La capital que casi todo el mundo ha visitado en alguna ocasión y que, al mismo tiempo, cuenta con miles de secretos por descubrir. ¿Qué hacer en Lisboa para huir de tópicos y experiencias concebidas para turistas? Por suerte, la ciudad portuguesa ofrece una infinidad de visitas inspiradoras, lugares todavía desconocidos y restaurantes aclamados por lugareños y turistas para saborear la mejor gastronomía local. Si es tu primera vez en la capital lusa, apunta estos planes para enamorarte perdidamente en un fin de semana.
Una cita ineludible: el desayuno
Si creías que Madrid era la ciudad de las cafeterías bonitas, con decoración vintage y platos contundentes, es porque no has paseado por el Barrio Alto de Lisboa. En sus calles conviven una multitud de cafés con un mismo hilo conductor: una estética de aire decadente, una amplia variedad de desayunos (desde la tostada de aguacate hasta el brunch americano), café de especialidad y ambiente cosmopolita. Dear Breakfast, Fauna & Flora, the mill… hay decenas de locales entre los que elegir. Todos, con un denominador común: confirmar que el desayuno es la comida más importante del día.
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Una azotea donde comer muy bien (con vistas increíbles)
Un restaurante en lo alto de un edificio del centro, con una decoración cuidada al detalle, una de las mejores vistas de la ciudad y una carta que permite saborear lo mejor de la gastronomía portuguesa. Además, un precio asequible (alejado de lo que se suele pagar en España en este tipo de restaurantes con vistas). Como platos estrella de su carta destacan la tosta con salpicón de pulpo, el bacalao fresco, las croquetas de pato y, como postre, la mousse de chocolate con aceite de oliva y sal. Terraço Editorial es restaurante, azotea, bar y bodega -con 190 vinos, en su mayoría, de pequeños productores-. Un espacio creativo y contemporáneo donde comer muy bien en un ambiente muy agradable.
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Una galería donde descubrir la moda local
En el interior del palacete Ribeiro da Cunha, uno de los edificios más emblemáticos del barrio Príncipe Real, se ubica Embaixada. Se trata de una palacio neoárabe del siglo XIX transformado en una galería comercial que es el mejor escaparate de la moda, tradición y gastronomía locales. En su interior conviven tiendas de artesanía portuguesa, popups y boutiques de diseñadores y marcas nacionales y espacios dedicados al arte y la cultura lisboeta. Un espacio donde perderse y descubrir esa parte oculta de la ciudad que solo los lugareños conocen.
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Un hotel de ensueño
Jardines de ensueño, una fachada que parece sacada de una película de Wes Anderson y un interior de cinco estrellas. El nuevo Hotel Palacio Príncipe Real tiene todos los ingredientes para convertirse en el lugar idóneo donde alojarse en la capital portuguesa. Se trata de un palacio construido en 1877 y convertido en hotel que abrió sus puertas, tal y como lo conocemos, en 2021. Cuenta con 28 habitaciones decoradas por Gail Curley, estancias con estética Art Decó y un espectacular jardín que convierte a este hotel en un oasis donde evadirse del bullicio de la ciudad.
Algo muy turístico pero que merece la pena hacer
Hay una propuesta que se repite en todos los foros y blogs referentes al turismo en Lisboa: recorrer las calles de la ciudad a través de su histórico tranvía. Se trata del medio de transporte más popular en la ciudad, que funciona a modo de transporte público pero que, dado el encanto y la historia que encierra, se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad. Se introduce en las calles más estrechas y recónditas de la capital y ofrece diferentes líneas y recorridos. El más popular es el tranvía 28, que recorre algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad: Barrio Alto, Chiado y Alfama, entre otros.
Un centro comercial alternativo que no has visto en ningún otro sitio
Tiendas de ropa, galerías de arte, restaurantes fusión, puestos callejeros… Todo lo que tiene cabida en un centro comercial contemporáneo está en LX Factory. Una fábrica abandonada a las afueras de Lisboa que encierra todo tipo de comercios y servicios para satisfacer las necesidades de compra y ocio del público más inconformista. Todo ese espíritu decadente, alternativo y bohemio que se asocia a la capital portuguesa se refleja a la perfección en este centro comercial atípico.
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Dónde comer en Lisboa: un restaurante (muy) íntimo donde se cena (muy) bien
En la calle Rua das Flores se ubica una taberna con el mismo nombre que es, sin duda, uno de los rincones con más encanto de la capital. Un espacio minúsculo con decoración tradicional, un trato excelente y una cocina que saca el mejor partido posible al producto de calidad. No aceptan reservas y los platos, escritos a mano en una pizarra, reinterpretan con una visión actualizada la cocina tradicional portuguesa. Sus vieiras a la brasa y su versión del bacalao a bras son dos delicias que deleitarán a los paladares más exigentes. La Taberna das Flores es, sin duda, una parada obligada en cualquier visita a Lisboa.
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