaciones
estrechas con el campo, lo que, dicho sea de paso, nos vino muy bien cuando
estall la guerra. Nuestro compaero del Club de Escritura Creativa, Teodor
Bujnicki, que cay en desgracia ante la opinin pblica de Vilna por publicar unos
poemas de propaganda en la revista sovitica Prawda Wileska [La verdad de
Vilna], estuvo durante los aos de ocupacin sovitica en las posesiones que su
familia tena cerca de Szawle. Sawiska tambin vivi durante un tiempo con su
ta en Samogitia y la historia que o de sus propios labios, terminada ya la guerra,
da idea de hasta qu punto se par el tiempo en algunas provincias de Europa. Un
noble de los alrededores se qued prendado de la joven muchacha de Vilna y
empez a cortejarla. Esta actitud indign a la ta, ya que con ella el pretendiente
demostraba no saber cul era su sitio, pues no era un autntico seor sino un
simple hidalgelo. Sin pensarlo dos veces la ta orden a sus sirvientes que le

prepararan una sopa negra y que le colocaran una sanda en su carro. Esta
costumbre, que serva en Samogitia para rechazar a los pretendientes indeseables
en el siglo XVII, perduraba como si nada en medio de la apocalptica contienda que
se libraba a escasos kilmetros.
Hay que decir que el hidalgo tena buen gusto, porque la estudiante de
doctorado de Vilna de pelo trigueo era una moza guapa y fuerte, perfecta para las
tareas propias del campo. En cambio a l su pasin por los deportes le hubiese
parecido un desperdicio; la moza aprovechaba la proximidad del ro Wilja y los
lagos de los alrededores para entrenar y convertirse en una nadadora excelente,
algo que no debera omitirse en la lista de sus cualidades. Pero tena otras aptitudes
que le permitieron lucir la toga y el bonete de los profesores universitarios. Como
investigadora se especializ en la historia del drama polaco y francs, as como en
la obra de Cyprian Camil Norwid. Consigui el ttulo de doctor despus de la
guerra, en 1948, en la Universidad de Toru, defendiendo una tesis titulada La
tragedia en la poca de la Joven Polonia.
Aquellos historiadores que se dediquen a investigar la contribucin de Vilna
a la cultura y la poltica de la Polonia de despus de Yalta tendrn que dedicarse a
estudiar la figura de Sawiska. Como es sabido, en la Universidad de Vilna surgi
un movimiento poltico izquierdista bajo el liderazgo de Henryk Dembiski, que
tena contactos con el grupo agary. En una ocasin ese movimiento gan las
elecciones a la Hermandad de Estudiantes, y ms tarde se radicaliz ms y
comenz a editar publicaciones como Poprostu [Al grano] y Razem [Juntos],
Despus de 1945, los miembros del movimiento que lograron sobrevivir a la guerra
se mantuvieron unidos; se los conoca como el grupo de Vilna, un grupo que
nunca se constituy formalmente como tal, pero que era influyente. La Universidad
Stefan Batory contaba tambin con una organizacin catlica llamada
Renacimiento, de la cual, por cierto, proceda Henryk Dembiski. Este se apoy en
algunos de sus antiguos correligionarios de Renacimiento, nada partidarios de la
ideologa nacional, para librar sus primeras batallas polticas. Sin embargo,
dejaron de apoyarlo cuando Dembiski se declar a favor de la revolucin
comunista. Asocio los siguientes nombres con Renacimiento: Stanisaw Stomma,
Irena Sawiska, Antoni Goubiew y su mujer, Czcsaw Zgorzelski.
Despus de 1945 estos nombres aparecen a menudo en las pginas del
Semanario universal y Stomma figura incluso como redactor jefe. No hay duda de
que en este caso la participacin de los graduados por la universidad de Vilna es
especialmente importante. Slawiska, que fue profesora de la universidad de Toru

y despus de la KUL (la Universidad Catlica de Lublin), permaneci inmune a las


tentativas gubernamentales, tanto en su labor investigadora como en la docente,
algo que yo, que no soy un armio acostumbrado a mudar de piel, anoto aqu con
satisfaccin. Y eso que, a decir verdad, pensbamos casi siempre de manera
diferente, y a pesar de que muchas de las ideas que ella ha puesto por escrito me
parecen discutibles.
En su da me alegr de que Sawiska encontrara un sitio adecuado para sus
actividades en Lublin. No estuvimos separados por completo el uno del otro
durante los aos de la Repblica Popular de Polonia. A partir de 1956 a los polacos
se les permiti viajar al extranjero y creo que nuestros encuentros en Pars se
remontan al ao 1958. Irena tambin hizo un viaje a Amrica y el Departamento de
Lenguas y Literaturas Eslavas de la Universidad de California en Berkeley fue una
de las instituciones que la acogi. Es posible que sus informes sobre literatura
contempornea polaca tuvieran algo que ver con la invitacin que me envi esta
universidad despus. En sus trabajos sobre teatro se interesaba sobre todo por los
escritores franceses, por eso visitaba a menudo Pars, donde los profesores de la
KUL se aprovechaban de la hospitalidad de los padres Pallottinos, que tenan una
casa en la rue Surcouf, que tambin serva de sede a las ditions du Dialogue. Mi
estrecha colaboracin con el cura Jzef Sadzik en la traduccin de la Biblia y con el
spiritus movens de la editorial, Danuta Szumska (que haba estudiado en la KUL),
son responsables de mis frecuentes visitas a la rue de Surcouf durante mis
estancias en Pars en los aos setenta. Era muy agradable sentarse a la mesa y
recordar con Irena los tiempos de Vilna.
La Facultad de Letras de la KUL me propuso para el ttulo de doctor honoris
causa, una decisin que la propia universidad aprob en 1980. Creo que la principal
responsable fue Sawiska, algo que se debe, en parte, a mis mritos literarios y
tambin a la famosa solidaridad existente entre quienes somos de Vilna. All, en
aquella gran ceremonia que se celebr en junio de 1981, en la que participaron
multitudes de estudiantes y a la que tambin asisti Lech Wasa, estaba Sawiska,
la persona ms radiante de las congregadas, para darme la bienvenida.
sta es la historia de algunos estudiantes de la USB, unas siglas que no dicen
nada a las jvenes generaciones y que significaban Universidad Stefan Batory.
Parece que estoy viendo a Irena en el estrecho local de nuestro club, al que se
entraba desde la calle de Wielka (ms o menos en el mismo sitio donde se
encuentra ahora, aprisionada, la Facultad de Filologa Polaca de la Universidad de
Vilna). Tambin aparecen en mis recuerdos otros muchos asistentes a nuestras

reuniones del club. Teodor Bujnicki, que muri por los disparos de unos
campesinos convertidos en partisanos excesivamente entusiastas, Kazimierz
Haaburda, que muri en un gulag sovitico, Zbigniew Folejewski, Jerzy
Putrament, aunque no estoy seguro de si l se nos uni ms tarde, a quien critiqu
con vehemencia en agary por el formalismo de sus primeras novelas. Tambin
unas cuantas personas ms que desaparecieron sin dejar huella; entre ellas destaca
orgullosa de su belleza y ms ocupada por atraer las miradas masculinas que por
estudiar mi compaera Pirewiczwna, cuyo nombre conservo en mi coleccin
particular, junto con los de Czepulkowski, el de la seora Kaczanowska o el del
seor abko-Potopowicz.
Irena Sawiska destacaba en nuestro grupo por su fuerte personalidad y
confirm nuestras expectativas si no delimitamos el concepto de creatividad a los
poemas o a la llamada prosa artstica. Como su compaero agradecido doy cuenta
aqu de mi contribucin a su propia biografa y al mismo tiempo de nuestra
aventura universitaria.
Sawoniewski y Syczko. Sawoniewski era un muchachote de dos metros
de altura, pero no del tipo atltico, sino ms bien como un tallo grueso. A su lado
Syczko, de nariz afilada, cuello delgado y orejas de murcilago, era pequeo.
Antes de la guerra eran compaeros inseparables; yo los conoca porque ambos
trabajaban (o quiz slo Sawoniewski?) en el departamento tcnico de Radio
Polonia en Vilna. Durante la ocupacin alemana fundaron en Vilna la empresa
Sawoniewski y Syczko, que se especializ en suministros para el Ejrcito
alemn. Pero algn producto suyo, una supuesta pomada para evitar que se
congelaran las articulaciones, enfureci a los alemanes, que los arrestaron y
ejecutaron. Al menos sta es la historia que me contaron, porque yo no me
encontraba por aquel entonces en Vilna. Supongo que nadie habr dejado
constancia de esa empresa, y por eso escribo yo aqu sus apellidos.
Solski, Wacaw. Pocas personas se acuerdan de este nombre, y todava
menos de la persona que lo llev. Tuve ocasin de conocerlo en Nueva York,
porque vivi muchos aos. Llevaba la tpica vida del exiliado, escribiendo y
publicando en polaco sin desmayo sus relatos y experiencias, aunque no s decir
quin se los publicaba despus. Desde luego, si era un exiliado, perteneca al peor
de los exilios, aquel del que se prefiere no hablar.
Solski (su verdadero apellido era Paski) era originario de Ld y estudi
all el bachillerato. El examen de revlida lo hizo en Varsovia en 1917. Pronto se

sinti atrado por los ideales socialistas y entr en el Partido Socialdemcrata de


Polonia y Lituania. Desde entonces trabaj en la otra parte es decir, en Minsk
durante el primer Consejo Sovitico, cuando el sistema sovitico echaba a andar, y
se encarg all de la redaccin de revistas comunistas en lengua polaca. Estaba
tambin en la otra parte en el ao 1920, cuando, siguiendo al Ejrcito Rojo,
avanzaba al oeste un equipo designado por Lenin que deba formar el futuro
gobierno de la Repblica Sovitica de Polonia (Dzerzhinski, Marchlewski, Kon).
Cuando Polonia gan la guerra, particip en las negociaciones de paz de Riga
como intrprete de la delegacin sovitica. Ms tarde hizo carrera como periodista
en Mosc. Era un buen conocedor de las lenguas occidentales, as que un da, a
finales de los aos veinte, se encontr en la embajada sovitica en Pars como
agregado de prensa. En sus diarios narra la decepcin de los periodistas franceses,
que estaban acostumbrados a recibir una paga de la embajada en los tiempos del
zarismo. Extendieron la mano para recibir la paga de la nueva autoridad, pero no
recibieron nada, ya que Solski se tomaba en serio la pureza de conciencia de los
revolucionarios. Esta ingenuidad, se dira que poltica, no le sirvi para
acomodarse al nuevo sistema y pronto rompi con el comunismo. Desde 1928 vivi
en Alemania, Francia, Inglaterra y, a partir de 1945, en Amrica.
De estatura considerable, llevaba una perilla negra y era apasionado aunque
tranquilo. El Solski que yo conoc en Nueva York era una enciclopedia humana
sobre los acontecimientos del siglo XX. Incluso en una ciudad como Nueva York,
llena de nufragos similares, destacaba por su talento polglota. Escriba no slo en
polaco, sino tambin en ruso, alemn, francs e ingls. Conversando con l se poda
aprender cantidad de cosas. Aunque me abstengo de juzgar sus libros, porque slo
le alguno, creo que en cualquier caso merecen nuestra atencin como crnicas del
siglo, y como prueba de cmo se cruzan los destinos humanos. En su prosa se
puede apreciar que cuidaba que su estilo fuese preciso y sencillo.
El carcter excepcional de Solski consiste en el hecho de que sobrevivi, lo
cual logr nicamente gracias a que se exili pronto a Occidente. Otras personas
que compartan sus ideas murieron en los gulags, en especial si hablaban polaco y
si haban publicado en la prensa polaca. En los aos treinta ser polaco era motivo
suficiente para ser arrestado en la Unin Sovitica.
Tengo la sensacin de que a travs de mi trato con Solski me introduje en el
enorme complejo de problemas, casi inexplorados, relacionados con los inicios de
la Polonia de entreguerras o, para ser ms exacto, con aquellas personas que se
declararon a favor de la otra parte, a favor de la gran idea universal que

representaba la Unin Sovitica y en contra de la Polonia de Pisudzki.


Sonoma. Sola viajar a Sonoma para visitar su misin, convertida en museo,
y tambin porque la ciudad haba sido la capital de la California mexicana. Se trata
de una regin de colinas pobladas de negros robles, que se tien casi de blanco en
verano, y que yo vi transformarse poco a poco durante mi larga estancia en
Berkeley. Al principio slo haba ranchos repletos de caballos, ms tarde
comenzaron a aparecer algunos viedos que al final se convirtieron en un mar de
viedos, tantos que Sonoma Valley empez a rivalizar con la vecina Napa Valley
por las clases y nombres de sus vinos.
Cerca de Sonoma est la pequea localidad de Glen Allen. All, todava en la
dcada de 1960, el bar era el centro de la ciudad, con todos esos recuerdos de la
Primera Guerra Mundial clavados en sus paredes. Jack London, que le tom gusto
a estas tierras, visitaba a menudo el bar, se paseaba a caballo y, al final, se
construy all una gran casa de ladrillos como su residencia principal. Por aquel
entonces ya tena mucho dinero y padeca de alcoholismo en un grado avanzado.
En cuanto termin la casa, se produjo un incendio en ella. Hoy, una vez restaurada,
es una especie de Museo Jack London y supone una atraccin turstica. En cambio
ya no existe el bar, que tambin se convirti en cenizas, vctima de algn incendio.
Durante mi adolescencia, Jack London era mi escritor favorito. Sucedi que
el destino me llev a la baha de San Francisco, donde sitios como el pintoresco
Jack London Square, cerca del puerto de los cteres en Oakland, y como la casamuseo en Glen Allen mantienen viva su leyenda.
Jack London es uno de los inspiradores del mito americano en Rusia, ya que
se lo tradujo mucho, incluso despus de la Revolucin (en parte por sus ideas
socialistas). En la Polonia de la dcada de 1920, es decir, cuando yo iba al colegio, se
publicaban muchos de sus libros en ediciones baratas. Con seguridad su realismo
darwinista tuvo alguna influencia en mi mente adolescente. Una novela suya me
conmovi de forma especial siendo ya un poco mayor; me refiero a Martin Eden, la
historia de un escritor novel que vive en San Francisco y que pasa hambre, que
enva sin xito sus relatos a editores y se enamora de la hija inaccesible de un
millonario. De repente, se hace famoso y comienza a ganar dinero, pero entonces se
da cuenta de que se haba enamorado de una idiota y se suicida, arrojndose al
mar en medio de la noche desde la cubierta de un barco de vapor. Muy romntico.
Como Wokulski e Izabela cka, los protagonistas de la novela de Boeslaw Prus La
mueca. No obstante, a m se me quedaron grabados en la memoria unos versos de

Swinburne que se citan en la novela de London, y que yo le en la traduccin de


Wilhelm Horzyca.
Sosnowska, Halina. Fue mi jefa en Radio Polonia, en Varsovia. Si
pretendiese escribir su biografa sera como escribir una oda a la memoria de una
generacin de polacos, aquella que cre la Polonia independiente despus de las
divisiones; en definitiva, un discurso apologtico para ser pronunciado durante un
hipottico juicio de la historia, y tambin una cancin fnebre.
La seorita Halina elechowska, que era, cmo no, de familia aristocrtica,
naci en 1894. Por lo tanto su juventud coincidi con grandes acontecimientos
histricos. Durante la Primera Guerra Mundial trabaj en Orenburg, en el Comit
de Ayuda a las Vctimas de la Guerra; entre los aos 1917-1918, se emple de
profesora en la regin de Vilna; en 1918, en el Comit de Defensa de la ciudad de
Lww; en 1920, en la Cruz Roja polaca. Ms tarde estudi en la Facultad de
Filosofa de la Universidad de Varsovia, donde obtuvo el ttulo de licenciada, y
posteriormente ampli sus estudios en la Sorbona. Al repasar sus datos personales
no tengo claro de dnde vena su apellido, pues se haba casado con Zygmunt
Czarnocki, que tena tierras en Nacza, cerca de Nowogrdek. As pues, se haba
divorciado (pero cmo?) y Zbigniew Sosnowski, el ictilogo, era su segundo
marido.
Ahora, al escribir sobre ella me llaman la atencin otras cosas. Antes, cuando
la trataba, me chocaba el culto ferviente que profesaba a la figura del mariscal
Pisudzki, su militancia en los crculos elitistas de Sanacja, pero en aquellos que
tenan inclinaciones democrticas y liberales. Slo ms tarde entend su falta de
esperanzas, que dejaba traslucir en algunas conversaciones privadas que mantuve
con ella; no obstante, se mostraba muy moderada, ya que no era propio de su
carcter dejarse llevar por el pesimismo.
En estos momentos Sosnowska me parece un personaje representativo de
ciertos ambientes de la intelligentsia de origen aristocrtico, aunque no sabra decir
hasta qu punto abundaban personas como ella. Era la sobrina del general Julian
Stachiewicz, que, al igual que muchos otros oficiales militares de alta graduacin,
provena del Zet, es decir, de una orientacin poltica contraria al Partido
Nacionalista y favorable a Pisudzki, unas ideas que compartan muchos militares
de las Legiones. Tambin procedan del Zet los militares que, durante la Segunda
Guerra Mundial, dirigieron el Ejrcito Nacional, los generales Grot-Rowecki y
Chruciel. Resumiendo, se puede decir que se era el ambiente en el que se

desenvolva Sosnowska, el propio de la intelligentsia, cuya figura preclara era Stefan


eromski. Fueron ellos los que conspiraron, los que tomaron las armas en 1914, los
que construyeron junto con Pisudzki el Estado polaco independiente y los que en
1920 ganaron la guerra contra la Unin Sovitica. Tambin fueron los responsables
del gobierno de los coroneles y, ms tarde, entre 1939 y 1945, los que se
encargaron de dirigir la lucha clandestina. La sublevacin de Varsovia en 1944 fue
el ltimo acto y la derrota definitiva de esta intelligentsia. Hago slo un breve
resumen, sin juzgar lo ms mnimo.
Al acabar sus estudios, Sosnowska se dedic al periodismo. Su billete de
entrada al Parlamento en 1928 fue motivo de habladuras. Fue nombrada
secretaria del vicepresidente del Senado, H. Gliwica, del Bloque Apoltico para la
Colaboracin con el Gobierno, un gran personaje de la masonera polaca. As pues,
eromski, sueos sobre casas de cristal, democracia, tolerancia, todo forma un
conjunto armnico.
En 1930 Sosnowska comenz a trabajar en Radio Polonia, primero como
secretaria del Consejo de Programacin, y a partir de ese momento su carrera fue
meterica. En 1935 se recompensaron sus mritos con la concesin de la Cruz de
Oro. En 1936, cuando mi destino empezaba a depender de ella, ya ocupaba el
puesto de directora suplente de Radio Polonia, lo que la converta en la prctica en
directora ejecutiva ya que Piotr (Pieso) Grecki, un emrito camarada de armas de
Pisudzki, consideraba que su puesto al frente de esta emisora slo era una
sinecura.
Los trabajadores de la radio teman a Sosnowska, que no sola caer bien a la
gente debido a su carcter enrgico y exigente, y a sus opiniones polticas. Uno de
los funcionarios de la radio era Zenon Kosidowski; en algn sitio encontr la
descripcin que hizo de ella: Muy valiente, aunque careca de tacto. En Progr. la
odiaban, era incapaz de encontrar un lenguaje comn, era arrogante, muy
trabajadora, conoca a la perfeccin su oficio.
Progr. era la Oficina de Programas, que era su preocupacin principal. Como
se llevaba fatal con los programadores, cre su propia Oficina de Planificacin de
Programas, poco despus de que me echaran a m de la delegacin de Radio
Polonia en Vilna. Ocupbamos un par de despachos en la plaza de Dbrowski. All
estbamos: Adam Szpak, responsable de msica (asesinado en Varsovia); Jzef
Czechowicz, responsable de literatura infantil (muri en Lublin); Schulc, encargado
de literatura (muri en Mauthausen); Unkiewicz, responsable de la seccin

cientfica y ms tarde redactor de la revista Problemas; Wodarkiewiczowa, si no me


equivoco encargada de educacin y deporte (muri en Nueva York), y yo, en
principio responsable de literatura, aunque en la prctica haca un poco de todo
porque la mujer que todos odiaban y que era incapaz de encontrar un lenguaje
comn hall en m un ser comprensivo, al tiempo que su arrogancia entraba en
liza con la ma. El equipo se reuna continuamente y yo resplandeca en aquellos
encuentros, as que pronto me convert en su hombre de confianza, algo que fuera
de nuestra oficina no estaba bien visto. Cabe aadir que su belleza, propia de una
Juno deportista, le haca tener ms encanto. Me haca trabajar un montn y, de
verdad, no me habra importado que otra persona se hubiera encargado de hacer
los horribles informes mensuales sobre la actividad de las distintas emisoras en
todo el territorio de Polonia, incluyendo todas las estaciones locales.
Sosnowska estaba comprometida con la lucha poltica dentro de la radio y
aqu ramos aliados. Y es que la visin que tena eromski de Polonia no se
cumpla y el OZON, o Partido de Unificacin Nacional, presionaba, al igual que en
la mayora de los pases vecinos, a rechazar la democracia y empujaba al pas a una
especie de populismo nacionalista. Fue como si esa intelligentsia que haba creado el
Estado se mantuviese firme en su puesto durante algn tiempo, hasta que las
presiones de las masas, tpicas en la cultura eslava, acabaron obligndola a
claudicar. La propaganda antisemita no cesaba en un momento en el que justo al
lado, en la Alemania nazi, una actividad similar causaba estragos. Debemos
preguntarnos hoy por las conexiones entre ambos fenmenos, aunque ya entonces
se comentaba en Varsovia que los lderes del Partido de Unificacin Nacional, con
Bolesaw Piasecki a la cabeza, viajaban a menudo a Alemania. En los programas, la
presin se expresaba en las exigencias de que aumentsemos las dosis de salsa
nacionalista y nos deshicisemos del personal judo, algo a lo que los funcionarios
no saban cmo resistirse: as es como se terminaron Las charlas del viejo doctor,
es decir, el programa de Janusz Korczak. Quiz fueron unas sensaciones
subcutneas o quiz la intuicin las que me sugeran una imagen sin esperanza de
Polonia, y Sosnowska mantena el odo abierto a mis susurros izquierdistas. Parece
que estaba igual de desesperada. Lo nico que poda hacer era aplicar una tctica
de retraso. Cuando al socilogo Aleksander Hertz se le impidi intervenir en la
radio porque era judo le dej al menos ganarse la vida como controlador de
programas. Estos controladores escuchaban programas en sus casas y despus
escriban crticas de los mismos. Jerzy Putrament hizo este trabajo en Vilna.
Cuando quisieron echarlo por comunista, yo lo defend con xito.
Polonia estaba amenazada de muerte, por el Este y el Oeste, mientras que en

el centro se estaba produciendo una descomposicin ideolgica, porque de qu


nos sirvi en aquella situacin de acoso la fe en la libertad, la igualdad y la
fraternidad? La obra de eromski Antes de la primavera se haba publicado en 1925,
es decir, quince aos antes, y nada de lo que el autor describa haba cambiado,
slo haba desaparecido la esperanza. Debo hacer una correccin; slo algunos
pensaban as, pues la generacin que en esos momentos todava iba a la escuela, y
que iba a morir durante la guerra, no poda darse cuenta de la situacin. Slo entre
los judos de esa generacin era posible encontrar un estado similar de
catastrofismo. De todos modos, el hecho de que peridicos como May Dziennik
[Pequeo diario], que diriga Niepokalanw, pusiera juntas las palabras judocomunista-masn iba a tener sus consecuencias.
Walery Sawek fue una de las personalidades ms cercanas a Pisudzki.
Haba pertenecido a las guerrillas del PPS (Partido Socialista Polaco) y participado
en el atraco al tren en Bezdany. Despus del golpe de Estado de mayo, Pisudzki le
confi la creacin del Bloque Apoltico para la Colaboracin con el Gobierno. Si
creemos lo que Aleksandra Pisudzka escribi en sus diarios, su marido, el
mariscal, haba pensado en l como futuro presidente de Polonia. Sosnowska
conoca la importancia de Sawek. Para ella se trataba de un hombre que tena las
manos limpias, que no se las haba manchado con asuntos turbios y que viva slo
para la causa, para la idea patritica. Por eso su suicidio en 1939 produjo en
Sosnowska autntico espanto.
En septiembre de 1939 evacuaron Radio Polonia a Rumania. Del personal se
quedaron en Varsovia slo unos cuantos, entre ellos Sosnowska. Durante la guerra
vivi con su marido en la casa de la calle de Filtrowa y se gan la vida,
oficialmente, ofreciendo comidas caseras, aunque en realidad estaba metida en el
mundo de la clandestinidad. El comedor pblico que instal en su casa era un
lugar idneo como centro de reuniones de los lderes de la resistencia. Visit a
Sosnowska en la calle de Filtrowa, pero no conoca sus actividades secretas. Supe
de su destino al finalizar la guerra. La arrestaron y la juzgaron en 1947. Resulta
difcil reunir informacin sobre este tema, al igual que sobre la verdadera historia
de la Repblica Popular de Polonia. Se pidi entonces cadena perpetua. Al parecer
estuvo encarcelada durante doce aos, aunque algunas personas prximas a ella
dicen que se benefici de una amnista y que sali despus de cumplir siete aos.
Me llegaron ecos sobre su comportamiento heroico en la prisin y sobre la ayuda
moral que prest a otras presas que estaban con ella. Tras salir de la crcel, sus
amigos corrieron la voz de que haba salido de la crcel enferma y que necesitaba
medicamentos. Creo que consegu enviarle algunas medicinas. Despus se dedic a

cuidar de las antiguas presas y fund para ello una cooperativa. Qu es lo que
pensaba, qu es lo que senta en los aos que estuvo en la crcel y ms tarde, ahora
ya nadie lo sabr, aunque conocindola estoy seguro de que su fuerza de voluntad,
imposible de quebrantar por las adversidades, se mantuvo firme. Muri en 1973.
Me gustaba trabajar con ella en la radio y quizs el miedo ante la posibilidad
de perder un sueldo fijo no era lo nico que me retena en esas oficinas. El
despacho de Sosnowska, con las batallas en las que se meta, creaba una especie de
aureola y me dejaba sin tiempo ni energa para participar en la vida literaria de
Varsovia. Lo peor es que ascend rpido y mi sueldo tambin creci. Me senta
atrapado y slo en sueos recuperaba mi libertad para dedicarme a la literatura.
Por ser exacto aado que el Departamento Literario de Radio Polonia era un
mundo aparte en el que yo no participaba para nada. Se ubicaba en la calle de
Zielna y all trabajaban Witold Hulewicz, Jan Parandowski, as como ms tarde
Boeslaw Miciski, mientras que las radionovelas las dirigan mis amigos de Vilna
Antoni Bohdziewicz y Tadeusz Byrski.
Sosnowska fue una gran persona. Cuando era joven no me gustaban los
monumentos. Ahora pienso que son necesarios porque cmo se puede expresar
de otra manera nuestra admiracin por personas que pueden ser para nosotros un
modelo de nobleza y de voluntad encaminada hacia el bien? Me gustara que a
Sosnowska se le levantase un monumento en Varsovia, aunque sea en la calle de
Filtrowa, o en la plaza de Dbrowski.
Sperber, Manes. No sera difcil investigar su vida en la biblioteca, pero yo
prefiero ejercitar un poco mi imaginacin. Todo comienza en una taberna, en algn
lugar de Pokucie, y en ella hay una tabernera valiente que trabaja duramente para
que su marido pueda dedicarse al estudio de los libros sagrados y a conversar con
el Seor de la creacin. Tambin hay muchos nios, uno de ellos Manes, que recibe
una esmerada educacin de nio piadoso en un cheder o escuela talmdica local.
Pero l no termina los estudios en la escuela religiosa porque prefiere irse a un
instituto laico; ms tarde se marcha a Viena para estudiar psicologa. Manes
rompi pronto con la fe de sus antepasados. Qu la sustituy, qu le dio un fervor
igual al que animaba a su padre y a su abuelo cuando rogaban al Supremo la
pronta llegada del Mesas? Sin duda, el marxismo. Manes, o Munio, como lo
llamaban sus amigos ntimos, hizo una carrera cientfica en la Alemania de
Weimar, en la Universidad de Berln. Fue un miembro activo del Partido
Comunista. Cuando Hitler lleg al poder, Munio se uni al numeroso grupo de
exiliados alemanes en Pars y Mnzenberg lo emple en su central de propaganda

internacional. Munio era un hombre de cultura alemana y no se adaptaba con


facilidad a la francesa. De hecho toda su vida escribi en alemn. Sus aventuras se
parecen un poco a las de Arthur Koestler, del que, no obstante, lo diferenciaba el
origen, ya que Koestler provena de una familia de la intelligentsia de Budapest y, al
parecer, no haba recibido educacin religiosa. En cuanto a las dos religiones laicas
propias de ese tiempo, Koestler primero escogi el sionismo para ms tarde
convertirse al comunismo. Durante un tiempo largo, Munio se convirti en un
estudioso de los libros de Marx y Engels, fue un marxista fantico, y adems
mucho ms judo que Koestler, y un judo de all, de la tierra del Exterminio. Ese
fue precisamente su rasgo ms humano y trgico.
Ignoro por qu etapas pas antes de convertirse en un anticomunista, pero
cuando conoc a Munio en Pars era uno de los pocos escritores que se atrevan a
propagar a voz en grito en Europa Occidental lo que pensaba sobre la Unin
Sovitica. Era amigo de Giedroyc y Jzef Czapski y entenda perfectamente lo que
pretenda la revista del exilio polaco Cultura. Era mucho ms cercano a nosotros
que, por ejemplo, Koestler, porque nuestra parte de Europa exista para l en
detalle, con sus lugares, paisajes y complejidades sociolgicas, y no como una mera
abstraccin.
Quiz sus conocimientos estaban, no obstante, por encima de su talento,
porque como escritor de novelas no pas de ser mediocre. Ahora pienso que su
figura se parece bastante a la de Julin Stryjkowski. Por cierto que, cuando Manes
era uno de los directores literarios de la editorial Calman Lvy, me dio un ejemplar
en polaco de la novela de Stryjkowski Voces en la oscuridad para que hiciera un
informe. Apoy la idea de traducir el libro al francs y la novela se public. El libro
describe el mundo de las pequeas ciudades de Galitzia, un mundo que haba
desaparecido del todo y al que Manes haba pertenecido en el pasado. Tambin
hice informes sobre otros libros, ya no me acuerdo de los ttulos, aunque la
empresa pagaba de forma muy modesta.
En contra de lo que pudiera parecer y de cierta frialdad aparente, Munio era
una persona clida, amistosa, dispuesta a ayudar a sus amigos.
Habra que recordar ms a menudo a personas que como l tuvieron que
enfrentarse a fuerzas polticas que actuaban en contra de ellas de forma consciente.
Antes de la Primera Guerra Mundial un escritor rumano, Panait Istrati, se convirti
en el objeto de una persecucin organizada por criticar lo que haba visto durante
su estancia en la Unin Sovitica. Despus le toc el turno a Andr Gide por

atreverse a escribir con escepticismo sobre la URSS. La obra de Vctor Serge, que al
final se qued a vivir en Mxico, alcanz poca difusin, y lo mismo le pas a
Gustaw Regler. Despus de la guerra slo Oscuridad a medioda de Koestler tuvo
algo de xito. George Orwell se encontr con un fuerte rechazo por parte de los
editores y consigui publicar, con grandes dificultades, Rebelin en la granja y 1984;
este ltimo libro se hizo famoso slo despus de la muerte del autor. Hasta los aos
ochenta se intent quitar fuerza a 1984 sosteniendo, en contra de la verdad, que no
se trataba de una stira sobre el pas de Stalin. Los testimonios sobre el gulag se
extirpaban, tal y como pudo comprobar el autor, de Un mundo aparte, Gustaw
Herling-Grudziski. Slo unas cuantas personas conocan la Tierra inhumana de
Jzef Czapski. Un rasgo conmovedor, comn a todos los autores mencionados, es el
deseo de decir o gritar la verdad contra los odos sordos de la opinin pblica
occidental. A menudo su comportamiento era el resultado de un compromiso
moral con sus antiguos compaeros de prisin que se haban quedado en el gulag
y cuyas voces, por tanto, no podan ser odas.
Se trata de un tema inmenso para los historiadores que se dediquen a
investigar el siglo XX. Entonces hasta los personajes olvidados hoy adquirirn una
dimensin enorme. Merece la pena subrayar que en el deseo de dejar un testimonio
haba ya un elemento de sacrificio. Un escritor serio mira al futuro y es lo
suficientemente selectivo como para no entretenerse con la actualidad. Pero ocurri
que la furia, nacida de la humillacin y del sufrimiento de las personas, empujaba
a algunos a transgredir este principio, es decir, aceptar la derrota de encargarse del
presente, y se dedicaron a asuntos que, como se sabra ms tarde, tenan una
importancia ms que momentnea.
Stabiska-Przybytko, Maria. Mi profesora de polaco. Es una asignatura
muy real para m, mucho ms que numerosas escenas de mi vida posterior. Y eso
que no consigo identificarme plenamente con aquel chico joven que asista a las
clases y que percibo con tanta fuerza.
Nunca escrib buenas redacciones en polaco. Decepcionaba a mi profesora
porque destacaba en las discusiones y, sin embargo, mis trabajos escritos reciban
slo un aprobado y una anotacin: estilo telegrfico. Desde luego, no le faltaba
razn. No tena facilidad para escribir, no saba deleitarme con el movimiento de
mi pluma sobre el papel. Pensaba que bastaba con informar, de la forma ms
concisa, de mis conocimientos modestos sobre Mickiewicz o Sowacki. Sin
embargo, no era eso lo que ella esperaba de m y yo no entenda lo que ella quera.

De repente se me encendi una bombilla en la cabeza, y a pesar de que tengo


mis dudas sobre si se deben desvelar experiencias tan desmoralizadoras, me he
decidido a hacerlo pensando en los beneficios que puede tener para los dems.
Quizs algn alumno sacar mejores notas gracias a mi descubrimiento.
Entend que no me exigan que escribiera lo que yo pensaba. Tena que
convertirme en una especie de alumno profesional, hacer lo que un alumno hace,
es decir, enrollarme. No soy yo el que escribe, sino l y no existe razn para
esforzarme por ser preciso y veraz ya que el responsable es l y no yo.
Dicho en otras palabras, me di cuenta de que los ejercicios escritos eran
como un ejercicio de retrica. A partir de ese momento todo fue muy bien. Escriba
frases redondas y florales, y comenc a sentir placer en el movimiento gil de mi
pluma. Stabiska me pona sobresalientes.
Por eso me resultaban en su da tan familiares las teoras literarias sobre el
papel de una persona que no se identifica con el sujeto que escribe. Eran un
ejercicio ms. Es probable que empezara a ver el problema del desdoblamiento, es
decir, del lugar del tercero. Yo soy una cosa; el alumno que escribe otra; pero
todava hay un elemento ms, el observador que contempla los garabatos que ha
realizado la pluma y est callado.
El desdoblamiento en la literatura se parece a la vida real. Porque me
interesaba lo que Stabiska deca sobre la literatura y la trataba con seriedad. Sin
embargo, al mismo tiempo, era uno de esa docena de jvenes zambos a los que
excitaba la presencia de una mujer joven (a decir verdad no tan joven), uno ms de
los que participaban en las bromas obscenas y en las estpidas carcajadas.
Despus de la guerra Stabiska se dedic a la enseanza en Wrocaw.
Suzuki, Daitsu Teitaro. La apertura de los Estados Unidos a las religiones de
Oriente fue, en gran parte, mrito suyo. Me top con los escritos de Suzuki cuando
intent entender el budismo estadounidense pero, para mi sorpresa, lo que
encontr en ellos se pareca ms a un Swedenborg a la norteamericana.
En Japn Suzuki es un apellido tan comn como en Polonia Kowalski. Naci
en 1870, as pues tena 30 aos en 1900. Apoyaba la poltica del gobierno japons
que pretenda industrializar el pas, sin embargo sostena que en una civilizacin
desarrollada desde el punto de vista tecnolgico el hombre iba a necesitar una
dimensin espiritual que las religiones convencionales no podran ofrecerle. Se

recluy en un monasterio zen y ms tarde estudi filosofa en la Universidad de


Tokio. Decidi ofrecer a sus contemporneos conocimientos sobre diferentes
religiones tradicionales para que de esta forma tuviesen elementos de juicio con los
que elegir. As fue como se convirti en misionero de Oriente en Occidente y de
Occidente en Oriente.
Fij su residencia en Inglaterra y despus en los Estados Unidos, donde
descubri que las enseanzas de Swedenborg se parecan mucho a su forma de
pensar. Dicho sea de paso, fue un discpulo de Swedenborg, Hermann Vetterling,
quien public en 1887 la primera revista budista de Amrica (dnde?, en
California, por supuesto), The Buddhist Ray, defendiendo la tesis de que las
enseanzas de Buda eran idnticas a las del visionario sueco. Beatrice Lane, una
americana con la que se cas Suzuki, se haba interesado por la obra de
Swedenborg durante sus estudios en Columbia, y quizs introdujo a su marido en
sus obras. De una forma u otra, Suzuki tradujo al japons (del ingls) cuatro obras
de Swedenborg y le concedi el ttulo de el Buda de Occidente.
La enorme laboriosidad de Suzuki fructific en una decena de volmenes.
En sus esfuerzos ecumnicos tendi puentes entre el budismo mahayana y el
cristianismo citando, en gran parte, los escritos del maestro Eckhart.
Suzuki deca que el zen no era una religin y que sus enseanzas podan ser
desligadas del budismo; en su opinin el zen es poesa, aunque no procedente de
los sueos sino de una fuerza interior. En este sentido, los viajes de Swedenborg
hacia otros mundos eran poesa para Suzuki. Reconoca que la enseanza del gran
sueco era cristolgica y que el estado del hombre despus de la muerte, parecido al
estado bardo en el Libro de Muertos del Tbet, no era una preparacin para la
siguiente encarnacin, sino para el cielo o el infierno. No obstante, encontraba
similitudes entre su obra y el budismo, aunque fuera en la teora de la
correspondencia, que relaciona cosas de este mundo con la mente. As, por
ejemplo, una cuchara existe de forma simultnea en el mundo de los objetos y en
otro mundo extraterreno.
Algo similar ocurra con el concepto del yo. Para los budistas es el
principal obstculo en el camino hacia una contemplacin verdadera, en la cual el
yo debera desaparecer de forma tan eficaz que furamos una cosa con el mundo,
la montaa, la flor y el pjaro que vuela. Por lo tanto se opone al yo cartesiano,
que se supone incuestionable, mientras que para los budistas la autoconciencia del
yo es una ilusin de la que hay que deshacerse. En Swedenborg no existe el yo

como centro, como un alczar que proteja al ser humano del mundo, por lo que
este pensador es una especie de excepcin entre los pensadores occidentales. El
yo est tambin abierto al influx de las fuerzas celestiales o infernales, mientras
que su centro, o propium, no puede ser un baluarte, si no se cerrara a s mismo. El
influx celestial hace que el hombre sea bueno, incluso cuando piensa que acta por
s solo. Por el contrario, el hombre hace mal por su propia cuenta, por su propium
aliado con los espritus malvados. En otras palabras, no me define la conciencia
sino mi amor, que se abre a los fluidos celestiales o a los fluidos de las fuerzas
oscuras.
El peculiar concepto de Swedenborg de la salvacin y la condenacin eternas
est unido a este concepto de alma como recipiente abierto. En vez de un registro
de pecados que el Juez Supremo estudia, Swedenborg propone algo ms cercano a
la ley budista del karma. Dios no enva a nadie al infierno, y la condena no es el
resultado de un juicio. Simplemente, el hombre despus de la muerte se va all
donde el amor lo lleva, lo que significa que se encontrar en la compaa de otros
similares a l; si llegara a un crculo demasiado alto se sentira all tan mal que,
cuanto antes, se volvera por s solo a su propio crculo, aunque ste sea infernal. El
viejo Zosima, el personaje de Los hermanos Karamazov, dice ms o menos lo mismo
sobre la salvacin y la condenacin eternas. Dostoievski se inspir bastante en
Swedenborg, al que ley en una traduccin rusa.
Swedenborg nos presenta un cielo y un infierno espaciosos, aunque se trate
de un espacio slo simblico: cmo eres es cmo ves. Aqu se podran establecer
similitudes con el tibetano Libro de los Muertos, que Swedenborg, por supuesto,
no conoca. Los ms diversos monstruos y dioses descritos all son la proyeccin de
estados del alma.
Creo que mis palabras sobre Suzuki me han llevado demasiado lejos. No
quisiera que lo que acabo de escribir moviera a alguien a leer a Swedenborg, pues
puede resultar una experiencia decepcionante. Su prosa pedante tiene fuertes
propiedades soporferas.
wicicki, Ignacy. Fuimos a la misma clase durante los ocho aos del
colegio, y despus tambin estuvimos juntos en la organizacin secreta Pet.
Ignacy naci en las posesiones de su familia en Bielorrusia, de donde proceda todo
el clan de los wicicki. Despus del examen de revlida estudi mecnica en la
Universidad Politcnica de Varsovia. El servicio militar lo hizo en la aviacin.
Durante los aos escolares era muy religioso, y se asoci a Sodalitia Mariana. La

poltica no le interesaba para nada. En 1939 estaba con su regimiento en la ciudad


de Toru. Ms tarde, lo evacuaron a Rumania donde particip en una huida
organizada de los pilotos, que haban sido internados en campos de concentracin.
Consiguieron huir de su cautiverio y llegaron en barco a Marsella. En Francia lo
destinaron a los talleres de la aviacin en Limoges. Despus de la cada de Francia
enviaron a su grupo a un puerto pequeo cerca de la frontera con Espaa y desde
all en barco a frica. Desde Casablanca viaj en un barco a Inglaterra, donde
durante un tiempo prolongado sirvi como instructor de mecnica de aviones. A
peticin propia pas a servir como piloto. Durante la campaa italiana volaba en
un avin de reconocimiento monoplaza que tena la misin de comenzar su ruta en
Bari para despus avanzar poco a poco a lo largo del Adritico. Despus de acabar
su servicio volvi a Inglaterra donde lo sorprendi el final de la guerra. Planeaba
volver a Polonia, pero al final se march a los Estados Unidos. Consigui trabajo de
ingeniero mecnico en la ciudad de York, en Pensilvania. All vivi durante muchos
aos.
Despus de la guerra nos encontramos en Inglaterra. Ms tarde Ignacy nos
visitaba en Washington; en estas visitas incluso se fragu su matrimonio con una
amiga nuestra. Tambin mi familia encontr refugio en la casa de los wicicki, en
York, durante nuestra larga separacin debido a los problemas de visado.
Est bien tener un amigo de los aos escolares como l. Serio, bueno e
inteligente, tuvo que ser una adquisicin de primera clase para la empresa de
mecnica de York, que pronto se dio cuenta de su valor y para la que trabaj
durante varias dcadas, hasta que se jubil. Al principio, de mi clase del instituto
de Vilna, slo l viva en los Estados Unidos, pero despus Sta Kownacki vino de
Inglaterra y cuando yo me instal en Berkeley, en 1960, l viva a una hora y media
en coche, en Los Gatos. As que ramos tres, dos en California y el tercero en el
lado opuesto del continente, pero mantuvimos todo el tiempo nuestros lazos de
amistad.
Szempliska, Elbieta. Fue compaera de clase de Janka Duska, es decir, de
mi mujer, en el bachillerato. Creo que despus coincidieron tambin en la Facultad
de Derecho. Durante algn tiempo estuvo casada con Gladych, un joven escritor
del grupo Kwadryga. El matrimonio suscitaba un buen nmero de ancdotas,
sobre todo por el carcter dictatorial de ella. Al parecer l slo poda escribir
cuando se encerraba en el vter. Szempliska se hizo famosa como poeta proletaria,
a pesar de que su origen era todo menos proletario, al contrario, perteneca a una
familia de funcionarios. Era una fantica. En el ao 1939, cuando los soviticos

ocuparon la ciudad de Lww, adquiri renombre por un poema sobre la Polonia de


entreguerras, en el que deca: Cambiamos el yugo de los zares por el yugo
polaco. Por entonces ya tena otro marido, Sobolewski, un deportista y atleta, que
en el terreno de las convicciones era un entusiasta de eromski y de su casa de
cristal. Su historia posterior es espantosa, sera un buen guin para una pelcula
trgica. Nos la cont Szempliska cuando nos visit en Montgeron en 1959 y 1960.
Al estallar la guerra el matrimonio consigui huir a la Unin Sovitica, lo
cual les permiti conocer de primera mano lo que suceda en la Patria del
Proletariado. En cuanto supieron lo que pasaba, vivieron con un solo objetivo:
escapar a Occidente. Despus de la guerra, consiguieron volver a Varsovia y, ms
tarde, se fueron a Luxemburgo, donde Sobolewski ocup durante un breve tiempo
el cargo de cnsul. Estaban tan espantados por el comunismo que no queran
volver a Polonia mientras hubiese en el pas un gobierno comunista. Sin embargo,
no saban muy bien cmo conseguirlo. En Francia los comunistas se haban hecho
todopoderosos, mientras que a ojos de los polacos del Ejrcito de Anders, de los
anticomunistas, Szempliska se haba comprometido por completo a raz de sus
poemas prosoviticos sobre Lww. Adems, la huida de un diplomtico de un pas
de la zona sovitica expona al fugitivo a un peligro bastante real, debido a los
servicios secretos que operaban en Francia. No obstante, los Sobolewski huyeron.
Despus de numerosas y peligrosas peripecias llegaron a Roma y pidieron ayuda a
una oficina secreta del Vaticano que se dedicaba a ayudar a los refugiados del Este
(dicho sea de paso, tambin ayudaba a los nazis y a sus colaboradores, aplicando el
principio de no preguntar por el pasado). La oficina les suministr un visado
marroqu y los dos se establecieron en Casablanca.
La historia no hubiera tenido su continuacin si no fuera por la imprudencia
de Sobolewski. En vez de permanecer callado, decidi actuar convencido de su
misin de contar la verdad sobre el comunismo. Daba conferencias a la colonia de
exiliados polacos en Casablanca y los adverta de las mentiras de la propaganda
procedente de Varsovia. Pero en aquel tiempo Casablanca era una de las capitales
del espionaje internacional, y tambin Varsovia dispona de su red de agentes all.
Al parecer l cay en su trampa y al sentir la tierra arder bajo sus pies se fue de
nuevo a Roma a solicitar nuevos pasaportes y visados. Szempliska, segn nos
cont, estaba convencida de que el dueo del barco con el que Sobolewski acord
el precio por el viaje a Roma era un agente. El marido se march a negociar con l y
desapareci sin dejar rastro; ella se qued sola con el hijo de ambos. Al parecer su
cadver apareci tiempo ms tarde en la costa mediterrnea espaola.

Szempliska nos daba pena. Las duras experiencias por las que haba
pasado la haban dejado marcada para siempre. Se hizo muy religiosa, casi devota,
rozando la frontera del fanatismo. En Pars careca de medios de subsistencia. No
sabamos muy bien cmo ayudarla. Su hijo se haca mayor y comenz a ir a la
escuela. Ella volvi a Varsovia en 1962.
Szetejnie, Ginejty y Peiksva. As se llamaban los pueblos situados cerca de la
mansin de Szetejnie, donde nac. El valle de Niewiaa est como encajado en la
montaa, por eso es imposible divisar desde el valle los jardines o las mansiones de
los alrededores. Los viajeros que atraviesan hoy esos parajes ni siquiera sospechan
lo que antao haba all. Han desaparecido los pueblos humeantes, el continuo
chirriar de la garrucha del pozo, el canto de los gallos, el ladrido de los perros, la
presencia de la voz humana. Ya no existe el verdor de los huertos de rboles
frutales, que trepaba hasta los tejados de las casas; en todos los patios haba
manzanos, perales y ciruelos, que separaban la casa, el pajar y el granero. Tambin
las calles del pueblo discurran entre frondosos rboles, que eran el orgullo de los
lugareos. A la gente le gustaba tallar la madera: postigos esculpidos, signos y
letras cincelados en las vigas, taburetes que siempre tenan la misma forma y
cruces unidas al smbolo del sol radiante y de la luna creciente invertida, o
pequeas capillas en las que se sentaba un Cristo afligido, y que despus se
colocaban al borde del camino.
Justo detrs de la mansin de Szetejnie, el camino a lo largo de la huerta de
rboles frutales pasaba por el kumetyne es decir, por los barracones para los
jornaleros y all se converta en la calle principal del pueblo de Szetejnie, que se
extenda lejos hasta adentrarse en el bosque. En cambio, a lo largo de Niewiaa,
detrs de la escuela, llamada Legmedis, empezaba otro pueblo grande, Ginejty. Se
trataba de pueblos ricos, muy independientes, que a veces, como en el caso de
Szetejnie, pugnaban con la mansin por los pastos del bosque. Sin embargo, el
pueblo ms rico era Peiksva, situado justo en la frontera del bosque.
Los pueblos eran netamente lituanos y se sentan orgullosos de su identidad
lituana. En Szetejnie, por lo tanto a uno o dos kilmetros de mi lugar de
nacimiento, naci Juozas Urbys, el ltimo ministro de Asuntos Exteriores de la
Lituania independiente y, dicho sea de paso, compaero de Oskar Miosz en la
delegacin diplomtica en Pars. Fue l quien firm el pacto sobre la neutralidad de
Lituania en el Kremlin. Despus de ocupar Lituania, las autoridades soviticas lo
deportaron a Rusia y despus lo encerraron en una prisin durante largos aos. Al
final, le permitieron volver a Kaunas y, gracias a su longevidad, vivi lo suficiente

para ver cmo en el ao 1991 Lituania volva a ser independiente.


Las relaciones de los pueblos con nuestra mansin no eran malas, a veces
incluso se podran calificar de buenas, gracias sobre todo a la tolerancia del abuelo
Kunat respecto de lo que en las mansiones de los alrededores se calificaba de
mana lituana. Si mi madre, siendo como era una chica joven, enseaba a los
nios en la escuela a leer y escribir en polaco, algo que por entonces pasaba por ser
normal, mi abuelo complementaba la medida pagando el sueldo de un profesor
que enseaba a los nios en lituano. Unas cinco mil personas de los pueblos de los
alrededores asistieron al entierro de mi abuelo en 1935.
A los habitantes de los pueblos de Szetejnie, Ginejty y Peiksva los
deportaron a la taiga siberiana por kulaks, por campesinos ricos, y tambin por
ser sospechosos de dar cobijo a los partisanos o hermanos del bosque. Las casas
fueron derribadas, los huertos de rboles frutales talados y arrancados. Quedaron
campos tan perfectamente desnudos que recibieron en la regin el nombre de
Kazajstn. La granja de mi madre, Podkomorzynek, comparti el mismo destino.
Ni siquiera los mapas preservaron los nombres de las antao pobladas localidades
de este llano, hoy tan lgubre.

[T]

Tarski, Alfred y su mujer Marysia. Lo llamaban el Einstein de la Costa


Oeste, experto en lgica, matemtico, profesor de la Universidad de California en
Berkeley. Se hizo famoso en un campo que yo nunca intent explorar. Al parecer su
fama cont a la hora de invitarme a Berkeley como lector de lengua y cultura
polacas. Los dos, su mujer y l, nos trataron con amabilidad y nuestras primeras
excursiones por los alrededores las hicimos en el coche de Tarski. Se haba
doctorado en la Universidad de Varsovia. Tena amistad con Witkacy [6], como
quedaba patente por los retratos de l y de Marysia que tena colgados en su casa
de Berkeley. Sospecho que los personajes de matemticos que aparecen en algunas
obras de Witkacy tenan como modelo a Tarski.
A Tarski le apasionaba preparar todo tipo de licores; dispona en su casa de
alambiques para fabricar vodkas de sabor a bayas o frutas y all mismo haca todo
el proceso hasta que estaban listos para ser servidos en la mesa. La degustacin de
los licores era una parte importante de la comida en su casa. Contaba muchas
historias de Varsovia. No sin humor, aunque amargo, recordaba su internamiento
en Jabonna en 1920 y cantaba: Jabonna, ah, Jabonna, nuestra vana esperanza.
All encerraron a la intelligentsia juda en vez de enviarla al frente, ya que las
autoridades militares consideraban que todos los judos eran poco fiables. Me
acuerdo de una historia suya sobre una recepcin en la embajada alemana en la
dcada de 1930, en un momento en el que se produjo una distensin en las
relaciones polaco-alemanas, y a la que asisti con Witkacy. En algn momento
Witkacy grit: O tomo cocana o le suelto a alguien un guantazo en la cara. Le
aconsej que hiciera lo primero, dijo Tarski. El ambiente poltico que se viva
entonces lo convenci de que lo mejor era el exilio, as lo hizo, y por suerte a
tiempo. A pesar de que nos tutebamos era consciente de la diferencia generacional
que exista entre nosotros, tanto ms que la Polonia de Tarski se detuvo en el
perodo de entreguerras mientras que su gusto literario no se diferenciaba en nada
del tpico lector de la revista Noticias literarias, con Tuwim como el poeta ms
excelso, con Boy como gran columnista y con las Crnicas de Sonimski como
modelo periodstico. Mi generacin, que se haba desmelenado en exceso, ya no
encajaba demasiado con la impoluta buena sociedad de Varsovia, pero nunca
habl con Tarski sobre nuestras diferencias de perspectiva.
Tiempo. Durante siglos nuestra familia humana ha reflexionado sobre el

origen de nuestro mundo. Unos sostenan que tena que haber un principio, otros
que el mundo ha existido siempre. Para nosotros la palabra siempre ha perdido
su sentido, porque antes del Big Bang no exista el tiempo, pero ni la imaginacin
ni el lenguaje pueden captar la ausencia de tiempo. Qu haba antes de que
hubiera cualquier cosa? Los escolsticos de la Edad Media de las escuelas de
Chartres y Oxford sostenan que haba una luz divina. Su transmutatio en la luz
fsica cre el universo. Hubieran aceptado, por tanto, la teora del Big Bang con
satisfaccin y hubieran dicho: eso es.
Pensar en el tiempo es pensar en la vida humana, un tema tan inmenso que
ocuparse de l equivale a pensar en general. Las diferencias que nos separan segn
el sexo, la raza, el color de la piel, las costumbres, las creencias y las opiniones no
son nada en comparacin con la circunstancia de que todos estamos hechos de
tiempo, de que nacemos y morimos, de que somos mariposas de un da. El ahora
es inasible, huye hacia atrs o se inclina hacia adelante, se convierte en recuerdo o
en aspiracin. El lenguaje en el cual nos comunicamos es un tiempo modulado,
igual que la msica. Y acaso la pintura y la msica no plasman el ritmo en el
espacio?
Mi memoria est llena de personas que vivieron y murieron, y cuando
escribo sobre ellas soy al mismo tiempo consciente de que dentro de poco yo
tampoco estar. Juntos somos como una nube o una nebulosa entre las
constelaciones humanas del siglo XX. Mis coetneos: un parentesco que consiste en
compartir un mismo tiempo a pesar de haber nacido en diferentes pases y
latitudes geogrficas. En cierto sentido, este parentesco es ms fuerte que cualquier
tipo de vnculos tribales.
Mnemosyne, mater Musarum.
S, Mnemosyne, la musa de la memoria, es la madre de todas las musas.
Edgar Allan Poe lleg incluso a llamar a la melancola de lo pasajero el ms
potico de los tonos. Leemos los poemas de hace mil aos y siempre encontramos
en ellos la misma queja, la misma meditacin sobre las aguas del ro, que aparecen
y desaparecen.
Con ello viene el gran anhelo de escaparse del tiempo, de habitar en el pas
de las leyes y los objetos eternos que no estn sometidos a la destruccin. Platn y
sus ideas: las liebres, los zorros y los caballos corretean y mueren en la Tierra, pero
en algn lugar all arriba perviven eternamente, sin dejarse destruir por el caos de

la experiencia ni contaminar por la muerte, las ideas de esas mismas liebres, zorros
y caballos, junto con la idea de un tringulo y el principio de Arqumedes.
Trocianko, Wiktor. Me abruma el poder que tengo sobre l, ya que ni est
vivo ni es un personaje conocido, por lo tanto slo de m depende cmo quede su
nombre en la posteridad. Estaba claramente obsesionado conmigo, as que es mejor
que no ajuste cuentas con l. Era compaero mo en la Facultad de Derecho e hijo
de un conocido sastre de Vilna. Locutor en Radio Polonia y militante del Partido
Nacional, durante la guerra milit en la clandestinidad en una organizacin
derechista. Asimismo fue coautor, junto con Jan Dobraczyski y, para mi asombro,
con Jerzy Zagrski (hermano del socialista Wacaw) de la antologa de poesa La
palabra verdadera. Ms tarde, durante muchos aos, trabaj como publicista en
Radio Europa Libre.
En Vilna lo condenamos, segn creo, al ostracismo social; l escriba, pero
nosotros no lo tenamos en cuenta, quiz porque una persona de opiniones
nacionalistas no era digna de pertenecer a la bohemia literaria y artstica. Pero las
cosas no eran tan claras. Por qu Kazimierz Haaburda, un boxeador, poeta y
nacionalista, era compaero de pleno derecho del Club de los Vagabundos? Por
qu la entrada de Trocianko en el Club de los Vagabundos (ms tarde, cuando
nosotros ya no estbamos) no cambi la opinin negativa que tenamos de l?
Acaso el destino de un amante de la poesa a quien todos rechazan est escrito de
antemano?
Su triloga de novelas autobiogrficas (Edad adulta, Edad de la derrota, Por fin,
aos de paz!) publicada en Londres ha quedado en el olvido, aunque no slo refleja
con exactitud las aventuras de un cierto tipo de intelectual que abund antes y
durante la guerra, sino que contiene tambin la descripcin de las redadas que
llevaron a cabo los soviticos entre la poblacin de Vilna y la de sus alrededores
con el fin de deportarlos a todos. Aqu est tambin la descripcin de la
deportacin de los pueblos de los lagos de Troki: a la gente que arrestaron la
cargaron en botes y la transportaron as hasta Troki, all se perdi su pista para
siempre. Por qu no se me ocurri aliarme con Troscianko en la Varsovia ocupada
y en cambio Jerzy Zagrski s pudo hacerlo? Cuestin de fanatismo. O quizs una
especie de instinto que colocaba a algunas categoras de personas fuera de ciertas
expectativas.
Le sus novelas. La accin se narra de manera gil y estn bien escritas.
Tienen un gran significado, ms por lo que omiten que por lo que dicen en

realidad. El primer volumen describe la Vilna de antes de la guerra. Cmo? Nos


estaba observando? S, nos observaba. Y lo nico que entendi es que agary era
una red de agentes de espionaje del Komintern? La pobreza intelectual del
protagonista, que esconde al propio autor, sirve para desenmascarar a la casta
estudiantil-oficial y a la intelligentsia, con sus partidas de bridge, sus comiditas y
sus veladas de tango. La verdad es que producen compasin y espanto
(involuntarios).

[U]

Ulatowski, Janek. Si no hubiese contrado matrimonio con Nela Miciska en


1955, no lo habra conocido ms de cerca. Naci en Pozna en 1907 y muri en
Mentn en 1997. Antes de la guerra estudi filosofa y sociologa, se dedic a la
historia del arte, fue uno de los cofundadores de una revista quincenal de Pozna
llamada Vida literaria. Se hizo diplomtico y cuando estall la guerra se encontraba
destinado en la embajada de Polonia en Budapest como agregado de prensa. Se
alist en la Brigada de Kopaski en Oriente Prximo, estuvo en la batalla de
Tobruk y luego particip en la campaa italiana, aunque parece que sus superiores
del departamento de prensa, donde estaba empleado, tenan con l bastantes
problemas debido a su carcter obstinado. Cuando trabajaba en la redaccin del
guila blanca se hizo famoso por unos artculos en los que atacaba ferozmente la
poltica inglesa, lo que motiv su traslado disciplinario. Mantena amistad con
Adolf Bocheski quien le dijo (no garantizo la literalidad de las palabras): No est
bien salir de esta guerra con vida, poco antes de suicidarse, es decir, de salir
volando por los aires al pisar una mina cerca de Ancona.
Cuando el Ejrcito polaco se traslad a Inglaterra, Janek se neg a ingresar
en las filas de los Polish Resettlement Corps, ya que para l significaba lo mismo
que formar parte del Ejrcito britnico, y a eso, como les dijo a los ingleses, no
tenis derecho. Debido a su negativa, Janek se vio obligado a entrar en Inglaterra
de forma ilegal; cuando lo descubrieron lo condenaron a prisin. Pas mucho
tiempo en la crcel, hasta que unas personas que lo apreciaban lo ayudaron a
emigrar a Francia, donde durante un perodo bastante prolongado no tuvo derecho
a trabajar debido a que careca de documentacin. Fue un excelente conocedor del
arte moderno. Escriba crticas de exposiciones para las revistas Cultura y Preuves.
Su buen conocimiento de la lengua alemana le sirvi para sobrevivir y cuando se
mud con Nela a Burdeos consigui trabajo como profesor de este idioma en un
instituto, donde se qued hasta que se jubil. Sin embargo, su pasin verdadera no
eran ni el arte ni la literatura sino la poltica, aunque sus opiniones en este terreno
eran tan realistas que no convencan a nadie.
Elabor una teora que se vea confirmada por todos los acontecimientos
internacionales de la segunda mitad del siglo XX. Tambin a menudo escriba
cartas a la prensa, tanto francesa como polaca, cartas que slo publicaban a veces,
ya que su teora tena cierto tufillo manaco.

Estaba convencido de que los Estados Unidos y la Rusia sovitica haban


firmado un pacto secreto que divida el mundo entre las dos potencias. Las
tensiones entre los dos pases, incluida la Guerra Fra, se mantenan de forma
deliberada para tener a raya a los clientes tercos de ambas partes que aspirasen a
poseer una poltica independiente. La divisin en dos bloques y la poltica de
amedrentar a la poblacin con la amenaza diablica del enemigo eran parte del
repertorio; mientras tanto la gente ingenua, que se volva loca de miedo cuando el
conflicto entre las dos potencias pareca estar a punto de estallar, haca el resto.
Ulatowski segua con atencin la prensa en varios idiomas y cada dos por tres
encontraba declaraciones norteamericanas y soviticas que confirmaban su teora.
Cuando lo visitaba en su casa de Menton me armaba de paciencia, pues
siempre me tocaba escuchar su machacona argumentacin. Como cualquier otra
teora conspiradora de la historia tambin sta tena ciertas dosis de verosimilitud,
aunque al mismo tiempo revelaba el trauma de su autor, que, quisiera o no,
apareca ante los dems como un ciudadano polaco posedo por una obsesin, la
de haber sido traicionado por Occidente. La teora sustitua el anlisis de las
complejas y cambiantes opiniones y actuaciones de los polticos de ambas partes
por un rgido esquema de fines prefijados, por lo que el curso de los
acontecimientos quedaba paralizado. Sin embargo, tambin tena una ventaja, la de
no tomar en serio la posibilidad de una tercera guerra mundial.
Cierto tipo de mentalidad norteamericana que conozco muy bien pareca
corroborar la teora de Ulatowski. Y es que para algunos estadounidenses las
pequeas naciones europeas, con sus constantes luchas por pequeos pedazos de
tierra, resultan repugnantes e incomprensibles, y el presidente Wilson, el
inspirador de la autodeterminacin de las naciones, no era digno de muchos
elogios. En cambio Rusia era otra cosa, porque Rusia es grande. Con este pas s
que mereca la pena firmar pactos y controlar conjuntamente a las pequeas
naciones. De hecho la disolucin de la Unin Sovitica disgust a muchos polticos
norteamericanos, que hubiesen ayudado gustosamente al gigante que se
tambaleaba y comenzaba a perder su fuerza. Yo conoca la existencia de esta
corriente de pensamiento en los Estados Unidos, por eso encontraba en las
argumentaciones de Ulatowski una semilla de verdad que haca que mis visitas a
Menton fuesen ms fciles. Creo que Janek presenta que mis odos no estaban
cerrados por completo a sus teoras, a pesar de que tampoco estuviera convencido
de ellas.
Un pintor francs, Jean Colin, amigo ntimo de Jzef Czapski, dej el

siguiente testimonio sobre las virtudes de Ulatowski como crtico de arte en su


libro Journal de Jean dAmiens, ditions du Seuil, 1968:
Esta tarde he comido con U. Me habra gustado que la conversacin hubiese
durado toda la noche y que ahora me acordase de todo. Es admirable cmo conoce
la evolucin artstica o la vida de Czanne. Dice que esa peculiaridad que
queremos imitar de Corot o Poussin consiste en el hecho de que cuando nos
fijamos en ellos, cuando vemos a travs de sus ojos, producimos siempre algo
diferente. Picasso sola decir que cuando quera reproducir un cuadro que le
gustaba, siempre le sala algo diferente.
Miedo. Honestidad. Cuando habla es como si una mano fuerte te sujetara y
ya no te soltara ni por un momento. Nunca dice generalidades, ni se da por
vencido ante las dificultades que pueden ser vencidas por el pensamiento, la
intuicin o la inteligencia. Todo lo que dice lo expresa con claridad, con precisin,
de modo que resulta imposible resistirse a sus argumentos.
Ulrich. No me acuerdo de su nombre de pila. El seor Ulrich era un polaco
de la regin de Pozna, que viva en Suwaki. All fue donde me entreg a m, que
por entonces slo era un estudiante, el texto mecanografiado de su diario de la
batalla de Verdn en la que tom parte como soldado de la infantera alemana.
Quiz la fama internacional del libro de Remarque Sin novedad en el frente lo
impuls a l a escribir. Entonces consider que la obra de Ulrich era mejor que la de
Remarque, ms espantosa por la exactitud de sus descripciones. Sin embargo,
ningn editor la quera y mi opinin no tena entonces ningn peso. Creo que el
libro nunca lleg a publicarse.
La tctica de posiciones, la llamada guerra de trincheras, paralizaba a sus
participantes por la impotencia del hombre frente a su destino, porque el absurdo
de matarse mutuamente con la ayuda de ametralladoras, artillera y tanques era
evidente para ellos y quiz tambin para sus superiores. Nadie poda interrumpirlo
ya que eso equivaldra a reconocer la derrota. Esta ciega fuerza del destino hizo
que la Primera Guerra Mundial se pareciera a la guerra de Troya. El espectculo de
la fragilidad del cuerpo humano frente al metal y la muerte en masa sirvieron de
preludio a las crueldades del siglo XX, ya que despus de un espectculo semejante
nada resultara sorprendente. La guerra de trincheras debera haber puesto punto
final a las ilusiones de progreso y humanitarismo del siglo XIX. Si acab con ellas o
no, resulta opinable.

El perodo de entreguerras en el que yo me form me parece bastante


enigmtico. Y es que la euforia, la oda entusiasta a la vida que se respiraba a
comienzos del siglo y que tambin fue responsable de que las muchedumbres de
las grandes capitales recibieran con gritos de alegra el principio de la guerra, no
desaparecieron enseguida, como hubiera sido previsible. El arte y la literatura
siguieron haciendo experimentos pletricos de euforia y de optimismo. Acaso
significa ese afn experimentador que esos campos de la actividad humana
evolucionaban al margen de la realidad? Quiz. Justo en el mismo instante en el
que la gente se mataba en Verdn, el joven Julian Tuwim pronunciaba una
conferencia sobre Walt Whitman y pronto iba a escribir:
E incluso los transentes tendrn derecho a vivir!
Pues el viejo enorme los ha llamado camaradas.
Cuntos de esos transentes vestidos de uniforme cayeron en Francia y, sin
embargo, los poetas iban a dedicarse pronto a escribir odas olmpicas para
glorificar la gracia de poseer un cuerpo gil, mientras que los pintores (Matisse!)
se entregaban a los deleites del color puro.
El catastrofismo comenz a reinar en el ambiente a partir del ao 1930.
Cuando en 1931 miraba las colinas de la parte francesa del Rin, cubiertas con lo que
parecan ser viedos pero en realidad eran cruces, pensaba en Ulrich. Quiz lo que
me influy ms fue el desplazamiento general de la literatura y del arte hacia los
colores oscuros y los presentimientos, imprecisos, de catstrofe. Ocurri que
aquellos que murieron durante la Primera Guerra Mundial son los mayores
desheredados de la historia, es decir, los acontecimientos en los aos treinta se
precipitaron de tal forma que no hubo ni tiempo ni atencin suficientes para sus
sufrimientos, causados por no se sabe quin.

[V]

Verdad. A pesar de los ataques que ha recibido contra el mismsimo


concepto de verdad, de tal forma que incluso la fe en la posibilidad de reconstruir
con objetividad el pasado ha sido socavada, la gente se esfuerza por escribir diarios
para mostrar cmo fueron las cosas de verdad. Esta necesidad conmovedora
demuestra nuestro apego a pruebas que no estn sujetas a unos relatos cambiantes
sino basadas en hechos. Es bien sabido que un mismo hecho visto por dos testigos
se convierte en dos hechos; no obstante, un cronista honrado est convencido de
que su descripcin es la correcta. Es una cuestin, por tanto, de su buena voluntad,
aun cuando, si pretenderlo, alterase los hechos en beneficio propio. La
modificacin de los hechos para embellecer nuestros actos pasados o para ocultar
los que nos parecen feos suele ser la razn ms frecuente para distorsionar la
perspectiva. Tambin a veces nos extraa la ceguera del narrador, que parece no
darse cuenta de las tergiversaciones que opera; un ejemplo clsico son las
Confesiones de Jean-Jacques Rousseau. Los diarios de los polticos son los menos
crebles, porque mienten tanto que resulta difcil presuponer su buena voluntad.
Cuando les cuento a los dems cmo ha sido mi siglo XX procuro ser
honrado, y a ello me ayudan ms mis defectos que mis virtudes. Siempre me ha
resultado difcil escoger, pronunciarme de forma categrica y mantener mis
propias opiniones con contundencia. He aprendido a aceptar mi lugar, mi
extemporaneidad, sin dejar de intuir las razones de los dems. Si fuera un espritu
incorpreo, podra cumplir mejor esta misin. De ah se puede sacar la conclusin
de que los espritus encuentran dificultades considerables cuando quieren emitir
juicios morales unvocos.
Trabajamos a favor de la verdad de nuestra vida, incluso cuando sus
imgenes, provenientes de personas diferentes, no coincidan entre s. Existimos
como seres aislados, pero, al mismo tiempo, cada uno de nosotros es como un
mdium movido por los hilos de una fuerza desconocida, como si la corriente de
un ro nos arrastrase hasta hacernos desembocar en un estilo o una forma comn.
La verdad sobre nosotros recuerda a la de un mosaico, que se compone de
pequeas piedras de precio y colores diferentes.
Visado estadounidense. Por qu volviste a Europa si pudiste haberte
quedado en Amrica, y por qu dejaste all a tu familia? Janka adoraba los Estados

Unidos, quera que me quedara aunque tema que si lo haca por ella se lo
reprochara antes o despus. Yo haba puesto un lmite a mi actitud aventurera en
el peligroso ao 1950: no quera que si me ocurra algo la gente de Varsovia
pudiera utilizar a mi familia. Acaso poda quedarme de verdad en los Estados
Unidos? Si lo hubiese hecho, la colonia polaca en Amrica me habra perseguido
hasta la muerte. No en vano era culpable de un delito grave: haba sido yo y no
ellos, los polaco-americanos, quien haba fundado la primera ctedra de Literatura
Polaca en los Estados Unidos y haba colocado en ella, con el dinero de Varsovia,
con dinero bolchevique, al profesor Manfred Kridl. Quizs hubiese sido capaz de
sobrevivir en el exilio al margen de la comunidad polaco-americana, pero prefer
esperar a que llegaran tiempos mejores en la embajada de Polonia en Pars. El
intento fracas, y me encontr en Francia sin dinero y sin trabajo.
Nos vemos a nosotros mismos de un modo distinto de como nos ven los
otros. Para nada sirve hacer rechinar los dientes, nos ven como quieren y punto.
Ryszard Wraga (su nombre autntico era Niezbrzycki), que pasaba informes sobre
m a la embajada de los Estados Unidos en Pars, result ser, en mi opinin, un
idiota, ya que como antiguo jefe del espionaje polaco para el Este debera haber
tenido suficiente experiencia para saber que yo no era un topo de los soviticos, y
sin embargo l lo crea firmemente. Para la colonia polaco-americana yo era el
poeta Mio, el bardo de la Polonia de Bierut, difcilmente poda reprocharles que
no hubieran odo hablar de mi volumen de poesa de antes de la guerra Tres
inviernos, ni de las revistas literarias Pion y Ateneo, y cosas similares, o que
desconocieran los mritos de Manfred Kridl como investigador de la lengua polaca.
La opinin generalizada de que era necesario impedir a toda costa que un
personaje tan peligroso como yo entrara en los Estados Unidos se reflejaba tambin
en numerosas cartas y mensajes, que conseguan quitarme la esperanza de obtener
el visado. Las gestiones de Janka en el Departamento de Estado, que se
prolongaron durante aos, estaban condenadas al fracaso de antemano, y supongo
que a los funcionarios de ese organismo les debi de parecer totalmente
incomprensible cuando ella, dejndose llevar por un arrebato de ira, les espet en
la cara: Os vais a arrepentir, porque algn da le darn el Premio Nobel. Como
mucho, tuvieron que tomar esa expresin de ira como la prueba palpable de que
estaba loca por su marido.
Incluso mucho ms tarde, cuando ya haba renunciado a irme a los Estados
Unidos y llevaba ya bastantes aos viviendo en Francia, mucha gente se sinti
decepcionada porque me concedieron el visado para visitar la Universidad de
California, donde me haban invitado. Lo descubr al leer una carta escrita en 1960

por Andrzej Bobkowski, el autor de Bocetos a pluma. Por aquel entonces ya haba
publicado El pensamiento cautivo, y ese libro, a juicio de Bobkowski, era la prueba de
que yo, el inventor de ficciones como la de Ketman, slo les contara tonteras a
los estudiantes. Eso es lo que escriba Bobkowski, cuyos Bocetos a pluma yo
admiraba, y que al criticarme se limitaba a expresar sus convicciones ms
profundas. A decir verdad, tambin estaba convencido de que la eleccin de John F.
Kennedy como presidente de los Estados Unidos haba sido una gran desgracia por
el simple hecho de que era demcrata. Cuando me nombraron profesor, Zygmunt
Hertz me escribi en una carta que un famoso hombre que viva en Pars haba
dicho: Jams me lo creer.
Veinte aos despus me encontr un da en la Casa Blanca, invitado por el
presidente Reagan, para recibir de sus manos una condecoracin por mi
contribucin a la cultura de los Estados Unidos. A mi lado estaban sentados el
famoso arquitecto Pei, quien construy la pirmide del Louvre en Pars, y James
Michener, el autor de best sellers. Mi vecino ms inmediato era Frank Sinatra, un
amigo ntimo de Reagan. Acaso debera haber hablado de mis peripecias con el
visado y de que no me haban querido dejar entrar en su pas? Todo eso pareca ya
lejano, ms o menos a la altura del paleoltico. Slo pude sonrerme para mis
adentros pensando en las travesuras inimaginables que me jugaba el destino.

[W]

Whitfield, Francis J. Lingista, profesor de Lenguas y Literaturas Eslavas en


Berkeley, a quien debo la invitacin que me curs la Universidad de California.
Frank posea los rasgos tpicos de la gente de Nueva Inglaterra y los mantuvo
durante toda su vida: reserva, moderacin e incluso aversin a manifestar las
emociones, pues hacerlo supone pecar de inmodestia. Adems recibi una
educacin catlica, lo que supona otro tipo de complicacin. A pesar de que no era
de origen polaco, ni tampoco haba estado nunca en Polonia, hablaba bien el
idioma y fue uno de los coautores de un diccionario ingls-polaco en dos
volmenes. A lo anterior hay que unir su matrimonio con Celina, que lleg a los
Estados Unidos tras la expulsin de la poblacin de Varsovia como castigo por la
sublevacin. Para Frank mi presencia en Berkeley debi de suponer una
claudicacin de sus principios, ya que yo no me haba doctorado. Y no se limit a
invitarme sino que, como director o chairman del departamento, apoy mi tenure, es
decir, mi contratacin como profesor a tiempo completo, con una rapidez que por
lo general no suele darse. Lo plane todo en silencio, aunque algunos detalles
sobre nuestro departamento quiz puedan explicar un poco su decisin.
George Rapall Noyes, que fund este departamento en Berkeley en los
primeros aos del siglo XX, haba estudiado en Petersburgo donde, sin embargo, se
enamor del idioma polaco; tradujo al poeta renacentista Jan Kochanowski y
tambin el poema narrativo de Adam Mickiewicz Pan Tadeusz (en prosa). Se
esforzaba para que el departamento no se convirtiera simplemente en uno de ruso,
como ocurra con la mayora de los de lenguas eslavas de los Estados Unidos, y se
peleaba para que el estudio del polaco y del checo (al menos) encontraran cobijo en
l. Contrat a Wacaw Lednicki, especialista en ruso de nacionalidad polaca, que
imparta clases de las dos literaturas. Cuando Lednicki se jubil, Frank, que ya era
chairman, se preocup por mantener la tradicin establecida. No s muy bien qu
imagen tena de m. Cuando recib la primera invitacin en 1959 respond que
quiz podra ir al ao siguiente, aunque de todos modos crea que no me sera
posible conseguir el visado estadounidense. Frank me volvi a invitar en 1960.
Nada me hace pensar que Lednicki me propusiera como sucesor. No tenamos
nada en comn: l era un aristcrata (o ms bien un aristcrata a medias) de la
vieja escuela.
Frank, que no mostraba sus sentimientos, guardaba en su memoria la

candidez de un nio enfermizo, casi lisiado, y una especie de miedo ante la


existencia. Es posible que tuviese vocacin potica y que transvasase su pasin por
la esencia del lenguaje a aquellas disertaciones lingsticas suyas tan academicistas.
Tanto Frank como el resto de los profesores eran conocidos por su
formalismo, es decir, por su miedo a desviarse de las exigencias y normas
universitarias. Jams comprender cmo yo, que careca del doctorado, me convert
en profesor.
Whitman, Walt. El cura se va, el divino literatas llega, escribi. Un profeta
omnipresente, que lo devora todo, que lo bendice todo, que mira hacia el futuro.
Un enlace inslito entre la palabra y la victoria histrica de los Estados Unidos. Sin
embargo, a pesar de la adoracin que le profesaba, era consciente de que me
engaara si finga una proximidad mayor a Whitman, pues la civilizacin a la que
yo perteneca senta espanto por la libertad individual.
Europa tuvo su momento whitmaniano. Yo lo situara cerca del ao 1913. En
poesa los intermediarios eran los franceses, empezando por Valery Larbaud, pero
la poesa de Whitman no consista slo en liberarse de la mtrica y de las rimas
sino que supona un arrebato de felicidad, la promesa democrtica de derribar las
divisiones clasistas y de expresar ese anhelo a travs de la poesa, la prosa, la
pintura, el teatro, el cambio de costumbres que ya se empezaba a apreciar entonces.
Este tono ms claramente exttico, despus del solsticio finisecular, lo encontramos
en los primeros volmenes de Jean Christophe de Romain Rolland, en la
Consagracin de la primavera de Stravinsky, en el acmesmo ruso y en las xilografas
de Frans Masereel. Los acentos pacifistas y revolucionarios son parte de la
adaptacin europea de la palabra whitmaniana en masse. Gavrilo Princip, que mat
de un disparo al archiduque Fernando en 1914, estaba convencido de que cumpla
rdenes de su amado poeta, que llamaba a la lucha contra la realeza. Poco despus
de este hecho la carnicera de la Primera Guerra Mundial puso fin a las grandes
esperanzas. Durante un par de dcadas, las palomas de la esperanza intentaron
remontar el vuelo para alzarse sobre la Revolucin Rusa, pero su espanto se lo
impidi.
En Polonia casi no se produjo este brillante interludio. De todos modos la
poesa polaca slo conoca la forma de los versos bblicos, aunque los utilizaba para
elogiar la victoria sobre los turcos (Wespezjan Kochowski) o para parodiar el
Evangelio de forma mesinica, lo cual resulta significativo. Y quin poda escribir
a la manera de Whitman? La pequea nobleza del campo? Algo de alegra exttica

hay en la prosa potica del joven Iwaszkiewicz. Quiz los campesinos se


ocuparan de Whitman? Qu va. Quiz los judos y el joven Tuwim, que se sinti
libre por un tiempo breve, hablaban del viejo enorme que trataba a sus lectores
como camaradas. Pero inmediatamente el nudo de las divisiones tradicionales
cort el paso a la poesa de Whitman.
Tuve mis primeros contactos con la obra de Whitman a travs de
traducciones al polaco. Los traductores eran Alfred Tom, Stanisaw Vincenz y
Stefan Napierski. Y enseguida tuve una revelacin: quera escribir como l!
Comprenda que no se trataba en este caso de la forma sino del acto de libertad
interior que supona su escritura, y es aqu donde estribaba la verdadera dificultad.
El literatus divino haba superado la distancia entre el yo y la
muchedumbre, devorando religiones y filosofas, haba conseguido superar en su
poesa todas las contradicciones, de modo que en ella caba al mismo tiempo lo
mortal y lo inmortal, un tallo de hierba y la eternidad y, lo que era ms importante,
consigui hablar como los dems, como un igual entre iguales. Cien aos despus
de su muerte surgi una especie de convencin o de forma de sentir colectiva
llamada New Age. Si confeccionsemos una lista con los rasgos ms caractersticos
de ese fenmeno descubriramos que estamos describiendo ni ms ni menos que la
poesa de Whitman, adaptada a las necesidades de un gran nmero de adeptos. No
es exactamente lo mismo, porque la poesa dura ms tiempo que las modas, pero la
profeca se ha cumplido: cada uno es su propio sacerdote, un literatus divino.
Allen Ginsberg fue el ms whitmaniano de los poetas norteamericanos, no slo por
su abierta homosexualidad sino por la misma valenta de romper con las
convenciones, a veces en contra de su propia voluntad.
Winnicka, Wiktoria, doctora. Hermanastra de Jzef Wittlin, y al igual que l,
era de Lww. Se especializ en pediatra. Despus del ao 1939 viaj mucho por la
Unin Sovitica como funcionaria del servicio de salud sovitico. Despus de la
entrada de los alemanes en Lww se mud a Varsovia y consigui sobrevivir
gracias a la proteccin que le prestaron sus contactos de los crculos artsticos y
aristocrticos de antes de la guerra. De todos modos tena, como se suele decir,
buen aspecto: una rubia alta de ojos azules. Poco despus de la guerra se
incorpor al Ministerio de Sanidad de Polonia. Le permitan viajar al extranjero, lo
que sola aprovechar para visitar a un hermano suyo en Nueva York, donde yo la
conoc. Ms tarde se estableci en Ginebra como funcionara de la Organizacin
Mundial de la Salud de las Naciones Unidas.

Mantenamos discusiones sin tregua: en Nueva York, en Varsovia y en


Berkeley, adonde acuda casi todos los aos como visiting professor. Pero no era una
amistad del todo. No s si Wikta era capaz de la amistad, del amor o de cualquier
otro sentimiento. Quizs algn acontecimiento de su vida la haba convertido en
un bloque de hielo o quiz su frialdad era innata. Sufra de la soledad ms absoluta
que, en mi opinin, era el resultado de su propio narcisismo. Estuvo casada,
aunque nunca hablaba de ello. Su conversacin era brillante y sus chismes daban la
impresin de que el caf Ziemiaska de antes de la guerra se haba reencarnado en
su persona. Se tuteaba con los poetas de Skamander, y entre ellos tena una
amistad muy estrecha con Julek (Julin Tuwim). Tambin tena el sentido del
humor macabro propio de Varsovia.
Sus conocimientos sobre el siglo XX eran extensos y nada frecuentes, ya que
haba conocido los dos sistemas totalitarios y haba sobrevivido a la Sho. Viajaba
por todo el mundo y hablaba varios idiomas. Su conocimiento era la base de su
concepcin del mundo, en la que no haba lugar ni para la fe ni para las esperanzas.
Ya el marxismo hubiera sido para ella un lujo espiritual, sin hablar de la religin.
Profesaba un materialismo no dialctico. Y a causa de la soledad tremenda en la
que viva estaba al borde de la locura, y repeta una y otra vez que tena que poner
fin a su existencia.
Era muy tacaa, no se gastaba casi nada en ella misma y ahorraba todo su
sueldo, bastante elevado, de funcionaria internacional y profesora. Creo que aparte
de su hermoso piso en Ginebra tena una cantidad importante de dinero en el
banco. Consecuente con su promesa de que se matara cuando ya no pudiera
aguantar ms, se suicid y leg sus bienes al Estado de Israel. Tena todo un fajo de
cartas de Tuwim y aunque le ped que las publicara, las quem todas antes de su
muerte.
Wrblewski, Andrzej. Los judos de Vilna tenan un rico mundo propio,
separado del polaco por la barrera del idioma. Los partidos polticos, las escuelas,
los sindicatos y las publicaciones, todos usaban el yiddish; un porcentaje pequeo
hablaba ruso, aunque tambin haba en Vilna un instituto judo, el Epstein, que
imparta sus clases en polaco. Andrzej provena de una familia que hablaba polaco
en casa. Tanto l como su mujer, Wanda, una bailarina, se haban conocido en los
ambientes del Teatro Pohulanka y de Radio Polonia. Andrzej haca algunas
colaboraciones para la radio, que le encargaba Tadeusz Byrski, mientras que
Wanda imparta clases de ballet en la Escuela Teatral. All estuvo mi buena amiga
Irena Grska, primero como estudiante, y despus como actriz de teatro; Andrzej y

Wanda la trataban siempre con cario. De all viene mi estrecha y larga amistad
con Andrzej. Por entonces se llamaba Fejgin. Como cont aos ms tarde en su
libro Ser judo (1992), no consideraba adecuado cambiarse el apellido pero, una
vez que acab la guerra, no quera que la gente sospechara que tena algn
parentesco con el famoso dirigente de la Polica Secreta, o la UB, as que hizo oficial
el apellido que haba usado durante la ocupacin.
El escenario fue cambiando poco a poco, porque todos se fueron marchando
de Varsovia. Andrzej haba sido desde siempre un socialista de los del Partido
Socialista Polaco y acab en el distrito socialista de oliborz. Irena actu en Lww,
despus en Varsovia y se cas con Dobiesaw Damicki, tambin actor. En la
primavera de 1940 el gobierno clandestino conden a la pena de muerte a Igo Sym,
que actuaba en los crculos de actores que colaboraban con las autoridades de
ocupacin. Tras su ejecucin los alemanes intensificaron la bsqueda de quienes lo
haban condenado a la pena capital. Como Damicki haba amenazado ms de una
vez a Sym, estaban convencidos de que haba sido l quien lo haba matado y
empapelaron toda Varsovia con carteles que llevaban las fotos del matrimonio
Damicki. Su primer refugio fue el nuevo piso de Wanda y Andrzej, en la calle de
Elektoralna, tambin los ayudaron en sus continuas mudanzas (unas treinta) y en
cambiar de imagen. Irena asegura que Andrzej les salv la vida.
Cuando llegu a Varsovia en julio de 1940, los Damigcki haban cambiado de
identidad y vivan fuera de la capital en condiciones difciles, como se puede leer
en el libro-diario de Irena titulado Me gan la vida. Pero sobrevivieron los dos, y en
aquellos aos de la guerra Irena dio a luz a dos hijos.
Poco despus de llegar a Varsovia me un a la organizacin socialista
Libertad, a la que perteneca tambin Andrzej. No slo perteneca a ella sino que
haba sido uno de sus fundadores junto con Daniel, es decir, Wacaw Zagrski. Si
no recuerdo mal mi juramento y el de Jerzy Andrzejewski tuvieron lugar en el caf
Arria, en la calle de Mazowiecka, tambin llamado El hogar de las actrices. Es
probable que fuera all porque ese local era el centro de reuniones de los militantes
de Libertad, que consideraban que el lugar donde daba sus conciertos el do
Lutosawski-Panufnik era el ms seguro. Zagrski escribi que juramos fidelidad a
Libertad en el piso de Andrzejewski, pero yo estoy casi seguro de mi memoria; sin
embargo, no voy a discutirlo. Dicho sea de paso, fue all donde en una ocasin una
camarera se acerc a la mesa en la que estaban sentados tres conspiradores de
aspecto semita y en voz dulce y baja les dijo: Por Dios, judos, marchaos, no veis
que todo el mundo os est mirando. Creo que fue en el ao 1941, en una

habitacin con puertas corredizas de cristal del piso de Antoni Bohdziewicz, en la


esquina de Mazowiecka y Kredytowa, con un sof cama trado desde Dynasy como
nuestro nico mueble. All estaban Antoni, que haca las veces de barman en El
hogar de las actrices, y muchos otros personajes, como por ejemplo Zbigniew
Mitzner, que tena tantos alias y direcciones clandestinas que se sospechaba que
haba convertido la conspiracin en un juego particular, Leszek Raabe, admirado y
querido por sus amigos y del que ya escrib en otro sitio, Zofia Rogowiczowa, con
la que hice el viaje a Varsovia desde Vilna.
Despus de la guerra, tuve encuentros espordicos con Andrzej, y tambin
nos vimos en la nueva Polonia, ya en 1989, pero de lo que realmente aprend
mucho fue de su sabio y honrado libro Ser judo, que Leszek Kolakowski
consideraba como el mejor de su gnero. Contiene todo el panorama de las
relaciones polaco-judas en la Polonia de entreguerras y cuenta sus aventuras de
entonces. Tena algo de joven mimado y no saba muy bien qu hacer con su vida;
el padre, que era adinerado, lo envi a Francia a estudiar medicina, a Tours, de
donde volvi con un buen conocimiento del idioma francs y con poco ms. Tras
su regreso en 1933 se hizo periodista en la prensa socialista. Durante la ocupacin,
y gracias a que consigui documentos que lo acreditaban como comerciante
legal, descubri sus nuevas dotes para ese oficio comprando y vendiendo
mercancas sin cesar. Despus de la guerra el grupo de Vilna le ofreci un puesto
en el gobierno, pero l prefiri ejercer de periodista en la revista El obrero. A pesar
de la ficha negativa que tenan de l en la Polica Secreta, sobrevivi, como l
mismo reconoce, porque la gente sospechaba que era un familiar del verdugo
Fejgin.
Todos los instintos de Andrzej eran socialistas y despus del deshielo y de la
vuelta de Gomulka quera creer que una Polonia socialista era posible. En 1959, en
Pars, pasamos seis horas hablando. Intent convencerme para que volviera, pero
yo continuaba firme en mi escepticismo.
Muri en Varsovia en 1994. Creo que es difcil mantener la nobleza de
carcter y la fidelidad a uno mismo en medio de tantos enredos y horrores
histricos. Andrzej Wrblewski lo consigui, y me gustara que la gente lo
recordara por ello.

[Z]

Zagrski, Stefan. Un compaero del instituto al que apodbamos el Elefante.


Era hijo del abogado Ignacy Zagrski, que aos atrs haba militado en la
socialdemocracia rusa. Por lo tanto se puede decir que su padre era un viejo
bolchevique. A la hora de casarse los izquierdistas polacos sentan predileccin por
las mujeres judas, o al menos eso se deca. En este caso la tendencia se confirmaba,
ya que la madre del Elefante y de su hermano, a quien llambamos Pericles, era
una doctora juda. Sin embargo, el Elefante era luterano y cuando tenamos clase
de religin, l dispona de una hora libre. Era grande, un poco encorvado y torpn,
con mucho pelo en el pecho y en la barriga, como un mono, muy agradable de
trato y un maestro del humor tranquilo y seco. Sus primos eran el poeta Jerzy
Zagrski (el de agary) y el socialista Wacaw, hijos tambin de un abogado,
aunque originarios de Woy.
El Elefante era uno de mis compaeros ms cercanos en el instituto. Despus
pertenecimos juntos al Club de los Vagabundos e hicimos la famosa expedicin a
Pars, en canoa, aventura que describ en otro lugar. Cuando pienso en el Elefante
intento recordarlo vestido de marinero en Troki o en la costa martima, as como en
el muelle de la Asociacin Deportiva Acadmica de Vilna, o en las fiestas
estudiantiles y en nuestras excursiones a pie. Lo hago para convencerme de que
tuvo experiencias deportivas y erticas y que experiment la felicidad de la
juventud, ya que no le fue dada una vida demasiado larga.
Gracias al Elefante los vagabundos, los miembros de agary y ms tarde
el grupo de Dembiski visitaron Lipwka. Situada a un par de horas a paso
ligero desde Vilna, Lipwka, con su casa sobre el ro Wilia, perteneca al viejo
Zagrski y serva de base para excursiones largas o como refugio en caso de
problemas en la ciudad. Al parecer esta segunda cualidad suya fue aprovechada al
mximo durante la guerra. El viejo Zagrski trataba a los jvenes con tolerancia y
favoreca sus inclinaciones izquierdistas. Tengo que reconocer que el Elefante
estaba, ms bien, cerca de los crculos literarios de agary y que no se dej llevar
por el cambio poltico, es decir, no se uni al grupo de Dembiski. De
temperamento era liberal y escptico, no serva para estudiar teora marxista.
Zygmunt Hertz, un amigo ms tardo, era como la reencarnacin del Elefante. El
mismo humor, la misma bondad, el mismo escepticismo democrtico.

Lo ms importante era que Lipwka estaba situada a orillas del Wilia. El ro,
que tena corrientes muy rpidas a pesar de que no bajaba de las montaas, era de
aguas limpias porque en su curso superior pasaba por zonas boscosas y no por
ciudades grandes. Arena y pinos, por eso la madre de nuestros arroyos tiene el
fondo dorado y rostros azules. De vez en cuando, maderos de pino flotaban por
ella. Nadar en Wilia era un ritual alegre para nuestro grupo. Nadbamos hasta al
centro del ro y nos dejbamos llevar por la corriente jugueteando, retozando y
haciendo carreras hasta la siguiente curva. Pero no muy lejos, para despus no
tener que andar demasiado. Muchos aos ms tarde lo inmortalic en un poema:
El ro, que viene de los bosques, gira aqu.
Se arremolina en el sol, que se llena de reflejos verdosos.
Es domingo, las campanas de las iglesias del pueblo repican.
Las nubes se acumulan, se dispersan, y de nuevo el cielo es azul.
A lo lejos, ellos, diminutos, corren a lo largo de la orilla.
Prueban el agua, se sumergen, el ro los lleva.
En medio de la corriente sus cabezas, tres, cuatro, siete,
echan una carrera, sus voces se llaman, y retornan como eco.
Mi mano lo describe en tierra ajena.
Quin sabe por qu lo hace.
Quiz porque ocurri tal y como lo recuerda.
El Wilia es un ro bastante seguro, aunque en una ocasin casi me ahogu en
l. Hicimos novillos y nos fuimos a Zakrt, a las afueras de Vilna, y a pesar de que
no saba nadar bien me met en aguas profundas. Me salvaron Mietek Zabocki y
Janc, en gran parte dndome ayuda moral, es decir, nadaban a mi lado y de vez en
cuando me suban la barbilla para que no tragara agua y no dejara de luchar.
Que el rostro del Wilia est pintado azul es una verdad a medias, ya que
lleva demasiada arena. Su alma se me revel cuando tena tres aos, en la localidad

de Ruka, entre Kaunas y Vilna; posteriormente tuve ocasin de pasar ms tiempo


con l, surcndolo en canoa desde Vilna, hasta el lugar donde el ro ejmiana
desemboca en l. Los nombres de los ros son muy antiguos y a menudo su origen
nos resulta misterioso. Al parecer el Wilia, en el idioma de los eslavos del este, se
llamaba simplemente Wielia, es decir, Wielka (grande), mientras que en lituano
adopt el nombre de Nerys (raz etimolgica afn a nur [corriente]), lo que explica
la derivacin de Ponary, fuera de Vilna, Panerai. El Wilenka, o Wilna, que
desemboca en el Wilia, y tiene una raz etimolgica diferente de Wilia, dio nombre
a la ciudad.
Cada ro tiene su alma, que descubrimos la primera vez que estamos en su
orilla. Ignoro cul es el alma de Niewiaa, porque est demasiado unida a la ma.
Unos cuantos ros grandes preservaron las caractersticas que vi en ellos la primera
vez. Tena seis aos cuando vi el Volga, por primera vez cerca de Rzhev. Su alma
me pareci poderosa y amenazante y eso que no conoca la historia de Rusia. Dos
ros cuyas almas considero cambiantes y traicioneras son el Vstula y el Loira, quiz
porque se desbordan sobre las arenas de un llano. El Wilia no es un ro de llano,
sino que transcurre sobre colinas, y eso lo hace ser diferente. Al igual que los ros
de Dordoa, que me resultan simpticos. Entre estos ltimos el que mejor conoc
fue el Isle, de la misma longitud que el Niewiaa, aunque el Wezera tambin tiene
mucho encanto. Tambin me acuerdo del alma noble del Rin.
Algunos ros los conozco desde su manantial hasta su desembocadura. El
ejmiana nace en el lago Dubiski de forma tan discreta que resulta difcil
encontrar su nacimiento en el bosque, entre una espesura lacustre de juncos,
despus comienza a dar vueltas en torno a los troncos de los rboles del bosque,
cruza las praderas y para surcarlo en canoa hay que atravesar espesas matas de
algas inclinadas por la corriente. El alma de este ro es verde como el alma del ro
negro Hacza. En su desembocadura en el ro Wilia, en la localidad de Santok, se
puede apreciar que el alma del Wilia es gris y azul.
Otro ro, el Umpqua en Oregon, de nombre indio, nos acompa a Janka y a
m en nuestra excursin en coche desde su nacimiento en Silver Lake, en las
montaas Cascades, hasta su desembocadura en el Pacfico. Decid hacer esta ruta
siguiendo el mapa. Primero a lo largo del ro, ya que la carretera que baja las
montaas se cruza a un lado y otro del ro y despus pierde su curso en el llano, se
convierte en un enredo de carreteras y ciudades para, al final, encontrarlo de
nuevo, majestuoso y enorme, cerca de su desembocadura. Justo all vimos un
enorme esturin que alguien acababa de pescar.

Este parntesis pretende honrar la memoria del Elefante y de Lipwka. O


quiz, ms bien, debera detenerme una vez ms en los senderos de las montaas
de la Selva Negra que cogimos hasta Basilea despus de zozobrar en el Rin, o fijar
la atencin en unos alemanes adolescentes, los Wanderfgeln, que pronto iban a
vestir de uniforme. O quiz debera contar cmo, aos ms tarde, se me ocurri
bajar en la estacin de metro de Glacire y cmo me acord del hostal del Ejrcito
de Salvacin que antes estaba all con aquel nombre pomposo, Le Palais du Peuple,
y donde los dos, el Elefante y yo, cantamos salmos para conseguir que nos dieran
de cenar.
A decir verdad no tuve muchas noticias del Elefante despus de mi huida de
Vilna. Lo encontr en Varsovia, en el verano de 1940, cuando trabajaba de
cristalero, oficio al que haba empezado a dedicarse un mes despus de los
primeros bombardeos. Al parecer, este trabajo enmascaraba otras actividades suyas
ms serias. Sospecho que perteneca a alguna de las redes del gobierno polaco de
Londres y que por eso estaba en Lww despus del estallido de la guerra germanosovitica. La Gestapo lo arrest y tortur en una habitacin, situada en un piso alto.
Para evitar ms torturas y no traicionar a otras personas salt por la ventana y se
mat.
Zan, Tomasz. En la Vilna de mi niez y de mi juventud l era un gran
personaje. En sus aos estudiantiles haba pertenecido a una logia masnica, al
igual que Kontrym, el bibliotecario de la universidad que financiaba en la sombra a
los Filmatas. Por lo tanto, todo indica que en la jerarqua ocupaba un puesto
superior al de Mickiewicz, que al parecer no perteneca a ninguna logia. La
masonera de Vilna, prohibida por los zares durante largos aos, regres a la vida
despus de 1900, cuando se celebr la primera reunin de la Sociedad de los
Granujas. Eso no quiere decir que todos los granujas fuesen masones; no
obstante, se trata de crculos afines. Todo indica tambin que la logia Tomasz Zan
se fund poco despus de 1905.
Para m, un alumno de bachillerato, era importante la biblioteca que llevaba
el nombre de Tomasz Zan, fundada en la dcada de 1920 y pensada como apoyo
escolar, es decir, que los alumnos iban all a leer libros y peridicos, pero no podan
llevrselos a casa. En los primeros cursos bastaba la biblioteca de la Asociacin de
Escuelas Polacas que se ubicaba cerca de mi escuela, en la calle de Pohulanka
Chica. Pero para leer las obras de Conrad en polaco o libros ms serios sobre
historia de la literatura haba que ir a la biblioteca Tomasz Zan, que se encontraba
por entonces en la esquina de la calle de Pohulanka Grande, enfrente del teatro, y

ms tarde en un edificio propio de la calle de Portowa.


Por qu pusieron ese nombre a la biblioteca? Creo que sus fundadores, el
cura Mikowski y la seorita Ruszczyc, no se dejaron llevar por simpatas
masnicas y es posible que ni siquiera conociesen las resonancias masnicas de
este apellido. Tomasz Zan, eso era lo importante, haba sido un filmata, a quien
haban deportado por su lealtad a la patria.
Me acuerdo de las tardes en la biblioteca Tomasz Zan, de la lectura, entre
otros, del suplemento literario del peridico de Varsovia La voz de la verdad. El
editor era Juliusz Kaden-Bandrowski, que lo diriga con paciencia y seriedad, como
un taller literario para jvenes. Es all donde en 1927 o 1928 le por primera vez un
poema de Jzef Czechowicz y lo guard en mi memoria. Tambin all apareci una
carta ma al director, mi primer texto publicado. Recuerdo a los fundadores de la
biblioteca Tomsz Zan con un sentimiento de gratitud. Que al menos quede una
huella de su actividad.

[POSDATA]

Desaparicin, de personas y cosas. Ya que nuestra vida se desarrolla en el


tiempo estamos sujetos a sus leyes, cuyo principal mandamiento es que nada dura
eternamente, que todo pasa. Desaparecen las personas, los animales, los rboles,
los paisajes pero, como saben bien aquellos que viven un tiempo lo suficientemente
largo, desaparece tambin la memoria de sus predecesores. Slo algunos
recuerdan, por ejemplo, a sus familiares y amigos ms prximos, pero incluso en la
conciencia de stos los rostros, los gestos y las palabras se van borrando poco a
poco, y cuando falten los ltimos que los recuerdan, desaparecern del todo.
La fe en la vida eterna, comn a toda la humanidad, dibuja una lnea que
separa los dos mundos. La comunicacin entre los dos es difcil. Orfeo tiene que
aceptar ciertas condiciones antes de que le sea permitido descender al Hades en
bsqueda de Eurdice. Eneas consigue el acceso gracias a la magia. Los habitantes
del Infierno, del Purgatorio y del Paraso de Dante no abandonan sus lugares
pstumos para contar a los vivos lo que les ha sucedido. Para saber su destino, el
poeta tiene que visitar el pas de los muertos guiado por Virgilio, un espritu, dado
que abandon mucho tiempo atrs la Tierra, y despus por Beatriz, que habita en
los cielos.
Por otra parte, la lnea que separa los dos mundos no es tan clara en el caso
de los pueblos que profesan el animismo, es decir, que creen en la presencia
protectora de sus antepasados. Ellos estn en algn sitio cerca de la casa o del
pueblo aunque no se los pueda ver. En el cristianismo protestante no hay lugar
para ellos y nadie se dirige a los muertos pidindoles su ayuda. Sin embargo, el
catolicismo, al introducir la intercesin de los santos y multiplicar el nmero de
personas canonizadas y beatificadas, presupone que los espritus buenos no estn
separados de los vivos por una frontera infranqueable. Por eso el Da de los
Difuntos, a pesar de que sus orgenes se remontan a un tiempo lejano, a la poca
del animismo pagano, recibi en Polonia la bendicin de la Iglesia como un gran
ritual de intercesin.
Mickiewicz crea en los espritus. Volteriano en su juventud temprana
pareca que bromeaba con ellos, pero incluso cuando tradujo Jeanne dArc de
Voltaire seleccion, precisamente, la escena de la violacin de Jeanne y de la
condenacin de los violadores al infierno. Despus escribi Baladas y La vigilia de

los antepasados, que podran servir de manual de espiritismo. Y ms tarde, acaso


no aconsejaba actuar mejor durante la vida presente porque al espritu le resulta
muy difcil actuar sin el cuerpo? Sin mencionar historias que tratan literalmente
sobre almas condenadas a vivir en el cuerpo de animales como castigo, escenas que
al parecer extrajo de las creencias populares o de la fe de los cabalistas en la
reencarnacin.
El culto a los antepasados, procedente de Bielorrusia, prueba con fuerza la
interdependencia de los vivos y de los muertos, ya que los vivos llaman a los
muertos ofrecindoles comida, algo muy terrenal. En La vigilia de los antepasados de
Mickiewicz, y no slo all, estos dos mundos se conectan entre s y no hay nada en
esta obra de la irrevocabilidad del Hades.
Ya que las personas desaparecen una tras otra y se multiplican las preguntas
sobre si existen despus de muertas y de qu manera, el espacio de la religin
colinda con el territorio de la historia, entendida como una continuidad hacia la
civilizacin. As, por ejemplo, la historia de una lengua determinada se presenta
como la de un pas en el cual nos encontramos con nuestros antepasados, aquellos
que escriban en nuestro mismo idioma hace cien o quinientos aos. El poeta
Joseph Brodsky deca incluso que no escriba para las generaciones venideras sino
para rendir homenaje a las sombras de los poetas que lo precedieron. Quiz la
dedicacin a la literatura no es otra cosa que una celebracin permanente de la
vigilia de los antepasados, una convocatoria de los espritus con la esperanza de
que por un momento se encarnen en nosotros.
En mis sesiones de espiritismo convoco con gusto a algunos escritores
polacos, la presencia de otros me resulta menos apetecible e incluso prefiero que
algunos no aparezcan. Pero tengo otros intereses adems de los literarios. Mi
tiempo, el siglo XX, me presiona con una multitud de voces y rostros humanos, que
vivan en mi tiempo o que conoc, o sobre los que pude or su historia, pero todos
ellos ya no estn ahora. A veces se hicieron famosos por algo, aparecen en las
enciclopedias, sin embargo son ms los olvidados que slo pueden servirse de m,
del latido de mi sangre, de la mano que sostiene la pluma, para volver, por un
momento, al mundo de los vivos.
Cuando estaba elaborando este Abecedario, a veces pensaba que ms bien
haca falta adentrarse mucho en la vida y el destino de cada una de las personas
que retrataba, en vez de limitarme a hechos tan circunstanciales como los que
describo aqu. Mis protagonistas aparecen iluminados por un destello, a menudo

por un detalle insignificante, pero tienen que conformarse con ello, porque es
mejor escapar al olvido, aunque sea de esta forma. En cualquier caso mi Abecedario
es un libro, pero no es una novela, ni tampoco un ensayo sobre el siglo XX, ni
tampoco un diario.
Todas las personas mencionadas ponen en movimiento una red de
referencias e interdependencias que se relacionan a su vez con las fechas de mi
siglo. En definitiva, no me arrepiento de haber arrojado nombres y apellidos
indolentemente y de haber hecho de la trivialidad una virtud.

CZESLAW MILOSZ (eteniai, Lituania, 1911 - Cracovia, Polonia, 2004).


Czesaw Miosz fue un abogado, poeta, traductor, diplomtico y escritor polaco. Su
familia era originaria de Lituania, aunque de lengua, tradicin y cultura polaca.
Durante toda su vida se mantuvo muy unido a la que consideraba su territorio
histrico: el Gran Ducado de Lituania.
Curs sus estudios superiores de Derecho en Vilna, y como miembro del
grupo literario agary, debut como escritor en 1930, publicando en esa dcada
dos volmenes de poesa: Tres inviernos y Poema sobre el tiempo congelado.
Luego consiguira una beca para Pars donde trab relacin con el que sera una de
sus mayores influencias literarias y filosficas: su familiar y poeta francs de origen
lituano Oscar Venceslas de Lubicz-Miosz. De regreso a Polonia trabaj en la Radio
polaca. Durante la II Guerra Mundial residi en Varsovia, donde prest apoyo a los
perseguidos por el rgimen nazi.
Trabajo en el servicio diplomtico de la Polonia Popular desde 1945 hasta
1951, cuando se exili y fijo su residencia en Francia. Su evolucin ideolgica y
posterior rechazo al rgimen comunista polaco la plasm en la coleccin de
ensayos El pensamiento cautivo. En 1953 recibi el Prix Littraire Europen por
su novela El poder cambia de manos.
En 1960 se traslad a Berkeley, Estados Unidos, invitado por la Universidad
de California en la que se desempe desde 1961 como profesor de Lenguas y
Literatura Eslavas. Durante su estancia ah, escribi, sobre todo, poesa y prosa de
temtica fundamentalmente poltica lo que le vali que la Repblica Popular Polaca

le declarara oficialmente como traidor a la patria.


En 1977 recibi el ttulo de Doctor Honoris Causa en Letras de la
Universidad de Michigan y en el ao 1980, le fue concedido el Premio Nobel de
Literatura.

Notas

[1]

Koljs: empresa cooperativa para la explotacin agrcola del campo,


propiedad del Estado. [N. del E.] <<
[2]

Gulag: campo de concentracin de la antigua Unin Sovitica. [N. del E.]

[3]

En castellano en el original. [N. de los T.] <<

[4]

En castellano en el original. [N. de los T.] <<

[5]

Segunda esposa del autor. [N. de los T.] <<

<<

[6]

Anagrama con que firmaba sus obras el escritor y pintor polaco Stanisaw
Ignacy Witkiewicz (1885-1939). [N. de los T.] <<

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