Según los realizadores Caye Casas y Albert Pintó, ‘Matar a Dios es’ una “comedia negra, con toques surrealistas, pero hay un poquito de todo, amor, suspense, drama, terror, es una genialidad”. ¿También es un es un análisis más bien feroz de la familia? “Es un análisis negativo y algo caricaturesco de la especie humana, e utilizamos a una familia peculiar. Cuatro desgraciados, interpretados por Boris Ruiz, Eduardo Antuña, Itziar Castro y David Pareja, que reflejan algunas de las miserias de las personas. En el fondo, la peli es muy crítica con la especie humana. Como dice uno de los personajes, ‘somos una basura, un cáncer para este planeta’. Ellos son eso, además, reunidos en una cena de Fin de Año, en un caserón”, añaden los dos directores, que se dieron a conocer con el multipremiado corto ‘Nada, S.A.’ (2014).

Reír, surrealismo y mala leche

¿’Matar a Dios’ sigue alguna tradición de comedia española o extranjera? Los dos cineastas afirman que “no es la típica comedia que se hace ahora en este país. Eso seguro. No es una 'peli de risa', ni tampoco de gags. En algunos momentos te hará reír, pero creemos que nuestro sentido del humor es algo peculiar. Es una mezcla de humor negro, caricatura, surrealismo y mala leche.

Tenemos nuestras referencias y directores como Álex de la Iglesia que nos han influido mucho. Algunos que la han visto dicen que ‘Matar a Dios’ es un cóctel entre ‘La Comunidad’ (2000) y ‘El Día de la Bestia’ (1995), las dos dirigidas por De la Iglesia, y unas gotitas de ‘Delicatessen’ (1991), de Jeunet & Caro. Los referentes son brutales, la peli esperemos que también”.

El título “no es un spoiler, pero es mejor que los espectadores la vean y que cada uno de su opinión. Lo que esta claro es que queríamos un título potente, y este nos encantaba”. El cast es uno de los grandes ingredientes. Para empezar, su desestructurada, enfadada, peleada, aburrida familia: “El reparto es un Dream Team. ¡¡¡Que les den el Goya a todos!!! Han creado una Familia Addams a la española. Esta es una peli de actores 100 por cien, y éramos conscientes de que si los actores no te enganchaban no había film. Y realmente estamos de lo más satisfechos. Están sensacionales. Nos pasamos muchas horas visionando todo los trabajos de cada uno de ellos antes de cerrar el casting. Teníamos muchos nombres, y creemos que la selección ha sido la clave. Cada uno le da una personalidad a sus personajes brutal. Creemos que hemos arriesgado mucho con algunos de ellos, pero hemos salido ganando. No dejarán indiferente a nadie”.

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La curiosa familia de ‘Matar a Dios’: el padre (Boris Ruiz), su nuera (Itziar Castro) y sus dos hijos (David Pareja y Eduardo Antuña, marido de Castro).

Un Dios llamado Emilio

¿Y fue Emilio Gavira, que da vida a este presunto Dios que interrumpe la tensa cena familiar de Fin de Año, el primer fichaje del reparto? Pintó y Casas explican que “escribimos su personaje para él. No tenía sustituto, era él sí o sí. Ni siquiera tenía opción de decirnos que no. Si hubiera sido necesario, le hubiéramos 'obligado a hacerlo'. Hemos trabajado varias veces con él, es un actorazo y amigo, y ya durante el rodaje de ‘Nada S.A.’ le hablamos de ‘Matar a Dios’ y de su personaje. A él le encantaba, y creemos que la gente flipará con el trabajo de Emilio y de sus cuatro compañeros”.

Dos directores, dos personalidades, dos maneras de ver las cosas, ¿cómo se repartían el trabajo? Los realizadores lo tenían claro: “Somos muy amigos, y eso ayuda, pero somos muy diferentes (y no sólo por la estatura). A veces nos mataríamos, y puede que algún día lo hagamos, pero creo que el equipo tenía la sensación de que con una mirada ya nos entendíamos. Tuvimos muchísimas horas de trabajo, de hablar, de planificar la peli, de hacer el storyboard, de ponernos de acuerdo en todos los detalles. En la preproducción nos lo preparamos todo juntos, pero en el rodaje cada uno tenía su parcela, y uno se centraba más en el tema técnico y preparaba los planos con el Dop, mientras que el otro se encargaba del tema artístico y del trabajo con los actores. Pero cada una de las palabras que salían de nuestra boca estaban consensuadas. El equipo nos llamaba El Monstruo de Dos Cabezas, y a nosotros nos gusta llamarnos, en plan coña, como el personaje de ‘Mad Max III’... El Maestro Golpeador”.

La importancia del look

El look de la cinta es uno de sus grandes alicientes, “porque es espectacular. El trabajo de los directores de arte, Cristina Borobia y Antoni Castells, es una delicia, y tenemos a uno de los mejores directores de fotografía que existen en el sistema solar (Miquel Prohens). Para nosotros era clave el look. Teníamos claro que la casa donde transcurre toda la historia era el ‘sexto' protagonista, y queríamos algo especial. No teníamos muchos recursos ni tiempo. Es una peli pequeña, totalmente independiente, pero muy ambiciosa, y queríamos que el look nos ayudara a explicar mejor la historia y tuviera una estética muy guay”.

Uno de los retos, mantener el suspense y el interés dentro de un espacio tan reducido: “Había muchos retos, y hacer una peli con prácticamente cinco actores encerrados en una casa no es fácil. Pero esta escrita a conciencia, para ver cómo, en un pequeño espacio, se pueden explicar muchas cosas y puede pasar de todo”.

Y, ahora, el otro gran reto, el del Festival de Sitges. ¿Cómo creen que será recibida, el 12 de octubre? Casas y Pintó aseguran no tener “ni idea. Nunca se sabe, ¡pero nosotros somos público de Sitges! Venimos desde hace siglos a este festival, y conocemos a esta gente y cada centímetro de los cines de Sitges. Nuestros cortos han nacido en Sitges y creemos que les haremos pasar un ratazo que no olvidarán. Les necesitamos, jugamos en casa, y ojalá disfruten al máximo, que disfruten de la experiencia Pintó & Caye... y, si no lo hacen, que Dios les perdone”.