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Abecedario
[A]
quedarme sin centro o sin residencia espiritual. O dicho de otra forma: aunque no
dejamos de construir mitologas a lo largo de nuestra vida, las que acuamos en
sus fases ms tempranas perduran con mayor fuerza. Por eso, cuanto ms lejos en
el espacio me empujaba mi destino (y supongo que California est lo
suficientemente lejos de mi lugar de nacimiento) con ms persistencia buscaba
lazos con mi yo antiguo, aquel que se qued en Szetejnie y Vilna. Creo que esto
explica mi apego a la lengua polaca. Parece algo hermoso, patritico, pero en
realidad responde al deseo de encerrarme en mi torre de marfil y aislarme del
mundanal ruido. No soy inmune a la necesidad de reconocimiento, nadie lo es en
realidad, pero en mi caso la tentacin no ha sido lo suficientemente fuerte como
para inducirme a abandonar mi solitaria fortaleza y persuadirme de que escriba en
ingls. Mi vocacin me ha conducido por otros derroteros.
Con la vuelta a mi lugar de nacimiento y a la ciudad de Vilna, tras ms de
medio siglo de ausencia, sent que se cerraba el crculo. Me di cuenta enseguida de
la importancia de este reencuentro inslito con el pasado que me haba tocado
vivir, aunque la fuerza y la complejidad de esta experiencia me resulta todava
inefable. Quizs enmudec a causa de la sobredosis emocional que me produjo este
reencuentro, y por eso opt por expresarme de forma indirecta; es decir, en vez de
hablar de m mismo empec a confeccionar una suerte de registro de vidas y
acontecimientos ajenos.
Abramowicz, Ludwik. Vilna fue siempre una ciudad como de cuento de
hadas, aunque cuando viva all apenas era consciente de su magia. Saba, por
supuesto, que haban existido en el pasado sociedades secretas de lo ms
variopinto, como la Asociacin de Granujas (o Societas Szubraviensis), algunas
logias masnicas o el grupo de los Filmatas, sociedades cuya existencia era, por
cierto, del dominio pblico. Pero en mis aos estudiantiles, y a pesar de los
precedentes mencionados, nunca fui capaz de encontrarle el lado pintoresco a mi
circunstancia presente. Slo despus de algunos aos, y tras caer en la cuenta de
ciertos detalles, pude empezar a reconstruir aquellos aos bajo otro prisma.
Ludwik Abramowicz era el editor de la Revista de Vilna, una publicacin que
existi desde antes de la Primera Guerra Mundial hasta los aos treinta y que
sufragaba de su propio bolsillo. La Revista de Vilna tuvo una importancia mucho
mayor que la que pudieran dar a entender su aspecto humilde y su ms que
discreta tirada. Un selecto grupo de ilustrados, tal y como hacan los crculos
elitistas en el Siglo de las Luces, se servan de las pginas de esta revista para
publicar sus opiniones. Abramowicz, un masn convencido, se mostraba fiel a las
es sorprendente. Al parecer, esto se explica sobre todo por la baja posicin social de
las familias de estos emigrantes: los nios deban ganar dinero y cuando se
permitan el lujo de estudiar, entonces casi nunca elegan carreras de letras.
Adems, estos negros blancos aprovechaban a menudo el color de su piel para
cambiarse los apellidos por otros que sonaran anglosajones y ahora resulta ya
difcil reconocer su origen.
Adamic es una voz importante de la poca del New Deal progresista y liberal.
La invitacin que recibi a finales de la guerra para asistir a una cena que Roosevelt
ofreci a Churchill en la Casa Blanca atestigua su fama. En la prensa se escribi
mucho sobre su muerte repentina en 1948: nunca qued claro si se trat de un
suicidio o de un crimen poltico. Adamic jams dej de interesarse por su pas natal
y tom partido por la Yugoslavia de Tito, lo que le granje muchos enemigos entre
los emigrantes yugoslavos, divididos en nacionalidades que se odiaban entre s.
Hoy nadie se acuerda de Adamic. Su figura ha quedado sepultada por un
olvido elocuente o que prueba, cuando menos, que con el final de la Segunda
Guerra Mundial naci una nueva Amrica. No obstante, cuando yo llegu por
primera vez a los Estados Unidos, justo despus de la guerra, me encontr con los
libros de Adamic y entend bien su mensaje; tambin gracias a ellos mi experiencia
americana adquiri sentimientos de compasin y de remordimientos de
conciencia.
No fui vctima en los Estados Unidos de ningn tipo de discriminacin; al
contrario, me convert enseguida en parte de la elite blanca. La primera vez, gracias
a mis credenciales diplomticas; durante mi segunda estancia, en mi condicin de
residente en un campus universitario y ciudadano con plenos derechos. Se cumpla
una vez ms mi destino, el de un hombre privilegiado por la clase pero a quien, no
obstante, le pesaban sus privilegios. Quiz los otros becarios polacos en el Pars de
la dcada de 1930 no pensaban en las masas de sus compatriotas que se
encontraban en el desempleo, pero yo s. De la misma manera que aos ms tarde
era plenamente consciente de que a la hora de opinar sobre Amrica deba tener
presente que nunca fui uno de aquellos emigrantes que no tienen nada que vender
aparte de la fuerza de sus msculos.
Cuando los trabajadores de Detroit supieron que un polaco haba ganado el
Premio Nobel dijeron algo que resume su amarga experiencia: Eso significa que l
es dos veces mejor que los otros. Ellos saben por su trato con los capataces de las
fbricas que slo un doble esfuerzo y un mayor trabajo pueden limpiar la mancha
de su origen.
La Amrica de la posguerra, la de las movilizaciones masivas de jvenes
contra el racismo y la guerra, era, en cierto sentido, menos popular y proletaria que
aquella de Adamic. Los estudiantes de las familias bien y con educacin no tenan
mucha simpata por los currantes (los red necks) y sus valores anticuados. Lo
polticamente correcto, surgido a raz de estos movimientos, no se concibi para
los miembros de las minoras tnicas (los ethnics): estos movimientos
reivindicativos no estigmatizaron el odio a quienes no eran blancos y anglosajones.
Ethnic es la palabra que sirve para designar a todos aquellos sobre los que
escriba Adamic, y tambin a los griegos, italianos, portugueses, a todos los
colectivos que no estn organizados como un grupo de presin. El Ethnic Millions
Political Action Committee (EMPAC) pretenda, segn su fundador, Michael
Novak, sustituir la accin de los respectivos grupos tnicos por una actuacin
coordinada. Creo que fui miembro de esta organizacin sobre todo porque me
acordaba de Adamic.
Adamitas. Que todos vayan desnudos! ste fue el vago sueo ertico de mi
niez. Pero se trata tambin de un sueo casi universal, un sueo que ha dado alas
a las sectas de los adamitas, que a lo largo de los siglos han aparecido,
desaparecido y vuelto a resurgir. Una vez le que los husitas haban tenido
bastantes problemas en Bohemia porque los adamitas les quitaban adeptos. Y ello a
pesar de que, a decir verdad, la vuelta al Paraso, es decir, a la desnudez e
ingenuidad primigenias, tuvo que ser bastante dura en un clima como el del norte
europeo. Siento curiosidad por saber cmo se las arreglaban para no morirse de
fro. Eso fue a principios del siglo XV, y algn poso de aquella aventura debi de
quedar cuando aos ms tarde, en Holanda, Hieronymus Bosch, El Bosco,
bebiendo de fuentes locales, por no decir directamente herticas, pint El jardn de
las delicias, una especie de sueo altamente sensual sobre un pas en el que reina la
desnudez universal (aunque no se sabe a ciencia cierta si lo plasm as como un
elogio o como una advertencia).
En algn sitio Stanisaw Jerzy Lec habl de la tortura que puede suponer la
compaa de mujeres, que estuvieron desnudas ante nuestros ojos masculinos,
vestidas hasta el cuello. En las cenas de la Varsovia en guerra, cuando bebamos
hasta despus del toque de queda, descubr asombrado que la parte femenina de la
compaa tena la necesidad de quitarse de encima todo; quiz se trataba de una
necesidad que est siempre presente, aunque eso s, que slo el alcohol es capaz de
liberar.
Adn y Eva. La mayor virtud del relato bblico sobre nuestros primeros
padres es que resulta incomprensible, y quiz sea sa la razn por la que nos
convence con mayor fuerza que cualquier explicacin racional. Abundando en esta
idea, Lev Shestov afirma que es inconcebible que unos pastores iletrados se
inventasen un mito enigmtico sobre el cual se han estrujado el cerebro los
pensadores de varios milenios.
El paraso un lugar donde no existen la enfermedad ni la muerte y donde
dos personas viven una felicidad completa. A la imaginacin popular siempre le ha
gustado suponer que el acto de comer el fruto prohibido del rbol del
conocimiento del bien y del mal entraaba algn goce sexual. En El paraso perdido
John Milton sigue otra lnea de interpretacin y describe con nfasis el amor de
Adn y Eva como un ingrediente ms de su condicin paradisaca:
As habl nuestra madre universal,
y con ojos de cndido atractivo
conyugal y de modesto abandono,
medio abrazada se inclin hacia nuestro
Primer padre; parte del pecho trgido
y desnudo se encuentra junto al de l,
oculto bajo la cascada de oro
de su suelto cabello.
Qu significado tiene el rbol del conocimiento del bien y del mal? Hay
mltiples interpretaciones. Algunos estudiosos judos de la Biblia encuentran un
sentido oculto en las letras hebreas que sirven para nombrar este rbol. Quienes se
dedican a bucear en los misterios de nuestra civilizacin y en los callejones sin
salida a los que nos ha conducido la razn, ven en la voz de la serpiente la
tentacin del racionalismo. Otros, por el contrario, sostienen que la historia de la
humanidad comienza en el instante en que Adn y Eva comen la fruta prohibida,
ya que antes de hacerlo nuestros primeros padres vivan de forma inconsciente,
animal; por lo tanto, Satans tena razn cuando, encarnado en la serpiente, afirm
que se les abriran los ojos. De todos modos, el Creador tambin estaba en lo cierto,
porque les avis de que moriran si probaban la fruta. No obstante, muchos
intrpretes subrayan la fidelidad amistosa y plena que mostraron a Dios antes de
romper la prohibicin. El problema surgi cuando lo hicieron descender al nivel de
los seres creados y lo acusaron de envidia, as que, desde este punto de vista, el
primer pecado de la humanidad fue en realidad un acto de soberbia.
Por qu tuvieron que comer el fruto prohibido para descubrir que estaban
desnudos, y por qu sintieron vergenza de su desnudez? Parece importante, pero
incomprensible por completo.
Se le puede dar vueltas sin cesar a esta cuestin. Entraron en el camino de la
historia, de la civilizacin, y en qu sentido la desnudez es la negacin de todo
eso? Fue sa la razn por la que Dios confeccion para ellos unas tnicas de piel?
Y por qu ese acto de desobediencia tuvo consecuencias tan decisivas, hasta el
extremo de entraar no slo la muerte sino un cambio completo en la naturaleza
humana, que hasta ese momento haba sido inmortal? Y por si fuera poco, a esos
castigos se aada el del pecado original, que hace culpable a todos los hombres y
mujeres, generacin tras generacin. Por fortuna, la teologa catlica considera el
pecado original un dogma de fe y no pretende explicar cmo es posible que lo
heredemos de nuestros padres.
Segn nuestra conviccin ms profunda, la que toca la esencia de nuestro
ser, deberamos vivir eternamente. La muerte y la fugacidad de la vida atentan
contra nuestro ser. Slo el paraso es verdadero; el mundo, con su temporalidad, no
lo es. Por eso la historia sobre la cada en el pecado nos emociona tanto, es como si
evocara alguna vieja verdad que se encontrase dormida en nuestra memoria.
Admiracin. He admirado a muchas personas. Me he considerado siempre
un rbol torcido, por eso los rboles rectos se han ganado siempre mi respeto. A
decir verdad, conviene recordar lo que ocurre antes de las fiestas navideas,
cuando vamos a comprar un rbol de Navidad. Vemos filas de rboles hermosos
que de lejos parecen estupendos, pero que vistos de cerca no responden a las
exigencias que tenemos sobre un rbol ideal. Uno es demasiado fino, el otro est
torcido, alguno ms es demasiado bajo, y as sucesivamente. Lo mismo ocurre con
la gente: quizs algunas personas me parecan imponentes porque no las conoca
de cerca, mientras que yo era consciente de mis propias miserias.
No slo las mas sino tambin las de mis crculos de poetas y pintores. El
establecimiento de un vnculo entre el arte y un defecto gentico, una mutilacin,
una anomala o enfermedad, supone casi un axioma. Las biografas de escritores y
artistas sacan a la luz esta relacin, una idea que yo pude confirmar con mis
propios ojos en las vidas de mis amigos y conocidos. Sin embargo, se puede
sospechar que esta supuesta relacin viene provocada por un error de perspectiva.
Si sometisemos a un examen igual de serio a los mortales podra resultar que la
normalidad es entre ellos igual de infrecuente que en las personas famosas en el
campo de la literatura y el arte. La nica diferencia es que las vidas de las personas
famosas estn ms a la vista.
Era un consuelo que no impidi, sin embargo, que continuase buscando
individuos superiores a m, hombres que no se hubiesen torcido. Al final, me
equivoque o no, considero que mi rapacidad para admirar a los dems es una
ventaja y no una desventaja.
Alchimowicz, Czesaw. l y yo fuimos compaeros de clase durante ocho
aos en el instituto Rey Segismundo Augusto de Vilna. En algn momento empec
a odiarlo. En este caso el odio, que tambin senta hacia los gemelos Kampf, debi
de nacer de la envidia. Puede que el chico rechoncho que yo era envidiase las
piernas largas, la tez morena y la habilidad de Alchimowicz para jugar al
baloncesto. El caso es que llegamos a las manos o mejor dicho, a los puos
rodeados por acalorados partidarios de su victoria o de la ma. Con el tiempo
ambos aprobamos el examen de revlida, y lo perd de vista. Creo que estudi en la
Escuela Comercial de Varsovia, y que luego se emple en un banco de Vilna. Ms
tarde se alist en el clandestino Ejrcito Nacional y acab encarcelado en Rusia.
Cuando lo dejaron en libertad, consigui un trabajo de funcionario en Varsovia.
Fue uno de mis antiguos compaeros del Segismundo Augusto que estampaba su
firma en las postales de aniversario de nuestra graduacin que recibamos Sta
Kownacki y yo en California. Muri hace mucho tiempo, Sta tambin se ha ido.
Alcohol. As pues, despus de la cena nos entregbamos con disciplina a la
bebida en la casa del seor Rudomina. Cada viva lo acompaamos de una copa
vaciada de un solo trago, a la que seguan los sonidos de un cuerno de caza y las
voces de muchachas que coreaban alegres:
Se lo bebi todo, se lo bebi todo! No dej ni una gota!
Ju! Ja! No dej ni una gota!
cambios se produciran, sin duda, aunque pensaba que yo no los llegara a ver. Me
pareca que la perspectiva de Jerzy Giedroyc, al predecir el final de los imperios
francs y britnico sin indicar una fecha concreta, era la ms sensata tambin en
este caso. Conoc slo dos personas que insistan en que el imperio sovitico caera,
y no en un futuro incierto, sino en diez o quince aos a lo sumo.
Uno de ellos fue Andrei Amalrik, que naci en Mosc en el ao 1932. Hijo de
un historiador, Amalrik era ruso y ciudadano de la Unin Sovitica, pero tena
presente el origen francs de su familia. Le gustaba hacer referencias a su apellido
visigodo, Amalrik, que haba pertenecido a dos reyes que combatieron en las
cruzadas en el siglo XII y tambin a un legado pontificio que se hizo famoso por
gritar, despus de conquistar la ciudad de Bziers en la cruzada contra los
albigenses: Asesinadlos a todos, y Dios se encargar de clasificarlos. Un caballero
medieval llamado Amalric de Bne fue un hereje y un mrtir de su fe. El primer
antepasado directo de Amalrik lleg a Rusia procedente de Avin en el siglo XIX.
Interesado en el pasado, Andrei estudi historia y escribi su tesina de licenciatura
sobre la Rus de Kiev. No obstante, cuando le ordenaron que cambiase el contenido
de la misma, para hacerlo coincidir con la doctrina oficial, que afirmaba que los
gobernantes originarios no eran escandinavos sino eslavos, se neg a hacerlo y se
qued sin el diploma. Amalrik sigui su propio camino, haciendo trabajos
ocasionales, todo con tal de no renunciar a su libertad interior. Nunca se enfrent al
Estado, pero tampoco reconoci su autoridad. No lea la prensa, porque slo
contena mentiras; tampoco poda publicar su obra, que inclua cinco piezas
dramticas de corte satrico, en la lnea del teatro del absurdo. Su tctica de retirada
programtica recuerda a la de Joseph Brodsky. A Amalrik tambin lo acusaron de
un delito similar cuando lo detuvieron en 1965: parasitismo (por ayudar a
pintores famosos a enviar sus obras al extranjero). Lo sentenciaron a dos aos y
medio de destierro en Siberia, donde deba trabajar en un koljs [1]. Cont su
experiencia en un libro, Viaje involuntario a Siberia, y envi el manuscrito al
extranjero. Se public en Nueva York en 1970. Lo le, y sus cuidadosas
descripciones de la vida cotidiana en la Rusia rural me ayudaron a entender mejor
su ensayo Existir la Unin Sovitica en el ao 1984? De acuerdo con su estrategia de
expandir la libertad, pero sin violar la ley, hablaba en pblico abiertamente,
utilizando su propio nombre y facilitando su direccin. Ese librito, un pequeo
ensayo, se public en Amsterdam en 1969, y despus en varios idiomas incluyendo
una edicin en polaco en la revista Kultura de Pars.
A Amalrik se le permiti regresar del destierro en 1966, pero fue arrestado
de nuevo en 1970, y sentenciado a tres aos en un campo de trabajo, una pena que
el campo donde vivo la gente recoge las patatas con sus propias manos. Esta
comparacin no debera sorprender a nadie; es una grieta que se hace cada vez
ms grande y que se est convirtiendo en un abismo. Y el problema en este caso no
es el mtodo de recoleccin de la patata, sino que la capacidad de pensamiento de
la mayora de las personas no supera ese nivel manual. Amalrik se merece nuestra
admiracin por ser un hombre libre a pesar de las circunstancias que le toc vivir,
aunque no pretendo convertirlo en un profeta. Tambin predeca una guerra entre
Rusia y China, que sera a su juicio la causa principal de la hecatombe sovitica (al
final lo fue otra guerra, la de Afganistn).
Sus predicciones sobre el final del imperio eran apocalpticas: imaginaba a
las masas desatando sus apetitos mortferos, algo que no se lleg a cumplir. Pienso
que detrs de los intentos de racionalizar sus presentimientos se esconda la
experiencia de un koljs de Siberia, la sensacin de terror ante una vida que era tan
miserable y brutal que exiga algn tipo de revancha histrica. Tampoco logr
explicar del todo las causas de un derrumbamiento que todava hoy nos resulta
inverosmil.
Conoc a Amalrik en Palo Alto, California. Tambin a su bella esposa,
Giuzel, una pintora con la que se haba casado en Siberia. Giuzel, de origen trtaro,
me cont que haba nacido en Mosc y que su padre, al parecer como la mayora
de los trtaros de la capital, trabajaba de portero: En el pasado dominamos Rusia,
as que ahora se vengan de nosotros convirtindonos en sus guardas.
Giuzel comparti siempre el destino de Andrei, primero en Siberia y
tambin despus cuando lo liberaron, y por esa razn no la admitan en la
Asociacin de Artistas Plsticos, lo que implicaba a su vez la imposibilidad de
exponer su obra. No tuve ocasin de ver sus cuadros en Amrica, as que no puedo
pronunciarme sobre la calidad de su pintura. Eso s, me qued prendado de su
belleza y de su encanto personal.
Amalrik no lleg a ver cmo se cumplan sus profecas. Muri en el ao
1980, en un accidente de coche cuando se diriga a un congreso en Espaa. Desde
entonces siempre he intentado imaginarme a qu se ha dedicado Giuzel despus
de perderlo, qu ha sido de su vida.
El segundo hombre que sostena que la Unin Sovitica iba a desmoronarse
era un politlogo lituano llamado Aleksander Sztromas, que haba salido no hace
mucho de su pas y trabajaba de profesor en una universidad americana. A decir
verdad, tampoco nuestro amigo comn Toms Venclova predeca una larga vida a
ese pas, despus de cumplir el servicio militar en el Ejrcito sovitico y conocer de
cerca el caos y la corrupcin que reinaban en l. Sin embargo, Sztromas aseguraba
que la Unin Sovitica sobrevivira apenas unos cuantos aos, y no dcadas como
vaticinaba Venclova.
Ambicin. Se deja notar cuando se siente herida, y como es bastante fcil
herirla estamos condenados a tratar con ella antes o despus. El gran teatro del
mundo de las relaciones sociales gira en torno de la ambicin, y ella es la fuerza
que mueve los hilos de nuestra tragicomedia.
De m puedo decir que he estado tanto arriba como abajo. Cuando se est
arriba la ambicin se comporta de una forma un poco ms benvola, sta es una de
las ventajas del xito. En cambio, cuando se est abajo, hay que alimentarla, a falta
de algo mejor, con pequeos logros. Ms de un artista sin xito ha tenido que
reconfortar su alma con los elogios que brotan de los labios de su annima amada;
un triunfo parecido al del pequeo funcionario de provincias que se siente
orgulloso de su coleccin de sellos.
Sin embargo, la ambicin es como la voluntad schopenhaueriana, una fuerza
que equivale a los miedos e impulsos biolgicos. No obstante, la voluntad no lo es
todo, ni siquiera en actividades como las deportivas, en las que un entrenamiento
diario y tenaz es tan importante. Para que el cuerpo trabaje con armona hay que
abrirse al espacio, dejarse llevar, sentirse a gusto en ese no presentar resistencia.
Tanto ms en poesa, donde de nada sirve esforzarse, pues se obtiene la
recompensa se haya hecho o no mritos suficientes. Existe una contradiccin entre
el ansia de reconocimiento y de fama, por un lado, y la creacin de obras que nos
pueden hacer merecedores de ellos.
Durante largos aos he estado abajo, ejerciendo de profesor en un msero
departamento de unas lenguas cuya existencia ni siquiera era conocida por la
inmensa mayora. Me hace recordar con humor los pequeos consuelos con los que
apaciguaba un poco los lamentos de mi ambicin.
Ancewicz, Franciszek o Anceviius Pranas. Natural de Samogitia. Ateo,
marxista, socialista, anticomunista, internacionalista. Era un hombre grande, de
melena del color del camo, con gafas de concha. Ocurri en el curso 1929-1930,
en la clase de Introduccin a la Teora del Derecho que imparta la profesora
adjunta Ejnik. El profesor Lande, partidario de la teora de Petraycki, acababa de
cada hombre sospecha que es, nadie lo soportara. Europa Occidental puede ser
acusada de hipocresa por su afn civilizador. Durante la Revolucin Industrial
ofreca sacrificios humanos al Baal del progreso, ms tarde llev a cabo una guerra
de trincheras. Hace ya algn tiempo le el diario manuscrito de un tal seor Ulrich,
que en el pasado haba luchado en Verdn como soldado raso de la infantera
alemana. Estas personas sufrieron un cautiverio similar al de los prisioneros de
Auschwitz, pero su sufrimiento y muerte quedaron sepultados por montaas de
olvido. Las costumbres propias de una civilizacin poseen cierta solidez, as pues
los alemanes en la parte de Europa Occidental ocupada se mostraban
desconcertados y no desvelaban sus verdaderos objetivos, mientras que en Polonia
actuaban abiertamente.
Es por completo humano y comprensible que la gente se niegue a aceptar los
crmenes y que griten eso es imposible! y, sin embargo, resulta que fue posible.
No obstante, aquel que sostiene que Dios nos abandon en 1941 se comporta como
una persona educada en una civilizacin dedicada a colocar paos calientes. Qu
sucede con la historia de la humanidad, con los milenios de matanzas mutuas? Y
eso sin mencionar las catstrofes naturales, como por ejemplo la peste, que
despobl Europa en el siglo XIV. Y ello sin hablar de esos aspectos de la vida
humana que no necesitan una gran plaza pblica para mostrar su dependencia de
las leyes terrenales.
A la vida no le gusta la muerte. El cuerpo, mientras puede, se enfrenta a ella
con los latidos del corazn y el calor de la sangre circulando por el cuerpo. Los
poemas que buscan el sosiego en medio del horror se inclinan por la vida, son una
rebelin del cuerpo contra la destruccin. Son como carmina, es decir, como
conjuros pronunciados para que el horror desaparezca por un momento y para que
reine en su lugar el orden de la civilizacin o, lo que es lo mismo, un orden como el
de la habitacin de un nio. Poemas como sos logran producir consuelo porque
dan a entender que todo aquello que sucede en el anus mundi es temporal y que lo
que perdura es el orden, algo que nadie puede asegurar con certeza.
Aosta. Que sean bendecidos los monarcas por su aficin a la caza!
Escogieron el valle de Aosta, en las faldas sureas de los Alpes, como coto de caza
real, y prohibieron talar all los bosques y ahuyentar a los animales. Gracias a ello
el valle de Aosta es hoy un parque nacional. Las ms raras especies de animales
como, por ejemplo, la cabra monts, consiguieron sobrevivir en ese lugar. Cuando
vivamos en Francia, en la dcada de 1950, no pudimos ver el valle, ya que ramos
demasiado pobres para permitirnos un coche. Despus nos llev all Mac
Si eres un poeta vers con claridad que en esta hoja de papel hay una nube
flotando. Sin nube no habra lluvia; sin la lluvia, los rboles no podran crecer; y sin
los rboles no se podra hacer el papel. La nube es necesaria para que el papel
pueda existir. Si la nube no existiera tampoco existira esta hoja de papel. As que
podemos afirmar que la nube y el papel son-entre.
Si nos fijamos en esta hoja de papel todava con ms atencin veremos en
ella la luz del sol. Sin la luz del sol el bosque no podra crecer: de hecho, nada
podra crecer. Ni siquiera nosotros podemos crecer sin el sol. Por lo tanto sabemos
que tambin la luz del sol est en esta hoja de papel. El papel y el sol son-entre. Y si
seguimos mirando veremos al leador que cort el rbol y lo llev a la fbrica para
que lo transformaran en papel. Y vemos el trigo. Sabemos que el leador no puede
vivir sin el pan de cada da y por eso el trigo del que est hecho el pan tambin est
en la hoja de papel. Y tambin el padre y la madre del leador. Cuando miramos
de esta manera vemos que sin todas esas cosas esta hoja de papel no podra existir.
Mirando ms profundamente todava podemos ver que tambin nosotros
estamos en ella. No es difcil verlo ya que, cuando miramos la hoja de papel, esta
hoja de papel es parte de nuestra percepcin. Tu mente est aqu, y tambin la ma.
As que podemos decir que todo est aqu, en esta hoja de papel. No puedes
sealar ni una sola cosa que no est aqu tiempo, espacio, tierra, lluvia,
minerales, sol, nube, ro, calor. Todo es-entre en ruta hoja de papel. Por eso creo
que la palabra ser-entre debera estar en el diccionario. Existir significa ser-entre.
No puedes existir por ti solo. Tienes que ser-entre con el resto de las cosas. Esta
hoja de papel existe porque existe todo lo dems.
Sin embargo, no hay que viajar tan lejos, a Vietnam o a California, para
encontrar ejemplos de poesa aperceptiva. He aqu el poema de Janusz Szuber que
extraigo del libro de poesa Mariquita en la nieve, publicado en Sanok, una pequea
ciudad de Polonia, en una edicin muy limitada. Se trata de la descripcin de una
fruta, una ciruela, por fuera y por dentro y tambin de una descripcin de las
sensaciones que produce comerla.
El canto de los gallos
El canto de los gallos ante el cambio del tiempo:
Bajo una nube azul oscura los oscuros testculos de las ciruelas
Con su manto gris y su grieta pegajosa
Sus dulces costras de mbar sucio.
La lengua intenta limar las asperezas del hueso
Y los aos pasan. Y l sigue hiriendo el paladar
Prometiendo llegar a la esencia -al fondo de aquel da
En el que los gallos cantaban ante el cambio del tiempo.
Arcata. Una pequea ciudad en el norte de California, en la costa del
Pacfico, cerca de la frontera con Oregon. El cielo siempre estaba gris a causa de la
neblina del mar. Estuve all un par de veces, y nunca vi el sol. Vivir all? Quiz
como un castigo. Sin embargo, hay personas que se ven obligadas por las
circunstancias a vivir en Arcata. La mayora encuentra trabajo como leadores en
los bosques de redwoods, es decir, de secuoyas, aunque se ven sometidos a la
amenaza constante del desempleo. Y, por supuesto, odian a los ecologistas que
pretenden privarlos de su medio de vida. En contra de los amantes sentimentales
de los bosques, los leadores coreaban con agrado el lema de Reagan, el
gobernador de California, que ms tarde se convertira en presidente de los
Estados Unidos: Quien ha visto un redwood, los ha visto todos.
Los bosques de secuoyas son especialmente sombros. Crecen en zonas de
niebla permanente, ya que necesitan una humedad constante. Columnas
gigantescas que han tardado miles de aos en alzarse, separadas por franjas de
niebla, y bajo cuyas copas se cierne una oscuridad completa y una ausencia
completa de vegetacin. Cuando uno de estos gigantes se cae, de su cuerpo brotan
enseguida nuevos retoos que se abren camino hacia arriba. Un solo rbol
suministra una gran cantidad de madera de construccin de primera calidad, por
eso se producen interminables guerras entre los ecologistas y quienes estn a favor
del desmonte.
Aron, Pirmas. Un personaje ficticio que Teodor Bujnicki y yo creamos en
broma. Bujnicki se acordaba de Kozma Prutkow, un poeta inventado por un grupo
de escritores rusos. Pirmas significa en lituano primero, as que el nombre
significa Aron el Primero. Aron Pirmas publicaba sus poemas en la revista literaria
agary. Reconoc el poema Mi viaje por Chequia, que sali de mi pluma a pesar
de que aparece en un volumen de poemas de Bujnicki. Pirmas se define a s mismo
en este poema como una mezcla de judo y lituano. Tambin hubo otros autores
que escriban bajo este apellido. Ms tarde (cundo?) Pirmas cambi el nombre de
Aron por el de Ariel y creo que todava algunas personas ms llegaron a publicar
sus frutos literarios con este seudnimo en el peridico El Correo de Vilna.
Asco. Fue Jzef Czapski quien me cont esta escena de la Revolucin Rusa.
En el bar de una estacin ferroviaria haba un hombre comiendo, que se
diferenciaba del resto por su vestimenta y sus modales, un ejemplo tpico de la
intelligentsia de antes de la guerra. Unos gamberros sentados en el restaurante se
fijaron en l. Se sentaron a su mesa y empezaron a burlarse de l y a escupir en su
plato. El hombre no se defenda, tampoco intent ahuyentar a sus asaltantes.
Estuvieron as bastante tiempo. De repente el hombre sac un revlver, se lo meti
en la boca y apret el gatillo. Parece como si este ltimo suceso hubiese sido la gota
que colmara el vaso, rebosante ya de torturas y obscenidades sin freno. Sin duda, el
hombre tena una piel delicada, adems seguramente lo haban educado en un
ambiente benigno, que lo protega bastante bien de la realidad brutal, la misma
realidad que las clases bajas consideraban normal. La brutalidad y la vulgaridad
salieron a la superficie con la revolucin y se convirtieron en atributos de la vida
sovitica.
En el ao 1939, la poblacin de Vilna y de Lww descubri de repente la
monotona y la fealdad de la vida sovitica. Me atrevo a afirmar que Stanisaw
Ignacy Witkiewicz se suicid no por miedo sino ms bien por asco hacia aquello
que, como bien saba, iba a imponerse, algo que, dicho sea de paso, describi en los
ltimos captulos de Adis al otoo. George Orwell, que como se sabe no ley a
Witkiewicz, describi de la misma manera en su novela 1984 la vida cotidiana bajo
Varsovia ocupada la seorita Askenazy era una persona solitaria. Es probable que
nadie cuidara de ella. No s cmo muri.
Se me viene a la mente otro profesor pesimista, Marian Zdziechowski, quien
poco antes del estallido de la guerra public el libro Ante el final, y que, al igual que
Askenazy, muri, para fortuna suya, antes de ver cmo se cumplan sus profecas.
Sin embargo, cuando pienso en su hijo, tambin indefenso, siento un dolor
parecido al que me produce el recuerdo de la seorita Askenazy. Cay en las redes
de las grandes deportaciones que se produjeron en Vilna en junio de 1941 y fue a
parar a un campo de trabajo sovitico, donde la gente como l eran los primeros en
morir.
Para esos inocentes, muchos de ellos enfermos psquicos o en la frontera de
la enfermedad mental, el sufrimiento era como un embudo, un pozo sin fondo, un
abismo que la enfermedad no hace sino aumentar. Estos pensamientos me visitan
una y otra vez.
Atila. Un muchacho hngaro, que con slo 13 aos luch en la sublevacin
de 1956 y que, tras la derrota, huy a Austria. Mac y Sheba Goodman, que por
entonces vivan en Pars, cuidaron de l por simple bondad. Consiguieron llevarlo
a los Estados Unidos y le dieron una educacin. Atila sigue siendo para m un
difcil problema moral. Cuando los Estados Unidos se metieron en la guerra de
Vietnam, Atila, como era de esperar, se present voluntario, ya que tena bastante
claro que haba que luchar contra los comunistas all donde fuera. Nos conoca
como amigos de los Goodman y por lo tanto nos visit en Berkeley cuando se
diriga al Lejano Oriente. En ese momento el ambiente en Berkeley era muy hostil
al Ejrcito. Pero, al margen del clima de opinin contrario a la guerra, qu poda
decirle yo a una persona que buscaba un apoyo moral a una decisin como sa? En
Francia haba tenido la oportunidad de seguir la derrota de los franceses en
Vietnam, cmo es que los generales norteamericanos pensaban que iban a ganar?
Cmo poda explicarle a Atila que los vietnamitas luchaban en una guerra
nacional contra unos extraos, y que los extraos no pueden ganar una guerra as?
Debera haberle contagiado mi pesimismo? Haberlo desanimado cuando ya
haba tomado una decisin? Me senta fatal. Lo nico que pude hacer era mascullar
que la opinin norteamericana no era unnime y que todo ese asunto de la
confrontacin entre los dos bloques no era tan fcil como a l le pareca. Pobre
valiente y honrado Atila! Sin embargo, no muri en esa guerra. Sirvi en las
Fuerzas Areas y regres a casa con un ttulo de tcnico electricista.
[B]
del ama de llaves del cura de witobro a quien despus de muerta tuvieron que
sacarla de su tumba (que todava hoy en da existe en el cementerio de esa
localidad) y empalarla con una estaca de lamo para que dejara de gritar?
Las explicaciones racionales no ayudan mucho. El encanto de las baladas es
igual que el de las palabras mgicas. Son carmina, y el trmino carmen significaba
originariamente hechiceras de brujo o, como se dira hoy, de un chamn. Aunque
ms tarde el verbo carminare signific componer poemas. Las frmulas adecuadas
para el ritual o el sortilegio deben ser concisas, fciles de pronunciar. Igual que
stas:
Mira, Maryla, donde se termina la arboleda.
O: Quienquiera que est en los alrededores
de Nowogrdek.
O: Krysiu, Krysiu, grita;
y el eco le responde: Krysiu.
O: Yo no muero, no lloro,
Vosotros aliviad vuestro dolor.
De acuerdo, para formular carmina en el espacio de una cueva sacra o en una
librera moderna, est bien tener una formacin clsica. Mickiewicz la tena. Los
poetas actuales haran bien si consideraran la ayuda que les puede suponer la
composicin de las slabas en un poema mtrico.
Siempre le estar agradecido a Mickiewicz, aunque no comprendo mucho su
vida; de dnde le viene su fuerza potica? Aunque para ser agradecido, no hace
falta entenderlo todo.
Balzac, Honor de. Nuestro tro Janka, Jerzy Andrzejewski y yo mismo
se dedicaba a leer su obra en la Varsovia ocupada por los alemanes. Un escritor
brutal, yo dira que muy apropiado para aquel tiempo. Nuestro tro puede
permanecer unido en estas lneas, como entonces, antes de que nuestros caminos se
separaran. La lectura de Balzac coincidi con la edicin en la casa en la que
vivamos Janka y yo de nuestro primer libro en la ciudad ocupada, una
Sus ensayos sobre la pintura, Saln 1846 entre otros, muestran la puntera de
antes. El ms importante, en mi opinin, es Constantin Gys, peintre de la vie
moderne. Este pintor de vida moderna fue en realidad un reportero que utilizaba
una cmara de fotos en vez de un cuaderno de dibujo y un lpiz. Le este tratado,
que se edita por regla general como un librito aparte, en Varsovia (poco antes de la
guerra), y su lectura tuvo para m un significado revelador. Capt de pronto la
artificiosidad de la civilizacin, su carcter teatral, en el que la mujer ejerce de
suma sacerdotisa del erotismo. Me gust tanto este pequeo libro que lo traduje al
polaco. Pero el manuscrito se perdi en algn sitio entre las ruinas de mi piso de
Varsovia. Ms tarde lo tradujo de nuevo Joanna Guze.
Beauvoir, Simone de. Nunca tuve contacto personal con ella, pero mi
antipata no ha disminuido ahora que ya est muerta y que su nombre desciende
con rapidez hasta el reino de las pequeas notas al pie. Se dira que esta antipata
hacia una dama que simbolizaba el gran mundo era algo inevitable para alguien
que, como yo, procede de una provincia lejana. Alguien podra pensar que es el
comportamiento propio de un palurdo ante una civilizacin refinada. Beauvoir se
encerr tanto en el capullo de la cultura francesa que ni siquiera pudo imaginarse
cmo se la vea desde fuera. De las tres compaeras de clase de la cole Normale
Suprieure que se llamaban Simone adems de ella, Simone Weil y Simone
Petrment la Beauvoir estaba convencida de que era la ms liberada,
representando mejor que nadie el discreto encanto de la burguesa francesa.
Jams pude perdonarle su vileza y la de Sartre en la cacera que emprendieron
contra Camus. Fue como el argumento de un cuento moral: un hombre recto,
noble, veraz y un gran escritor a quien una pareja de supuestos intelectuales
escupieron en nombre de lo polticamente correcto. Qu ceguera doctrinaria la
suya al escribir una novela entera, Les mandarins, para intentar desacreditar a
Camus, relacionando sus ideas con chismes sobre su vida personal.
Y ella, que se erigi en la voz ms audible de las feministas. Eso no dice
mucho a favor de las feministas. Siento respeto, e incluso debilidad, por aquellas
mujeres que defienden a otras mujeres movidas por la compasin. En el caso de
Beauvoir no era ms que una moda intelectual. Una ta tonta.
Bend. Unos pinos enormes, el cielo azul, aguas cristalinas que descienden de
las montaas, de algn lugar en la cumbre, en las nieves de la cadena de Cascades;
siempre se me vienen a la mente estas imgenes cuando pienso en esa pequea
ciudad en el corazn de los bosques del estado de Oregon. Aunque en realidad se
encuentra en la frontera entre estos bosques que se extienden en direccin al
ocano, mientras que hacia el este empieza una enorme extensin de terreno seco y,
a veces, desrtico.
Para ir al norte, hacia el estado de Washington y las Montaas Rocosas
canadienses, o tambin hacia lugares ms cercanos como la reserva india prxima
a Hot Springs, hay que toparse con Bend. En el lugar hay unas fuentes de las que
mana agua realmente caliente. Como siempre, el hombre blanco dej a la tribu
india un terreno baldo de pequeas cimas donde la nica vegetacin est formada
por arbustos de mesquite. Sin embargo, ocurri que un mdico de una ciudad
cercana les aconsej a los indios cmo utilizar las fuentes de agua caliente que se
encontraban dentro de sus propiedades. Construyeron un hotel, acondicionaron
unas piscinas, plantaron unos rboles; un oasis precioso en medio de un desierto,
trabajo y ganancias para toda la tribu.
Bend (incluido el pequeo centro indio de Kaneetah) me recuerda tambin
instantes de felicidad, aquellos que no apreciamos en su momento ya que gravitan
en torno de alguna preocupacin. Ms tarde, cuando separamos los buenos
momentos de los malos descubrimos que fueron felices.
Berkeley. Cuando estuve en San Francisco en 1948 no poda imaginarme que
al otro lado de la baha se encontraba la ciudad que el destino haba escogido como
mi residencia ms prolongada, hasta el punto de que ni siquiera la Vilna de los
aos escolares y universitarios podra rivalizar con ella. Me sent muy
entusiasmado con mi visita a San Francisco en la dcada de 1940, aunque me lo
tom ms como un viaje a otro planeta que como una visita a un posible lugar de
residencia. A pesar de esta visita, no fui capaz de hacerme una imagen fiel de
Berkeley cuando en 1960 acept una invitacin para convertirme en lector de
polaco en su Universidad. Pensaba que la ciudad estaba situada en la baha, pero
qu va!, no es ms que un montn de hormign sobre una montaa de basura,
tierra arrebatada al mar, terrenos hmedos y baldos, cerca de barrios repletos de
fbricas y almacenes y rodeada abajo por el gueto negro. Pens que habra playas y
lugares para darse un chapuzn. Qu va! Ni un grano de arena; en cuanto al agua,
est demasiado sucia y fra a causa de una corriente de bajas temperaturas que
pasa justo por este lugar de la costa del Pacfico. Las vistas desde la parte alta de
Berkeley a la baha, a los lagos y los rascacielos de la ciudad son impresionantes,
aunque se parecen a un paisaje lunar. La quintaesencia de los grandes espacios
americanos y de la alienacin del hombre. Pero haba ido all para aguantar y no
para que me gustasen las cosas. Recib al mismo tiempo dos propuestas; una de
Berkeley y la otra de la University of Indiana en Bloomington. Quiz si hubiera
ser una herencia blgara, tal y como ya lo es el dialecto eslavo eclesistico. Los
bogomilos de Bulgaria tambin emprendieron su marcha hacia el oeste,
asentndose en Bosnia y dirigindose a lo largo del Adritico hacia el norte de
Italia, y desde all a Provenza, donde se convirtieron en los ctaros o albigenses.
Utilic las peripecias de esta secta como pretexto para dar un curso sobre el
maniquesmo en el marco del Departamento de Lenguas Eslavas de Berkeley,
aludiendo al supuesto origen eslavo de esa creencia. Por supuesto, los historiadores
han estudiado a los ctaros porque la Inquisicin, tan importante en la historia de
la Iglesia, se cre, en primer lugar, para combatirlos; as pues la persecucin de los
ctaros supone una contribucin nada modesta a la construccin del Infierno en la
Tierra.
Fue Simone Weil la que fij la atencin del siglo XX en los albigenses, y en
los maniqueos en general, como problema religioso. No tanto para resucitar la
creencia maniquea, sino para sealar que, en la actualidad, muchas personas
consideran que el Yahv del Viejo Testamento es slo un demiurgo menor,
responsable del mundo de maldad. Al desaparecer la frontera entre los animales y
el hombre, a raz de la teora de la evolucin, comenz una mayor sensibilidad
hacia los sufrimientos de todos los seres vivos, no slo del hombre. Dios, en cuanto
creador de este mundo, es el responsable del dolor universal. Se ha rechazado el
mito sobre la cada, es decir, sobre el ser creado bueno que hered el pecado de
Adn. Al contrario, se sostiene que el hombre acta movido por los mismos
impulsos que los animales, sometido a la misma ley de lucha.
Simone Weil sigue siendo un personaje controvertido. Fue condenada por
los judos por su supuesto antisemitismo (el rechazo ctaro al Viejo Testamento).
Como partidaria de un determinismo fuerte en la naturaleza y en el hombre
valoraba el cristianismo por su aspecto sobrenatural, mientras que las palabras de
la oracin Que venga a nosotros su reino las interpretaba como la formulacin
del deseo del fin del mundo.
Para los ctaros el mundo haba sido creado malo y sin remedio, e incluso la
procreacin era considerada un mal ya que prolongaba su existencia. A pesar de
toda su aoranza por la inexistencia, Simone Weil admiraba del mundo su belleza
(tambin matemtica) y su pensamiento nos obliga a reconocer la contradiccin
entre la alabanza del mundo y el rechazo que nos produce, contradiccin que los
ctaros desconocen.
Bobot, Jan. En los primeros cursos del colegio nos dividamos entre una
muchedumbre de niatos y unos cuantos nios mayores, que iban atrasados en los
estudios a causa de la Primera Guerra Mundial. Uno de ellos se llamaba Jan Bobot.
Al parecer, lo de estudiar no era lo suyo porque no volv a verlo en los cursos
superiores. Muchos aos ms tarde, le en algn sitio algo sobre la resistencia
militar contra la invasin sovitica de 1939 que protagoniz el destacamento del
Cuerpo de Proteccin de las Fronteras y sobre un heroico teniente, Jan Bobot, que
haba muerto con ellos.
Borejsza, Jerzy. Un apellido tan pintoresco como inventado. Tambin
retocaba su vida y se haca pasar por un noble, sa era su mscara. Fue el ms
internacional de los comunistas polacos. Quiz su modelo era Willi Mnzenberg,
que en la Alemania de Weimar haba fundado un imperio periodstico y, tras su
huida de la Alemania de Hitler, un centro de propaganda comunista en Pars. A
partir de 1945, Borejsza, apoyado por la viuda de nuestro Henryk Dbiski, una
mujer delgada y rubia (su hermana era monja), construy de la nada un autntico
emporio gracias a la edicin de publicaciones peridicas y de libros. En Czytelnik,
as como en otras editoriales, peridicos y revistas semanales, todo lo decida l: los
ascensos, los libros que se publicaran, los honorarios. Pertenec a su cuadra, todos
estuvimos all. l se invent el Movimiento en Defensa de la Paz, y si no lo hizo
solo, al menos fue suya la idea inicial. El congreso celebrado en Wrocaw en 1948,
al cual asisti el mismsimo Picasso, tambin fue obra suya. El congreso result ser
el comienzo de su decadencia, porque los rusos comenzaron a retirarle su favor.
Poco despus se produjo un misterioso accidente de coche. Le sobre la ascensin y
la posterior cada de Mnzenberg, de modo que ahora no puedo dejar de comparar
su carrera con la de Borejsza. Mnzenberg dirigi la accin internacional
antifascista durante la Guerra Civil espaola, se expuso a las iras de Stalin y
cuando ste lo llam a Mosc (para darle muerte) no acudi. Desde entonces vivi
en Pars en peligro constante y su muerte (lo ahorcaron en un bosque) mientras
escapaba hacia el sur, tras la entrada de los alemanes en Pars, parece ser la
ejecucin de una vieja condena. Quizs el caso de Borejsza no fue tan trgico pero,
teniendo en cuenta sus mritos, el largo silencio en la prensa del partido despus
de su muerte me da que pensar. Fue un personaje destacado, que merece que se
escriba sobre l.
Borowik, Anielka. Era la hija de un hombre rico de Varsovia llamado
Geppner. Su padre tuvo la oportunidad de huir del pas en 1939 pero se qued por
un sentimiento bsico de solidaridad, y despus muri en el gueto. Antes de la
guerra Anielka estudi en la Academia de Bellas Artes. Su amistad con Janka se
remonta a aquella poca y se prolong tambin despus de la guerra; por esta
razn la casa de los Borowik en Manhattan siempre nos sirvi de acogedor refugio.
El marido de Anielka, Lucjan, tena una empresa de exportacin-importacin e
inverta con xito en propiedades inmobiliarias. Estos crculos de la burguesa de
Varsovia (mdicos, abogados, comerciantes), transplantados a Nueva York poco
antes de la guerra o en los primeros meses de la contienda, se adaptaron a las
nuevas condiciones con facilidad. Liberales, tolerantes, mantenan lo mejor de la
tradicin de las Noticias literarias de la Polonia preblica. Slo en estos crculos
polacos no se me tildaba de traidor por trabajar en la embajada del gobierno de
Varsovia. Les estoy agradecido, y en particular a los Borowik. Gracias a Anielka
conoc al doctor Berlstein, un encantador ratn de biblioteca que trabajaba en The
New York Public Library como responsable de la seccin eslavstica. Una vez,
cuando estaba en esta biblioteca leyendo algunas revistas, se me acerc y me
pregunt al odo si saba quin era el seor que se sentaba a mi lado. Era Kerensky,
el primer ministro del primer gobierno ruso despus de la cada del zarismo.
El doctor Berlstein, los Borowik, el socilogo Aleksander Hertz, Jzef Wittlin,
Aleksander Janta-Poczyski, ste es el Nueva York que yo conoc entre los aos
1946 y 1950.
Borowski, Edward. ramos coetneos y compaeros del Grupo B (en el
Grupo A se imparta francs, en el Grupo B alemn). Su recuerdo ha seguido vivo
en m todos estos aos como un personaje importante, pero muy diferente a m y al
ambiente en el que yo me mova. Perteneciente a una familia noble y acaudalada,
cultivaba la fidelidad a las viejas tradiciones nacionales y ejerca de esnob de buena
cuna con sus ideas conservadoras y provocativamente reaccionarias. Mantena
amistad con otro chico, igual de celoso de sus opiniones elitistas, llamado Janek
Meysztowicz, que era, si no me equivoco, sobrino (o el joven primo hermano) del
archiconocido cura local Walerian Meysztowicz, que haba sido primero ulano,
despus profesor de teologa y, por ltimo, diplomtico en el Vaticano.
Me pregunto por qu yo, que era miembro de la nobleza, no me senta
cmodo en mi propio pellejo. Puede que sea simplemente la vergenza que senta
por mi origen lo que determin mis numerosas aventuras intelectuales. De dnde
procedan mis inclinaciones democrticas y socialistas? Podra haberme dicho a m
mismo: soy un seorito que vive en una mansin y que debe tener ideas polticas
acordes con mi clase. Con ms razn todava, ya que el conservadurismo de los
bisontes de Vilna, es decir, de los terratenientes locales, en especial sus opiniones
patriarcales (ellos financiaban el diario de Stanisaw Mackiewicz La palabra), no se
asociaban indisolublemente al catolicismo, a diferencia de los nacionalistas, que
Wacaw me diverta por su pedantera y por sus manas. Los dos ramos
fumadores. Por entonces se compraba tabaco y un papel de fumar ya liado para
hacer luego cigarrillos en casa. Las cajitas de papelillos liados tenan colores y
dibujos diferentes. Waca las coleccionaba y se entretena colocndolas una encima
de otra. Por cierto que este papel de fumar liado result ser una tecnologa de corta
vida pues desapareci durante la guerra. En las calles de Varsovia se venda
entonces tabaco casero, bien mezclado, que se expona en las aceras. El papel se
compraba aparte y uno poda adquirir bastante agilidad a la hora de liar la ruina,
como llamaban al tabaco en Lituania. Si me acuerdo bien, los cigarrillos que los
Kroski liaban para venderlos despus no tenan filtro.
La pedantera de Waca tena algo que ver con su falta de jovialidad. Era un
hombre rubio, de rostro anguloso y facciones marcadas, que se mova de forma
majestuosa y rtmica, y todo eso lo haca parecer mayor de lo que era. Sin embargo,
destacaba por su gran sentido del humor. Era el hijo nico de una mujer que posea
tierras. Dicho sea de paso, la mayora de mis compaeros del instituto Rey
Segismundo Augusto procedan de familias de terratenientes, algo que ahora se ha
convertido en objeto de mis actuales reflexiones sobre la lnea divisoria entre la
nobleza y el pueblo en nuestra regin.
En mi caso la decisin de estudiar Derecho en lugar de humanidades no fue
afortunada. En cambio, Waca pareca que haba nacido para el derecho y tena una
mente jurdica. l encontraba placer en la cadena de argumentos y en las frmulas
del derecho romano, que debamos aprendernos de memoria. Lo perd de vista
pronto, aunque creo que despus de recibir el diploma estuvo haciendo prcticas,
probablemente como pasante. En el ao 1939 ya deba de ser ayudante de fiscal o
juez y, por tanto, un candidato ideal para la deportacin. A la gente de la regin de
Vilna se la llevaron a un complejo de gulags en Vorkut. Slo s que lo deportaron
y que muri en un campo, es probable que en el que acabo de mencionar.
Budismo. Creo que hoy suscribira la opinin de Oskar Miosz, quien
aconsejaba que uno se dedicara a profundizar en nuestra propia tradicin
mediterrnea, y que hara caso a la advertencia de Carl Jung, que mostraba cierto
escepticismo en cuanto a la posibilidad de que una mente occidental entendiese las
religiones de Oriente. Sin embargo, la presencia del budismo ahora, en
comparacin con su implantacin a principios del siglo, es considerablemente ms
importante y en la actualidad esta creencia religiosa coexiste con el cristianismo, el
judaismo y el islam. Mi simpata hacia las enseanzas de Buda es fcil de entender
si se tiene en cuenta que aquello que me ha atormentado durante toda mi vida, a
aspecto de judo.
Tadeusz nos visit en Francia durante uno de sus viajes a Occidente. Ms
tarde, en el verano de 1981, despus de lo de mi Premio Nobel, nos dimos los dos
una vuelta en coche por Varsovia.
[C]
zarista la opinin sobre los exiliados polticos rusos. Sin embargo, Lisowski escribi
una buena crtica. Me publicaron el libro. Despus prefer no tener nada que ver
con Gallimard.
Me acuerdo de una conversacin con Camus. Me pregunt si consideraba
apropiado que l, un ateo, permitiera que sus hijos hicieran la primera comunin.
Esto ocurri poco despus de mi visita a Karl Jaspers, en Basilea, al que pregunt
por la educacin catlica de los hijos. Me respondi que como protestante su
opinin sobre el catolicismo no era muy favorable, pero que a los nios hay que
educarlos en la religin propia para permitirles el acceso a la tradicin bblica,
luego ser suya la eleccin. Eso es ms o menos lo que le respond a Camus.
Capitalismo, el fin del. Por supuesto que cre en ello. En los aos treinta del
siglo pasado el mundo comenz a volverse demasiado absurdo como para
soportarlo sin buscar alternativas. En esa situacin tenamos que convencemos de
que la sinrazn era un fenmeno pasajero y de que, tras cambiar el sistema,
reinara la razn. De un lado, en los pases ms desarrollados millones de
desempleados hacan cola para conseguir una sopa, los dictadores voceaban desde
sus tribunas y se hacan con el poder, y la produccin de armamento era el nico
modo de dar trabajo a la poblacin, es decir, de poner en marcha la maquinaria;
de otro, China, Africa y, poco despus, Espaa se suman en una sucesin
interminable de guerras. Los intelectuales de Europa Occidental se dedicaban a
burlarse de la democracia, mientras que la Polonia de los polvorientos caminos
vecinales vegetaba en el umbral de la pobreza. As pues, la culpa de todo era del
sistema, y la razn, que no se dejaba contagiar de la necedad circundante, espera
su hora. ste era mi estado mental en aquel tiempo, y por eso yo, que era un amigo
de la razn, quera transformar la realidad polaca.
Y acaso la nueva era de la humanidad no se encontraba muy cerca de
nosotros, justo detrs de nuestra frontera oriental? As era. Los polacos que se
convertan al comunismo actuaban de forma bastante lgica, si bien tenan que
asumir que pertenecan a la nacin contrarrevolucionaria, a cuyos ciudadanos se
los exterminaba sin piedad. Haba en todo ello, y en la poltica nacional y en el
terror que reinaba en la Unin Sovitica, un fuerte germen irracional que empuj a
la mesinica Rusia a incorporarse en un modelo general de intoxicacin colectiva
que algunos intentaban explicar mediante artes adivinatorias.
A medida que se aproximaba el final de la guerra ms me convenca de que
el capitalismo jams volvera a ser el sistema dominante, ni en Polonia ni en Europa
Occidental. Esos crmenes tan terribles tenan que servir para algo. El sistema al
menos explicaba algo como resultado de causas y efectos.
Adems hay que tener en cuenta que toda la literatura del siglo XIX
encerraba un mensaje oculto: las almas nobles se encontraban con la resistencia del
materialismo ms grosero, con la existencia de la burguesa perezosa, de los
filisteos. Es eso suficiente para explicar el apoyo al comunismo en Polonia? S y no.
Escribo de ello porque quiero dejar constancia de la gran necesidad de racionalidad
que sentamos, aunque al final a ella le tocase perder la partida para servir de
escarnio a las siguientes generaciones.
Carmel.
Los rboles no sobrevivieron muy bien porque el terreno que estaba justo al
lado del ocano es demasiado caro para que los herederos pudieran resistirse a la
tentacin de vender las parcelas a empresas constructoras. Sin embargo, la torre
que levant con sus propias manos permanece en pie al igual que la casa que
bautiz con el nombre de Tor House. El edificio es incluso la sede de la Tor House
Foundation.
Me convert en defensor de la poesa de Jeffers argumentando con cierta
dificultad aquello que hoy recibe un nombre abreviado: inhumanismo. Me refiero a
que Jeffers de forma consciente se opuso a la modernidad cuando todava nadie
hablaba de posmodernidad. Porque su rechazo a la compresin del poema, que
haba empezado con el simbolismo de Mallarm, y la decisin de exponer sus ideas
filosficas, hablando sin rodeos, no es otra cosa que posmodernismo. Era una
apuesta arriesgada. Carmel me hace sentir nostalgia debido tanto a los rboles que
plant all como a lo efmero de la fama. En la dcada de 1920 Jeffers era
considerado el poeta ms grande de los Estados Unidos y Dwight Macdonald, por
ejemplo, lo consideraba mejor poeta que T. S. Eliot. Hoy por hoy, a pesar de que
tiene sus seguidores, es como una amante aficionada, segn la frmula de Marek
Hasko, una mujer fea y apta slo para poco exigentes.
Es demasiado temprano para un veredicto final, su obra tendr que ser
colocada una vez ms en la balanza aunque quiz desde el punto de vista
lingstico ser igual de difcil defender sus largos poemas tragedias como los
dramas de Wyspiaski. Pero incluso en la derrota de este hombre que escribi
contra todos hay nobleza.
Al menos tuvo un discpulo fiel, William Everson, que fue durante algn
tiempo monje secular en la orden de los dominicos en Okland y que escriba
entonces con el seudnimo de Brother Antoninus. Lo visit en el monasterio de
Chabot Road y traduje un par de poemas suyos al polaco. Es el autor de varios
volmenes de poemas y de un ensayo sobre la filosofa de Jeffers, en el cual barre
quiz demasiado para casa. As pues dos ingredientes de la poesa de Jeffers
quedan un tanto eclipsados la concepcin cientfica del mundo y Nietzsche
mientras que su religiosidad pantesta cobra mayor protagonismo.
Cartas annimas. Usted no les gusta, seor Miosz. Un autor annimo
aadi estas palabras a la copia de un artculo asqueroso sobre mi persona que
apareci en la prensa del exilio polaco. Y era cierto, porque a excepcin de un
reducido grupo de personas nunca he cado bien a la gente. No hay razn para
pensar que uno est en lo cierto. Mis enemigos, que a menudo escriban cartas
annimas o me atacaban desde la trinchera, tambin tenan sus razones. En primer
lugar, mis numerosos defectos hacan que todos mis intentos de colocarme sobre
un pedestal, y de satisfacer as una obvia necesidad social, resultaran intiles. En
segundo lugar, mi innato carcter sanguinario se manifestaba a menudo en
opiniones desdeosas hacia otras personas, comportamiento que ahora considero
descorts. En tercer lugar, desde los comienzos de mi carrera literaria fui acusado
de arrogancia por las personas que yo desdeaba y rechazaba, y cuya presencia
supona para m un problema moral. No hay que olvidar que cada da una
multitud de personas entran en liza a travs de la escritura, la pintura o la
escultura. El sentido de la jerarqua le prohibe a uno alabar aquellas obras que, en
su opinin, no merecen ser alabadas, pero a menudo resulta difcil pensar, por
ejemplo, en un poeta que envi su nuevo poema, lleno de orgullo y con la
esperanza de leer de mi pluma algunas palabras de reconocimiento. En situaciones
as yo era capaz de escribirle que el poema era malo o no contestarle siquiera. No se
trata aqu de un ejemplo inventado ya que de esta forma her a Aleksander Janta, y
as se acab nuestra amistad.
red a la revista Kultura, lo que probablemente les hubiese ayudado a salir de los
problemas financieros, pero Giedroyc rechaz la propuesta.
Me senta demasiado asediado, dolorido, desconfiado y, ante todo, pobre
para estar a gusto en esa compaa. La pobreza le da a uno suficiente agudeza de
visin para descubrir la capa de grasa con que se protegen los ricos, y por aquel
entonces los americanos con buenos salarios en Pars eran hombres ricos. Quizs
hoy puedo ser ms justo con Michael Josselson, que estaba a cargo de todo. No me
gustaban su seguridad en s mismo y sus cigarros. No se daban cuenta de los
errores que cometan. Uno de ellos fue abrir unas esplndidas oficinas en el barrio
ms caro de Pars, en la Avenue Montaigne. Para explicar mis contactos
accidentales con el Congreso hace falta aadir que se me negaba el visado de
entrada a los Estados Unidos. El Congreso no fue responsable de ello, pero no
obstante
No hay motivos para afirmar que Josselson no fuera un hombre de
convicciones profundas; al contrario, dedic su vida al trabajo de administrador
del Congreso. Fue un tipo primitivo. Haba nacido en Tallinn y era el hijo de un
comerciante de madera ruso-hablante. Despus de la Primera Guerra Mundial su
familia huy a Alemania, el gran centro de la emigracin rusa, y l estudi all.
Ms tarde, durante unos cuantos aos se dedic a hacer con xito negocios en
Pars, despus de lo cual emigr a los Estados Unidos, consigui la nacionalidad
norteamericana y durante la guerra sirvi en el Ejrcito. Hablaba con soltura cuatro
idiomas; al parecer, tambin saba polaco aunque l no lo reconoca. Como supe
ms tarde sufra mucho por tener que fingir ser otra persona de la que era en
realidad. Por el Congreso pasaron doctos y escritores de Europa y los Estados
Unidos sin saber quin lo financiaba y Josselson no poda revelar nada. Trabaj en
un libro histrico sobre un jefe militar de las guerras napolenicas, Bagration, lo
que indica que Rusia era objeto de su inters y que se identificaba con un personaje
que haba sido injustamente tratado. Estaba enfermo del corazn. Despus de
abandonar el Congreso se estableci en Ginebra, donde muri.
Connecticut, as se llaman el valle y el ro que lo atraviesa. Me fascin por
primera vez en el ao 1947 cuando visit el Smith College en Northampton para
dar una conferencia. Manfred Kridl, un profesor de Vilna, ejerci all de catedrtico
durante algn tiempo. Las zonas rurales de los alrededores estaban pobladas por
polacos, que haban llegado a esas tierras para sustituir a los irlandeses que haban
emigrado a las grandes ciudades. Visit ese lugar por segunda vez cuando
enseaba all mi amiga Jane Zielonko. Luego, aos ms tarde, impart clases en el
empatia y la viveza que responde a una especie de revancha contra el mundo por
su crueldad? Acaso esta revancha no es la fuente de inspiracin de las novelas del
marqus de Sade? Creo que yo mismo, en gran parte, estaba contagiado por esta
percepcin frvola de las cosas espantosas, propia de los polacos. Pienso que se
trata de una enfermedad de la que hay que curarse.
En el ambiente estudiantil y literario de Vilna haba un joven gigante, muy
apuesto, de una familia rica de terratenientes originaria del norte, de la regin de
Bracaw. Lleg incluso a costearse la publicacin de un drama, editado de forma
muy suntuosa. Ocurri que justo despus de la entrada del Ejrcito sovitico en
Vilna, es decir, despus de la desaparicin de la Lituania neutral, estbamos
sentados los tres, l, su bella mujer y yo, deliberando sobre si deberamos irnos o
no. Marcharse implicaba un gran riesgo; quedarse supona, en cambio, asumir el
destino de un ciudadano sovitico. Yo logr superar el miedo y cruzar la frontera
de forma ilegal, porque Janka me estaba esperando en Varsovia. Ellos se quedaron.
Janusz Minkiewicz, que por aquel tiempo malviva en Vilna como
responsable del cabar Jantipa, escribi, de regreso a la Varsovia ocupada, una
historia macabra, que sola leer entre risas en los encuentros literarios que
mantenamos en la clandestinidad. Nadie que no haya vivido de verdad bajo la
autoridad sovitica conoce el enorme miedo que tenamos entonces; por
consiguiente, la decisin de Leszek B. de impartir clases de marxismo y leninismo
en cursos para trabajadores, con el fin de salvarse de la deportacin, quiz pueda
parecer slo graciosa, especialmente si se tiene en cuenta que l no tena ni idea de
marxismo. Leszek aparece en la novela de Jzef Mackiewicz Camino a ninguna parte
como ejemplo de cmo las personas se adaptaban entonces a las nuevas
condiciones. Janusz Minkiewicz lleva la historia ms lejos. Los alemanes ocupan la
ciudad. Leszek se hace pasar por un bielorruso (no se sabe si ocurri as realmente)
y recupera sus posesiones, despus se pasea con su ltigo y amenaza a los
campesinos: Ahora os ensear comunismo del bueno! (una vez ms ignoramos
si pas as). Al final lo matan de un disparo que atraviesa su ventana mientras
estaba cenando. Quin lo hizo? Basndonos en esta historia, los campesinos, pero
en aquella regin actuaban fuertes grupos de partisanos soviticos y por lo tanto
resulta ms acertado sospechar que Leszek B. colaboraba con la administracin
bielorrusa, contra la cual luchaban los partisanos.
La compasin por las personas que, en contra de su voluntad, quedan
atrapadas por sistemas extraos a ellos y que intentaban salvarse como podan no
debera dejarnos sacrificar la verdad para hacer un chiste. Me arrepiento de haber
[D]
armas de una mujer de negocios en la lucha diaria por el dinero. Era capaz de
cualquier cosa con tal de enmascarar los dramas personales. Su relacin con Piotr
Rawicz se caracterizaba por un amor y un entendimiento mutuos y profundos. A
ambos los unan muchas cosas: los estudios en la Sorbona, multitud de intereses
compartidos y el pasado comn a dos judos polacos que han logrado sobrevivir a
la Sho. Piotr Rawicz perteneca a una rica familia de Galitzia, al parecer oriundos
de Lww, y haba adquirido en su casa una cultura elevada y el conocimiento de
idiomas. Haba estado en campos de concentracin alemanes, una experiencia que
lo haba marcado para el resto de su vida y que haba dado origen a su novela Le
sang du ciel, publicada por Gallimard. Era una figura conocida en Pars y escriba en
Le Monde.
Era amigo de Kot Jeleski. Su matrimonio con Anka pas por un buen
nmero de discusiones, de separaciones y reconciliaciones. Al final se separaron de
forma definitiva.
Durante una de mis estancias en Pars, debi de ser en los aos setenta, Anka
me invit al nuevo piso que haba comprado en la parte alta del Boulevard de
Saint-Michel, por lo tanto en un barrio muy caro. El piso era precioso de verdad y
estaba muy bien decorado, con esculturas y muebles modernos. Qu crueldades
del destino hacen posible que alguien arregle su piso con tanto detalle y despus se
muera enseguida? Deban de estar muy unidos Piotr y Anka, pues l se mat de un
disparo poco despus de la muerte de ella. Es imposible no caer en la cuenta.
Tampoco puede dejarse a un lado el hecho de que no es posible sobrevivir a la Sho
sin que te quede una herida psicolgica. Las historias de estas dos personas
inspiraran un guin desgarrador, un guin que nadie escribir jams.
Dembiska, Zofia. S, era una fantica. Sin embargo, si no hubiera tenido fe
ciega en la causa no habra podido trabajar tanto como lo hizo, organizando junto
con Borejsza la editorial Czytelnik y todo un imperio periodstico. Su hermana
tambin tena una fe fuerte aunque en sentido contrario, porque era catlica y
monja.
El denominado Grupo de Vilna desempe un papel bastante importante en
la Polonia de los primeros aos despus de la guerra. Las grandes personalidades
del partido surgieron del Grupo. Citar algunos nombres: Stefan Jdrychowski;
Jerzy Sztachelski y su mujer, Dziewicka-Sztachelska; Muta Dziewicka; Jerzy
Putrament; Druto o Drutas, un lituano que fue embajador de Polonia en Pars, y su
mujer, Guga Sawicka; Kazimierz Petrusewicz; y, finalmente, Zofia Westwalewicz,
cuyo apellido de casada era Dembiska. El ms fuerte de todos ellos era Henryk
Dembiski, al que los alemanes mataron en Hancewicze, en la regin de Polesie,
adonde lo haban enviado las autoridades soviticas para que se hiciese cargo de la
direccin de un Instituto de Bachillerato bielorruso. Puesto que la gente del Grupo
de Vilna protega a los suyos y era muy solidario, alrededor de l gravitaban
tambin otras personas de Vilna que no militaban en el partido, como por ejemplo
Wadysaw Ryca, los poetas del grupo agary Czesaw Miosz, Jerzy Zagrski y
Aleksander Rymkiewicz; en pocas palabras, familiares y conocidos del Conejo.
Sin duda, los historiadores se ocuparn en el futuro del Grupo de Vilna. Por
aquel entonces casi todos los comunistas destacados eran judos. Los miembros de
este grupo eran una excepcin, pues tenan origen cristiano y procedan de la
nobleza o de la burguesa. En ocasiones se trataba de familias de fuerte tradicin
catlica, se era el caso de Zofia y tambin de su fallecido esposo, que provena de
la organizacin catlica Renacimiento; as pues, marido y mujer haban recorrido
juntos el camino hacia el marxismo. Por consiguiente, un rasgo particular de este
grupo era la tensin entre la religin, la educacin recibida en el hogar paterno y la
revolucin. Algo similar suceda con los judos marxistas, excepto que en ellos la
nueva fe pugnaba con el judaismo, y a veces tambin con el sionismo.
La figura de Dembiski evocaba la de un ardiente reformador social y
revolucionario de otra poca: la Primavera de los Pueblos de 1848. En los aos
previos al estallido de la guerra estaba entusiasmado con Schiller y cuando hablaba
utilizaba bastante retrica romntica. Sus quejas sobre la injusticia humana
existente en el sistema capitalista, sobre la direccin que Polonia estaba tomando
hacia el fascismo y sobre la ceguera poltica existente frente a la amenaza alemana
no podan ser ms certeras, aunque su fervor sublime me hacan desconfiar de l.
En las ruinas de Varsovia la calle de Wiejska era como una isla en medio de
un mar de escombros. All, en la editorial Czytelnik, trabajaban Borejsza y Zofia.
Cuando Tuwim volvi de Amrica, Borejsza le cedi un piso al otro lado de la calle,
enfrente de Czytelnik (he visto algunas cartas de Tuwim a Borejsza escritas en
Nueva York).
Por su trabajo que por lo visto le ocupaba 14 horas al da, dedicadas a
escribir interminables memorandos Zofia pareca un personaje decimonnico,
como los de las novelas de Stefan eromski; en cualquier caso, se era el modelo de
conducta de los activistas sociales y de las mujeres fuertes que exista en Polonia.
S por experiencia, pues pertenec como autor a su cuadra y a la de Borejsza, que el
afn de cambio que exista en los inicios de la Polonia Popular no era slo un puro
juego poltico. Los comunistas como Zofia y Borejsza aspiraban a ejercer un control
intelectual a travs de la prensa y las editoriales, pero al mismo tiempo estaban
orgullosos del papel del Estado como mecenas de las artes. Una larga lista de
clsicos de la literatura mundial, editados con esmero y con el dinero del Estado,
son un argumento suficiente contra la condena sin excepciones por su traicin de
los escritores polacos que colaboraron con las autoridades comunistas. A pesar de
todo, ellos tradujeron y prepararon las ediciones de innumerables libros, entre ellos
los de autores occidentales coetneos, hasta el punto de que en Mosc o en
Leningrado haba gente que estudiaba polaco para poder leer obras prohibidas en
Rusia. Zofia Dembiska contribuy en no escasa medida al desarrollo de la labor
editorial que se produjo ms tarde.
Desgracia. Uno no puede ignorar la desgracia, consolndose por ejemplo
con la idea de que no existe, pues es evidente que existe. Pero puesto que estamos
condenados a vivir con ella, podemos servirnos de alguna tctica para hacerla ms
soportable. Al parecer, cuando un cuerpo extrao entra en una colmena, las abejas
lo recubren de cera hasta que queda sepultado. Por desgracia, hay que realizar este
trabajo de recubrimiento una y otra vez, sin cesar, de lo contrario la desgracia se
apoderar de todos nuestros pensamientos y sentimientos.
Infinidad de personas, los que nos precedieron en este mundo o nuestros
contemporneos, que comparten el mundo con nosotros, conocieron y conocern la
desgracia, aunque este pensamiento sea slo un pequeo consuelo. La vigencia del
Libro de Job se debe a esta universalidad. Su primera reaccin consiste en
reconocer en la desgracia un castigo, y los amigos de Job intentan convencerlo de
que lo es. Y si no fuera por la dimensin teolgica de esta disputa dira que tienen
razn; la desgracia cae sobre nosotros como una revancha, como un castigo, y al
acordamos de los pecados cometidos todo adquiere sentido. Job se defiende
alegando su inocencia; esto debera sorprendernos: cmo est tan seguro de su
virtud? Pero aquella parte que se podra considerar el segundo acto del Libro de
Job es la defensa de un Dios que no se dedica a repartir premios y castigos. La
inocencia de Job significa que Dios nos enva desgracias porque as lo dispone. Por
lo tanto no podemos aplicarle a El nuestro concepto de lo justo y de lo injusto.
Las desgracias personales y las desgracias de las naciones indican que la
acusacin dirigida contra Dios, y que puede resumirse en un porqu gritado al
cielo, permanecer siempre vigente. Sera lgica una Providencia que velase por las
personas y por la historia, como la de los sermones de Bossuet, que premiase y
reprendiese segn el caso. Extendiendo esta idea a las dimensiones del Universo
nuestra demanda de bondad podra ser cumplida por un Dios misericordioso que
no hubiera expuesto al dolor y a la muerte a miles de millones de seres vivos. Crear
un universo como el que tenemos no se puede considerar un acto de honradez.
Por qu debo ser honrado?, pregunta Dios. De dnde sacis ideas tan
extraas?.
La desgracia existe. Es as de sencillo. Cuando la cubres de cera no te queda
la conciencia tranquila, porque quiz deberas dedicarle todas tus fuerzas y tu
atencin. En tu defensa slo puedes alegar: Quiero vivir.
Dinero. Mis antepasados tenan dinero porque unos campesinos trabajaban
para ellos. Sin embargo, ya mi abuela paterna se vio obligada a vender Serbiny, y
despus el resto, la mansin de Uzumiszki, al tiempo que mi padre reciba una
educacin que le permitira ganarse la vida, finalizando sus estudios en la
Politcnica. La familia de mi madre era propietaria de Szetejnie, unas posesiones
no muy extensas pero, en cambio, en unas tierras muy frtiles de Lituania. Como
resultado de las divisiones familiares que siguieron a la reforma agraria, a mi
madre le toc Podkomorzynek, una finca conocida como la Granja. La
administraba haciendo viajes desde Vilna; el problema es que la finca estaba en el
extranjero y por lo tanto era difcil beneficiarse de ella plenamente. De todos
modos, la tela de nuestro lino serva para mis camisas, las ovejas daban lana para la
ropa y pieles para los abrigos que se curtan en Kiejdany.
A mi padre las cosas no le iban del todo bien y cuando iba a la escuela, en
Vilna, estaba ms cerca de la pobreza que de la opulencia, algo que, dicho sea de
paso, armonizaba con el estado de una ciudad inmersa en el colapso econmico. La
familia me ayud tambin durante mis estudios universitarios, pero cuando
aceptaba su ayuda lo haca siempre con remordimientos de conciencia, de ah
vienen mis perodos de vacas flacas, pequeos sueldos gracias a trabajos literarios
menores y becas. Despus de licenciarme en Derecho intent emplearme de
pasante en un bufete de abogados. De alguna forma aqul no era mi destino y mi
currculo, ms bien tpico de alguien de la intelligentsia, me ofreca otra variante: la
carrera de funcionario. Y as fue en cierto modo ya que mi trabajo en las oficinas de
Radio Polonia entre los aos 1935 y 1939 me mantena alejado del micrfono.
Ascend rpidamente y por fin comenc a ganar mucho dinero, una cifra similar a
la de un salario medio de los de entonces.
Me extraa mi suerte, pues siempre he tenido ms vidas que un gato. Hasta
manos y de nada ms. Pas muchos aos en una isla, es decir, en un campus,
donde descubr mi nueva vocacin de profesor. Tambin los honores y premios
que, en mi opinin, no los habra recibido si me hubiera quedado en Europa.
Dostoievski, Fiodor. He impartido algunos cursos sobre Dostoievski. En
ocasiones me han preguntado por qu no escribo un libro sobre l. Suelo responder
que se ha escrito una biblioteca entera en diferentes idiomas sobre este autor y que
no soy un investigador de la literatura, sino como mucho un seudoinvestigador. Sin
embargo, a decir verdad, el motivo es bien distinto.
Sera un libro basado en la desconfianza, y por lo tanto completamente
prescindible. Si exceptuamos a Nietzsche, ningn otro escritor tuvo tanta influencia
entre sus coetneos como l la tuvo, y adems tanto en el pensamiento europeo
como en el americano. Ni Balzac, ni Dickens, ni Flaubert, ni Stendhal son apellidos
universalmente conocidos ahora, a finales del siglo XX. Dostoievski utiliz las
posibilidades formales de la novela como nadie antes (ni despus) ha logrado
hacerlo aunque George Sand lo intent para ofrecernos el diagnstico de un
fenmeno enorme que l mismo haba vivido desde dentro y que lo tena
subyugado: la decadencia de la fe religiosa. Su diagnstico result ser correcto.
Prevea que esta decadencia iba a cambiar drsticamente la mentalidad de la
intelligentsia rusa. La Revolucin Rusa fue la confirmacin de Los posedos (como lo
reconoci de forma abierta Lunczarski) y de la Leyenda sobre el gran inquisidor.
Sin duda fue un profeta. Pero tambin un profesor peligroso. En su libro
sobre la potica de Dostoievski, Bajtin impuso a todo el mundo la hiptesis de que
la novela coral la haba inventado el autor de Crimen y castigo. La polifona
convierte a Dostoievski en un escritor moderno, un escritor que escucha voces, una
gran cantidad de voces en el aire chocando unas contra otras y formulando ideas
contradictorias. Acaso no estamos expuestos todos a este ruido, a este chocar de
voces, en la fase actual de nuestra civilizacin?
Sin embargo, su polifona tiene lmites. Detrs de ella se esconde un creyente
fervoroso, un devoto del milenarismo y del mesianismo rusos. Es difcil encontrar
algo menos polifnico que la escena de los polacos que aparece en Los hermanos
Karamazov, una burda stira que no encaja con la seriedad de la obra. La forma en
la que trata a Ivn Karamazov produce un efecto emotivo mucho ms fuerte que el
permitido por la polifona.
A menudo se diferencia entre el Dostoievski idelogo y el escritor para
emocin que quisiera que la gente se acordara para siempre de su autor. Vilna tiene
una cualidad asombrosa, difcil de explicar de forma racional, una magia que hace
que la gente se enamore de la ciudad como si fuera un ser vivo. Durante ms de
dos siglos numerosos pintores y artistas grficos escogieron como tema de sus
trabajos la arquitectura y los paisajes de Vilna. Drema recogi todas esas obras
nacidas del pincel y del buril en un lbum que inmortaliza el pasado de la ciudad y
que lleva por ttulo Dinges Vilnius, es decir, La Vilna desaparecida, publicado en 1991
y del que se tiraron 40 000 ejemplares. El libro, que consta de 400 pginas, es una
historia de la arquitectura de Vilna a travs de su reflejo en la pintura, ilustrada con
mapas antiguos, tan bella cromticamente que no recuerda en nada a las
innumerables monografas de ciudades que se imprimen en papel cuch. A Vilna
la pintaron y dibujaron polacos, lituanos, judos y rusos aunque, entre ellos,
quienes ms han amado la ciudad han sido los rusos, como Trutniev en la segunda
mitad del siglo XIX. Que no cayesen en el olvido, reunirlos a todos de tal manera
que al apreciarlos unos al lado de otros pueda observarse el principio que los
une Cunto trabajo y cunto esmero hacan falta para llevar a cabo esta empresa!
Slo un gran amor era capaz de crear una obra semejante y lo escribo para rendir
homenaje a Drema. Entonces, en la Vilna de nuestra juventud, no pensaba que l
sera el nico que emergera entre las sombras y que se convertira en una figura
clara, que nos ilumina con su ejemplo.
Cuando regres a Vilna por segunda vez, Drema ya no viva.
Druyno, Ana y Dorcia. La seorita Ana era bajita, casi una enana, con una
cabeza demasiado grande y una cara muy fea, de la que destacaba una verruga
enorme en la nariz. Ejerca de profesora con severidad y orgullo, una profesin que
en su juventud se consideraba una actividad patritica ya que enseaba un idioma
el polaco mal visto por el zarismo y porque propagaba conocimientos sobre
los poetas romnticos polacos. Numerosas mansiones en Lituania y Samogitia
empleaban este tipo de profesoras y el respeto a la seorita Ana en nuestra familia
vena del hecho de que haba sido en su tiempo la profesora de mi padre. Cuando
en el ao 1918 se cre una Lituania independiente, la seorita Ana ocup durante
algn tiempo el cargo de directora de un instituto polaco en la localidad de
Poniewiez. Sin embargo ms tarde, es decir en mis aos de estudiante, viva con su
hermana en Vilna, mantenindose a duras penas gracias a algunos ahorros que
haba conseguido reunir.
La seorita Ana perteneca a la pequea nobleza de una remota aldea, no
haba encontrado marido y se haba hecho profesora porque en aquellos tiempos
[E]
[F]
Fama. Soar con la fama, una ms de las locuras humanas, nos movera a la
piedad y a la compasin si pudiramos observar este fenmeno desde las alturas,
excluyndonos a nosotros mismos del resto de los mortales. No obstante, como
nadie est libre de esta predisposicin a querer la fama, no nos extraa.
Antiguamente alguien poda destacar, como mucho, entre sus vecinos del mismo
pueblo o regin. No haba peridicos, ni existan la radio y la televisin para
propagar las noticias sobre la superioridad de alguien. Aunque a veces la fama de
los atletas, de las personas excntricas y de las mujeres muy hermosas se extenda
fuera de la provincia, como, por ejemplo, Bitowt, que se hizo famoso en toda
Lituania por su glotonera y excentricidad. Un poco menos famoso fue otro noble
llamado Paszkiewicz o Poszka, que escriba poemas en lituano y se enorgulleca de
un roble que creca en sus propiedades al que haba puesto por nombre Baublis. De
todos modos, la fama del roble sobrevivi ya que Mickiewicz lo eterniz en Pan
Tadeusz. Las canciones han servido desde siempre para eternizar los nombres de
los elegidos, incluso de los reyes de los ms pequeos e insignificantes Estados
griegos como en la Ilada. Casi siempre se trataba de hroes que haban triunfado
en la guerra, aunque gracias a Homero tambin nos acordamos de los nombres de
Helena y Casandra.
Mucho han cambiado las cosas desde que un hombre ha pasado a ser una
parte de una masa de millones de personas como l, igual de annimas. Ese mismo
hombre annimo se topa con las caras de las estrellas de cine y deportistas en los
peridicos, los ve en las pantallas mientras que su propio anonimato se hace cada
vez ms molesto. El deseo de manifestar su existencia particular se convierte en l
en una pasin y adquiere formas diferentes. ste soy yo!, grita a travs de un
librito de poesa de escasa tirada; o escribe una novela que piensa que lo
catapultar a la fama; tambin se puede sospechar que algunos comportamientos
excntricos, incluidos los crmenes, tienen a menudo como motivo el deseo de
llamar la atencin.
Sin embargo, el juego no es tanto entre el hombre y la multitud como entre el
hombre y sus crculos ms cercanos, su familia, sus amigos de clase, el grupo
profesional al que pertenece. Aqu recurro a mis propias experiencias, a la escuela
en Vilna y a mis comienzos en la literatura. Al parecer en la escuela sola
pronunciar conferencias inteligentes aunque no me acuerdo de ello, adems desde
muy joven me interesaba por la biologa. Tambin gan algn concurso literario, tal
vez por un soneto, tampoco me acuerdo muy bien de esto. Ms tarde lleg la
universidad, la Seccin de Escritura Creativa y el grupo agary en los que me
esforc por conseguir los elogios de mis compaeros, que es lo que me importaba
ya que la imprenta me originaba ms bien dificultades: para qu necesito un gran
pblico que no tiene ni idea de poesa!, quiero la confirmacin de mi aptitud por
parte de aquellos que son capaces de juzgar mi trabajo! Entregu el ttulo de
expertos a unos cuantos compaeros mos.
El deseo de reconocimiento es tan bsico que se podra investigar en
sociedades diferentes, investigando las formas en las que satisfacen esta ambicin:
con ttulos, condecoraciones, con cesiones de tierras, dinero? Acaso los actos de
valenta audaz de los soldados durante las guerras de unos contra otros no se
hacen para demostrar que se es mejor o al menos no peor que el resto de los
compaeros del destacamento?
Otro rasgo de la fama es su carcter ilusorio porque para qu le sirve a uno
un nombre conocido si aquellas personas que lo pronuncian no saben muy bien
por qu es famoso? De todos modos, ste es el destino de la mayora de los
monumentos en una gran ciudad, convertidos en smbolos de los que el contenido
se evapor hace tiempo. Cuanta ms gente haya, tanto ms se especializar la fama,
lo que quiere decir que un astrofsico se har famoso entre los astrofsicos, un
conquistador de montaas entre los alpinistas de elite, un jugador de ajedrez entre
los jugadores de ajedrez. Una civilizacin plural favorece las divisiones en grupos,
clubes, asociaciones, logias, lectores de poesa o, todava estrechando ms el
crculo, entre los aficionados al haiku o al limerick, los fotgrafos o los regatistas.
Con seguridad, el Premio Nobel da cierta fama, sin embargo, no se puede olvidar
que las personas que saben por qu uno recibe este premio son slo unas pocas ya
que el porcentaje de los lectores de poesa es muy pequeo, quizs un poco mayor
o menor dependiendo del pas.
Fedorowicz, Zygmunt. Gordo, rechoncho. Fedorowicz militaba en el Partido
Nacionalista, que fue especialmente activo durante la guerra, en la clandestinidad.
Haba sido el director del Instituto Pblico Rey Segismundo Augusto de Vilna, un
centro slo masculino. La escuela tena un perfil humanista, y se imparta latn. En
el mismo nivel acadmico estaba el instituto que llevaba el nombre de la escritora
Eliza Orzeszkowa, tambin especializado en humanidades pero femenino, y
tambin un instituto masculino, el Lelewel, en el que ya no haba latn. Casi igual
de exclusivas eran las escuelas de las rdenes religiosas: los jesutas para los chicos
y las nazarenas para las chicas. Un estatus inferior tenan las escuelas que llevaban
el nombre de Mickiewicz, Slowacki, Epstein, as como otras en las que la lengua de
enseanza no era el polaco, sino el yiddish o el ruso; adems haba un instituto
lituano y otro bielorruso, este ltimo lo cerraban una y otra vez por ser un vivero
comunista.
La Vilna de entonces no es para m slo una ciudad de recuerdos sino
tambin un problema poltico todava vigente. Los boy scouts educaban entonces en
el espritu nacionalista. Haba dos famosos grupos de exploradores: los Trece
Negros y el Uno Azul. Yo aprob con entusiasmo el examen de ingreso en el Uno
Azul, y consegu la insignia dorada de explorador. En los primeros cursos de la
escuela primaria yo me senta inclinado a convertirme en un buen ciudadano, algo
que no deja de sorprenderme cuando me acuerdo de la Vilna de aquel tiempo. Era
una ciudad catlica y patritica, que dio la bienvenida con redoble de campanas a
los ulanos polacos que en 1919 la liberaron de los bolcheviques, que mostr su
agradecimiento a Pisudzki y que lo celebr cuando Lituania Central se adhiri a
Polonia (los judos y lituanos no participaron en el referndum). Fedorowicz, un
nacionalista moderado, no destacaba por sus ideas, aunque los seguidores de
Pisudzki eran ms numerosos, como se poda comprobar por la importancia de
sus peridicos: el conservador Sowo [La Palabra] y el liberal Kurier Wileski [El
Correo de Vilna], Dziennik Wileski [El Diario de Vilna] de los nacionalistas tena
una tirada menor.
Esta ciudad adquiri una atmsfera de fortaleza asediada, en la que la
fidelidad y la entrega heroica son las cualidades ms apreciadas. Ciertamente la
educacin patritica y la influencia de los boy scouts fructific en un movimiento
clandestino que result inquebrantable durante la ocupacin alemana y que tras la
entrada del ejrcito sovitico fue desmantelado mediante arrestos masivos y
ejecuciones de prisioneros en Ponary. Parte de esta psicologa de fortaleza asediada
consiste en pensar sin cesar en el enemigo y en adivinar intentos de traicin por
todos los lados. Los enemigos eran, aunque con diferentes grados de intensidad,
los rusos, los alemanes, los lituanos y los judos (estos ltimos por su apoyo a Rusia
en 1919).
El clandestino Ejrcito Nacional (AK) se convirti en el brazo armado de la
ciudad y defenda la integridad del territorio de Polonia, con las fronteras del ao
1939; por esa misma razn se encontr en una situacin desesperada cuando ya
nadie, incluidos los aliados, reconoca las fronteras del pas de antes de la guerra.
elegido una determinada direccin: estudiar la cultura rusa, escribir una tesina de
licenciatura sobre ella, el dominio del idioma ruso, y tambin, por el camino, un
marido marxista, Louis Feuer, que pronto iba a inculcar en su mujer el odio al
marxismo. Ms tarde ambos se doctoraron y consiguieron puestos en Berkeley, l
como profesor de Sociologa. En realidad era una pareja de pobres rebeldes, un par
de gitanos que vivieron una aventura maravillosa: ser profesores en Berkeley. La
estabilidad de la vida burguesa era para ellos algo desconocido. Cuando yo los
visitaba, lo comprobaba en la forma tan despiadada en que Louis trataba a esa
institucin que es la chimenea. En mi opinin esta institucin exige conocimientos
sobre el tipo de artilugios ms apropiados para encenderla y sobre el tipo de lea
con la que se debe alimentar el fuego. Louis quemaba peridicos en la chimenea.
Kathryn saba todo sobre el sistema sovitico y compadeca a los esclavos de
esta tirana terrible. Ella y Louis leyeron mi ensayo El pensamiento cautivo en ingls
y entendieron el libro a la perfeccin, ya que lo que se dice en l se les podra
aplicar a ellos. Ignoro qu pensaron otros profesores compaeros mos sobre el
libro, en el caso de que lo leyeran. Gleb Piotrowicz Struwe, hijo de un activista
poltico ruso que se haba exiliado en Pars, nunca tuvo un contacto directo con la
realidad sovitica, aunque al ser el editor de Mandelstam esa problemtica le era
conocida. No se poda decir lo mismo de otros rusos. Tan solo s que cuando se
sopesaba el asunto de mi tenure, la principal objecin que present alguien de la
universidad fue justo El pensamiento cautivo, un libro que supuestamente haba
escrito para justificar a la izquierda.
La idea de invitar a Aleksander Wat a Berkeley la tuvo, si no me equivoco,
Struwe, quien se haba quedado fascinado con un seminario que Wat haba
impartido en Oxford. Sin embargo, Struwe no fue el nico responsable. En mi
opinin, fue Kathryn, que senta predileccin por Wat, la que luch por l, y yo me
limit a echar un cable. Le costaba viajar, debido a las muchas dolencias fsicas y
psquicas que padeca. La invitacin formal la realiz The Center for Slavic and
East European Studies, y su presidente de entonces, Gregory Grossman, lo colm
de atenciones. La idea de grabar las conversaciones fue suya.
Kathryn y Louis tuvieron que irse de Berkeley durante la revolucin de
1968. A Louis lo trataban con desdn en su departamento por sus ideas
antimarxistas. Ambos encontraron trabajo en otras universidades y al final se
establecieron en la Universidad de Virginia. All es donde yo los visitaba.
Kathryn est muerta, pero pienso en ella a menudo como alguien que supo
cmo lo consigui?
Se disfraz y se puso una mscara. Se hizo pasar por un campesino, por un
granjero de Nueva Inglaterra dedicado a describir el paisaje y la gente que lo
rodeaban en un idioma sencillo, lleno de coloquialismos. Un norteamericano
genuino, que hunde sus races en la tierra y que huye de las grandes ciudades! Un
talento innato, un sabio del pueblo en contacto permanente con la naturaleza y con
las estaciones del ao! Cuidaba esta imagen con esmero, representando con xito el
papel de un vulgar filsofo rural, para lo que se serva de la ayuda de su talento de
actor y recitador. Sus lecturas atraan multitudes. Vi a este bardo con mis propios
ojos, cuando ya era un hombre viejo: de ojos azules, con un flequillo rubio, robusto;
por su carcter sencillo y abierto mereca simpata y confianza.
En verdad fue alguien muy diferente. Pas la niez en San Francisco y no en
un pueblo cerca de Boston. Entre las numerosas formas que tuvo de ganarse la vida
haba estado un par de aos trabajando en una granja en Nueva Inglaterra, por lo
tanto, en la parte del continente norteamericano que los blancos colonizaron en
primer lugar. Senta los paisajes de all, la gente, el idioma, tambin conoca los
trabajos de segador, cavador y leador, ya que l mismo los haba realizado con sus
propias manos. Sin embargo, los lectores lo apreciaban por el tono amable de sus
versos, que era pura apariencia. Esa apariencia idlica ocultaba una visin sombra
y sin esperanza del destino del hombre.
Un hombre muy versado en filosofa, dotado de una mente poderosa y una
inteligencia fuera de lo comn, pero tambin un gran fraude, ya que haba sido
capaz de esconder su escepticismo tras la mscara de una ambigedad continua,
as que sus poemas embaucaban por su supuesta afabilidad sapiencial. Me divierte
pensar en algn francs, por ejemplo en Paul Valry, leyendo a Frost. Con
seguridad resoplara con desdn ante esas pequeas historias teatrales suyas,
sacadas de la vida y escritas por la pluma, ya se sabe, de un cowboy palurdo.
Conviene recordar que tanto Valry como Frost comenzaron a escribir cuando el
francs comenzaba a declinar y el ingls americano empezaba a cobrar auge.
Frost luchaba contra la concepcin cientfica del mundo del siglo XIX y lea
con devocin a Darwin, que dicho sea de paso, no fue slo un cientfico sino
tambin un pensador consciente de la influencia de sus propios descubrimientos
en sus contemporneos. En el caso de Frost la aceptacin del evolucionismo supuso
la ruptura con Emerson, con la creencia norteamericana en la bondad de la
naturaleza, y la aceptacin de que la existencia individual careca de fundamento,
[G]
[H]
Hulewicz, Witold. Para los lectores de hoy es un apellido ms, sin la mayor
trascendencia, algo que me parece injusto. Sin embargo, detrs de este nombre hay
para m tambin un rostro y la imagen de un hombre grande, un poco pesado,
moreno, nada flaco, ms bien ancho de espaldas y de nariz prominente y tez
cetrina. Lo veo en la emisora de Radio Polonia o inclinado sobre el manillar de su
moto pesada con una bella mujer en la parte de atrs (entonces se deca siempre la
misma frase: agtese antes de usar). Fue un personaje conocido en Vilna, aunque
se lo consideraba un forastero, lo que me hace pensar ahora cmo se sentan los
forasteros entre nosotros. Haba una profunda divisin entre propios y extraos; a
estos ltimos se los conoca como los de Galitzia, incluso aunque no fuesen
originarios de esa regin. En mi escuela slo Adolf Roek, el profesor de Latn,
perteneca claramente a los de Galitzia. Pero ya en la universidad el claustro se
divida a la mitad entre locales y forneos y destacaban los herederos de la
educacin vienesa como mi profesor de Derecho Romano, Bossowski, que siempre
estaba tieso como si se hubiese tragado un palo y vesta camisas de cuellos
almidonados, y que, segn se deca, haba sido oficial de los hsares.
Hulewicz era originario de la regin de Pozna. Durante la Primera Guerra
Mundial luch con el Ejrcito alemn en el frente occidental. Despus de la guerra,
editaba en Pozna, junto con su hermano Jerzy, la publicacin Zdrj [Fuente].
Escriba y publicaba libros de poesa. A pesar de que perteneca a la misma
generacin que el grupo Skamander, la fama, que visit a algunos de sus
coetneos, no se fij en l. Quiz porque la revista Fuente no ech races. Al
contrario que los escritores de Skamander, Hulewicz se qued, desde el punto de
vista formal, a medio camino entre la esttica del grupo Polonia Joven y los nuevos
tiempos.
Para la ciudad de Vilna, donde ejerci de activista cultural en los aos veinte
y treinta, result ser una adquisicin valiosa. Fue l quien fund la Asociacin de
Escritores Polacos, quien invent una institucin humorstica llamada Smorgonia
-cuyo nombre aluda a una academia para el adiestramiento de osos, as como el
Consejo de Asociaciones Artsticas de Vilna (CAAV); tambin trabajaba en el
laboratorio teatral del seor Osterwa, que se llamaba Reduta [el Reducto], en
calidad de director literario, ms tarde fue director de la delegacin en Vilna de
Radio Polonia. Consigui emplear all a Tadeusz Byrski, que perteneca tambin a
Reduta.
Pero, si su contribucin resultaba valiosa, por qu se llev a cabo una feroz
campaa contra l, una campaa orquestada principalmente por la publicacin
Sowo [La Palabra] que diriga Mackiewicz? Qu haba detrs de toda esa
operacin de desprestigio? Hoy ya nadie se acuerda. La gente escriba sobre l
folletines mordaces mientras que el dibujante de La Palabra y asiduo de las
cafeteras, Feliks Dangel, se burlaba de l en sus caricaturas (poco despus de
septiembre de 1939 Dangel se pase por Vilna vestido de uniforme de oficial
alemn). Hulewicz debera haber despachado esos ataques con el gesto de
encogerse de hombros e interpretarlos como una demostracin de esa envidia local
que propiciaba la divisin entre nosotros, los del Gran Ducado de Lituania, y
ellos, los de fuera. Sin embargo, se sinti tan molesto por las ofensas de sus
adversarios que se bati en duelo a sable con Mackiewicz. El escndalo fue
maysculo, y al final se resolvi con su destitucin en 1934 como director de Radio
Polonia en Vilna y su nombramiento como jefe del Departamento Literario en
Varsovia.
Hulewicz haba traducido a Rilke, algo que para m es importante. Adems,
a raz de un encuentro que mantuvieron en el extranjero en los aos veinte, haba
surgido cierta relacin personal entre ellos. En la biografa de Rilke el apellido de
Hulewicz es, tal vez, el nico nombre polaco que tiene una connotacin personal.
No pretendo comparar la calidad de sus traducciones con otras, en especial con las
de Mieczysaw Jastrun, que son ms recientes. Sera interesante investigar, y quizs
habr estudiosos de la lengua y cultura polacas que lo harn, por qu Rilke apenas
influy a los poetas polacos del perodo de entreguerras. Aqu puedo, por
desgracia, referirme a m mismo, y eso que haba ledo su prosa, Los diarios de Malte
Laurids Brigge (en una traduccin, precisamente, de Hulewicz). Si buscramos los
motivos de esta falta de influencia de Rilke tendramos que enfrentarnos a un
sinfn de problemas filolgicos y de sociologa de literatura; por ejemplo, el espritu
de Wiadomoci Literckie [Noticias literarias] no era proclive a este tipo de poesa.
Hulewicz, al igual que muchos otros forasteros, sucumbi a los encantos de
Vilna, lo que prueba uno de sus libros de poesa, La ciudad bajo las nubes (1931), en
el que elogiaba la arquitectura barroca y extraamente elevada de Vilna.
Durante el primer ao de la ocupacin alemana Hulewicz, tan activo como
siempre, se ocup de organizar la prensa clandestina. Lo arrestaron en agosto de
1940 y estuvo en prisin hasta el 12 de junio de 1941. A Hulewicz, el amante de la
poesa y la msica alemana, autor de un libro sobre Beethoven, lo ejecutaron aquel
da en Palmiry.
[I]
Letonia. No muy lejos de all, pero ya en Bielorrusia, est ukomla, con las tumbas
de los Miosz de la rama de Druja. Guardo fragmentos de algn difuso relato sobre
una supersticiosa sirvienta con la que bromeaban unos jvenes sobre la cubierta de
un bacik que surcaba el lago (bacik quin utiliza hoy en Polonia este nombre para
referirse a un velero?), sobre los viajes en carroza a travs de bosques poblados
llenos de bandoleros, pero tambin sobre las veladas poticas o las
representaciones teatrales. El patriotismo, el respeto a Emilia Plater, porque era una
herona y adems familiar nuestra. Tambin me acuerdo de las ancdotas que
circularon durante largo tiempo en la buena sociedad, como por ejemplo aqulla
sobre una seora tan miope que crey que la chorrera de su camisa era una seta de
la sopa que se le haba cado encima mientras coma:
Y pensando que se trataba de una seta seca,
Se apresur a echarla en el borsch blanco.
mdico. De las historias que contaba mi abuela, puede deducirse que era bueno,
cuidaba a los pobres sin cobrarles y tambin haca bromas de todo tipo, era una
bromista. Me abruma la oscuridad que rodea a las existencias que resultan
imposibles de imaginar: intento imaginar al mdico y a su mujer, es decir, a mi
bisabuela, y slo consigo ver a mi abuela, no alcanzo ms lejos. Tambin todo lo
relacionado con la regin de Inflanty y con la casa de Imbrody se sumi en la
oscuridad. Me intriga saber en qu idioma hablaban all los campesinos.
Probablemente en letn.
Ingls, idioma. La Primera Guerra Mundial cierra probablemente la poca
de predominio de la cultura francesa en Europa, el perodo en el que el dominio
del francs equivala a la pertenencia a la clase alta. No obstante, el francs
sobrevivi, ms o menos, durante el perodo de entreguerras y fue slo en su final
cuando la gente empez a estudiar ingls. Estudi algo en manuales para
autodidactas y pude aprender las ventajas de los libros bilinges con historias
fciles, como por ejemplo las de Kipling. Sin embargo, comenc a estudiar en serio
ingls durante la guerra. Un amigo de Janka, Tu Toeplitz, que perteneca a la
asociacin Start y que ms tarde imparti clases en la escuela de cine de Ld, fue
nuestro profesor particular. Se paseaba por Varsovia como si nada, para impartir
sus clases, y ni siquiera se permita pensar que al ser judo se expona
continuamente al peligro. Estaba tan convencido de que no le pasara nada que
lograba tambin convencernos de ello a nosotros. De todos modos, dispona por si
acaso de documentacin italiana. Ms tarde comenz a darnos clase Mary
Skryalin. Una inglesa, cuquera, que haba llegado a Polonia despus de la
Primera Guerra Mundial con una organizacin caritativa cuquera y se haba
casado con un emigrante ruso. Tuvo dos hijos, el chico se consideraba ruso, la hija
inglesa. El drama de Mary empez con el estallido de la guerra germano-sovitica,
ya que su hijo se alist en una de las unidades rusas del Ejrcito alemn para
luchar contra los bolcheviques. La madre ya no tuvo ms noticias de l. Mary
Skryalin fue una persona buena y amable. Muri, probablemente, durante el
levantamiento de Varsovia.
Como mi ingls mejoraba, me anim a traducir Como gustis de Shakespeare
por encargo de Edmund Wierciski, que estaba en el Consejo Teatral clandestino.
A decir verdad, me ayud de traducciones francesas y polacas. Lo que me sali
mejor de todo fueron las canciones. Mis amigos y yo disfrutamos mucho
cantndolas. Durante la primera mitad del ao 1944 traduje Tierra balda de Eliot.
Cuando viva en los Estados Unidos tuve que enfrentarme a la complejidad
una de ellas, como yo mismo pude comprobar, implica estar en contacto diario con
pjaros y otros animales. Tambin los alrededores de Inverness pueden tentar a un
viejo ornitlogo como yo. En Olema empieza un camino de varios kilmetros a
travs de los redwood en direccin al mar, que cogimos ms de una vez toda la
familia y los amigos. Antes, all donde empezaba el camino haba slo praderas,
robles y caballos que pastaban, ahora hay un enorme aparcamiento y un centro de
informacin para los amantes de la naturaleza. En alguna medida, Inverness (y
Olema) forman parte de m, pero principalmente debido a las personas con las que
estuve all. Mientras que considerada aisladamente, en abstracto, me produce un
rechazo que no alcanzo a comprender.
[K]
Dmowski. Tampoco entenda en absoluto lo que pasaba con nuestros vecinos del
Este y en eso se diferenciaba de Jerzy Giedroyc, con el cual discuta a menudo.
Consideraba mis sentimientos lituanos como una excentricidad y me acusaba de
querer hacerme pasar por un balto. Es probable que si durante la guerra hubiera
estado en Londres con la gente del gobierno en el exilio habra compartido con
ellos sus sueos imperiales. Seguro que, en ese caso, tampoco habra querido or ni
una palabra sobre los lituanos, bielorrusos y ucranianos, y se habra mostrado a
favor de establecer un protectorado polaco sobre Lituania.
A pesar de que viajaba y lea mucho no creo que se diferenciara demasiado
de la mayora de los exiliados en sus juicios sobre Occidente. Es en este punto
donde yo centro mi crtica severa, porque significa que Kisiel siempre estuvo al
margen de la vida de los pases occidentales sin intentar ahondar en sus problemas
especficos.
Lo critico, pero tambin lo admiro. Haba una nica publicacin
independiente entre el Elba y Vladivostok y en ella reinaba la voz libre, la garanta
de libertad del triste de Kisiel, a quien le gustaba disfrazarse de bufn.
Kisielewski (Diarios, 1968-1980). Ofendi a muchos, a tantos que yo soy de
los pocos que no puede quejarse. Kisiel fue un mrtir de la verdad: la mentira le
haca perder el juicio y como vivi mucho y tena buena memoria, en un pas, la
Polonia comunista, que era una gran empresa de falsificar y de borrar la historia,
estaba condenado a vivir en un estado de irritacin permanente. Segn l, la
mentira era la esencia del comunismo, aunque en este aspecto la prensa comunista
era todava peor que el sistema econmico.
Era un patriota, y con la misma desesperacin con la que vivi el poeta
Knianin la divisin de Polonia, se enfrent l al destino de Polonia, que haba sido
entregada en Yalta al dominio de Mosc. El pas lo gobernaban pequeos caciques
del partido con el consentimiento de Mosc y era obligatorio usar todo el tiempo
un tono servil, lleno de alabanzas y halagos hacia todo lo ruso. Kisiel no albergaba
ilusiones, la divisin de Europa era permanente y se mofaba del prncipe de
Maisons-Laffitte (Jerzy Giedroyc, editor de la revista de exiliados Kultura), que
sostena que el Imperio iba a desmoronarse pronto por dentro. La Polonia nueva
era como Bohemia despus del episodio de Montaa Blanca, pues se haba
quedado sin la intelligentsia de origen aristocrtico debido a la emigracin, a Katy,
al levantamiento de Varsovia, a las carniceras perpetradas por la Polica de
Seguridad. Kisiel se inclua entre los supervivientes, y miraba con inquietud a las
personas formulaban en los aos treinta, a saber, por qu los viejos bolcheviques
reconocan su culpa y se arrepentan en pblico? Tenan que ser realmente
culpables y Stalin tena razn al matarlos, si no cmo se podan explicar de otra
manera sus confesiones? En la novela, Rubashov sucumbe ante los argumentos de
Gletkin, como comunista debe anteponer el inters del partido, antes que todas las
consideraciones posibles como su buen nombre o el deseo de salvar a los
compaeros. El partido le exige que reconozca su culpa en pblico y que culpe
tambin a sus amigos porque es justo lo que necesita en la etapa en la que se
encuentra. El recuerdo de su sacrificio permanecer guardado en los archivos y,
despus de su muerte, cuando el momento sea oportuno, la verdad de que era
inocente ser revelada.
As pues, la explicacin era ideolgica, como es normal entre los
intelectuales. Para muchas personas resultaba demasiado rebuscada y ms tarde se
afirm que a las vctimas las haban doblegado mediante torturas, aplicadas en los
momentos previos a sus respectivos juicios. En cambio Aleksander Wat cita una
conversacin suya con un viejo bolchevique, Stieklow, poco antes de su muerte en
la prisin de Saratov. Stieklow afirmaba que a los bolcheviques les repugnaba
recordar su pasado, cada uno de ellos tena tantos crmenes en su conciencia que
no les costaba mucho degradarse una vez ms, ni siquiera haca falta recurrir a las
torturas.
Sin duda, tanto Koestler como sus crticos fueron capaces de captar una
parte de la verdad. Escribo sobre l porque supone un vnculo con la Guerra Civil
espaola. Las personas que viajaron para participar en ella lo hacan por los ms
puros motivos ideolgicos y murieron all en el frente o sentenciados por los
agentes de Stalin. Espaa se convirti en el centro de la propaganda antifascista
difundida a escala internacional por la oficina con la que Koestler colaboraba en
Pars. En muchos pases hacan uso de los llamados tontos tiles, es decir,
personas ingenuas que queran el bien. No se sabe hasta qu punto el responsable
de la oficina, Mnzenberg, se daba cuenta del doble juego de Stalin. Los que lo
averiguaron en Espaa fueron Koestler, Dos Passos y George Orwell.
Conoc a Koestler en Pars, creo que en el ao 1951. Su fsico explicaba
mucho de su personalidad. Era un hombre guapo, de constitucin armoniosa pero
muy bajo, casi enano, lo que quizs explicaba sus aires napolenicos y el carcter
belicoso, que le impedan el trabajo en equipo. La idea de influir en los crculos
intelectuales de la Europa occidental con el fin de curarlos del marxismo fue una
idea suya, tambin hay que atribuirle a l la autora del Congreso de Defensores de
teln de acero para condenarlo. Ocurri que al poco tiempo de que le retiraran la
autorizacin, Sta particip en una conferencia gubernamental para la que se exiga
un clearance del ms alto nivel. Entonces puso un pleito al gobierno por permitir a
una persona sin la debida autorizacin participar en la conferencia.
Sus bromas y payasadas, tambin hacia sus amigos, hacan que nunca se
pudiera saber lo que este hombre pensaba en realidad. A no ser que considere las
numerosas cartas al director publicadas en los peridicos, que demostraban su
mana contra Israel, como una muestra de su pensamiento.
Esta mana suya de ensear la lengua y de hacer burla, perdiendo as un
puesto de trabajo tras otro, hizo pasar penurias a su familia. Sin embargo, cuando
en algn momento se sinti de verdad muy mal, Sta supo aprovechar su
conocimiento de los trminos tcnicos en cinco idiomas (ingls, polaco, francs,
ruso y ucraniano) y acept encargos para traducir trabajos cientficos. As logr al
final sobrevivir. Compr una casa en Los Gatos y dio educacin a sus dos hijas.
Vacaciones de 1962: los dos, Sta y yo, estamos en el lago Eagle, en las
montaas de Sierra Nevada. Una tienda de campaa, utensilios de cocina, una
canoa plegable, por la maana un paseo por la senda cruzando la pradera para
darnos un bao y nadar entre los juncos, a pesar de que el agua no estaba muy
caliente. Slo nos faltaban Ignacy y Bohdan Kope para sentirnos como en el
bosque salvaje de Rudnicka, despus del examen de revlida. Pero Kope estaba en
Polonia e Ignacy wicicki en el otro extremo de Amrica.
Krasnogruda, o Krasnohruda. No se trataba de una heredad de los Kunat
sino de una casa comprada por mi familia en el siglo XIX. Mi bisabuelo, Teofil
Kunat, tena dos hijos, Bronisaw y Zygmunt. El primero de ellos se convirti en el
heredero de Krasnogruda, el segundo estudi Agronoma en la Escuela Superior
de Varsovia, emigr al norte, a Lituania, y all se cas con Jzefa Syruciwna y se
convirti en mi abuelo. Su fotografa cuando era un nio pequeo sigue
asombrndome. Qu exponente de la alegra de vivir y, al mismo tiempo, del
humor y del intelecto. Fue un muchacho muy agradable, que tena que gustar a
todo el mundo, algo que se confirm cuando se hizo mayor.
Cerca de Krasnogruda, en Sejny, est la tumba de Bronisaw Kunat, mientras
que Zygmunt est enterrado en el distrito de Kiejdany, en wigtobro. Cuando
viajaba a Kaunas, capital de la Lituania independiente, para arreglar algunos
asuntos en las oficinas, su apellido le serva de ayuda por ser, supuestamente, tan
genuino: kuna en lituano significa cuerpo, fuerza. Sin embargo, en realidad poda
indicar que las tribus de los Jadwing hablaban un dialecto del balto, una mezcla
de la lengua prusiana y la lituana, ya que segn la leyenda familiar, los Kunat eran
descendientes de los Jatwie. Por lo tanto sus races se hunden en el lugar donde se
encuentran los hallazgos arqueolgicos que prueban la existencia de los Jadwing,
es decir, en la regin de Suwaki. Ignoro, sin embargo, qu ocurri para que los
expulsaran en la Edad Media. No superaron el nivel de organizacin de las tribus
indias, por lo tanto no se unificaron para crear un Estado. Acaso es cierto que
bast una gran batalla, que termin en una carnicera, para poner fin a su
existencia? Y que el hijo menor del jefe, hecho prisionero, fue aceptado en el clan
del Hacha y educado como un polaco? Todo eso huele un poco a la fantasa de los
historiadores de la poca del Romanticismo.
Durante un par de siglos, entre las posesiones de la orden de los Caballeros
Teutnicos y Lituania, se extenda una selva virgen inhabitada. Comenz a
poblarse tarde, con polacos procedentes del sur y lituanos del norte. Dnde vivan
los ennoblecidos Kunat? En Krasnogruda estaba la biblioteca de Stanisaw Kunat,
un economista que, despus de la sublevacin de 1830, se exili en Francia y se
convirti en profesor de la cole de Batignolles. Haba nacido cerca de
Krasnogruda, en Maliszki, en la regin de Marianpol.
En el cementerio catlico de Sopot descansan las herederas de Krasnogruda,
hijas de Bronisaw, mis primas Ela y Nina, as como el marido de Ela, Wadysaw
Lipski, y tambin, de forma simblica, su hijo Zygmunt que muri en un campo de
concentracin alemn. Tambin se encuentra all Weronika, hija de Zygmunt, y mi
madre. En cambio, su hermana Mara est enterrada en Olsztyn. Hasta aqu los
hechos desnudos que llevamos con nosotros a todas partes, aunque la civilizacin
parece favorecer cada vez menos la memoria sobre los vagos asuntos tribales.
Kridl, Manfred. En Vilna fui, aunque por poco tiempo, estudiante de
filologa polaca, ms conocida como la agencia matrimonial, ya que a esta carrera
acudan, casi en exclusiva, chicas. De todos modos, sera interesante investigar
cmo influye en los alumnos el hecho de que en las escuelas las que ensean
literatura polaca sean casi siempre mujeres. Cuando estudiaba derecho pertenec a
la Seccin de Escritura Creativa de la Asociacin de Fillogos de la Lengua Polaca,
de all viene mi trato con el patrono de la asociacin, el profesor Kridl.
La peculiaridad de la filologa polaca como disciplina acadmica consiste en
que en el transcurso del siglo XIX se convirti en un campo propicio para el
[L]
las ciudades no se fundan en entornos secos como un palo, donde todo depende
del agua canalizada desde lejos. Tampoco haba razones para que se convirtiera en
la capital de los Estados Unidos o, quin sabe, del mundo entero.
Los ngeles me aterroriza. En nuestra imaginacin el dinero sigue todava
asocindose con el acero y la produccin de fbricas, resulta difcil acostumbrarse
al gran cambio, a esa completa inversin de los valores, cuando las actividades
humanas marginales, el entretenimiento, adquieren un lugar central como fuente
de ingresos, es decir, como centro del poder.
Quin lo hubiera esperado! Cuando en Vilna iba a ver pelculas, todava
mudas, con Mary Pickford, Chaplin, o ms tarde con Greta Garbo y Sylvia Sidney,
ignoraba que estaba participando en el futuro. El acto de ir al cine significaba slo
una diversin, pero mientras paseo por Los ngeles, donde se hicieron esas
pelculas, me detengo a reflexionar sobre el desarrollo de esta curiosidad tcnica,
de esta minucia, de esta forma de pasar el tiempo libre: cmo consigui
convertirse en una de las principales industrias del mundo?
Le en un peridico que los representantes de las tres religiones monotestas
iban a viajar a China para recoger materiales sobre la discriminacin a la que eran
sometidos los budistas en el Tbet. Todo eso porque, segn contaba el peridico, se
hicieron dos pelculas sobre el Tbet y la opinin pblica exiga algn tipo de
actuacin a favor de los tibetanos. Entonces todo lo que se deca y escriba en
pblico hasta ese momento no vala? Haca falta Hollywood para que estos asuntos
llegaran a la conciencia y a la imaginacin populares. Se me aparecen escenas de la
tragedia europea de hace medio siglo, que nunca llegaron a la conciencia de los
americanos. Unos espacios de silencio como la prueba que desaparece todo lo que
no se tradujo al idioma de las imgenes mviles.
Quiz ya no hay otra realidad que la inventada? Inventada y ordenada de
alguna forma, pero de manera diferente de como lo hace una mente libre que no
tiene por qu reducir el mundo a unas acciones que mantienen la atencin del
espectador. De esa sumisin a una realidad virtual surge la inseguridad sobre la
existencia de una verdad que no sea la cinematogrfica. En Los ngeles sent el
pulso, eso es, de una capital feroz, donde cada uno apuesta muy fuerte y todos
participan en un espejismo gigantesco que excede su conciencia y su voluntad.
Lourie, Richard y Jody. Lourie fue uno de los treinta alumnos de la primera
clase que impart en Berkeley, en el otoo de 1960. Con su pelo desmelenado y su
Ense a un buen traductor. Otro de mis alumnos fue Louis Iribarne, que
tradujo Insaciabilidad de Witkiewicz, y tambin Catherine Leach, traductora de los
Diarios de Pasek. Tambin podra reconocer en parte como mi alumna a Bogdana
Carpenter. Madeline Levine estudi en Harvard con el profesor Weintraub. A los
traductores de polaco se los divida en dos categoras: los de Weintraub y los de
Miosz.
[M]
era el filsofo favorito de los totalitarios catlicos, es decir, de aquellos que oponan
un Estado corporativo (Mussolini, Salazar) a los manejos repugnantes de la
democracia liberal y el bolchevismo. En Polonia los artculos que alababan la
violencia en la poltica se servan a menudo del nombre de Santo Toms. Maritain
no entraba en las disputas polticas (dicho sea de paso, igual que el tambin
neotomista e historiador de la Edad Media tienne Gilson) pero sus tratados, que
adaptaban la obra del Aquinate a las realidades del siglo XX, no abogaban en
absoluto por el uso de la violencia. Tambin se pronunci con claridad en contra de
la colaboracin con Hitler en el libro travers le dsastre.
Un pequeo grupo de catlicos polacos reunidos alrededor de la publicacin
Verbum y de un centro para nios ciegos en Laski aluda a Maritain para oponerse a
la mayora del clero, que era nacionalista y gastaba muchas energas en la
propaganda antisemita. Maritain visit Varsovia invitado por Verbum, aunque no
s si hizo este viaje solo o con Raissa. En Polonia su influencia sobre el pensamiento
de una persona en concreto iba a tener consecuencias duraderas. Me refiero a Jerzy
Turowicz, que con el tiempo iba a redactar el Semanario universal conservando el
espritu de los escritos de Maritain.
Tambin otros crculos lean a Maritain en Polonia. Habra que incluir aqu a
algunos jvenes escritores, entre ellos por ejemplo a Ludwik Fryde, el ms dotado
de todos, que muri durante la guerra. Yo, personalmente, le debo en buena
medida a Maritain (al igual que a Oskar Miosz) mi desconfianza hacia la poesa
pura. En aras de una supuesta modernidad se obligaba a eliminar de la poesa
todo aquello que perteneca a la prosa, dejando as puro el extracto lrico. La
forma pura de Witkacy fue el equivalente a la vanguardia en la pintura. Maritain
cit en algn lugar de su obra a Boccaccio, que en un comentario a Dante haba
dicho: La poesa es teologa. El caso de Maritain quiz sea ms bien ontologa, o
ciencia sobre el Ser. Sea como fuere, no puede sustituir a la religin y convertirse en
la materia de un oficio idlatra. Aquellas lecturas religiosas mas no me servan de
mucha ayuda a la hora de entenderme a m mismo aunque el reconocimiento del
lugar modesto del poeta frente al sacerdocio del arte (lo que la vanguardia haca
suyo bajo otro nombre) debe incluirse entre sus efectos beneficiosos.
Ha triunfado Maritain como renovador del pensamiento de Santo Toms?
La perspectiva del tiempo resulta demasiado corta como para poder responder a
esta pregunta. Hoy por hoy, incluso los seminarios eclesisticos han entrado en la
rbita de Nietzsche y Heidegger. Resulta difcil leer el sutil distinguo de este
hombre sabio de la Edad Media, incluso a travs del filtro de su alumno
colectiva, sin embargo no mitigaba el miedo a una pena por haber cometido el ms
pequeo error o por pensar de forma diferente a la oficial. Leopold Tyrmand, que
publicaba en La verdad de Vilna, fue condenado a 15 aos pero no lo deportaron ya
que los ferroviarios desengancharon la locomotora y tambin porque coincidi con
el da de la invasin alemana, y as es como se salv.
El miedo paraliza y quiz tambin impida actuar. Mi expedicin de Vilna a
Varsovia, cruzando ilegalmente cuatro fronteras, fue muy peligrosa y quiz no
habra sido capaz de llevarla a cabo si hubiese tenido miedo. Practiqu en m
mismo una operacin peculiar (contraria a la cordura) que sigo sin entender y que
consista en poner el miedo entre parntesis. El miedo estaba all, pero tena
prohibida la entrada. Zofia Rogowiczowa, con la que hice el viaje, hizo ms tarde
un relato muy halagador sobre mi valenta y desenvoltura. A m me result
incmodo porque saba que, aunque en aquel apuro me merec su halago, en
realidad no soy ni valiente ni desenvuelto.
En cambio, el miedo en Varsovia bajo la ocupacin alemana tena fases y
tensiones diferentes. La etapa de relativa normalidad termin con la primera
redada para Auschwitz, en septiembre de 1940, cuando entendimos que ramos
unos animales no protegidos. Durante cuatro aos llev el miedo en el cuerpo,
como quien lleva una bala en su interior, y aplicaba estrategias diferentes contra l,
por ejemplo intentaba racionalizarlo: que este u otro documento me protega (pero
en realidad no tena ninguno que me protegiese). O quiz procuraba no llamar la
atencin de los delatores (los comentarios a la clandestina Cancin independiente
fueron escritos de tal manera que nadie pudiera saber su autora). Sin embargo, a
menudo me ayudaba pensar en una alianza secreta con una misteriosa Fuerza que
me protegera si cumpla ciertas condiciones. Tambin supona que si todava no
haba realizado la tarea que me estaba predestinada en la vida, entonces vivira.
Si hubiera pensado todo el tiempo en aquella bala ardiendo en mi estmago
no habra sido capaz de escribir y lo cierto es que, a pesar de todo, mi obra del
perodo de la guerra es abundante, tanto en prosa como en verso. Result que en
algunas circunstancias mereca la pena ser un jorobado. Mi joroba fue mi mala
adaptacin a la vida y el remedio mi naturaleza de mdium, es decir, el hecho de
que todo el tiempo oa palabras y ritmos, y que me dejaba llevar por ellos. Eso
significa que pisaba la tierra como si no estuviera sobre ella. Me fabricaba entonces
un capullo y me convenca al mismo tiempo de que aquella Varsovia terrible
constitua, de alguna manera, una experiencia necesaria para mi formacin.
La decencia exige que, por haberme salvado de pruebas que estaban por
encima de mis fuerzas, crea en Dios. En agradecimiento.
Milagro. Ser un hombre y vivir entre hombres ya es un milagro, incluso si
conocemos las vilezas y crmenes de los que somos capaces. Cada da construimos
un enorme panal con millones de celdas en las que guardamos la miel de nuestros
pensamientos, descubrimientos, inventos, obras y vidas. Incluso esta comparacin
es poco acertada, demasiado esttica para referirnos a nuestra obra colectiva, pues
eso que llamamos sociedad, civilizacin o, en griego, polis, cambia sin cesar y
adquiere todos los colores posibles, sometido al tiempo, a la historia. De nuevo, la
definicin es insuficiente, ya que omite el aspecto ms importante, el hecho de que
esa obra colectiva se alimente del ms primitivo y secreto combustible de las
aspiraciones y decisiones individuales. Lo extrao de la vocacin excepcional del
hombre probablemente consiste en gran parte en que siempre permanece como un
ser ridculo, inmaduro, de tal manera que un grupo de nios que pasa de la risa al
llanto muestran su falta de seriedad. Pasan unos cuantos aos y de repente se
convierten en mayores, discuten y supuestamente estn preparados para dar sus
opiniones sobre asuntos pblicos, incluso, quin lo hubiera pensado!, son capaces
de asumir los papeles de padre y madre, aunque la verdad es que necesitaran una
vida entera para prepararse para esta tarea.
Y son justo ellos los que ponen al mal tiempo buena cara, los que caen
prisioneros de la sospecha de que su vecino sabe algo, mientras que ellos slo
fingen que lo saben; esos seres vacilantes y torcidos son los portadores de la gracia
del carcter y el talento, ellos mantienen la cadena de las generaciones.
Si se tratara slo de una especie de animales que viven, mueren y
desaparecen sin dejar huella. En ese caso sera posible repetir las palabras del
Eclesiasts: Vanidad de vanidades, y todo es vanidad. Pero alguien dijo: En la
inteligencia del hombre hay algo sobrenatural, o, dicho de otro modo, la
divinidad es inherente al hombre. Acaso el arquetipo de hombre, el Adam
Kadmon de los cabalistas, no reside en el mismo seno de la Eternidad? Y acaso el
Evangelio de Juan cuando se refiere a la encarnacin del Logos al principio fue
Dios, todo ocurri en l nos da una respuesta satisfactoria a la pregunta de para
qu fue creada esta especie?
Una tribu asquerosa de monos que se entretienen con estpidas
gesticulaciones, que copulan, vociferan y se matan unos a otros. Cmo se puede
alabar esta tribu despus de la enorme cantidad de muertes humanas a manos de
otros hombres? Sus actos no coinciden con la imagen de unos nios inocentes que
repasan la clase, ni con esa otra capacidad humana para alcanzar los logros ms
altos del espritu. Aunque al parecer la contradiccin es una parte inseparable de la
misma condicin humana, y eso ya es suficiente para que de ella surja un milagro.
Miller, Henry. La literatura norteamericana del siglo XX es hermtica, pero
fue en gran medida una literatura de protesta contra la carrera de ratas de hacer
dinero y de gastarlo. Miller, hijo de un alemn que haba emigrado a Nueva York,
se ganaba la vida trabajando duramente, lea a Nietzsche y soaba con su
liberacin. Esta liberacin era posible slo a travs de una ruptura con la autoridad
de una ley universalmente aceptada, segn la cual aquel que no trabaja (en una
oficina, en una tienda o en una fbrica) no come. Su huida a Pars significaba la
transicin a otra ley, la de un grupo de artistas, la de una bohemia que se renovaba
todo el tiempo. Se convirti en uno de los expatriates como Ezra Pound, Gertrude
Stein, Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, aunque su escritura no se pareca a la de
ninguno de ellos. En vez de escribir novelas y relatos cortos opt, como Walt
Whitman, por el canto sobre s mismo, slo que en prosa y liberndose de todas
las prohibiciones sociales en cuanto al vocabulario y las escenas de sexo. Esta
narracin en primera persona sobre sus aventuras, lo mismo da que sean
verdaderas o inventadas, result ser precursora. Creo que lo influenci Blaise
Cendrars con sus historias autobiogrficas pero Miller, ante todo, avanz un poco
ms en la osada whitmaniana a la hora de hablar del yo, a lo que, al parecer,
contribuy su narcisismo. El yo ya no se identificaba con los Estados Unidos,
celebraba la libertad de un rebelde y en Miller ya aparece toda la poesa del beat de
los aos cincuenta. Si Miller no hubiera existido, es probable que tampoco existiese
Ginsberg.
En los Estados Unidos los libros de Miller estuvieron prohibidos debido a su
carcter obsceno. A pesar de que el autor volvi a su pas huyendo de la guerra que
se acercaba, sus libros se siguieron publicando en Pars y es all donde yo los
compr y donde me suscitaron una reflexin sobre la gran desproporcin existente
entre distintos idiomas. En ese momento hubiese sido imposible traducirlos al
polaco, sencillamente porque faltaba el vocabulario adecuado. Tambin
introducan la imagen de un gran desierto urbano de calles neoyorquinas, que
nunca antes haba aparecido con tanta fuerza. La generacin joven iba a repetir la
huida de Miller, pero a su manera, como un acto de desafo contra toda la
maquinaria social y en contra de sus padres infelices y apresados en su carrera de
ratas.
A su regreso, Miller escribi The Air Conditioned Nightmare [La pesadilla del
aire acondicionado], un libro de viajes por los Estados Unidos. Se instal en una
casa de campo, en California, en el Gran Sur, con vistas a la costa del Pacfico,
porque resultaba ms barato. Su voluntad de evitar trabajar desde primera hora de
la maana hasta la tarde en alguna oficina o en la redaccin de alguna editorial
supuso un paso importante en la lucha por la independencia de los artistas
norteamericanos. Cuando algunos escritores se quedaban sin dinero enviaban a
trabajar a sus mujeres (as lo hizo por ejemplo el poeta californiano Kenneth
Rexroth). El grupo de artistas del Gran Sur, y otra gente que renunciaba al estilo de
vida dominante, no trabaj en vano, ya que el pas reconoci al final el valor de
estos escritores y artistas y los incorpor a sus campus universitarios. Ginsberg
termin sus das como profesor.
El gran cambio social que se produjo ms tarde fue el resultado de la
rebelin de los jvenes de los aos sesenta, pero escritores como Miller y los
miembros de la generacin beat prepararon el terreno. A ello contribuy tambin
la desaparicin de prohibiciones legales que haban protegido durante aos a la
esfera pblica de obscenidades. Ya en los aos 1934-1935 se produjo un juicio
crucial contra el editor de Ulises de Joyce, que tuvo como resultado una
diferenciacin entre inmoralidad y juicio del gusto. A partir de este momento se
poda argumentar que una obra de arte determinada estaba sujeta slo al juicio del
gusto. Sin embargo, hubo que esperar hasta despus de la guerra para ver cmo
iban desapareciendo las restricciones legales contra los editores. En el ao 1957 un
juez retir la prohibicin de publicacin del libro de Allen Ginsberg Howl. En los
aos sesenta los libros de Miller se podan comprar por todas partes en ediciones
baratas.
Los partidarios de la libertad absoluta de expresin se consideraban
progresistas que luchaban contra la hipocresa de los ms trasnochados de la
sociedad. Ahora, cuando todo est permitido, la libertad total est ofreciendo
aspectos inesperadamente negativos. Quizs en las condiciones del mercado libre y
masivo esta libertad era inevitable, pero si es as entonces los escritores y artistas,
sin darse cuenta, han ejercido de agentes propagadores de la cultura de masas. En
efecto, la cultura de masas se ha servido de la apertura que los artistas
consiguieron con su lucha, pero para sus propios fines, tales como comerciar con
las emociones, en especial en el cine, o aprovechndose del acceso a otros medios
de expresin, que hasta hace poco les estaban prohibidos.
[N]
parecer todas esas tuberas, calderas y los proletarios mecanizados que aparecan
en sus cuadros respondan a las visiones que Nadia tena del comunismo. Su
amigo, un joven pintor francs, con el cual a menudo trabajaba y que a veces se
quedaba a cenar, estaba bajo la total influencia de Nadia y pintaba de la misma
manera que ella.
En mis pensamientos Nadia ha quedado grabada como persona de fuerte
personalidad, sin embargo no esperaba que su biografa fuese a tener una
continuacin. Un da conoci a su dolo, Fernand Lger, lo conquist, se cas con l
y se convirti en la directora de su museo en Provenza, as como en la heredera de
su fortuna.
Nakowska, Zofia. No me gustaban sus novelas. Su nombre est asociado al
de otros miembros de la Academia de Literatura y a su papel de confidente de la
alta sociedad de Varsovia, detalles que no despertaban mi curiosidad por
conocerla. Al contrario que otros de mis coetneos, como Breza, Rudnicki,
Gombrowicz y Zawieyski, yo no perteneca a su grupo. La conoc en Cracovia,
justo despus de la guerra, rodeada de dirigentes del partido comunista, pero creo
que por entonces ya estaba sorda del todo. Su novela, Lazos de vida, me produjo
indiferencia.
Le el cuarto volumen de sus Diarios, correspondiente a los aos de la guerra,
y me estremec. En l la autora se descubre ante el lector con una honestidad
absoluta y con una enorme crueldad hacia su propia persona; a partir de este
momento se tiene la sensacin de estar ante un ser humano que merece la mayor
admiracin. Nalkowska aparece tal y como es, con su ridicula naturaleza de
hembra que mira a su alrededor sin cesar para captar las miradas de los hombres y
conseguir sus cumplidos, con la lista de sus exmaridos y antiguos amantes, con su
terrible amor hacia la madre, tan duradero que resisti incluso al fallecimiento de
sta, con una piedad autntica y desgarradora y una compasin por la gente que
demostraba una imperiosa necesidad de aferrarse a ellos, tambin en la Varsovia
del gueto, del exterminio y de las ejecuciones. Una escritora que revel su grandeza
de forma inesperada incluso para ella misma, pues siempre consider que las notas
de sus Diarios eran simples apuntes en lugar de literatura; otro tanto el trabajo en
la tienda, una pesadilla y una necesidad, que result ser providencial para su obra,
para sus Diarios. Si no fuera por la tienda, seguro que se hubiera sumergido en una
novela. Merece la pena apuntar aqu que este libro de dolor, desgracia,
desesperacin y fuerza de voluntad destila atesmo y nihilismo. Al igual que la
poesa de Rewicz. Por lo tanto, es una obra muy caracterstica de una etapa de la
una etapa obligada, que en mi caso coincidi con sueos sobre una reserva de
naturaleza virgen. Durante las clases no escuchaba lo que tronaba el profesor, y me
dedicaba a pintar en cuadernos mapas de mi Estado ideal, en el que haba slo
bosques y, en vez de caminos, haba canales para desplazarse en botes. Se trataba
de sueos aristocrticos, ya que la entrada a este pas slo estaba permitida a un
entusiasta grupo de elegidos, a quienes hoy se llamara ecologistas. Hay que
reconocer que la proteccin de la naturaleza es aristocrtica, independientemente
de cmo se defina a los elegidos. Hubo entre ellos monarcas, prncipes y
dignatarios de partidos totalitarios.
Cuando me estaba preparando para el examen de revlida haba superado
ya mi perodo naturalista y, en vez de estudiar matemticas y ciencias naturales,
pronto iba a sumergirme en libros sobre derecho romano, aprendindome de
memoria sus frmulas en latn. Qu cada.
Pero estaba destinado a la escritura, actividad que no se diferenciaba mucho
de mis intentos infantiles de captar un pjaro aprendindome su nombre y los
datos sobre su aspecto y su comportamiento. Me fascinaban palabras como
Podicepts cristatus y Emberiza citrinnella, que eran capaces de evocar el ave en
cuestin con slo pronunciarlas. Tambin me hacan recordar el momento del
encuentro, de la primera epifana. No obstante, pienso que siempre, y no slo de
mayor, de alguna forma saba que las palabras son dbiles comparadas con la cosa
a la cual definen.
Seguramente viv la influencia de imgenes sentimentales y romnticas
sobre la naturaleza. Despus, nada qued de ello. Al contrario, permaneci en m
como una herida abierta. Pero la naturaleza es bella, qu se le va a hacer.
Necedad occidental. Reconozco que he sufrido de este complejo polaco pero
como he vivido durante muchos aos en Francia y los Estados Unidos a menudo
me rechinaban los dientes y tuve que aprender a controlarme.
Es posible realizar una valoracin objetiva de este fenmeno, es decir, se
puede uno meter en la piel de un hombre occidental y mirar las cosas a travs de
sus ojos. Entonces comprobamos que lo que llamamos necedad es el resultado de
experiencias e intereses diferentes a los nuestros. Inglaterra crey en 1938 que al
entregar Checoslovaquia a los nazis para que la devoraran se garantizaba una paz
duradera, y quizs esta ingenuidad fuera incomprensible si no se recuerda al
mismo tiempo a los hermanos e hijos muertos en las trincheras de la Primera
Guerra Mundial. Lo mismo ocurre con ese monumento que hay en cada ciudad
francesa, incluso la ms pequea, con la lista de los cados entre 1914 y 1918, a
menudo la mayora de la poblacin masculina de la localidad, lo que explica el
comportamiento de los franceses durante la Segunda Guerra Mundial y sus
vacilaciones a la hora de tomar decisiones polticas. Incluso cuando Europa
observaba pasiva las masacres de Bosnia y el fuego de los disparos diarios en
Sarajevo, mi poema de protesta provoc en Francia unas cartas furiosas. Me
acusaban de exhortar a la guerra y declaraban que ellos no queran morir como sus
abuelos.
Sin embargo, la necedad occidental no es un invento nuestro, de los peores
europeos, aunque su nombre debera ser diferente: imaginacin estrecha. Porque
los occidentales hacen que su imaginacin sea ms estrecha cuando dibujan una
lnea a travs del centro de Europa, cuando dicen que no les interesa ocuparse de
esos desconocidos que viven en el Este del continente. Haba motivos para Yalta
(haba que pagar a un aliado), pero mediante este acuerdo se decidi algo ms, se
determin qu pases eran estriles y carecan de importancia para el desarrollo de
Europa. Medio siglo ms tarde no fue slo Europa Occidental la que no hizo nada
para prevenir las atrocidades de la guerra y la limpieza tnica en Bosnia. Lo mismo
ocurri con los Estados Unidos durante cuatro aos, cuando se encontraban en la
cima de su podero: consideraron los pases que formaban Yugoslavia fuera de la
zona de sus intereses y no hicieron nada, aunque hubiera bastado amenazar con
una intervencin militar para salvar a miles de existencias humanas.
La imaginacin estrecha se explica si se reconoce que el mundo es un
sistema de vasos comunicantes y tampoco sabe salirse de aquello que conoce.
Cuando me encontr en los Estados Unidos, recin acabada la guerra, no pude
contarle a nadie qu haba ocurrido en Polonia en los aos 1939-1945. No me
crean. Pensaban que, como es natural, la prensa escribe durante las guerras cosas
terribles del enemigo, pero cuando los tambores de guerra se acallan todas aquellas
brutalidades resultan ser slo propaganda. El Mal en estado puro? De verdad
quiere usted que creamos en la existencia del diablo?
Nemo, capitn. El protagonista de las novelas de Julio Verne Veinte mil leguas
de viaje submarino y La isla misteriosa es un luchador por la libertad, desencantado,
melanclico, romntico (y de qu manera). Un revolucionario que luchaba por la
independencia de su pas. Verne quiso que fuera indio y de una familia
aristocrtica. Despus de su derrota, Nemo, que tambin era un cientfico genial,
utiliz su invento para alejarse de la humanidad surcando los ocanos de nuestro
Seguro que se trata de una ilusin de nuestra perspectiva porque basta con
invertir el anteojo y aumentar en vez de disminuir para darse cuenta de que no hay
dos individuos iguales. Entonces lo general pierde y lo particular gana. Las huellas
dactilares no se repiten, tampoco los rasgos del estilo individual, aunque eso
resulta ms difcil de comprobar. Pero al movernos entre un gran nmero,
tendemos a olvidarnos de ello.
[O]
estar junto a ellos, al menos puedes estar a su favor. Es triste, pero incluso Pisudzki
lo expres en los mismos trminos al final de sus das. Respeto a todas aquellas
personas que escogieron trabajar dentro de la dispora polaca, auque se no era mi
lugar. En mi caso deba demostrar que era posible mantenerse fiel a uno mismo,
que no haca falta rendirle pleitesa a Occidente para ganar la partida. Como estaba
condenado a llegar al pblico mediante traducciones al ingls, era consciente de las
obligaciones que asuma de cara a la cultura polaca, aunque no respecto de la
cultura mutilada o aquella que se divida entre la sofisticacin y la vulgaridad.
Odio. La historia de mi vida es una de las ms inslitas que he tenido
ocasin de conocer. Es cierto que le falta el componente de moralidad, como en el
caso de Joseph Brodsky, que fue obligado a arrojar estircol con una horquilla en
algn koljs cerca de Arkhangelsk y, unos aos ms tarde, se haca acreedor de
todos los honores posibles, incluido el Premio Nobel. Sin embargo, mi vida se
parece bastante a la fbula polaca sobre el tonto Jas ya que haca falta bastante
estupidez para actuar de forma diferente a la de mis compaeros de los crculos
literarios y huir a un Occidente que consideraba decadente. Los peligros de una
huida as los describe bien una cita de Shakespeare, que puede aplicarse a la
Guerra Fra:
Pobres de aquellos seres secundarios
que se interpongan entre los floretes
de dos buenos espadachines.
Experimentar a lo largo de una sola vida el xito y el fracaso, saber aguantar
hasta el momento en el que mis enemigos, que haban escrito sobre m todo tipo de
obscenidades, hicieron el ridculo ms maysculo. En todo ello lo que ms me
interesa es la diferencia entre la imagen que tenemos de nosotros mismos y la
imagen que otros tienen de nosotros. Es evidente, nos dedicamos a embellecernos,
mientras nuestros enemigos buscan nuestros puntos dbiles, aunque sean
imaginarios, para asestar el golpe. Reflexiono sobre el retrato que de m han
trazado mediante canciones de odio, escritas en prosa o verso. Un hombre
afortunado. Uno al que le sale todo bien. Muy astuto. Cmodo. Adora el dinero. Ni
un pice de patriotismo. Indiferente con su patria a la que ha sustituido por una
maleta. Un esteta al que slo le interesa el arte, no las personas. Venal. Apoltico,
porque escribi El pensamiento cautivo. Amoral en la vida personal, porque explota
a las mujeres. Vanidoso. Arrogante. Etctera.
Estribillo:
Oh my darlin, oh my darlin,
Oh my darlin Clementine,
You are lost and gone forever,
Dreadful sorry, Clementine.
[P]
puede racionalizar el amor por la madre. De todos modos, seguramente son una
misma cosa, porque no en balde existe la expresin lengua materna. La mayor
parte de mi vida transcurri fuera de Polonia, basta con hacer cuentas: los aos de
niez en Rusia, despus Francia y los Estados Unidos. Al contrario que aquellas
personas cuyo polaco comienza a hacerse vacilante despus de diez, de quince
aos de vivir fuera del pas, yo no tuve nunca dudas. Siempre me he sentido
seguro en mi idioma, y creo que sta es la razn por la que escrib slo en l,
poemas y prosa, tambin por orgullo, y porque en mi odo slo resuenan los ritmos
del polaco y sin ellos no tendra la seguridad de que lo que hago es bueno.
Los recuerdos de mis primeros intentos de aprender a leer son vagos.
Seguramente fue mi madre quien me ense en Szetejnie, en la primavera de 1918.
En cambio, me acuerdo de una mesa de jardn (redonda?) en un emparrado
sombro de lilas y spireas, donde, bajo la mirada de mi madre, pona mis primeros
garabatos. Le costaba mucho esfuerzo atraparme en el jardn, porque no soportaba
aprender a escribir: me escabulla, lloraba y gritaba que no quera estudiar. Qu
hubiera ocurrido si alguien me hubiera dicho entonces que iba a ser un escritor
profesional? No saba que algo as fuese posible.
El idioma es mi madre, de forma literal y metafrica. Con seguridad es
tambin mi casa, con la que vago por todo el mundo. Es extrao, porque excepto
durante perodos cortos, no he estado inmerso en el ambiente polaco-hablante. En
Szetejnie el polaco era el idioma de las aldeas de la pequea nobleza, que se
condimentaba con palabras lituanas, ya que el campo de alrededor era lituano.
Despus lleg el turno de Rusia y de mi bilingismo. Finalmente Vilna, donde se
hablaba polaco, al menos en mi familia, en los ambientes de la intelligentsia y en la
escuela; sin embargo, la gente del pueblo hablaba un dialecto denominado habla
sencilla, que aada al polaco el yiddish de las masas judas y el ruso de la
intelligentsia juda.
Por supuesto tambin hay que contar con mi presencia en la Varsovia de
antes de la guerra y de los aos de la ocupacin. Sin embargo, enseguida o hablar
a mi alrededor los idiomas ingls y francs. En mi rechazo a imponerme al cambio,
es decir, a pasarme a escribir en otro idioma, veo el miedo a perder la identidad
porque seguramente el cambio de idioma implica un cambio de personalidad.
Fui el habitante de un pas ideal, que exista ms en el tiempo que en el
espacio. Lo formaban las viejas traducciones de la Biblia, las canciones de la iglesia,
Jan Kochanowski, Adam Mickiewicz, la poesa contempornea. Qu relacin
exista entre ese pas y el real, con el complejo doloroso de ser polaco y tener que
soportar como si fueran mas cantidades de muecas caricaturescas de una masa
humana, cuyas caractersticas son en su mayora deprimentes? No puedo
responder a esta pregunta con claridad. Colocaba mis hroes del idioma frente a
este complejo. En la juventud no lo tena tan claro, aunque Pan Tadeusz s fue una
base y una referencia. Hoy los puedo enumerar: un monje annimo que en el siglo
XV tradujo el llamado Salterio Puawski; el cura Leopolita, el traductor de la Biblia
en 1561; el cura Jakub Wujek; Daniel Mikoajewski, el traductor de la Biblia
protestante de Gdask, 1632; Mikoaj Sep Szarzyski; Piotr Kochanowski, traductor
de Torquato Tasso. Despus vienen los clsicos del siglo XVIII, poetas y
traductores; ellos normalizaron la lengua que sirvi a Mickiewicz y Slowacki.
Cuanto ms me acerco a mis tiempos tantos ms traductores hay, especialmente
desde el momento en que me di cuenta de que la traduccin tiene una importancia
enorme en el desarrollo y evolucin de un idioma. Tengo que enumerar tambin a
Boy-eleski y a Edward Porbowicz. Incluso este ltimo, a pesar de que su Divina
comedia est plagada de errores gramaticales provenientes del lenguaje de la
Polonia Joven, si bien sus traducciones de baladas provenzales, celtas e inglesas son
importantes. Entre mis coetneos hay muchos traductores ante los cuales me
gustara inclinarme. Tambin sta es la razn por la que mis opiniones sobre la
Polonia Popular son ms benignas, ya que hubo muchos buenos traductores que
realizaron un trabajo imponente. Gracias a ellos la gente estudiaba polaco en
Leningrado y Mosc para poder leer la literatura occidental en traducciones
polacas.
Escribir en polaco, independientemente del lugar donde se viva, supone
participar dentro de una obra colectiva que crece a lo largo de las generaciones.
Tampoco es posible sustraerse de la historia de este pas, tan horrorosa. Aleksander
Wat sola decir que Polonia careca de una literatura a la medida de su historia
trgica, que en vez de obras serias tena una literatura de ambientes sociales.
Cuando durante los aos que pas en el extranjero comparaba mentalmente el
conocimiento histrico de mis coetneos que escriban en ingls y francs con el
mo, tena que reconocer que el mo era muy amplio, tan amplio que resultaba
deprimente e impona la pregunta de qu hacer con l. Acaso mi libro Mi Europa
no es tambin un manual para el pblico occidental, un intento de combatir esa
tendencia suya a meter todo el Este en el mismo saco?
La historia de los pases europeos est plagada de desgracias y no tengo ni la
ms mnima intencin de iniciar aqu una especie de subasta de horrores. No
obstante, hay complicaciones difciles de entender, por ejemplo las que existan en
meseta en la que a ambos lados, en la ladera, se podan ver, con algunos kilmetros
de distancia entre s, los verdes jardines de las mansiones. No lejos de Szetejnie,
cruzando el ro y justo al lado de la localidad de Kanobera, estaba la mansin de
Suryszki, nombre parecido a Syrutyszki y que, al parecer, fue antao propiedad de
la familia de Syru, aunque las propiedades de los Syru estn ms cerca de
Kiejdany. Se podra pensar que debido a las pequeas dimensiones de este
minsculo pas, no superior a la cuarta parte de una provincia, todos conocan bien
los alrededores. Ningn viaje en coche dura all ms de diez minutos. Sin embargo,
es slo una ilusin alimentada por nuestras costumbres. Los caminos pantanosos,
la falta de caballos, que se destinaban a las tareas agrcolas, la inexistencia del
telfono para concertar citas, todo eso junto hizo que las relaciones con los vecinos
no fueran muy estrechas.
Mis abuelos me llevaron de visita a Suryszki. La mansin perteneca a los
Kudrewicz. Se trataba de una vieja familia noble, al parecer de origen lituano
porque la palabra kudra significa en este idioma un estanque pequeo. Creo que
tena entonces ocho aos. Los mayores se quedaron hablando y dijeron a una nia
que me enseara el parque. Me acuerdo bien, andbamos por unas sendas,
atravesamos unos puentes pequeos que tenan unas barandillas fabricadas con
listones de abedul. Fue entonces cuando ocurri lo que tena que ocurrir. Mir sus
delgados hombros desnudos, la estrechez de sus brazos por encima del codo y una
emocin, desconocida hasta entonces, una ternura y una excitacin indescriptible
me atenazaron la garganta. No tena ni idea de que esto se llamara amor. Creo que
ella intentaba explicarme algo pero yo permaneca mudo, paralizado por lo que
acababa de suceder.
Tena nombre, claro, pero no consigo acordarme. Es probable que la
deportaran en 1940 a Siberia junto con el resto de su familia. Qu habr sido de su
vida? Creo que su hermano, Jan Kudrewicz, consigui salir del gulag y alistarse en
el Ejrcito polaco. Pero muri y su tumba est en Monte Cassino. En el ao 1992,
estando en Kiejdany, me comentaron que un Kudrewicz perteneciente a esta
familia, que viva en Inglaterra, quera ocuparse de las tierras de su familia aunque
haba puesto una condicin; necesitaba una extensin de tierra suficiente para
convertir la granja en una explotacin viable desde el punto de vista econmico.
Prozor, Maurycy, conde. Los Prozor tenan posesiones en el valle de
Niewiaa. Su genealoga es tan compleja que me pierdo en ella. Un miembro de la
familia, Jzef Prozor (1723-1788), estaba casado con la hija de los Syru, e hizo
carrera gracias a un antepasado mo, Syru, cortesano del rey Leszczyski, que
tena siempre cerca a su sobrino Prozor. Al parecer la familia haba perdido sus
posesiones a causa de la sublevacin de 1863. Maurycy, nacido en Vilna en 1848, se
cri y estudi en Francia. Escriba en francs y tradujo a este idioma las obras de
Ibsen. A l su pasado, que ahora estaba en manos del gran imperio ruso, no le
interesaba. Era ya mayor cuando cay el zarismo. Fue entonces cuando Prozor oy,
sbitamente, la llamada de su patria. Para su familia la patria se haba llamado
siempre Lituania; de ah que, en cuanto oy la noticia de la creacin de una
Lituania independiente, la apoyase con entusiasmo escribiendo encendidos
artculos.
Sin embargo, result que su patriotismo, que podra parecer tan natural a
muchos, enfad a numerosas personas. Los amigos polacos de Prozor le intentaban
explicar que no era lituano sino polaco y que una Lituania separada de Polonia no
tena razn de ser, que nunca sera otra cosa sino la provincia rebelde de Kaunas.
Lituania nunca tuvo suerte con sus clases altas, es decir, con los
terratenientes y con la intelligentsia de origen noble. Se polonizaron de forma tan
profunda que esos pocos que pensaban de otra forma recibieron el nombre de
lituano manacos. En el ao 1918 haba slo un puado de lituanos activos,
intelectuales de origen campesino y curas. El nuevo y pequeo Estado tena
enormes dificultades para cubrir los cargos clave de la Administracin, mientras
que careca por completo de personas capaces de defender sus intereses en la arena
internacional.
Maurycy Prozor, que viva en el sur de Francia, en Cimiez, descubri en
Pars a otro hombre, Oskar Miosz, que al igual que l reconoca sus races lituanas.
As surgi una amistad entre ambos, en dos caminos paralelos, el poltico y el
literario. Prozor, como lector, entenda los difciles y hermticos escritos de su
amigo, y comprenda adems el sentido de su actividad diplomtica.
El obstculo principal para que los aliados reconocieran una Lituania
independiente fue la increble poltica polaca, a saber, la actitud de la delegacin
polaca en la Conferencia de Paz de Versalles. Oskar Miosz, como encargado de
negocios de la representacin lituana en Pars, consigui que Francia reconociera a
Lituania de facto en 1920, y que en 1923 lo hiciera de iure. Tambin consigui que
Memel (o Klaipeda) perteneciese a Lituania, pero el hecho de que Polonia usurpase
los derechos sobre la ciudad de Vilna lo sinti como una derrota personal, ya que
buscaba soluciones de compromiso que permitiesen una colaboracin polacolituana. Las intrigas infantiles y destructoras de nuestros enemigos [polacos], que
parecen no entender que en el futuro, entre una Alemania y una Rusia hostiles,
tienen que ser aliados de una Lituania independiente, escribi en una carta a
Prozor el 25 de mayo de 1920.
Prozor, reclutado para la diplomacia por su amigo, comparta con l los
problemas que surgan de la nueva concepcin de la nacionalidad. Al definirse
como lituanos no incluan la lengua, ya que no hablaban lituano. No s cul es el
idioma en que hablaban entre s (Oskar hablaba polaco de forma irreprochable)
aunque eso s, s que se escriban en francs. Cuando trabajaban por la causa de
Lituania tropezaron con la desconfianza de los autnticos lituanos. No quieren
ni or hablar de nosotros, le escribe en algn momento Oskar a Prozor. Tambin
por esta razn Oskar acept, de forma voluntaria, slo un puesto de segunda
categora en la embajada de Lituania en Pars, aunque reconocieron sus mritos y
recibi la Condecoracin de Giedyminas.
En los aos veinte Prozor visit la ciudad de Kaunas y el valle de Niewiaa.
Durante algunos aos ejerci de embajador de Lituania en Roma. Muri en 1928.
Su hija, Greta Currat-Prozor, decidi vivir en Suiza.
Muy pocos seores y nobles se pronunciaron a favor de una Lituania
lituano-hablante. Entre ellos, y creo que no olvido ninguno, Oskar Miosz,
Maurycy Prozor, Stanisaw Narutowicz (el hermano del presidente polaco Gabriel
Narutowicz), Alfred Tyszkiewicz de Poga y, finalmente, Michal Romer, profesor y
rector en varias ocasiones de la Universidad Witold el Grande de Kaunas. Cuando
se publiquen los doce volmenes de los diarios de Romer, escritos en polaco, sern
una mina de temas para el historiador que sea capaz de entender los conflictos que
produce la lealtad, unos conflictos que son a la vez emocionantes, trgicos y
grotescos.
[Q]
los derechos cinematogrficos de la misma. Para Arthur, al que hasta entonces slo
conocan un grupo pequeo de lectores, la fama tuvo un sabor dulce. Haba visto
cmo sus heterodoxas ideas se hacan finalmente con la victoria. Nunca pretendi
halagar a la opinin pblica. A su alrededor, y en especial en Berkeley, se exiga
radicalismo o, como mnimo, correccin poltica, una pose que a l no le
preocupaba lo ms mnimo. Para l la historia de Amrica no era una oposicin
entre indios nobles, que lo fuesen por el mero hecho de ser oprimidos y
exterminados, y blancos malvados. Movido por su concepcin pesimista de la
historia, se senta ms inclinado a investigar los mecanismos que subyacan a los
acontecimientos que a las personas que quedaban atrapadas en la tela de araa de
los hechos. En sus guerras tribales, los indios se aliaban con ingleses y franceses,
adoptando as decisiones que condicionaran su propia desaparicin como pueblo.
La espantosa crueldad de sus costumbres, por ejemplo en el caso de los hurones,
les otorgaba poco derecho moral frente a los jesutas, los principales
conquistadores de Canad, que no dudaban en utilizar cualquier medio para
combatirlos.
Quiero creer que hice alguna contribucin a la manera trgica en que Arthur
conceba la historia, a travs de mis clases sobre Dostoievski y sobre la historia de
Rusia y tambin a travs de nuestras conversaciones, en las cuales el pensamiento
de Simone Weil ocupaba siempre un lugar preferente. En cambio, Arthur me
ayud mucho a la hora de revisar mi traduccin al ingls de dos tratados
metafsicos de Oskar Miosz. Adems, junto con el poeta Leonard Nathan,
compaero suyo en el departamento de Retrica, escribi un libro sobre mi obra,
The Poets Work: An Introduction to Czesaw Miosz, que se public en 1991 con un
prefacio de Stanisaw Baraczak. Los autores se dividieron el trabajo de forma que
Nathan escribi sobre mi poesa mientras que Arthur se dedicaba a mi obra
ensaystica. Mi maniquesmo qued patente.
Hell with the Fire Out: a History of the Modoc War (1997) es el ltimo libro de
Arthur. Le dio tiempo a escribir un prefacio en el que comenta su enfermedad; sin
embargo, el libro se public unos cuantos meses despus de su muerte. Su vida
haba sido como un drama moral. Arthur estaba felizmente casado, tena cuatro
hijos mayores y slo le faltaba el reconocimiento del pblico. Apenas se lo aclam
como el principal historiador estadounidense enferm y se le diagnostic un tumor
cerebral. La enfermedad avanz rpido. Vivi 55 aos.
Su ltima obra une sus principales pasiones intelectuales y sentimentales:
California, su pasado, la piedad y la compasin por las desgracias de los
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pocas personas paseando por las calles. No haba turistas. Encontr a Rajnfeld sin
dificultad, a pesar de que no tena su direccin, porque la ciudad, aprisionada
entre muros, es muy pequea. Viva en pensione, detrs de las murallas, con un
ingls rubio que, si no recuerdo mal, tambin era pintor.
Debo aclarar algo antes de continuar. Vilna se diferenciaba de Varsovia por
carecer de ambiente gay, que s exista en la capital y que se identificaba casi en
exclusiva con los crculos literarios y artsticos. Yo era un chico guapo y cuando me
introduje en el ambiente artstico, la gente, debido al proselitismo existente en esos
crculos, opinaba que yo era homosexual, slo que no era consciente y no quera
reconocer mis inclinaciones. Claro que quin no tiene esas inclinaciones. Sin
embargo, yo me senta especialmente humillado cuando en el caf Ziemiaska me
tomaban por el chico de Iwaszkiewicz. Eso no quiere decir que tuviera algo en
contra de mis colegas gays, aunque, a decir verdad, a veces me irritaban ciertas
cosas que vea, por ejemplo cuando provocaron el suicidio de un joven obrero de
Powile, que se encontr de pronto en un ambiente demasiado elevado para l. Por
desgracia, en estos crculos se respira un ambiente a menudo un poco louches, o
moralmente ambiguo.
Me acuerdo de aquella tarde que me encontr con Rajnfeld y con su amigo
en el jardn de su pensione. Bebimos cerveza mirando la oscuridad plagada de
lucirnagas que volaban sobre el barranco y los viedos. Rajnfeld, de pelo moreno
y cara redonda, me pareci cautivador y alegre. Fue su alegra y su extraordinaria
energa vital lo que se qued grabado en mi memoria y, ms tarde, durante la
guerra, intent imaginarme qu habra sido de l. Me acuerdo vagamente que sola
pensar que Rajnfeld se haba quedado en Italia y que eso era lo mejor para l.
Durante mi viaje a San Gimignano visit Orvieto, es decir, la catedral
prxima a la ciudad que se alza en medio de una pradera de hierba, tan abundante
y frondosa en aquellas fechas que ocultaba incluso los escalones de mrmol. El
fresco de Signorelli La llegada del Anticristo sintonizaba a la perfeccin con aquellos
tiempos e iba a dejar en m una huella perdurable.
Si Rajnfeld se hubiera quedado en Italia seguramente se habra salvado.
Ignoro por qu se fue a Francia en 1940. Despus de la derrota de Francia, intent
cruzar la frontera con Espaa y se suicid en algn lugar de los Pirineos. En sus
Cuadernos literarios Zagaczyk escribe que los cuadros de Rajnfeld estn en los
stanos del Museo Nacional de Varsovia.
desmelenados y rebeldes que, sin embargo, consiguieron una fama local. Tambin
haba que esperar a que llegase el momento adecuado, que en este caso fue la
poca en la que aumentaron las desgracias del capitalismo y se propagaron los
sueos revolucionarios. No se sabe si Rimbaud luch en las barricadas de la
Comuna de Pars, pero el hecho de que se comente que fue as resulta significativo.
Quiz las sociedades humanas necesiten nombres-abreviatura, nombrespoca. En Polonia fueron los poetas romnticos los que suministraron este tipo de
nombres; as, por ejemplo, Mickiewicz, el juicio de los Filmatas, la vigilia de los
antepasados crecieron en una unidad mtica. Es imposible evitar la pregunta sobre
qu va a suceder con los nombres-abreviatura en la cultura de las imgenes en
movimiento, que se aprovecha como un parsito de todos los logros humanos (el
arte pop, el posmodernismo). Es probable que crezca su utilidad como signos,
mientras que se van a quedar vacos de contenido. La biografa de Rimbaud, un
poeta que quera alcanzar lo inexpresable, aunque fuera mediante un relajamiento
de todos los sentidos, que enmudeci y se hizo un comerciante aventurero, ser el
tema favorito de futuros guiones de televisin.
Roditi, Eduardo. Ocurri durante las primeras horas de una maana otoal
del ao 1934. Sal del Colegio Mayor en el que nos alojbamos los becarios polacos,
en la rue Lammand, cerca del Boulevard des Batignolles, y cog el metro Clichy
hasta la plaza de Malesherbes. All haba un edificio con un rtulo en el que se lea:
Lgation de Lithuanie. All me dio la bienvenida Oskar Miosz y me anunci que
bamos a desayunar con un joven poeta griego de Constantinopla, que en realidad
escriba en francs y tambin en ingls. Todo un fenmeno lingstico. El joven
apareci y me acuerdo que fuimos los tres a comer juntos, aunque no me acuerdo
del restaurante, quizs era un italiano, el Poccardi, cerca de Opera, donde Oskar
sola invitar a sus amigos.
Roditi se convertira mucho ms tarde en un habitual de los mismos crculos
literarios en los que yo me mova, pero por aquel entonces yo lo ignoraba. El
momento de aquel encuentro me sirve para reflexionar sobre lo inmensamente
grande que era mi provincialismo, y no slo el mo, un fenmeno que hoy nadie
comprendera. Quiz la gente que vena de Varsovia finga con eficacia que no eran
provincianos, pero a nosotros, a los que venamos de Vilna, de nada nos serva
fingir. Roditi fue el primer cosmopolita, en el sentido pleno de la palabra, que
conoc en mi vida, y eso que Levant, el lugar de donde era originario, no
significaba nada para m, ni siquiera haba odo todava la palabra Cavafy ni
tena idea de los problemas que haba all con el griego y con otros idiomas. En
realidad, Roditi era original de Salnica y era un judo sefard, es decir, su lengua
materna era el ladino. Su ingls, como todo lo ingls y lo americano, me result
extico. Tampoco poda entender cmo se poda escribir al mismo tiempo en varios
idiomas.
En los ambientes literarios parisinos Roditi era considerado un poeta francs,
despus se mud a Amrica y all se uni a la hermandad vanguardista de poetas y
pintores. Fue una de las pocas personas que conocan en los Estados Unidos la
poesa de Oskar Miosz y se mantuvo fiel a su vieja amistad con mi to, traduciendo
sus poemas al ingls. Nos vimos un par de veces en Berkeley y hablamos de
Natalie Clifford Barney. Roditi era gay y como todas las personas de su misma
orientacin mantena vivo el mito de esa lesbiana que durante varias dcadas,
desde poco antes del estallido de la guerra de 1914, haba dirigido un famoso saln
literario en Pars. La seorita Barney pertenece a la historia y al Pars literario, y
tambin a la literatura estadounidense. Ms tarde descubr, al leer la
correspondencia de Oskar Miosz (que se public poco a poco), que mi to haba
sido uno de los habitus de su saln. No slo eso, tambin haba sido amigo ntimo
y platnico, as como confidente de Barney.
En cuanto mi memoria se sumerge en el laberinto de Pars y de los Estados
Unidos de entreguerras, la imagen de Roditi sale a mi encuentro para guiarme por
su interior. Christian Gauss, un famoso profesor de Princeton y amigo asimismo de
mi to Oskar y Jean de Boschre, que fue un escritor de ambos continentes, tambin
me sirven de guas.
Hace algn tiempo sent envidia por el polglota Roditi, pues en mi
provincianismo me aferr a mi lengua. Este comportamiento mo no era razonable
desde el punto de vista estratgico, pero result ser ms bien beneficioso para m.
Rudnicka, bosques vrgenes de. Todava me asombra la fuerte atraccin que
sobre m, y probablemente sobre muchas otras personas de Vilna, ejerca el sur, y
en especial los bosques vrgenes de Rudnicka. Se trataba de un extenso complejo de
bosques con cinagas de difcil acceso en su interior, el hbitat por excelencia del
urogallo y del alce. El bosque empezaba detrs del lago Popis, donde sola ir yo a
cazar patos con mi padre para las fiestas de San Pedro y San Pablo. Los jvenes
judos de la localidad de Popiszki acostumbraban a mirar desde el acantilado a los
cazadores, que surcaban las aguas con dificultad en sus canoas. A veces viaj con
mi padre al pueblo de egaryno, que estaba en el corazn del bosque. Nuestra base
de operaciones era Raudonka, una casita de madera y unas cuantas hectreas de
una visita suya a Berkeley. Cuando estall la guerra, Kovner, que era estudiante de
la Facultad de Bellas Artes de nuestra universidad, llev durante un tiempo un
hbito de monja; gracias a esta argucia unas monjas polacas lograron esconder en
su monasterio a l y a unas cuantas personas ms. Despus decidi volver al gueto
y se convirti en el responsable de una organizacin militar. Cuando la situacin ya
era insostenible se escap con los partisanos de los bosques. Me cont: El AK era
un ejrcito de verdad y actuaba como tal, llevando a cabo sus acciones, batallas, etc.
Nosotros tenamos una tctica diferente, propia de partisanos. Pretendamos
causar impacto, dar la sensacin de que ramos muchos, as que cuando
pasbamos por un pueblo hacamos tanto ruido como podamos, como si furamos
un regimiento entero, lo hacamos as en todas nuestras operaciones.
En las mentes de los habitantes de Vilna los bosques vrgenes significaban
un refugio. En la novela de Jzef Mackiewicz Camino a ninguna parte, el
protagonista, cuando ya no ve para s ninguna salida durante la ocupacin
sovitica, sienta a su mujer en un carro y huye hacia el sur, en las proximidades del
lago Kiernowo, para refugiarse en el bosque. Creo que la descripcin del milagro
de Popiszki que se encuentra en este libro corresponde en realidad a otro pueblo,
y no al que se encuentra a orillas del lago Popi.
A final de la guerra se libraban en los bosques de Rudnicka combates entre
los destacamentos del KGB y los restos del AK. Ms tarde, el Ejrcito sovitico
escogi estos bosques como base de operaciones para la regin y caus tanta
devastacin a lo largo de dcadas que no s qu es lo que ha quedado de ellos.
Ruso, idioma. Nac en el imperio ruso, es decir, all donde a los nios se les
prohiba hablar en otro idioma que no fuera el ruso. Incluso las clases de religin
catlica romana en el instituto se impartan obligatoriamente en ruso, aunque,
segn me cont mi padre, el catequista de Vilna no obedeca esta directriz y les dijo
a los nios que se aprendieran de memoria en ruso una historia de la Biblia por si
hacan una inspeccin. Entonces el alumno de turno se levantaba y recitaba
siempre lo mismo: Abraham estaba sentado en su tienda.
Es difcil deshacerse de la pertenencia a Rusia. Segn las leyes de la Unin
Sovitica eran ciudadanos suyos todas las personas que hubieran nacido dentro de
las fronteras de la Rusia zarista. Quizs era un formalismo innecesario, pues al fin y
al cabo los que llegaron con el Ejrcito Rojo en 1944 para imponer su ley eran
ciudadanos soviticos.
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propia del Romanticismo, y Werther lleva esta idea hasta sus ltimas
consecuencias al suicidarse por no poder obtenerla. Esta causa de suicidio sera
absolutamente incomprensible para los estoicos y los epicreos, as como para los
poetas seguidores de la filosofa clsica. Pero las personas de finales del siglo XVIII
y principios del XIX, entre ellos los romnticos polacos, tuvieron otro tipo de
lecturas, de las que pudieron aprender un poco sobre el enlace de dos almas. Por
ejemplo las obras de Swedenborg, que alimentaron la imaginacin de Slowacki y
de Balzac cuando todava eran unos nios. Dicho sea de paso, merece la pena
observar que ms o menos por la misma poca, a principios de 1830, aparece la
Hora del pensamiento de Sowacki y dos novelas de Balzac, Sraphita y Louis Lambert,
inspiradas las tres por Swedenborg. La figura de Ludwika niadecka es para
Sowacki un amor imposible, mientras que la seorita Haska ocupa con verdadera
fuerza la vida del gordinfln y sentimental escritor francs. Tanto es as que Balzac
tuvo en cuenta al escribir su Sraphita los escrpulos catlicos de su amante e hizo
todo lo posible para que todo acabara en matrimonio.
Ningn sistema teosfico concede un lugar tan central al amor entre dos
personas como el edificio que construy la imaginacin de Swedenborg. Ya que el
mundo sensual y espiritual estn unidos en su obra por los hilos de una
correspondencia perfecta, todo lo que ocurre en la Tierra tiene su prolongacin
en el Cielo. El amor terrenal, segn Swedenborg, no tiene que adquirir la forma del
ascetismo medieval o de una idealizacin platnica. Al contrario, debe ser un amor
consumado en el seno del matrimonio, carnal, pero al mismo tiempo fuertemente
monogmico. Un amor as es un anuncio del cielo, porque en el cielo todos los
ngeles eran previamente personas y mantienen la fuerza y belleza de su juventud,
y tambin el sexo, femenino o masculino, que posean en la Tierra. Tambin se
sienten atrados por su pareja y siempre tienen una fuerte potencia sexual. Los
matrimonios felices durante su vida terrestre se encuentran de nuevo en el Cielo,
rejuvenecidos. Mientras que aquellos que permanecieron solitarios encuentran a su
pareja celestial.
Por lo tanto, la sexualidad angelical que se puede observar en Swedenborg
no est exenta de pasin carnal, ni es una huida hacia regiones etreas, ni un
anhelo o un sueo continuo. Es una sexualidad fsica, sobrenaturalmente terrenal,
y su nica y radical diferencia con la sexualidad depravada estriba en el hecho de
que su deseo se dirige a una nica persona. El objetivo de todos los seres terrestres
es lograr una armona total de dos almas y cuerpos, y si no lo consiguen en vida,
entonces lo lograrn cuando sean seres celestiales, con la ventaja adems de que
como seres celestiales no se cansarn ni aburrirn el uno del otro.
pueblo. Me contest que sus padres ya vivan en este lugar. Pero de dnde?,
insist. Seal al este, a la montaa. De all, me contest.
Los hippies descubrieron este villorrio; supongo que eso explica la clase de
libros que se vendan en la pequea librera local, en la que compr uno sobre la
secta de los Inmortales, un vestigio de los aos sesenta. Segn las doctrinas de esta
secta, la ciencia liberar al hombre del miedo a la muerte, procurndole la
inmortalidad. As desaparecern tanto la religin como el arte, que son producto
de ese miedo. De momento, hasta que la ciencia se perfeccione, congelan los
cuerpos de los seguidores de la secta que han fallecido para que, en este estado, se
conserven hasta ser resucitados por aquellos que dispongan en su da de los
conocimientos cientficos necesarios. Esa idea me hizo recordar a un amante de la
ciencia, el ruso Fedorov, que en el siglo XIX proclam la pronta victoria de la
ciencia sobre la muerte. Entonces el hombre tendra la responsabilidad de resucitar
a todos sus ancestros y quizs, ante la falta de espacio suficiente, necesitara
colonizar el universo entero.
En Sierraville nos ocurri, a Carol[5] y a m, una pequea aventura. Dio la
casualidad de que justo all se nos estrope el coche y que no sabamos muy bien
cmo salir del atolladero. Entonces, un hombre que encontramos en la tienda del
pueblo, que a juzgar por su aspecto era sin duda un hippy, nos invit con mucha
amabilidad a su comuna, que estaba a unos cuantos kilmetros del pueblo. Si
conseguamos llegar hasta all con el motor estropeado, ellos nos arreglaran el
coche.
De pronto, nos encontramos en el reino de la bondad. En aquel lugar nadie
tena prisa, ni hablaba en voz alta. Vivan en medio del bosque, en una ladera de la
montaa en la que abundaban las fuentes de aguas termales, que ellos hacan
llegar mediante conductos hasta unos recipientes y baeras de piedra. Los hombres
y las mujeres se baaban all juntos, totalmente desnudos, pero tambin cuando
andaban por la casa o se sentaban a la mesa casi todos estaban desnudos o se
tapaban apenas con un trapito. De todos modos, nadie impona nada a nadie y
cuando nos fuimos a baar mientras nos arreglaban el coche consideraron normal
que no nos desnudsemos. En la forma en la que se trataban los unos con los otros
y en la que se dirigan a nosotros se notaba una tolerancia absoluta y un
relajamiento total. Era difcil saber cmo se las apaaran en el futuro, lo cierto es
que esta pequea comunidad en la que nadie, hombre o mujer, intentaba imponerse
al otro mediante poses o reverencias (una contraposicin perfecta al teatro de
Gombrowicz) nos pareca loable.
prepararan una sopa negra y que le colocaran una sanda en su carro. Esta
costumbre, que serva en Samogitia para rechazar a los pretendientes indeseables
en el siglo XVII, perduraba como si nada en medio de la apocalptica contienda que
se libraba a escasos kilmetros.
Hay que decir que el hidalgo tena buen gusto, porque la estudiante de
doctorado de Vilna de pelo trigueo era una moza guapa y fuerte, perfecta para las
tareas propias del campo. En cambio a l su pasin por los deportes le hubiese
parecido un desperdicio; la moza aprovechaba la proximidad del ro Wilja y los
lagos de los alrededores para entrenar y convertirse en una nadadora excelente,
algo que no debera omitirse en la lista de sus cualidades. Pero tena otras aptitudes
que le permitieron lucir la toga y el bonete de los profesores universitarios. Como
investigadora se especializ en la historia del drama polaco y francs, as como en
la obra de Cyprian Camil Norwid. Consigui el ttulo de doctor despus de la
guerra, en 1948, en la Universidad de Toru, defendiendo una tesis titulada La
tragedia en la poca de la Joven Polonia.
Aquellos historiadores que se dediquen a investigar la contribucin de Vilna
a la cultura y la poltica de la Polonia de despus de Yalta tendrn que dedicarse a
estudiar la figura de Sawiska. Como es sabido, en la Universidad de Vilna surgi
un movimiento poltico izquierdista bajo el liderazgo de Henryk Dembiski, que
tena contactos con el grupo agary. En una ocasin ese movimiento gan las
elecciones a la Hermandad de Estudiantes, y ms tarde se radicaliz ms y
comenz a editar publicaciones como Poprostu [Al grano] y Razem [Juntos],
Despus de 1945, los miembros del movimiento que lograron sobrevivir a la guerra
se mantuvieron unidos; se los conoca como el grupo de Vilna, un grupo que
nunca se constituy formalmente como tal, pero que era influyente. La Universidad
Stefan Batory contaba tambin con una organizacin catlica llamada
Renacimiento, de la cual, por cierto, proceda Henryk Dembiski. Este se apoy en
algunos de sus antiguos correligionarios de Renacimiento, nada partidarios de la
ideologa nacional, para librar sus primeras batallas polticas. Sin embargo,
dejaron de apoyarlo cuando Dembiski se declar a favor de la revolucin
comunista. Asocio los siguientes nombres con Renacimiento: Stanisaw Stomma,
Irena Sawiska, Antoni Goubiew y su mujer, Czcsaw Zgorzelski.
Despus de 1945 estos nombres aparecen a menudo en las pginas del
Semanario universal y Stomma figura incluso como redactor jefe. No hay duda de
que en este caso la participacin de los graduados por la universidad de Vilna es
especialmente importante. Slawiska, que fue profesora de la universidad de Toru
reuniones del club. Teodor Bujnicki, que muri por los disparos de unos
campesinos convertidos en partisanos excesivamente entusiastas, Kazimierz
Haaburda, que muri en un gulag sovitico, Zbigniew Folejewski, Jerzy
Putrament, aunque no estoy seguro de si l se nos uni ms tarde, a quien critiqu
con vehemencia en agary por el formalismo de sus primeras novelas. Tambin
unas cuantas personas ms que desaparecieron sin dejar huella; entre ellas destaca
orgullosa de su belleza y ms ocupada por atraer las miradas masculinas que por
estudiar mi compaera Pirewiczwna, cuyo nombre conservo en mi coleccin
particular, junto con los de Czepulkowski, el de la seora Kaczanowska o el del
seor abko-Potopowicz.
Irena Sawiska destacaba en nuestro grupo por su fuerte personalidad y
confirm nuestras expectativas si no delimitamos el concepto de creatividad a los
poemas o a la llamada prosa artstica. Como su compaero agradecido doy cuenta
aqu de mi contribucin a su propia biografa y al mismo tiempo de nuestra
aventura universitaria.
Sawoniewski y Syczko. Sawoniewski era un muchachote de dos metros
de altura, pero no del tipo atltico, sino ms bien como un tallo grueso. A su lado
Syczko, de nariz afilada, cuello delgado y orejas de murcilago, era pequeo.
Antes de la guerra eran compaeros inseparables; yo los conoca porque ambos
trabajaban (o quiz slo Sawoniewski?) en el departamento tcnico de Radio
Polonia en Vilna. Durante la ocupacin alemana fundaron en Vilna la empresa
Sawoniewski y Syczko, que se especializ en suministros para el Ejrcito
alemn. Pero algn producto suyo, una supuesta pomada para evitar que se
congelaran las articulaciones, enfureci a los alemanes, que los arrestaron y
ejecutaron. Al menos sta es la historia que me contaron, porque yo no me
encontraba por aquel entonces en Vilna. Supongo que nadie habr dejado
constancia de esa empresa, y por eso escribo yo aqu sus apellidos.
Solski, Wacaw. Pocas personas se acuerdan de este nombre, y todava
menos de la persona que lo llev. Tuve ocasin de conocerlo en Nueva York,
porque vivi muchos aos. Llevaba la tpica vida del exiliado, escribiendo y
publicando en polaco sin desmayo sus relatos y experiencias, aunque no s decir
quin se los publicaba despus. Desde luego, si era un exiliado, perteneca al peor
de los exilios, aquel del que se prefiere no hablar.
Solski (su verdadero apellido era Paski) era originario de Ld y estudi
all el bachillerato. El examen de revlida lo hizo en Varsovia en 1917. Pronto se
cuidar de las antiguas presas y fund para ello una cooperativa. Qu es lo que
pensaba, qu es lo que senta en los aos que estuvo en la crcel y ms tarde, ahora
ya nadie lo sabr, aunque conocindola estoy seguro de que su fuerza de voluntad,
imposible de quebrantar por las adversidades, se mantuvo firme. Muri en 1973.
Me gustaba trabajar con ella en la radio y quizs el miedo ante la posibilidad
de perder un sueldo fijo no era lo nico que me retena en esas oficinas. El
despacho de Sosnowska, con las batallas en las que se meta, creaba una especie de
aureola y me dejaba sin tiempo ni energa para participar en la vida literaria de
Varsovia. Lo peor es que ascend rpido y mi sueldo tambin creci. Me senta
atrapado y slo en sueos recuperaba mi libertad para dedicarme a la literatura.
Por ser exacto aado que el Departamento Literario de Radio Polonia era un
mundo aparte en el que yo no participaba para nada. Se ubicaba en la calle de
Zielna y all trabajaban Witold Hulewicz, Jan Parandowski, as como ms tarde
Boeslaw Miciski, mientras que las radionovelas las dirigan mis amigos de Vilna
Antoni Bohdziewicz y Tadeusz Byrski.
Sosnowska fue una gran persona. Cuando era joven no me gustaban los
monumentos. Ahora pienso que son necesarios porque cmo se puede expresar
de otra manera nuestra admiracin por personas que pueden ser para nosotros un
modelo de nobleza y de voluntad encaminada hacia el bien? Me gustara que a
Sosnowska se le levantase un monumento en Varsovia, aunque sea en la calle de
Filtrowa, o en la plaza de Dbrowski.
Sperber, Manes. No sera difcil investigar su vida en la biblioteca, pero yo
prefiero ejercitar un poco mi imaginacin. Todo comienza en una taberna, en algn
lugar de Pokucie, y en ella hay una tabernera valiente que trabaja duramente para
que su marido pueda dedicarse al estudio de los libros sagrados y a conversar con
el Seor de la creacin. Tambin hay muchos nios, uno de ellos Manes, que recibe
una esmerada educacin de nio piadoso en un cheder o escuela talmdica local.
Pero l no termina los estudios en la escuela religiosa porque prefiere irse a un
instituto laico; ms tarde se marcha a Viena para estudiar psicologa. Manes
rompi pronto con la fe de sus antepasados. Qu la sustituy, qu le dio un fervor
igual al que animaba a su padre y a su abuelo cuando rogaban al Supremo la
pronta llegada del Mesas? Sin duda, el marxismo. Manes, o Munio, como lo
llamaban sus amigos ntimos, hizo una carrera cientfica en la Alemania de
Weimar, en la Universidad de Berln. Fue un miembro activo del Partido
Comunista. Cuando Hitler lleg al poder, Munio se uni al numeroso grupo de
exiliados alemanes en Pars y Mnzenberg lo emple en su central de propaganda
atreverse a escribir con escepticismo sobre la URSS. La obra de Vctor Serge, que al
final se qued a vivir en Mxico, alcanz poca difusin, y lo mismo le pas a
Gustaw Regler. Despus de la guerra slo Oscuridad a medioda de Koestler tuvo
algo de xito. George Orwell se encontr con un fuerte rechazo por parte de los
editores y consigui publicar, con grandes dificultades, Rebelin en la granja y 1984;
este ltimo libro se hizo famoso slo despus de la muerte del autor. Hasta los aos
ochenta se intent quitar fuerza a 1984 sosteniendo, en contra de la verdad, que no
se trataba de una stira sobre el pas de Stalin. Los testimonios sobre el gulag se
extirpaban, tal y como pudo comprobar el autor, de Un mundo aparte, Gustaw
Herling-Grudziski. Slo unas cuantas personas conocan la Tierra inhumana de
Jzef Czapski. Un rasgo conmovedor, comn a todos los autores mencionados, es el
deseo de decir o gritar la verdad contra los odos sordos de la opinin pblica
occidental. A menudo su comportamiento era el resultado de un compromiso
moral con sus antiguos compaeros de prisin que se haban quedado en el gulag
y cuyas voces, por tanto, no podan ser odas.
Se trata de un tema inmenso para los historiadores que se dediquen a
investigar el siglo XX. Entonces hasta los personajes olvidados hoy adquirirn una
dimensin enorme. Merece la pena subrayar que en el deseo de dejar un testimonio
haba ya un elemento de sacrificio. Un escritor serio mira al futuro y es lo
suficientemente selectivo como para no entretenerse con la actualidad. Pero ocurri
que la furia, nacida de la humillacin y del sufrimiento de las personas, empujaba
a algunos a transgredir este principio, es decir, aceptar la derrota de encargarse del
presente, y se dedicaron a asuntos que, como se sabra ms tarde, tenan una
importancia ms que momentnea.
Stabiska-Przybytko, Maria. Mi profesora de polaco. Es una asignatura
muy real para m, mucho ms que numerosas escenas de mi vida posterior. Y eso
que no consigo identificarme plenamente con aquel chico joven que asista a las
clases y que percibo con tanta fuerza.
Nunca escrib buenas redacciones en polaco. Decepcionaba a mi profesora
porque destacaba en las discusiones y, sin embargo, mis trabajos escritos reciban
slo un aprobado y una anotacin: estilo telegrfico. Desde luego, no le faltaba
razn. No tena facilidad para escribir, no saba deleitarme con el movimiento de
mi pluma sobre el papel. Pensaba que bastaba con informar, de la forma ms
concisa, de mis conocimientos modestos sobre Mickiewicz o Sowacki. Sin
embargo, no era eso lo que ella esperaba de m y yo no entenda lo que ella quera.
como centro, como un alczar que proteja al ser humano del mundo, por lo que
este pensador es una especie de excepcin entre los pensadores occidentales. El
yo est tambin abierto al influx de las fuerzas celestiales o infernales, mientras
que su centro, o propium, no puede ser un baluarte, si no se cerrara a s mismo. El
influx celestial hace que el hombre sea bueno, incluso cuando piensa que acta por
s solo. Por el contrario, el hombre hace mal por su propia cuenta, por su propium
aliado con los espritus malvados. En otras palabras, no me define la conciencia
sino mi amor, que se abre a los fluidos celestiales o a los fluidos de las fuerzas
oscuras.
El peculiar concepto de Swedenborg de la salvacin y la condenacin eternas
est unido a este concepto de alma como recipiente abierto. En vez de un registro
de pecados que el Juez Supremo estudia, Swedenborg propone algo ms cercano a
la ley budista del karma. Dios no enva a nadie al infierno, y la condena no es el
resultado de un juicio. Simplemente, el hombre despus de la muerte se va all
donde el amor lo lleva, lo que significa que se encontrar en la compaa de otros
similares a l; si llegara a un crculo demasiado alto se sentira all tan mal que,
cuanto antes, se volvera por s solo a su propio crculo, aunque ste sea infernal. El
viejo Zosima, el personaje de Los hermanos Karamazov, dice ms o menos lo mismo
sobre la salvacin y la condenacin eternas. Dostoievski se inspir bastante en
Swedenborg, al que ley en una traduccin rusa.
Swedenborg nos presenta un cielo y un infierno espaciosos, aunque se trate
de un espacio slo simblico: cmo eres es cmo ves. Aqu se podran establecer
similitudes con el tibetano Libro de los Muertos, que Swedenborg, por supuesto,
no conoca. Los ms diversos monstruos y dioses descritos all son la proyeccin de
estados del alma.
Creo que mis palabras sobre Suzuki me han llevado demasiado lejos. No
quisiera que lo que acabo de escribir moviera a alguien a leer a Swedenborg, pues
puede resultar una experiencia decepcionante. Su prosa pedante tiene fuertes
propiedades soporferas.
wicicki, Ignacy. Fuimos a la misma clase durante los ocho aos del
colegio, y despus tambin estuvimos juntos en la organizacin secreta Pet.
Ignacy naci en las posesiones de su familia en Bielorrusia, de donde proceda todo
el clan de los wicicki. Despus del examen de revlida estudi mecnica en la
Universidad Politcnica de Varsovia. El servicio militar lo hizo en la aviacin.
Durante los aos escolares era muy religioso, y se asoci a Sodalitia Mariana. La
Szempliska nos daba pena. Las duras experiencias por las que haba
pasado la haban dejado marcada para siempre. Se hizo muy religiosa, casi devota,
rozando la frontera del fanatismo. En Pars careca de medios de subsistencia. No
sabamos muy bien cmo ayudarla. Su hijo se haca mayor y comenz a ir a la
escuela. Ella volvi a Varsovia en 1962.
Szetejnie, Ginejty y Peiksva. As se llamaban los pueblos situados cerca de la
mansin de Szetejnie, donde nac. El valle de Niewiaa est como encajado en la
montaa, por eso es imposible divisar desde el valle los jardines o las mansiones de
los alrededores. Los viajeros que atraviesan hoy esos parajes ni siquiera sospechan
lo que antao haba all. Han desaparecido los pueblos humeantes, el continuo
chirriar de la garrucha del pozo, el canto de los gallos, el ladrido de los perros, la
presencia de la voz humana. Ya no existe el verdor de los huertos de rboles
frutales, que trepaba hasta los tejados de las casas; en todos los patios haba
manzanos, perales y ciruelos, que separaban la casa, el pajar y el granero. Tambin
las calles del pueblo discurran entre frondosos rboles, que eran el orgullo de los
lugareos. A la gente le gustaba tallar la madera: postigos esculpidos, signos y
letras cincelados en las vigas, taburetes que siempre tenan la misma forma y
cruces unidas al smbolo del sol radiante y de la luna creciente invertida, o
pequeas capillas en las que se sentaba un Cristo afligido, y que despus se
colocaban al borde del camino.
Justo detrs de la mansin de Szetejnie, el camino a lo largo de la huerta de
rboles frutales pasaba por el kumetyne es decir, por los barracones para los
jornaleros y all se converta en la calle principal del pueblo de Szetejnie, que se
extenda lejos hasta adentrarse en el bosque. En cambio, a lo largo de Niewiaa,
detrs de la escuela, llamada Legmedis, empezaba otro pueblo grande, Ginejty. Se
trataba de pueblos ricos, muy independientes, que a veces, como en el caso de
Szetejnie, pugnaban con la mansin por los pastos del bosque. Sin embargo, el
pueblo ms rico era Peiksva, situado justo en la frontera del bosque.
Los pueblos eran netamente lituanos y se sentan orgullosos de su identidad
lituana. En Szetejnie, por lo tanto a uno o dos kilmetros de mi lugar de
nacimiento, naci Juozas Urbys, el ltimo ministro de Asuntos Exteriores de la
Lituania independiente y, dicho sea de paso, compaero de Oskar Miosz en la
delegacin diplomtica en Pars. Fue l quien firm el pacto sobre la neutralidad de
Lituania en el Kremlin. Despus de ocupar Lituania, las autoridades soviticas lo
deportaron a Rusia y despus lo encerraron en una prisin durante largos aos. Al
final, le permitieron volver a Kaunas y, gracias a su longevidad, vivi lo suficiente
[T]
origen de nuestro mundo. Unos sostenan que tena que haber un principio, otros
que el mundo ha existido siempre. Para nosotros la palabra siempre ha perdido
su sentido, porque antes del Big Bang no exista el tiempo, pero ni la imaginacin
ni el lenguaje pueden captar la ausencia de tiempo. Qu haba antes de que
hubiera cualquier cosa? Los escolsticos de la Edad Media de las escuelas de
Chartres y Oxford sostenan que haba una luz divina. Su transmutatio en la luz
fsica cre el universo. Hubieran aceptado, por tanto, la teora del Big Bang con
satisfaccin y hubieran dicho: eso es.
Pensar en el tiempo es pensar en la vida humana, un tema tan inmenso que
ocuparse de l equivale a pensar en general. Las diferencias que nos separan segn
el sexo, la raza, el color de la piel, las costumbres, las creencias y las opiniones no
son nada en comparacin con la circunstancia de que todos estamos hechos de
tiempo, de que nacemos y morimos, de que somos mariposas de un da. El ahora
es inasible, huye hacia atrs o se inclina hacia adelante, se convierte en recuerdo o
en aspiracin. El lenguaje en el cual nos comunicamos es un tiempo modulado,
igual que la msica. Y acaso la pintura y la msica no plasman el ritmo en el
espacio?
Mi memoria est llena de personas que vivieron y murieron, y cuando
escribo sobre ellas soy al mismo tiempo consciente de que dentro de poco yo
tampoco estar. Juntos somos como una nube o una nebulosa entre las
constelaciones humanas del siglo XX. Mis coetneos: un parentesco que consiste en
compartir un mismo tiempo a pesar de haber nacido en diferentes pases y
latitudes geogrficas. En cierto sentido, este parentesco es ms fuerte que cualquier
tipo de vnculos tribales.
Mnemosyne, mater Musarum.
S, Mnemosyne, la musa de la memoria, es la madre de todas las musas.
Edgar Allan Poe lleg incluso a llamar a la melancola de lo pasajero el ms
potico de los tonos. Leemos los poemas de hace mil aos y siempre encontramos
en ellos la misma queja, la misma meditacin sobre las aguas del ro, que aparecen
y desaparecen.
Con ello viene el gran anhelo de escaparse del tiempo, de habitar en el pas
de las leyes y los objetos eternos que no estn sometidos a la destruccin. Platn y
sus ideas: las liebres, los zorros y los caballos corretean y mueren en la Tierra, pero
en algn lugar all arriba perviven eternamente, sin dejarse destruir por el caos de
la experiencia ni contaminar por la muerte, las ideas de esas mismas liebres, zorros
y caballos, junto con la idea de un tringulo y el principio de Arqumedes.
Trocianko, Wiktor. Me abruma el poder que tengo sobre l, ya que ni est
vivo ni es un personaje conocido, por lo tanto slo de m depende cmo quede su
nombre en la posteridad. Estaba claramente obsesionado conmigo, as que es mejor
que no ajuste cuentas con l. Era compaero mo en la Facultad de Derecho e hijo
de un conocido sastre de Vilna. Locutor en Radio Polonia y militante del Partido
Nacional, durante la guerra milit en la clandestinidad en una organizacin
derechista. Asimismo fue coautor, junto con Jan Dobraczyski y, para mi asombro,
con Jerzy Zagrski (hermano del socialista Wacaw) de la antologa de poesa La
palabra verdadera. Ms tarde, durante muchos aos, trabaj como publicista en
Radio Europa Libre.
En Vilna lo condenamos, segn creo, al ostracismo social; l escriba, pero
nosotros no lo tenamos en cuenta, quiz porque una persona de opiniones
nacionalistas no era digna de pertenecer a la bohemia literaria y artstica. Pero las
cosas no eran tan claras. Por qu Kazimierz Haaburda, un boxeador, poeta y
nacionalista, era compaero de pleno derecho del Club de los Vagabundos? Por
qu la entrada de Trocianko en el Club de los Vagabundos (ms tarde, cuando
nosotros ya no estbamos) no cambi la opinin negativa que tenamos de l?
Acaso el destino de un amante de la poesa a quien todos rechazan est escrito de
antemano?
Su triloga de novelas autobiogrficas (Edad adulta, Edad de la derrota, Por fin,
aos de paz!) publicada en Londres ha quedado en el olvido, aunque no slo refleja
con exactitud las aventuras de un cierto tipo de intelectual que abund antes y
durante la guerra, sino que contiene tambin la descripcin de las redadas que
llevaron a cabo los soviticos entre la poblacin de Vilna y la de sus alrededores
con el fin de deportarlos a todos. Aqu est tambin la descripcin de la
deportacin de los pueblos de los lagos de Troki: a la gente que arrestaron la
cargaron en botes y la transportaron as hasta Troki, all se perdi su pista para
siempre. Por qu no se me ocurri aliarme con Troscianko en la Varsovia ocupada
y en cambio Jerzy Zagrski s pudo hacerlo? Cuestin de fanatismo. O quizs una
especie de instinto que colocaba a algunas categoras de personas fuera de ciertas
expectativas.
Le sus novelas. La accin se narra de manera gil y estn bien escritas.
Tienen un gran significado, ms por lo que omiten que por lo que dicen en
[U]
[V]
Unidos, quera que me quedara aunque tema que si lo haca por ella se lo
reprochara antes o despus. Yo haba puesto un lmite a mi actitud aventurera en
el peligroso ao 1950: no quera que si me ocurra algo la gente de Varsovia
pudiera utilizar a mi familia. Acaso poda quedarme de verdad en los Estados
Unidos? Si lo hubiese hecho, la colonia polaca en Amrica me habra perseguido
hasta la muerte. No en vano era culpable de un delito grave: haba sido yo y no
ellos, los polaco-americanos, quien haba fundado la primera ctedra de Literatura
Polaca en los Estados Unidos y haba colocado en ella, con el dinero de Varsovia,
con dinero bolchevique, al profesor Manfred Kridl. Quizs hubiese sido capaz de
sobrevivir en el exilio al margen de la comunidad polaco-americana, pero prefer
esperar a que llegaran tiempos mejores en la embajada de Polonia en Pars. El
intento fracas, y me encontr en Francia sin dinero y sin trabajo.
Nos vemos a nosotros mismos de un modo distinto de como nos ven los
otros. Para nada sirve hacer rechinar los dientes, nos ven como quieren y punto.
Ryszard Wraga (su nombre autntico era Niezbrzycki), que pasaba informes sobre
m a la embajada de los Estados Unidos en Pars, result ser, en mi opinin, un
idiota, ya que como antiguo jefe del espionaje polaco para el Este debera haber
tenido suficiente experiencia para saber que yo no era un topo de los soviticos, y
sin embargo l lo crea firmemente. Para la colonia polaco-americana yo era el
poeta Mio, el bardo de la Polonia de Bierut, difcilmente poda reprocharles que
no hubieran odo hablar de mi volumen de poesa de antes de la guerra Tres
inviernos, ni de las revistas literarias Pion y Ateneo, y cosas similares, o que
desconocieran los mritos de Manfred Kridl como investigador de la lengua polaca.
La opinin generalizada de que era necesario impedir a toda costa que un
personaje tan peligroso como yo entrara en los Estados Unidos se reflejaba tambin
en numerosas cartas y mensajes, que conseguan quitarme la esperanza de obtener
el visado. Las gestiones de Janka en el Departamento de Estado, que se
prolongaron durante aos, estaban condenadas al fracaso de antemano, y supongo
que a los funcionarios de ese organismo les debi de parecer totalmente
incomprensible cuando ella, dejndose llevar por un arrebato de ira, les espet en
la cara: Os vais a arrepentir, porque algn da le darn el Premio Nobel. Como
mucho, tuvieron que tomar esa expresin de ira como la prueba palpable de que
estaba loca por su marido.
Incluso mucho ms tarde, cuando ya haba renunciado a irme a los Estados
Unidos y llevaba ya bastantes aos viviendo en Francia, mucha gente se sinti
decepcionada porque me concedieron el visado para visitar la Universidad de
California, donde me haban invitado. Lo descubr al leer una carta escrita en 1960
por Andrzej Bobkowski, el autor de Bocetos a pluma. Por aquel entonces ya haba
publicado El pensamiento cautivo, y ese libro, a juicio de Bobkowski, era la prueba de
que yo, el inventor de ficciones como la de Ketman, slo les contara tonteras a
los estudiantes. Eso es lo que escriba Bobkowski, cuyos Bocetos a pluma yo
admiraba, y que al criticarme se limitaba a expresar sus convicciones ms
profundas. A decir verdad, tambin estaba convencido de que la eleccin de John F.
Kennedy como presidente de los Estados Unidos haba sido una gran desgracia por
el simple hecho de que era demcrata. Cuando me nombraron profesor, Zygmunt
Hertz me escribi en una carta que un famoso hombre que viva en Pars haba
dicho: Jams me lo creer.
Veinte aos despus me encontr un da en la Casa Blanca, invitado por el
presidente Reagan, para recibir de sus manos una condecoracin por mi
contribucin a la cultura de los Estados Unidos. A mi lado estaban sentados el
famoso arquitecto Pei, quien construy la pirmide del Louvre en Pars, y James
Michener, el autor de best sellers. Mi vecino ms inmediato era Frank Sinatra, un
amigo ntimo de Reagan. Acaso debera haber hablado de mis peripecias con el
visado y de que no me haban querido dejar entrar en su pas? Todo eso pareca ya
lejano, ms o menos a la altura del paleoltico. Slo pude sonrerme para mis
adentros pensando en las travesuras inimaginables que me jugaba el destino.
[W]
Wanda la trataban siempre con cario. De all viene mi estrecha y larga amistad
con Andrzej. Por entonces se llamaba Fejgin. Como cont aos ms tarde en su
libro Ser judo (1992), no consideraba adecuado cambiarse el apellido pero, una
vez que acab la guerra, no quera que la gente sospechara que tena algn
parentesco con el famoso dirigente de la Polica Secreta, o la UB, as que hizo oficial
el apellido que haba usado durante la ocupacin.
El escenario fue cambiando poco a poco, porque todos se fueron marchando
de Varsovia. Andrzej haba sido desde siempre un socialista de los del Partido
Socialista Polaco y acab en el distrito socialista de oliborz. Irena actu en Lww,
despus en Varsovia y se cas con Dobiesaw Damicki, tambin actor. En la
primavera de 1940 el gobierno clandestino conden a la pena de muerte a Igo Sym,
que actuaba en los crculos de actores que colaboraban con las autoridades de
ocupacin. Tras su ejecucin los alemanes intensificaron la bsqueda de quienes lo
haban condenado a la pena capital. Como Damicki haba amenazado ms de una
vez a Sym, estaban convencidos de que haba sido l quien lo haba matado y
empapelaron toda Varsovia con carteles que llevaban las fotos del matrimonio
Damicki. Su primer refugio fue el nuevo piso de Wanda y Andrzej, en la calle de
Elektoralna, tambin los ayudaron en sus continuas mudanzas (unas treinta) y en
cambiar de imagen. Irena asegura que Andrzej les salv la vida.
Cuando llegu a Varsovia en julio de 1940, los Damigcki haban cambiado de
identidad y vivan fuera de la capital en condiciones difciles, como se puede leer
en el libro-diario de Irena titulado Me gan la vida. Pero sobrevivieron los dos, y en
aquellos aos de la guerra Irena dio a luz a dos hijos.
Poco despus de llegar a Varsovia me un a la organizacin socialista
Libertad, a la que perteneca tambin Andrzej. No slo perteneca a ella sino que
haba sido uno de sus fundadores junto con Daniel, es decir, Wacaw Zagrski. Si
no recuerdo mal mi juramento y el de Jerzy Andrzejewski tuvieron lugar en el caf
Arria, en la calle de Mazowiecka, tambin llamado El hogar de las actrices. Es
probable que fuera all porque ese local era el centro de reuniones de los militantes
de Libertad, que consideraban que el lugar donde daba sus conciertos el do
Lutosawski-Panufnik era el ms seguro. Zagrski escribi que juramos fidelidad a
Libertad en el piso de Andrzejewski, pero yo estoy casi seguro de mi memoria; sin
embargo, no voy a discutirlo. Dicho sea de paso, fue all donde en una ocasin una
camarera se acerc a la mesa en la que estaban sentados tres conspiradores de
aspecto semita y en voz dulce y baja les dijo: Por Dios, judos, marchaos, no veis
que todo el mundo os est mirando. Creo que fue en el ao 1941, en una
[Z]
Lo ms importante era que Lipwka estaba situada a orillas del Wilia. El ro,
que tena corrientes muy rpidas a pesar de que no bajaba de las montaas, era de
aguas limpias porque en su curso superior pasaba por zonas boscosas y no por
ciudades grandes. Arena y pinos, por eso la madre de nuestros arroyos tiene el
fondo dorado y rostros azules. De vez en cuando, maderos de pino flotaban por
ella. Nadar en Wilia era un ritual alegre para nuestro grupo. Nadbamos hasta al
centro del ro y nos dejbamos llevar por la corriente jugueteando, retozando y
haciendo carreras hasta la siguiente curva. Pero no muy lejos, para despus no
tener que andar demasiado. Muchos aos ms tarde lo inmortalic en un poema:
El ro, que viene de los bosques, gira aqu.
Se arremolina en el sol, que se llena de reflejos verdosos.
Es domingo, las campanas de las iglesias del pueblo repican.
Las nubes se acumulan, se dispersan, y de nuevo el cielo es azul.
A lo lejos, ellos, diminutos, corren a lo largo de la orilla.
Prueban el agua, se sumergen, el ro los lleva.
En medio de la corriente sus cabezas, tres, cuatro, siete,
echan una carrera, sus voces se llaman, y retornan como eco.
Mi mano lo describe en tierra ajena.
Quin sabe por qu lo hace.
Quiz porque ocurri tal y como lo recuerda.
El Wilia es un ro bastante seguro, aunque en una ocasin casi me ahogu en
l. Hicimos novillos y nos fuimos a Zakrt, a las afueras de Vilna, y a pesar de que
no saba nadar bien me met en aguas profundas. Me salvaron Mietek Zabocki y
Janc, en gran parte dndome ayuda moral, es decir, nadaban a mi lado y de vez en
cuando me suban la barbilla para que no tragara agua y no dejara de luchar.
Que el rostro del Wilia est pintado azul es una verdad a medias, ya que
lleva demasiada arena. Su alma se me revel cuando tena tres aos, en la localidad
[POSDATA]
por un detalle insignificante, pero tienen que conformarse con ello, porque es
mejor escapar al olvido, aunque sea de esta forma. En cualquier caso mi Abecedario
es un libro, pero no es una novela, ni tampoco un ensayo sobre el siglo XX, ni
tampoco un diario.
Todas las personas mencionadas ponen en movimiento una red de
referencias e interdependencias que se relacionan a su vez con las fechas de mi
siglo. En definitiva, no me arrepiento de haber arrojado nombres y apellidos
indolentemente y de haber hecho de la trivialidad una virtud.
Notas
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[6]
Anagrama con que firmaba sus obras el escritor y pintor polaco Stanisaw
Ignacy Witkiewicz (1885-1939). [N. de los T.] <<